Entonces, Sesshomaru le demostró la verdadera debilidad de su existencia. Agarrándola por la cintura, hizo que se pusiera de puntitas. La cogió por las muñecas, le subió las manos e hizo que le ahuecara las palmas alrededor del cuello. En ese momento lo abrazaba con tanta plenitud como él a ella, y Kagome no fue capaz de retirar las manos.

La oscuridad empezó a invadirla lentamente, penetrando cada espacio de su ser.Y no hubo marcha atrás, ella permitió que la oscuridad se plantara en su noble corazón. . . . ¿Él podrá verla entre tanta oscuridad? Pero sobre todo, ¿podrá rescatarla?

"Aunque tu rostro es hermoso tu corazón es gélido cual témpano de hielo. Para ti cuyo negro ser refleja únicamente el odio y el rencor, el camino que el destino te repara no es más sino el de la muerte y la desolación. Jamás serás amado, pues toda mujer cuyo amor te brinde morirá entre tus garras que todo a su paso desmoronan". Esta es la historia del trágico pasado de Sesshomaru.

Inuyasha cree que Kagome ha muerto. Sesshomaru se niega a aceptar que aquella taiyokai que puso a latir su congelado corazón es la misma humana que creía la mujer de su hermano. Y Kagome, Kagome aún no se resigna a la pérdida de su humanidad.