Ultimo capitulo de Roulette Of Memories. Feliz Día del Amor y la Amistad. Se les quiere y aprecia con todo el corazón. Notas de la autora al final del capitulo.

(Para el concurso del dibujo de la portada final: Estaré subiendo mi perfil de facebook, mi cuenta en DeviantArt y mi cuenta de Tumblr en mi perfil de autora. ¡No duden en contactarme!)

Muchas gracias a:

Kira-Itsuki-san: XD En serio que me ha dado gracia eso de "El animal de Kenny", no sean tan malas con el tío "lindo" de Livai (?). Muchas gracias por tu rvw y gracias por haberme seguido hasta aquí. Un vaso de agua virtual como regalo (?)

Yami: "Esta chica es pariente del mangaka?...por que se empeñan en matar inocentes?" Es que me he sacado un master en tragedia con Isayama (?) Sea como sea, muchas gracias por tus rvw, toma tu vaso de agua virtual como regalo y gracias por haber seguido mi historia hasta aquí sin mandarme a la mierda, en verdad ustedes son los mejores lectores del mundo.

Atzuko-san: AAAAAAH ATSUKO-SAMA *se pone ropa interior antiviolacion por si acaso* Me alegro haber satisfecho tus ansias de drama intenso, espero que esto no sea demasiado XD Y dile al señor Ale que tambien estoy sorprendida que no lloraras por ellos (como la mayoria hizo) por eso te doy tu vaso de agua con un poquito mas de agua (?) Muchas gracias por todos tus rvws y por haberme seguido hasta el final para decirme que tan bien o que tan mal lo hice (y por la dosis de la palabra sagrada de Atsuko-sama). ¡En verdad gracias!

Gaby93Gaby: XD Wow, que me compares con The Hunger Games... Gracias X'D, debo haber hecho algo bien, tal vez una protagonista igual de emo o haber matado gente de forma dramatica (Ok no XD) Muchas gracias a ti por leer y aqui esta el final que esperabas (o tal vez no) Un vaso de agua virtual para ti. Y si seguire escribiendo o no... Jejeje, esta alerta, tal vez lo haga pronto ;)

Gii-chan: Gracias por las lagrimas, las he recolectado y creo que me alcanza para bañarme con ellas como por un mes XD XD Y alguna vez tenia que terminar, esto estaba demasiado largo, tanto drama jode el corazon y el cerebro (?) XD XD.

RPD: Yo tambien te quiero xD XD

RPD2: Si, se que podria hacer un libro, por eso digo que estaba muy largo xD XD

RPD3: No, el Levi del pueblo XD XD

PD4: Por haberme ayudado con algunos capítulos, tu te llevas un vaso de agua y un taco (?)

PD5: Ultimo capitulo al fin, muchas gracias por haberme seguido hasta aca, Gii-chan, en verdad.

IchigoLee: XD XD XD Este review y eso de Historia, LOL. Yo soy quien te da las gracias a ti por haberme seguido desde el principio, incluso cuando algunos capítulos eran patéticos, incluso cuando mate a tanta gente y las puse con el corazon en un hilo XD Siento mucho tus lagrimas y de nuevo gracias. Un vaso de agua virtual para ti. Como dije antes, esta alerta, tal vez publique algo pronto ;)

Srayt: XD aunque tus reviews son cortos, son tan divertidos xD Muchas gracias por haberme seguido hasta ahora. Un vaso de agua para ti y ojala disfrutes el final. ¡Muchas gracias de nuevo!

06Mika: XD no tanta popularidad, pero me siento halagada por ustedes. Muchas gracias por leerme, espero disfrutes el final. Muchas gracias por tu rvw tambien! Un vaso de agua para ti.

Apailana: Dicho asi, me siento como una asesina en serie xD Muchas gracias por leerme hasta aqui a pesar de haberte destruido el corazon asi, tambien gracias por tus reviews, espero que disfrutes (o tal vez no disfrutes) del final, y tambien espero estar subiendo mas historias pronto! Un vaso de agua virtual para ti! XD XD

Tu (Decía Yo, pero como yo soy Lukia, entonces Yo eres Tu (?)): Si, soy humana... Bueno, no tando xD Muchas gracias por haber dejado rvw! Me encanta la gente que se atreve a dejarlos aun ahora! Un vaso de agua virtual para ti.

JaiKu: Con tantas lagrimas comenzare a ponerme joven XD No dire nada en cuanto el final, pero aun asi espero que lo disfrutes. Muchas gracias por tus rvws, toma tu vasito de agua y gracias por leer mi historia hasta acá.

RPD: Por favor, esta alerta, tal vez pronto suba algunas cosas ;)

RPD2: Tal vez XD

Karoru Gengar: X'D es una lastima que hayas terminado entrando en el espiral de perdicion cuando esta a punto de acabarse, el dolor sera mas grande (?) Y en verdad, haber pasado tanto tiempo leyendo esta tonteria... Me siento halagada, muchas gracias realmente por tu rvw. Me alegro aun asi por tu rvw, muchas gracias por haber leido mi humilde historia y toma un vaso de agua por ser buena chica -ok no XD- Ojala disfrutes del final!

RPD: gracias por seguir y dejar de favorito!

SakuM: ¡Aqui la continuacion, seeeeeh! ¡Muchas gracias por tus rvws y toma tu vaso de agua por ser buena! (?)

Saya: *bañandose con los insultos y las lagrimas* LARALIII LARALUUU LARAMUAAAAAAAAA~~~ (Muchas gracias por tu rvw, aqui al fin el final, un vaso de agua para ti)

Kuroneko: XD XD ¿quien se habra muertooooo? Y pobre mujer, espero que al fin puedas dormir xD Muchas gracias por tus rvws y haber llegado hasta aca conmigo, toma un vaso de agua y unas pastillas para dormir que lo vas a necesitar. ¡Un abrazo para ti tambien y ojala disfrutes el final!

deyna-noa: XD gracias por la introduccion a la telenovela del año XD XD Siento haberte dejado asi, pero por fin, el final de esta mierda ha llegaooo! Muchas gracias por tus rvws, por haberme seguido hasta aqui y toma tu vaso de agua por ser buena lectora 8D

RPD.1: Terror, lol ¿Donde? XD

RPD.2: No, solo he leido el manga xD

RPD.3: Historia es la hostia carajo.

RPD.4: LOL siento haberle matado a toda su familia XD XD

Rivaille's wife: No pos si mamo (?) XD No llores, toma unos clenex y preparate para el final. Tu tambien te mereces un vaso de agua grandote y bien frio por haberme seguido hasta el final de este fanfic tan terrible, muchas gracias por todos tus rvws y siento tanto haber tardado tanto en actualizar.

Min-Akane-Akatsuki: Lo que paso es que mate a los hermanos, lol.*aplaude por el discurso* Parece que he logrado hacerte sentir terriblemente mal... ¡Cumpli mi objetivo como escritora xD xD :Trollface: ¡Muchas gracias por tus rvws, por haberme seguido hasta el final aunque mate a todo el mundo! Un vaso de agua para ti tambien, y saca los pañuelos para el final (?)

Koisshi Saotome: XD es divertido que algunas pidieron que me tardaran y otras que me apurara, al final... Hice lo que me dio la gana, lo siento mucho XD Muchas gracias por tus rvws y por haberme seguido hasta aqui. Un vaso de agua para ti y ojala disfrutes del final.

KawaiLove: ¡Gracias por tu rvw y por leer el final! ¡Un vaso de agua para ti! Y siento lo de tu corazon (?) XD

UntouchableBerserk: XD Siento haberte jodido el sueño, Dany-chan, me encanta tu nombre nuevo 8D Sigo sin dar spoiler sobre el final pero aun asi espero que te guste, gracias por aceptar el destino de Reader-chan (?) Y LOL, siento mucho... Actualizar? XD XD Muchas gracias por seguirme hasta tan lejos, toma tu vasito de agua bien fria 8D

RPD: Gracias por los regalos! *se va con su ancheta y su almohada a esconderse*

RPD2: 8B 8D 83

Anna: Espera, tengo que recalcar que me he partido de risa con el comienzo de tu rvw, bendita seas XD. No hablare del final, me niego a dar spoiler incluso ahora (aunque no tiene sentido lol) Aun asi, espero que disfrutes de este ultimo capitulo, muchas gracias por haberme seguido hasta aqui y por todos tus rvws, un vaso de agua virtual para ti. :)

Monzee YMRU: XD Gracias por tu rvw, toma tu vaso de agua con hielo por ser el rvw 390 (?)

Y gracias por darle favorito y a seguir 8D

ACLARANDO CLARESAS CLARAMENTE (?):

"blablabla" son pensamientos

-blblblblaaaa- son dialogos

-..., fue a casa de pedro.- estan diciendo el nombre o el apellido del lector.

"-jhjklla-" flashback

Espero les guste este capitulo!

Disclaimer: Shingeki No Kyojin NO ES MIO, es de Hajime Isayama!

Advertencia: Lenguaje Vulgar, OOC y Contenido Sexual

So Ist es Immer - Hiroyuki Sawano/Benjamin Anderson

Vogel im Käfig - Hiroyuki Sawano

Call Your Name - Hiroyuki Sawano/Benjamin Anderson

Bird -Yuya Matsushita


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Estoy viviendo enjaulado.

Ni siquiera puedo llorarle

Al cielo nocturno

Aun así, sobrevivo en esta jaula

Y durante el atardecer

Solo sigo esperando.

~o~

Convirtiendo a su flecha en una bala fantasma, el grito de Diamant D'Hiver atravesó el aire.

El sonido de dos golpes secos contra el suelo prosiguió varios segundos después al sonido de las verdaderas balas. Kenny Ackerman yacía en el suelo con una flecha clavada justo en el centro de su frente, habiéndole atravesado la cabeza mientras que en su rostro quedaba gravada una perturbadora sonrisa. La joven subordinada que lo había estado acompañado también yacía en la fría tierra con un enorme agujero en la cara gracias a la escopeta de Levi. Ambos estaban muertos.

La única mujer que quedo en pie observó a Levi bajar su arma en un suspiro inaudible, mirando a su mentor, frunciendo el ceño mientras su cabeza comenzaba a enfriarse al tiempo en que ella al fin bajaba su arco, ignorando el dolor en su brazo gravemente herido.

¿Por qué sonreía ese maldito? Se preguntó Levi.

La respuesta a esa pregunta compartida llego a la mente de su mujer en el momento en que la sangre regreso a su cerebro, junto con una bofetada de la realidad al pisar el charco de sangre que se había formado bajo el cuerpo inerte de su hermano menor, justo a su lado. El arco en su mano se deslizó hasta caer al suelo de forma precipitada, resonando en el silencio sepulcral que reinaba la estancia y causando que Levi intentase observarla desde su sitio, incapaz de detallar su estado desde que ella estaba oculta entre las sombras de aquella esquina de la sala, sumergida en la obscuridad que podía brindar una noche de invierno sin luna. La tormenta de nieve había cesado, tan solo una suave brisa agitaba las ramas de los pinos alrededor de la cabaña.

Por un segundo, él creyó que ella estaba bien, pero pronto se dio cuenta de que se estaba equivocando.

Como muerta en vida, incapaz de percibir mas de lo que su mente le decía, … comenzó a caminar hacia la puerta de la cabaña sin importarle que tan solo llevaba un delgado vestido blanco que no podría protegerla del inclemente clima afuera, sin notar el rastro de sangre que goteaba sobre la gruesa capa de nieve mientras se abría paso por el patio hasta aquel cuerpo tendido a la intemperie, azotado por el gélido y fuerte viento que aun soplaba tras la tormenta. De cierta forma, aunque fuese muy absurdo, tenia la esperanza de que esa persona tirada boca abajo no fuese Elizabeth, su hermana mayor. Así que, sintiendo su cuerpo embotado e insensible, se inclino y tomo el hombro de aquella persona de largo cabello negro para voltearlo boca arriba.

Un enorme agujero atravesaba su vientre, justo ahí donde probablemente había estado su hijo no-nacido. Otro agujero del mismo tamaño atravesaba su frente, sus ojos habiendo quedado abiertos y mirando perdidos hacia la nada, aterrorizados, su boca manchada al haber vomitado sangre antes de morir. Un rastro rojo que subía por todo el sendero hacia la cabaña le daba a entender que el cuerpo de su hermana había sido arrastrado como el de un simple ciervo hasta allí por aquellos cuatro personajes que ahora yacían dentro de la cabaña. Primero habían matado a su hijo y luego a ella antes de arrastrarla, atacando al resto.

Sus hermanos, lo único que quedaba de aquella familia que en años pasados había sido humilde pero unida, llena de vida y calor, ahora estaban muertos por su culpa. Ahora, en verdad, estaba completamente sola.

...O al menos, por lo que le restaba de vida.

Al final, aunque Kenny había terminado perdiendo la vida, no se había ido sin pelear. Porque si después de que ella gritara para distraerles habían sonado tres disparos, uno había terminado dentro de aquella mujer rubia, otro más había atravesado la pared cercana al cuerpo de Levi, y el otro…

¿El otro disparo hacia donde se había dirigido?

Escuchando a Levi acercarse lentamente hacia ella sin prestarle atención realmente, una sonrisa cínica recorrió su rostro mientras mirabas la expresión de aquel pálido cadáver en la nieve, una gota de sangre escurriéndose por la comisura de su labio… Uniéndose al creciente manchón rojo en su pecho.

"Ah… Creo que lo sé."


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Vogelkäfig

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Un dolor fulminante torno tu vista a blanco por un instante, arrancándote un gemido y quitándote la fuerza de forma repentina, haciéndote caer pesadamente de rodillas en la nieve. Escuchaste a Levi jadear preocupado y correr a duras penas entre la gruesa capa de nieve, abriendo los ojos de par en par al verte caer. Solo después comprendió lo que pasaba, cuando noto el rastro de sangre que habías comenzado a dejar cuando saliste de la cabaña.

Tú lo sabias… Hacia donde se había dirigido esa bala faltante.

Dejando un agujero en tu pecho y en tu espalda del cual la sangre comenzaba a salir a borbotones, tiñendo tu pulcro vestido blanco en carmín. Kenny había cambiado su objetivo a último minuto, tu habías logrado captar al instante las intenciones que tenía desde que comenzó a mover la escopeta hacia ti, pero ni siquiera intentaste esquivarlo, no si a cambio tenías que desistir de disparar la flecha y dejarlo vivir un minuto más, el tiempo suficiente como para que intentase hacerle daño a Levi o lograse convencerlo de entregar a Eren y a Historia. Era por eso que había muerto con una sonrisa tan cruel en el rostro: Al final él había comprendido que si bien no saldría vivo de allí, tampoco dejaría que ustedes dos olvidaran lo que había ocurrido esa noche… De alguna forma, u otra, él haría que hasta su último aliento quedase grabado en la mente de su discípulo, como si intentase re-enseñarle una lección que había olvidado al conocerte: Los soldados de la Legión de Reconocimiento estaban condenados a morir tarde o temprano y apegarse a alguien era un error que se pagaba caro.

Un jadeo se escapó de tus labios, abriendo los ojos de par en par y llevando una mano a tu herida en un intento infructuoso de detener el sangrado, sintiendo un dolor tan terrible que apenas te dejaba pensar. -…Mierda...

Él gritó tu nombre en respuesta cuando fue capaz de reaccionar ante lo que sus ojos le mostraban, arrodillándose frente a ti en un parpadeo, lanzando la escopeta lejos y sujetando tus brazos entre sus manos antes de que pudieses caer por completo al suelo. Cuando intentaste hablarle terminaste tosiendo algo de sangre, haciendo que su rostro palideciera y que aquellas gotas rojas que le habían salpicado accidentalmente resaltaran de forma siniestra en su piel color leche…

-Levi... ¿E-estas bien…?- jadeaste suavemente, sujetando sus hombros con ambas manos antes de comenzar a palparle el cuerpo con la adrenalina aun corriendo por tus venas, buscando heridas de la bala que la mujer había disparado contra él e ignorando por completo tu propio estado hasta que te hubiste asegurado de que él estaba sano y salvo, suspirando aliviada sin darle importancia al ver que, sin querer, habías manchado con tu sangre la larga y demasiado delgada chaqueta verde que llevaba puesta. –Por un momento… Estuve tan asustada…-

Pero él no respondió. Sus ojos permanecían muy abiertos, mirando la sangre que había manchado tus labios, tu pecho y que comenzaba a correr hasta empozarse en la nieve, derritiéndola… Comenzando a mostrar algo que nunca habías visto en él, en todos esos años juntos:

Terror.

-Te disparo…- La verdad no lo culpaste, también estarías aterrorizada si a él le hubiesen metido un balazo con una de esas pistolas de un solo tiro, cuyas municiones eran capaces de desintegrarle la cabeza a alguien, pero tu mente estaba demasiado nublada con tus impulsos como para ser consciente de lo que realmente te estaba pasando. Tan solo eras capaz de sentirte aliviada al saber que Levi estaba a salvo.

Cerraste los ojos. La adrenalina comenzó a perder efecto y el dolor se hizo cada vez más potente, haciendo que tu cabeza palpitara y que rechinaras los dientes, intentando contener los gritos que deseaban salir en busca de aliviar la presión. –N-necesito recostarme…-

Él no dijo ni una sola palabra, apenas fue capaz de obedecer, sentándose en sus tobillos sobre el suelo nevado y recostándote en su regazo con extremo cuidado, pero haciéndote gemir de puro dolor con cada bala había atravesado tu cuerpo, probablemente atravesando uno de tus órganos y desintegrándolo, causándote el más indescriptible de los dolores.

No había que ser un maldito genio para saber lo que iba a pasarte. Sujetando tu herida con una mano, cerraste los ojos y suspiraste adolorida, girando el rostro lentamente hacia la puerta abierta de la cabaña donde Dánae aún se encontraba. Que niña tan extraña, aun con el jaleo que había ocurrido durante todo ese tiempo en ningún momento despertó a pesar del sonido de las balas… Estabas agradecida por su discreción accidental, si Kenny o sus acompañantes hubiesen conjeturado que ella era la hija de Levi y no una de tus hermanas como probablemente habían creído que era, probablemente hubiese corrido un destino mucho más obscuro que el de tus verdaderos hermanos y el tuyo.

Entreabriste los ojos apenas, mirando por el rabillo del ojo y por la puerta abierta lo que se podía vislumbrar de los cuerpos de Charles, Zarahi y Harry, llegando a tu mente la imagen de ellos tres mientras yacían ensangrentados en el suelo, sin vida… De nuevo habías fallado en protegerlos. Las lágrimas comenzaron a correr por tus ojos hasta caer al suelo pero tu expresión permaneció inmutable, tu cerebro, tu corazón, todo estaba demasiado embotado dentro de ti por el dolor como para ser capaz siquiera de lamentarte apropiadamente por sus muertes, a pesar de que todo había sido tu culpa desde el principio hasta el final, a pesar de que te habías esforzado por salvarlos y tan solo les habías condenado. Los "si yo hubiera" empezaron a pasar por tu cabeza al mismo tiempo en que lo hacían los minutos… Pero...

La palabra clave en todo eso era, justamente, "Hubiese".Pero nunca lo hubo y nunca lo habría ya.

En algún momento, Levi comenzó a acariciar tu cabello con una delicadeza que jamás, en todo el tiempo que habías estado junto a él, había tenido en sus manos siempre toscas y ásperas; como si tuviese pánico de romperte si te tocaba muy fuerte. Le habías escuchado susurrar algo parecido a "Los demás vienen en camino… Vas a estar bien… No llores…" algunas veces, como si intentase convencerse a sí mismo de ello mientras una y otra vez su mano pasaba entre las hebras suaves que salían de tu cabeza, sin importarle que estaba hecho un desastre, lleno de nieve y sangre.

Este era, en definitiva, el fin.

-Levi...- susurraste, sintiéndote cada vez más débil, mareándote al estar perdiendo demasiada sangre en poco tiempo. Él no te respondió. -Levi… Levi… Enano bastardo...-

Al fin sus ojos convertidos en vendavales se posaron en ti, demostrándote que tenias su atención.

-...¿Quieres que te cuente un secreto?

Él no dijo nada, ahora su mano cálida como un sol acaricio tu pecho, sobre tu corazón, su ceño frunciéndose ante ese ofrecimiento tuyo tan repentino y fuera de lugar. Tomaste eso como un asentimiento silencioso y sonreíste ligeramente, apartando la mirada hacia el cielo de la media noche. No había luna… Pero si un hermoso mar de estrellas. Ni una sola nube después de la tormenta.

-La verdad es… Que siempre quise ser más… Importante que la humanidad para ti...- Notaste por el rabillo del ojo que la expresión de aparente calma que Levi mantenía oculta bajo su flequillo, con la cabeza gacha, era cambiada por una de genuina curiosidad ante tus palabras, mirándote atentamente. Una tos molesta te hizo detener tus palabras, mas apenas te recuperaste, continuaste hablando. -...Siempre, muy dentro de mí, creí que eras como Erwin... Que lo darías todo por eso… Incluso mi vida.-

El Lance Corporal simplemente se quedó mirando tu rostro. Estaba muy silencioso y eso te molestaba. ¿Dónde estaban sus bromas sobre la mierda para acabar con el momento?

-Jamás me intereso eso de… "La Gloria y la Libertad de la Humanidad"… Cuando me uní a la milicia, solo pensaba en darles a mis hermanos… y a mis amigos una buena vida.

"Y siempre fue así, jamás pensé en la humanidad. Poco me importaban las personas más allá de mi banda o mi familia y jamás comprendí porque mi madre se había unido a semejante legión de suicidas. Por mí, si los titanes se hubiesen comido al resto de la humanidad delante de mis ojos, no me hubiese importado un bledo. Yo solo me esforzaba porque deseaba entrar en el top 10 y tener la oportunidad de vivir bien. E incluso aun cuando entre a la Legión, aún quedaban ciertos pensamientos parecidos... Ah... Cuando comenzamos a estar juntos, de cierta forma me sentía incomoda cuando te veía desvivirte por la humanidad, siempre mirando hacia ese objetivo, pasando de todo y todos… Pero todo eso cambio."

-La verdad es que… Antes de graduarme… Un par de soldados de la Legión de… Exploración llegaron... A reunirse con Keith Shardis…- con cierto cuidado, te removiste ligeramente, acercándote un poco más a su cuerpo, cálido. Comenzabas a sentir mucho frió, el frío infernal había congelado tus dedos, tornándolos violáceos. –No recuerdo que ocurrió en ese… entonces, pero si recuerdo... Lo que uno de ellos me dijo esa noche…

"-Los más aptos para matar a los titanes son los que eligen llevar la buena vida… En vez de tener las agallas para proteger a los débiles.-"

Tú no lo notaste por estar observando hacia el cielo, pero por un ínfimo segundo, Levi dejo ver un rastro de la más pura sorpresa en su expresión, clavando sus ojos en la nieve frente a él por un minuto.

-Siempre pensé en ello… Siempre creí que era fuerte… Y en ese momento… Creí que debía demostrarle a ese tipo que mis amigos y yo podíamos ser la excepción a esa regla.- Sentiste una punzada de dolor acalambrarte el cuerpo, pero intentaste no hacer ruido ni alarmar a Levi, fingiendo una pausa cuando en realidad tan solo deseabas gritar de dolor. -…Eso termino de impulsarme para decidirme por la Legión.-

Levi soltó un sonido ahogado y se estremeció, pareció ser una carcajada que había muerto antes de siquiera nacer. Una pequeña sonrisa recorrió tu rostro a su vez… Le había parecido algo irónico. Repentinamente le dio un puñetazo a la nieve junto a él y gruño una maldición, pero tu no preguntaste nada.

De nuevo hubo silencio.

Odiabas el silencio, él lo sabía, él sabia que te gustaba escuchar música ensordecedora, que te emocionaba el ruido y las cosas agitadas… Que solo te gustaba estar en silencio cuando estabas junto a él, pero que aun así preferías escuchar su voz regañándote, hablándote de cualquier cosa, antes que estar en completo silencio…

El silencio te dejaba escuchar tus propios pensamientos, y ahora mismo no deseabas pensar. No deseabas caer en cuenta de lo que estaba pasando justo en ese preciso instante.

-Levi… Oye, Levi…

Levi bajo la cabeza de nuevo, ocultándose detrás de su propio flequillo. Su cuerpo repentinamente tembló.

-…Tch… Incluso ahora eres tan molesta…

Su voz sonaba serena, pero había cierto tono quebrado en ella imposible de esconder. Afligida, levantaste tu mano derecha hacia su rostro, luchando con todas tus fuerzas para lograr pasarla suave y temblorosamente por su mejilla al estar extendiendo aquel brazo destrozado por la bala y que ahora palpitaba por el dolor, dejando un rastro de sangre en la hermosa y pálida piel de tu amado al paso de tu toque.

-Nunca te he dicho que… Pienso que tú no eres lo que pareces ser… ¿Verdad?- Sonreíste débilmente, incapaz de sonrojarte en ese instante por las palabras cursis y tontas que estabas diciendo. Todo fuera por no tener que escuchar el silencio. –Tienes cara de matón... Y de lejos luces como alguien aterrador… Pero de cerca tu piel es tan blanca, tersa y suave... El color de tus ojos es tan bonito… Como tormentas dentro de bolas de cristal… Y tu rostro es tan apuesto…- Usaste tu pulgar para bordear sus parpados ojerosos, probablemente pronto amanecería y no sabías cuanto tiempo había estado sin dormir. –Aunque siempre tienes esa aura… tan distante y fría, por dentro eres cálido y amable… Y aunque dices ser un criminal, sé que en… Realidad eres un héroe.-

Gemiste ligeramente, adolorida y otro ataque de tos te acallo, cubriéndote la boca con una mano. Para cuando la apartaste, no pudiste evitar sentirte preocupada al ver más sangre manchando tu palma junto a la sensación creciente de cansancio, sueño… Escuchaste a Levi mascullar tu nombre, alarmado, mas le devolviste una sonrisa socarrona, limpiándote la mano con la manga de tu vestido. Sin embargo, las lágrimas juntándose en tus ojos no ayudaron a ocultar tu creciente temor…

"No quiero morir…"

No querías irte de su lado. Aun tenias tanto que ver y que hacer, aun no habías sido capaz de ver un amanecer fuera de los muros por ti misma, aun no habías podido comer ese extraño plato del cual Sasha te había hablado tiempo atrás, aun no habías podido ver a tu hija levantarse y caminar, o siquiera decirte "Mamá". Si morías ahora, no podrías seguir luchando junto a Levi y su equipo para poder ser libres... No podrías seguir recordando a tus amigos, ni a los que habían muerto ni a los que ahora ibas a dejar atrás.

Pero al menos, Levi estaba allí contigo. Al menos, lo ultimo que verías seria su rostro. Una suave sonrisa surco tus labios. -No deseaba morir así, pero... Si es entre tus brazos, esta muerte no suena tan ma-...-

-¡YA DEJA DE HABLAR COMO SI FUESES A MORIR, MALDITA SEA!

Su rugido iracundo ahogo tu voz, saltando en tu sitio mientras el Lance Corporal comenzaba a hiperventilar, soltando maldiciones en los dos idiomas que era capaz de manejar mientras preguntaba en voz alta porque los demás tardaban tanto en llegar. De nuevo, como si no te hubiese gritado, volviste a sonreír, pero la tristeza no pudo ocultarse de tu expresión. Las lágrimas comenzaron a caer de nuevo.

-Está bien, Levi…- Como si intentases calmar a un niño, tu voz se hizo tranquila, amable, como cuando le hablabas a esa pequeña bebé con los ojos grises de su padre cuando lloraba demasiado. -…No pasa nada… Todo estará… Ughf…-

-¡Mierda. Aguanta, … !– Era la primera vez en casi seis años que veías la perpetua serenidad del rostro de Levi Ackerman ser eclipsada por una creciente desesperación mientras te miraba, sus manos sujetándote tan fuerte que probablemente dejaría moretones en tu brazo y tu costado. Tú ni siquiera pensabas en ello, ya no había nada que se pudiese hacer; esta vez ni "El Soldado Mas Fuerte de la Humanidad" podría salvarte…

-No lo sé… Supongo que al final no… Soy tan fuerte como para aguantar esto…- sonreíste tontamente, sintiendo los sollozos queriendo salir a la luz cuando notaste que cada vez sentías menos dolor… Tus parpados pesaban y tu vista comenzaba a volverse borrosa, dejando apenas una imagen clara del rostro de tu amado… -…Tal vez si estuviésemos hablando… De un titán…-

-¡Ya deja de hablar!- rugió con los ojos grises llenos del mas vivido terror, sus pupilas saltando dentro de sus parpados mientras te miraba de pies a cabeza. -¡Espera aquí. Iré a buscar a-...!-

-Ni siquiera lo intentes.- Detuviste todo intento de Levi de levantarse con solo cambiar tu tono a algo frío, recibiendo su mirada anonadada. –No quiero… Estar sola cuando tenga que irme, tonto...-

-¡Tu no vas a ir a ningún lado, idiota!

-¡Ya no hay nada que puedas hacer, Levi! ¡Entiéndelo!

Tus palabras parecieron calar en lo mas profundo de su alma, mirándote con los ojos tan abiertos que pensaste se saldrían de sus órbitas... Mas no tardaron demasiado en volverse brillantes al notar como tu rostro se arrugaba y comenzabas a sollozar, incapaz de contenerte. El Lance Corporal dejo caer la cabeza, derrotado mientras comenzaba a temblar, conteniendo sus propios sollozos.

Él lo entendía... Pero no quería aceptarlo. Porque se sentía impotente, porque se negaba a creer que, a pesar de ser capaz de acabar con una horda de titanes él solo, de rivalizar contra una brigada entera, no pudiese ser siquiera capaz de salvar a las personas que él apreciaba. Y así era siempre...

-No puedes irte...- su voz siempre firme, siempre serena y segura se quebró al decir aquello. Trago duramente para intentar recobrar su tono natural, pero aun era tembloroso. -...Es una orden, mocosa idiota... No puedes dejarme... No puedes...-

-Dánae crecerá…- Ignorando olímpicamente sus palabras, tomaste aquel collar que colgaba detrás de la camisa de Levi, aquel con la fotografía de los tres dentro del medallón... -…Cuando tenga la misma edad… Que yo tenía cuando te conocí… Quiero que le des esto.-

-Tch. Yo no voy a darle nada, aguanta un poco más y dáselo tu misma...- escuchaste a Levi mascullar, dolor derrochado en su voz mientras tu presionabas el botoncillo y el portaretratos del medallón se abría ante tus ojos. -Además... Se supone que esta mierda es mía. ¿No?-

Tu miraste con adoración la pequeña imagen de la bebe de cabellos obscuros. También extrañarías mucho a esa hermosa bebé... Mas lagrimas salieron de tus ojos.

-Sería tan lindo... Escucharla decirte "papá"…- susurraste con una sonrisa, observando como el rostro de Levi se desfiguraba en una mueca entre afligida y furiosa, mostrándote sus colmillos. -Hubiese querido poder verla... Crecer un poco mas...-

-Diamant D'Hiver...

Soltaste el medallón de plata y en silencio acunaste de nuevo la mejilla de Levi en tu mano derecha, cubierta por la sangre que salia a borbotones y que manchaba con sangre la pulcra camisa del Lance Corporal, sentado contigo en el charco de tu propia sangre. Como si tu toque fuese capaz de calmarle aunque fuese por solo un segundo, su expresión se suavizo ligeramente al mirarte.

-Tan solo hay... Una cosa que quiero pedirte, Levi. ¿Crees... que puedes cumplirme este ultimo deseo?-

Él asintió con la cabeza sin siquiera pensarlo, una suave, forzada sonrisa socarrona recorriendo sus labios. -Diste tu vida por la humanidad... Si me pidieses darte mi vida a cambio ¿Crees que no lo haría?

Tus ojos brillaron ante sus palabras. Deseaste besarlo, deseaste grabar su rostro de Dios en tu memoria y continuaste mirando su sonrisa, ignorando el dolor que brotaba de sus orbes grises empañados por las lagrimas que no se atrevían a salir de sus ojos... Hasta que lograste ver aquella sombra por el rabillo del ojo y te viste obligada a apartar la mirada de él.

Tu corazón comenzó, lentamente, a bajar el ritmo de latidos. Tu cuerpo comenzó a dormirse, el sabor metálico de la sangre comenzó a subir por tu garganta.

-...Ya es hora.

El dolor comenzó a ser cada vez menos. Ante ti, un hombre joven, apuesto y rubio se habia arrodillado en el charco de sangre que mojaba la nieve, pero que no mancho el elegante uniforme que llevaba puesto para nada. En su cuello un pañuelo rojo, idéntico al que tu llevabas en ese momento en tu cuello, una suave sonrisa recorriendo su rostro, pero la tristeza en sus ojos verdes como jade. Pudiste reconocer a ese joven de inmediato.

"Entiendo... Déjame despedirme."

Te giraste hacia Levi. Era cada vez mas difícil respirar, tus pulmones se llenaban de sangre y él lo notaba, su expresión no podía mantenerse por mas tiempo sonriente... El miedo, la impotencia lleno su rostro, y fue mucho peor cuando te vio sonreirle con tristeza, cuando te vio comenzar a llorar de nuevo. –Lo siento... Tengo mucho sueño, Levi. Así que solo lo puedo... Decir una vez.-

Sus ojos se abrieron de par en par, y aun sin importarle que estuvieras herida, te abrazo contra su pecho, rugiendo, hundiendo el rostro contra tu cuello, estremeciéndose con sollozos que no sonaban. –No te duermas... Por favor.-

Escuchaste la voz de aquel rubio que miraba la escena en silencio, su sonrisa borrándose por un momento mientras miraba a Levi.

-Lucius está aquí... Está esperando...- el moreno tuvo que separarse de ti, mirándote sorprendido y cada vez más aterrorizado mientras tú sonreías, mirando en dirección hacia donde la presencia de tu amigo yacía. –Dice que no hay de qué preocuparse… Vamos a un sitio seguro.-

Enmudecido, Levi miro hacia donde tu mirabas, pero tu sabias que él no podía verlo, no cuando él estaba más de aquel lado que de este en donde tu comenzabas a entrar. Antes de que pudiese decir algo, halaste débilmente la correa en su pecho para hacer que se inclinara de nuevo hacia ti. Con cada minuto que pasaba te costaba más y más ser capaz de hablar y de pensar. Tu corazón latía cada vez menos. Tosiste, escupiendo sangre de nuevo.

-Levi... Prométeme... Que no vas a morir… Hasta que la humanidad sea libre... Hasta que Dánae pueda respirar el aire... Fuera de esos muros... ¿Entiendes?-

Él no dijo una sola palabra, sus ojos comenzando a humedecerse con lágrimas que jamás iban a salir. Como él había dicho, no era capaz de llorar... Ni siquiera cuando tu estabas muriendo. Y la verdad estabas aliviada por ello, no hubieses sido capaz de verlo llorar por ti, te habrías sentido aún más culpable de todo lo que estaba pasando.

-...Entiendo... Lo prometo.

Una suave sonrisa recorrió tu rostro, aliviada. Esa promesa era necesaria... O si no, él... -Levi… Ich Liebe Dich... Meine Flügel der Freiheit...

Estremeciéndose con violencia al escuchar aquella ultima frase, él se inclino repentinamente hasta que sus labios se estrellaron contra los tuyos, sollozando sonoramente como un pequeño niño mientras te besaba. Como si se hubiese derrumbado, te abrazo aún más fuerte contra su cuerpo, transmitiéndote su calor como si el frío que había alrededor no pudiese tocarlo.

-Soy una basura... Nunca lo dije lo suficiente por culpa de mi maldito orgullo...- susurro, y volvió a besarte, apasionado, desesperado, tiernamente, todo al mismo tiempo. Esta sería la última vez que podría decírtelo…-Te amo, ... . Te amo... Mas que a estas alas…-

Tus ojos se llenaron de lágrimas de pura felicidad. Era la primera vez que lo escuchabas decirlo así, directamente, no en francés, no implícito, no entre sueños...

-Snezhinka... Ya no queda mucho tiempo.

Apenas podías respirar.

"Snezhinka no, Lucius... Diamant D'Hiver."

-...Ya es hora de irnos, Diamant D'Hiver.

...

"…Pero quiero seguir junto a él…"

Levi se separó de tus labios, jadeando, sollozando, rogándote con la mirada que no lo dejases. Una ruleta comenzó a dar vueltas en tu cabeza. En cada casilla, un momento feliz o triste que pasaba ante tus ojos, cada memoria de aquella corta, cruel, pero sin duda hermosa vida que habías pasado al lado de tus hermanos, de tus amigos, de Levi, de tu hija... Todo eso sería olvidado.

"…No quiero…"

-…Todo estará bien.

Ya no habrían mas luchas ni esperanzas, ya no más recuerdos… Ante tus ojos, repentinamente, una memoria llego a tu cabeza…

"-¿Aun piensas en unirte a ellos,…? ¿Aun piensas en morir?

-¿Acaso vas a detenerme, Dimitri? Váyanse, si saben lo que les conviene. Yo ya no voy a dar vuelta atrás.

-Prometimos protegerte.

-Te seguiremos y lo sabes, no importa lo que pase.

-Aún hay tiempo de arrepentirse, Snezhinka. ...Aun puedes salvarte. Tendremos una vida sin preocupaciones... Lejos de Karanase, lejos del pasado... Incluso, si encontramos buenas influencias podríamos conseguir a Charlie y a Zara y traerlos con nosotros... ¿No era ese tu sueño?-

-Entonces moriremos todos."

Resultaba algo irónico que tu último deseo, tu ultimo recuerdo era contradictorio al lo que te había impulsado durante los últimos años.

"No quería que ellos murieran… Yo no quiero morir…"

Querías seguir viviendo, querías continuar al lado de tu familia, luchando, soñando, recordando

Gemiste entre lágrimas, desesperada, triste, pero también resignada. -No quiero morir… Quiero estar a tu lado, quiero seguir amándote siempre… Siempre, Levi…-

Pero aun así, forzaste la mejor de tus sonrisas, una última vez para él… E inhalando el aire puro de aquella montaña nevada que te había visto sufrir y amar, nacer y ahora morir, cerraste los ojos.

De nuevo los brazos de Levi te sujetaban con fuerza, te gritaba que no podías abandonarlo. Una luz cegadora y cálida te deslumbraba, y pudiste ver las siluetas de cinco hombres en ella. Tu cuerpo atravesó los brazos de Levi, sintiendo que dejabas algo de ti entre ellos.

Lucius extendió una mano hacia ti, sonriéndote...

Y esta vez tú la tomaste con gusto.

-Chicos... ¡Siento haberles hecho esperar!

...

La mano que sujetaba la correa en el pecho del Lance Corporal Levi se deslizo hasta caer al suelo, manchándose con la nieve sangrienta. El pecho de la mujer en sus brazos se levanto y se hundió una última vez. Y lentamente dejo de sonreír al momento en que el cielo se tornaba aún más obscuro.

Levi pudo ver, sentir como el mundo se derrumbaba ante sus ojos.

Un dolor fulminante, indescriptible, llenaba su cuerpo por completo, dejándolo sin aliento ni fuerzas.

Durante toda su vida había sido alcanzado por balas, por filos, por golpes, por titanes, las cicatrices en su cuerpo eran la prueba de ello. Pero jamas había sentido semejante dolor...

Semejante impotencia como la que estaba sintiendo en ese preciso instante.

"Aun cuando la he sujetado con tanta fuerza entre mis brazos… No he sido capaz de mantenerla a mi lado..."

Si tan solo no hubiese dudado.

Si tan solo le hubiese disparado a Kenny cuando tuvo la oportunidad

Si tan solo hubiese llegado más temprano

Si tan solo se hubiese dado cuenta de sus planes antes

Si tan solo hubiese…

Entonces sintió algo que no había sentido en mucho, muchísimo tiempo... Algo que él se había prometido no volver a sentir nunca jamas...

Arrepentimiento.

"Si tan solo no me hubiese enamorado de ella."

Se arrepintió de todas y cada una de las decisiones que había tomado desde el momento en que había puesto sus ojos en ella. Porque de no haberlas tomado probablemente la mujer que ahora yacía sin vida entre sus brazos estaría en ese momento con vida... Sonriendo.

Hundió el rostro contra el cuello de la mujer, sollozando bajo, deseando poder ser capaz de aunque fuera derramar una lagrima por ella, por la persona a la que más amaba en ese mundo olvidado por Dios... Pero le fue imposible. Tal vez ese era su castigo por todos los pecados que había cometido durante su vida, ser incapaz de desahogar el dolor mortal en su pecho, ser incapaz de lamentarse físicamente por haber perdido algo tan importante de nuevo.

Los segundos pasaron, convirtiéndose en minutos, y estos en horas. Él solo podía abrazar aquel cadáver, sintiéndose literalmente vacío. Como si su corazón hubiese sido arrancado de su propio pecho y solo hubiese dejado una mezcla de fría tristeza, ira y una profunda soledad en su lugar…

Por un momento, lo único en lo que pensó fue en seguirla a donde fuese que había ido.

Desde que tenía memoria, solo recordaba obscuridad, frío y soledad. No recordaba cosas como la felicidad, ni el calor, ni mucho menos el afecto. Y siempre pensó que estaba bien así, que esa era la única forma de vivir y que, de todas maneras, él había nacido solo, viviría solo e iba a morir de la misma manera… Las cosas no cambiarían, él no cambiaría. Y estaba conforme con ello.

Y entonces llegó ella a derrumbar todo en lo que siempre había creído, metiéndose bajo su piel, poco a poco, suavemente como un dulce veneno. Ella que le había dado amor incondicional, calor aun cuando había frio, felicidad en medio de la desesperación, compañía en medio de la soledad… Esperanza en medio de la tragedia… Ahora que le había dado todo eso, y lo había hecho acostumbrarse

¿Simplemente iba a abandonarlo, a regresarlo a ese mismo mundo obscuro, frío y solitario?

No. No lo aceptaba. Él quería estar con ella… Como fuera.

Habiendo maquinado todo en menos de un parpadeo, lentamente se levantó de la nieve, cargándola entre sus brazos. A pesar de que sus extremidades estaban entumecidas por el frío, se hizo paso hasta la cabaña pasando por encima de los cadáveres de las demás personas como si no fuesen más que simples cucarachas muertas. Con la cabeza gacha y la mirada cubierta por sombras, entro a la habitación que él sabia su mujer y su hija utilizaban, lanzando con un brazo los objetos que habían en la cama y depositando su frío cuerpo en su lugar, cubriéndola con las cobijas hasta ocultar su herida, poniendo sus manos sobre su torso como si solo la estuviese preparando para dejarla dormir. Sacando un pañuelo de su bolsillo se inclinó y limpio la sangre en su rostro hasta que estuvo pulcro. Le lanzo una última mirada.

Aun a pesar de todo… Ella lucia tan pálida, fría y hermosa, como un diamante de hielo.

-Déjame limpiar todo primero, Diamant D'Hiver... Pronto iré tras de ti.

Regreso al exterior de la casa, levantando el cadáver de Elizabeth, poniéndolo en su respectiva habitación como también lo hizo con los otros hermanos sin importarle la apariencia que tenían o que sus manos se estaban manchando con sangre coagulada. Tan solo los cuatro soldados de la Policía Militar quedaban en el suelo. Se detuvo junto al cadáver de Kenny por un segundo, mirándolo fríamente, con desprecio.

"...A pesar de que ella estaba preparada para entregarle su vida a la humanidad... Tu, un ser tan insignificante, te atreviste a tomar su vida..."

Tomando todas las armas que se atravesaron en su camino, destapó los cañones y las municiones en completo silencio, comenzando a esparcir pólvora por las habitaciones y la sala. Luego se acerco a la cocina, buscando hasta encontrar el aceite que su mujer utilizaba para mantener el fuego de la chimenea o las lámparas encendidas por más tiempo. Completamente inexpresivo, vertió el líquido espeso sobre los cadáveres, dejando solo intacto el de su mujer y ensañándose en el cuerpo de quien, hasta hacia unas horas, había sido su mentor. Tras acabar, se acerco a la mujer rubia y arranco sin delicadeza alguna la navaja que aun permanecía clavada en su muñeca... Con eso, él iba a alcanzar a su amada.

Lanzando el envase de aceite a un lado, se dirigió a la cocina en busca de cerillos. Comenzaba a caminar hacia la habitación donde estaba la joven para así terminar con la "limpieza" cuando el repentino llanto de un bebé le hizo congelarse en el acto.

De pronto ese mundo destrozado en el que se había hundido dio una vuelta de 180 grados.

-...Dánae...

"¿Cómo es que pude olvidarla a ella...?"

Como si hubiese sido capaz de entender su nombre, el llanto de la niña resonó con mayor fuerza desde su sitio, haciendo a Levi salir de sopetón del abismo en el que se había sumido. Girándose desde su sitio, observo aquella silla que la madre de la niña había puesto en forma de escudo.

Pasando por encima de los cadáveres empapados, el moreno se acercó hasta la silla, agachándose para observar el pequeño bulto de color azul celeste salpicado con sangre que se removía y chillaba. Tenía frío…

Sintiéndose la peor basura que había pisado la tierra por haberse olvidado incluso de su propia hija, con extremo cuidado se arrodilló en el suelo y la levanto con sus brazos, apoyándola contra su pecho y cubriéndola mejor con su manta manchada para que recobrara el calor, meciéndola suavemente hasta que por fin pudo hacerla callar. Diamant D'Hiver no le había dejado sólo. Se había asegurado de que tuviese algo con lo cual obligarlo a mantenerse vivo. Le había atado a ese mundo hermoso y cruel para que él no tuviese más opción que tardarse mucho tiempo en poder alcanzarla... Al menos por un poco más de tiempo.

"Hasta que la humanidad sea libre... Hasta que Dánae pueda respirar el aire fuera de esos muros."

Su corazón, que había estado ardiendo de ira y deseo por regresar con su mujer, rápidamente comenzó a enfriarse. Todos los sentimientos cálidos que Diamant D'Hiver había sembrado en él en aquellos años congelándose hasta que solo el centro estuvo ardiendo con la imagen de aquella pequeña bebé que de nuevo se quedó dormida entre sus brazos…

Una gota de lava encerrada en un bloque de hielo. Eso sería lo único que se permitiría sentir de ahora en adelante. Todo en orden de cumplir esa promesa.

-¡¿Levi?!

Los caballos comenzaron a acercarse y él fue capaz de escuchar un repentino jadeo que se extendió entre aquel grupo de personas recién llegadas. Las manchas de sangre en la nieve los había guiado hasta allí. Se podían ver cadáveres en el interior de la obscura cabaña…

Erwin, Hange, y el escuadro de Levi lo comprendieron de inmediato. La tragedia había alcanzado al capitán de nuevo.

-¡Levi-Heichō!- Eren chillo preocupado, arrancando su caballo seguido de cerca por el comandante, la segunda al mando y el resto de sus compañeros cadetes hasta que estuvieron en la puerta de la cabaña, bajándose de su caballo a brincos y jadeando al darse cuenta de quienes estaban dentro, Mikasa siguiéndolo fielmente. -...Kenny Ackerman…-

Levi no se movió, continuo en aquel rincón obscuro arrullando a Dánae como si nada hubiese ocurrido, escuchando los pasos de sus compañeros al entrar en la casa, notando la pólvora, el aceite y los cinco cadáveres dentro de las habitaciones.

-Llegamos muy tarde...- Hange salio de la habitación donde ... se encontraba, intentando con todas sus fuerzas no derrumbarse. Aquella muchachita con la que había compartido tanto, ahora estaba…

Como si nada estuviese pasando ante sus ojos, Erwin se limito a dar ordenes, frío y calmado como él era, mirando primero a su alrededor y luego a los dos hermanos de Shiganshina. -Mikasa, Eren, tomen a la niña y abríguenla bien. Hange, toma el cuerpo de ... y adelantate, hay que cremarlo antes de que comience a descomponerse.-

Hange miro a su comandante con cierto pesar, sus lentes ligeramente empañados mientras asentía, observando como los jóvenes Ackerman y Jäger se acercaban a Levi, la chica tomando a la bebé de los brazos de su padre mientras que el chico se quitaba su capa y la envolvía con ella, dejando a Levi con los brazos desplomados sobre su regazo, vacíos.

Sin embargo, Hange comenzaba a hacerse paso de nuevo hacia la habitación cuando la voz del Lance Corporal se alzó en tono sereno... Pero con el impacto de un trueno.

-No la toquen.

Confundidos, todos se giraron hacia la figura del capitán. Dándoles la espalda, arrodillado y con la cabeza gacha, lucia derrotado, a pesar de que su voz había sonado firme y serena.

Solo alguien lo había visto así antes.

-Levi.- Erwin lo llamo, su tono firme desde su caballo. -¿Que ha pasado aquí?-

Levi tardo largos momentos en responder. -Fue como lo dijiste, Erwin... Kenny les emboscó e intento negociar conmigo a cambio de su vida. Ella forcejeo antes de que yo llegase y ellos mataron a sus hermanos...

Los impasibles ojos azules de Erwin Smith se clavaron en el cadáver de Kenny Ackerman, notando que mientras todos los demás tenían heridas de bala, en tres de los cuatro cadáveres habían flechas clavadas.

-Yo dude... Y ellos dos tomaron ese momento para matarse.

Erwin miro por el rabillo del ojo a Levi.

-Ya veo...

Sus ojos azules se cerraron mientras los subordinados de Levi comenzaban a sollozar en silencio. Ya sabia porque Levi había dudado, por que ... había a su vez enfrentado a Kenny a pesar de solo tener flechas. Por que la apariencia de Levi en ese instante... Todo.

-...Ella murió de la misma forma que sus amigos...- El rubio afirmó, mirando los rostros llorosos de los jóvenes cadetes y Hange con expresión impasible. -Con honor, ha entregado su corazón y su vida a la humanidad, y nos ha eliminado un gran obstáculo del camino. El llorar su perdida deshonra su hazaña. Compónganse.-

Un minuto de silencio se alzó entre los presentes.

-Tch... Eso lo se… Muy bien.

Cerrando los puños vacíos sobre sus piernas, su cuerpo entero cubierto de sangre, Levi gruño aquello. Su tono repentinamente volvió a ser el mismo que antes de que aquella jovencita llegase a su vida: Sereno, seco, sin sentimiento alguno. Hinco una rodilla al suelo, y sin mucho mas se levanto de aquel charco de sangre, pólvora y aceite, irguiéndose ante los cuatro soldados mientras se giraba y enfrentaba a Erwin con una expresión que ninguno de ellos pudo olvidar jamas...

Los ojos teñidos por completo de rojo y la expresión tan serena por un minuto largo como un milenio que causo escalofríos incluso en el mismísimo Erwin Smith.

Las leyendas relataron, tiempo después, que aquellos soldados no vieron otra cosa en él sino la ira, la impotencia y la sed venganza de la humanidad encarnadas en un solo cuerpo mientras se limpiaba los labios ensangrentados, los puños tan apretados que pudieron haber quebrado huesos mientras caminaba en dirección a ellos... Sus pasos resonando en el suelo, casi como terremotos.

Desde ese día en adelante, no habría nada mas en la mente del Mas Fuerte de la Humanidad mas que darle fin a ese mundo podrido que se había llevado la vida de la mujer a la que amaba.

Cruzando unas palabras casi inaudibles con Erwin, saco a todos los soldados de la cabaña con un solo gesto, deteniéndose a unos metros fuera de la puerta. En su mano izquierda, la navaja ensangrentada que el mismo le había entregado a Diamant D'Hiver y que ahora regresaba a su poder como si fuese una maldición. En su mano derecha, el cerillo que encendió con la zuela de su bota.

Jean Kirschtein, quien observaba la escena junto con sus compañeros unos metros atrás, comprendió los planes del Lance Corporal al ver la llama encenderse.

-¡Espere, Heichō, su cuerpo aún sigue dent-!-

Lanzando el cerillo hacia la casa, esta comenzó a incendiarse furiosamente con un sonido de estallido, agitando la ropa y el cabello de los soldados cuando las llamas estuvieron a pocos metros de alcanzar a Levi, como si el infierno hubiese intentado atraparlo pero no lo hubiese logrado.

El Soldado Más Fuerte de la Humanidad observo la casa arder en silencio por varios minutos en los que se mantuvo como una simple estatua, el fuego reflejándose en sus ojos, pero solo eso, un mero reflejo mientras que su interior ahora era tan frío como la nieve bajo sus pies.

El primer rayo de sol salió por fin en el horizonte, tragándose la obscuridad... Un nuevo día despuntaba. Y para Levi, era solo el comienzo del fin.

-...Andando, basuras... Tengo una maldita promesa que cumplir.

Tomo un caballo, subió a él y sin siquiera darle una ultima mirada a la casa ardiente, se dio media vuelta y arranco a cabalgar, huyendo de la luz del sol que pronto lo alcanzaría.

Desde ese día, el nombre de aquella soldado, que ardió hasta convertirse en cenizas que desaparecieron al derretirse la nieve, no volvió a ser pronunciado por los labios del Lance Corporal nunca mas.

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En silencio, los tres jóvenes observaron al Soldado mas Fuerte de la Humanidad sentado en una modesta poltrona de tela y madera, mirando con adoración extrema a la pequeña niña de cabellos lizos, finos y negros como una noche de luna llena, ojos brillantes y grandes que comenzaban a demostrar vestigios de emoción en ellos, llenos de inocencia como los de su madre, pero de un color gris como los de su padre que la observaba juguetear con un caballito de madera que Jean Kirschtein le había regalado, sentada sobre la alfombra de aquella oficina.

-Levi-Heichō...

Un año había pasado desde la muerte de aquella joven Capitana... La humanidad era, al fin, libre. El origen de los titanes había sido descubierto, los planes de la familia real, saboteados... La reina, Historia Reiz, pronto cumpliría seis meses de reinado, la misma cantidad de tiempo que tenia Erwin Smith de haber fallecido en batalla, y la misma cantidad de tiempo que tenia Hange Zoë como la Decimocuarta Comandante de la Legión de Exploración... Los muros habían sido destruidos, el orden interno de aquella sociedad corrupta y podrida, completamente cambiado...

Los titanes, en proceso de caza y exterminio. Tan solo Eren Jäger, el joven titan cambiante que se había unido a la milicia era el rastro que aun quedaba de que alguna vez los titanes habían caminado por la tierra.

Con un suspiro casi inaudible, Levi llevo una mano a su cabello, peinandolo hacia atrás mientras hablaba, su tono apacible, su expresión serena, incluso vacía. -Voy a retirarme de la Legión... No sera ahora, aun hay titanes que erradicar, y cosas que deseo ver por mi mismo, pero... Supongo que ya es el turno de ustedes de continuar.-

Eren, Mikasa y Armin miraron en silencio al hombre vestido de civil con sorpresa. Habrían esperado a que dijera cualquier cosa, menos eso... Él, que parecía tan sediento de libertad y de saber, de conocer lo que había detrás de esos muros y de respirar el aire puro tras ellos, estaba renunciando a salir fuera de ellos junto a las tropas que explorarían aquel nuevo y basto horizonte apenas los últimos titanes fuesen exterminados...

-S-señor...

-Hay un favor que debo pedirles...- los ojos grises no se apartaron de la niña, que seguía mirando con curiosidad el caballito de madera en sus pequeñas manos. -Mikasa...

La joven soldado de diecisiete años se acerco hasta Levi, dejando a sus compañeros atrás, su expresión calmada era en cierto modo muy parecida a la del hombre mientras observaba a su superior.

-Si, Levi-Heichō.

Levi tardo un largo minuto en responder. -...De ahora en adelante, tu y Eren son los padres de Dánae.

La sorpresa paso por las expresiones del trió de Shiganshina. Dánae Ackerman, la hija del Lance Corporal Levi cumpliría en algunos meses dos años de edad, apenas comenzaba a hablar... Su primera palabra había sido aquella misma palabra que su amada mujer había dicho querer escucharle decir antes de morir: Papá.

Fue en ese momento en el que él supo que no podría hacerse cargo de ella por mas que la amara con todo su corazón, por mas que su sangre clamara por ella... No podía quedarse a su lado sin terminar dañandola de alguna manera, tarde o temprano... Así como había pasado con su madre.

"Porque todo lo que tocan mis manos termina sufriendo tragedias... Entonces no puedo tocarla a ella, que es lo único que me queda."

-S-señor...- Mikasa balbuceo, sorprendida. Apenas era ella una adolescente.

-Te vas a casar con Eren, ¿No?-

Las mejillas de la jovencita se tiñeron de rosa, cubriéndose rápidamente el rostro con la bufanda roja en su cuello, pero asintiendo de inmediato mientras Eren mandaba una mirada incomoda hacia el suelo. Ahora que la humanidad era libre, ahora que no habían mas titanes, planeaban irse a conocer el mundo y llegar al mar... Juntos.

-No seré un buen padre, no se cuidar de mocosos y no puedo darle una familia como la que debería tener...- Como si tuviese miedo de romperla, Levi se inclino hasta la niña, susurrando un "Ven aquí, mocosa", notando como la niña lo miraba primero curiosa y luego sonriente antes de extender los bracitos para que su padre la cargara. Él Lance Corporal se irguió con la niña en brazos, mirando a los tres jóvenes, ahora mucho mas altos que él, sus rostros dando los signos de pronto alcanzar la madures... Tal cual había pasado con su joven mujer cuando tuvo sus edades. -Pero ustedes tres si pueden dársela... Y se que tu no te negarías a cuidar de alguien que tiene tu sangre, Mikasa.-

Porque la sangre era mas espesa que el agua, Levi, Mikasa y Dánae Ackerman estaban unidos por la misma sangre. Los ojos color metal de la joven suavizándose al observar a la pequeña niña por la que tanto se había emocionado por conocer cuando su madre aun la mantenía en su vientre.

-¡Kasa!- chillo repentinamente la niña, haciendo que Armin y Eren aguantaran la risa a duras penas al ver que la pequeña decía "Kasa" mientras extendía las manos hacia la oriental, haciendo que esta borrara toda ternura en sus ojos, ofendida. Esa niña... -¡Papá, Kasa! ¡Kasa!-

Levi soltó un bufido. En el ultimo año su hija había tomado demasiado afecto hacia esa manga de mocosos que estaban en su equipo y viceversa. Desde que había nacido, ese grupo de soldados no había hecho mas que consentirla y mimarla, aun mas cuando su madre ya no había estado allí para cuidarle... Sin decir nada más se acercó a la joven Ackerman y deposito a la niña entre sus brazos, observando como la ternura volvía a sus ojos.

-...La cuidaremos como si en verdad fuese nuestra hija, Levi-Heichō... Es una promesa.- Los ojos turquesa con rayos dorados de Eren Jäger mostraron determinación al decir esas palabras, poniendo sus manos sobre los hombros de la que pronto seria su mujer, ahora luciendo mas alto y fuerte que ella.

Levi los miro en silencio por largos minutos, impasible. En verdad lucían como una familia... Como la familia en la fotografía que había en el medallón de plata que colgaba en su cuello en ese preciso instante, justo detrás de su cravat.

Armin fue quien se atrevió a romper el silencio.

-Pero señor... Si ella llegase a enterarse cuando crezca... ¿Que deberíamos hacer?

-No se enterará.- respondió enseguida el hombre, arreglándose el pañuelo en el cuello, en su mano derecha continuaba el anillo negro con la linea blanca surcándolo. -Sigue siendo mi responsabilidad el darle todo lo que necesite a mi hija e iré a visitarla de vez en cuando, pero ustedes tienen que jurarme por sus vidas que nunca le dirán que yo soy su padre biológico... O les prometo que les arrancare las cabezas. ¿Entendido?-

Eren y Armin tragaron duro, asintiendo con la cabeza. Levi les mando una ultima mirada antes de chasquear la lengua...

-Bien...- habiéndose arreglado la ropa, monto la pierna izquierda sobre una silla en la habitación, quitándose el zapato y subiendo el pantalón hasta la rodilla, dejando a la vista de los tres jóvenes una pieza de metal en forma de pierna y pie en donde, hasta hacia un año, había estado su pierna de carne y hueso...

Porque si el comandante de la Legión había pagado con su vida, su soldado mas fuerte no podía obtener la libertad de la humanidad sin pagar un precio antes.

-Ahora, háganme un favor y pasenme el aceite, esta mierda me esta matando. Esa maldita Hange no pudo inventar otra cosa mas cómoda...

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18 años después.

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El invierno en su apogeo era digno de admirarse desde el porche techado de aquella casita color celeste y blanco, donde un hombre ya entrado en años dormitaba sentado en una sencilla silla de madera mientras escuchaba el batir de las alas de algunos pájaros que pasaban por ahí. Al menos hasta que aquella voz molesta llego a sus oídos.

-Buenas tardes.

Los ojos grises se abrieron con pereza, mirando inexpresivo hacia la mujer que estaba parada en las escaleras de la casa. De cabello canoso, liso y revuelto, habían arrugas en su rostro y su cuerpo ya no lucia tan vigoroso como en antaño había sido... Pero el brillo de locura seguía allí, dentro de los ojos castaños.

-Disculpe, abuelo, estoy buscando a Levi Ackerman. Es un hombre muy muuuy enano, siempre esta haciendo chistes sobre la mierda y se rie de esta manera: ...- la mujer puso un rictus en su boca y una expresión completamente amargada, esquivando a duras penas el zapato que le había sido lanzado con una sonora carcajada antes de tomar dicha prenda y subir las escaleras hasta llegar a donde el hombre de expresión calmada se encontraba sentado.

-Maldición, Cuatro Ojos. Luces como una momia ambulante.- suaves arrugas entre sus cejas, en los rabillos y parpados de sus ojos, en su frente y a los lados de sus labios, el rostro eternamente joven del ex-Lance Corporal Levi había sido atacado al fin por el tiempo, la piel de su cuerpo ya no era tan tersa y firme como en antaño había sido, sus mejillas ligeramente curvas ahora lucían secas, notándose los huesos ligeramente, y su cabello en antaño negro y brillante como el azabache ahora había sido invadido casi en su totalidad por las canas a sus cincuenta y cuatro (cinco a la media noche) años de edad. Lo único que no cambiaba en el era aquel cuerpo construido por años y años de luchas, ahora sufriendo por algunos achaques de la edad y esos golpes que no se sentían sino a esas alturas de la vida, y por supuesto la expresión calmada y fría que su rostro ofrecía al exterior, a Hange Zoë en su caso.

-Jajajaja. ¡Mira quien habla! ¡Pareces un gnomo de jardín con esas canas! ¡Solo te falta la barba!- se burlo la mujer, recibiendo un bufido de su parte antes de rodar los ojos y mirar a otro lado. La nieve cubría el techo y el patio de aquella pequeña cabaña a las afueras de Trost en donde vivía tranquilamente, habiéndola construido con ayuda de su equipo de mocosos y con el dinero que se le había sido entregado para pagar sus años de servicio en la milicia. Hange, que a sus cincuenta y ocho años seguía siendo la comandante de la Legión de exploración, se sentó tranquilamente en la otra silla a la izquierda de la mesita de té que había en el umbral de la casa, una tetera y un paquete de hojas de té en una bandeja sobre ella.

-¿Que mierda haces aquí?- pregunto, ni siquiera con los años aquel soldado había aprendido algo de respeto o buena educación. Hange se limitó a sonreír, estirando sus brazos antes de ponerlos detrás de su cabeza canosa.

-Vine a desearte un feliz cumpleaños. No podre venir mañana, habrá fiesta en la base... Sabes que estas invitado, ¿Verdad?-

Levi ni siquiera respondió. Sabia que siempre estaba invitado, sabia que los veinticinco de diciembre se celebraba un día en su honor al haber sido uno de los héroes de la humanidad, pero muy, muy poco le importaba eso. Hange sabia bien que él odiaba su cumpleaños... Y que en el único tiempo en que en realidad los esperaba con ansias habían sido esos seis años...

-Paso.- respondió secamente, sin lograr borrar la sonrisa de la comandante. Siempre decía lo mismo.

-Enano aguafiestas.

-Loca de mierda.

Si... Como en los viejos tiempos. El sonido de galopes acercándose y varios caballos con jinetes a cada vez menor distancia los hizo callar, observando como, ante el umbral de la cabaña unos ocho jinetes se detenían frente a la casa, bajando de sus caballos tranquilamente... Los ojos fríos y vacíos del ex-Lance Corporal se iluminaron al ver a una de esos jinetes, la más hermosa de todas, bajarse de su caballo con la gracia de un cisne.

Dánae Jäger prácticamente salto de alegría al ver a Levi y Hange sentados en el porche de la casa. Levi, a su vez, no pudo evitar sentir como su viejo y empolvado corazón saltaba dentro de su pecho al ver a la reencarnación de "Diamant D'Hiver" ante sus ojos: La melena suave y hermosa por parte de la madre, negra como la de él, atada en una larga trenza a la cintura, la piel cremosa y con un tono similar al de su mujer, el rostro aniñado y hermoso, los labios como dos botones de rosas que sonreían de la misma manera... Y esos ojos grises, inocentes y soñadores que lo miraban con cariño profundo mientras subía las escaleras para llegar hasta ellos.

Ahora en verdad creía las palabras de su amada cuando le había dicho que sus ojos eran hermosos como tormentas atrapadas en bolas de cristal... Podía comprobarlo al ver a su hija.

-¡Levi-Heichō, Hange-Danchō!- sonrió emocionada, abrazando primero a Hange quien salto sobre ella con esa efusividad propia de ella, quejándose después de su dolor de espalda mientras se sentaba. Luego fue el turno de Levi, observando como la jovencita se acercaba a él y besaba suavemente su frente, haciendo al hombre suspirar silenciosamente, terriblemente feliz.

-Hola, mocosa.- susurro el hombre, llevando una de sus manos huesudas hacia el rostro terso de la joven, quien le sonrió dulcemente mientras él la acariciaba... Su amada niña... –Ha pasado tiempo desde que viniste a visitar a este viejo inútil…-

Hange sonrió a su lado mientras los antiguos cadetes de la 104 llegaban al frente de los dos veteranos. -¿Que hacen aquí? Creí que estarían en un barco en este instante.-

-Partimos en unas horas. Regresaremos en un mes o menos.- Explico con una sonrisa el hombre de cabello castaño y ojos turquesa/dorado, el Capitán del escuadrón cinco de la Legión de Exploración, Eren Jäger. A su lado, la Capitana del Escuadron de Operaciones Especiales, Lance Corporal Mikasa Jäger, el segundo al mando de la Legión Armin Arlett, y los Capitanes Connie Springer y Sasha Braus y Jean Kirschtein asintieron con la cabeza, sus expresiones jóvenes e inexpertas habiéndose cambiado con el tiempo. Ya no eran niños.

Armin, el joven rubio cuyo rostro había tomado una expresión más masculina que la que había tenido a los quince años, agrego lo siguiente tras acercarse a los dos veteranos. -Tan solo vinimos a desearle un feliz cumpleaños antes de partir, Levi-Heichō, Dánae-chan insistió.-

-¡Si! Ojala cumplas muchos mas, Heichō! ¡Te quiero mucho!- lo abrazo repentinamente, haciendo que Levi se quejara por sus huesos adoloridos, pero que aun así disfrutara de su abrazo.

Eran por momentos así que agradecía haberle entregado a su hija a esos dos "Mocosos de mierda"… Ambos habían cumplido bien la misión que el les había ordenado, habían criado a Dánae como su verdadera hija y la habían llevado por un camino recto, enseñándole a ser una persona decente, tal cual lo hubiese hecho su verdadera madre. -Y además habían logrado tenerla soltera hasta ahora porque nadie se atrevía a acercarse a la hija del ultimo titan-cambiante de la tierra y la soldado mas fuerte de la Legión de Exploración.-

-Ya quitateme de encima, niña tonta. Tienes veinte años, no puedes seguir abrazándome así.- gruño, manteniendo su imagen dura y distante aun a esas alturas. -¿Y donde demonios están esos mocosos hermanos tuyo?-

Entre conversaciones triviales y tazas de té, la tarde ese veinticuatro de diciembre se paso silenciosa y tranquilamente. Levi se deleitaba en cada visita de aquel grupo de jóvenes, sintiéndose repentinamente con veinte años menos al verlos a todos reunidos como cuando no eran mas que mocosos... Era como un bálsamo que daba alivio temporal al vacío constante en la que se había convertido su vida desde que no había mas razón por la que seguir luchando con el final de los titanes...

Pero justamente. Algo muy temporal y pasajero. Cuando tuvieron que partir, él no tuvo más opción que mirar en silencio las alas de la libertad en las espaldas de sus mocosos y de su hija alejándose hacia el horizonte. Ellos eran libres...

Pero a él la libertad no le había resultado suficiente para llenar aquel vacío dentro de su pecho. Incluso el aire fuera de los muros resultaba podrido.

El aire de ese mundo hermoso y cruel.

-...Ya debo irme.- Hange se levanto lentamente, sus huesos viejos crujiendo en la acción bajo la mirada del caballero.

Por un segundo, mientras la observaba, se pregunto si ella sentía el mismo vacío que él. Después de todo, ella también había perdido a la persona a la que mas amaba... Ya que esa persona también había preferido entregarle su vida a la humanidad sin dudar.

-...Hange... ¿Ya puedo descansar?

La expresión tranquila de la mujer repentinamente se ensombreció al escuchar a Levi hacer esa pregunta.

-...Ellos serán imposibles de consolar si regresan y se enteran de que ya no estás aquí. Levi. Aun no...

-Espera... No quise preguntártelo... Yo ya he cumplido mi promesa. Voy a descansar ahora.

La mujer de ojos castaños como la caoba entrecerró la mirada, observando a su compañero de batallas. El ex-Lance Corporal pestañeo lentamente en respuesta.

-En un mundo donde nuestra fuerza resulta inutil... No tenemos razón para existir.- mascullo, apartando la mirada lejos del escrutinio de aquella mujer, la única a la que él le había permitido compartir algunos momentos en la cama, la única con la que había tenido que ser sincero desde la muerte de aquella soldado. -Ahora que he cumplido, no tengo razón de estar aquí... ¿Ya me dejaras ir, Comandante?-

La única que le había logrado convencerse de mantenerse allí, luchando con ellos hasta ahora. Hange se mantuvo en silencio. Lentamente, bajo las escaleras una a una con cuidado, siendo seguida por la vista de Levi hasta que subió a su caballo, mandandole una ultima mirada. El gris y el castaño mirándose intensamente.

-¿…Ya ha sido suficiente para ti?

El hombre se limito a mirar hacia el horizonte, allí donde ya no habían mas muros que bloquearan la vista...

-...Si. Ya he volado lo suficiente.

La mujer sonrió repentinamente ante su respuesta, haciendo el saludo militar desde su caballo con ese brillo de locura y diversión oculto tras los goggles.

-Entonces ya eres libre de descansar, Levi. Lo has hecho bien.

Levi lentamente cerro sus ojos grises como espadas, suspirando mientras su mano alcanzaba un cigarrillo dentro del bolsillo de su camisa. En silencio, encendió el cigarrillo con un encendedor y tranquilamente le dio una calada.

-Gracias, Hange.

Lo ultimo que escucho fue el galopar de un caballo alejándose justo en el momento en que una ráfaga de aire fresco llegaba a su rostro y el sol del ocaso lograba colarse por el techo de madera, golpeando sus parpados, haciéndole recordar a la primera vez que había salido fuera de los muros... Aquellos tiempos en los que se sentía capaz de volar libre por los cielos, luchando en busca de una ráfaga de aire fresco que lo elevase, sin deseos de mucho mas que eso.

"Libre... ¿Eh? Diamant D'Hiver..."

Los pájaros son libres, pensó mientras una lagrima solitaria surcaba su rostro mientras soltaba el humo del cigarrillo, el cual se elevo hacia el cielo del crepúsculo por el cual una solitaria ave blanca surcaba los cielos.

Sin embargo, no todas las aves por estar fuera de sus jaulas eran libres...

"¿Como puede ser libre un ave cuyas alas fueron cortadas antes de abrir la puerta de su jaula?"

Las alas del Soldado Mas Fuerte de la Humanidad habían sido cortadas muchos años atrás, apostándolas en una tirada de la ruleta, por un amor que había terminado en perdida.

Condenado a ver a sus compañeros volar y surcar los cielos a través de la puerta abierta que él se negaba a cruzar, él tan solo se quedaría allí de forma voluntaria, dentro de su fría y solitaria jaula de diamante y hielo, sufriendo, recordando y esperando hasta que fuese la hora de reencontrarse con aquella persona que le había arrebatado su capacidad de volar.

Él había perdido la apuesta, pero solo por esta vez... Así que tan solo le quedaba esperar a que el juego empezara de nuevo, para volver a apostarle a la misma persona.

Cuantas veces la ruleta volviese a girar.

~o~

Estoy viviendo enjaulado

Creyendo que algún día

Se extenderán mis alas.

Mientras miro el cielo de colores,

Pienso en los dioses de las montañas.

Yo solo sigo esperando

Por un nuevo viento primaveral.

Yo solo sigo rezando.

.

.

.

FIN.


El 22 de diciembre de 2013 estaba subiendo el primer capitulo de este fic. Jamas me imagine que estaria publicando este capitulo 1 año despues. Si leen la primera nota de autora, se darian cuenta de que en verdad no esperaba que este fic llegase tan lejos como llego, pero ahora, después de un año, 22 capitulos, 83 seguidores, 116 favoritos y de casi 400 reviews... Me doy cuenta de que en verdad he logrado llegar muy lejos con un fic tan improvisado como el que tenia planeado escribir. No tengo palabras para agradecer todo su apoyo, de no ser por ustedes, este fic no hubiese llegado hasta donde llego...

También se que muchas personas sospechaban un final como este, es como dice cierta amiga mia, en SNK no hay lugar para finales felices... Por eso este final. Me preparare para los insultos y las lagrimas ahora... XD

¡MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS POR LEER. ESPERO VERLOS DE NUEVO EN UNA NUEVA HISTORIA MUY PRONTO!

Kurenai Lukia