¡Hola! Heme aquí con una nueva historia, hay cosas con las que me identifico, por que algunas de las vivencias entre Ed y Bella, las viví con mi marido, cuando nos conocimos, así que espero que la disfruten así como yo disfrute escribiéndola. Dedicada a mi marido, Chris ¡te amo!

Capitulo 1

-¡Oh por Vodka! ¿Qué hiciste qué?- grité cuando Alice me llego con la noticia.

-Le dije a Edward que te conociera y se van a encontrar en el café del pasaje- dijo muy tranquilamente.

-Pero… ¿Cómo?- realmente no entendía o más bien no quería entender nada.

-Bueno…- puso su típica carita de perro medio muerto con su mortal puchero, rodeé los ojos y espere su respuesta.

-Kate, mi prima – asentí- me prestó su Facebook y pues…- la miré con los ojos entrecerrados y la urgí- lo agregué y me puse a hablar con él, con el nombre y rostro de Kate, pero con tu personalidad- me miró bajo las pestañas y prosiguió –Lo siento, pero yo sé que ustedes dos son almas gemelas, tenía que hacerlo ¿Me disculpas?- la miré, imaginando mis manos alrededor de su cuello, sonreí.

-Te disculpo- dije entre dientes, ella gritó y empezó a dar saltitos alrededor de mí.

-Gracias, gracias, gracias- dijo mientras me abrazaba –ahora… ¡Shopping Time!- puse mi mejor sonrisa falsa y la mire.

-¡Wiii! ¡Shopping Time! ¡Que emoción!- dije con evidente sarcasmo, Alice me miró feo y me arrastro a su auto.

Paseamos por las tiendas más exclusivas de Beverly Hills, en cada una discutiendo por el precio de las cosas, yo no era una Cullen, con dinero hasta en las orejas como para pagar cantidades extraordinarias de dinero en algo tan simple como ropa.

Después de horas y horas… y horas de compras, Alice hablo de algo que nada tenia que ver con la ropa.

-Bella, ¿Realmente te gusta mucho? – sonreí.

-¿Quién? ¿Mike?- puse cara de asco -¡Ni en mis peores años!- dije dramáticamente.

-¡Por Dios! ¡Tu sabes de quien hablo!- gritó exasperada.

-¿Te soy sincera?- asintió –sí y mucho- dije sintiendo el habitual color rojo subir desde mi cuello hasta mis mejillas.

-¡Oh Bella! ¡Eso es grandioso! Yo sé que tú también le gustas y eso me hace muy feliz- gritó.

-Y yo me hubiera puesto igual si tú hubieras tenido algo con Jasper- solté sin pensar.

-¡Ya lo superé!- dijo Alice apuntándome amenazadoramente con el dedo.

-Discúlpame pero ustedes dos se aman y es algo que no se puede negar-

-Pero yo tengo a Andrew y estoy feliz con el- dijo tajando el tema.

Suspire y negué mientras la seguía por el estacionamiento.

A la mañana siguiente…

-¡Despierta ya dormilona!- grito alguien a mi lado.

Me paré de golpe y mire a Alice, gruñí, mientras esta solo se carcajeaba.

Me paró a rastras y me metió a empujones en el baño, ordenando que me bañara y no me tardara, tarde en bañarme a propósito.

Al salir me esperaba (literalmente) un campo de batalla, el enorme neceser de maquillaje de Alice estaba encima de mi tocador y varios conjuntos en la cama, sorprendentemente todos los zapatos eran flats.

Alice me miro reprobatoriamente y me hizo sentarme por horas frente al tocador, solo oía como Alice se movía de un lado para otra y de vez en cuando sentía los tirones de cabello.

Al final jadeé cuando vi su "gran obra maestra".

Mi usual cabello, achocolatado y ondulado, estaba completamente lacio, mi piel pálida resaltaba muchísimo más, tenía un poco de brillo labial, rubor muy poco, ya que casi no lo necesitaba, mis pestañas se veían increíblemente largas y la sombra y el delineador resaltaban impresionantemente mis ojos.

-¡Wow! Alice… quedo…espectacular- ella sonrió y me levantó del tocador.

-Ahora, elige un conjunto- dijo señalándome la cama.

De los cuatro conjuntos que ahí se encontraban, escogí el último.

Constaba de una blusa vintage, muy coqueta, pero discreta, los zapatos a juego eran completamente vinos, con un moñito al lado y con mis pantalones negros de siempre.

Se salió para que pudiera vestirme y cuando bajé la encontré en la cocina, comiendo helado, la miré interrogante, ya que cada vez que ella tenía un bote de helado en frente, era por que tenía serios problemas. Me miró con culpabilidad y luego me ofreció de su helado de plátanos con chocolate, negué con la cabeza, algo asqueada, tiro el bote vació y me arrastro al carro.

¡Dios! ¡Ella va a manejar! Grité interiormente.

Ya cuando llevábamos 5 minutos en el carro, no pude más y grité:

-¡Por Vodka Alice! ¡Baja la velocidad!- Alice paro de golpe frente a la cafetería.

-Pero si ya llegamos- susurró.

-¡En cinco minutos!- grité, la escuche murmurar "que exagerada" pero mi corazón estaba completamente acelerado.

Volteé hacía la cafetería y vi a Edward sentado justo enfrente con la vista hacia la ventana.

Su cabello estaba "peinado" y llevaba una playera azul, con sus pantalones de siempre, de mezclilla y desgastados, realmente no quería salir del carro.

Alice me amenazo con la mirada, tomé una bocanada de aire y salí del auto. Nos encaminamos al café y nos sentamos en una mesa bastante alejada de Edward.

-¡Vodka! No puedo creer que haya aceptado hacer esto- murmuré.

-¡Ósea! ¡Esta es tu ventana! ¡Asómate por ella!- dijo en tono confidencial.

-¡Parecemos acosadoras!- repliqué -¡Tienes que ir a decirle lo que hiciste y si me quiere, iré, si no… nos vamos!- Alice puso los ojos en blanco y se paró, mi corazón no podía latir mas rápido.

Alice se sentó frente a Edward y este la miró confundido, Alice empezó con s u pequeño discurso y Edward asentía de vez en cuando, al final Alice chilló y aplaudió, mientras daba saltitos en su asiento, suspiré.

-¡Felicidades! ¡Tienes una cita con Edward!- gritó Alice junto a mí. Mi corazón se detuvo y casi me desmayo ahí mismo. Me paré lentamente y con pasos decididos camine hacía Edward, dejando a Alice con su mirada de "te lo dije".

Me senté frente a él, mientras me recorría con la mirada, mis manos sudaban y mi corazón parecía acelerarse cada vez más.

-Wow… Bella te ves… hermosa- susurró.

-Gracias, tu no te ves nada mal- Edward bajó la mirada avergonzado y yo me sonrojé ¿De donde salió tanta seguridad?

-Gracias- sonrió -¿Pedimos algo?- dijo

-Claro- dije más confiada.

-Perfecto- dijo y llamo al camarero.

-¿Qué te puedo servir?- dijo el camarero mirándome fijamente, Edward gruñó… literalmente… ¡Gruñó! El camarero se volteó muy asustado y carraspeó.

-¿Qué les puedo servir?- dijo en un tono más bajó y sin verme. Edward se dirigió a mí, sonriendo pícaramente y con un leve sonrojo.

-¿Qué vas a querer amor?- mis ojos se abrieron en extremo y tragué en seco.

-Un frapuccino oreo, chico, por favor- susurré

-Igual a mí, pero mediano por favor y una rebanada de Chocolate Fudge Cake- dijo Edward.

-Claro en un momento les traigo su orden- dijo el camarero, se retiro y nos quedamos en completo silencio.

-¿Jugamos a las 20 preguntas?- dijo con una sonrisa.

-Las que alcance ¿ok?- sonreí.

-Me parece… mmm… fecha de cumpleaños- soltó.

-Nueve de julio ¿y tú?-

-Veintinueve de junio- reí –Color favorito-

-No tengo- dije en un susurró.

-¿En serio?- dijo incrédulo.

-¡En serio!- dije con sarcasmo.

-¡Wow! ¿Y por qué no? –

-Esas son dos preguntas, me toca- dije juguetonamente, él rió, rodando los ojos –Fruta preferida- dije yo, el me miro por un momento y después gruño, reí y le guiñe el ojo.

-No tengo, me gustan muchas- dijo medio enojado.

-Por que me gustan muchos colores, me parece absurdo tener un solo color favorito- expliqué, Edward me miro medio raro, pero en ese momento llego nuestra orden, el camarero acomodó el café y el pastel lo puso en medio, con dos cucharas a cada lado.

-¿Huh?- exclamó, frunciendo el ceño.

-Preguntaste: ¿Y porque no? A lo del color favorito, ahí lo tienes- apunté.

-Helado favorito- dijo mientras trataba de sacar el chocolate del fondo de la taza.

-Vampire Kiss- reí.

-Sonará cliché y todo eso, pero el mío también- dijo con una sonrisa torcida. Suspire internamente.

-Mi turno- mordí mi galleta, pensando –Lugar favorito-

-Esa es buena- sonrió –tendré que decir… las afueras del bosque- suspire, teníamos muchas cosas en común, pero no sabía si realmente le gustaba.

-Me gustas, me gustas y mucho Bella- susurró como si hubiera leído mi mente, tomando mi mano por encima de la mesa, me sonrojé.

-Tu también me gustas Edward- dije bajando la mirada.

-Bella, mírame- lentamente levante la mirada y lo encontré inclinado en la mesa, con su rostro a escasos centímetros del mío, pero, de repente su cara cambió, sus ojos se ensancharon y se le veía horrorizado.

-Oh por Dios- susurró, me sentí algo preocupada y lo miré extrañada.

Se paró rápidamente y la silla cayó, alertando a las personas, puso unos billetes en la mesa.

-¿Qué pasa?- susurré, Edward señalo el pasaje, donde se encontraba una librería y me sorprendí. Alice le gritaba acaloradamente a Jasper y él solo reía y trataba de defenderse con las manos. Edward me levanto, jalándome de la mano, pero a mitad del camino, paró en seco y se volteó hacía mi.

-Dios, te amo, me gustas ¿Quieres ser mi novia?-

-Ajá- susurré algo ida ¿realmente había dicho "quieres ser mi novia?

-Vamos- y me arrastró hasta el alboroto.

-¡Por Dios realmente eres frustrante!- oí el gritó estridente de Alice, Jasper rió.

-¡Y tu también! Apareciste de la nada y… ¡A gritarme!- gritó él, haciéndome saltar, me volteé para mirar a Edward, tratando de no reírme. Él me devolvió la mirada y se acercó a mí, sonrió.

Acunó mi cara entre sus manos, acariciando lentamente mis mejillas, nuestras bocas estaban prácticamente juntas.

-Te quiero Bella- susurró.

-Yo también Edward- y juntó sus labios con los míos, en ese momento, todo a mí alrededor desapareció, mis sentidos y concentración estaban en ese beso. Era tierno, dulce, lleno de cariño y amor, como me había imaginado mi primer beso y más, nunca creí que alguien como Edward, que parecía tan perfecto, pudiera enamorarse de alguien como yo, tan simple, pero podía acostumbrarme.

-¡No te creo! ¡Ustedes dos realmente tienen algo!- nos separamos bruscamente al escuchar el gritó de Alice. La miramos, se encontraba parada junto a Jasper, en los brazos de Andrew.

-¿Y cuando llego Andrew?- pregunte confundida.

-Nena, llevas como dos horas con tu inspección de amígdalas- me sonrojé furiosamente, Edward tomó mi mano y rió, besando mi nariz y luego mis labios.

-¡Awww! ¡Que tiernos! ¿Ya es oficial?- pregunto Alice.

-Si, ya es oficial- dije mirándola feo. Ella se encogió de hombros, cuando un chico alto, extremadamente delgado y con una vestimenta digna de un nerd de la informática, se paró junto a Jasper.

-¿Qué me perdí?- dijo mientras mascaba chicle.

-¿Y tú eres…?- dije yo.

-¡Oh! Joshua Davies, primo de Jasper- sacudí su mano por cortesía, bastante confundida, mientras Jasper le palmeaba la espalda a Edward.

-Felicidades amigo-

-Gracias Jasper- Edward lo miró con advertencia, me acerqué a Alice, soltando en el camino la mano de Edward.

-¿Qué ha pasado?- susurré, Alice se separo de Andrew y me miro con su pucherito mortal.

-Simplemente hizo que perdiera los estribos y no me voy a disculpar, necesitaba decirle de cosas ¿ok?- suspiré.

-Bien, solo recuerda ser un poco más moderada, por favor- Alice me observo por un momento.

-Ok- suspiró. Reí.

-Estoy demasiado feliz para enojarme esta vez, así que lo dejare pasar-

-¡Te lo dije!- gritó Alice dando saltitos hacía Andrew. Edward se acercó y me abrazó por la cintura.

-Te invito un helado- susurró en mi oído.

-Perfecto- ladeé la cabeza y lo besé.

Nos despedimos de los chicos y caminamos al parque.

Ese día me divertí como nunca, Edward compró nuestro helado favorito y lo compartimos, caminamos abrazados y me compró dos rosas rojas, me besó mil veces y definitivamente lo disfruté, aunque me preocupaba bastante Alice, a pesar de negarlo, ella todavía seguía sintiendo algo por Jasper. Aún recordaba esas tardes en las que Alice no podía dejar de hablar de él y lo mucho que lo quería, solo que ahora, Alice trataba de mantener distancia, podría decirse que Jasper se arrepentía de no haberle hecho caso a su debido tiempo y Alice planeaba mantener "distancia" entre ellos.

Era algo realmente divertido, tanto como mirar y escuchar, solo esperaba que no fuera muy tarde cuando se dieran cuenta del grave error que estaban cometiendo. Mi celular sonó.

Realmente me divertí hoy, no puedo creer que al fin seas mi novia, y mucho menos puedo esperar para que todo el mundo se entere, te amo, dulces sueños amor.

Sonreí y le conteste.

Yo también te amo, nos vemos mañana, dulces sueños amor :D