Disclaimer: Shingeki no Kyojin no me pertenece, mucho menos los personajes, solamente los uso un poquitín para explayarme con algunos argumentos filosóficos que me vinieron a la mente cuando leía el manga.

No sé ustedes, pero lo que me gusta de esta historia es que tiene mucho trasfondo sobre lo que es la "humanidad" (oh, gran Isayama-sensei eres la puta hostia).


Despertó lentamente de ese pesado letargo, pero una ráfaga de dolor le hizo quejarse. Algo en su mente le hizo ligar el malestar con sus primeros días de entrenamiento en la milicia ya que fracasó de tal manera que terminó con un hombro dislocado y con su orgullo por los suelos.

- Como me gustaría que vieras lo miserable que luces…-esa voz llena de sarcasmo, solamente podría ser de una persona. Y se alegró desde lo profundo de su ser.

Deseaba verle, pero la luz se lo impedía. Tuvo que parpadear al menos tres veces más para enfocar mejor y allí, justo a su lado, de brazos cruzados y con una mirada llena de seriedad, estaba Levi.

- Tenía razón sobre Eren...-le mencionó con voz trémula y con una media sonrisa.

Levi sintió una extraña mezcla de sorpresa e ira. En verdad, Irvin era un estúpido obseso, tanto que ni siquiera se había dado cuenta que él estaba lisiado.

Le miró cuando se movió para sentarse en la cama y el cómo su semblante cambió al darse cuenta que su brazo derecho, ya no estaba.

- Es extraño...-dijo sin quitar la vista del muñón que su cuerpo lucía-siento que aún puedo mover incluso los dedos. Ahora mismo, hago una seña obscena.

-Je...-no puedo evitar una pequeña risa. Ese hijo de puta tenía un sentido del humor bastante negro-el jalartela va a ser más difícil, pero vamos, eres el Comandante de la Legión-le brindó una mirada significativa-Siempre encuentras la manera de solucionar todo.

-Si fuera verdad, no estaría en este estado.

-Al menos estás aquí...-soltar esa frase le hizo sentir una extraña sensación en el pecho por lo que cambio el tema-Henge te manda saludos, por cierto. Dijo que eres un cejotas hijo de puta.

Una leve sonrisa nuevamente adornó el rostro del rubio, mientras terminaba de acomodarse. ¿Hace cuanto no escuchaba ese apodo de su amiga?

Maldita tetas pequeñas, pensó nostalgico para luego mirar a su alrededor. Aquel sitio era muy silencioso, amplio y demasiado minimalista, igual que todas las construcciones dentro de los muros de Sina.

Seguramente el Comandante Pixis se encargó de él durante todo este tiempo, pensó. No había ningún otro hombre que le tuviese consideración similar a la de un padre. De hecho, Pixis en algunas fiestas de sociedad, gustaba de presumirle como su alumno más brillante ante las damas en un vano intento de hacer que contrajera matrimonio y se alejase de la Legión. En parte, se sentía agradecido de que le apreciase tanto que intentase quitarle del peligro, pero, su verdadero padre es quien aún ahora, le motiva a ser carnada de titanes para librar a la humanidad de aquel yugo que cada vez más, parecía ser causado por sus mismos congéneres.

Durante un instante se perdió en sus memorias junto a su padre, cuando se dio cuenta de que Levi no dejaba de observarle.

- ¿Sucede algo?

- Nunca te había visto tan desaliñado. Incluso pensé que eras lampiño.

- Creo que...-se rascó la barba-es la señal de que he dormido muy bien.

- Déjate de mamadas-interrumpió. Irvin al principio imaginó que estaba molesto, sin embargo, al sostenerle la mirada, se dio cuenta de que estaba aliviado de verle.

- Así que faltó poco para fallecer, ¿verdad?

- Eres un puto imbécil. Sermoneándome sobre mi pierna y tú vas para ofrecerte de carnada. Si hubieses muerto, iría al jodido infierno sólo para patearte los huevos.

- Pero estoy aquí...-aquella frase en su lenguaje era un: "yo también te extrañe"-¿hay algo que quieras decirme?

¿Algo...?

¡Había tanto que quería decirle! ¡Deseaba decirle que no paró de pensar en su bienestar, que se sentía tan arrepentido de no haber estado a su lado, que estuvo recordando sus estúpidas frases, que pensó en rogarle a las estrellas que le regresarán con bien, que hasta incluso pasó por su mente el rezar! ¡Rezar, puta madre!

¡A la mierda! Claramente la charla tomó un rumbo en el que Levi no se sentía muy cómodo, así de desvió un poco la atención y aprovecharía para darle una noticia no muy grata:

- Hange está sanando aún; a mí, igualmente parece llevarme la mierda porque la pierna no para de joderme y…-se removió nervioso en la silla-Mike, está muerto.

- ¿Qué…?-lo notó, el hábil soldado puedo ver algo en los ojos de Irvin que nunca antes contempló.

Sabía lo importante que era su relación y lo mucho que le apreciaba. Incluso el mismo Mike, quien no hablaba mucho, gustaba de fanfarronear sobre sus aventuras, donde normalmente también incluían a Nile.

- Pero…-Irvin no podía creerlo, Mike era el segundo soldado más fuerte de la Legión, solamente superado por Levi. ¿Cómo una horda de titanes pudo sobrepasarle? Y peor aún, ¿por qué no estuvo allí para ayudarle?-¿Le han sepultado?

- No...-comprendía bien lo que aquello significaba. Cerró los ojos, tratando de que su mente no viajara a las últimas horas de su gran amigo.

Así que era, dolor...ahora comprendía lo que aquellos ojos tan azules como el cielo, mostraban en aquel instante. No era el malestar físico, era algo que provenía de lo profundo del alma del Comandante y aunque su vida transcurría entre pérdidas, comprendía que había personas que se llevaban parte de ti.

Si Irvin hubiese fallecido, ¿él pasaría por algo similar...?

- Nos conocimos desde que entre al ejército-murmuró, soportando las lágrimas-Recuerdo que la primera vez que nos conocimos, me olfateó y término recibiendo un puñetazo que le rompió la nariz.

Sí, sabía de aquella historia y de que según Mike, el comandante no tenía "olor" alguno, lo que significaba que no tenía "alma". ¿Pero acaso un ser sin alma podría mostrar esa desolación ante la muerte de un amigo, cuando él mismo, se encontraba lisiado?

- Fue el único que durante mi juventud me tuvo confianza.

- Confianza, ¿eh…?-un pinchazo de celos le hicieron removerse nuevamente en la silla. Vaya que se sintió miserable al comenzar a sentirse así por una persona fallecida.

- Como humanos, necesitamos la aceptación de alguien para hacernos ver nuestro propio potencial-el otro continuó sin percatarse el efecto de sus palabras-Jamás podre agradecerle lo que hizo por mí.

- Entonces…¿eso te convierte en mi mentor?

- ….-Irvin le miró, intrigado. ¿A qué venía tal pregunta cuando trataba de aceptar la muerte de quien consideraba su hermano?

- ¿Verdad?-Levi obviamente esperaba una respuesta.

- Tú ya conocías sobre tu potencial, Levi. Y confianza, es algo que tienes de sobra. Lo único que hice fue ponerte en el lugar indicado para que mostraras lo mejor de ti.

- ¿Te avergüenzas que quiera usar ese título en ti?

- No me malinterpretes, es sólo que me estás dando bastante crédito. Yo…-no supo realmente cómo terminar aquella frase-no soy una buena persona.

- Mi mundo se hizo muy grande gracias a ti. No tengo manera de poder pagarte...-abrió los ojos, realmente sorprendido. El moreno no era la persona más expresiva dentro de los muros y mucho menos elocuente con sus propias emociones, pero justo en aquel momento, confesaba algo muy personal.

Oh. Ahora lo comprendía. A su bizarra manera, Levi se estaba comparando con Mike, lo cual era ridículo. Mike, era el hermano que nunca tuvo, la persona con quien en su juventud iba a bares de mala muerte al mismo tiempo que se cuidaban las espaldas durante las misiones fuera de los muros. Fue quien estuvo apoyándole cuando perdió a su madre y cuando su visión como humano sobrepaso al individuo en sí. Y Levi era...ah, ¿cómo definirlo?

Representaba mismo que su padre cuando era niño. Era su mundo.

- Oye, quiero hablar contigo-le indicó que se sentara en la cama, justo a su lado, una vez que lo hizo, comenzó a hablar-Cuando estaba perdiendo la conciencia, sólo deseaba poder verte otra vez.

- ...-no puedo evitar sentirse bien por tales palabras. Y era tan extraño. Aquello pintaba a confesión amorosa y no sabia como enfrentarla y con todo y eso, una intensa emoción se incrustaba en su pecho.

- Supongo que algo quiere decir que hayas sido la única imagen cuando estaba a punto de fallecer.

- Puede significar que soy el puto Lucifer y que estaba allí para apoderarme de tu alma-levantó la mano queriendo tocarle, pero se detuvo. Irvin puso su mano sobre la de Levi y le acercó a su rostro, sellando el contacto.

- La tienes en tu poder desde hace tiempo-definitivamente era una confesión. ¡¿Cómo carajo debía responder?!

Todo esto era nuevo para él. La preocupación por su bienestar, el extrañarle, la calidez que le impregnaba hasta los huesos ante su contacto, las caricias nerviosas, los besos que le arrancaban la respiración, los celos por las personas a su alrededor...¡esto era demasiado!

- También podría significar que eres un jodido demente-intentó cambiar el tema, pero Irvin no dejaba irle tan fácilmente. Ahora no. Necesitaba que supiera lo importante que era.

- No se puede perder la razón, si no la tuviste desde el inicio-dijo con una media sonrisa.

- Tú y tus frases puteadas-desvió la vista, pero no alejo su mano de la mejilla del rubio. Esa barba le crispaba los nervios, pero el poder tocarle, le daba una agradable paz a su alma. Finalmente, había regresado. Al menos la mayor parte de él.

- No es algo que diga todo el tiempo, de hecho, creo que nunca dije-se sintió como un imbécil al rememorar aquello-Creo que simplemente lo di por hecho cuando no me arrancaste un brazo por haberte besado.

-Tch...-aquello le avergonzó sobremanera a pesar de que habían pasado casi cuatro años-No hagas que me arrepienta, carajo. Mira que todavía te queda uno-por supuesto que el mismo conocía la implicación sus acciones. Nadie jamas le tocaba con las manos sucias, mucho menos cruzar su espacio personal para babearle el rostro...sólo a él.

-Levi...-su mirada azul le petrifico, tal como aquella vez en que le beso por primera vez-te aprecio mucho, de verdad-la enorme mano del rubio hizo mas fuerte el contacto entre ambos.

- ...-sintió su rostro arder de vergüenza. ¡Jamás le habían dicho algo así! ¡Nadie en su puto juicio se atrevería a decirle tremenda mariconeria! ¡¿Y ahora que?! ¿Debía decirle lo mismo? ¿Quedarse callado? ¿Besarlo? ¿Alejarse? ¿Golpearlo? ¡¿Que carajos se hace luego de que una persona te ha dicho que su alma te pertenece?!

Irvin entendía por su expresión, que no tenia idea de que demonios hacer. Levi era un total inexperto en estas cosas de pareja. Y a su vez, sabia que le amaba de la misma manera. Así que le daría un poco de apoyo moral. Tomo la mano que estaba en su rostro y le guió hasta los labios para darle un suave beso en la palma de mano, mientras le miraba de una manera realmente intensa.

- Sólo tenlo en mente, ¿de acuerdo? No debes tener celos.

- ¿Quién carajo está celoso?-mencionó tratando de ocultar su nerviosismo mientras regresaba a la silla-Cejotas pervertido.

Irvin, sonrió. Amaba causar esas emociones en el moreno cuando todo mundo hablaba sobre su carencia de ellas. Se sentía afortunado de ser la persona a quien le estuviese entregando sus expresiones...