Autor Original: angelicphantomdragon

ID: 5185730

Notas de la traductora:

Disculpad el atraso con las subidas pero tengo un despiste encima desde hace meses que no es normal. La cosa es que sigo trabajando en las traducciones pero me olvido de ir actualizando. Pero bueno, solo haceros saber que, por mucho que pueda tardar en actualizar, la cuenta no va a morir. Tengo muchos proyectos entre manos (si os enseñase mi lista de fanfics/oneshots para traducir, os moríais. Literalmente) así que no me vais a perder de vista.

También, acabo de darme cuenta de que en Julio hizo 6 años esta cuenta. ¡SEIS JODIDOS AÑOS! ¡GUAU! Es increíble, sinceramente. Muchas gracias a todos.

Y, bueno, teniendo en cuenta los añitos cumplidos, he decidido hacer una cuenta de Instagram para mencionar los fanfics y oneshot traducidos aquí, intentar llegar a más gente e ir avisando, si todo va bien, de las actualizaciones. No sé si será una tontería pero quiero ver si sirve para alcanzar a más gente y extender las historias que traduzco todo lo posible.

El nombre de la cuenta es kirinenkofanfic. Lo pondré también en el perfil.

¡Muchas gracias y disfrutad de la lectura!

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Shion casi saltó del sofá en el momento en que la conciencia volvió a él, y miró alrededor con confusión y una gran decepción. Solo había tenido la intención de cerrar los ojos por un momento mientras los cachorros se enroscaban alrededor de su pecho para calentarse, pero terminó quedándose completamente dormido, y perdió la oportunidad, una vez más, ¡de hablar con Nezumi! Shion se sintió disgustado consigo mismo y con su incapacidad para mantenerse despierto durante unas pocas horas, y acarició a los cachorros contra su pecho para intentar calmarse.

Una de las ratas de Nezumi chilló, llamando la atención de Shion hacia la parte inferior del patético árbol. Shion frunció el ceño cuando vio a Cravat y Croissant intentando desenvolver algo parecido a un papel bajo el árbol. Con cuidado de no despertar a los cachorros, Shion se levantó para investigar lo que estaban intentando hacer y con un fogonazo de calor, vio que Nezumi le había dejado otro regalo. Este regalo era redondo y plano, y estaba envuelto firmemente en papel marrón. Para entonces, Shion se había imaginado que Nezumi mantendría su promesa de dejarle algo todos los días hasta Navidad pero, aun así, no atenuaba las sensaciones de calidez y confusión que tenía cuando veía algo nuevo debajo del árbol todas las mañanas.

Shion recogió el regalo antes de que las ratas pudieran abrirlo, y le dio una vuelta a este en sus manos con curiosidad, preguntándose que había dentro. Esta era la primera vez que Nezumi envolvía un regalo y Shion se sintió invadido por una especie de emoción infantil mientras lo desenvolvía con dedos ágiles y una sonrisa emocionada en el rostro. El papel cayó al suelo, transformándose en un juguete para las ratas mientras Shion veía lo que Nezumi le había dejado.

Shion sonrió ante lo que vio. Nezumi, de algún modo, había sido capaz de encontrarle una galleta. Una de las favoritas de Shion, según veía, mientras se la acercaba a la nariz y la olfateaba, sonriendo suavemente. Chispas de chocolate. El olor le recordaba a su hogar, en Lost Town, cuando su madre despertaba temprano por la mañana para comenzar a hornear pan y dulces…

Una repentina y aguda punzada de nostalgia golpeó a Shion, y se sentó junto a los cachorros, su anterior estado de ánimo alegre desapareció en un instante. Por primera vez en mucho tiempo, Shion recordó que su madre pasaría Navidad sin él, y esta sería la primera Navidad de Shion lejos de su madre y amigos. Shion suspiró mientras una oleada de profunda tristeza y anhelo descendía sobre él, y bajó la cabeza, la galleta olvidada en su regazo.

Extrañaba a su madre.

Uno de los cachorros junto a él se movió y abrió los ojos, luego comenzó a dar toquecitos con su patita en su pierna, con cariño. Shion volvió su atención al pequeño cachorro e intentó sonreír.

"¿También extrañas a tu madre?" preguntó Shion, y colocó una mano en la pequeña cabeza del cachorro. La visión de Shion se emborronó, y se dio cuenta de que había estado llorando. Rápidamente se limpió las lágrimas con la mano libre, solo para darse cuenta de que más lágrimas habían tomado su lugar. Shion negó con la cabeza bruscamente, intentando aclarar sus pensamientos. Nezumi le había dicho que se olvidara de su pasado, y que no se sintiese tan atrapado cuando pensaba en su madre, pero no importaba lo mucho que Shion intentase hacer caso, no podía evitar llorar. Las lágrimas cayeron de sus ojos mientras intentaba contenerse, y el perrito se arrastró hacia su regazo, mirándolo con confusión y compasión. El cachorro lamió la mano de Shion y apoyó su cálida cabeza en el brazo de este, y Shion, conmovido por el amable gesto, sonrió tristemente y arrastró al cachorro contra su pecho.

Por primera vez esta semana, Shion se encontró deseando, más que nunca, que Nezumi estuviese en casa.

Después de un breve encuentro con esa molesta mujer, Nezumi pudo comenzar a andar de vuelta a casa. Ahora que pensaba en ello, los extraños avances de la mujer habían comenzado a volverse cada vez menos frecuentes, como si finalmente hubiese captado la indirecta.

¡Ya era hora!

Nezumi no podía esperar a llegar a casa para colocar el regalo de Shion debajo del árbol. Nezumi se sentía bastante satisfecho con este regalo, casi pensando que Shion no sería capaz de soportar la grandiosidad de este regalo. El director había decidido que estaba cansado de la misma música navideña que sonaba en el viejo fonógrafo casi roto. El directo le dijo a uno de los miembros del backstage que comenzase a tocar música diferente en el viejo y desacoplado piano que alguien había sacado de algún tugurio, y el director estaba a punto de tirar los discos cuando Nezumi dijo que se los quedaría. El director le miró con diversión antes de dárselos a Nezumi, pero este ignoró las miradas extrañadas, sabiendo que tenía un viejo tocadiscos que todavía funcionaba en algún lugar de su abarrotada biblioteca. Ahora tenía la oportunidad de mostrarle a Shion cómo funcionaba algo de hace tanto tiempo, mucho antes de que se creara la ciudad número 6. Nezumi sabía que Shion amaba aprender sobre ese tipo de cosas así, en la mente de Nezumi, le estaba dando a Shion dos regalos a la vez – el regalo de la música, y el regalo de aprender algo nuevo.

Nezumi se adentró en el frío aire de la noche, una sonrisa petulante en el rostro y su aliento condensándose ante sus ojos mientras recorría el camino hacia casa por la helada acera. La luna estaba casi llena esta noche, y la nieve recién caída esparcía charcos blancos n la calle, los cuales contrastaban contra el negro asfalto. Nezumi podía sentir los grandes discos chocar contra su espalda, ya que sus bolsillos no eran lo suficientemente grandes como para colocarlos. Nezumi los había puesto sobre su espalda justo antes de ponerse el abrigo para irse. Se sentía un poco incómodo, pero nunca sabía si Shion se repente le abrazaría si estaba despierto, y no quería arriesgarse a que Shion los encontrara antes de que fuese la mañana siguiente.

Por supuesto, estaba emocionado porque era un amigo dándole a otro amigo un asombroso regalo. Nada más que eso.

¿Cierto?

Los dedos fríos y entumecidos de Nezumi lucharon por abrir la puerta, hasta que finalmente lo consiguió, y abrió la puerta para encontrar el fuego en el hogar, pero Shion no estaba en el sofá. Por suerte, los perros de los que Shion había estado cuidando parecían haberse ido, lo que era una gran ventaja.

Debe de haberse dormido en la cama hoy, reflexionó Nezumi para sí mismo mientras se quitaba la chaqueta para colocar los discos bajo el árbol. No encajaban bien debajo del joven y moribundo árbol, pero lo logró movimiento silenciosamente las ramas, por lo que los discos estaban prácticamente sobre el árbol, imposible de pasar por alto.

Nezumi estaba a punto de instalarse en el sofá para dormir cuando juró haber escuchado algo que venía de la habitación. Nezumi alzó la cabeza del brazo del sofá y miró en dirección al dormitorio, confundido. Sonaba como… ¿alguien sorbiendo?

El sonido se escuchó de nuevo, y Nezumi se levantó del sofá, preocupado. ¿Estaba bien Shion? Lo último que necesitaba era que Shion se resfriase con este clima…

Entró en la habitación y encontró a Shion acostado en la cama, de espaldas a él. Nezumi habría pensado que Shion solo estaba durmiendo sino fuese por el hipido que vino de su cuerpo.

"¿Shion? ¿Estás bien?" preguntó Nezumi mientras se dirigía hacia el chico de pelo blanco. Cuando Shion no respondió, Nezumi sacudió el hombro de Shion y, para su sorpresa, Shion apartó su mano.

"¡Hey! ¿Estás bien? ¿Shion?" dijo Nezumi, incluso más preocupado cuando vio que los hombros de Shion se sacudían con un sollozo.

"Estoy bien" replicó Shion con voz temblorosa, todavía dándole la espalda a Nezumi. Nezumi frunció el ceño mientras se inclinaba para agarrar la barbilla de Shion.

"Mírame cuando te estoy hablando, Shion"

Alzó el rostro de Shion suave pero firmemente para que quedasen mirándose, y el corazón de Nezumi casi se rompe ante lo que vio.

Los ojos de Shion estaban enrojecidos por el llanto, y su rostro parecía hinchado. Nezumi podía ver nuevas manchas de lágrimas cubriendo el rostro de Shion, y parecía tan miserable que Nezumi casi entro en pánico. ¡No sabía lo que hacer!

"Shion, ¿qué sucede? ¿Por qué estás llorando?" preguntó Nezumi mientras Shion hipaba e intentando volver su rostro hacia la pared. Nezumi sostuvo la barbilla de Shion con firmeza y acercó su rostro un poco más. Iba a averiguar que había hecho que Shion se molestase, incluso si Shion le odiaba por ello.

"No es nada, de verdad" murmuró Shion, evitando tanto sus ojos como la pregunta.

"Shion, si algo te está molestando tanto como para hacerte llorar, entonces deberías contármelo" intentó razonar Nezumi y Shion le miró, sus ojos rubíes brillando con lágrimas.

"Es solo… que extraño a mi madre. Sentí mucha nostalgia durante todo el día y, no importa lo que haga, ¡no puedo dejar de llorar! Solo quiero ir a casa" murmuró Shion miserablemente antes de que otro hipido lo asaltase. Otra ronda de lágrimas amenazó con surgir, pero Shion lo detuvo, desesperado por no llorar frente a Nezumi. Sabía que este estaría enfadado con él por estar tan aferrado a su pasado…

Para sorpresa de Shion, Nezumi lo atrajo en un fuerte abrazo, Shion quedando recogido y cerca del chico de cabello negro. Presionado contra el pecho de Nezumi, Shion no pudo evitar el sentirse muy seguro y a salvo, y casi cierra los ojos. Sintió como si su corazón estuviese helado y roto, pero con ese simple abrazo, Nezumi había calentado esos pedazos y lentamente los había unido de nuevo.

Nezumi se dio cuenta, con una repentina sensación de urgencia, de que era más cálido que Shion – y Nezumi acababa de alejarse del frío. Quizás Shion de verdad estaba enfermo…

"Está bien llorar por eso" dijo Nezumi suavemente contra el pelo de Shion, y escuchó a Shion hacer un ruido de reconocimiento "Es la primera vez que pasas la Navidad sin tu madre o amigos. Está bien sentirse mal por eso"

En lugar de responder con palabras, Shion se acercó más a Nezumi, hasta que sus cuerpos estuvieron tan cerca que ni siquiera un trozo de papel podría interponerse entre ellos. Nezumi se sorprendió por este repentino gesto, pero no cuestionó a Shion cuando este comenzó a temblar, sollozando y gritando contra el pecho su pecho. Nezumi sintió su corazón romperse por cómo se estaba sintiendo Shion, y llevó sus brazos a la espalda de Shion y le acarició mientras este lloraba. Aunque lo que Shion estaba sintiendo nunca había sido lo que Nezumi había sentido antes, hacía daño a Shion y esto, a su vez, le dolía a él.

Envuelto en el calor de Nezumi, Shion no pudo evitar soltarse y llorar. Podía sentir sus lágrimas empapando la camiseta del otro, pero no podía evitarlo mientras Nezumi envolvía el frío cuerpo de Shion con sus cálidos brazos. Shion se aferró desesperadamente a Nezumi y este le habló suavemente mientras le frotaba la espalda. Se sentía tan bien y reconfortante, que las lágrimas de Shion solo duraron unos minutos antes de perder energía como para llorar más.

Se quedaron así, solo abrazándose, con el rostro de Shion enterrado en el pecho de Nezumi, y la cabeza de este sobre el sedoso cabello de Shion. Shion podía escuchar el latido del corazón de Nezumi contra su oído, y formaba un ritmo hipnótico y rítmico. Shion podía sentir que comenzaba a quedarse dormido al ritmo del corazón de Nezumi cuando sintió que su mano cubría suavemente la parte inferior de la barbilla de Nezumi. Nezumi miró a Shion con una extraña expresión antes de inclinarse lentamente.

Con un sobresalto, Shion se dio cuenta de lo que Nezumi estaba a punto de hacer. Sin embargo, en el momento en que los labios de Nezumi tocaron los de Shion con una gracia parecida a una pluma, corrientes de electricidad estallaron entre ellos, y Shion cerró los ojos, incapaz de luchar contra la electricidad que corría entre ellos.

Nezumi no pensó. Cuando vio el triste rostro de Shion mientras comenzaba a quedarse dormido, escuchando el sonido del propio corazón de Nezumi, la mente de este se quedó en blanco cuando una sensación de confusión intensa lo inundó, haciéndole sentir calidez. Tomó la barbilla de Shion y acercó sus labios a los de este, incapaz de controlarse. Presionó suavemente los labios fríos de Shion, intentando no sorprender al chico de ojos rojos. Tenía la indescriptible necesidad de alejar con besos esas lágrimas, de abrazar a Shion cerca de él mientras estaba herido y lloraba. Cerró sus ojos y profundizó ligeramente el beso cuando Shion empezó a corresponderlo lentamente, sus fríos labios amoldándose suavemente a los cálidos de Nezumi. Los brazos de Shion envolvieron los hombros de Nezumi y lo acercaron cuando el brazo libre de Nezumi se colocó detrás de la cabeza de Shion para mantenerlo ahí atrapado.

La electricidad crepitó entre los chicos mientras profundizaban el beso, la lengua de Nezumi deslizándose en la boca de Shion. Este gimió suavemente e hizo lo mismo, arrancando un suave gemido de Nezumi cuando acercó aún más al chico de pelo blanco. Esto era mucho más intenso que sus últimos besos…

De repente, dándose cuenta de lo que estaba haciendo, Nezumi abrió los ojos con un sonido de sorpresa y se alejó de Shion, ambos muchachos respiraban pesadamente.

"Shion, yo… no quería" empezó Nezumi antes de que su rostro se pusiera de un rojo brillante por la vergüenza. ¿Cómo podía ser tan estúpido? ¡Solo se aprovechó del dolor de Shion y le besó, sin importarle cómo Shion se sentiría por ello! Nezumi podía sentir el intenso calor extenderse por su rostro y bajó la mirada.

Pero Shion le correspondió el beso…

"Lo siento mucho por eso. No volverá a suceder, lo prometo. Solo estoy cansado, es todo. Me acostaré ahora, debería estar mejor mañana" tartamudeó Nezumi incoherentemente, y corrió fuera de la habitación, dando un portazo detrás de él. Una vez que Nezumi llegó al sofá, se derrumbó echo una bola, sosteniendo su rostro entre sus manos. ¿Qué narices acababa de hacer?