La única relación que tengo con esta película es que hace dos años la vi y la semana pasada escuché el soundtrack, específicamente "Power, Seduction, Cries" lo que me dio ganas de escribir. Todo ello sin ánimo de lucro, solo es parte de un plan que hice para destrozar todas las películas que me gustan y amar la brevedad.

Este drabble se situaría poco antes de los hechos de la película.

.-.

Mírate

.-.

Mírate las uñas de los pies. No puedes llevar sandalias, no así ¿Intentas arreglarlas? Tápalas.

Mírate los dedos ensangrentados, dulce niña. Debiste esperar dos días más para ponerte tus puntas de madera. Tus heridas del martes no habían terminado de cicatrizar ¿Duelen? No, te gustan. La humedad del daño daba vida a tus vueltas.

Tampoco siente dolor tu estómago al acabar de vomitar.

Ni tus piernas luchando por abrirse, ni la rótula presionando al peroné.

No sienten nada tus axilas cuando aplicas la cera, ni las grietas de tu espalda.

Tus manos son la parte más rebelde, nunca escuchan. Bajo las uñas quedan restos de la piel que te has arrancado. Ellas se siguen moviendo cuando todo lo demás está quieto, ellas te tiran de los pelos y se pelean como si cada dedo fuese un país en guerra. Ellas te odian, por eso te hieren.

Actúa con indiferencia, dulce niña. Nada puede herirte, tú no sientes dolor. Ni siquiera cuando las paredes de tu vagina rechazan los tampones necesarios para poder seguir girando y los encajas a la fuerza.

A veces te preguntas si hay placer en el dolor o acaso es que si no hay dolor, no hay placer. Dudas, porque no sabes que son ambas al mismo tiempo.

Tu placer es una breve satisfacción, una aproximación a ser perfecta, esa volátil ilusión. Cuando estás cerca, cuando casi la tocas, se escapa. Y te dice, eres horrible, no vales nada. Eres una mentira.

Porque tus dedos, querrían, en el fondo, dejar de sangrar. Tus rodillas no se sienten más bellas alargando tus piernas. Tu estómago no siente que vuela cuando está vacío. Tu cadera no disfruta liberándose de cada gramo de grasa, esa cosa innecesaria porque tú sabes que la auténtica feminidad está en los movimientos gráciles de bailarina. Te ríes por lo innatural, todo lo que requiere esfuerzo lo es. Dejar de ser un animal y convertirse en una nota más, ser material de sueños. La auténtica belleza. Eso es el ballet, una mentira. Así que sí, estás cerca.

Pero mírate, dulce niña. Eres fuerte. Nada duele, ni siquiera la cabeza. Sonríes, hueles a perfección. El espejo te devuelve una sonrisa torcida de ojos negros. Mírate, en el fondo lo sabes. Esto acabará matándote.

.-.

Siempre abierta a correcciones, Asondomar.