Esto es un capitulo piloto, dependiendo de la aceptación de la historia (comentarios)... veré si la continuo.

Primer cuento.

Milo caminaba por los alrededores del Santuario de Athena. Su mente desvariaba, no tenía ganas de vigilar, pero tampoco quería ganarse un regaño de Shion. Estaba en su aburrida caminata, cuando se halla un libro de encuadernación marrón. Se acercó y lo tomo. Al abrir el libro lo encontró vacío, no había una sola letra escrita o impresa. Ese libro estaba mudo, no había ninguna historia que relatar o dato que compartir. Se encogió de hombros y siguió su camino.


Esa noche Milo estaba cocinando, cuando sintió una extraña ráfaga de viento. Se dio vuelta y el libro, que descansaba sobre la mesa, se había abierto. Miro lo impreso en su primera hoja: "Memoria perdida".

-¿Ese es el título? – El joven caballero de la constelación de Escorpión. Tomo el libro en sus manos, paso a la siguiente hoja. – "Él príncipe oculto" – Leyó el título del primer capítulo. Estaba por comenzar la lectura, cuando Camus entro con su típico semblante de mal humor.

- ¿Estás enojado o serio?- pregunto sin mucho rodeo mientras dejaba el libro en la mesada

-Ni una cosa, ni la otra…-informo su amigo- ¿Qué hacías?

-Nada, estaba por leer un cuento-informo mientras volvía a cocinar.

-Milo. Dar una respuesta sincera, o creíble, no es difícil.-comento el otro caballero.

-Es enserio el libro esta...-Se dio vuelta para tomar el libro -Ahí...-la mesada estaba vacía...- Lo deje ahí, era un libro con encuadernación marrón...

-Milo, a menos que alucines... Ahí no hay nada...

-Pero... estoy...-se acerco a la mesada y vio al libro en el suelo- está aquí...-tomo el libro, sus páginas de nuevo estaban en blanco. Solo tenía escrita, en una sola hoja, el titulo de la novela.- ¿qué le pasa a este libro...?

-Que está en blanco...-comento su amigo que miraba por encima de su hombro- eso le pasa...

-Camus... Había un capitulo... Se llamaba "Él príncipe oculto"

-Milo... Ya estas desvariando, tal vez te insolaste.-comento su amigo mientras dejaba el libro en una de las mesas.- es un libro sin nada...

-Te digo que tenía algo escrito-gruño el muchacho.- estaba por leerlo cuando tu apareciste.

-Ok... Milo supongamos el patético caso que tienes razón...-su amigo le dedico una mirada de superioridad- ¿Donde está el texto?-Milo abrió la boca para responder, pero no sabía como... Él había visto el texto y el titulo del primer capítulo. No estaba alucinando, era cierto... Estaba ahí.- Milo te habrá parecido...

-Camus, créeme... Había un texto escrito...-susurro Milo, mientras apagaba el fuego para que no se le quemara la cena.

-Milo, quiero... pero lo que dices es imposible...-su amigo volvió a tomar el libro y abrirlo- ¿Milo?

"El príncipe oculto"

"El rey esperaba fuera de los aposentos, la espera ya había llegado a su fin. Su reino, no el reino no… Él, porque era suyo, tendría a su ansiado hijo o hija. Tendría su esperado heredero o heredera, no importaba que fuera le enseñaría a gobernar con justicia. El tiempo pasaba, ya era de noche… ¿Cuánto más tardaría? El rey apretó los dientes, su más leal consejero y amigo estaba con él. Solo a él le había permitido estar cerca en ese momento, no era tonto sabía que en la corte, en algunos miembros de esta, la idea que hubiera un príncipe o princesa no había caído en gracia. El silencio que solo era interrumpido por sus pisadas fue interrumpido por algo más. UN llanto, que parecía más un grito de guerra. El rey no se pudo contener más y entro a la habitación donde su fatigada esposa acaba de traer al mundo…"

-Ahora me crees cuando te digo que tenía algo escrito...-le tendió el libro a su amigo.- Esto apareció de golpe... no estaba antes...

-Pero...-Camus tomo el libro.

-Léelo...-ordeno Milo.- ¿puedes leerlo?

-Eh... si porque no...-Milo y Camus se fueron a la sala de Escorpión.

Sala.

Camus se sentó en un sillón de un solo cuerpo, mientras Milo tomo un almohadón y se sentó en el suelo. El caballero de Acuario miro algo sorprendido, iba a comentar algo... Cuando sintieron dos cosmos entrar a la octava casa. Uno era grande. El otro, en comparación con el primero, diminuto.

-Señor Milo...

-Kiki, ven aquí...-le llamo el mayor, tarde. Kiki ya había entrado a la zona privada de la casa. Se sorprendió cuando vio a Milo en el suelo, sentado en posición de loto, sobre un almohadón y ver a Camus con un libro en sus manos.

-¿Le está leyendo al señor Milo?

-Estaba por hacerlo...-comento el chico de Acuario.

-¿Puedo quedarme...?

-¿Para qué quieres quedarte Kiki?-pregunto Mu, quien entraba a la estancia y veía la particular escena. Ahora a parte de Milo, estaba Kiki sentado en un almohadón.- ¿Les leerás un cuento?

-Eso parece, se llama "Memoria perdida"-informo Camus- es un libro que encontró Milo.

-¿Está en otra lengua?-pregunto Mu.

-No, pero Milo insistió de que lo leyera...-informo el de Acuario- ¿te quedas?

-Por que no.-El lemuriano, tomo otro de los almohadones y se sentó junto a su discípulo y su camarada. Camus tomo un poco de aire antes de comenzar la lectura. Era gratificante, en cierta forma, leer con público:

-Capitulo 1: El príncipe oculto...

El rey esperaba fuera de los aposentos, la espera ya había llegado a su fin. Su reino, no el reino no… Él, porque era suyo, tendría a su ansiado hijo o hija. Tendría su esperado heredero o heredera, no importaba que fuera le enseñaría a gobernar con justicia. El tiempo pasaba, ya era de noche… ¿Cuánto más tardaría? El rey apretó los dientes, su más leal consejero y amigo estaba con él. Solo a él le había permitido estar cerca en ese momento, no era tonto sabía que en la corte, en algunos miembros de esta, la idea que hubiera un príncipe o princesa no había caído en gracia. El silencio que solo era interrumpido por sus pisadas fue interrumpido por algo más. UN llanto, que parecía más un grito de guerra. El rey no se pudo contener más y entro a la habitación donde su fatigada esposa acaba de traer al mundo…

-UN NIÑO MI SEÑOR… HA SIDO UN NIÑO-Informo la partera, él miro a la criatura bañada en la sangre… Ya estaba callado y movía ligeramente su cabecita, era un movimiento leve, pero lo hacía… El rey tomo a su primogénito en brazos, no le importaba mancharse la elegante túnica, no nada importaba si podía tener a su hijo en brazos. Él bebe abrió los ojos, sus ojos eran idénticos a los suyos… parecía mirarle y le sonreía. Como diciéndole "padre aquí estoy yo te veo".


-Prometo cuidar a nuestro pequeño Astrea…-Le beso la fría frente y se retiró.-Lamentaran lo que le hicieron a tu madre… -Le dijo mientras miraba al pequeño- Solo ellos pudieron haberlo hecho. Pero no solo planeo enseñarte a gobernar-el hombre sonrió peligrosamente-Te enseñare a gobernar para el pueblo, como tu madre siempre me instigo y solo para darle el placer a ella... Me acerque al pueblo y me aleje de los feudos. Te ensañare a ser más listo que ellos, te enseñare a ser un guerrero para que sepas defenderte... Seré yo tu maestro, nadie sabrá cómo eres...-Tomo con cuidado la mano del bebe.- Nadie sabrá cómo te llamas… como ahora. Solo sabrán que existe y tu sola sombra, la sombra de tu existencia, será su verdadero tormento.

-¿Por qué se murió la reina...?-pregunto haciendo puchero Kiki.

-Kiki, es solo un cuento... no llores-le dijo su maestro- Camus, continua.

El rey movió a su caballo, pasando frente a sus generales. Con una fugaz mirada miro a un joven que se había ganado rápidamente la fama de temible adversario, nadie sabía su nombre. Pero era conocido por todos como el escorpión azul. Este montaba en un corcel negro llamado "Sombra", la razón de su apodo, era la espada que cargaba y sus ojos (lo único visible en él, que delataba algo de su físico). Su espada tenía en la empuñadura dos escorpiones, las tenazas de estos hacían de tope y las colas unidas formaban la empuñadura de bronce.

-Me juego el orgullo-Milo miro a su amigo- a que ese es el príncipe...

-Qué curioso...-Mu, interrumpió la lectura al poco tiempo.- el rey se llama Kardia y el reino Antares... Es muy llamativo...

-¿Me dejan continuar?-pregunto Camus, ahora recordaba por que no le gustaba leer con público.


-Mi pequeño no está muerto, esta vivito y coleando-el rey le miro con burla-si no lo conociera diría que en este momento está ahogando la risa, por tus palabras, detrás de una de las columnas.-Los generales miraron las sombras de las columnas. ¿Y si el príncipe estaba ahí escondido? Escuchándoles en silencio.-Mi hijo es una gran persona y un gran guerrero… Ah peleado a nuestro lado hoy, aunque ustedes no se dieron cuenta-El rey se mordió el labio para reprimir una risa ante la cara de sorpresa de los generales.-Pueden retirarse. -Cuando los generales alcanzaron la puerta, escucharon un ruido metálico y se dieron vuelta. Al mismo tiempo que su señor, con reproche, decía.-Sigue saltando desde las vigas y te romperás una pierna o el cuello, hijo.-Miro a los generales con algo de desdén-No les dije que se retiraran, quiero hablar con mi hijo a solas.- los generales miraron por última vez a la silueta arrodillada ante el rey. Lo único que veían era la capa de terciopelo azul, propia de los soldados, y el casco que ocultaba la cabeza del joven. Uno solo, por suerte de los que estaban de acuerdo con el rey, pudo percibir unas finas hebras azules salir de bajo del casco y ocultarse debajo de la capa.

-Ahí apareció el príncipe -Kiki sonrió.- que jugado... saltar de una viga...-Kiki puso cara pensativa.

-Lo llegas a hacer algún día... y te juro que el castigo te va a pesar, Kiki-le informo su maestro.

-Shhh-les chisto Milo.- enojan a Camus...-informo el chico, en realidad no eran los únicos que escuchaban la historia. Había cuatro más que observaban el momento, muertos de la curiosidad. Habían sentido los cosmos de esos cuatro y habían ido a ver qué pasaba... Pero cuando escucharon a Camus leer, guardaron silencio...

-¿JABU? Y ¿YATO?-pregunto sorprendido Milo, al escuchar los nombres de dos de los personajes de la historia.

-Eh Milo...-Camus le miro, el pulso le temblaba ligeramente...:

-Lo siento señor Milo, no se repetirá.-Dijo el mayor, Yato.

-Siempre dicen lo mismo-Milo le revolvió el pelo al más joven.-No importa, saben que los quiero como hermanos.

-Hay Milo-Su padre se levantó y se acercó a los más jóvenes.-Supongo que sí están por aquí… Es por que escucharon algo. ¿No?-Los jóvenes asintieron, eran como las sombras de su hijo y les tenía mucho afecto...

-¿El príncipe se llama como él?-escucharon una voz de pronto.

-Mascara...-Milo se levanto de donde estaba- ¿Qué haces escuchando?-Mu se acerco a la puerta y dejo a la vista a la otra parte de la orden dorada, patriarca, santos de bronce, amazonas y diosa.- me corrijo... ¿Qué hacen todos escuchando detrás de la puerta?

-Eso...-informo Afrodita, con una sonrisa de medio lado...- escuchamos...

-¿Todos estaban escuchando?-pregunto Camus, que estaba rojo por la vergüenza... Una cosa era leer para tres... otra muy diferente... para 27 personas.

-Si...-informo Athena que tomo un almohadón de otro sillón y se sentó junto a Kiki.- ¿Puedes continuar la lectura?

-Si...-Camus estaba rojo. Mascara por el mero placer, de ver nervioso a Camus, también entro y se sentó al lado de donde se sentaba Milo. Antes que se diera cuenta... Camus tenía a las 27 personas (12 de oro, 10 de bronce, un aprendiz, dos amazonas de plata, el patriarca y Athena) sentadas frente a él... Algunos, se pegaron la corrida a libra y Sagitario y trajeron almohadones de esas casas.

-¿Vas a leer Acuario?-pregunto Saga de lo más serio.

-Si... ya continúo...


-Dijo que él estaba con nosotros en la batalla de hoy, sabemos que es soldado por sus ropas…

-Pudo estar disfrazado…-Concluyo otro.

-No, el rey Kardia valora mucho la institución del ejército para dejar que su hijo finja ser un soldado.-Cerro los ojos mientras mantenía su fría sonrisa-Hoy logramos algo, confirmar su existencia, nuestras palabras le hicieron abandonar temporalmente las sombras. Solo tenemos que hacerle salir de la ratonera.

-Tenemos que averiguar cómo es que piensa… si nos es útil, lo dejamos vivo… sino…-El general se pasó un dedo lentamente por el cuello. Los otros soltaron risas, el plan era sencillo. Pero los tres sabían que era complicado de ejecutar.

-¿Por qué quieren matar al príncipe?-pregunto Kiki... Todos los mayores le miraron... Mu le explico por lo bajo la situación y Camus continuo con la lectura.


-Chicos vallan a dormir ya es tarde.-Los jóvenes se despidieron de él y atravesando otro de los cuatro pasadizos de la sala de estar se retiraron a sus habitaciones. Milo ya más tarde se fijaría si realmente estaban durmiendo. Coloco una de las dagas debajo de la almohada, de la elegante cama con dosel, y se hecho en esta. Tomo el libro que estaba leyendo y comenzó su lectura… Hoy había jugado una peligrosa carta, confirmar su existencia.

-Fin del primer capítulo...-informo Camus.

-Qué curioso...-Shaka miro a sus pares...- El príncipe, es igual a Milo, físicamente...-Milo ignoro la aclaración del "físicamente"

-¿Hay capitulo dos?-pregunto Athena.

-Eh...-Camus Paso a la siguiente hoja, en donde las letras comenzaron a hacerse visibles.-Si...

-¿Qué esperas para leer?-le gruño Mascara- quiero saber si matan o no a Milo... en la historia. Camus soltó un suspiro y comenzó a leer el capitulo dos.


-Hace tanto que no salimos los cuatro juntos a cazar-Comento el apenado Milo, mientras miraba de reojo a su padre, si tenía suerte le hacía morder el anzuelo-No tengo quien me haga competencia…-Los menores sonrieron disimuladamente. Habían descubierto la tetra del príncipe.-Pero que se le va hacer… Mientras tú te aburres aquí, nosotros estaremos cazando… No te preocupes, me asegurare de cazar el ciervo más grande en tu honor…

-¿Crees que no soy capaz de ausentarme de esas reuniones para ir de caza con ustedes?-Pregunto el algo ofendido hombre.

-No, padre ruego me disculpes. Solo que… como eres el rey-Milo le miro taimado.- supongo que encontraras aburrida una competencia de quien agarra el ciervo más grande.-Ante la expresión de su padre el joven se dio cuenta que lo tenía donde quería. Su padre era amante de la caza y que él, su hijo, le dijera que se aburriría en una cacería le encontraba inaudito.-Pero no te preocupes padre, sé que los años no vienen solos y supongo que tu puntería con el arco ha mermado un poco. Por eso ya no sales de caza…-Ahí estaba la última estocada. Si su padre no aceptaba en ir con ellos, sin duda algo había hecho mal.

-Típico de Milo-dijeron, varios, al unisonó. Al escuchar el parlamento del príncipe.


-Esos tres tienen actitudes sospechosas, se muestran irritables ante las palabras de nuestro príncipe.-Comento, por lo bajo, el joven con un ojo tuerto…-De donde yo vengo, eso es algo muy peligroso.-Informo con sorna sin subir la voz.-A mí me da igual quien gobierne, mientras sea justo con el pueblo. -Lugonis le miro de reojo.-Dudo que esos vayan a ser justos, si derrocan al rey.

-Gracias por compartir tu opinión Harbinger. -Fudo sonrió mientras montaba-Me llama la atención tu pensamiento… creí que tenías otra filosofía de vida.

-Sencillo. -Harbinger monto en su caballo-Me di cuenta que cuanto mejor alimentados están, más entretenido es. Sus huesos se hacen más duros.-El hombre soltó una risa y espoleo a su corcel abandonando el lugar.

-Bueno, por lo menos sabemos que Harbinger no se ira contra el rey…-Sísifo monto y partió junto a su hermano. Fudo y Lugonis le siguieron.

-Lugonis, Sisifo e Ilias...-Shion miro a Dohko- se me hace tan raro escuchar sus nombres...

-Son generales buenos...-comento Dohko.

-Si no es mucha molestia...-Kanon miro fijo a los maestros- algunos queremos escuchar la historia.-reprocho, por lo cual los mayores del santuario se callaron.

-No puedo creer que sea escudero del príncipe...bueno el personaje que lleva mi nombre sea su escudero...-comento Jabu...

-JABU, SILENCIO-Le gritaron varios. Camus miro algo preocupado a sus camaradas y prosiguió con la lectura del capítulo.


-La presa es del que dispara primero… y llevo persiguiendo a este hace más de una hora.-Le informo el otro. Mientras seguía en su labor.

-Regulus…-Su padre se acercó y le miro con reproche. Sísifo miro al ciervo, la flecha había ingresado por el ojo izquierdo y atravesado el cráneo.

-Buen tiro…-Le alago.

-Gracias General.-El muchacho, una vez terminada su labor, coloco el ciervo en la grupa de su yegua. En eso Sísifo e Ilias reconocieron el morral del joven.

-¿Eres el sirviente del príncipe?-Pregunto sorprendido Ilias.

-En realidad… es amigo de mi hijo.-Dijo una áspera voz. El dueño de la voz apareció montado sobre una preciosa yegua color gris, llevando en su grupa un ciervo muerto, y les observo debajo de la capucha de la capa que ocultaba su rostro.-Veo que ya conocieron a mi amiguito.

-Su majestad…-Sísifo, Ilias y Regulus realizaron una reverencia, sin descender de los caballos, con la cabeza.

-Se me hace tan raro escuchar a Kardia como rey...-comento Shion.

-Maestro silencio-le reprendió Mu- por favor... comentarios al final del capítulo-Camus miro preocupado a sus pares, se estaban enganchando mucho con el libro. Y parecían ponerse muy irritables cuando interrumpían la lectura.


Ya estaba comenzando a atardecer cuando buscaron un arroyo para refrescarse. Solo habían casado lo justo y necesario. No debían abusar de las presas de caza, porque cuando realmente se necesitara comida no habría. Regulus galopaba delante de su padre y su tío, estaba sediento. Con la emoción de salir de caza, se había olvidado de cargar las alcarrazas por lo cual cuando quisieron beber las hallaron vacías. Cuando llego al arroyo se quedó boquiabierto, no estaban solos. Su padre y su tío no tardaron en alcanzarlo.

-Hoy sin duda el día esta para encuentros.-Comento el divertido rey… Junto a él había otras tres personas montadas a caballo, con sus respectivos botines de caza.

-Su majestad…-Ilias comenzó a tartamudear…-Lo siento tanto… nosotros vinimos hacia el oeste… para evitar molestar….lo… duran…te…

-General Ilias no se preocupe, no molestan.-Dijo una calmada voz, los tres abrieron bien grande los ojos. ¿Ese había sido el príncipe? Miraron atentos a las tres figuras que acompañaban al rey. Una de ellas era más alta que las otras dos. Ese debía de ser el príncipe, si es que él formaba parte de la partida de caza.

-Su alteza…-Sísifo descendió del caballo y se arrodillo frente al jinete, del caballo rojizo y patas blancas.-Es un honor conocerle.-Ilias y Regulus le imitaron.

-Vasta de formalidades que incomodan a mi crio.-Dijo el rey mientras hacia un movimiento con la mano. Con esas palabras le confirmaba que, esa persona, era el príncipe. Debido a la forma en que llevaba la capucha, y la estola en su rostro, no era posible visibilizar nada del rostro del príncipe. Ni siquiera sus ojos. Sus manos estaban cubiertas por guantes de cacería negros, por lo tanto los generales no podrían decir si el joven tenía la piel blanca como su madre o de esa curiosa tonalidad cobriza, que parecía eternamente bronceada, de su padre.

Shaka abrió la boca para hacer un comentario, pero ante la mirada (Asesina) de sus camaradas guardo silencio. Camus prosiguió con la lectura, pasando al capítulo tres... Milo tenía una expresión de satisfacción total en su rostro. No había duda, el personaje principal, el príncipe Milo de Antares, era él...


-¿Te puedes apresurar a leer el capitulo tres?-pregunto algo molesto Mascara.- todavía no entiendo el por qué del título de la historia...

-Ya va... no me gruñas-se quejo Camus mientras tomaba un poco de agua.- tengo la garganta seca... "Enseñanza"

El joven príncipe espoleo suavemente a su caballo, se había hecho un rato de su aburrida vida para abandonar el castillo. Alrededor suyo, los copos de nieve acariciaban suavemente la capa blanca que le cubría por completo. Su corcel, blanco como los de todos los miembros de la realeza y el ejército, caminaba con la calma que él quería. Su andar era tranquilo, una vez que llego al lugar indicado desmonto y se sentó bajo un árbol. Llevaba más de dos horas afuera, cuando sintió pasos. Con disimulo llevo su mano a la empuñadura de su espada, por si llegaba a necesitarla. No era una persona violenta, pero sabía cómo defenderse. Volvió a escuchar el ruido, su mirada no dejaba el libro que leía, aunque ya no leía… ahora sus sentidos estaban agudizados, prestando atención a los pasos. Con un movimiento veloz se levantó y se puso en posición de ataque…

-¿Padre?-El joven envaino la espada, su padre le observaba con una expresión helada.

-Camus…

-¿CAMUS?-Todos se quedaron con la boca abierta. Dohko le saco el libro al de Acuario... y confirmo que el nombre del nuevo personaje era Camus. Le devolvió el libro al de acuario... Quien continúo con la lectura:

-Camus… que te eh dicho de escaparte así del palacio.-Su padre le miro con sus penetrantes ojos amatista. El joven bajo la mirada, ya sabía lo que seguía.-Sube al caballo…-Ordeno. El peli azul, medio a regañadientes monto a caballo y fue tras su padre. Quien cabalgaba silencioso.

-Padre…-Degel le miro de reojo.- Escuche por ahí el rumor de que el Imperio de Antares no tiene heredero… ¿Qué pasaría si el rey muere?-Degel detuvo el caballo y le miro.

-¿Quién es el análogo de semejante deficiencia?-Pregunto su padre, Camus bajo la mirada. Su padre siempre hablando con palabras rebuscadas.

-Lo escuche de un soldado.-Informo el joven.-Eso es cierto.

-No Camus, es mentira-Degel golpeo suavemente al caballo para que este siguiera caminando-Antares tiene heredero… es un varón, tienes casi la misma edad que él…

-¿Y tú como sabes que tiene un heredero varón?-Pregunto el joven educadamente.

-Por qué antes de venir aquí y casarme con tu madre.-El rey le miro de reojo, para apreciar la reacción de su hijo-Yo era uno de los generales del Imperio de Antares.

-¿QUÉ?-Camus detuvo a su caballo de golpe.- ¿Eras un general?

-¿Camus sorprendiéndose?-Mascara negó con la cabeza- ahí le herraron... para que el iceberg con patas se sorprenda...-recibió un librazo en la cabeza, cortesía, de Camus.

-Guarda silencio o dejo de leer.-Todos los demás le dedicaron una mirada, asesina, al de Cáncer que guardo silencio...


-Nadie puede saber cómo es el chico, porque le quieren muerto. Mucho antes de que naciera… ya estaba condenado. Su madre fue envenenada… y por eso Kardia prefirió el anonimato para su heredero…

-¿Tu sabes su nombre?


-Claro... Camus tiene que ser un príncipe, por que Milo también lo es...-Ángelo hizo una mueca.

-Qué curioso...-Shion puso cara pensativa- Degel y Kardia se conocieron por causa de la enfermedad de Escorpio... y en la historia Kardia se encuentra con Degel, por causa de que también, se encontraba "enfermo".-Varios se miraron, ya había terminado el tercer capítulo.

-Camus... lee el siguiente-pidió Mu- quiero ver que más hay en esa historia...-Camus tomo un poco de agua y paso al siguiente capítulo, arqueo una ceja al ver el nombre...-¿Qué pasa?

-Mensaje... así se llama.

-pues lee, de una vez...-alentó Aioria- no nos dejes a todos con la intriga... Camus soltó un bufido y comenzó la lectura.

El jinete, cubierto por una capa negra, cabalgaba a gran velocidad. Había abandonado el palacio cubierto por la noche. Su vida peligraba, aparentemente le habían descubierto. No aparentemente, lo habían hecho realmente. Por desgracia para él, tenía que dejar la misión a medio hacer. Espoleo un poco más su montura, no quería ser atrapado. Debajo de la capa llevaba una armadura morada… Había logrado alcanzar el cargo de capitán sin necesidad de derramar sangre aliada. Había sido movimientos inteligentes, los que le habían permitido alcanzar el preciado puesto. Que le abrían las puertas de los secretos del reino Elíseos.

-¿ELISEOS?-Todos pegaron un grito, que un poco más deja sordo a Camus. Quien cerró el libro, se lo puso bajo el brazo y salió de Escorpio.

-HEY Camus... ¿A dónde vas?

-A mi casa... terminare el libro y luego lo quemare... no les vuelvo a leer en mi vida...-dijo mientras se iba veloz de Escorpio.

-CAMUS TRAE ESE LIBRO...-Gruño Milo, que salió tras su amigo.

Casa de Acuario.

-CAMUS...-Milo aporreo la puerta de la habitación de su amigo. Puerta que estaba reforzada por el ataúd de hielo.-ABRE LA MALDITA PUERTA...O DEVUÉLVEME MI LIBRO.

-No.

-CAMUS, ESE LIBRO ES DE MILO...-Le reprendió Shion- DEVUÉLVESELO.

-NO.

-Pero este chico...-Shion se cruzo de brazos.- No te dejare ir a los museos.

-No me importa.-informo el joven, al otro lado de la puerta.-AH MIRA VOS... ASÍ QUE ÉL, ERA EL JINETE...-Dijo el Acuario, en venganza, por todas las interrupciones sufridas. Aun no había abierto el libro, desde que escapo de Escorpio que no lo hacía, solo lo hacía por...

-CAMUS, CONDENADO...-Sintió como aporreaban la puerta- danos ese libro-rugió Mascara.

-NO. Lo leeré completo PARA MI SOLO y luego lo destruiré...

-CAMUS, ABRE LA MALDITA PUERTA.-Rugieron todos al otro lado.

Continuara.