Poooooorfiiiiin comenzaré una historia de varios capítulos… Sólo sé como empieza, no cómo acaba… Así que espero vuestros consejos y opiniones para crear una historia que nos guste a todos. El primer capítulo lo estoy comenzando ahora mismo y lo único que tengo es una canción de fondo –A really good cloack- De la película Crash y ciertamente me estoy emocionando… (En serio amo esta canción) Así que supongo que os vendrá bien escucharla. Sin más dilación, entro a la acción. Las citas de cada capítulo serán de mi propiedad.

Free! no me pertenece… Maldita realidad :3

Pareja: Gou Matsuoka x Haruka Nanase

Resumen: Fue aquel día, por el que desde entonces, se ocuparía de que no volviese a sentirse sola. No. Nunca más.


1-El peso de un corazón triste se esconde detrás de una sonrisa. (M.M.L.)


-Onii-chan, ¿por qué hay tanta gente allí?

La manita de una niña pequeña señalaba hacia el puerto del pueblo abarrotado de gente, mientras con la otra agarraba la de su hermano mayor y le miraba con curiosidad.

El mayor no contestó, siguió mirando hacia ese tumulto de gente, y apretó con fuerza la mano de su hermana.

-¿Onii-chan?

-Gou… Vámonos a casa.

El hermano mayor agachó la cabeza y tiró de su hermana en dirección a su casa. La pequeña se quejó y siguió mirando hacia la gente. Había varias ambulancias y personal de policía, mientras los pueblerinos causaban un gran alboroto. Ignorante de lo que estaba pasando, la niña volvió a mirar hacia delante.

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De nuevo, Gou se encontraba agarrando la mano de su hermano mayor, pero en una situación diferente. Su hermano apretaba los dientes intentando retener las lágrimas que querían escapar de sus ojos hinchados, probablemente de haber llorado toda la noche. Los dos pelirrojos seguían a un grupo de, a los ojos de la pequeña, gente extraña vestida de blanco con unas cosas raras sujetas en la cabeza.

-Onii-chan…Quiero irme a casa, esta gente da miedo.

Nuevamente, el mayor no habló.

-Quiero irme a casa…Seguro que papá ya habrá llegado, quiero verle. ¿Por qué estamos aquí?

-Gou, papá…No volverá- Rin, por primera vez en ese día, miraba directamente a su hermanita a los ojos. ¿Cómo explicarle, que su padre nunca más estaría con ellos? ¿Qué nunca más nadarían juntos? ¿Qué ya no le leería cuentos a su princesita?

-¿Y por qué no?... ¿Ya no nos quiere?- los ojos de la pequeña comenzaron a llenarse de lágrimas. El mayor tragó saliva y dejó caer una lágrima.

-No, Gou, papá siempre nos querrá, está en el cielo, esperándonos.

-Entonces, yo quiero irme con él, no quiero que nos deje.- Gou comenzaba a hipar de la congoja. Mientras Rin apretaba nuevamente los dientes.

-Nunca te dejaré ir, Gou…Papá quiere que vivamos primero y que luego vayamos a verle, para estar con él siempre.

-¿Me lo prometes?

-Te lo prometo…-una pequeña sonrisa afloró en los labios del niño, haciendo sonreír a la pequeña Matsuoka.

-Te quiero onii-chan.

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La práctica del club de natación Iwatobi transcurría con normalidad. Solo que, hoy había algo extraño. La siempre efusiva y divertida manager del club estaba rara, es decir, se comportaba de una forma extraña. Cuando Nagisa le llamó "Gou" en vez de "Kou", ésta simplemente suspiró y pasó del rubio olímpicamente. Cuando Rei le mojó completamente por tirarse mal a la piscina, volvió a suspirar y fue a secarse. Pero lo que más impactó, fue cuando Makoto y Haruka estaban mojados, fuera de la piscina y bebiendo agua… Y Gou no comenzó a hablar de músculos. Eso les dejó a todos K.O.

Todos en el club se preguntaban qué le pasaba a la chica, es más, hasta pensaron en hablarlo con su hermano Rin, pero cuando quisieron darse cuenta ya era casi de noche y tenían que irse a casa. Gou se quedó recogiendo las cosas, desanimada. Miraba su teléfono cada poco, se mordía el labio, y negando lo guardaba nuevamente. Haruka la observaba en la oscuridad, no queriendo asustarla.

-Kou…- sin embargo, la asustó. La pelirroja pegó un salto haciendo que se resbalase y se cayese sobre las toallas, anteriormente dobladas concienzudamente. El chico la ayudó a levantarse.

-Lo siento Haruka-senpai, no te había visto- decía la chica avergonzada por su torpeza.

-Estás rara- ni corto ni perezoso, escueto, de pocas palabras y directo como siempre, le miró a los ojos. Haciendo que la chica desviase la mirada.

-No te preocupes senpai, es sólo que creo que estoy incubando un catarro o algo.-hizo un intento de sonrisa, que no convenció al amante del agua.

-Vale…

-No olvides que mañana tenemos práctica con Samezuka senpai, es viernes- la chica se giró para arreglar las toallas, para así evitar la mirada del mayor.

Haruka no dijo nada y se puso la ropa encima del bañador mojado. Comenzó a marcharse indeciso, no sabía qué hacer. En su día no pudo ayudar a Rin, ¿y si a Kou le pasaba algo que, con su ayuda, podría solucionar? Se detuvo. Se lo debía a Rin, ayudar a la hermana de su amigo, no, ayudar a su amiga, era algo que debía hacer. Se detuvo en la puerta.

-Kou, te acompaño a casa.

-No hace falta Haruka-senpai, aunque sea de noche mi casa está cerca.

-Te acompaño-insistió.

Gou suspiró, cuando Haruka decía algo, lo hacía. Terminó con las toallas y cogió su bolso, caminando hacia la puerta donde Haruka le esperaba. Caminaron en silencio hasta la salida, y continuaron hacia la casa de la chica. Gou iba mirando al suelto, mientras Haruka mantenía su inexpresividad mirando al frente. Ninguno de los dos quería romper el silencio que había, pero por dentro, los dos estaban hechos un caos.

Haruka buscaba la forma de hacerle entender a la chica que podía confiar en él. Es cierto que no era extrovertido como Nagisa, ni calculador como Rei, tampoco desprendía el aura amable y simpática de Makoto. Miró de reojo a la chica que iba inmersa en sus pensamientos.

-¿Todo bien?- la chica se tensó al sacarle de sus pensamientos y miró al pelinegro. Bajó la mirada y dirigió sus ojos al mar.

-Si…

-Eres mala mentirosa, Kou.

La chica se quedó callada. No sabía qué hacer, ¿de verdad le importaba a Haruka lo que le pasaba? No había hablado con nadie, ni si quiera con Chigusa. Habría y cerraba varias veces la boca, sin saber cómo empezar. Notó como las lágrimas se agolpaban en sus ojos para salir.

Haruka sin saber qué hacer al ver su reacción, abrazó a la chica, que se puso a llorar. Cuando se calmó un poco, siguieron su camino sin hablar y llegaron a la casa de la chica. Gou le dio las gracias y se fue dentro, dejando a Haruka todavía incrédulo.

El chico se dio la vuelta y prosiguió su camino a casa pensando en la chica. Kou, llorando. Kou, la que siempre estaba animada. Quizás, necesitaba el apoyo de su hermano mayor, o simplemente necesitaba desahogarse. Cuando llegó a casa cocinó algo de caballa y se metió en la bañera, todavía pensando en cómo ayudar a la chica.

No quería ser pesado, pero no podía verla así. Claro que no era un resfriado. Y comenzó a pensar.

A pensar, que quizás no era Rin el único que había sufrido todo este tiempo. A pensar que, tal vez, Gou haya sido la que más sola se habrá sentido cuando su hermano no estaba y su madre trabajaba. Que todos esos esfuerzos de ver sonreír de nuevo a su hermano no eran sólo por él, si no también por ella misma.

Comenzó a cerrar los ojos. Mañana aclararía todo este asunto, y hablaría con Rin. Sí, hablaría… Con Rin… Y así, el amante del agua se quedó dormido.


Este primer capítulo es como un prólogo, espero hacer los demás más largos. Como veréis yo narro de tal forma que los puntos de vista se mezclan con el mío a cada rato, si no os gusta decidme para arreglarlo. Muchos besos y espero que disfrutéis. Dadme ideas, por favor, para hacer una historia triste sobre Gou y sobre Haruka, sobre el pasado de todos (ya que, en la serie y las novelas mucho no se dice) Muchas gracias por leer. Besoteees.

PD: actualizaré cuando pueda, la vida de estudiante es exigente. Procuraré ir al día cada semana :S

Ishinomori Ayame