Tras una misión fallida que puso en riesgo su vida, Quatre lleva tres meses perdidos. Cuando Trowa lo encuentra descubre que está amnésico. El problema es que necesitan recuperar una información que Quatre ocultó, y concluir la misión, sólo que los persiguen quienes dañaron a Quatre y Preventers, por todos los protocolos que rompieron por rescatarle.

Después de todo, aun eran jóvenes. Tenían tiempo suficiente para cometer más errores, antes de colisionar uno con el otro, inevitablemente. Y de eso se trataba la vida, de cometer errores y aprender de éstos.

Después de ser enviados a una misión suicida, Heero y Duo, deben continuar con su búsqueda constante de la paz.

El vínculo entre Heero y Quatre no es un obstáculo para las relaciones que ellos tienen con Duo y Trowa, respectivamente.

Arena, sol y mar, las vacaciones deseadas. Un Duo que no lo puede evitar, y Wufei ganando una guerra sin sentido.

El típico escenario de una guerra en proceso, sangre, visceras, fuego, explosiones y el constante ruido de gritos de muerte y la música que componen los inmensos robots en los que varios de los soldados combaten.

Porque era como una tormenta de arena en medio de un desierto en guerra, peligroso, letal, impredecible.