Bueno, creo que esta vez no me tarde tanto, no tengo mucho que decir excepto gracias a todos los que han dejado sus reviews, ayudan y me motivan a seguir, igualmente gracias por sus follows y favorites.

Sin mas ni mas por favor disfruten ;)


Capítulo 4: De vuelta a las andadas.

Un cálido pero gentil sol se alzaba en la hermosa mañana de un sábado y al igual que hace un tiempo sus brillantes rayos de luz habían despertado a cierto ninja albino inter-dimensional.

Kabuto ya se había acostumbrado, después de todo en su antiguo mundo con tantos cambios constantes de locación una alarma no era precisamente lo que cargaba en su equipaje. Los shinobi acostumbra levantarse temprano para aprovechar el día, aunque siendo sinceros, su nuevo estilo de vida lo había vuelto un poco más flojo y relajado.

Ahora mismo Kabuto se sentaba cómodamente sobre el sofá de la sala, entre sus manos un enorme tomo de enciclopedia era sujetado mientras sus ojos leían el contenido a través del cristal. Después de tanto tiempo parecía que había recuperado su antiguo pasatiempo, la lectura, aquel viejo amor que tenía años atrás en el internado. En esta ocasión no solo era por gusto sino por necesidad, estando en un mundo nuevo era lógico que lo mejor era aprender todo lo que pudiera, aunque para su suerte las culturas y la regla general de cómo funciona todo era algo que se mantenía parecido, claro, sin shinobis.

Junto a él y sobre su cuello su fiel serpiente y amiga se deleitaba de igual manera leyendo el amplio libro lleno de conocimiento, claro sus mentes estaban conectadas pero eso no quería decir que no pudieran tener privacidad de vez en cuando y disfrutar de lo mismo desde su propio punto de vista.

Al voltear la hoja Kabuto espera seguir con su lectura pero fue inútil con todo el ajetreo en el segundo piso, ya llevaba así un rato y a pesar de que había intentado ignorarlo los constantes… gemidos de cierta lamia lo hacían difícil. Kabuto sabía lo que realmente pasaba, nada subido de tono realmente, seguro otro intento de progresar con su cariño y esté tratando de zafarse de su estrujante agarre

" …Esa chica debería aprender a controlar su fuerza antes de que termine matándolo"

Pensaba con aburrimiento y compasión por su amigo el alvino ninja. Sacudiendo la cabeza ferozmente Kabuto se propuso olvidar todas esas extrañas sensaciones causadas por el ajetreo, era extraño, esto ni remotamente hubiera tenido ningún efecto en él en años pasados, además Kabuto solo quería a Miia como una amiga. Tal vez era cierto que su vida estaba cambiando, incluso más rápido de lo que el blanco reptil pudiera pensar.

Aun podía recordar los primeros días después de que llegara, la chica se había comportado tímida y calmada junto a él aunque con el paso del tiempo y con su creciente confianza dejo salir su verdadero yo. Kabuto no podía evitar extrañar esa actitud suya a veces, era más saludable para todos que ella se mantuviera tranquila. Kabuto solo soltó una risa nerviosa ante la idea.

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(Flashback: Dos semanas antes, Residencia Kurusu)

Ya deberían ser las cinco de la tarde y para confirmarlo el sol empezaba a ocultarse en el horizonte, pintando de varios tonos de rojo y naranja el cielo, dándole una apariencia hermosa y tranquila. Era curioso, tal vez simbolizaba el final de un día, pero Kabuto podía sentirlo como el inicio de una vida.

Ahora helo aquí, sentado a la mesa esperando por su primera comida en este su nuevo hogar, más precisamente la cena. Hubiera preferido llegar más temprano pero cuando llegaron la hora de la comida ya había pasado, dejando para unas horas después solamente la cena.

Ya se había relajado un poco más tras un par de horas conviviendo con Kimihito y Miia, una charla mientras tomaban algo de té en la sala, aunque le gustaría poder decir lo mismo de la lamia. Miia aun parecía algo nerviosa y expectativa, aunque según el propio Kimihito tal vez ella no espera vivir con más de un extra-especie, bueno, ya sabían que no lo era pero simplemente había que admitir que la apariencia de Kabuto era diferente.

El joven ninja no podía evitar sentirse fascinado por su anatomía, aunque ya había leído los reportes no era lo mismo poder ver en persona a una mujer cuya parte inferior era una larga cola roja con vientre amarillo de serpiente. Era cautivador y fascinante, aunque Kabuto prefirió no comentarlo, después de todo no era apropiado. Ya investigaría más a fondo sobre las extra-especies despues.

Curiosa la vida pues ahora Miia estaba sentada justo a su izquierda y al frente de la mesa el joven humano se había sentado tras servir los platos de delicioso pollo a todos.

"Bueno, Kabuto, que tal si continuamos con la charla, nos estabas contando sobre tu viejo hogar, el orfanato"

El orfanato, no era algo que precisamente Kabuto compartiera con cualquiera, al menos el antiguo Kabuto, además estas personas ya no eran cualquiera. Así que como un gesto de buena fe Kabuto decidió compartir una de sus memorias más dolorosas pero al igual más preciadas con ellos, aunque tal vez no entendieran cuanto significaba para él.

"¡Ah, claro! ¿Dónde me había quedado…? A sí, la noche en la que llego Danzo; pues básicamente no teníamos manera de satisfacer sus demandas para poder seguir recibiendo los recursos de Konoha, así que esas misma noche me ofrecí para acompañarlo y volverme parte de Raíz. Él parecía complacido, después de todo yo había logrado sobresalir en el ninjutsu médico, y esto le intereso, y bueno, esa fue la última vez que vi a mi hogar, y mi madre…"

No era exactamente cierta aquella última parte, pero sinceramente si él mismo no podía recordarlo sin sentir un nudo en el corazón, mucho menos contarlo. Kimihito parecía comprensivo y solo le daba una sonrisa gentil y de apoyo, parecía entender perfectamente la importancia de la familia y los vínculos que esta forma. Por su parte Miia se encontraba cabizbaja, tratando de entender las acciones del nuevo huésped en aquel entonces.

"Pero… no lo entiendo Kabuto-san, si lo hubieran rechazado aun te hubieras podido quedar con la gente que querías"

Kabuto miro el rostro de la lamia, mostraba una expresión de sincera tristeza por él además molestia. Kabuto solo pudo darle una leve sonrisa llena en realidad de gusto, el corazón de esta chica era puro y bueno, sin conocer la verdadera oscuridad que el mundo… o su antiguo mundo, podía mostrar.

"Si, Miia, pero todos hubiéramos sufrido, y aunque yo lo hubiera podido soportar no hubiera podido ver como mi familia pagara el precio. Hay veces, que amamos tanto a alguien que no nos importa sacrificarnos por esa persona"

Parecía ser que su explicación le había bastado, aunque aún seguía algo pensativa. Viendo aun cierta molestia en el rostro de la lamia, Kabuto decidió cambiar el tema, después de todo era mejor que ella no se preocupara por esas cosas.

"… Además, Miia, ya te lo había dicho, no tienes que agregar el '-san'. Solo Kabuto está bien, en serio"

La chica parecía sonrojarse un poco ante eso, después de todo a poco tiempo de conocerse Kabuto ya parecía haberle agarrado confianza y aprecio. Ante Miia, Kabuto era solo un alma buena, que había tenido las cartas equivocadas en la vida, ahora solo se esforzaría por ayudarlo como pudiera y darle su amistad era un buen paso.

(Fin del Flashback)

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Regresando a la realidad Kabuto se percató de los pasos que lenta y cansadamente bajaban por las escaleras, volteando la cabeza pudo ver sin esfuerzo a un muy amolado Kimihito, que parcia sufrir dolor con cada paso que daba.

"¿Y… todo bien?"

Pregunto Kabuto, aunque tuvo que repetirlo una vez más pues parecía que a pesar de todo el ajetreo aún se encontraba algo adormilado.

"S-si… uff, ya le prepare el baño y ahora debería estar tomándolo… vaya manera de despertar. ¿No te molestamos verdad?"

"N-no, claro que no, ni siquiera los oí"

Una mentirita piadosa, y a pesar de su buen corazón Kimihito no era ningún ingenuo, pero prefirió reír ante el comentario.

"Si… Miia puede ser algo… Miia, pero es una buena chica"

Comento el joven humano, a lo que Kabuto solo asintió para estar de acuerdo. Y era verdad, a pesar de estar en su misma situación, Miia había sido muy amable con él y lo había ayudado en lo que podía, aunque ella misma necesitara ayuda en entender la cultura humana.

Dejando a un lado el inicio de la mañana ambos chicos se dispusieron a preparar el desayuno. Según Kimihito no tenía por qué hacerlo, pero Kabuto no podía quedarse sentado como un inútil a que le dieran las tres comidas del día (Después de todo él era realmente humano), así que llegaron a un acuerdo; Kabuto cocinaría sus propias comidas además de preparar la comida de vez en cuando… aun así, en más de una ocasión terminaba comiendo lo que su amigo preparaba, simplemente no se podía evitar.

Tras terminar su baño Miia bajo y se unió al par de chicos en el desayuno, pasaron un buen rato acompañados de una divertida charla en la que las bromas y el humor no faltaron. Al terminar Kabuto se ofreció a lavar los platos, Kimihito aceptó gustoso, después de todo hoy tenía que lavar la ropa sucia de la semana y como siempre Miia lo siguió detrás.

Kabuto solo se divertía al ver como Miia parecía no despegársele ni un minuto, sus sentimientos por él eran obvios, aunque Kabuto tenía más problemas en descifrar lo que él sentía por ella, sabía que la quería pero no sabía hasta qué punto lo hacia el chico.

Prefiriendo dejar la idea a un lado se sumergió en una interesante plática mental con su querida y fiel serpiente, una de muchas conversaciones sobre la vida, sus misterios y significado… ¿Quién diría que una simple reptil pudiera ser tan profunda e intelectual?

A pesar de lo interesante que la conversación se había tornado fue abruptamente interrumpida cuando un desgarrador grito resonó en la casa. Kabuto no tuvo que siquiera pensarlo un segundo, y en un instante dejando a un lado cualquier cosa corrió a una velocidad alucinante a la terraza donde encontró a una desconsolada Miia sentada sobre su cola, con lágrimas que empezaban a brotar de su rostro.

"¡Miia! ¡¿Qué sucedió?!"

Pregunto Kabuto sin perder un instante, entre sollozos y algunas lágrimas Miia logro responderle.

"E-es… E-era… C-cariño…"

Oh bueno, casi.

"Miia, mírame"- Dijo Kabuto mientras la tomaba por los hombros y la miraba a los ojos- "Tranquilízate, vamos, respira"-Asintiendo un poco la lamia que empezó a respirar, aunque tal vez demasiado rápido haciendo que empezara a ahogarse- "¡No, NO! Más despacio, ¡tranquilízate mujer!"-Serenándose un poco Kabuto prosiguió, siendo ninja medico en el pasado sabia como manejar la histeria- "Ahora, de nuevo, ¿Qué paso?"

"Es Cariño… una… u-una arpía se lo llevo"

"…"

"…"

"…¿Qué?"

"¡Que una arpía se lo llevo!"

"Si, si, entiendo que es una chica mala, ¿Pero quién y a dónde?"

"No, Kabuto, ¡literalmente una arpía! Con alas, plumas y patas de pajaro"

"¿Una extra-especie? Por ahí hubieras empezado"

Miia solo miro con una expresión molesta y seria a Kabuto, podía empezar una escenita ahora mismo, pero salvar a su cariño era mucho más importante, ya le gritaría a Kabuto al rato.

"Bien, ¿En qué dirección huyo… o voló?"

Miia apunto con un dedo la dirección en la que la perpetradora se había ido con su amado ser, Kabuto entrecerró los ojos mientras trataba de controlar sus emociones, no era momento para dejarse llevar por la ira ni la venganza, debía encontrar a su amigo pronto pues solo dios sabía lo que esa dichosa arpía le pudiera hacer.

Sin quedarse atrás la joven serpiente empezó a sacar su lengua captando rápidamente el rastro en olor que habían dejado, por fortuna aún estaba fresco.

"Bueno, ¿Qué estamos esperando? A por ella"

"Kabuto, ¡espera! No podemos salir sin que Cariño nos acompañe o nos arrestaran"

Kabuto solo maldijo en sus adentros, era cierto, aun no tenía su estatus de humano y si alguna extra especie salía sin su anfitrión esta era arrestada y llamaban a M.O.N.

"… No importa, vamos, antes de que pierda el rastro"

"P-pero-"

"Miia, ya me las arreglare, no te preocupes. Además, no quieres salvar a… tu cariño"

Ante sus palabras Miia solo guardo silencio, apretando los puños y frunciendo el ceño esta empezó a marchar delante de Kabuto.

"Andando"

Dijo con una voz vengativa y enfadada que solo una mujer despechada podría igualar. Tragando saliva Kabuto la siguió de cerca, Miia podía ser intimidante cuando se lo proponía.

XXXXXXX

El valor que Miia irradiaba hace tan solo unos minutos parecía haber desaparecido tan pronto entraron a la ciudad. Moverse por los suburbios había sido fácil, a esta hora no había mucha gente en casa, aun así en las agitadas calles de la selva de asfalto esa era otra historia. La joven lamia ahora solo se aferraba con fuerza a la sudadera de Kabuto mientras se resguardaba tras su espalda. Ya había salido antes, claro estaba, pero ahora sin cariño la idea de ser atrapados en cualquier momento la tenía inquietada y para colmo las constantes miradas de los peatones no ayudaban.

Kabuto solo suspiro, esto iba a ser más difícil de lo que pensó, no era sencillo encontrar rutas no concurridas en esta ciudad, además siendo 'ambos' extra-especie era normal que las miradas curiosas de la gente los acorzaran… para su desdicha. Sin mencionar que Miia le estaba clavando las uñas a su sudadera favorita. M.O.N le había proporcionada sus ropas hace ya un tiempo, aunque la variedad estaba algo limitada; unos cuantos pantalones resistentes y funcionales de este mundo, unos llamados jeans así como algunas camisetas a juego y por ultimo algunas sudaderas blancas y grises con capucha y doble cierre, para que su serpiente pudiera salir por el vientre.

El joven ninja tenía que admitir que sentía casi como una de sus antiguas misiones, aunque mucho más limitado por supuesto. Ya habían eludido a algunos oficiales que hacían sus patrullajes ocasionales, aunque para su mala suerte el rastro los conducía al parque, el cual aún estaba a varias cuadras de ahí.

Sin que se pudieran percatar una figura se había escabullido entre la multitud y ahora se acercaba peligrosamente por sus espaldas. Kabuto estaba demasiado concentrado como para notarlo, y aún más la asustada lamia, pero la figura cada vez más se les acercaba por detrás. Una mano enguantada se empezó a alzar, cada vez más cerca…

Finalmente los había alcanzado y poso su mano sobre el hombro de Miia, sujetándola en el lugar. Esta no tardo en notarlo ni en hacer que Kabuto lo hiciera igual. Con un fuerte grito la joven lamia dio un salto hacia delante casi derribando a Kabuto en el proceso. Rápidamente el albino shinobi se interpuso entre el atacante y su amiga, sus pupilas se dilataron y su serpiente enseño los afilados colmillos. Parecía que por fin iba a volver a pelear aunque él no quisiera.

Aun así, contra lo esperado, la figura no presentó ninguna lucha, al contrario, parecía asustado ante las acciones del ninja.

"L-lo siento, chico, solo quería venderles unos relojes… jeje"

Confeso el hombre de bata mientras habría esta para enseñarles la amplia colección que se ocultaba ahí. Kabuto solo sintió una fría gota de sudor recorrer su cara, esto debía ser una mala broma entre las coincidencias.

"¿Un reloj?"

Pregunto Miia detrás de Kabuto, que ya se encontraba más calmada tras comprender el malentendido.

"Olvídalo, Miia, estos tipos solo son unos estafadores"

Le susurro Kabuto, a lo que este empezó a notar la escena que habían hecho, todos los peatones se habían juntando alrededor de un circulo para ver al ataque de la pareja de extra-especie. Sintiendo la presión el joven ninja se dio cuenta que lo mejor era salir de ahí y rápido.

"No queremos nada, ahora piérdete"

Y dicho eso tomo la muñeca de Miia mientras la guiaba en dar la vuelta a la esquina y meterse en el primer callejón que encontró. Pegando su espalda a la pared asomo lentamente su cabeza para asegurarse de que nadie los perseguía. Nada, todo bien.

"Kabuto, ¿Qué pasa?"

Pregunto la lamia confundida por las acciones de su amigo, además de algo incomodad.

"Llamamos demasiado la atención, ahora será casi imposible que la policía no nos esté buscando… las calles ya no son una opción"

Le respondió dándole una lógica explicación, Miia asintió pues tenía razón, ya no podía continuar por las calles a menos que quisieran ser atrapados y si eso pasaba nadie rescataría a su cariño. Pero, ¿ahora qué? No podían regresar y además esa no era una opción. Mirando el rostro de Kabuto podía notar como su amigo está inmerso en su mente, calculando y analizando buscando una opción para salir de su predicamento y rescatar a su amigo.

Tras algunos momentos de incomodo silencio para Miia, Kabuto por fin encontró una idea que le parecía buena, aunque su rostro parecía tornarse en una expresión incomoda y nerviosa.

"Ok Miia, tengo una idea, pero necesitare que te sujetes bien"

"¿Qué-?"

Y antes de que pudiera proseguir se encontraba levantada en los brazos de Kabuto, algo al estilo nupcial.

"K-K-Kabuto ¿Q-qué… qué haces?"

"Sujeta tu cola bien, estoy a punto de dar un gran salto y no quiero que te caigas"

Fue todo e inmediatamente Miia se amarro firmemente al torso de Kabuto. Ya había oído sobre lo que él era capaz, pero no estaba segura de querer experimentarlo de primera mano.

"Auuuu… M-Miia, demasiado fuerte…"

Susurro Kabuto, pues no podía hablar con todo el aire que le faltaba con el apretón mortal por la fuerte cola de Miia. Incluso su serpiente estaba empezando a desmallarse. Al notar su error, la joven chica disminuyo la presión, con un lindo lo siento.

Dejando a un lado la incómoda situación, en más de un sentido, Kabuto flexiono las rodillas y empezó a canalizar su Chakra en las piernas. Antes de que Miia pudiera decir algo Kabuto dio el impulso final y ya se encontraban volando por los aires, la pobre chica no pudo contener un grito de miedo al ver su corta vida pasar frente a sus ojos. No duro mucho, al menos hasta que llegaron al techo del edificio de al lado.

Su descanso no le duro, pues Kabuto continúo su apresurada carrera a toda velocidad en dirección al parque saltando de edificio en edificio, preguntándose de hecho porque no se le había ocurrido esto antes.

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Finalmente, después de varios saltos imposibles para un humano y de que Miia quedara afónica, llegaron a su destino. Aterrizando firmemente y con fuerza, Kabuto no pudo evitar dañar el piso pastoso del parque, dejando en su lugar un pequeño cráter. Realmente había acumulado bastante Chakra en sus pies, pero era eso o recibir el fuerte golpe de la caída que hubiera lastimado a Miia. Nadie iba a llorar un pedazo de tierra de todos modos.

"Bien, ya puedes bajarte Miia… Miia, ¿Me oíste? Ya puedes bajar"

Repetido Kabuto al ver que la pobre chica estaba en algún estado de shock, pera tras algunas sacudidas esta reacciono y termino desenrollándose de su blanco amigo. El shinobi no pudo evitar sentirse algo preocupado al ver como aún estaba algo distante, aunque prefirió ignorarlo por el momento, en su experiencia medica diría que ya se le pasaría. Realmente las lamias no estaban hechas para despegarse del suelo, huh.

Empezando a olfatear el área de nuevo Kabuto no tardo en encontrar el rastro de Kimihito y de esa supuesta arpía. Apresurando el paso y asegurándose de mantenerse oculto entre arbustos y árboles siguió la dirección que llevaba a su amigo, Miia le seguía de cerca pues parecía que ya se había recuperado un poco más.

Tras algunos momentos de escabullirse entre los arbustos por fin podía sentir su aroma a tan solo unos pasos, justo detrás de esas yerbas.

"Miia, creo que ya lo encontré"

La cara de alegría que la chica puso no tenía comparación ni tampoco la manera en que tronaba sus nudillos, esperando darle una buena paliza a quien se haya atrevido a secuestrar a su amado cariño. Kabuto solo sintió escalofríos con cada crujido, pero lo ignoro de inmediato, preparándose para lo peor se dispuso a atacar si era necesario, ¿Qué amigo seria si ni siquiera pudiera protegerlos? Tomando el arbusto entre sus manos empezó a apartarlo lentamente, buscando no ser descubierto antes de tiempo… poco a poco la maleza se apartaba, aclarando la vista del reptil dejándole ver la posible escena… su mente se llenaba cada vez más rápido de imágenes preocupantes, pues solo dios sabía lo que el pobre Kimihito pudiera estar sufriendo… poco a poco y…

"…¿Qué rayos…?"

Se había planteado varios escenarios en su mente, peleas, torturas, o incluso lo peor… pero ciertamente no lo que acontecía ante sus rectilíneos ojos.

Helo ahí, el hijo prodigo, con una paleta de nieva en mano y un chica de corto cabello azul lamiéndola de forma… extraña, por así solo podía mirar con una cara bastante confundida a la par de una ceja que temblaba mientras la joven seguía devorando ferozmente el helado.

"¿Y bien, lo hallaste?"

"U-uh… n-no mires todavía Miia"

Dijo Kabuto sabiendo bien que no era lo mejor que Miia viera esta escena, después de todo la conocía lo suficiente como para saber de lo que sería capaz. Dando la orden a su serpiente esta hizo lo único que podía en ese momento… morder el rostro de Miia.

Claramente ella empezó a gritar y forcejear, pero la reptil estaba bien aferrada a ella. Ignorando el desastre tras sí, Kabuto rápidamente se dispuso a llamar la atención de Kimihito. Tras sus susurros no tuvieran ningún efecto simplemente le lanzo una pequeña piedra en la cabeza. Esto sí que llamo su atención y de inmediato busco al atacante, solo para encontrar a su buen amigo Kabuto dentro de unos arbustos a un lado suyo asiéndole gestos para que se acercara.

"… ¿E-eh? Esto… Kabuto, puedo explicarlo…"

"¡Olvida eso y ven acá!... pero sí que necesito una explicación"

Grito Kabuto mientras pensaba esta última parte, realmente necesitaba una explicación para todo eso, pero había prioridades.

Tras dejar el helado con la chica Kimihito rápidamente se acercó con su amigo notando su cara de confusión y clara molestia.

"Kimihito, mi amigo… ¡¿Qué rayos haces?!"

"B-bueno, veras es una historia graciosa…"

"Yo arriesgando el trasero para venir a salvarte de tu supuesta secuestradora, ¡solo para verte disfrutando de la vida! ¿Qué pensaría Miia si ve esto?... ¡Oh mierda, Miia!"

Maldijo Kabuto tras recordar cómo es que se había encargado de Miia hace un momento. Boletando rápidamente Kimihito también logro ver como Miia estaba luchando con la serpiente de Kabuto, buscando despegarla de su rostro. Tras pedírselo, la pequeña reptil finalmente solto la cara de la pobre chica.

Kabuto podía sentir la mirada asesina de Miia llegar hasta lo más profundo de su alma, su coraje e ira parecía irradiar un aura de perdición.

"¡Kabuto! ¡¿Qué rayos te pasa?!"

Grito exasperada la lamia, tomando por el cuello al joven ninja, sus manos ahora como pinzas que parecían imposibles de abrir.

"L-lo s-siento Miia, p-pero hay una buena razón para ello, veras…-"

Y hasta ahí llego su explicación, pues Miia empezó a estrujarlo mientras lo sacudía hacia delante y atrás. De hecho era una escena bastante cómica, si se ignoraba al pobre Kabuto que empezaba a perder el conocimiento. Todo por encubrir a su amigo, pero bueno, entre hombres hay que ser solidarios.

"M-Miia, tranquila, ya suéltalo"

Y como si todo en el mundo dejara de existir Miia voltio a ver a los ojos de su cariño, sintiendo como una alegría que pareciera explotar soltó a Kabuto para dejar que este callera al suelo y se lanzó a los brazos de su amado.

"¡Cariño, que bueno verte! Me tenías tan preocupado, pensé por un momento que no te volvería a ver y… y…"

El discurso pre-preparado de Miia se detuvo cuando esta noto como la misma chica que se había llevado a su cariño se acercaba por detrás y simplemente esperaba con una sonrisa en el rostro, feliz de la vida.

"C-cariño, ¿Qué haces con esta chica?"

Pregunto Miia, y con justa razón, mientras soltaba a Kimihito y posaba de nuevo su mirada asesina sobre la arpía. El joven humano solo se interpuso entre las dos chicas, esperando prevenir cualquier ataque de la lamia, conociendo bien lo celosa que podía llegar a ser. Sacudiendo las manos busco tranquilizar a Miia mientras empezaba a explicar lo que había pasado después de que se lo hubieran llevado volando: Simplemente la chica necesitaba un anfitrión que se hiciera cargo de ella pues aun no tenía uno, así que solamente tomo a Kimihito y se fue, aun así este aclaro que no era mala, solo algo torpe pero era una buena chica. Al terminar Miia solo tenía una pregunta para la chica.

"¿Bueno, y que quieres tú con mi cariño?"

"…¿uh, de que hablas, si él es mi esposo?"

"…"

"…"

"…¡¿QUÉ?!"

Grito a todo pulmón Miia, preguntando por si había escuchado mal, incluso un semiconsciente Kabuto logro de alguna manera preguntar lo mismo. Sin embargo cualquier futura riña murió antes de empezar cuando la chica de repente pregunto ¿Quiénes eran ellos? Rápidamente ambos reptiles se dieron cuenta de que esta arpía no era precisamente el cuchillo más afilado que había, si entiende lo que digo.

"cerebro de pájaro…"

Pensaron Miia y Kabuto, que decidieron no tomarla tan enserio con su última declaración.

Tras una pequeña discusión más parecía que las cosas empezaban a calmarse, y los malentendidos deshacerse. El pequeño grupo de jóvenes fue sorprendido cuando un oficial pasaba casualmente por ahí, tras ver el cuerpo tirado de Kabuto en el césped se acercó para ver que todo estuviera bien. Miia rápidamente empezó a explicar que él solo estaba algo cansado y por eso decidió descansar un rato.

"Bueno, si ese es el caso… ¡Oh! Ya recuerdo, lo siento chicos, pero ando haciendo inspecciones sorpresa, con la pena pero necesito ver sus papeles de alojamiento"

Declaro el oficial, mientras extendía la mano para recoger sus credenciales de extra-especie. El primero fue Kabuto, que extendía la mano para dar su credencial desde el suelo, después le siguió Miia con un lindo 'aquí tiene oficial'.

"Oh no…"

Susurro Kimihito, a lo que Miia se acercó para preguntarle lo que estaba mal, este le recordó que la chica aun no tenía papeles, pues a cada rato escapaba del centro M.O.N por lo que aún no le habían asignado a un anfitrión. Kimihito pensó en las posibilidades hasta sentir como lo tomaban por el brazo, bajando la mirada noto como la joven arpía lo miraba con ojos triste y suplicantes, rayos, era justo como un cachorro.

"Esposo, Papi no quiere irse, Papi quiere quedarse"

Suplico la chica al recordar que sería deportada fuera del país por infligir las leyes, hablando curiosamente en tercera persona. Kimihito tenía que pensar rápido, todo sería mejor si Kabuto estuviera de pie, el usaría alguna artimaña ninja y los sacaría de este embrollo, pero ya que esa no era una opción tenía que idear algo y rápido. ¿Pero, qué hacer?

El sudor frio recorría su cuerpo mientras se ponía cada vez más nervioso, para colmo el oficial estaba empezando a impacientarse. Temiendo lo peor Kimihito pensó en la alocada idea de noquear al oficial y salir huyendo, no era la más brillante idea, pero al menos era una, sino Papi la arpía seria expulsada por siempre.

"Aquí tengo sus papeles, oficial"

Dijo una voz femenina que todos conocían bien. El oficial junto con el grupo de chicos voltearon para ver como una elegante mujer en traje negro se acercaba con un folder en mano, tras entregárselo al representante de la ley y de que esta lo revisara el asunto quedo arreglado. El oficial se marchó dejando a un confundido grupo de extra-especies y humanos confundidos.

"Señorita Smith, ¿Qué hace aquí?"

Pregunto Kimihito, buscando una respuesta a su salvadora.

"Bueno, esta pequeña de aquí se nos ha estado escapando últimamente, así que finalmente encontré el anfitrión perfecto para ella y vine a cariño-san, oficialmente eres ¡su nuevo anfitrión!"

Declaro bastante animada la Srta. Smith, a lo que solo pudieron quedarse en shock Kimihito y las dos chicas, Papi más que nada por la alegría, y el par de tortolos pensando en las futuras complicaciones que esto suponía… en especial para los planes amorosos de Miia.

"Genial, otra chica más en la casa, viva mi vida… uuh-"

Pensó con claro sarcasmo Kabuto, mientras finalmente caí en profunda inconciencia, noqueado por los abusos de Miia.

Parecía que la vida del joven ninja empezaba a cambiar cada vez más rápido.


Bueno, heló ahí. Espero que les haya gustado, si encontraron algún error lo lamento, hay veces que pequeñas cosas se me pasan :/

Criticas CONSTRUCTIVAS serán bien venidas, al igual que sus sugerencias que serán consideradas.

Sin nada más me despido, recuerden, no olviden dejar un review ;D nos vemos.