Holaaaaa!FELIZ AÑOOOOO...

No me resistí. Tenía este fic planeado desde hace un tiempo y simplemente me llegó la inspiración para comenzarlo a escribir...

Basicamente la historia va así: Bella queda huerfana a una temprana edad, sin ningun familiar que pudiera hacerse cargo de ella, el Estado lo hace, enviandola a una casa hogar. Sin embargo, a los 9 años queda ciega por haber sido una de las víctimas de un desastroso incendio. Carlisle queda asignado a su caso, teniendo que mudarse desde Londres hasta Forks. Felix esta en proceso de reivindicar sus pecados por ello es parte de los Cullen, de cualquier manera, siente curiosidad de la pasión de Carlisle por la medicina y lo acompaña en la travesía que es el caso de Bella, sin embargo queda encantado con ella una vez que la conoce.

PROMETO ACTUALIZAR PRONTO MIS DEMAS HISTORIAS :):)


UNSEEN


Capítuo 1: Hope

Un dedicado doctor llega nuevo a aquel extraño pueblo pues ha sido trasladado desde Londres para tratar a una jovencita muy particular que por situaciones ajenas a ella, no puede salir de aquel hospital en el que está internada.

Una jovencita adorable, de apenas unos 15 años de edad, pero ciega. Carlisle se encarga de su caso, prometiendo hacer todo lo que estaba en sus manos para curar lo que la pequeña tenía.

Isabella había quedado ciega cuando tenía 9 años. Había sido una víctima circunstancial de un incendio en su antigua escuela, apenas habían logrado sacarla con vida antes que el edificio explotara. Ella tiene talentos excepcionales, ya que se le privó de la vista,su oído con el pasar de los años se ha agudizado notablemente, lo mismo con sus otros sentidos, el olfato, el gusto y el tacto. Siendo esos 4 sentidos lo único con lo que podía contar, ya que tercamente se había negado a un perro lazarillo, aunque si se había visto en la engorrosa tarea de llevar un bastón.

Pero ahí estaba en la clínica, internada ya que le habían dicho que posiblemente habrían encontrado algo que ayudara a mejorar su condición. En otras palabras, podrían operarla, pero eso no garantizaba al cien por ciento que recuperara la vista. Pero dadas las circunstancias, Bella intentaría cualquier cosa.

Carlisle había viajado solo. Sus "hijos" tenían que terminar el instituto, y no ayudaría en nada que su esposa se mudara al mismo tiempo que él. ¿Qué dirían los humanos, acerca de ambos padres ausentes, tan cerca de terminar el año escolar?. Aunque sus hijos fueran vagamente unos años menor que él, y dudosamente necesitasen de una persona que los cuidara. Aún así, Esme había aceptado quedarse. No pasarían mucho tiempo separados, tres meses, quizás un poco más.

Isabella a sus 15 años no se caracterizaba por ser una paciente a la que le gustara esperar, no era muy paciente. Su tiempo valía oro, no por ser invidente significaba que no tuviera otras cosas que hacer. Sin embargo, la dulce mujer que la había cuidado durante su estadía en el orfanato le recordó que este era un médico nuevo, que probablemente no conociera bien el hospital y por ende intentara comportarse un poco mejor. Isabella resopló con fastidio pero mantuvo sus quejas para sí, admitiendo a regaña dientes que su tutora tenía razón.

No pasó mucho tiempo hasta que Bella escuchó vagamente unos pasos acercarse. Durante los primeros días se había dedicado a la tarea de diferenciar las pisadas. Ahora podía decir cuando venía la enfermera, cuando el médico, cuando su tutora y cuando iban a la habitación de al lado. Era algo asombroso, le respondió la enfermera cuando se lo contó, y se había animado en seguir esforzandose en eso. Durante los días siguientes se había dedicado a intentar diferenciar los pasos de las distintas enfermeras que a veces la trataban, sin éxito todavía, pero como le dijo la enfermera, Roma no se hizo en un día.

-Buenas tardes-Bella supuso que el saludo venía de la persona cuyas pisadas había escuchado. -Soy el doctor Cullen.- Carmen, la tutora de Bella, se levantó de su puesto para estrechar la mano del doctor.

-Un placer doctor.- Bella sintió que su boca se transformaba en una involuntaria sonrisa.

-Hey doc- la suave risa masculina hizo que el ambiente se reljara.

En los años que Carlisle llevaba ejerciendo jamás se había encontrado con una chica que inspirara de primer momento un instinto de protección tan potente, ni siquiera cuando encontró a Edward, o a Esme, aunque sabia que el caso de esta chica era diferente.

-Hey a ti también querida. ¿Cómo te sientes?-Hizo las preguntas de rutina, su nombre, su edad, algo de su vida. Generalmente lo hacía por dos razones. Una para conocer un poco a su paciente y dos para saber si además de la condición de dicho paciente había algún daño neuronal del que ocuparse, o si estaba todo bien. Se alegró de saber que con esta chica todo parecía ir estupendamente,apartando la obvia razón de su visita.

Carlisle le contó un poco de que iba la investigación. Bella tendría que pasar un tiempo en observación, y estaría bajo diferentes análisis, pues eran muchas las cosas de las que él quería encargarse antes de darle la noticia a Bella de si la operación era algo posible o no. Sus esperanzas estaban puestas totalmente hacia la posibilidad de la operación, y cuando le prometió a Bella (cuando él se estaba yendo de la habitación) que daría lo mejor de sí y más, lo decía en serio. Carlisle Cullen cumple lo que promete, así llueve, truene o relampaguee, el cielo se caiga o el mundo se esté acabando. Y la sonrisa esperanzada en ese aniñado rostro le dio un motivo extra para cumplir su promesa.

-¿Crees que podré ver?-Bella no pudo evitar hacer la pregunta.

-El doctor parece bastante decidido a lograr que lo hagas, así que sí. Creo que lo harás-respondió Carmen. Ella no era humana, pero desde que era una jovencita de la edad de Bella, había querido dirigir una casa hogar, donde podía alojar a la mayor cantidad de niños posibles para poder encontrarles un hogar. Bella siempre fue una niña difícil, con un carácter único y un temperamento de cuidado, pero era honrada y amorosa, y aún con su discapacidad visual logró ganarse el cariño de muchos. Carmen se sentía responsable por ella, ya que había sido decepcionada por una pareja que la había llevado de paseo un día, pues se debatían entre adoptarla o no; al final del día la pareja decidió que querían un niño más pequeño. De haber sido en circunstancias diferentes,Carmen hubiera espantado a esa pareja, pero existía la posibilidad de que se llevaran a uno de los pequeños, y realmente ellos eran los que más necesitaban un hogar. Así que después de esa decepción, Carmen optó por hacerse cargo ella de Bella como su tutora legal, no quería arriesgarse a adoptarla y quitarle la posibilidad de que una familia la adoptara y le diera el calor de hogar que buscaba.

Bella sonrió ante la perspectiva de ver el sol de nuevo, y fantaseó con el brillante futuro que le esperaba, si la operación tenía éxito. Carmen admitía que temía por su pequeña, ella era aún una niña, y no soportaría verla desencantada o decepcionada, no de nuevo. Ella más que nadie sabía los deseos que tenía Isabella por ver de nuevo, pero la mente aniñada de la chica no se preocupaba por esas cosas. Soñaba con salir a caminar por las calle sin tener que llevar ese estúpido bastón, soñaba con dar vueltas bajo el sol, soñaba con miles de cosas, cosas que esperaba cumplir.

Carlisle por su lado estaba analizando los primeros resultados que habían llegado a sus manos. Tenía más pacientes de los que preocuparse, pero como médico sabía que siempre habría uno que se convertiría en una prioridad, y su prioridad era aquella menuda chica que descansaba con actitud esperanzada en esa raída habitación. Suspiró cansado, había sido un viaje largo desde Londres, y aunque no fuera posible que se cansara físicamente, si lo estaba psicológicamente, pero le había hecho una promesa a Isabella y el día era joven.

Los resultados ayudaban a su actitud positiva, eran exactamente lo que él deseaba que fueran, si todo seguía este mismo rumbo, la pequeña podría ver pronto.

Tras haber pasado toda la noche trabajando en ese descolorido consultorio, que apenas contaba con el escritorio y la computadora, decidió que podía darse un descanso e ir a alimentarse y luego dar una vuelta de reconocimiento por el pueblo.

Como esperaba, su llegada ocasionó bastante conmoción, quizá un poco más de lo que imaginaba, y pronto se encontró completamente divertido por lo imaginativa que puede llegar a ser la mente humana. Había descubierto hace muchos años que los humanos siempre especularían sobre ellos, no por nada eran increíblemente atrayentes a ellos, como una flor carnívora; así que lejos de enfadarse, decidió indagar más en su nueva historia.

De vuelta a Londres, los chicos Cullen se preparaban para una gran mudanza, cajas aquí, maletas allá, cuadros descolgados de sus paredes, y la mitad de la casa embalada y lista para ser enviada a Forks. Habían decidido llevarse todo lo que la casa contenía. Jamás habían estado en esa parte de la península, por lo que la experiencia requería una mudanza con todas las de la ley. Esme era la más entusiasta de todos. Alice se encontraba nerviosa, algo obstruía sus visiones, pero no entendía qué exactamente.

Felix,antiguo miembro de la guardia de los Vulturi, había sido aceptado con los brazos abiertos en la familia por la promesa que él hizo de querer renunciar permanentemente a una vida de despotismo y violencia, su vena política sobresalía cuando se cometía una injusticia, y más de una vez se le recordó que no estaba en él ejercer justicia, pues el mundo estaba regido por un orden que lograría que las personas correctas fueran debidamente castigadas. Este alto y corpulento vampiro era el único soltero que quedaba en la familia, Edward había sido atrapado hacía cinco años por una linda vampiresa rusa llamada Tanya, al principio él se había negado completamente a tener algún tipo de relación con ella, pero con el tiempo, y valga decirlo, la determinación de la chica, Edward no había tenido oportunidad si quiera de procesar el año nuevo, cuando se presentó ante la chica con un anillo de compromiso, para sorpresa de todos. Su felicidad era notable. Así que la familia ahora constaba de cuatro parejas y él, quien estaba en proceso de redimirse por todas las vidas arrebatadas.

Nada de eso le importaba a nadie de la familia, cada uno tenía un pasado turbulento que lo acosaba, Jasper con las guerras del sur, Emmett con el cargo de una familia luego del abandono de su padre, Rosalie con los altos estándares sociales de su época, Edward con la promesa del ejército, Carlisle con las persecuciones que encabezó por ordenes de su padre, Esme por la pérdida de un hijo, Alice con la experiencia en aquél espantoso psiquiátrico en el que sus padres la habían condenado, Tanya con el sentimiento de culpabilidad de no haber podido evitar la muerte de su madre (o transformadora) por culpa de los niños inmortales. Como decía algún pasaje de la biblia "El que esté libre de pecado que lance la primera piedra".

Bella se permitió dormitar toda la tarde. No le apetecía escuchar la televisión ni escuchar música. Generalmente le gustaba que alguna persona le leyera algún poema, o algún libro. A pesar de ser independiente en la mayoría de las cosas se había negado a aprender a leer como una persona ciega lo hace, aunque lo había hecho, por insistencia de Carmen, aún así odiaba hacerlo,por lo que si podía evitarlo, lo hacía.

Sentía que acababa de dormirse cuando escuchó como la puerta de la habitación era abierta con sigilo. Un olor a manzanas le llegó, pero no era el olor frutal, era algo así como la esencia natural de una persona. Y pronto asoció el olor de las manzanas con el doctor Cullen, quien para su regocijo traía buenas noticias.

-Así que si podré ver- Carlisle sintió su inerte corazón estrujarse ante los ojos soñadores de la chiquilla frente a él.

-Si todo sigue tan bien como ahora. Si.-Bella sollozó de alegría y Carlisle sonrió. Había ido por dos razones, una para asegurarle a Carmen que su identidad estaba protegida con su silencio, ya que era la misma que la de él, y la segunda razón, evidentemente era para dar las buenas nuevas.

Con la esperanza de un brillante futuro Bella volvió a recostar la cabeza en las almohadas para dormir un rato más. Eso, si la emoción le permitía dormir.


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Espero sus reviews...

1/01/2014

Paty4Hale