Estoy escribiendo una historia, es la historia de mi vida, empecé el mismo día que nací.

Cuando abrí mis ojos por primera vez y contemple este desastre de mundo escribí mi primer capítulo.

Es un proyecto bastante largo y bastante complicado.

La historia da giros inesperados, personajes de la nada, unos para quedarse y otros para descansar por un momento y seguir.

No es una novela de acción, aventura o romances imposibles.

Es una historia real, aburrida, sin príncipes azules o súper humanos, no hay un "felices para siempre o un te amo hasta la muerte".

Solo vueltas y vueltas, y más vueltas que incluyen largos capítulos llenos de golpes y heridas.

Pero no todo es malo, también hay buenos momentos, son como un descanso para tomar aire y seguir.

Hay escritos en mi memoria capítulos de amor, no son tan reales y tan perfecto como en los demás libros, pero son un momento de receso, un momento en donde te pierdes por un instante de la realidad para que después la vida te regresa a ella, y no siempre es de la mejor manera.

Esta historia nunca sera publicada, nadie leerá los secretos que guarda mi corazón, solo verán los avances, lo poco que yo desee que vean.

Y es que si alguien tuviese la oportunidad de leerla nunca podría; porque las páginas son interminables.

Incluso si alguien quisiera contar la historia de mi vida lo haría con falsas palabras, contaría una historia adornada y no la real.

Día a día escribo la historia de mi vida, esa que sólo tendrá un final, el mismo final que nos une a todos lo seres vivos de la tierra "el descanso, la muerte, el último suspiro" tenemos finales alternativos pero solo en los capítulos.

Y aquí sigo en la línea de la historia que el tiempo se encargará de resolver o terminar

-Llima Saavedra