Título: Preludio del
fin
Fandom: House MD
Pairing: Lisa Cuddy / Stacy
Warren
Sumario: Llega la noche y ellas se buscan en sus
consuelos
Rating: Nada de lo que asustarse
Preludio del fin
Stacy se aferra a un matrimonio anclado a una silla de ruedas y un ex al que no sabe si odiar o amar. Cuddy es la ruina de sus fracasos en todo aquello en lo que no pudo ser la mejor y un vientre incapaz de albergar todo el amor que posee. Pero ambas comparten mucho más que desalientos
Cada noche se repite la misma escena de sueño kafkiano. El hospital se envuelve en una paz blanquecina en la que sólo se escucha el replicar de los tacones de Lisa por los pasillos ahora vacíos. Es esa tranquilidad la excusa perfecta para no volver a casa, para esperar ese momento en el que Cuddy saluda con una inclinación de cabeza al vigilante nocturno y se adentra por los corredores abandonados a la luz fluorescente y el brillante colorido de las máquinas de refrescos.
Sin embargo esos pasos serán el preludio del fin de sus encuentros
Stacy espera en su despacho, ocultando su culpa entre cajas de cartón y los cientos de papeles que se acumulan por toda la habitación de moqueta azul, ahogando el espacio, transformando el paisaje en un desierto de montañas blancas con Nueva Jersey de fondo.
Cada noche repite el mismo ritual de acariciar la cruz sobre su pecho pensando que eso está mal, que no puede repetirse porque está siendo innecesariamente cruel, pero cuando siente esos tres golpes sobre la puerta, sobre su determinación de fingir que no está, no puede reprimir las palabras mágicas que permiten la entrada a su despacho mientras esconde el colgante en el primer cajón del escritorio, abandonado prejuicios entre clips y bolis desperdigados.
Y ahí está Lisa, bellísima en su derrota. Ojos cansados y piernas eternas que se recuestan sobre el sofá de cuero marrón, invitándola a acompañarla a la luz mortecina de la lámpara auxiliar, esperando paciente a que le explique el inusual caos de su despacho
- He intentado volver con Greg
- Lo sé
- Me ha rechazado-Y los ojos de Stacy se anegan en lágrimas, incapaz de continuar
Cuddy se trasforma en manos que consuelan con tenues caricias que todavía no llegan a más, el roce casual de sus caderas cuando se inclina para abrazarla, pulgares que limpian las lágrimas y besos que traen el olvido
Y el mundo estalla en una burbuja de sensaciones en las que hay uñas largas y suavidad y marcas de carmín sobre la piel que dibujan los caminos. El placer que sólo otra mujer sabe dar en una habitación a puerta cerrada. Es humedad entre las piernas, saliva, blusas desabrochadas y faldas que se escurren para descubrir nueva piel que besar, secretos que succionar hasta que sus caderas se mueven al ritmo de sus gemidos y el orgasmo la llena de vacío.
Ahora sus cuerpos forman un puzzle sobre el sofá marrón. Un mosaico de piel sobre el que Stacy repta para ponerse a la altura de Lisa y acariciar las ondas de su pelo mientras se muerde el labio con culpabilidad. Sus dedos recorren sus perfiles, vagan por su rostro hasta que su mirada callada la invita a hablar, a terminar la confesión interrumpida
- Mañana abandono el hospital, regreso con Marc a Boston.
Las lágrimas de Lisa son su única respuesta