Hola a todos. Este es mi primer fic y espero les guste :) Este es uno de mis otps favoritos y, después de pensarlo tanto, me armé de valor para escribir esta pequeña introducción. Bueno, les dejo con la historia.

Summary: Levi es un joven de 15 años que pretende ser parte de la milicia, aunque tenga un horrible pasado como criminal. Lo aceptan; pero, ¿qué pasaría si encuentra un bebé recién nacido antes de comenzar sus deberes? ¿Cuidará de él? ErenxLevi

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, fueron creados por el excelente mangaka Isayama Hajime. Le agradezco mucho por crear Shingeki no Kyojin.


Mío

Por: Rokudocchi

Prólogo

Llovía sin cesar en el distrito Trost; muchos se refugiaban en las callen o sus casas para no empaparse. Y aun así, a la gente le gustaba ver cómo caían las gotas de agua en ese lugar. Les daba la sensación de una vida normal, sin preocupaciones, sin titanes…

O eso era lo que pensaba Levi, un joven de 15 años, cuando caminaba por una de esas calles. Le gustaba sentir el agua en su rostro; él creía que eran las lágrimas que no podía producir por más que lo intentara. Llorar no era una opción para él, sólo luchar para sobrevivir. Sacudió la cabeza, tratando de eliminar esos pensamientos tristes que sentía. Debería estar emocionado por lograr entrar al ejército. Debería estar feliz porque ayudaría a la humanidad a eliminar a los asquerosos y detestables titanes que la gente tanto odiaba.

Pero él sabía que hacía todo esto para remendar todas las cosas malas que ha hecho: era el único método que conocía y el único que podía hacer. No quería pudrirse en la cárcel como aquellos desgraciados, deseaba ser útil aunque fuera un reverendo hijo de puta.

Levi llegó a su destino después de caminar un rato, era una pequeña casita abandonada la cual le quedaba como anillo al dedo. El lugar era perfecto porque ahí nadie le molestaría, y si alguien lo intentaba, se enfrentaría primero con las trampas alrededor de la puerta. Muy ágil, sí; pero muy huraño de su parte.

A sabiendas de las trampas, Levi abrió la puerta, y dentro de su refugio, encontró la cosa más inesperada del mundo.

¿Un… bebé? ¿Qué demonios estaba haciendo un bebé aquí? ¿Cómo carajos entraron?, pensó enojado.

Con los puños apretados, se acercó al bebé y vio que aun lado suyo se encontraba una hoja con una sola palabra en ella. Decía "Eren", nada más. Frustrado, arrugó la hoja con ambas manos y la tiró en el bote de basura. Tal vez era un criminal, un bastardo; pero él era un maniático de la limpieza, le gustaba ver que todo estuviera reluciente y acomodado en su casa. Si veía una cosa sucia o fuera de su lugar, rodarían cabezas de desconocidos, aunque ellos no tuvieran la culpa.

Levi fue interrumpido de sus cavilaciones cuando el bebé llamado Eren empezó a llorar. Le miró con el ceño fruncido. No sabía que hacer, nunca había lidiado con mocosos y menos con uno de tan corta edad. Cargó a Eren con la mayor sutileza posible, no quería herirlo y a veces se propasaba cuando utilizaba su fuerza. Medirá 1.55 metros y pesará 55 kilos, pero era endemoniadamente fuerte. Lo mejor era no cruzarse en su camino…

Comenzó a arrullar a Eren en un patético intento de calmar sus sollozos. Trató de imitar a las típicas madres que arrullaban a sus hijos aunque no se le estaba dando muy bien. Eren se calmó un poco y Levi siguió con su extraño baile.

Se sentía tan estúpido. Suspiró.

Después de 10 minutos, observó como Eren se rendía al sueño. Viéndolo, se puso a pensar sobre lo que haría con el infante. ¿Lo dejaría en la calle? Era una opción aceptable, ¿buscar a su madre? Era demasiado obvio que fue ella quién lo dejó aquí. Lo que menos quería Levi era buscar a alguien tan vil y cruel que había abandonado a su propio hijo. Con este pensamiento, le dio un ataque de risa. Dios, sonaba tan hipócrita. ¿Lo dejaría con la policía? Ni loco, no se arriesgaría a estar cerca de ellos.

Entonces, ¿qué diablos iba a hacer con él?

Levi notó que el bebé se durmió. Lo miró en sus brazos; le agradaba el calor que le proveía. El rostro de Eren lucía tan tranquilo e inmutable. Se veía tan pacifico.

Y fue en ese momento extraño en el que tomó la decisión que cambiaría su vida.

Decidió quedarse con él.

¿Cómo lo cuidaría? Sólo el destino lo podía saber.

Acostó a Eren en su pequeña cama, juntó con él. No podía creer que estuviera haciendo esto. Esperaba no tener que arrepentirse. Bostezó y el sueño también lo quiso envolver en su cálido abrazo. Con pensamientos pesimistas, se dejó llevar, sin siquiera sospechar que ese pequeño y tierno bebé afectaría a su cuerpo y alma para bien.

Continuará…


N. de A.: ¿Es interesante? ¿Les gusta? Si es así, por favor, diganme. Las criticas constructivas y sugerencias para la historia están bien recibidas. Quiero hacer una historia que les guste.

Muchas gracias por leer.

Atte.: Roku.