» Naruto – Masashi Kishimoto. Reservados todos los derechos al autor ©
~ CARTITAS PARA PAIN-CLAUS ~
Sabía que ser el líder de una peligrosa banda de criminales, no sería una cosa fácil; pero de eso, a cumplir los caprichos de sus locos compañeros, era algo diferente.
Todos en Akatsuki parecían entusiasmados por la fecha y, aunque en un inicio a él le pareció una tontería celebrarla, la mirada de Konan pidiéndole en silencio que cediera, lo había desarmado por completo.
Y ahí estaba, esperando en Noche Buena a que todos durmieran y así leer las cartas que cada quien había dejado sobre el pino navideño, ilusionados en recibir un obsequio de un ser imaginario y gordo.
— Primer Deseo —
Resignado, abrió la primera cartita sin nombre:
Por ti, odio la Navidad, viejo gordo y barbón. No olvido cuando me hiciste llorar sobre tu patético y falso trineo, preguntándome: ¿Qué quieres de regalo, niñita? ¡Insinuaste que era niña cuando yo sólo quería pedirte el juego Dinamita de Juguetes mi Alegría! Ahora, lo único que quiero es hacerte explotar a ti y a tus renos cuando vayan volando, para que nadie, ni el idiota de Tobi, reciban sus regalos, hm.
Pain imaginó lo anterior como una amenaza destruye-navidades.
Y, exaltado, se preguntó entonces: ¿Quién entregaría los regalos si Santa-Claus hacía boom?
— Segundo Deseo —
Meditabundo, leyó:
Tres son las peticiones que tengo, la primera: El kit de cremas aclarantes Pond's con efecto rejuvenecedor, esas que dejan la piel tan suavecita como la nalguita de un bebé. Dos: que a Itachi le salga un grande y asqueroso grano en la cara para que sienta lo que es ser feo por primera vez. Y tres: proponer la frase: "Los peces son amigos, no comida" como emblema de paz y alegría.
Pain rió interesado, si Itachi dejaba de ser el símbolo sexual de Akatsuki, quizás él al fin pudiera subir en el top-ten de los más sexies de la serie.
— Tercer Deseo —
Sin ganas, continuó:
Navidad es prosperidad. En casa, cada Noche Buena finjo tu muerte evitando que pidan que gaste; y a inicios de diciembre me disfrazo de ti, cobrando tres billetes grandes por niño que me pide ilusamente sus regalos, y seis por fotografía. Eso sí, no hago devoluciones si el niño sale llorando. Y es que ellos piden regalos a lo bruto, a lo que yo les respondo desilusionándolos: "Sí, y yo quiero ganarme la lotería sin tener que gastar ni un centavo".
Pain se molestó, ahora sabía qué había sido de la cortina roja del baño.
— Cuarto Deseo —
Volvió a su lectura:
Gordo de mierda, a mí no me ves la cara, sé que lo tuyo es una patraña. Cuál jodida noche de amor, aquí en Akatsuki eso significa tragazón, alcohol y rock and roll. ¿Recuerdas qué me trajiste la vez que te pedí unas esposas y ataduras para muñecas? ¡Un puto cupón para visitar a un doctor! Mi religión prohíbe alabarte, pero no matarte, así que apenas vea tu enorme culo asomándose, te sacrificaré en la chimenea hasta asarte. Jo-jo-jo puto maricón.
Pain miró aterrado hacia la chimenea, debía taparla de lo contrario cenarían Santa Claus a la leña.
— Quinto Deseo —
Suspiró, aún faltaban otras más:
Navidad es la época más triste y despiadada que existe. ¿Quién en su sano juicio tuvo la idea de celebrarla con una inhumana tala de pinos? Y todo para adornarlos con ridículas luces de colores, falsas estrellas o pastores. Por mi parte tengo sólo dos peticiones, una: que hagas conciencia en los hombres para que dejen de cortarlos, y dos: que mi Cerezo no se entere que justo es en diciembre cuando Flor de Noche Buena viene a verme.
Pain reaccionó, eso explicaba el porqué tenían de pino un par de ramas secas con foquitos.
— Sexto Deseo —
—Ya casi —dijo, alentándose al leer:
Sólo deseo una Navidad tranquila, donde no haya explosiones ni el molesto: "soy un buen chico, yo no lo hice". Una Navidad donde no empeñemos nada para cenar, sin sacrificios absurdos, o teniendo por alberca el pasillo hacia los cuartos; ya no quiero oler a marihuana al anochecer, ni tropezarme con marionetas al amanecer; tampoco tener temor de usar papel sanitario por aquello de que Konan se vaya a ofender. ¡Quiero paz! Ah, y el verde dinosaurio que me robó mi hermanito.
Pain suspiró, ¿realmente llegaría el día en que tuvieran una Navidad tranquila?
— Séptimo Deseo —
Inhaló, aún faltaban otras dos:
Para mí, la Navidad es una farsa. Sólo los idiotas creen que tienes un taller para juguetes. Y sí, admito que de niño te pedí de obsequio un muñeco, algo sorprendente y divertido, ¿y en su lugar qué me trajiste? ¡Al estúpido Ken! Qué poca apreciación tienes del arte, tus muñecos son simples y baratos, además de afeminados y antiestéticos. Te enseñaría a hacer verdaderos muñecos, pero prefiero convertir tu aldea de duendes en mis fieles mandaderos.
Pain se alteró, si con su organización perdía la cabeza, ¿cuánto más teniendo enanos parlantes hechos marionetas?
— Octavo Deseo —
Dudoso, releyó la siguiente carta:
Querido Santa, desde niña que no te molesto, pero ahora… ¡ah, cómo ha pasado el tiempo! Y se nota, Hidan me dijo que comparado conmigo, Sasori se veía más chico. Creo que las misiones y vivir entre puros hombres me está afectando, al grado que Kisame me llamó aguafiestas una noche. Por eso te pido un milagro navideño, pues no me quiero pasar la vida con estos enfermos. ¡Mucho menos otra Navidad sin que Pain me dé mi anillo!
Un tic nervioso le dio de pronto a Pain, no sabía si alegrarse o correr.
— Noveno Deseo —
Sudó al leer la última cartita:
Santa, como este año he sido un buen chico, mis deseos son para mis compañeritos: a mi Senpai quítale lo enojón, a Kisame lo feo, a Kakuzu lo tacaño, a Hidan lo mal hablado, a Zetsu lo extraño, a Itachi quítale lo amargado, a Sasori hazlo un humano y a Konan quítale lo solterona. Ah, y no te olvides del líder, podrá ser mangoneado, regañón y desubicado, pero en el fondo tiene un buen corazón, aunque supongo que también perforado.
Con esfuerzo, Pain se tranquilizó y respiró. Había llegado la hora de su venganza.
— Los Regalos de Santa —
Pain enumeró los regalos que con ingenio y poco presupuesto había conseguido para sus camaradas:
A Deidara le dejó una camisa de fuerza para sus ataques de loquera, a Kisame una máscara, a Kakuzu una orden de embargue, a Hidan un bozal para que se callara, a Zetsu un cactus seco, a Itachi unos anteojos, a Sasori un muñeco de trapo, a Tobi una soga para tenerlo amarrado y a Konan un lindo arreglo de rosas.
Sonrió perverso volviendo a la cama a esperar a que todos despertaran y vieran los obsequios de Santa. Sus reacciones serían su dulce venganza.
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Notas: Una loca y absurda historia navideña al estilo Akatsuki.
¿Pudieron adivinar quién escribió cada cartita? ;)