Bueno para los que desconocen el Omegaverse, he aquí una leve explicación: El Omegaverse es un universo donde los individuos son diferenciados por sus características biológicas, y hay tres clases:

Alfa: Es la clase "alta", son fuertes, inteligentes y muy atractivos, parece que su naturaleza les permite ser líderes , y por lo tanto son muy respetados. Su atracción natural es hacia los omegas.

Beta: Es la clase "servicial", sus cualidades pasivas los hacen ser siervos de los alfas y omegas. Podríamos decir que son la clase más humana, ya que carecen de instintos animalizados a diferencia de loa alfas y omegas, pero sí son capaces de percibir las emociones y estados de ambos.

Omegas: Es la clase "reproductora", son realmente sumisos ante los alfas y como explique en el resumen, al iniciar su madurez los ciclos de calor empiezan a darse. Los betas también pueden reproducirse pero no con tanta probabilidad como los omegas. Bueno listo! Si tiene dudas, no duden en preguntar ;D Entendieron? :D Ok no .-. XD

Capítulo I

¡Idiota!

¡Vete a la mierda!- dijo Scott mientras arrojaba parte de lo que alguna vez fueron sus más preciados discos- ¡Espero que te mueras, maldita escoria!

Un golpe seco se escuchó por toda la casa, de la frente de Arthur iniciaba un río de sangre por el impacto de los objetos que Scott le había lanzado; sonrió. ¿Quién se creía Scott que era? ¿La víctima? ¡Claro que no! El muy bastardo había convencido a su padre de que Arthur no asistiera al Club de Literatura, al cual le había costado entrar y pretendía que se quedará con los brazos cruzados. Puede que fuera el más débil de los Kirkland pero al fin y al cabo su carácter era pura herencia del apellido.

-Estúpido -murmuró mientras se levantaba de su habitación e intentaba descifrar que haría con la puerta rota de su cuarto -Vaya bestia –suspiró.

Tenía que llegar al Instituto en media hora y aún no encontraba una solución para arreglar el desastre hecho por Scott. Decidió dejar que su padre lo resolviera y bajó a desayunar.

-Tienes sangre en la frente- su padre era experto en decir lo obvio- ¿Tuviste otra pelea con Scott? Sabes que no deberías provocarlo.

-¿Por qué? ¿Sólo porque el animal practica fútbol?- contestó Arthur.

La mirada que le lanzó Allistor Kirkland fue suficiente para silenciar al mismísimo diablo, y Arthur prefirió mantenerse callado, la experiencia le hizo pensarlo cien veces antes de desafiar esa mirada; la experiencia y las mil marcas que tenía en el cuerpo.

-Me voy- dijo antes de salir rápidamente por la puerta, sabía que su padre no diría nada, de hecho, fue un milagro que intercambiaran palabras esa mañana.

Caminó lentamente, siempre salía con tiempo de casa, el clima estaba muy húmedo y últimamente sentía que la fiebre volvía con más fuerza, por esa razón sintió prudente no agitarse sin necesidad.

Su corazón empezó a latir con más fuerza conforme divisaba el edificio, sabía el por qué pero aún no quería admitirlo, temía hacerlo, lo único que faltaba era darle a Scott más razones para odiarlo y aún no se sentía listo.

-Hey Artie- sintió como el aire caliente del susurro causaban cosquillas detrás de su oreja. Se apartó de golpe e intentó contestar para ocultar su nerviosismo, sin embargo su cuerpo decidió traicionarlo.

-¡Q-q-qué Al-Alfred!- dijo tratando con todas sus fuerzas de actuar normal.

Observó que Alfred se había quedado callado, mirándolo fijamente. Últimamente eso pasaba seguido siempre que se veían, y Arthur empezaba a entrar en pánico al pensar que Alfred sospechaba de la esencia que su cuerpo transmitía; la misma esencia que un omega emite cuando se siente atraído por un alfa y desea demostrarlo.

-¿Qué?- repitió ahora más calmado.

-¡Ah! Nada, solo me preguntaba si estás a punto de entrar en tu ciclo- contestó Alfred seriamente.

Arthur sintió todo su rostro enrojecer. ¿¡Qué rayos le pasaba a Al esta mañana!? ¿Cómo podía preguntarle eso a un omega como si hablara del clima? Bueno, aunque desde que eran pequeños Alfred nunca ha tratado a Arthur como un omega, y pensar en ello lo hacían sentir más miserable; ya que, a diferencia de Al, todos sus otros amigos desconocían la condición de Arthur como omega y era tachado de beta, por lo cual no los culpaba; después de todo Alfred lo supo solo hasta cuando accidentalmente Scott soltó la información antes de un paseo en tercer grado.

-Deja de hablar estupideces antes que decida quebrar de nuevo tus lentes- el tono amenazador con que Arthur connotó el "otra vez", hizo a Alfred emitir una sonrisa pícara y empezó a trotar con la intención de dejar a Arthur atrás, pero no sin antes decir con un tono muy sugestivo: ¡Estás muy tenso Artie!, Si quieres yo puedo ayudar a relajarte…

Arthur se detuvo en seco y observó como la espalda de Alfred se alejaba con más velocidad en dirección a la entrada del Instituto, lo único que podía sentir en esos momentos era confusión, vergüenza, y un "tal vez" que empezaba nuevamente a rondar por su cabeza. ¿Y si conquistar a Alfred F. Jones era posible?