Capítulo Final

Ces't La Vie

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—No Inuyasha, así no se hace—, le regañó Miroku. — ¿Cuántas veces practicamos el cómo hacerte este moño?

Inuyasha solo rolo los ojos, —Miroku te dije que una corbata sería mejor, pero insististe en que esto— apunto al mentado moño, —era lo tradicional y a Kagome le gustaría.

Miroku solo negó con la cabeza, Inuyasha siempre encontraba algo de que discutir. En ocasiones se preguntaba si mejor hubiese sido abogado en vez de Sesshomaru. —Déjame hacerlo, me desespera tu ineptitud—, dijo con algo de burla.

—Suenas a Sesshomaru— murmuró el hombre de mirada ámbar.

El hombre de ojos azul oscuro solo se encogió de hombros y continúo ajustándole a su hermano el mentado moño. Mientras el hacía eso, Sesshomaru entro despreocupado de la vida y se sentó a observar a sus (inútiles) hermanos.

—Aun me niego a creer que compartamos los mismos genes— mencionó en su tono neutral.

Una vez terminando de arreglar el moño de Inuyasha, Miroku volteo a ver a su hermano mayor, —Vamos Sesshomaru nuestro parecido es innegable, eh—, se sentó a un lado de él y tomo una selfie de ambos. Obviamente Sesshomaru e Inuyasha se parecían más a su padre, mientras que Miroku y Kouga se parecían más a su madre.

Sesshomaru le dirigió una mirada asesina y se levantó rápidamente del lugar, haciendo que su hermano casi se topara con el suelo. —Vuelve a hacer eso y te mato.

Miroku solo se carcajeo ante las amenazas vacías de su hermano. —Si lo que tú digas.

Inuyasha prefirió ignorarlos, ahora entendía porque Sesshomaru había preferido vivir por su cuenta y no en la mansión que les heredaron sus padres. Un leve sonido hizo que sus orbes doradas se dirigieran el reflejo de la puerta en el espejo, la cual se abría lentamente.

Cuando Kouga entro por esa puerta sus hermanos posaron sus miradas en él. No lo habían visto desde el juicio, ya que Kouga así lo había querido. Kouga sintió nervios, era la primera vez que veía a sus hermanos en un largo tiempo y como no se habían despedido en los mejores términos no estaba seguro de cómo hablarles. —Er, ehm —, se rascó la nuca y camino hacia sus hermanos, los cuales no se movieron de su lugar y lo seguían viendo, —Yo…—, pausó nuevamente y tomo una bocanada de aire para obtener algo de valor, inclinó su cabeza hacia sus hermanos —lo lamento. Lamento lo que hice y la vergüenza que les cause…yo…no tengo palabras para expresar cuanto lo siento.

Sus hermanos se miraron entre sí. Miroku sonrió suavemente e Inuyasha hizo lo mismo, Sesshomaru por otra parte solo torno su mirada menos severa hacia el menor de sus hermanos. Miroku le guiñó el ojo a Inuyasha y este pozo el brazo en el hombro de Sesshomaru arrestándolo más para con Kouga. Entre todos se abrazaron, para la sorpresa de Kouga y para el colmo de Sesshomaru, ¿porque sus hermanos tenían que ser tan melosos? Jamás lo entendería.

Miroku le dio unas palmadas en la espalda a su hermano menor, —Estas perdonado.

— ¿Así como así?— Preguntó el menor de ellos, sorprendido de tanta comprensión de sus hermanos. No era que fueran unos desalmados, pero esperaba algo más severo de su parte.

Miroku se encogió de hombros mientras se separaban, —Sí, así como así. Nuestro hermano es más importante que cualquier empresa o reputación.

Inuyasha asintió, dándole a entender a Kouga que estaba de acuerdo con las palabras de Miroku. Sesshomaru por su parte solo lo miro fijamente, y le dio a entender lo mismo.

—Miroku, creo que tú y yo debemos irnos por un momento—, menciono Sesshomaru con su típico tono neutral.

— ¿Por qué?— Preguntó Miroku confundido.

—Vámonos.

Sin más que argumentar, tanto Sesshomaru como Miroku salieron de la habitación. Una cosa era la empresa y otra muy distinta era el engaño que cometió Kouga hacia Inuyasha. Una vez solos, Inuyasha y Kouga solo se miraron fijamente, sin saber por dónde empezar. Un silencio incomodo se apodero de la habitación, hasta que Kouga tomo la iniciativa, ya que se lo había prometido a Ayame.

—Inuyasha, lo que paso con Kikyo…

— ¿Por qué lo hiciste?— La voz de Inuyasha era una mezcla entre decepción y dolor. Eso era algo que jamás había entendido. Él estaba seguro de que Kouga amaba a Ayame, pero ¿Por qué se había metido con Kikyo?

El semblante de Kouga decayó visiblemente y el desvió la mirada de los ojos penetrantes de Inuyasha, —Eso ni yo mismo pudiera explicarlo—. Tomo aire y continúo, —La conocí en mi viaje a Europa, creo que ustedes recién se habían casado, pero como no fui a la boda, no sabía quién era ella. Fue un encuentro casual, para ese entonces ya me había casado con Ayame también—. Se detuvo, sus ojos celestes divagaron un poco y luego se dirigieron a su hermano mayor. —Ella me engatuso, me dijo cosas que quería escuchar, se me metió por los ojos con palabras bonitas y con la creencia de que quería financiar mis ideas—, si bien, antes de decidirse en regresar a la empresa familiar, quiso probar el éxito por su propia cuenta, —obviamente eso no funciono, ya que ella y Naraku me tomaron el pelo, y ni siquiera supe que trabajan juntos hasta mucho después.

—Y cuando regresaste a casa, ¿Por qué seguiste con ella?

Kouga se desplomó en una silla cercana, —Porque fui estúpido. Ella era hermosa, me dijo que había sido un error casarse contigo, pero no podio dejarte por los niños.

— ¿Y Ayame?

—No la podía siquiera ver. Estaba avergonzado de lo que había hecho. Y aunque me sentía infinitamente culpable de lo que hacía, porque la amaba, y aun la amo, no me pude detener—, una sonrisa melancólica se le vino al rostro, —la alejaba de mí, porque merecía algo mejor, pero era tan egoísta que no la podía dejar ir completamente. Quise cambiar, pero un día, algo paso, algo cambio en Ayame, antes de que yo pudiera hacerlo. Ella siguió alejándose de mí, y odiando a Kikyo, ni siquiera dormíamos en la misma cama—. Guardo silencio después de eso, e Inuyasha se preguntó si esa era toda su justificación con respecto al asunto. Un minuto después, Kouga continuo —Pero más que la belleza y engaños de Kikyo, hubo un factor más importante que me hizo hacer lo que hice.

Inuyasha se cruzó de brazos esperando a que continuara.

—Tú.

— ¿Yo?— Inuyasha quedo atónito ante la revelación.

—Siempre te guarde algo de rencor, por haber sido el sucesor de nuestro padre. Yo era el que había estudiado y tenía una maestría en administración de empresas, pero padre te dejo a ti a cargo, después de que Sesshomaru siguió con su carrera legal. Ni siquiera a Miroku, quien era el siguiente después de Sesshomaru—. Ahora que lo pensaba, era algo ridículo que meros celos hubieran corrompido tanto su corazón para actuar tan descabelladamente. Definitivamente le hacía falta madurar. —Padre te eligió a ti, el rebelde sin causa. Y yo siempre me esforcé por hacer todo lo que a él le agradaba por algo de reconocimiento, pero fue en vano—. Inuyasha no sabía que decir, aunque a él también le había sorprendido la decisión de su padre. Ese había sido el motivo por el cual su vida había dado un cambio tan radical.

—Yo no…

Kouga negó con la cabeza, deteniéndolo de continuar, —No fue tu culpa. Toda la culpa es mía, mis estúpidos celos me hicieron actuar así. Al tener a Kikyo, me hacía pensar que era mejor que tú en algo, que podía superarte, y tenía algo tuyo.

—Jamás debiste haberte sentido así.

—Es ridículo, lo sé, y estoy completamente arrepentido de lo que hice—. Lentamente se fue poniendo de pie. — ¿Me perdonas?

Inuyasha sonrió de medio lado y extendió sus brazos invitando a su hermano para un abrazo. Kouga estaba a punto de sonreír y dio un paso hacia su hermano para cuando sintió el puño de Inuyasha en su mejilla, lanzándolo al piso.

—Eso fue por Ayame—, le susurró al oído y luego se inclinó y esta vez verdaderamente lo abrazo, —esto es por mí.

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Aunque siempre había soñado con este día, jamás se hubiera imaginado casarse con alguien como Inuyasha. Si bien, tenía sus momentos románticos y no le cabía la menor duda de que la amaba, en ocasiones le llegaba una sensación de que quizás ella no pertenecía a su lado. Ella no era sofisticada, o extremadamente educada -solo termino la preparatoria-, no sabía mucho de la alta sociedad, y no tenía la habilidad de fingir cordura ante la gente hipócrita, como había visto a los colegas de Inuyasha hacer en innumerables ocasiones.

— ¿Qué tanto piensas?—preguntó su gran amiga, Sango, mientras masajeaba suavemente su vientre para apaciguar a su futuro bebé.

La azabache solo negó con la cabeza, —Nada importante, es solo que…

Ayame dejo de arreglarle el cabello y se puso frente a ella, —Veo algo de duda en tus ojos, ¿acaso dudas amar a mi cuñado?

Kagome se puso de pie rápidamente y negó enfáticamente, —No, claro que no lo dudo. Yo lo amo, tanto a él como a todos ustedes…pero… ¿acaso soy yo una simple don nadie suficiente para Inuyasha?— comenzó a caminar de un lado a otro finalmente pudiendo vociferar su miedos interiores— Yo no soy como ustedes, no tengo el nivel de educación de Ayame, o Kagura, mi familia tampoco es adinerada. Solo tengo a mi abuelo, y vengo de un pequeño pueblo que pocos siquiera saben que existen—, la mujer siguió hablando y comparándose con las demás mujeres en el cuarto.

Kagura, quien había estado en silencio durante todo este tiempo, suspiro pesadamente y suprimió el deseo de rolar los ojos hacia la novia. Por algo decían que las novias eran exasperantes. Camino decididamente hacia la mujer de orbes chocolates, y quito a Ayame de un lado, —Kagome—, una vez que la azabache volteo a verla, elevo su mano y…

Un sonido ensordecedor se produjo en el momento en que su mano hizo contacto con la mejilla de la chica. Tanto Ayame, como Sango, abrieron los ojos de par en par y llamaron la atención a la mujer de mirada rubí, pero ella hizo caso omiso, — ¿Te estas escuchando? Llevan dos años comprometidos, sin contar los meses que posaste como Kikyo, y ahora, en este momento en particular, ¿dudas de pertenecer al lado de Inuyasha?—la mirada penetrante de la abogada no dejo lugar para argumento, —No te compares con nadie, si a Inuyasha le importara tu origen o educación entonces no te habría propuesto matrimonio.

—Ka…Kagura…

—Ni lo pienses, no te quiero ver llorar—, tomo un pañuelo y se lo dio a la novia antes de que derramara una lagrimas que seguro arruinarían su maquillaje.

Kagome sonrió abiertamente, si bien Kagura era seria y raras veces demostraba su calidez, era como la hermana mayor que Kagome nunca tuvo. —Gracias—, se le aventó a la abogada y la atrapó en sus brazos.

Esta vez no pudo suprimir su rol de ojos, y le dio unas palmaditas en la espalda, —Ya, ya, se nos hará tarde.

Ayame y Sango se miraron mutuamente y decidieron unirse al abrazo. Al final del día, todas veían a la azabache como una pequeña hermana, y estaban feliz por ella. Tenían mucho que agradecerle, ya que conscientemente o no, ella ayudo a unir a su quebrantada familia.

Kagura suspiro nuevamente, no estaba acostumbrada a tales desplantes cursis, pero tampoco tenía corazón para alejar a las chicas. Tan solo esperaba que Sesshomaru no se enterara, tenía una imagen que mantener ante su esposo.

Una vez que todas estuvieron satisfechas con el abrazo se separaron lentamente y dejaron a Kagome sola para terminar con los últimos detalles. Pero la azabache no estuvo sola mucho tiempo, unas pequeñas manitas la abrazaron por detrás.

— ¡Mami!

Ella sonrió y se inclinó para verles a los ojos, — ¿Y ustedes que hacen por aquí? ¿Dónde dejaron al abuelo y a la nana Kaede?

Ellos se rieron en complicidad y se encogieron de hombros, —Mami, ¿ahora si vas a ser nuestra mamá de verdad?— preguntó Thoru con su creciente curiosidad.

—Mami siempre ha sido mami Thoru—, contesto Shippo inteligentemente. Ahora que habían crecido un poco, se había tomado su papel de hermano mayor mucho más enserio.

— ¿Y mamá Kikyo?— continuo la pequeña de ojos verdes.

Le llegó una pequeña punzada en el corazón a la azabache, más de una vez se había cuestionado ella misma si estaba tomando la vida de Kikyo. Aunque era indiscutible que la mujer cosechó lo que sembró, tampoco se podía negar que Kagome jamás habría llegado a la familia Taisho de no ser por aquella mujer.

Shippo, sintiendo que los sentimientos de mami Kagome, habían sido heridos, rápidamente contestó de nuevo, —Mamá Kikyo, nos trajo a mamá Kagome para que nos cuidara y a papá también.

Kagome miro amorosamente a los dos, aunque sus ojos se enfocaron en Shippo un poco más. Brevemente se preguntó que había sido de los verdaderos padres de los pequeños, pero al final, estaba agradecida de poder criarlos y ser una verdadera mamá.

—Saben, creo que ya es hora de salir y ver a papá, ¿vamos?

Los dos asintieron con determinación y Thoru salió corriendo de allí, tenía que ir por su canasto de flores, y crear un camino hermoso para papá y mamá.

—Mami—, Shippo llamó la atención de la azabache, —ven te voy a decir un secreto—, Kagome se inclinó aún más y presto su oído al pequeño, —tu eres mi mamá favorita—, le susurró, y le dio un beso en la mejilla antes de salir corriendo de allí.

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La ceremonia comenzó y aunque la pareja en cuestión siguió con las mociones de tal evento, su atención estaba puesta en la persona que estaba a su lado.

—Oye, tu mejilla se ve un poco roja—, le susurró Inuyasha.

—No es nada importante. Y tú qué me dices, no tuviste nada que ver con la cara de Kouga, ¿o sí?

Inuyasha solo se encogió de hombros, —Así nació, que se le va a hacer.

Ambos dijeron sus votos después de aquello y firmemente exclamaron "Sí" cuando se les preguntó si aceptaban a su pareja.

—Ahí viene mi parte favorita—, alcanzó a susurrar Inuyasha.

—Ahora los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.

Inuyasha sonrió de medio lado, dejando al descubierto uno de sus infames colmillos y tomo a Kagome por la cintura, para besarla con dulzura. No podía propasarse frente a tanta gente, ya habría tiempo para la pasión después. Kagome no se quedó atrás, y aunque lo había besado incontables veces, besarle ahora como su esposo era una sensación inigualable. Le rodeo el cuello con sus brazos, y lo acercó aún más a ella, queriendo que este momento nunca acabara. Sus labios se fusionaron brevemente, hasta que tanto Inuyasha como Kagome sintieron que alguien jalaba sus ropas.

—Mami

—Papi

Dijeron los pequeños en unísono.

—Eso es asqueroso. Nos están avergonzando.

Unos breves segundos de silencio después y el lugar explotó con las carcajadas de los presentes, a excepción de Kagura y Sesshomaru quienes tan solo se limitaron a observar. Aunque la pequeña Rin noto que la boca de mamá se encorvo lentamente, casi en una sonrisa. Casi.

Shippo y Thoru se miraron entre sí, sin comprender el porque la gente se reía, seguro era algo de adultos.

{-}

—Mira jovencito—, comenzó el abuelo Higurashi, —mi dulce Kagome, no es alguien de quien te puedas burlar fácilmente. Es la más bonita de nuestro pueblo y tiene muchos admiradores.

—Si abuelo, lo sé—, contesto divertido el albino. No pasaba un día en que el anciano no le recordara lo afortunado que había sido al conquistar a su nieta. Y él no podía estar más de acuerdo.

— ¡Oye!— le dio un coscorrón, — ¿A quién llamas abuelo?

—Tranquilo abuelo—, le dijo Miroku calmadamente.

El abuelo Higurashi solo asintió con la cabeza, —Tienes razón hijo, no debo exaltarme con esta incauto—, le dio una mirada asesina a aquel que se casó con su nieta. De ahí se fue en busca de la anciana Kaede, le encantaba hablar con alguien tan culto como Kaede, además era la única que compartía su interés in las leyendas de Japón.

Inuyasha arrugo el ceño mientras el abuelo se iba, — ¿Porque acepta que tú le digas abuelo y yo no? Se supone que es mi abuelo, no el tuyo.

—Inuyasha, Inuyasha—, comenzó Miroku mientras ponía un brazo en el hombro de su hermano, —yo no fui el que se robó a su pequeña Kagome. Siempre serás el enemigo, acéptalo.

—Pero…

Miroku lo interrumpió, —Veámoslo de esta manera, aceptarías que el futuro esposo de Thoru te dijera papá.

Instintivamente Inuyasha apretó la copa de vino que tenía en la mano y esta se quebró en varios pedazos, — ¡Que ni lo crea ese idiota!

Miroku se alejó, antes de convertirse en daño colateral ante la furia de Inuyasha. —Tranquilo, tranquilo, faltan muchos años para eso. Preocupado debería estar Sesshomaru, porque a la pequeña Rin le quedan menos años.

—Miroku—, vino la voz escalofriante de Sesshomaru.

— ¡Hermano!— era hora de irse, —Creo que mi amada Sango me necesita, los dejare a ambos hablar.

—Ni lo pienses—, dijo Sesshomaru tranquilamente, mientras lo tomo de su corbata.

Por otra parte las mujeres miraban divertidas la escena.

— ¿Qué tanto hablaran?— preguntó Sango, mientras arrullaba a su hijo, Ryouki.

—Seguramente Miroku dijo un mal chiste—, contesto despreocupadamente Kagura.

—Creo que es momento de salvarlo—, contesto divertida la nueva Señora de Taisho.

Ella se levantó y fue hacia el trio de hombres en rescate de su ahora cuñado, —Lamento interrumpir el momento, pero Sango pide que dejen vivir al futuro padre de su hija—, efectivamente Miroku también era parte del club de padres celosos. O lo seria en unos pocos meses, —ella se encargara de torturarlo con sus antojos de media noche. Y yo, vengo por mi esposo, es hora de nuestro baile.

Miroku hizo nota mental de recompensar a la chica, seguramente sería su cuñada favorita. Sesshomaru solo la miro y soltó a su hermano, él sabía muy bien que la tortura de Sango sería mucho mejor que golpiza que le pudiera propinar. Además, una vez que su hija viniera al mundo se encargaría de buscarlo al mejor partido lo más pronto posible. Inuyasha se abrió camino de entre sus hermanos y tomo la mano de su Kagome, alejándola de todo el alboroto.

—La pista está del lado contrario Inuyasha.

—El baile puede esperar, tengo algo mucho mejor para ti.

Se habían alejado lo suficiente para que Kagome perdiera de vista a los invitados y al salón. Sintió el cuerpo de Inuyasha detenerse en seco frente a un jardín de rosas rojas y blancas. Se quedó fascinada ante la vista, y corrió hacia las flores. Inuyasha tenía que reconocer que la idea de Ayame fue buena, efectivamente tuvo el efecto que esperaba.

—Este lugar es hermoso, Inuyasha—, tomo una rosa en sus manos y la acerco a su nariz, absorbiendo el hermoso aroma de esta. Se sorprendió al sentir los fuertes brazos de Inuyasha abrazarla por detrás. —Inuyasha…

—Shh, quedémonos así un rato más.

Ella en respuesta se acurrucó en el cuerpo de él. Y ambos elevaron su mirada hacia las estrellas. El cielo nocturno estaba lleno de esas esferas brillantes, y una hermosa luna lo complementaba todo. En esos momentos de silencio, ambos pensaron en todo lo que habían vivido juntos y cómo fue que llegaron a este punto en vidas

—Cuando llegue a este lugar la primera vez, jamás imagine que terminaríamos así.

Inuyasha sonrió, mientras aun mantenían su vista en el cielo, —Yo si lo imagine.

Contestó sin preámbulos el albino, lo cual llamo la atención de la chico y se giró para verle, sin soltarse de su abrazo, — ¿Qué dices? Te recuerdo que tú me odiabas cuando llegue aquí—. Le dijo ella sin rencor o coraje, solo explicando los hechos.

El también bajo la mirada enfocándose en la mirada chocolate de su esposa, —Yo no te odiaba a ti.

Kagome asintió, entendiendo lo que quiso decir. —Supongo que es verdad.

—Pero aun en ese entonces me imagine así contigo.

Ella lo miro sin comprender.

—Bueno, la verdad es que cuando me recupere del accidente y te vi a mi lado yo…

— ¿Tu qué?

—Pensé que eras linda.

Kagome se rio por lo bajo, y decían que Inuyasha no era tierno.

—No te burles. No sabía quién eras en ese momento, pero cuando todos dijeron que tú eras mi esposa, no te imaginas lo feliz que me sentí. Pensé en lo afortunado que era, al ver que una mujer como tú me hubiese elegido a mí para compartir su vida.

— ¿Quién eres tú y que le has hecho a mi brusco Inuyasha?

Inuyasha soltó uno de sus famosos "Feh" y Kagome noto como detrás de su desplante se escondía un leve sonrojo. —Me dejaras terminar ¿o no?

—Sí, sí, lo prometo.

—Como decía—, se aclaró la garganta, —después de que te vi en el hospital, y de cómo me cuidaste y apoyaste en ese tiempo. Desde ese entonces supe que eras la mujer de mi vida.

— ¿Por eso planeaste el viaje a Italia?

Inuyasha por su parte solo desvió la mirada, —Si… digamos que fue por eso—, sus intenciones no habían sido del todo inocentes, pero dejaría que su esposa vivera engañada.

—Por cierto, ni creas que te has salvado de nuestro baile, esposo mío.

Inuyasha soltó una carcajada, su plan no había funcionado a final de cuentas. Odiaba bailar, pero suponía que no era tan malo si bailaba con su hermosa esposa. La tomo de la cintura y tomo la mano de ella para acomodarla sobre su hombro, —Si tu insistes. No seré responsable si tus pies pagan las consecuencias.

—No tengo miedo. Sé que nunca me lastimaras—, la profundidad de la frase no pasó desapercibida por Inuyasha. La confianza y el amor inquebrantable que se reflejaban en sus orbes chocolates, oprimieron el corazón de Inuyasha.

Él se inclinó levemente, en preludio a un beso, y antes de bailar con esos suculentos labios, él le respondió, —Nunca lo hare.

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Esa noche, mientras sus cuerpos se fusionaban en uno, ambos dejaron atrás sus miedos y su pasado. Ellos dejaron al descubierto, no solo su cuerpo sino también, su corazón y su alma al otro. El hombre de cabellera plateada hizo un voto secreto de adorar y amar a esta mujer, y solo a ella, por lo que le restaba de vida. Ella por su parte, dejo atrás sus inseguridades, y se refugió por completo en el corazón del hombre que le había brindado su amor y aceptación incondicional. Le dio una bella familia, y dos hermosos hijos. No podía imaginarse un destino mejor.

Aunque todo había comenzado como una mentira, un engaño, el final fue una hermosa realidad.

Te amo.

Se escuchó en la oscuridad, quien lo dijo primero era irrelevante, porque ambos sentían lo mismo.

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Y es así como finalmente hemos llegado al fin de esta historia. Uuufff, me tomo mucho más tiempo de lo que esperaba. Como saben, esta fue mi primera historia aquí en Fan Fiction, y le tengo un cariño especial. Les agradezco infinitamente el apoyo que me dieron durante esta gran aventura ya que cuando comencé a escribir Estrellas jamás imagine recibir tanto apoyo.

Como vieron, este capítulo final, no fue hiper-meloso, como es mi costumbre. Sin embargo, espero que aun así les haya agradado. Me enfoque tanto en InuYasha y Kagome por separado, pero al final quería dejar en claro la clase de relación que se tenían ambos ahora ya casados. Obviamente deje unas cuestiones sin responder… por algo será. Aun no estoy segura de escribir un epilogo, pero si les gustaría ver uno déjenme saber. No prometo nada, pero quizás…

Era mi meta de este año terminar este fic, y por poco no lo lograba. Nuevamente, les agradezco con todo mi corazón el que se tomen el tiempo de leer mis historias, más aun que se tomen el tiempo de dejar un review.

Anglica: Muchas gracias por mantenerte al pendiente de esta historia y por tu gran, GRAN, paciencia. Avísame que te pareció el final. Ah, y muchas gracias por tus buenos deseos. Igual espero que te la hayas pasado de lo mejor.

CONEJA: ¡Un abrazo gigante para ti! TwT, tú fuiste la primera que todos esos años atrás me escribiste lo siguiente: "Gueno gueno gueno nada más que le faltaría el por que de la situacion entrekikio e Inu esta asi es casi la historia de la una telenovela verdad me imagino, pero me gustaria ver mas sorpresas y a adaptacion de los personajes mejor espero la continuacion" (Asi me lo escribiste). Esas palabras fueron las que me inspiraron a continuar, porque por lo menos había alguien que se interesaba. ¡Gracias!

GuiliiVazquez: El título del capítulo es el culpable, buajajajaja. Pero te prometo que este es el fin, de veritas, de veritas.

Danita-Inu: Buajaja, mi plan maestro funcionó. No hubo luna de miel, porque ya se me había hecho de más de largo el capítulo. Pero nunca se sabe que pasara después.

Rijeayko: Lamento no haber incluido interacciones entre Kouga y Ayame, en pocas palabras te digo que por algo fue. Creo que de ellos se vio muy poco en esta historia, pero tengo planeado algo especial.

Andreb1401: Y después de meses, aquí está la continuación. ¡Gracias por el apoyo! ¿Qué te pareció?

Tsuki: Espero que te haya llegado la notificación del capítulo final. Gracias por leerme y compartir tu opinión. ¿Qué te pareció?