Su diario secreto

Aun con las lágrimas cayendo por mi rostro caminé hacia su cuarto.

Louis, Liam, Zayn y Niall me miraban atentos con sus ojos rojos por el llanto.

Ninguno podía creer lo que pasaba, mi cerebro todavía trataba de procesar las palabras de aquel médico cuando rompió mi corazón en millones de pedazos, quemando uno por uno. Ese era el dolor que sentía ahora.

-Lo siento, la señorita Nicole Mahone ha fallecido en un accidente automovilístico. Mis condolencias para usted y su familia.

Cuando mis rodillas se debilitaron y tocaron el frío suelo, lloré desconsoladamente recordando la última vez que la había visto.

Llevaba unos jeans color azul, una remera negra con algunas letras en blanco, y sus infaltables Converse rojas. Podía describir cada detalle de ese momento. Sus ojos cristalizados, llenos de tristeza y preocupación me observaban salir de su departamento con rabia.

Me arrepentiré toda la vida de haber salido de esa puerta sin decirle cuanto la amaba.

Mis amigos llegaron corriendo a consolarme, pero su lástima no era lo que necesitaba ahora.

Los ignoré y me apresuré a llegar a aquella puerta, la abrí.

Todo estaba tal cual como recordaba, como si ella aun estuviera aquí. Su cama se cubría con una frazada rosa, había posters en su pared, algunas zapatillas desordenadas esparcidas por todo el espacio, y en su escritorio de madera retratos y cuadernos.

Me senté en la silla mirando mi reflejo en el espejo colgado de su pared. Cualquier persona que me conociera juraría que ese no era yo. Mi rostro antes pálido ahora lo estaba todavía más, unas ojeras muy pronunciadas enmarcaban mis ojos verdes, y mi cabello más desalineado que nunca.

Tapé mi cara avergonzado de todo lo que le había hecho pasar.

¿Y ahora qué haría sin ella? Mi mundo se derrumbaba, y me era irreal creer que no volvería a verla jamás. Le hice tanto daño.

Mis ojos vieron un cuaderno de cuero sintético violeta, inmediatamente lo agarré. Nunca lo había visto. Lo abrí para ver si estaba escrito, y así era. Su desgarbada letra cubría algunas pocas páginas con un lapicero azul.

20 de octubre de 2013. Leí mientras me dirigía a cerrar la puerta, volví y me acosté, sabiendo que esto era para rato.

Hoy ha sucedido de nuevo, esto me está matando lentamente.

Todos los días desde hace un mes, se va golpeando la puerta de mi departamento luego de una discusión.

Sé que algo le sucede y quiero ayudarlo, pero no me deja.

Mi vida tomó un giro repentino sin ni siquiera darme cuenta. El brillo de mis ojos cafés se está desintegrando poco a poco por él, por lo que me hace sentir.

De tratarme como una princesa pasó a mirarme como basura, como si fuera nada más que una molestia. Pero siempre está aquí, puntual.

Esto me está matando lentamente porque sé que quiere alejarse de mí. Y no sabe cómo.

Jadeé, lágrimas caían sin control impidiéndome seguir leyendo. Mi pequeña princesita había sufrido por mi culpa. Ya lo sabía, pero el hecho de que sea confirmado por ella misma dolía más que nada.

Traté de seguir con la lectura a pesar del agua salada que ahora inundaba mis ojos.

21 de octubre de 2013.

A veces, cuando cree que estoy dormida, me maldice a mí y maldice al mundo.

Esto me está matando lentamente porque de repente deseo morir y siento que ha cumplido su cometido.

Lo amo y lo odio por hacerme sentir así.

Lo amo, por todos los momentos que pasamos juntos. Lo amo por hacerme creer que junto a él la vida podía ser como en los cuentos de hadas. Lo amo por lo que yo era cuando estábamos juntos. Lo amo por ser quien era. Lo amo a pesar de todo.

Lo odio por ser quien es ahora. Lo odio por destruir todas las fantasías que tenía de un mundo color rosa. Lo odio por no dejar que le ayude. Lo odio por llorar por su causa cada vez que me deja. Lo amo.

22 de octubre de 2013.

De nuevo se va, de nuevo me deja. La historia se repite.

Esto me está matando lentamente.

Escucho música y lloro. Veo como pequeños hilos de sangre en mi muñeca crecen hasta manchar el piso.

Luego tendré que limpiar.

Dios Santo, ¿esto era por mi causa?

Quería llorar, pero mis ojos no me dejaban. Parecía como si ya no tuviera agua en el cuerpo.

No podía creer que ella llegara a cortarse, pero lo peor es que yo no me había percatado.

23 de octubre de 2013.

Lloro de nuevo sintiendo impotencia.

Esto me está matando lentamente.

Creo que por unos minutos sus ojos verdes me miran con el amor que sentía antes por mí. Pero desaparece tan rápido como llega y es reemplazado con frialdad.

No sé porque sigue aquí si ya no me quiere.

Está arruinando mi vida, y la suya también.

Pero a pesar de todo esto lo amo más que a nada. Cada vez que veo sus ojos mi corazón late tan rápido que creo que se va a salir de mi pecho.

A pesar de no ver su hermosa sonrisa de nuevo, soy feliz mirando su rostro.

24 de octubre de 2013.

No lo culpo, juro que no lo culpo.

Sé que él no es así. Sé que algo sucedió. Sé que su amor por mí está escondido en algún lugar de su corazón.

Sé que las personas no cambian de un día para el otro.

Pero esto me daña, y a él no parece importarle.

Esto me está matando lentamente.

28 de octubre de 2013.

Nada ha cambiado.

No tengo nada para decir. Esto me está matando lentamente.

30 de octubre de 2013.

Mañana es Halloween, hace unos meses había planeado una fiesta de disfraces, pero ahora es imposible.

Viene todos los días, a la misma hora, siempre con la misma expresión.

Deseo que termine con esta relación de una buena vez. Pero estoy feliz porque aún no lo hace.

Es un mar de sentimientos en el que me estoy hundiendo. Trato de nadar hasta la superficie, veo que mi familia y mis amigos me tiran cientos de salvavidas. Pero el agua me arrastra lejos, y me es imposible agarrarlos.

Esto me está matando lentamente.

6 de noviembre de 2013.

Por fin felicidad.

Anoche hicimos el amor. Y me demostró que me ama como la primera vez. Solo que hay algo que le impide demostrarlo.

Creí que iba a cambiar, pero no fue así. Al otro día amanecí sola.

Él no apareció durante unos días.

Esto me está matando lentamente.

17 de noviembre de 2013.

Solo escribo para saber que estoy viva.

23 de noviembre de 2013.

Ha vuelto. Pero no de la forma que yo deseo.

Volvió físicamente, lo volví a ver. Pero sigue alejado de mí.

Esto me está matando. Ahora más rápido.

Puedo sentir como los hijos que nunca tuve mueren dentro de mi panza.

Puedo sentir que voy a morir aún más rápido que el que ya murió.

Puedo sentir que la esperanza de tener un futuro se deshace.

1 de diciembre de 2013.

Voy a salir a caminar. Necesito tomar aire y descansar del caos en el que se convirtió mi vida.

Harry, te amo. Cuando te conocía solíamos ser buenos amigos y nos divertíamos haciendo cosas juntos, luego el tiempo nos hiso inseparables y ahora sé que mi vida está contigo.

Eres la perfección ante mis ojos, por ello te digo que junto a ti puedo sentirme perfecta.

Suspiré. La amaba tanto, y el hecho de que hubiera muerto no lo impedía.

Lloré incansablemente hasta que mis ojos no pudieron sacar más lágrimas. No quería dormir.

No quería dormir, tener un sueño junto a ella, despertar y ver que la realidad era una mierda.

Esa se suponía que debería ser la última nota.

El dos de diciembre ella había fallecido. Y hoy estábamos a cuatro.

Pero no era así, todavía me faltaba por leer.

La tinta del lapicero parecía estar gastándose, por lo que tenía que forzar mi vista.

3 de diciembre de 2013.

Harry, mi amor.

Por fin he muerto y aquí soy feliz.

Solo quiero decirte que no te rindas, sigue con tu vida. Ama a otra mujer que sepa apoyarte como yo no lo hice. Pero te pido que no me olvides, por favor.

Espero que estés leyendo esto. Traté de dejar mi cuaderno a la vista.

Mi vida, no hagas nada estúpido. No hagas tonterías. No te voy a dejar solo.

Por favor, hazlo por mí.

No te preocupes, ni te sientas culpable. Recuerda que por más consejos que existan, hay lecciones de la vida que solo entenderemos a base de golpes y tropiezos.

Estar aquí es hermoso. Si deseabas que esté bien, no podría estar mejor que ahora.

Te amo, nunca lo olvides.

Te esperé desde los trece años, en el momento que me enamoré perdidamente de ti, hasta los dieciocho, cuando por fin te animaste a declararte.

Así que te prometo, te juro, que te esperaré todo lo que sea necesario aquí arriba.

Antes quería un final feliz.

Pero cuando vengas conmigo eso ya no será así.

No quiero un final feliz, quiero una historia sin fin.

Cuando estés preparado ven.

Aquí espero.

Te amo más que a mi propia... ¿alma?


Holaa! ¿Cómo están?

Yo con un poco de sueño, son las 02:07 de la madrugada jajaja. Pero este One-Shot fue como un "¡BUM!" de creatividad mientras escuchaba "Palabras mudas" de Porta, y... bueno, quería compartir con ustedes esta historia.

Espero que les guste. Aunque desearía haberla hecho un poco mas larga. Tal vez algún día le de un retoque, o le haga una segunda temporada (?

Bueno, gracias por leer mis ocurrencias!

SmallWriter