Titulo: Misión ¡Salvando a Onee-chan!
Resumen:
Tres agentes secretos con una misión: Proteger a su hermana mayor de las manos de un bastardo que se las quiere arrebatar. No solo ellos, un padre con complejo de hija inicia sus planes para atacar también¿Serán los agentes secretos los que salven a su querida hermana?¿o tal vez el padre celoso?¿Shintarou sobrevivirá al transcurso de su vida?/ ShinAya
Kagerou Project
le pertenece a sus respectivos creadores.


¿Quién?

La cena estaba servida y la familia Tateyama comía en silencio, un bastante raro y peculiar silencio. Normalmente Ayano, la hija mayor, era quien iniciaba cualquier tipo de charla siempre con una gran y reluciente sonrisa a su familia, pero ahora comía concentrada exageradamente en su comida, sus hermanitos de vez en cuando notaban que la mirada de la chica se alzaba y abría los labios con nervios para rendirse y volver a comer. Una actitud rara en onee-chan, sospechosa valía decir.

— Mañana un amigo de mi clase vendrá a casa—dijo al fin Ayano a lo que recibió la mirada de toda su familia extrañada, ¿por eso tantas complicaciones para decirlo?

—Me alegro, aunque ya te he dicho que si tienes problemas en alguna materia debes decirme y yo mismo te enseñaría—dijo ahora Kenjirou alzando su vaso para beber algo de su zumo de naranja, tranquilo e imperturbable.

—Lo sé…, pero no quiero molestarte cuando estás tan ocupado, papá—sonrió Ayano volviendo a su estado natural.

En la mente del padre de familia pasaban pensamientos tales como "Esa es mi hija, tan considerada" o "Es un ángel" haciéndolo caer en esa burbuja de perfección donde un paisajes de flores lo rodeaba junto a su feliz y gran familia, todos creando coronas de flores y riendo inocentemente, casi como un Edén.

Sería una lástima que Ayaka, su amada esposa, tuviera algo que decir que reventara esa burbuja en un simple "plash".

— ¡Así que traerás a tu novio! —la voz de Ayaka tan dulce y pulcra causo distintas reacciones entre los miembros de la familia.

Ayano sonrojaba negaba enérgicamente con su cabeza casi al punto de soltar humo, Kenjirou escupió su jugo oportunamente sobre la cabeza de Kano que se había parado de su silla por la impresión. Al no poder ver, Kano se agarró de la ropa de Kido quien para no caer hizo lo mismo con Seto terminando los tres en el piso, uno encima del otro.

—N-no es lo que piensan… ¡Es solo un compañero de clases!

—One-chan, ¿por qué estás tan roja?

— ¡Y-yo no estoy roja!

— Dame el nombre del bastardo que me está robando a mi hija…

— ¡Papá!

— ¿En verdad tienes novio, onee-chan?

—Pero no es mi novio…

— ¿Por qué no nos dijiste?

— ¡No es mi novio!

— Estoy tan herido… ¡Mi angelito!

— ¿Cómo se llama el afortunado, cariño? —y quien había iniciado todo habló otra vez, conservando su dulce mirada maternal. Ayano en ese momento supo que lo estaba haciendo apropósito y además lo disfrutaba.

— Shintarou-kun es solo mi amigo—respondió junto a un largo suspiro volviendo a su color natural, siguió comiendo con tranquilidad sin notar que cuatro miradas ensombrecidas se habían escapado de la mesa al obtener dicha información con miles de planes en mente que nada e buenas intenciones contenían.


Ahí estaba Kenjirou, sentado en su escritorio con cierta copia de un historial sobre la madera. Lo leía una y otra vez, algunas veces una risa malvada brotaba sin que él mismo lo percibiera, pero estaba tan concentrado en lo que sería el día siguiente que nada importaba fuera de eso.

—Así que un chico genio, arrogante y antisocial…—murmuraba por lo bajo haciendo algunas anotaciones en una hoja, casi como si fuera una libreta de la muerte en la cual solo bastaba escribir un nombre para sentenciar la muerte de la víctima—Ya veremos mañana cuando un examen lo deje en el olvido, será tan difícil de contestar que ni su "brillante" mente podrá resolver ¡Ya quiero ver la cara de mi angelito decepcionada de ese tipo y rogando mi ayuda!

— ¿Conseguiste el nombre completo, Seto? —preguntó una bajita voz detrás de la puerta, una pequeña risilla casi de duende se escucho. Esos tres agentes secretos a cuclillas yacían escondidos, uno aún lleno de jugo en su rostro y los otros con moretones de la caída, pero con determinación saliendo de sus poros— ¡Bien, alejaremos a quien sea que trate de quitarnos a Onee-chan!

— ¡Sí! —respondieron al unísono los pequeños agentes.

— ¡MUAHAHAHA!— con ese grito malvado proveniente de su padre salieron corriendo despavoridos a sus camas.


Buenos días, buenas tardes. Aquí mi nuevo pequeño proyecto. Esta algo deforme, pero lo he hecho con amorshhh a (humillar a Shintarou(?)) todos ustedes.
Espero que lo disfruten, los capítulos serán cortos, un poco más largo que éste.
¡Bye bye!