Try again
Disclaimer: Card Captor Sakura no me pertenece, todos sus personajes le corresponden a Clamp, yo sólo los uno a mis locas ideas.
Summary: Sakura tiene 21 años, una familia terrorífica, una mejor amiga que se va a casar, una carrera de periodismo que absorbe su vida y un nefasto historial en cuanto a hombres, ah… y algo así como un amigo que no pierde la oportunidad de burlarse de su desastrosa vida pero también de echarle una mano cuando la necesita. UA.
Nota de la autora: Ok. Aquí vamos con una nueva aventura en el fandom ahahhahaha las que me leyeron en "Tres mil millones de latidos" saben que trabajo con formato de capítulos cortos, así que por favor, ahórrense el comentario de la longitud, porque así se me da bien trabajar, ¿vale? El fic lo estoy escribiendo a la velocidad de la luz y ya voy en el capítulo 10, así que supongo que estas primeras actualizaciones serán bastante seguidas. Espero disfruten de la lectura y me digan qué les parece. Un besazo a todas.
Mademoiselle K.
1.-
Suspiré por enésima vez al mirarme al espejo, no había que preocuparse, ¿verdad? Estaba preparada esta vez, llevaba un bonito y casual vestido recién comprado, tacones de la altura precisa para no sufrir una conmoción cerebral al caer y hacía pocos días me había recortado el cabello así que básicamente más reluciente no podía estar. No tendrían razones para mirarme reprobatoriamente ni para hacer comentarios sobre mi supuesta "esperada" soltería.
- Vamos, Sakura, es sólo una reunión familiar más.
Ojalá pudiese convencerme de ello pero no era sólo una reunión familiar más, era la tortura encapsulada en una tarde completa en casa de tía Sonomi, si no fuese por Tomoyo, estaba segura que todo sería mucho peor, pero ella era mi prima y mejor amiga, la única que parecía conocer el concepto de bondad dentro de mi disparatada familia y la reunión había sido organizada por ella, no podía decirle que no y no ir, incluso aunque hubiese deseado con toda mi alma ausentarme de tan nefasta reunión.
¿Qué tenía de bueno reunirme con mi familia? Nada, absolutamente nada, mi madre y mi tía me bombardearían a miradas aireadas, Touya estaría demasiado obsesionado con alejar a cualquier potencial amigo de la familia que pudiese acercarse a mi, mi padre se la pasaría entretenido como siempre leyendo, Tomoyo sería dulce pero estaría pasando su tiempo con su perfecto novio Eriol. El resto de familiares, hermanas de mi padre y mis no-queridas primas estarían haciendo de las suyas en su mundo donde una chica como yo no tiene –ni quiere cabida-. En resumidas cuentas las reuniones familiares eran una tortura.
Miré por última vez mi reflejo y sonreí tratando de infundirme ánimos. Tomé mi cartera y recién me percaté del desastre en mi habitación. Bueno, era estudiante, ¿qué esperaban? No se podía estudiar periodismo, vivir sola, tener una familia terrorífica y esperar ser una perfecta organizada con el departamento. Miré la hora, estaba justa con el tiempo, salí corriendo del apartamento y tomé el primer taxi que pillé.
- Concéntrate en lucir encantadora...
Llegué a casa de tía Sonomi y el usual mayordomo fue a abrirme la puerta, cómo era de esperarse. Tía Sonomi era prima de mi madre pero casi podrían considerarse hermanas. Se había establecido en Tokio luego del éxito que tuvo con su tienda de juguetes, pasó de ser una simple inventora local en Tomoeda a una empresaria de prestigio en el rubro. Fue así como se mudaron a la capital, tía Sonomi y su hija, Tomoyo. Cuando tenía 14 años dejó Tomoeda junto a su madre, eso nos destrozó a ambas y es que desde que tengo razón de ser ella ha sido mi mejor amiga y confidente. Vivir los años de escuela sin ella fue difícil, quizás más de lo que hubiese deseado, desde siempre fui muy tímida y torpe socialmente, siempre fue y ha sido ella quién me ha ayudado a encajar…
Tomar la decisión de estudiar en Tokio fue algo que no me costó decidir, Touya ya vivía con su novia hacía tres años en la ciudad, por lo que lo tendría a él y a Tomoyo, no estaría sola. Así fue como postulé y quedé aceptada en la universidad para estudiar periodismo. Desde entonces la vida iba más o menos bien, llevaba ya cuatro años viviendo en mi propio apartamento, con una beca parcial y unos cuantos amigos… en general era bastante feliz, excepto cuando las circunstancias me llevaban a reuniones como esas, donde debía asumir que mi moral sería bajada unos cuantos puntos. Mi madre era especialista en ser insensible.
- ¡Sakurita! ¡Has venido! – chilló Tomoyo corriendo a abrazarme cariñosamente. Lucía preciosa, un vestido color verde oscuro que resaltaba su piel y sus ojos.
- Wow, te ves… fabulosa, Tomoyo.
- Tú también…- dijo mientras tomaba de mi brazo arrastrándome hacia la terraza.- Ya han llegado todos, estábamos esperándote a ti para comenzar el almuerzo, ¿no es perfecto que esté soleado? Así pasaremos un perfecto rato bajo el sol aún siendo invierno…
Ella siempre tan entusiasta. A veces me preguntaba por qué no podía ser más como Tomoyo, ya saben… más delicada, atractiva y optimista… Yo era algo así como lo contrario a ella, nunca me salió demasiado bien eso de ser tan femenina ni…
- Has venido, pensamos que estarías metida en tus libros, como siempre…- comentó Megumi, desgracia de prima número n°1.
- ¿Tengo que sentirme ofendida por ese comentario, Megumi? – pregunté tratando de lucir casual y bromista. Me sonrió y le imité de vuelta.
Y el show había comenzado.
Después de los saludos de rigor y más comentarios insidiosos logramos sentarnos en la gran mesa para almorzar, por suerte había quedado entre mi padre y Touya, estaba segura que terminaría por ahogarme con la servilleta si tenía la desgracia de quedar sentada junto a mi madre o mis primas. Pero había estado equivocada, ni siquiera había alcanzado a tragar el primer bocado cuando las preguntas comenzaron a ser bombardeadas contra mi.
- ¿Y aún no tienes novio, Sakura?
- ¿Has conseguido trabajo, ya? Estás en cuatro año de la carrera, la hija de Tokono Mitsuishi ya ha conseguido un puesto interino en el Canal 4…
- ¿Cómo fue que terminó contigo ese chico?
-¿Era homosexual no? Tu ex novio…
Cuando estaba a un paso de enterrarme el tenedor en los ojos y morir, Tomoyo se puso de pie alzando su copa y llamando la atención de todos. Eriol sonreía crípticamente sentado a su lado derecho.
- Primero que todo gracias a todos por asistir hoy, no hay nada como la familia ¿verdad? – evité rodar los ojos ante aquella frase- Y es realmente gratificante tenerlos a todos aquí para poder darles… bueno, ambos poder darles…- y entonces bajó la vista hacia Eriol que tomó su mano y se levantó sonriéndonos a todos- en fin, decirles que Eriol me ha pedido ser su esposa… y he aceptado.- añadió mostrando un anillo que por supuesto acababa de ponerse, para sorpresa de todos.
Dos segundos de silencio antes que toda la mesa estallase en emociones diversas. Mis primas, las trolls, comenzaron a chillar en falsa emoción, estaba segura que más de alguna había querido arrebatarle a Eriol para ellas. Mi madre parecía apunto de echarse a llorar, tía Sonomi saltó a abrazar a su hija, mi padre como siempre calmado sólo alzó su copa hacia los novios y tomó un sorbo y yo… yo… yo aún me sentía demasiado conmocionada cómo para reaccionar. Tomoyo iba a casarse.
Tomoyo iba a casarse.
- Y ya que estamos todos aquí, también hago oficial el anuncio que Sakura por supuesto será mi primera Dama de Honor… - de pronto todas las miradas estaban puestas en mi, sentí el sonrojo venir a mi cara con una rapidez vergonzosa y usual. ¿Por qué a mi?
Sonreí aunque no estuve segura si fue una sonrisa o una mueca de vomito inminente. ¿Yo dama de honor? Oh, Dios. Los ojos continuaban puestos en mi, sentí la mano de mi padre tomando la mía por debajo de la mesa, fue entonces cuando reaccioné.
- Y estoy encantada con el honor, querida Tomoyo…- mi mejor amiga sonrió feliz antes de mirar a Eriol y besarlo dulcemente, sacando suspiros de todas las mujeres presentes en esos momentos, menos de mi, aún me sentía algo aturdida.
Tomoyo tenía mi misma edad y parecía ir a años luz de lo que era mi vida, haciéndome sentir pequeña e insignificante. Ella ya era una exitosa diseñadora, con apenas 21 años y con el alero de mi madre y sus contactos se alzaba como una de las promesas del diseño de vestuario. Era novia de Eriol Hiiragizawa desde hacía cuatro años y ahora iba a casarse. Cuando éramos pequeñas siempre habíamos imaginado que nos casaríamos al mismo tiempo, incluso hablábamos sobre cómo decoraríamos todo en la fiesta y de qué tipo serían las flores en nuestros ramilletes… esos tiempos parecían tan lejanos y borrosos.
Miré a mi mejor amiga y prima, lucía feliz, dichosa, plena, en el apogeo de una vida llena de cosas buenas y no pude dejar de sentirme inmensamente feliz por ella, aunque era inevitable que una parte de mi mente se preguntara ¿y cuándo tú Sakura? ¿Cuándo comenzarán a salirte bien las cosas?
Suspiré antes de levantarme e ir a felicitar personalmente a los comprometidos.
- Estoy feliz por ustedes…- dije tomando las manos de ambos. Tomoyo me sonrió.
- Espero que no te haya molestado el haberte anunciado como nuestra dama de honor pero es que…
- No me molestó para nada, Tomoyo…- mentí con la mejor sonrisa que pude.
Después del gran alboroto seguimos el almuerzo en mediana tranquilidad, aunque todos los temas de conversación giraban en torno al futuro matrimonio de Tomoyo. "¿Cuándo será la boda?", "¿Confeccionarás tu misma tu vestido? ","¿Han pensado en algún lugar?". Todo muy bien hasta que mi madre me miró y lanzó su dardo mortal.
- Espero que para esas fechas ya tengas novio, Sakura, ¿no crees que es hora de que empieces a seguir los pasos de Tomoyo?
No es necesario describir el resto de la reunión familiar. Mis primas trolls continuaron picoteándome con la pregunta de mi madre, tía Sonomi insinuó que buscase un trabajo para no seguir siendo carga de mis padres y así…
Desastre. Esa noche volví a casa y fue inevitable. Me eché a llorar.
¿Por qué no podía ser suficiente ser como era?
¿Por qué?