Capítulo 10: Nunca se deja de Aprender (Parte II)

Estaba de buen humor ese día, presentó su asignación con toda la confianza del mundo al ver cómo su profesor asentía después de repasarlo con la vista, lo cual le daba positivismo sobre el resultado que recibiría la próxima clase. Por si fuera poco, la selección de representantes de esa primera competencia de mitad de año había terminado y en comparación con la de fin de año, se dieron los nombres en los entrenamientos, justamente donde se encontraba ahora, y vio que su apellido estaba ahí con muchos otros más. ¡Qué más podía pedir!

"¿Todavía no te rindes a seguir apareciendo?"

"Ni lo sueñes. Yo vine aquí antes que tú, así que todavía tengo para un buen rato"

"Si deseas alargar tu agonía"

"Muy bien Kaidoh. Que no te hayas enfrentado a mí, no significa que no podamos hacerlo ahora. ¿Te sientes preparado?"

"Cuando quieras" – Dijo completamente convencido al ver al pelirrojo muy entusiasmado. Si bien la selección fue de lo más satisfactoria, al ser separado en dos grupos, no tuvo la suerte jugar contra él y ahora quería probar en que parte podría mejorar. Había recibido buenas críticas por parte de su entrenador que le daba todas las esperanzas del mundo para vencer a Tanaka, cuestión que le parecía de lo más alentadora.

"¿A dónde creen que van muchachos?" – Intervino el entrenador Mori al ver que sus dos alumnos querían pasarse la regla de querer jugar un partido cuando las pistas serían usadas posteriormente por el equipo femenino. Eran varios tenis court, pero los alumnos también eran muchos, así que les faltaría espacio.

"Vamos Mori, sólo será un momento, para enseñarle a nuestro amigo lo que le falta" – Se rió el pelirrojo al ver que su compañero detenía el paso.

"En comparación tuya, ahora tengo un alumno que sí sigue las reglas. ¿Verdad Kaidoh?"

Tragando grueso por la acotación esperanzadora que le daba su entrenador, y en un suspiro, asintió. Lo peor que le podría pasar era que le hiciera comentarios fuera de lugar con respecto a su entrenamiento o peor aún, de sus asuntos personales, que no dejaba de alabarlo por disfrutar de su tiempo libre haciendo otras actividades que no fuera su deporte.

"Excelente. Para que vea lo mucho que lo estimo, le contaré tus peores épocas para que no siga tu ejemplo"

"¿Malas épocas?" – Preguntó de lo más intrigado al abrir sus ojos de sorpresa por la forma tan familiar que le hablaba su entrenador, más cuando sintió uno de sus brazos sobre sus hombros demostrándole amistad.

"¡Claro! Este bocón que ves aquí, cuando llegó por primera vez, pensé que era mi sobrina de 15 años. ¡Malcriada y gritona!"

"¡Que! Espere entrenador. ¡Kaidoh! ¡Más te vale que tapes tus oídos!"

"Pero entonces, porque ahora…"

"Eso fue porque lo golpearon varias veces aquí en los partidos, incluido su propio cuñado jajaja. Recuerdo que se fue a la enfermería cuando estuvo con unos compañeros…"

Escuchaba cada palabra de la persona junto a él y casi no podía creerlo. Él mismo había intentado buscar información del pelirrojo, pero no tenía suerte en encontrar a alguien que le relatara cómo es que se volvió tan 'hablador', ni Kagami quería soltarse la lengua por reprimendas contra su persona.

Mientras le contaba diferentes situaciones bochornosas para el pelirrojo que lo único que hacía era escuchar muy avergonzado, llegaron hasta las escalinatas donde se encontraban los demás del equipo. Simplemente no se aguantó la risa varias veces, haciendo más entretenida la historia, todo con tal de hacer enojar al 'tormento'.

"Así que todavía tienes mucho por lo cual preocuparte, sólo que deberás darle tiempo al tiempo, ya que todo llegará en su momento. Ahora lo estás haciendo muy bien" – Terminó de decir el entrenador al alejarse de él para empezar con su conversación con los demás alumnos que no dejaban de reírse.

Se quedó callado tratando de digerir las palabras de aliento que le daban. No tenía que ser genio para entender que cada vez que lo hacían reflexionar, siempre era por alguna cuestión importante y no sólo para molestarlo, aunque la mayor parte del tiempo fuera al revés. Pero ahora sí, le había quedado claro que estaba yendo por buen camino.

Volteó por unos segundos a un lado de las rejas del tenis court y vio justamente al gran grupo de atletismo haciendo su proceso de selección, así que supuso que su novia se encontraba entre ellos. Desde su ligera reunión que tuvieron en su casa, que por razones de salud mental no quería recordar, no había tenido oportunidad de hablar con ella ni en la hora de almuerzo por el bendito proceso de selección, ya que después de clases sólo se saludaban rápidamente, para después dirigirse hacia sus respectivos entrenamientos. Tal vez se podría hacer un tiempo más tarde.

"¿Preocupado? ¿Deseas ir a ver qué sucede?"

"No es necesario" – Respondió un tanto nervioso al ver a Kagami acercarse a él por atrás, ya que también se integraba a la reunión de su equipo.

"¡Aja! Ahora si podemos asegurar que cuando Cupido flecha, no hay nadie quien se salve. ¿Verdad Kaidoh?" – Preguntó Tanaka de lo más animado pero con una cara de sarcasmo única al hacerles una seña para que se acercaran a las escalinatas.

"¿Quieres que te golpee por seguir diciendo tonterías?" – Le preguntó de forma seria al empezar a caminar hacia ellos.

"No le hagas caso que está envidioso porque Thoru ni siquiera lo acepta jaja. ¡Salud por eso!" – Intervino el mayor de todos los presentes al destapar su lata de refresco y pasarle una a cada compañero que estaba ahí. "Sé que no es alcohol pero con algo tenemos que celebrar"

"Ryuji, es cuestión de tiempo para que baile en mi mano. ¿O me vas decir que no vale la pena?" – Dijo Tanaka al comenzar con su discurso sobre el amor que algunos escuchaban, otros no.

"Es bueno saber que algunos sempais tienen día libre y que hayan podido venir para las selecciones" – Decía Yamada de lo más feliz al estar en compañía de los demás y obviar un poco el tema del pelirrojo porque él también saldría perdiendo.

"Jaja Ahora que recuerdo, el año pasado les dijimos que rompíamos piernas a los elegidos de cada selección. ¿Quieres ser primero?"

"Ya sabemos que fue una broma sempai" – Se exaltó Kaoru al acomodar su bandana en su frente al escuchar semejante barbaridad. En aquella época casi se lo cree.

"No importa, podemos revivir la tradición. Con mayor razón ahora que estamos segundos en el marcador de medallas. Mis disculpas con tu señorita novia porque la alcanzaremos" – Se rió el muchacho de cabellos negros al seguir tomando de su lata.

"Kaidoh, ahora que lo mencionan, en la noche haremos una reunión con el equipo, así que espero que puedas ir en compañía de Asano, me pareció escuchar que ya conoce a la mayoría"

Se sorprendió al escuchar tal sugerencia de su entrenador que esperaba una respuesta suya muy interesado en el tema, cuestión que parecía de interés público, porque sus compañeros intervinieron con algunos silbidos y comentarios de lo afortunado que era al tenerla cerca, más específicamente vecina del Tenis Court.

"Le preguntaré…" – Contestó de lo más nervioso al sentir como su sangre se acumulaba en sus mejillas.

"¡Excelente! Los demás también pueden hacer lo mismo, todos están invitados a mi casa" – Terminó de decir de lo más entusiasta al unirse al grupo que aceptaba de lo más alegre la invitación.

Se dio un tiempo para digerir lo que estaba pasando sin que se diera cuenta. A él que no le gustaba mucho las reuniones por la compañía impertinente que siempre estaba ahí sacándole los colores del rostro, ahora había aceptado cordialmente. Lo hacía porque su entrenador se lo pedía, era su casa de todas maneras, así que tendría que hablar con Emi, que de seguro aceptaría de lo más gustosa. Suspirando tuvo que seguir con su pequeña celebración antes que le dijera alguna palabra fuera de lugar.

…..….

Sólo fue cuestión de segundos para que estuviera en ese lugar. Tuvo una corta conversación con Sasaki que estaba de lo más emocionada con su proyecto porque, según ella, era la primera vez en toda su vida universitaria que se había comprometida a esforzarse. Así que al terminar de contarle su razón para que irradiara tanta felicidad, le dijo que habían preparado un evento con sus compañeros de la revista y lo invitaba en ese instante para que la acompañara y así pudieran comer lo que tenían disponible de refrigerio. Cuestión que no lo dejó pensar lo suficiente porque casi se lo había llevado de la mano, pero tuvo tiempo de soltarse a los pocos segundos porque no le era familiar. En un suspiro ahora se encontraba sentado en la mesa de uno de los estudios fotográficos, en compañía de sus tres compañeros, que comían de los más tranquilos.

"¿Deseas más refresco?"

"Gracias" – Se limitó a responder cuando notó que la muchacha tenía una botella de jugo y se dispuso a servirle. Se preguntaba miles de veces que hacía él ahí porque aún tenía que buscar a su novia para avisarle lo de esta noche. Era raro que mantenga su celular apagado, ya era las tres de la tarde y debería haber acabado el proceso de selección.

"¡Puedes servirte lo que quieras! Hay un montón para todos"

"Creo que ya comí suficiente por hoy" – Dijo algo nervioso al ver que el contenido de su plato había desaparecido y podía seguir comiendo más. El entrenamiento que tuvo en la semana lo había dejado agotado y con ganas de recuperar el alimento perdido.

"No te preocupes. Supongo que haces ejercicio todos los días. Con eso perderás los kilos que subirás hoy" – Comentó divertida al servirle algo de comida en su plato vacío.

"Ah cierto. Kaidoh, con respecto a las fotos que nos dejaste tomar. En 5 días más saldrá la publicación, te daremos una muestra gratis para que te informes"

No sabía cómo responder ante el comentario del muchacho de gafas que se notaba entusiasta. Se había olvidado completamente la existencia de aquellas fotos y sólo esperaba que haya salido en grupo cómo le habían dicho. ¡Cómo él era muy carismático!

"Tanaka y Kagami también saldrán en la revista, se notaban muy entusiasmados con la idea. Si bien no es deportiva, tal vez podamos hacer un suplemento nuevo que vaya junto a la de siempre"

"¡Es buena idea Ryu! Así no desviaremos el objetivo inicial… ¿Quisieras participar también Kaidoh?"

"No entiendo cómo"

"Mmm se me ocurre que podamos entrevistar a diferentes personas que destaquen y así juntar información sobre qué hay detrás de los deportistas. ¡Sobretodo por la cantidad de medallas que se lleva la institución!"

Le sonaba bastante familiar. Las revistas deportivas han existido desde que tenía uso de razón y justamente lo que planeaban hacer aquellas personas era necesario para darle forma al objetivo del suplemento. Ahora que lo recordaba cuando estaba en la escuela con sus entrañables compañeros de equipo, había una revista sobre tenis que hasta ahora existía y que se encargaba de informar sobre los últimos hechos de las competencias escolares. ¿Sería una coincidencia?

"Comenzaremos con alguien especial para que generemos interés y en cualquier momento te llamaremos para que formes parte de él. ¿Estarías interesado?"

Esperando que ese 'cualquier momento' sea lo suficientemente largo para que no interviniera con su deporte, asintió. "Mientras sea formal" – Comentó en un suspiro al recordar los tipos de fotos de vida social que se tomaban en ese lugar, muy diferente a lo que planeaban hacer.

"Si. Tomaremos las sugerencias del caso para no cometer una imprudencia, ya que la revista de ahora siempre ha sido de entretenimiento. Veremos cómo nos va con este volumen"

"Ahora que mencionan el tenis, ¿Sabes qué requisitos debo tener para ser parte del club de tenis femenino?"

"¡Haruko! ¿No me digas que piensas dejar la revista?" – Intervino uno de los muchachos al casi escupir su bebida al escuchar semejante pregunta.

"¡Claro que no! Sólo quería saber"

"Sólo es saber jugar tenis y pasar las competencias de selección. Si tuvieras un record de competiciones pasadas puede ayudar a que ganes puntos"

"¡Oh vaya! Podría ser una opción entonces. Me gusta el tenis, sólo que no he tenido tiempo de practicarlo seriamente"

"Todo depende para que quieras entrar"

"Mmmm pensé que se divertían practicando y nada más. ¿Es muy agotador?"

Frunció el ceño ante la pregunta. No quería que la conversación se volviera personal, pero él si tenía un objetivo claro, y que la muchacha lo cuestionara sobre los requisitos para entrar al equipo, por lo menos debería demostrar el interés necesario y no sólo querer jugar por jugar. "Todo es agotador, desde los entrenamientos, el horario, junto con los estudios y las competencias. No es una decisión que se pueda tomar a la ligera. A muchos les cuesta poder mantenerse en el equipo, ya que merece esfuerzo y dedicación" – Explicó en una hilera de palabras que lo hizo dudar de quien lo dijo. ¿Era él o alguien más? Ahora si había convertido su conversación en algo personal, divertirse era pieza fundamental, pero el objetivo que venía después era importante.

Se quedaron callados ante la iluminación que les daba su compañero ahí presente, tanto así que uno de los muchachos se había quedado con su tenedor en medio del aire dispuesto a comer. Por no decir que la mirada seguía siendo lo suficientemente fuerte para que dejara sin aliento a más de uno y con ganas de escapar de ese lugar inmediatamente. Después de todo no estaban acostumbrados a la otra actitud que les demostraba.

"Siento… siento si dije algo con menosprecio a lo que hacías" – Se disculpó al pararse en un segundo y hacer su debida reverencia. Se denotaba que estaba de lo más nerviosa.

"No es necesario… no debí mencionarlo" – Dijo también en el mismo tono al acomodar su bandana en su frente. Sabía que abrió la boca demás, ya que cada uno se hacía sus propios objetivos; sólo que a veces no soportaba que se hablara tan a la ligera de todo el esfuerzo que uno hacía por mejorar.

"¡Pero tienes razón! Así que me presentaré cuando logre saber el objetivo"

"Cómo quieras" – Comentó simplemente al comenzar a comer y evitar las miradas que se centraban en él. Tal vez manteniendo la boca llena dejaba de decir tonterías.

Sasaki lo vio nuevamente al sentarse en su lugar y para ella misma se abría un ligera puertita de esperanza. Recordaba las muchas veces que su vanidad cubría su visión y no notaba el esfuerzo que hacían sus demás compañeros. "¿Sabes? mencioné que eras muy diferente a lo que aparentabas" – Dijo en voz baja para que él sólo escuchara.

"No entiendo" – Respondió completamente desubicado ante el comentario.

"Es que te veía con mala actitud en clase, pero demuestras tu pasión por lo que haces a cada momento. ¿Verdad que es una característica que se dio cuenta Emi?"

Ahora era él que se quedaba sin respiración por aquellas palabras, no lo había visto desde ese punto de vista. No iba a negar que tuviera mala actitud aunque trabajara en ello para que no sea tan notorio, pero que alguien más le dijera que demostraba pasión por lo que hacía era por demás vergonzoso. "No lo sé" – Se defendió al no querer hablar del tema porque no era importante que ella lo supiera.

"Bueno, supongo que sí lo sabes, pero no me lo quieres decir. ¡Está bien! para aligerar mejor la situación te quiero pedir algo muy fácil"

"¿Qué… cosa es?" – Cuestionó de lo más desubicado de nueva cuenta al pensar seriamente que necesitaría esa camiseta con SK como se lo había mencionado la peliazul.

"¡Que aceptes ser mi amigo! Sé que compartimos características diferentes, pero si deseas extender tu red de contactos te puedo ser de mucha ayuda. Todo seguirá como hasta ahora, igual compartimos clases… ¿Qué dices?"

Le pareció sincero de su parte comentarle sobre los contactos que era lo más interesante, pero la idea de tener una 'amiga' no era le era un término muy familiar. "Cómo quieras" – Dijo simplemente al sentirse nervioso por su respuesta. Por más que quisiera no iba a detener lo que la vida planeaba hacer con él.

"Bueno, supongo que eso debe ser un sí. ¡Perfecto! No te preocupes que todavía le debo una disculpa a Emi y no te causaré problemas"

Notó su entusiasmo por algo que le parecía trivial, así que en un suspiro trató de calmarse antes que se arrepintiera por lo que estaba haciendo.

¿En qué se había metido?

…..….

Se encontraba rumbo hacía la enfermería central en busca de alguien en particular y sólo esperaba no cruzarse con alguien más porque deseaba no ser visto. Hace un buen rato salió de su reunión con su 'nueva amiga' y con la intención de buscar a la peliazul, se dirigió hacia las pistas de atletismo. Estuvo un buen rato paseando su vista entre las personas, pero no lograba identificar a nadie conocido, así que tragándose su vergüenza, se acercó a una de las chicas que estaba aún corriendo y preguntó por su novia. Sus ojos se abrieron con sorpresa al escuchar que había sido trasladada por su rubia amiga a la enfermería más cercana. Sin preguntar más, salió corriendo hacia el lugar que le mencionaron. ¡Ahora que pudo haberle pasado!

"Emi, quédate aquí hasta que regrese… ¡no te vayas a mover!"

Supo que había llegado al lugar correcto cuando vio a la rubia salir corriendo por la puerta pero en dirección contraria a la él, así que aprovecharía para verificar en qué condiciones podía estar su novia para que terminara en ese lugar. Escuchando que no se iría a ningún sitio por obvias razones, decidió ingresar sin hacer mucho ruido.

"Deberías venir más seguido a visitarme, por estas horas no hay mucha gente"

"Jaja Ay Nanako. Aunque no fue mi intención venir accidentada. Te prometo que me daré un tiempo para conversar"

Escuchó a las féminas reírse en una de las tantas camas que había libre. Pudo notar que se encontraban cerca de la ventana porque podía ver dos tenues sombras a través de las cortinas. Así que para hacer rápida su visita, se dejó ver ante la peliazul que estaba sentada en la cama cubierta hasta la cintura por las sábanas.

"Ayumi, pensé que habías ido a…"

"Se puede saber en donde escondiste tu teléfono"

Emi se sorprendió al ver de quien se trataba, había nombrado a su amiga porque pensó que se olvidó algo, pero era Kaoru parado al filo de la cama y la miraba intensamente queriendo saber las razones por la cual estaba ahí. "Ah… es que vine a visitar a la enfermera, ¿Verdad Nanako?" – Dijo en una sonrisa nerviosa al voltear hacía la muchacha de cabellos negros que estaba sentada junto a ella en una de las sillas.

"Cla-Claro. Hace tiempo que no la veía y…"

"¿Quieres que crea eso?" – Preguntó exaltado al apretar el puño que hizo que la enfermera se asustara. Hace instantes escuchó perfectamente que no se veían hace tiempo, además que para visitarla, no era necesario usar una de las camas de la enfermería cómo si en verdad le pasara algo.

"Emi… no te preocupes por mí… los dejaré solos unos momentos" – Se excusó Nanako al levantarse de su asiento aún nerviosa por el encuentro. Así que sin mirar, se dirigió hacia la salida.

"Ya la hiciste asustar" – Susurró algo divertida por la no tan amigable escena que le hacía su novio.

Sin intercambiar alguna palabra más, se ubicó lentamente en el espacio que había dejado la enfermera con todas las intenciones de iluminarse por lo que pasaba. "Ahora sí, ¿Podría saber que haces aquí?" – Preguntó con insistencia al verla a los ojos. Sabía que ella no se intimidaba, pero que más podría hacer para que hablara rápido.

"Estaba corriendo cuando tropecé y caí" – Dijo simplemente al mirar hacia otro lado, esperando que sonara convincente.

"Inventa algo mejor" – Pidió de manera sarcástica y seria. Estaba seguro que a esa explicación le faltaban detalles, y mejor que se las dijera antes que perdiera la paciencia.

"Es verdad. Estuve corriendo después de mi selección y caí"

Pensaba en la frase que obtenía de la peliazul y sonaba a la peor mentira que pudo haber escuchado. ¿Desde cuándo ella se caía cuando entrenaba? En todo ese tiempo que salían a correr o que la veía entrenar a través del tenis court, no hubo alguna vez donde haya sufrido algún accidente por ese tema. "Creo que… estoy perdiendo la paciencia"

Tragó grueso al escuchar la última frase y lo que le daba algo de temor no era él, sino a la razón por la que estaba ahí. Había apagado su celular para que nadie se enterara y justamente Kaoru tenía que estar ahí, la última persona a la que quería causarle más preocupaciones.

La vio abrir la boca para que al fin le dijera lo que pasaba, cuando sintió que unos pasos presurosos se acercaban por el pasillo y una chillona voz que no dejaba de pronunciar el nombre de la peliazul. Una voz que no quería escuchar tan pronto.

"¡Emi! 'Hello Kitty' está firmando su memorándum en la oficina principal del club. Casi me rio en su cara al verla. Lo pensará dos veces antes de empujarte" – Entró rápidamente la rubia y se hizo notar al filo de la cama, pero al instante vio que Kaidoh se encontraba ahí. "Ups. ¡Lo Siento!"

"¡Ayumi! ¿Qué parte de no hablar alto no entendiste?" – Reprochó inmediatamente al taparse el rostro con sus manos. ¡Justo cuando le había explicado que no quería que Kaoru se enterara!

"Lo siento… pero son buenas noticias. Verás que a partir de ahora, 'Hello Kity' ni se atreverá a dirigirte la palabra sin antes pedir permiso" – Explicó de lo más tranquila y al cruzarse de brazos. "Pero ya que Kaidoh está aquí, que se vaya enterando"

"Ayumi, podrías esperarme en la entrada, por favor" – Respondió Emi al hacerle el ademán de querer privacidad.

Vio a su rubia amiga salir después de despedirse de ambos y lo que más lo desubicó fue que ni siquiera le dijo algo fuera de lugar o un comentario que diera a relucir que le molestaba su presencia, cuestión que era mutua. Sin decir nada más, dejó su mochila en el piso y se sentó en la silla que estaba junto a la cama. "Entonces… ¿Así que tropezaste y caíste?"

"Ok. Ya me di cuenta que no sé mentir… Es que no quería preocuparte, se supone que después de esto me iría a casa feliz sin levantar sospechas"

"No planees mucho y empieza a hablar. ¿Quién es la que mencionó tu amiga?" – Preguntó seriamente al no haber escuchado algo parecido antes, supuso que se trataba de algún sobrenombre.

"Es una chica que es parte del club y tiene un tatuaje por el hombro de 'Hello Kity'... Pero bueno, no a todos le puedes caer bien" – Dijo en un suspiro al relajarse y jugar inconscientemente con parte de la sábana que tenía entres sus manos. "Salió la lista de los seleccionados donde ella no se encontraba. Antes que me vaya se acercó y me pidió que hagamos una carrera, cómo no quería desairarla acepté. Todo estaba normal hasta que se le ocurrió la idea que empujarme diciendo que había perdido el equilibrio. Así es cómo terminé aquí"

Escuchó atentamente la explicación y era el indicado para comprobar que la frase de no caerle bien a todo el mundo era cierta, pero nunca pensó que la peliazul sería una de ellas. Suspiró al recordar que justamente Kagami le había preguntado si quería acercarse a la terminación de la selección de atletismo, pero no lo había hecho porque todo el equipo lo vería, de todas maneras se suponía que era un proceso normal. ¡Si tan sólo la hubiera buscado antes cuando no contestaba el teléfono!

Una parte de él se sentía culpable por no estar presente, por lo menos para llevarla a la enfermería después del accidente. Pero como nunca pensó que pasaría algo así, mientras estaba sentada en ese lugar, él estaba de lo más tranquilo comiendo con sus nuevos 'conocidos'.

"Lo importante es que sólo me golpee un poco, nada de cuidado"

"¿En dónde te lastimaste?" – Preguntó sin pensar al notar unos parches que estaban en sus brazos.

"¿Acaso piensas darme una revisión?"

"¡Para saber que te hizo esa persona!" – Respondió nervioso al notar su voz de coquetería única que siempre le hacía.

"Ya Nanako se encargó de todo, es por eso que estoy cubierta con la sábana. Y si me la quito para que me des tu punto de vista, no creo que puedas pensar bien" – Dijo divertida al verlo sonrojado.

"Dame tu brazo" – Ordenó simplemente al levantarse de su silla y ponerse más cerca para ver los parches que le habían puesto en cada uno.

Obviando el comentario anterior, tomó asiento en la cama para verificar que sólo sean superficiales y sentirse mejor consigo mismo por no haber estado presente. Escuchó entre risas por parte de ella que había puesto su peso en sus brazos para evitar dañar su herramienta de trabajo; lo cual le pareció lo más sensato, ya que se hubiera lamentado si dañaba sus piernas, no después que él mismo haya comprobado que se encontraban en buen estado. En un sonrojo contuvo sus ganas de levantar aquella sábana y averiguar qué demonios le había ocurrido.

"Todo está bien. En pocos días resucitaré como el fénix, lista para la competencia" – Se rió abiertamente al querer cambiar el tema y evitar que el hombre frente a ella pensara, porque su cara denotaba preocupación. "¡Estoy segura que también te eligieron!"

"De eso no había duda" – Respondió con simpleza al dejar sus brazos tranquilos y observar su sonrisa de oreja a oreja por ese tema en especial.

"Mi reunión de atletismo todavía será mañana. ¿Cuándo es la tuya? ¿Iras?"

"Es hoy en la casa del entrenador… pero olvídalo, no iré"

"¿Qué? Pero son tus amigos y tu entrañable entrenador. ¡Tienes que ir!"

"Pidió que vaya contigo, pero no es buena idea" – Se le escapó las palabras por su boca sin pensar.

"¿En verdad? Ohh que lindo de su parte. Debe ser que ya los conozco y justamente no se cruza con mi reunión, así que debemos ir"

"Al único lugar que iremos es a tu casa para que te recuperes, así que olvídalo" – Dijo seriamente al apretar los puños y tratar de evitar su mirada que no lo había dejado por ningún momento. ¡Demonios! Lo estaba tratando de convencer sin ni siquiera decir una palabra. ¿En qué momento se volvió tan débil? Era como si estuviera mirando a un gato perdido que pedía a gritos que lo llevara a su casa y lo hacía recordar la vez que le había dicho que era una 'gatita open mind'. "No quiero verte moviéndote como loca por todos lados" – Sentenció totalmente abatido por sus ojos intensos que no pretendían aceptar un no por respuesta.

"¡Lo prometo! Así que hazme el favor de pasarme mi mochila que está junto al escritorio, me podré mi falda para irnos ahora mismo" – Dijo entusiasmada al sentarse al filo de la cama aún con la sábana hasta la cintura.

En un suspiro hizo lo que le pidió. Se dirigió hacia el escritorio de la enfermera que ni se asomaba por la puerta, y cogió la mochila que ahí se encontraba para entregársela. La vio como si nada le hubiese pasado mientras buscaba la prenda que le había dicho, ya que aún seguía con la parte de arriba de su traje de atletismo. Se disponía a esperarla afuera pero sintió como su celular, que traía en el bolsillo, comenzaba a sonar, así que sacándolo para ver quién era, hizo que los ánimos se le fueran completamente al darse cuenta que era Sasaki. ¿Ahora que quería?

"¿Qué pasa? ¿No vas contestar?"

"No es nada importante" – Dijo nerviosamente al dejar el teléfono en su mano que seguía sonando sin parar.

"Kaoru, para que te muestres nervioso sólo quiere decir una cosa… así que será mejor que contestes, ya te dije que me llevaré bien con ella. No tengo nada en su contra después de todo. Soy sincera al pedirte que respondas" – Dijo completamente relajada al terminar de hurgar en su mochila.

"Sólo será un momento" – Se excusó igual de nervioso al caminar hasta donde terminaba la cortina mirando hacia afuera, no quería alejarse de la peliazul y que alguien entrara de improviso mientras se cambiaba.

Contestó el celular entre respiraciones profundas para evitar gritar cualquier grosería que se le viniera a la mente, más aún cuando se encontraba conversando con su novia de lo más tranquilo. Sabía que sería fácil decirle un par de palabras indiferentes para que acabara la comunicación, pero recordó que sería 'su amiga' y era una acción que debía desechar. Así que escuchó muy concentrado que le contaba los pormenores de la revista que saldría en unos días más, que quería que se enterara de las primeras noticias por parte de su boca y cómo ya no lo vio en los tenis courts, por eso pensó en llamarlo. Además que quería hacerle entrega de unas fotos que…

En ese momento no pudo oír más porque su cerebro se había desconectado completamente de la voz que salía por el auricular. Y es que mientras intentaba procesar las palabras que le decían, su vista se dirigió disimuladamente hacia otro lugar, más específicamente hacia su novia que no emitía ningún ruido y que estaba atenta a lo que hacía. ¡Rayos! ¡No debió dejar vencerse por su curiosidad!

Era una escena de la que podría estar aprovechando en ese mismo instante en lugar de entretenerse con la llamada. Se le venía a la mente las semanas que estuvieron separados y no asistieron a alguna cita, no contaría a la que irían hoy por obvias razones. Usó toda su fuerza para mantenerse calmado mientras veía que 'inocentemente' estaba en la delicada tarea de ponerse su falda en sus narices y él que no podía moverse porque la persona del otro lado no dejaba de hablar. Fue entonces que tragó grueso al ver que la blanquecina piel estaba cubierta por una venda en su muslo izquierdo y había 2 pequeños parches, uno en su rodilla derecha y en el otro muslo. Aunque su límite llegó a ver que hacía un puchero de dolor al terminar de ponerse su falda y subir el cierre.

"Estaré ahí después" – Dijo seriamente al colgar la llamada y apagar el bendito teléfono antes que alguien lo interrumpiera. "Siéntate" – Ordenó en una voz sería al acercarse junto a ella y empezar a buscar entre su mochila, algo muy conocido para él.

"¿Pasó algo malo?" – Preguntó incrédula al hacer lo que le dijo sin pensar y verlo sacar su bandana verde. "¿Qué pretendes hacer?"

"Te pondré esto, para que no duelo tanto" – Explicó simplemente al descansar una de sus rodillas en el suelo y dirigir sus manos hasta el filo de la falda frente a él.

"Kaoru, no es necesario que lo hagas, ya está mejor. Sólo son ligeros golpes…"

"Silencio" – Dijo al tomar aire por lo que planeaba hacer. Agradeciendo que la falda no fuera tan larga, se vio a él mismo subiéndolo algunos centímetros para dar con el delgado parche que estaba en el muslo. Sentía que las manos le temblaban al estar en contacto con su suave piel que ahora estaba de colores morados, mientras intentaba hacer el bendito nudo a la bandana. Maldijo entre pensamientos a aquella persona que la había dejado en ese estado, deseó que fuera un hombre para que le rompiera cada hueso de su rostro, producto de la paliza que le hubiera dado ante tal atrevimiento.

"Sabes… Siento que es un deja vu" – Se rió delicadamente al recordar aquel suceso del año pasado donde la había salvado de un maleante, simplemente le hacía gracia que usara de nueva cuenta su bandana. "No te preocupes que también te la devolveré limpia" – Le dijo en una sonrisa con un tinte rojizo. Cuando lo vio levantarse, no dudo ni un segundo en acariciar su mejilla con una risita nerviosa, de alguna manera tenía que aprovecha el acercamiento. Era extraño… pero ¿Estaba sonriéndole?

Sabía a lo que se refería cuando le mencionaba tal recuerdo que compartían. Fue uno de los primeros momentos donde había usado su bandana para ponerla inocentemente en su rodilla el año pasado. Sin embargo, ahora se sentía avergonzado por ir más allá de su falda y ponerla en ese lugar tan privado.

Olvidándose completamente del lugar en el que se encontraban, y no importándole la imprudencia que haría, en una suave sonrisa se acercó a ella sin previo aviso para cerrar ese espacio y clamar por sus labios en un beso, que estaba seguro, sería de lo más gratificante. Extrañamente el tiempo que estuvieron separados era tortuoso y deseaba concentrarse en aquella actividad, esperando que esa necesidad que nacía dentro de él se apagara. Cada segundo que pasaba profundizaba cada vez más la unión entre sus labios, aprovechando ese divino momento donde nadie los molestaba.

"Si te sucede algo malo… nunca intentes ocultármelo" – Manifestó en una voz profunda muy cerca de su oído mientras respiraba el perfume que ocultaba su cuello. Simplemente estaba perdiendo terreno con la revolución de emociones que tenía atorados en su pecho. Al no poder contenerlo más, la acostó delicadamente sobre la cama, con mucho cuidado de no tocar las vendas que tenía en ambas piernas, estaba concentrado en perder sus manos por su espalda debajo de su camiseta de atletismo.

"Si… voy a recibir sorpresas como esta… creo que lo pensaré dos veces" – Trató de responder entre suspiros al sentir la boca masculina por los rincones de su cuello. Muy por dentro deseaba que ese momento no terminara, pero le daba pánico que alguien pasara de casualidad y los llevaran a la administración por situaciones indebidas.

"¿Por qué tuvo que… ser justo ahora?" – Preguntó más para él que para su novia que sólo rió por el comentario. Quería sentir más y su indisponibilidad por la caída que tuvo, lo obligaba a detenerse. Era una locura de grandes proporciones. ¡Rayos! Era como un reloj que estaba en cuenta regresiva y muy cerca de llegar a cero.

Sentía cómo sus manos se movían en su espalda buscando un broche que no se abriría ni con herramientas de trabajo. A ella que le gustaba la seguridad, no iba a permitir que cuando corriera se moviera aquella parte de su anatomía y perdiera alguna carrera. "Kaoru, te vas frustrar… si planeas ir más allá"

"Ya sé que te gusta… complicarme las cosas" – Dijo en un suspiro al contar hasta diez y tratar de calmarse. Estaba comportándose como un adolescente con las hormonas alborotadas, así que tenía que parar y recuperar el control de sus emociones.

"Pensé que ya hablamos sobre eso" – Se rió al hacerle recordar que a él le gustaban los retos. "Sabes en donde estamos ¿no?" – Cuestionó en un susurro divertido al acariciar su rostro cerca de ella y llamar su atención.

"No hay cámaras de seguridad" – Contestó con una voz seria al desviar la mirada muy sonrojado. Por lo menos ya estaba volviendo a pensar de nueva cuenta.

"Kaoru. Te… te prometo que cuando esté recuperada… lo haremos las veces que tú quieras… te aburrirás de mi y de mis gritos" – Sugirió con una voz nerviosa por las barbaridades que le se le escapaba sin darse cuenta.

Volvió sus ojos a ella completamente sorprendido por lo que escuchaba. ¿En qué momento sus conversaciones empezaron a tocar ese tema en especial? Recordaba que ni en la primera vez tuvo la confianza necesaria para comenzar con sus caricias y ahora se veía inmiscuido en tomar decisiones que concernían en esa parte de la relación. "Estas… Estas ofreciéndome…"

"Sé que… suena raro… pero es que no quiero emocionarte ahora sabiendo que no puedo… ¡Ay mi amor! Mira lo que me haces decir" – Dijo de lo más nerviosa al cubrir su propio con sus manos presa de la vergüenza.

¿Qué podría responder ante tal ofrecimiento de dormir juntos? Respirando profundo antes que se dejara llevar por sus emociones, se levantó de la cama en donde la tenía presa y se sentó en el filo para alejar sus manos de su rostro. "¿Cuándo será eso?" – Salió por su boca de la nada al terminar por abrazarla y que no notara su sonrojado rostro que estaba a punto de generarle fiebre.

"Jaja cuando ya no veas ningún morete en mis piernitas" – Se carcajeó al entender de lo que estaban hablando. Ella también estaba segura que su relación se estaba volviendo de lo más intensa.

"¿Emi? Mmmm ¿Puedo pasar?"

Escuchó claramente la voz de la enfermera desde lejos, así que supuso que se encontraba en la entrada pidiendo permiso para regresar a su puesto. Sin pensarlo más, se separó de ella y tosiendo nerviosamente se dirigió a la silla donde había dejado su mochila.

"Nanako, dame unos segundos" – Pidió en voz alta antes de centrarse en su novio que estaba de lo más nervioso. Así que suspiró al recordar quien lo había llamado. ¡No tenía de que preocuparse porque le había colgado el teléfono y se había centrado en ella! "Iremos de todas maneras a la casa de tu entrenador ¿verdad?"

"Te recogeré a tu casa a las 8" – Le dijo simplemente al colgarse su mochila al hombro. "Ahora tengo que ir a… te llevaré a casa ahora" – Trató de arreglar sus pensamientos porque quería hacer las dos cosas a la vez, ya que recordó que la muchacha de cabellos castaños lo había llamado para entregarle sabe dios qué.

"No es necesario… ve tranquilo a lo que tengas que hacer, que yo me quedaré aquí un rato más para terminar mis papeles de salida de la enfermería e iré a cambiarme. Me veras en la noche después de todo"

"¿Estarás bien?" – Preguntó otra vez al no estar muy convencido por lo que escuchaba.

"Claro que si, ¡vivo cerca! Además Nanako está esperando para pasar"

"Sólo no te muevas mucho… y felicidades por tu selección" – Terminó de decirle antes de caminar fuera de la cortina y recibir también unas felicitaciones por parte de la peliazul, además de su promesa de celebrar como se debía cuando mejorara. ¡Le iba a generar un paro cardiaco uno de estos días! Así que saliendo por la puerta hizo una señal de despedida a la enfermera sin voltearla a ver, lo que menos quería era que se diera cuenta de su nerviosismo.

Nanako entró presurosa a la enfermería cuando vio salir al muchacho. "¡Dios Emi! Ayumi tenía toda la razón al decirme que lo tienes más que fascinado. Aunque me asusté al comienzo, ahora que lo vi salir es como si fuera otra persona. ¿No me digas que aprovecharon que no hay cámaras de seguridad aquí?"

"Jaja créeme que es mutuo, y no se te ocurra mencionar eso que me acaloro" – Se carcajeó al hacerse aire con su mano después de haber sobrevivió a todo ese carrusel de emociones que sentía cuando tenía a su novio cerca. "Créeme que lo quiero un montón y se preocupa mucho por mí. Te apuesto que si 'Hello Kitty' fuera hombre, no hubiera vivido para contarlo. Pero ya por favor, no me hagas recordar que quiero mantener mi corazón en mi pecho… porque vamos a salir en la noche" – Canturreó de lo más feliz al pararse suavemente de la cama y coger su mochila para dirigirse con la enfermera hacia el escritorio para firmar varios papeles.

"¡De todas maneras! Estoy tan feliz por ti, así que te deseo todo lo mejor porque si es como lo describes, no lo dejes a la vista de cualquiera por ahí" – Se rió calmadamente al ver que su amiga se sonrojaba.

"Disculpen… ¿Creen que puedan facilitarme un calmante?"

"Claro. Venga por aquí por favor"

"¡Nanako te dejo trabajar tranquila! No te preocupes que te visitaré más seguido" – Dijo Emi de forma entusiasta al terminar de firmar sus papeles de salida y coger su mochila para retirarse.

"Excusez-moi... êtes-vous Asano Emi?"

La peliazul volteó su mirada hacia el muchacho que hace unos momentos había ingresado a la enfermería. Era alto, rubio y lo que más le llamó la atención era que se dirigió a ella en francés preguntando si ese era su nombre. "Je vous connais?" – Cuestionó en una voz dudosa al querer saber si lo conocía e intentar recordar en donde había visto su rostro. Se le hacía muy familiar.

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Estaba pensando seriamente en salir corriendo de ahí y no verse a él mismo tratando de sonreír para que los demás lo vieran. Pero que más podría hacer si ya su imagen estaba impresa en una de las hojas de la interminable revista que estaba siendo distribuida en esos momentos. Y lo peor de todo es que Tanaka y Kagami se encontraban con él para entrometerse en su pacífico día, simplemente no aguantaron la curiosidad por verse en la revista cuando esta saliera oficialmente, sino que tenían que acompañarlo hasta el estudio principal para ver con sus propios ojos el hecho.

"¿Podrías dejar de hacer tanto ruido?"

"En todos estos años hicimos lo posible por salir en la revista de la universidad porque no aceptaban deporte y ahora tenemos la oportunidad. Hablaré todo lo que se me dé la gana" – Dijo Tanaka en pose de mala actitud y haciendo berrinche. "¡Oka-san! Dile que yo quiero una portada una vez en mi vida"

Kagami y Kaidoh sólo suspiraron vencidos por la terquedad del muchacho, estaba demasiado entusiasta en ese momento para que respondiera algo coherente.

"Por una parte tiene razón, es una revista de entretenimiento y es raro que hayan aceptado poner algo de los equipos. ¿Le dijiste algo a Sasaki?"

"No. Me enteré cuando ya estaba avanzado. ¿Saldrán todos?" – Dijo en un tono serio al preguntarse lo mismo. Si bien le pidieron que le avisara a su dos compañeros, no estaba seguro si los demás club saldrían también.

"Fuiste tú el que nos dijo que nos tomarían fotografías, pensé que lo sabías"

"Pues no… ¡Ya no importa! Sólo quiero que no se demoren para poder entrenar tranquilo" – Dijo en un tono nervioso al cruzarse de brazos. Hasta ahora no había visto nada correspondiente a aquellas fotografías, y si salían los demás clubs era mejor para él, así obviarían que se encontraba ahí con cara de pocos amigos.

"Vi a los chicos que en estos días anduvieron preguntando a integrantes de diferentes equipos, pero no me imaginé que quisieran incluir a todos"

"Para que te quejas si así será más conocido el club"

"Jaja es una buena idea. Aunque el entrenador Mori se pondrá envidioso sino ve su cara" – Se rió Kagami ante el comentario un tanto optimista de su compañero. Si no lo veía que estaba mejorando, no lo creería. "A propósito, ¿Asano ya se recuperó de su caída?"

Tragó grueso al recordar aquel día en específico cuando asistieron a la casa de su entrenador. Fue una reunión muy amena y calmada, donde la peliazul se puso a explicar su ligero accidente después de notar las miradas interrogantes de sus compañeros. Agradeció a su comentario de no poder moverse mucho, porque fue la principal razón para que los demás se mostraran preocupados y sin ánimo de molestarlo para que así 'cuidara' de su novia. "Ya está totalmente sana" – Dijo en un profundo sonrojo al voltear su rostro hacia otro lugar intentando concentrarse en algo diferente que no sea sus recuerdos. Justamente sobre una promesa que le había hecho.

"Debes tener más cuidado con ella. ¡Sino cómo disfrutarán de su amor!" – Gritó Tanaka al ir desde atrás y colocaba sus brazos sobre los hombros de cada uno de sus amigos que estaban conversando de lo más normal. "La llama de la pasión nunca debe apagarse y mucho menos cuando se tiene una relación tan intensa"

Su piel se erizó completamente al sentir el brazo del pelirrojo por sus hombros y mucho más al hablarle de esa manera tan cercana cómo si lo conociera de años. "¡Cállate antes que te arroje por la ventana!" – Exclamó de lo más nervioso al alejarse de su manera 'amigable' de hacerlo perder la paciencia.

Deseaba que Sasaki saliera de una buena vez del estudio donde se había metido ya hace un buen rato. Tuvo suficiente del pelirrojo en los entrenamientos cómo para verlo a esas horas de la mañana, donde según él había pedido permiso de su centro de labores. Así que esperando varios minutos más, respiró tranquilo cuando vio justamente a la chica de cabellos castaños entrando al salón muy feliz con varias revistas entre sus manos.

"¡Perdón por la demora muchachos! Pero estaba supervisando la última distribución, para esta hora ya deben estar en cada rincón de toda la universidad"

"No te preocupes Sasaki, es suficiente con que salgamos" – Respondió Kagami al tener a la chica al frente que les empezó a repartir la bendita revista.

"¡Ni siquiera quise verla terminada! Espero que cumpla sus expectativas"

"Sasaki sale en la portada, te tomaron un buen ángulo" – Comentó Tanaka sonriente al ver la imagen de la muchacha estampada en la primera hoja. Aparecía con una camiseta ajustada y corta de futbol que hacía brillar sus encantos escondidos. Él era fiel a su novia, pero tenía que alabar la buena idea de los editores.

"Se nota que no ha perdido su tinte de entretenimiento" – Dijo Kagami con una sonrisa al ver a lo que se refería su amigo.

Fue por fin que la tuvo entre sus manos y no esperaba que fuera una revista tan colorida cómo las anteriores, no después que su imagen estuviera en alguna de las hojas. Escuchó los comentarios de sus compañeros y no sabía que pensar al respecto, por una parte no iba a negar que se viera bien en la foto, pero sentía que estaba mostrando demasiado. ¡Ahora entendía porque el mercado masculino lo encontraba entretenido!

"Jaja siempre fue así y no podíamos cambiarlo demasiado. Ustedes deben estar en la página 15 porque desde ahí comienza los equipos" – Dijo entusiasmada al voltearles la página a cada uno para que se vieran.

Los muchachos no pudieron ocultar su emoción al verse, sobretodo por el número dos gigantesco en una esquina de la dos hojas que les habían asignado, haciendo alusión al puesto que ahora llevaban con respecto al número de medallas. Inmediatamente se buscaron en el collage de fotos que se había elaborado, ya que en una hoja estaban 3 personas de manera individual y en la otra salían en forma de equipo.

"Cómo siempre me veo muy masculino" – Dijo Tanaka al verse brillar en su foto individual que estaba ligeramente sobre las 2 adicionales. En una media sonrisa y con su raqueta en mano.

"Dirás cómo nunca lo estuviste" – Comentó de manera sarcástica Kaoru al empezar a mirar la fotos de equipo, en las cuales no se encontró. Pensando que tal vez no lo incluyeron, Kagami le hizo una seña para que mirara la página anterior, casi se le sale el corazón al verse en una de las fotos individuales. ¡Lo habían puesto completamente solo para que todos lo notaran! Aunque no sonreía, los colores del acabado de la fotografía hacían resaltar la bandana verde que llevaba puesta, al igual que su pose de tener la raqueta en el hombro y una mano en el bolsillo. Por lo menos no lo pusieron con el ceño fruncido.

"Vaya Kaidoh, sino te tuviera aquí a mi costado, pensaría que es un impostor jaja"

"Cállate tarado, ere la última persona que debería criticarme. ¡Ya viste lo falso que sales!" – Dijo con la voz más sarcástica que pudo al darse cuenta que estaba satisfecho por lo que veía, no lo habían puesto en la primera foto cómo para querer desaparecer de la universidad, ni tampoco lo hicieron sonreír a la fuerza. "Kagami… ¿No llegaste junto con Tanaka ese día?" – Cuestionó a su compañero al no verlo en una de las fotos individuales, sino a otra persona.

"Me tomé foto, pero le pedí a Sasaki que no me pusiera, en cambio me uní a la foto de grupo. Ahí estoy" – Dijo simplemente al apuntar con su dedo la parte de la fotografía donde salía al costado de Thoru en una de las fotos en grupo.

"Se hicieron algunos ajustes de última hora y salieron así. ¡Espero que les guste! Todo se hizo pensando en que puedan disfrutar de la revista" – Comentó alegremente al seguir revisando las fotos. "Todos fueron excelentes modelos, tal vez me puedan ayudar la próxima vez"

"Cuenta con ello Sasaki, aquí mi amigo Kaidoh saldrá sin camiseta la próxima vez" – Se rió Tanaka al seguir revisando las demás notas desde el comienzo. "Porque yo cobro muy caro"

"¡Quien quiere verte después de todo!" – Le gritó por enésima vez ese día, tomó todo su autocontrol para no golpearlo por las tonterías que decía. Así que para animarse, dio la vuelta a la página y chocó con los del equipo de natación, tenían asignado el número tres con respecto al puesto en el medallero. ¡Algo bueno tenía que salir después de tanto esfuerzo!

"¡Ajá! Pero que tenemos aquí… mis ojos logran identificar una belleza en especial en la página anterior" – Comenzó a decir Tanaka con una gran sonrisa sarcástica en sus labios y mirando de reojo a Kaoru que no le hacía caso. "Me preguntó yo, quien será su novio que la dejó aparecer en una de las imágenes, creo que varios de la universidad se refrescarán la vista"

Al escuchar tal comentario, Sasaki y Kagami se pusieron al lado del pelirrojo para ver a quien se refería. Más fue su sorpresa al ver al equipo que tenía el primer puesto con respecto a las medallas, atletismo. Fotografías con el mismo estilo que el anterior.

"¿Verdad que es afortunado?... Kaidoh ¿Tienes alguna opinión al respecto?"

"No entiendo a lo que te refieres" – Contestó seriamente al obviar su comentario y no caer en su juego, preferiría mantenerse al margen de lo que sucedía.

"Si voltearas la página te darías cuenta a lo que me refiero"

"¡Chicos! Cómo ya vieron la revista, pueden ir a sus clubs en cualquier momento, yo tengo que ausentarme por un momento para hablar seriamente con mi editor. ¡Gracias por su atención!"

Escuchó a Tanaka hablar cómo si supiera algo importante que él no. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos al notar como la muchacha se disculpaba y salía corriendo a mil por hora por la puerta, gritando el nombre de su editor. ¿Qué estaba pasando?

Emitiendo un suspiro y sintiendo las miradas curiosas de sus compañeros, se dispuso a hacer justamente lo que le pedía el pelirrojo, dio vuelta la página. "Yo no veo nada" – Dijo seriamente a punto de cerrar la bendita revista antes que perdiera la paciencia. Todavía tenía largas horas de entrenamiento por hacer.

"Ni siquiera has mirado bien. No se te hace conocida la chica de tu izquierda, ¿La de la foto principal?"

A punto de mandarlo al diablo por molestoso, vio la imagen que le hacía referencia. Una muchacha apoyada a la pared, abrazando una parte de su cintura que estaba al descubierto por su top de atletismo y su otra mano en la parte de su hombro para detener su cabello mientras esbozaba una sonrisa mirando hacía una luz que salía en la foto. ¡Tenía que ser una broma!

"¡Al fin! Ya ves cómo si tengo razón… nos ganaron Kagami, creo que todos verán más esta página"

"Fuiste tú seguro quien la convenció" – Dijo en un tono amenazador al querer acercarse al pelirrojo, pero Kagami se lo impidió. Recordaba muy bien que le contó a su novia sobre los pormenores de su sesión fotográfica y ella le aseguró que rechazó la solicitud que le hicieron, pero que estaba muy contenta con su participación porque todos se darían cuenta lo guapo que era. ¡Demonios! Todo lo que le hacían recordar a causa de esas fotografías.

"¿Ah? A las justas llegué para la mía porque nos dijiste a última hora. ¿No estabas enterado?

"¡Claro que no! No iba a permitir que miles de impertinentes empiecen a mirar cosas que no deben" – Dijo seriamente al observar nuevamente la foto y notar que los atributos de la peliazul eran por demás notorios. En su mente retumbaba que al igual que él, muchos iban notarlo. ¡Rayos!

"Kaidoh, relájate. No es nada de otro mundo. Sabes que las revistas sólo duran una o dos semanas, de ahí todos se olvidarán y publicarán otra revista" – Intentó calmar Kagami al saber de sobra lo celos de su compañero. Le causaba gracia, pero no quería que cometiera alguna torpeza.

"¡Claro! Los demás sólo pueden mirar"

"Olvídenlo. Iré a buscar explicación a todo esto" – Dijo muy seriamente antes de salir a paso presuroso del lugar antes que le partiera la cara al pelirrojo. Tenía que hablar con ella antes de irse donde el editor y dejarlo parapléjico por atreverse a incluir a su novia en aquel lugar indeseado.

…..….

Recorrió todas las pistas de atletismo en busca de la peliazul, pero era difícil encontrarla en todo ese mar de gente que hacía diferentes disciplinas. No le importaba que lo vieran como bicho raro con su mochila de raquetas entre diferentes personas que sólo tenían su indumentaria de atletismo. Su objetivo era buscar una explicación a esas fotos que estaban en aquella revista, antes que vaya a cada distribuidor de la universidad y empezara a arrancar esa hoja en especial.

Iba a darse una segunda vuelta cuando vio a Honda parada a un lado ojeando justamente la misma revista que él tenía entre sus manos. Así que iluminándose por un momento, se acercó hacia ella lo más rápido que pudo. "¡¿Fuiste tú verdad?!" – Exclamó de manera seria y con el ceño fruncido hasta más no poder.

"¿Disculpa?" – Preguntó escéptica al levantar la vista de las hojas que estaba observando. "Kaidoh. Creo que te has confundido, esto no es el tennis court"

"Sé donde estoy… ¿Cómo fue que la convenciste?" – Volvió a cuestionar completamente molesto. ¡Claro, tenía que ser ella! Quien más que la rubia para hacerlo enfadar.

"No entiendo a lo que te refieres... Mira, por primera vez en mi vida decidí que quiero llevar la fiesta en paz contigo, y que yo sepa no hice nada malo"

"Te parece poco hacerla aparecer en algo que no quería" – Acusó inmediatamente al dar por hecho que había sido ella.

"Sigo sin entender… yo estaba muy tranquila leyendo mi revista y vienes tu a acusarme de algo que no… ¡Dios mío!... ¿te... te referías a esto?" – Dijo nerviosa al voltearle la revista abierta y señalarle con su dedo tembloroso la imagen de su amiga.

"¡Justamente eso! Más te vale que me digas cómo fue que…"

"Ella nunca se presentó al estudio fotográfico, así que no entiendo cómo pudo salir. Estoy completamente segura que ha sido un error"

Escuchaba la explicación de la rubia y no sabía si creerlo o no, después de tantas veces que se habían peleado y conociendo el desacuerdo en su relación, le era difícil aceptar su inocencia. ¿Había mencionado que quería lleva la fiesta en paz con él? Sus pensamientos fueron interrumpidos por un par de muchachas que se acercaron a ellos y pretendían llevarse a la rubia a otro sitio.

"Emi debe estar saliendo con Midori fuera de la universidad. Tal vez si las alcanzas puedas obtener una explicación, porque no se que pudo pasar" – Terminó de decir al momento de ser jalada a rastras por sus amigas entre risas.

Maldiciendo por el percance que tuvo que pasar, salió en busca de la peliazul antes que se alejara más. ¡Si tan sólo no hubiera tanta gente! Corrió hacia la entrada pero seguía sin verla. Caminando por varios minutos más, llegó hasta la próxima zona de casas, si mal no recordaba, era el camino que usaba siempre para dirigirse a la suya. Y ¡Bingo!, ahí estaba junto a su amiga de cabellos verdes. Así que sin perder ni un segundo más, les bloqueó el paso, centrándose principalmente en su novia que lo veía sorprendida.

"¡Necesito hablar contigo!"

"Kaoru. Que sorpresa… estaba acompañando a Midori a que eligiera unos vestidos y…"

"Quiero que me expliques qué es esto" – Increpó precipitadamente al extenderle la hoja de la revista donde justamente estaba impresa.

"Ah, pero si es una foto de mi" – Dijo de lo más sonriente al verse ella misma posar para la imagen. Aunque a los pocos segundos abrió los ojos espantada al darse cuenta de sus palabras. "¡Qué! Pero… pero soy yo… si nunca fui a la sesión fotográfica" – Exclamó nerviosamente al coger la revista entre sus manos y volverla a inspeccionar. Era ella, no había duda alguna.

"¡Es lo que quiero saber!" – Dijo malhumorado al notar como su novia no dejaba de balbucear que era ella. ¡Eso ya lo sabía! Todo le hacía indicar que no sabía nada del asunto.

"¡Lo siento! Emi, lo siento tanto… justo te iba a comentar sobre eso"

"¿Midori?... ¿Fuiste tú?" – Preguntó la peliazul al ver cómo su amiga hacía una reverencia muy nerviosa.

"Emi, Kaidoh. Lo siento… fui yo quien les dio una foto al editor para que la incluyera. Lo hice con la mejor intención. Ella se ha esforzado tanto para ganar las competencias que no me pareció justo que no saliera en la revista más importante de la universidad" – Se disculpó la muchacha a punto de llorar por la mirada de sorpresa de la chica y el rostro 'no amigable' de siempre de Kaidoh. "No pensé que generaría tantas molestias, en verdad lo siento"

Es decir que todo ese embrollo fue producto de la muchacha que tenía en frente. En su mente repasó sus palabras sobre el esfuerzo de la peliazul en las competencias y no parecerle justo que no saliera. A él también lo incluyeron ¿no? ¡Rayos! Estaba mostrando su egoísmo al negarse a que brillara en todo su esplendor en la maldita foto que ahora veía, pero el tiempo le daría la razón cuando tenga a diez extranjeros molestando con sus impertinencias.

"Midori, estoy segura que lo hiciste con la mejor intención" – Consoló a su amiga al cogerla de las manos y evitar que llorara. Notando que le dirigió una mirada disimulada hacia el muchacho, se dio cuenta a lo que se refería. "Ah y no te preocupes que Kaoru comprenderá que él solito no podía aparecer en la revista" – Le dijo de forma divertida al acercarse a su novio y tomarlo de la mano fuertemente antes que dijera algo hiriente a causa de su molestia.

"Gracia Emi, pero en verdad lo siento…. Será mejor que lo deje solos para que conversen. Te llamaré para vernos después" – Se despidió la chica aprovechando que el muchacho estaba desprevenido, lo último que quería era sentir su mala actitud.

Que más podría hacer si ya había encontrado al culpable y conocía la razón por la cual su novia estaba impresa en aquellas hojas. La solución más cercana era gritarle a la chica de pelo verde por la tontería que había cometido y… ¿de ahí que? La foto ya era parte de la revista que ya se encontraba distribuida por los rincones de la universidad. ¡Hasta la rubia tenía uno! Sus pensamientos fueron interrumpidos porque la voz del costado no paraba de admirar y adularlo por sus imágenes. "¿Podrías dejar de mencionarlo?" – Pidió de manera seria pero amable al sentir la sangre acumulándose en sus mejillas por lo adjetivos tan femeninos que le estaba poniendo.

"Es que te ves tan lindo y adorable. No estás sonriendo pero me encanta. Estás tan preocupado por mi foto, cuando yo seré la que se deshaga de todas las fans que vendrán después que te vean" – Comentó divertida al seguir admirando la imagen.

"¡Ya te dije que no pretendo parecer lindo! Y deja de verlo que botaré esa revista" – Exclamó de lo más seguro al querer quitársela, pero no lo dejó.

"¡Claro que no! La guardaré para la eternidad, no todos los días tengo la foto de mi guapo novio entre mis manos, así que no dejaré pasar la oportunidad"

"¿Estás tratando de desviarme del tema? Porque voy a denunciar a los de la revista por ponerte ahí ilegalmente" – Le dijo seriamente al no aguantarse las ganas de perder sus brazos por su cintura y llegar a la revista que pretendía esconder en su espalda. "Y no me importa si fue tu amiga quien se las dio" – Sentenció en lo que parecía una sonrisa maliciosa al escucharla reír.

"Lo único ilegal es que el hombre de la foto no me haya besado aprovechando que lo tengo todito para mí en vivo y en directo" – Terminó de decir coquetamente al olvidarse de la revista que tenía para acariciar su sorprendido rostro.

No quería decir algo más y arruinar sus ánimos por hacer justamente eso. Así que en milésimas de segundo ya estaba disfrutando de sus rosados labios en un beso que le cortaba la respiración y que lo hacía olvidar del lugar donde se encontraban. Estaba completamente seguro que por más que quisiera mantener en control sus emociones cuando la tenía cerca, le sería imposible. Si él no conocía el límite, cómo pedirse trazar una.

"¡¿Pensaste que no me daría cuenta?!"

Se separaron inmediatamente al escuchar una voz femenina a sus espaldas. Ahora si recordaron en donde se encontraban, en una de las calles cercanas a la universidad y con la presencia de la muchacha de cabellos castaños que se había acercado rápidamente hacia ellos.

"Sasaki… ¿Podrías dejarlo para otro momento?" – Intentó hablar Kaoru al verse interrumpido en aquellas condiciones poco saludables para su salud mental. Se suponía que quería mantener su perfil de indiferencia y lo primero que sucedía era que lo encontraran en esa situación.

"Con quien quiero hablar es con Emi que no pierde la oportunidad de querer quitarme la portada de MI revista. ¿Ahora también planeaste enviar una foto porque no fuiste a la sesión?"

"Estás malinterpretando la cosas" – Se defendió la peliazul al escucharla tan molesta por lo sucedido. "Yo no quise en ningún momento salir ahí, fue sólo una buena intención de una amiga que…"

"Me queda todo bien claro. Y yo que pretendía disculparme por lo de la otra vez…" – Dijo casi exasperada como si estuviera renegando consigo misma. "Ahora sólo seré amiga de Kaidoh porque tenemos en común el tenis ¿Verdad que si?" – Comentó en voz divertida y con una sonrisa sarcástica al cogerse del brazo del muchacho que tenía un rostro de sorpresa total.

"Sasaki… no sabes lo que estás diciendo" – Logró decir nervioso al querer soltarse de la fémina pero no lo dejaba. Bastaba ver la cara de molestia de su novia a punto de perder los papeles. ¿Quién diría que ella sería la celosa ahora después de todo el tiempo de relación?

"¡Ok! Ya perdí la paciencia contigo… yo no intento quitarte nada y tu tan aclamada revista me interesa en lo más mínimo. Si tengo una en la mano es porque Kaoru sale ahí, y si en el pasado aparecí fue por hacer un favor al editor"

"Lo dices porque no me pudiste quitar la portada otra vez… sólo porque yo salgo mejor que tú" – Dijo de lo más segura al sacarle la lengua divertida y voltearle el rostro.

"¿Disculpa? Creo que tu sentido de realidad está un poco distorsionado. Pero no te preocupes, que no pretendo salir en alguna foto más, porque si lo hiciera entonces quedarías fuera de tu propio club de fotografía"

¿Alguien se habría dado cuenta que él estaba en medio de la discusión? Claramente se habían olvidado completamente de él porque Sasaki dejó por fin su brazo para concentrarse en la peliazul. No dejaban de enviarse comentarios sarcásticos sobre quien debía aparecer en la bendita revista o no. Un tema femenino en el cuál no quería opinar, porque de lo contrario lo pondrían como el juez de quien debería ser la estrella de la revista. "¿Podrían de dejar de discutir?" – Intervino al llevarse la mano hacia su frente. ¡Estaba a punto de dolerle la cabeza!

Las dos féminas se voltearon a verlo y Emi fue la que reaccionó primero al darse cuenta de la situación. "Ok. Es suficiente con lo que te expliqué y si tienes algún otro problema, te puedo dar el número de un terapista muy bueno para que te medique" – Comentó por última vez al ignorarla y cogerse del brazo de su novio. "Mi amor ¿nos vamos?"

Se le erizó la piel al escucharla llamarlo por eso nombre, era la segunda vez que se daba cuenta de las palabras que usaba. Iba a decir algo, cuando de nueva cuenta la otra persona empezó a hablar. Estaba perdiendo la paciencia, a punto de hacer lo que le aconsejó Tanaka. Iba a salir corriendo en cualquier momento.

"¡Como te atreves a tratarme así! No entiendo como Kaidoh te soporta" – Dijo de lo más indignada al cruzarse de brazos.

"Y yo no entiendo como Alexander pudo volver siento tu tan…" – Se cubrió la boca con su mano inmediatamente al dejar escapar el nombre de la persona con la que se topó hace unos días.

Ambas personas ahí presentes se quedaron en silencio sepulcral por el nombre al que se había referido la peliazul. Haruko estaba en estado de shock al escuchar la situación de su novio. Todo dejaba a relucir que había regresado pero… ¡Donde!

Por otra parte Kaoru se preguntaba quién demonios podría ser para que su novia lo nombrara tan familiarmente. "Emi… ¿De quién estás hablando?" – Preguntó de lo más consternado al olvidarse de la muchacha.

"Te lo contaré después… ¿Nos podemos ir?" – Pidió avergonzada al girar su rostro hacía él y hacer lo posible por llevárselo de ese lugar.

"En este mismo momento me vas a decir porque conoces a mi novio y en donde lo has visto. No los voy dejar pasar, hasta que lo escuche fuerte y claro" – Comentó Haruko al extender los brazos a los lados para evitar cualquier fuga.

"Sasaki, será mejor que hablemos de esto en otra ocasión" – Le dijo Kaoru de lo más serio al querer salir de ahí.

"Cuando nuestra querida Emi me diga de donde escuchó sobre mi novio"

"Te lo dirá cuando crea conveniente" – Le volvió a insistir de manera exasperada por la terquedad de su compañera.

"¡No me moveré!"

¡Muy bien! Había perdido la paciencia con el par de féminas ahí presentes, así que antes que su novia dijera algo y comenzaran otra lucha de sarcasmos, iba a hacer uso del consejo de Tanaka. Salir corriendo de ahí antes que le diera dolor de cabeza por tantos gritos. "Emi, ¿Estás preparada?"

"¿Preparada para qué?"

No la dejó ni respirar cuando ya la jalaba hacía el otro lado de la acera. No había forma que se quedara ahí soportando más intercambio de palabras.

"¡A donde creen que van! Si piensan que me quedaré aquí están equivocados" – Gritó fuera de si Haruko al ver cómo las dos personas doblaban la esquina. "Hola amigo… ¿A cuánto me vendes tu bicicleta?" – Le preguntó a un chico que pasaba cerca de ella.

…..….

¿A dónde podían ir si la otra loca no dejaba de perseguirlos? Había intentado ir a su apartamento, pero estaba seguro que haría un ruido impresionante y la casera lo botaría sin más. El parque no era seguro porque todo estaba ventilado y no dejaría de hostigarlos hasta que la peliazul hablara. Iban a entrar a un restaurante pero la muchacha estaba cerca con su bicicleta e iba a generar una escena más bochornosa de toda su vida cuando todos voltearan la cara para verlos.

¡Maldita sea! A donde más podía llevarla sin que la loca los molestara y pudiera explicarle los pormenores de aquella persona, porque no la dejaría ir hasta que le soltara toda la información concerniente a ese tema. Estuvo a punto de dirigirse hasta la estación de policía más cercana para decir que estaban siendo perseguidos por un acosador. ¡Claro, todos se iban a reír en su cara cuando vean que se trataba de una chica indefensa!

Entonces su vista se paseó por un lugar al que se negaba a entrar, pero no habría ninguna recepcionista molestosa, ni personas alrededor para reprocharle el porqué entraba ahí, y en todo caso, si la muchacha generaba problemas sería retirada por seguridad. ¡Que más podría hacer!

"Kaoru, ¿Te das cuenta a donde me llevas?" – Trató de volverlo a la realidad al ejercer fuerza en su brazo al entrar presurosamente al establecimiento.

"Tienes dos segundos para decirme una mejor idea" – Pidió lo más seriamente posible al darle la opción de elegir, porque era eso o seguir corriendo por media ciudad hasta perderla de vista. La vio abrir la boca para decir algo, pero simplemente no salió nada de sus labios, ya habían pasado por cada lugar disponible y ninguno era seguro "Elige uno ahora mismo"

"¡No puedo creerlo!" – Exclamó de lo más nerviosa al poner su mano en la pequeña pantalla de una de las habitaciones.

Ni bien les salió la advertencia de poder entrar y la imagen se volvía opaca, se vio a él mismo subiendo las escaleras junto a su novia hasta el tercer piso, ya que así sería más rápido en lugar de usar el ascensor. Pidiendo a todos los santos no encontrarse con alguien, dio con la habitación asignada y la empujó para poder entrar.

Al cerrar la puerta tras ellos pudo notar que el pestillo se puso sólo. Nunca en su vida había entrado a un lugar como ese y esperaba que se abriera en algún momento, porque sino entraría en ataque de pánico. Su corazón estaba demasiado acelerado para ponerse a pensar en cómo abrir la puerta.

En su mente, aquel establecimiento sólo existía en las películas o en la publicidad que siempre salía después de media noche. Era difícil creer que ella pudiera encontrarse justamente ahí. ¡Por dios, era un Love Hotel! Por más que quisieran salvarse de la muchacha, nunca pensó que se atrevieran a un lugar así... Aunque viéndolo bien, la cama con fundas de seda roja no se veían nada mal y al ser de forma de corazón la hacían ver adorable.

"Sé que no es… un buen lugar para conversar" – Logró decir mientras se sonrojaba de sobremanera al ver como la peliazul se sentaba en el filo de la cama de la pequeña habitación. A diferencia de lo que podría estar pensando, para él era de lo más vergonzoso estar ahí.

"Ya me di cuenta, pero no voy a negar que todo se ve muy bonito" – Dijo divertida al tratar de bajar la tensión que había entre ambos, después de todo hizo lo posible por elegir la de menos valor, pero no dejaba de estar muy bien decorado.

"¡Ese no es el punto!" – Exclamó nervioso al ver a lo que se refería su novia. "Ahora, podrías explicarme quien es ese tal Alexander…"

"Ay Kaoru… es que se supone que era una sorpresa para Sasaki cuando se enterara. Y lo malogré todo ¿Sabes que es su novio verdad?"

"Me lo comentó en algún momento" – Dijo escéptico al tratar de buscar en sus memorias tal hecho. Después de todo lo que habló con la muchacha, ya no recordaba mucho.

"Pues resultó ser un compañero que estuvo de mi escuela en Francia. Me lo encontré de sorpresa hace unos días y me contó que estuvo desaparecido porque tenía planes más serios con ella, pero necesitaba tiempo para pensarlo y sobretodo planearlo, porque es muy muy serio"

"¿Y no pudiste mencionárselo así?… sin tener que decir cuál era ese secreto" – Comentó un poco exasperado por escuchar la explicación poco común y darse cuenta que aún no le decía cual era ese tema tan serio.

Iban a continuar hablando pero un fuerte toque los alertó de inmediato y una voz femenina que casi no se lograba escuchar detrás de la puerta de madera que separaba los dos ambientes. ¡Ahí estaba! ¿Cómo demonios pudo encontrarlos?

"¿Por qué simplemente no se lo dices?" – Cuestionó exasperado al cogerse la frente y ahora saber el por qué habían estado huyendo de la muchacha que exigía una explicación. No se lograba escuchar mucho, pero se notaba que estaba gritando pegada a la puerta.

"Es un secreto que se supone le dirá hoy. ¡Era una sorpresa que malogré!"

"Ok. Entonces no te acerques a la puerta hasta que se vaya. El personal de seguridad se la llevará" – Dijo en un suspiro al apoyarse en la pared cercana a la puerta.

"Y yo pensé que era tu amiguita" – Dijo inocentemente al cruzar la piernas y mirar hacia otro lugar mientras jugaba con la punta de su cabello.

"¿Me estas acusando de algo? Yo no fui quien se fue de palabras…"

Una voz baja que se dejó escuchar en la habitación los puso en alerta e hizo que la peliazul se parara de la cama sorprendida por la sarta de tonterías que la fémina estaba vociferando en pleno pasillo.

'Claro como la señorita atleta tiene miedo de decir la verdad. Apuesto que está engañando a su novio con el harem de extranjeros que tiene en la universidad y de seguro como el mío es muy guapo, ya le clavó las garras. ¡Es por eso que no dice nada! Tengo toda la razón'

Los dos se quedaron marcando cero por lo que escuchaban, lo único rescatable es que no escucharon ningún apellido o nombre porque estaban seguros que la acusarían de injuria. Debía estar completamente desesperada para que empezara a hablar de esa manera. ¡En donde estaba seguridad!

"¿Sabes qué? Tienes razón, se lo diré todo para que me deje en paz y sepa con quien se está metiendo. Quien se ha creído que es esa modelo para decir semejante tonterías" – Decía Emi al acercarse a la puerta para intentar abrirla o golpearla porque no podía resistir tanta palabra junta, pero fue detenida por su novio que le impedía el paso.

"No te atrevas a hacer algún ruido, ¿quieres que también seguridad nos bote y nos lleve a la estación de policía por responderle?" – Trató de calmarla al cogerla por los brazos porque no paraba de moverse. "Vas a esperar que se la lleven y hablaremos con ella cuando estés más calmada"

"¿Y dejar que siga vociferando cómo loca?" – Le preguntó sarcásticamente al tratar de zafarse de sus manos, pero lo único que consiguió fue acercarse un poco a la puerta. "¡Piensa bien lo que estás diciendo! ¿Pero cómo te pido eso?, si ese lugar está vacío" – Le logró gritar por unos momentos.

'Cómo te atreves, tengo cerebro hasta para hacerte una donación y tú no eres nadie para decírmelo, cuando todo se te fue a tu trasero enorme que no cabe en una silla… y si tú me quitas a mi novio, estoy segura que el tuyo se aburrirá de ti, dejando un espacio libre'

"¡Vuelve a repetirlo! Te arrepentirás de todo lo que dices"

"Basta… no tiene sentido lo todo esto" – Reprendió Kaoru al detener por fin los movimientos de su novia que respiraba rápidamente por responderle con tanto ímpetu. No entendía porque la muchacha del otro lado se afanaba tanto en molestarla si sólo tenía que esperar a que su tan aclamado novio le dijera la razón y acabara con el circo.

"Pero como se atreve a decir eso. Ella fue quien comenzó el problema aquel día cuando se atrevió a… ¡Mejor no quiero recordarlo!... yo ni siquiera hice nada para que le cayera tan mal" – Trató de explicar de forma exasperada al intentar de nueva cuenta moverse pero seguía aprisionada entre los brazos del muchacho. "¿Me podrías soltar?"

"Mientras no golpees esa puerta" - Le advirtió seriamente al empezar a aflojar sus brazos y dejarla libre al ver que le asintió de manera calmada. Pero cómo no todo podía ser perfecto, la vio acercarse a la puerta y gritar hacia el otro lado. ¡¿Acaso no entendía?!

"¡Y no pretendas acercarte a mi novio de esa manera! ¡A este hombre yo lo vi primero! ¿Me escuchaste?" – Dijo por última vez la peliazul al sólo aproximarse a la puerta para después voltear hacia Kaoru que no dejaba de mirarla con el ceño fruncido hasta más no poder. "Sé que te estoy inflando el ego hasta el infinito, pero no puedo soportar que la modelo se acerque cómo si nada hubiera pasado y haga ese tipo de comentarios fuera de lugar cuando yo debería ser la que…"

Se acercó en fracción de segundos hacia ella por las palabras que salieron de su boca sin ningún control, e ignorando cualquier comentario anterior sobre golpear la puerta, fue él quien lo hizo. Fue un golpe fuerte y seco con su puño que estaba seguro que asustó a la persona del otro lado porque ya no se escuchó ningún ruido o voz. Su novia también se sobresaltó producto del movimiento tan brusco de su brazo que seguía pegado a la puerta unos centímetros más arriba de su cabeza. Era de lo más interesante su acotación como para dejarla pasar.

"¿Eso también funciona de manera inversa?" – Comentó seriamente al no poder resistir aquellas palabras que significaban mucho para él.

"Que… que parte" – Logró pronunciar nerviosa al sentir la mirada intensa que no dejaban sus ojos.

"El acercarme por verte… por llegar primero" – Se corrigió en último momento al darse cuenta que fue él quien reaccionó tarde a sus sentimientos, cuando comenzaban la relación. Su sonrojo estaba siendo difícil de controlar por las emociones que bailaban en su pecho y le pedían acabar con el espacio que había entre sus cuerpos.

"Tú… tú sabes que sí" – Respondió tímidamente al acercar su mano hacia su rostro. "Eres el único que me hace sentir… de esta manera"

"Entonces olvídate que ella está ahí"

"Yo no yo la que tiene miedo de que alguien nos vea" – Dijo divertida al aclararle que era él y su cultura japonesa los que no aceptaban muestras de cariño en plena calle.

"Yo no veo a nadie" – Comentó de lo más tranquilo al bajar su brazo de la puerta y colocarlo firmemente a su cintura. Tenía todas las intenciones de hacerla cumplir su promesa porque simplemente había perdido la cuenta de las semanas que estuvieron separados y el pestillo no se iba abrir hasta quien sabe cuándo.

"¿Así? Pues te aviso que no he dado mi aprobación" – Comenzó a decir coquetamente al acariciar sus brazos. "Qué lástima que no te guste lo adorable y mucho menos lo rojo, porque la camita se ve muy encantadora"

"No necesito ninguna aprobación y me da igual cómo sea" – Terminó de decir al dirigir su boca directamente hacía el cuello femenino mientras aspiraba su dulce aroma. Pensó en besarla hasta hacerla perder la respiración, pero la deseaba demasiado y su cuerpo le pedía apresurarse. Quería que suspirara y pronunciara su nombre interminables veces. La voz quebrada que salía de sus rosados labios era de lo más estimulante.

"Kaoru… siento como si… su oreja estuviera pegada a la puerta" – Logró decir entre respiraciones rápidas al sentir que se reiría en cualquier momento y dándose por vencida ante las caricias tan sugestivas que subían por sus muslos.

"No importa lo que esté… diciendo" – Comentó en un esfuerzo por mantenerse calmado y olvidarse completamente que la otra muchacha podría estar aún esperándolos.

Evitando cualquier pensamiento que pretendía contener su avance, la guió hacia la llamativa cama entre besos y caricias que iban a terminar por emocionarlo más de lo que ya estaba. Era tan tangible lo que sentía en ese instante, que si se miraba él mismo, iba a avergonzarse más. Demasiados cambios que pedían a gritos ser apagados por la otra piel.

'¡No puedo creerlo! ¡Parecen un par de conejos encerrados en una jaula! ¡No me importa si tengo que esperar a que terminen, no me moveré!'

Hubieran logrado escuchar la amenaza de la muchacha al otro lado de la puerta si es que no estuvieran tan concentrados en desaparecer aquellas ropas que molestaban el avance de sus manos. Los pequeños shorts que siempre usaba la peliazul eran fácilmente olvidados en alguna parte de la habitación por el impetuoso muchacho que no había perdido tiempo en terminar de abrir su blusa.

"¿Sabes cuánto… me has hecho esperar?" – Logró decir en un suspiro al dejar descansar sus manos a ambos lados de la cama mientras la veía a los ojos.

"Pues no fue mi queridísima amiga la que nos interrumpía" – Dijo en una risa divertida al ayudarlo a sacarse lo que quedaba de ropa. Quería avanzar en el proceso de verlo en iguales condiciones. "Aunque si me ves de esa manera, quiere decir que deseas que cumpla mi palabra"

"No haré nada… que tú no quieras" – Decía entre besos dirigidos hacia su cuello y sus manos que terminaban por abrir el brassiere, dejando libre sus dos encantos que arrancaban un suspiro.

"Ah… me encanta que me hagas ver estrellitas" – Pronunció en un gemido ahogado cuando sintió la placentera sensación de su boca recorrer sin demoras su pecho desnudo. No la dejaba moverse, porque contuvo sus propias manos a cada lado de la cama, queriendo impedir que lo detuviera de lo que hacía.

Exaltarla era más fácil que antes, era cuestión de simples toques en las partes adecuadas para escuchar aquellas melodías de la boca femenina. Le parecía increíble que él mismo se sintiera así de seguro al tomar la iniciativa y comenzar aquella sesión de besos que no terminaría en lo que quedaba del día.

Estaba seguro que al abrir los ojos y notar la expresión de placer que tenía impregnada en el rostro, era una forma de incitarlo a continuar y seguir descubriendo lugares increíbles que podían generar nuevas sensaciones entre ellos. Fue entonces que inconscientemente su boca dejó aquellos apetecibles encantos para descender por su abdomen entre besos que hacían que la piel bajo él se erizara, pero le gustaba lo que generaba porque afinó sus oídos cuando escuchó que la peliazul le pedía que se detuviera, y es que su rostro estaba muy cerca del límite de su pequeña ropa interior, siendo el último accesorio que faltaba por desaparecer.

"Sé que… es tarde para decirlo… pero me da vergüenza" – Pronunció entre respiraciones rápidas cuando sintió sus labios en aquellas partes que lograban ponerla nerviosa.

"Será… hasta la próxima vez… que me informe mejor" – Dijo en un profundo sonrojo al levantar su rostro y usar sus propias manos para deshacerse de la prenda en un recorrido lento por sus piernas.

"Estoy segura… que todavía queda mucho por aprender" – Dijo en un sonrisa al acercarse más hacía él y comenzar a besarlo para que se acostara junto a ella en la comodidad de la cama. "Sobretodo porque estas tardando demasiado"

"Que corras rápido… no quiere decir que todo sea igual" – Comentó con un tono que parecía divertido pero no sabría identifica que era, porque él no tenía nada de divertido. Sabía que estaba listo para dar rienda suelta a sus alborotadas hormonas, pero había algo que quería recordar.

"Ay Kaoru… puedo sentir tu emoción por comenzar" – Decía entre besos dirigidos hacia su tenso cuello mientras perdía sus manos por su espalda. Lo tenía tan cerca, que estaba completamente nerviosa por aquella parte en especial que la haría ver estrellitas.

Entendía a lo que se refería porque el mismo no podía controlarlo, así que exhalando un suspiro para no morir de vergüenza le habló muy claro cerca de su oído. "Sólo si repetimos… lo de mi cumpleaños"

Abrió los ojos como platos al escuchar tal petición, porque recordaba muy bien aquel libro 'pecaminoso' que le entregó su amiga Mizuki para que se 'informara' sobre nuevas formas de hacer perder la cabeza a su pareja. "¿Es... es en serio?"

"A menos que tengas… una mejor idea" – Dijo en un profundo sonrojo al darse cuenta de lo que estaba pidiendo con tanta insistencia.

"Muy bien… señor Kaoru, será tu pequeño regalito por tener la paciencia suficiente en esperarme" – Dijo divertida al acariciar su rostro y besarlo por última vez antes de hacerse un espacio entre sus cuerpos para poder voltearse.

La escuchó reírse abiertamente mientras veía cómo su cuerpo giraba lentamente sobre la cama para quedar de espaldas a él. Sentía como una electricidad satisfactoria lo recorría de pies a cabeza al iniciar sus besos por toda su espalda para calmar su ansiedad y sus manos se dedicaron a acariciar su trasero sugestivamente mientras se preparaba para lo que continuaba. Se preguntaba cómo demonios Sasaki se atrevía a insultar las caderas de la peliazul, si era una de sus partes favoritas.

Fueron varias semanas de extrañar aquella sensación que sólo podía encontrarlo con ella. La escuchó gemir incontroladas veces cuando por fin se hundió entre los pliegues de su piel y sus movimientos comenzaban a hacerse cada vez más rápidos tratando de obtener las mejores sensaciones. Él no conocía los límites, así que la haría cumplir su palabra de querer entregarse a él las veces que quisiera. Estaba seguro que ese vaivén de caderas no se detendría por intensas horas.

No pudiendo resistirlo más, sus manos recorrieron parte de su abdomen donde la cogió firmemente y levantó parte de su cuerpo entre sus brazos, mientras quedaba sentada completamente en su unión. Se veía tan frágil, que se preguntaba cómo podía seguir el ritmo de lo que pretendía hacer, porque al contrario de conseguir negaciones, la escuchaba pedirle que no se detuviera. En algo tenía que contradecirla y era que nunca se cansaría de ella y de sus dulces gritos.

"Nos estamos… mal acostumbrando a esto" – Dijo la peliazul entre gemidos. Podía sentir su respiración agitada tan cerca de su oído que no podía ignorar la necesidad de decirle algo.

"No es… malo" – Lograba hablar entre espacios pequeños en el cual su mente podía concentrarse, porque estaba muy ocupado en esos momentos.

"Te doy… la razón…" – Manifestó en un suspiro al acercar su mano hacía su nuca donde se aferró con todas sus fuerzas por los movimientos tan exigentes en su parte baja.

No podía pensar en otra cosa que no sea brindarle el placer que estuvieron negándose por varias semanas. Era como reponer el tiempo perdido y ser fiel a las palabras que ellos mismos manifestaron al doctor que los atendió en aquella ocasión durante los exámenes médicos. Estaba seguro que haría valer la palabra de la peliazul al hacer realidad su deseo de repetición. El cielo todavía estaba aclarado y no planeaba dejarla ir.

La vergüenza había quedado en el olvido cuando comenzó a masajear sus dos encantos que saltaban a la vista y con toda la intención de generar más gemidos en la peliazul que casi se contorsionaba entre sus brazos perdiendo el control de su boca. Simplemente había perdido la noción del tiempo y en cualquier momento terminaría por sentir aquella presión proveniente del cuerpo femenino.

"Me gusta… como suena mi nombre entre… tu labios"

"Kaoru…" – Dijo sinceramente al sentir su entusiasmo a flor de piel por lo que estaba ocurriendo. "Es él… único que tengo… en la mente" – Trataba de seguir hablando al no poder concentrarse lo suficiente en esos momentos, era un éxtasis incontrolable por tantas sensaciones juntas. Sus ojos estaban completamente cerrados al entregarse a aquel acto tan especial. Cada parte de ella pedía que no se detuviera.

Era inimaginable la satisfacción que le brindaba tenerla de espaldas él, moviéndose rítmicamente a su paso. Estrecharla entre sus brazos y perderse en las profundidades de su cuerpo trayendo al presente las memorias de su bendito cumpleaños. "¿Eres consciente… de lo que me haces?" – Preguntó conteniendo sus fuerzas para que sonara serio. Era una calidez en su pecho que le pedía saber porque tenía aquellas emociones tan presentes.

"Lo único que hago es… amarte..."

Abrió los ojos con sorpresa al escucharla profesar aquel sentimiento tan profundo que lo hizo detenerse de improviso. Estaba compartiendo con él un momento tan importante y ni siquiera podía verla a los ojos. Quería estar seguro que era real, que no se trataba de una simple fantasía o que era un sueño en el que estaban suspendidos.

"Kao… ¿Qué… haces?"

Escuchó fuerte y claro la sobresaltada pregunta de la peliazul cuando se detuvo en medio de aquel acto. No pudo responder porque su cabeza le daba vueltas por las emociones encontradas que tenía atorados en su pecho. Sin responderle aún, hizo que se apoyara en la cama y a regañadientes deshizo su unión. "Quiero verte" – Pudo decir rápidamente al ayudarla a voltearse, mientras aún tenían las respiraciones rápidas. Su cabello estaba totalmente desordenado sobre la cama y un rojizo intenso cubría su rostro, detalles que le demostraban su sorpresa, pero a la vez su deseo de continuar. Era eso a lo que se refería cuando quiso verla y poder disfrutar de su voz.

Sin perder ni un segundo más, la levantó en brazos mientras volvía a unirla a él en un movimiento lento y profundo que la hizo gritar su nombre mientras se aferraba a su espalda. Sin dudarlo más comenzó nuevamente el vaivén de sus caderas que lo hacía perder los sentidos, el estar dentro de ella era de lo más satisfactorio. Sabía que un comienzo fue él mismo quien le pidió repetir lo de su pasado cumpleaños y no iba a negar que se sentía bien, pero todo lo que estaba ocurriendo no era sólo placer carnal, había algo más que no lograba identificar que era. ¿En verdad podía sentir amor?

"¡Kaoru!... no… no te atrevas a hacerme eso…otra vez" – Logró decir entre gemidos al apretar sus piernas en las caderas masculinas que no dejaban de moverse. Su cuerpo estaba demasiado tenso y la presión era insoportable.

"Vuelve… a repetirlo" – Pidió con lo que le quedaba de voz al tratar de concentrarse, cuestión que era muy difícil.

Deseaba continuar y decirle todo lo que sentía de la mejor manera posible, pero sus gemidos ante cada fuerte movimiento no ayudaban a su garganta a pronunciar lo que verdaderamente estaba en su pecho. "Es… es nuevo para… los dos, pero es..."

"¿Es… amor?" – Cuestionó abiertamente después de tanto tiempo de preguntarse lo mismo y que en el camino logró descubrir. Era la única conclusión valida a la que llegó.

"Es amor… pero como tú… no conoces límites… déjame amarte intensamente" – Le respondió sinceramente en un sonrisa al apoyar sus temblorosas manos en sus hombros y poder verlo a ojos en un intento de mantenerse calmada.

Notó su esfuerzo por demostrarle su sonrisa y no caer rendida entre sus brazos al querer aclararle ese punto en especial. El contacto físico que ahora tenían, era producto de los sentimientos de ambos. Era como si el momento se detuviera y sólo importaba aquel intercambio.

Fue entonces que la besó con más vehemencia que antes y apretó su cuerpo contra la cama. Sus manos entrelazadas con las de ella a cada lado de su cuerpo dándose fuerzas para pronunciar lo que estaba atorado en su pecho. "Emi… Te amo" – Dijo en un suspiro cerca de su oído antes de comenzar el viaje de su boca por su cuello en un intento por suprimir la vergüenza que sentía.

Ya había obtenido una respuesta de su parte y lo único que quería era no equivocarse al mostrarse tan abierto, pero aspiraba ser el único quien la hiciera ver estrellitas como ella bien decía.

…..

Habían ingresado a aquel lugar a plena luz del día y cada vez que volteaba hacía la ventana identificaba que el cielo cambiaba de colores conforme pasaban las horas. Ahora que lo miraba detenidamente, debería faltar casi una hora para que anocheciera. Realidad que lo hizo sonrojar ante los recuerdos que no lo dejarían en paz por un buen tiempo, ya que estuvieron de lo más ocupados en ciertas actividades que ni siquiera sintieron el paso de las horas.

"¿Encontraste algo?"

"Básicamente dice lo mismo en cada página"

"La de este lugar"

"Te voy a hacer buscar a ti para que veas que está en reconstrucción" – Le dijo divertida al voltearla la pantalla para que viera lo mismo que ella. "Pero puedes marcar algún número del teléfono a ver si contestan"

"¡Ya lo hice!"

"Sólo fueron tres números y te quedan siete más"

"Sólo busca el correcto" – Dijo exasperado al sentarse junto a ella y ver que estaba haciendo en su teléfono.

"Eres un exigente… pero ya que quieres mirar te darás cuenta que es difícil encontrar a algún japonés que le guste publicar asuntos privados"

Suspiró exasperado al comprobar que si estaba intentado buscar el dichoso número que deberían marcar para que así los dejaran salir de la habitación. Desde que entraron el pestillo se había puesto sólo y no se abría por nada del mundo. Así que no se les ocurrió mejor idea que buscar por alguna página web cómo demonios se salía de ese lugar, ya que ninguno de los dos había tenido alguna experiencia igual. ¡Y qué experiencia! El corazón se le saldría de su pecho cada vez que recordara ese específico día donde demostró los sentimientos que estaban naciendo en él y que sería de tiempo acostumbrarse a tenerlos, más específicamente a comunicarlos.

"Me cansé de buscar ¿Estás seguro que has revisado bien?" – Preguntó cansada al bloquear su teléfono y agacharse a guardarlo en su mochila.

"Lo hice y no había nada. ¿Piensas quedarte aquí para siempre?"

"Jaja no sería mala idea. Aunque me quiero llevar la cama a mi casa" – Dijo divertida al caer echada en la cama mientras la abrazaba. 'Felizmente ya me encuentro con mi ropa sino me daría ganas de seguir aprovechando el tiempo' – Se ruborizó al instante por sus pensamientos.

"Después de la cuenta que saldrá" – Comentó entre dientes al sentirse nervioso por la posición en la que se encontraban, después de todo, hizo que la peliazul cumpliera con su palabra. En aquellas horas no descansaron lo suficiente cuando ya se encontraban enfrascados en nuevas sesiones de besos y caricias que terminaron en lo evidente, entre las sábanas.

"No te preocupes que todo tiene solución. ¡Ah! Pero ni se te ocurra pagar con tu linda tarjeta, sino en tu estado de cuenta saldrá el nombre del lugar. ¿No es muy conveniente verdad?"

"No necesito consejos sobre ese tema" – Le respondió completamente sonrojado al recordar que él tenía sus ahorros justamente en el banco que trabajaba su papá. ¡Dios lo salvara que se enterara! Mentalmente agradeció que le haya mencionado ese tema, porque sino hubiera sido capaz de hacerlo sin pensarlo

"Jaja está bien, sólo intentaba ayudar… Pero sabes que…" – Comenzó a decir al momento de usar sus manos cómo apoyo para levantarse y quedar arrodillada sobre la cama. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba abrazada a su novio por su amplia espalda, aunque lo sintió tensarse por segundos, no rechazó la acción. "Agradezco a la loca nivel dos de Sasaki que nos persiguiera, porque nunca hubiéramos llegado hasta aquí y no me refiero exactamente al lugar" – Dijo cerca de su cuello mientras emitía un ligero suspiro que la hacía relajarse.

Tragó grueso ante el comentario. Si bien lo puso nervioso su inesperado acercamiento, sus palabras era la mejor motivación que pudo encontrar. Hizo lo posible por transmitirle ese sentimiento porque sabía mejor que nadie su naturaleza emocional, y aunque le mencionara que no era necesario que se lo dijera en cada momento, en alguna ocasión lo debía hacer. "Sé…a lo que te refieres"

"Ay mi amor, te quiero un montón. Todo después de haber compartido muchas aventuras jaja" – Se rió divertidamente al darle un sonoro beso en la mejilla. Estaba demasiado feliz porque le había dicho que la amaba. ¡No podría sentirse mejor en toda su vida!

Ahí estaba otra vez aquel sobrenombre que lo ponía nervioso. "¿Por qué… me llamas así?" – Preguntó en un tono curioso al darse cuenta que no era la primera vez que le decía de esa manera.

"Ahora que te estás acostumbrando a mis muestras de cariño físicas, le incluiré las habladas. Me suena muy bonito"

"Ya te dije lo que pienso… de los adjetivos femeninos" – Contestó seriamente al seguir insistiendo en el hecho que no tenía nada de bonito, ni de lindo, ni de adorable.

"Por favor, te prometo que lo diré cuando estemos solos, no abriré la boca cuando haya alguien cerca y peor si es Tanaka"

"¡Eso es justamente lo que quiero evitar!" – Exclamó en un intento por moverse pero la fémina seguía atorada en su espalda sin intenciones de soltarlo. "¿No te detendrás hasta que acepte?" – Dijo entre lo que parecía más una afirmación que una pregunta. Sería imposible convencerla de no llamarlo así, si ni el mismo se dio cuenta de las veces que fueron.

"Muy bien señor Kaoru, está aprendiendo a leerme la mente" – Respondió divertida al darle otro sonoro beso que lo hizo sonrojarse. ¡Era adorable, como no hacerlo!

"Sólo… que no te escuchen lo demás" – Accedió en un suspiro al darse por vencido ante los encantos femeninos a los cuales no podía derrotar por más que quisiera.

"¡Perfecto! ¿Ya ves como nos comprendemos?. Todo gracias al baño relajante que tuvimos… ¡Voy a revisar nuevamente!" – Terminó de decir al separarse de él y saltar literalmente de la cama para buscar el bendito instructivo que debería estar en algún lugar. Los parametrados japoneses no eran de dejar a sus clientes perdidos en el espacio.

'¿¡Y tenía que repetirlo para que lo recordara!?' – Pensó en un ataque nervioso al tener demasiadas imágenes frescas en su mente, sobretodo la del bendito jacuzzi que descansaba en las confinidades del pequeño cuarto adjunto a la habitación. Había sido una completa locura, pero simplemente no resistió sus risas provenientes del lugar y de su cálida voz que lo invitaba a acompañarla para no perder la oportunidad de relajarse, aunque relajarse es lo último que hizo. En su corta vida ya estaba en ese tipo de situaciones.

La vio moverse por toda la habitación buscando hasta por debajo de la cama con la excusa que no había revisado bien, cuando si lo había hecho. Él mejor que nadie tenía deseos de salir de ahí, porque no quería imaginar lo que le costaría una hora de alojamiento en ese lugar, sabiendo que en su apartamento le saldría gratis. Todo gracias a Sasaki que no se le ocurrió la mejor idea de perseguirlos.

Antes que su cerebro repasara lo que había pensando sobre su apartamento, la voz de su novia se dejó escuchar a un costado con un tono de 'te lo dije' bien aguda. ¿Por qué justamente en el velador debajo del teléfono no había buscado?

"¿Sabes? Cómo castigo vas a llamar para que vengan" – Casi le canturreó al extenderle el papel plastificado que contenía punto por punto lo que deberían hacer para poder salir. Una simple llamada para que alguien desconocido se apersonara del otro lado de la puerta para que pagaran y les abriera el pestillo. Nada de recepcionista, ni saludo, ni ver a nadie.

"Sobre mi cadáver" – Contestó rotundamente al pararse del filo de la cama donde estaba sentado y colocar su mochila cerca de la puerta para que hiciera inmediatamente esa llamada.

"Ay Kaoru, has tenido demasiado cansancio psicológico hoy" – Le dijo en una sonrisa divertida al verlo acercarse a ella.

"Si las mujeres dejaran de ser locas…" – Refirió en un suspiro al sentarse de nueva a esperar que se moviera, pero sintió un ligero golpe en su brazo que lo hizo voltear a verla con cara de pocos amigos.

"Mira quien lo dice, el señor desquiciado por el tenis. No me culpes por lo que hizo tu amiga loca nivel dos y por su revista de… ¡Me has dado una gran idea!" – Exclamó de lo más feliz al dirigirse rápidamente hacia el otro velador y coger justamente ese objeto. Volvió y se sentó de nueva cuenta a su lado.

"No creo que quieras abrirlo otra vez" – Advirtió de manera seria al saber que ahí se encontraban las fotografías que les habían tomado, era demasiado vergonzoso el estar inmortalizado en ese lugar. "Tengo suficiente con su existencia"

"Ya lo sé, pero como te dije antes, en un par de semanas se olvidarán de lo sucedido. Pero ya que lo tengo aquí, rescataré lo que sí vale la pena"

En fracción de segundos notó cómo llegaba a la página respectiva donde se encontraban las imágenes de los clubs y en una mirada que parecía muy segura de sí misma, sacó la hoja donde se encontraba las fotos de los individuales. Sin decir nada, espero que terminara con lo que hacía. Después la vio voltear donde se encontraba ella y realizó el mismo proceso.

"Cómo el señor Kaoru no me quiere dar una foto, está será de mucha ayuda" – Dijo divertidamente al coger la hoja donde él se encontraba y con sus propias manos dobló la parte donde Tanaka y otra persona extraña se encontraba, para que así sólo apareciera él. "Estás demasiado guapo, así que la guardaré muy bien. ¿Tú quisieras la mía o me la llevo yo?" – Preguntó de lo más nerviosa al morderse el labio inferior esperando por una respuesta.

Le llamó bastante la atención lo que hizo frente a sus ojos, simplemente no le importó la revista y se centró en obtener su imagen. "¿Y las que tienes en tu celular?" – Preguntó seriamente al venírsele a la mente su viaje al Resort y que ella fue la primera en tomar fotos.

"Soy sentimental y necesito una físicamente… no te preocupes que yo me la llevaré"

"¡Dame eso!" – Exclamó de lo más sonrojado al quitarle la imagen que aún tenía entre las manos y en un par de segundos ya había roto la parte de las dos chicas desconocidas para quedarse solamente con la de ella. Le daría un aneurisma por las personas que vendrían con impertinencias, pero haría lo posible por mantenerlas alejadas de SU Emi, porque no verían el amanecer si se acercaban a ella.

Antes que dijera algo, dejó de observar la foto donde salía en todo su esplendor y levantándose de su sitio, se dirigió a su mochila para guardarla entre uno de sus cuadernos para evitar que sufriera algún daño. Iba a acercarse de nueva cuenta, cuando en milésimas de segundos sintió los labios femeninos juntarse con los suyos en un significativo beso. Se había lanzado a él sin previo aviso y se había abrazado firmemente a su cuello.

"Lo quiero ver en un cuadro muy bonito en tu apartamento ¿ok?" – Le dijo en una sonrisa al separarse de él y no enfrascarse mucho en esa actividad que todavía tenían que salir de ahí.

"¿No querrás que… la amplíe y lo ponga en la pared?" – Cuestionó de manera sarcástica al verla moverse hacia el velador y coger el bendito teléfono.

"Hey, no robes mi idea… jaja mientras no lo pongas en tu baño"

"¡No es muy conveniente!" – Le exclamó sonrojado al notar a lo que se refería. ¡Que no le diera ideas!

"Ya ok, era una broma… ahora espérame que pediré que me hagan un descuento por la cama en forma de corazón, que no la quiero dejar aquí" – Se rió al marcar los números que figuraba en el instructivo.

Simplemente no sabía de donde se le ocurrían semejantes ideas. Así que en un suspiro espero que terminara de hablar para que pudieran salir sanos y salvos de ese lugar, porque si seguían así anochecería.

…..

Esperaron sentados en una de los asientos disponibles en el parque central. Fueron minutos interminables de pasear su mirada por cada rincón en busca de la modelo que les había solicitado esperarla. Ya el cielo estaba completamente oscuro y lo único que iluminaba aquel extenso camino entre los árboles, eran las luces cálidas provenientes de los faroles.

'Kaidoh, ¡Siento tanto lo que pasó! Pero quiero disculparme personalmente y no esperar hasta mañana. ¿Podrías ir con Emi al parque central?'

Había sido el mensaje completo que recibió en su teléfono móvil antes que salieran corriendo del bendito hotel presos del nerviosismo y esperando que nadie los viera. Así que en un acuerdo mutuo aceptaron la petición de Sasaki y se dirigieron al parque para escuchar lo que tenía que decirles. De todos modos, se la iba a encontrar en la universidad al día siguiente y era mejor arreglar la situación antes.

"¿Estás segura que van a evitar una frenética lucha de sarcasmos?" – Preguntó algo escéptico de lo que pasaría cuando las féminas se encontraran de nueva cuenta, después de haberse gritado cada una al otro lado de la puerta.

"Ya te dije que sí. No creo que sea tan malo después de todo, parecía arrepentida, pero veremos cuando esté aquí"

"No creo que te queden fuerzas para discutir" – Dijo en un suspiro al saber las razones del porque se mostraba relajada y no tan explosiva al nombrar a la modelo.

"Ok señor Kaoru, no haré ningún comentario sobre eso. Aunque tengo la sensación que también es un tema relacionado con su novio. ¡Para esta hora ya debe saber la noticia!"

"¡Que hasta ahora no has querido mencionar!" – Increpó algo malhumorado por no saber de qué se trataba, y le interesaba porque ella conocía al muchacho desde la escuela. ¿Tan pequeño podría ser el mundo?

"¡Mira por ahí vienen! No te preocupes que ya te enterarás" – Dijo sonriente al darle unas palmaditas en su pierna para que se levantara.

Algo nervioso por lo que se avecinaba, notó cómo Sasaki estaba muy animada caminando hacía ellos con alguien muy peculiar a su lado. Un muchacho alto y rubio que no parecía ser japonés. ¡Otro extranjero para variar! Así que todo daba a entender que era su novio perdido del cuál le había comentado en una ocasión pasada. De seguro que se disculpó con ella porque estaban cogidos de la mano mientras caminaban.

"¡Kaidoh, Emi! Quería disculparme por todo lo que aconteció en… ustedes ya saben dónde. Hice un alboroto infundado por una tontería en verdad. ¡Lo siento tanto!" – Dijo la chica de cabellos castaños al hacer una profunda reverencia en frente de ellos. "Sobretodo con Emi, dije adjetivos sin pensar, sólo por la molestia del momento… ¡Están en todo el derecho de querer denunciarme con la policía de ser necesario!"

"Sasaki. No es necesario, con tu disculpas me basta" – Respondió la peliazul sonriente por la forma tan abierta de expresarse. Estaba segura que la hubiera denunciado cuando estuvieron en el hotel, pero ahora ya no valía la pena, se notaba su sinceridad.

"Aceptamos tus disculpas Sasaki" – Dijo simplemente Kaoru al voltear ligeramente el rostro por los nervios que sentía. Sólo esperaba que todo quedara en el olvido, porque ya no quería más peleas entre féminas por cuestiones sin razón.

"¡Gracias! No saben lo que significa para mí… y Emi, si deseas salir en la revista nuevamente sólo dímelo, que haré lo posible por hacerte un espacio"

"Lo pensaré, pero por el momento estoy bien así" – Respondió al voltear su rostro hacia Kaoru que por un momento se mostró sorprendido por lo que escuchaba. ¡Claro, aceptaba tomarse alguna foto y a su novio le daría un infarto!

Se miraron por unos momentos esperando que alguien más hablara mientras las féminas se reían por las experiencias tan fuera de lo común que habían vivido. Hasta que Sasaki recordó que su novio seguía a su costado esperando alguna explicación de lo ocurrido.

"¡Es cierto! Aunque Emi ya lo conoce, quería presentarle a mi novio Alexander Wilfried. Es inglés pero ha vivido por varios años en Japón, desde que salió de la escuela en Francia… es una coincidencia ¿verdad?"

"Gusto en conocerlos… me gustaría estrecharle la mano pero no sé si deba hacerlo" – Dijo algo nervioso al rascarse la mejilla. "Asano me comentó bastante de ti, así que espero que su relación sea larga, porque creo que no fue sólo una coincidencia que nos encontráramos hasta el otro lado del mundo"

"Gusto en conocerte" – Dijo secamente al no ignorar lo que estaba haciendo, le extendió la mano en forma segura. Sabía que nunca se acostumbraría a esa forma de saludar que le era desconocida para él, porque era japonés y sólo hacían reverencia, pero recordaba que estaba rodeado de nuevas personas que compartían un hábito extraño para él.

El muchacho sólo sonrió ante la oferta y aceptó el saludo de lo más cordial, para regresar a su sitio con su novia mientras le decía que era mejor dejarlos conversando porque de repente habían interrumpido algo.

"¡Ah cierto! Kaidoh, espero que sigamos siendo amigos, porque todavía queda mucho tiempo en la universidad, así podré presentarte a mis miles de contactos que juegan tenis" – Dijo muy alegre al hacerle una reverencia de nueva cuenta. "Además, todavía tienes que asistir a mi boda que se realizará cuando cumpla 21 años, sólo dos años más y me dirán señora jajaja" – Se rió abiertamente al mostrarles su mano izquierda donde descansaba su gran anillo que denotaba compromiso.

Se quedó completamente callado ante tal noticia. Es decir, en el tiempo que le contó sobre su desaparecido novio era porque le estaba preparando aquella sorpresa, ahora entendía cuando Emi le dijo sobre la seriedad del asunto. "Felicidades" – Fue lo único que dijo

"Sasaki, muchas felicidades. Lo siento por casi estropear tu sorpresa, creo que Alexander ya lo debe saber" – Se rió nerviosa la peliazul al ver el anillo que brillaba sin parar. "Fue una gran coincidencia en verdad. Quién diría que conocerías justamente a un compañero de escuela. Nuevamente felicidades"

"Gracias. Entonces nos veremos por el campus… Kaidoh, todavía me debes un juego de tenis. No vemos"

Asintiendo nerviosamente ante la petición de Sasaki, los vio irse por donde llegaron. Por lo menos, ahora sabía que su novia no haría gráfica su molestia por tener a la muchacha rondando por la universidad en su busca cuando tuvieran que hacer alguna asignación. ¡Que más serio que un matrimonio!

"¿Esa era la parte… seria que mencionaste?" – Preguntó aún sorprendido por la noticia.

"Ya ves que no quería malograr la sorpresa"

"¿Casarse a esa edad?" – Se cuestionó por demás escéptico al sólo faltar dos años para que se llevara aquel acontecimiento, el cual deseaba que no llegara porque tendría que soportar todo el proceso, es decir, no se veía a él mismo, saludar a un montón de gente, desear felicidades o hasta sonreír al mundo entero.

"Ay mi amor. Para una mujer una boda es lo mejor que nos puede pasar, más aún con la persona que amas. Pueden darse una oportunidad para estar juntos... Aunque la novia sea una loca nivel dos" – Se rió delicadamente al tomarlo de las manos mientras se acercaba a él. Era un tema que se veía muy lejano, pero parecía un sueño.

"Seguro…" – Fue lo único que respondió ante el contacto que no esperaba. Matrimonio es lo último que se le venía a la mente, el nunca se vería en aquella situación. "¡Cómo si no tuvieran mejores cosas que hacer!"

"Jaja bueno, espero no verte en esa situación entonces" – Se rió al verlo sonrojarse, sentía que había leído sus pensamientos.

"Nunca" – Dijo simplemente en una voz seria al cerrar el espacio entre sus labios por enésima vez en ese día. No quería hacer proyecciones de nada, cuando aún tenía muchos planes por delante y faltaban muchas cosas por hacer para cumplir sus sueños.

"¡Sabía que tenía razón cuando les dije que parecían dos conejos en una jaula!" – Comentó Sasaki al mostrarse ante los dos muchachos que se separaron como dos resortes al escuchar la voz de la modelo. "No se preocupen que soy 'Open Mind'"

Preguntando al cielo porque quería generarle un problema incurable al corazón, se sonrojó intensamente al ser descubierto y sobretodo por el adjetivo usado. "¿Qué… que sucede Sasaki?"

"Es que quería entregarte este sobre producto de tu sesión de fotos. Es para que tengas recuerdos y los guardes muy bien" – Dijo alegremente al poner el sobre entre sus manos. "Ahora si me voy… siento interrumpirlos. ¿Verdad que es muy intenso el estar con alguien que tiene una cultura diferente?" – Le preguntó divertidamente en voz baja antes de salir corriendo sin recibir respuesta.

"¡Gracias por el sobre!" – Exclamó totalmente desubicado por el comentario. Ya tenía demasiadas pruebas con respecto a ese tema que ya no quería pensar más.

"Te aconsejo mandárselas a tu familia para que vean tu avance y lo 'saludable'' que estas" – Le dijo divertida al recordar que era el adjetivo que usaba con ella.

"No es necesario" – Dijo en un suspiro al guardarlas en su mochila antes que le quitara alguna, igual ya tenía la que estaba en la revista.

"¿Sabes? Me estoy empezando a preocupar porque lo que dijo Sasaki"

"¿Sobre qué?"

"Es que Ayumi me dijo lo mismo, lo de los conejos… ¿Tú crees que parecemos…?"

"¡No lo menciones!" – Interrumpió nerviosamente al querer olvidar esa bendita palabra.

"Ok. Lo siento… igual me parece cómico"

"A mí no… ¿Ahora si podemos irnos? No he comido nada en todo el día" – Logró decir en un suspiro al sentir que su estómago empezaría a hablar en cualquier momento. Así que escuchando que la fémina le sugería ir a su restaurante favorito de comida japonesa tradicional, no dudo ni un segundo en aceptar.

Estaba demasiado cansado ese día para hacerse la idea que la semana todavía no terminaba. Más aún cuando la lista de actividades de su interminable agenda estaba alargándose. Aún tenían la competencia de medio año, la de fin de año que siempre se hacía en alguna universidad, todavía no derrotaba a Tanaka en un partido y su sueño de volverse profesional.

¡Cuántas cosas había por hacer aún!

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Se encontraba de camino hacia una casa tan conocida para él. Varias veces fue a recogerla para dirigirse a alguna de sus citas, que concluían a altas horas de la noche o que simplemente no terminaban hasta el día siguiente porque no la traía de vuelta. Esta vez sería diferente, ya que no sería ella quien no regresara, sino que él acompañaría en la aventura de pasar un largo fin de semana con lo que pensaba que sería una cámara de torturas: Su familia.

Hace tan sólo dos semanas tuvo la gentileza de avisarle que pasaría su cumpleaños en compañía de su familia, pero que sería él quien vendría con ella porque sería en un club a las afueras de la ciudad donde compartirían un fin de semana de ensueño. Así que todos, absolutamente todos tenían que asistir. Después de una semana de pensarlo y meditarlo muy bien, decidió que no sería mala idea, Kaoru Kaidoh no huiría de una experiencia que pasaría tarde o temprano. Aunque no se sentía cien por ciento preparado, quería intentarlo.

Ni bien acepto la oferta, casi se arrepiente al escuchar la interminable lista de los miembros de su familia, que vendrían a Japón para celebrar su cumpleaños, el cual era un acontecimiento histórico. ¡Cinco continentes unidos en un club! Así que para no tener problemas, hablarían toda esa semana en inglés para que practicara sus conversaciones y que vaya acorde con todos los demás. En algún momento pensó que le estaba haciendo la ley del hielo. Ni una palabra fue intercambiada que no fuera en ese idioma.

Le pareció una semana demasiado exhausta por los entrenamientos y el cansancio mental que traía el simple hecho de hacerse la idea que no faltaba mucho para esa fecha. Hasta Tanaka se había burlado de él cuando los escuchó hablando en inglés por los pasillos de la universidad y se rió al escuchar la razón del porque lo hacían.

'Kaidoh, te anuncio algo muy importante… tu corazón ya no te pertenece. ¡Ahora sabes cómo me siento! ¡Haré pedazos a Thoru!'

Recordó exactamente la frase del pelirrojo cuando le nombró al tenista senior del equipo, hermano mayor de su novia Mizuki. Por más que se repetía que no era cierto y sólo era cuestión de las circunstancias porque recién era una relación de casi un año; las decisiones que tomaba, las situaciones en las que se veía enfrascado por no negarse a compartir más tiempo con ella y sobretodo la calidez de su pecho cada vez que estaban juntos, lo hacía cogerse la frente al sentirse abrumado por tantos sentimientos y simplemente darle la razón al pelirrojo.

Estaba enterado que la familia no se encontraba en casa, sólo ella. Así que evitó la pequeña reja que separaba el camino hasta la puerta principal donde se detuvo nervioso antes de tocar el timbre. Escuchando la melodía, sintió la voz de la peliazul pidiendo que esperara un momento y después de minutos interminables al fin la puerta se abrió.

"¡Kaoru! Siento la demora, es que no encuentro mis zapatos. ¡Dame un minuto y salimos!" – Le dijo entre risas al abrir la puerta y encontrárselo muy elegante, así que de un beso rápido lo guió hacia la sala principal.

"Todavía es temprano" – Mencionó al mirar el reloj nerviosamente y notar que la peliazul se había ido rápidamente hacía la habitación cercana en busca de algo.

"Felizmente, ni bien salí del entrenamiento me vine para acá, me bañé y me cambié. ¡Ya todos deben estar allá!" – Dijo con voz presurosa al volver de nueva cuenta donde se encontraba. "A propósito mi mamá se llevó la mochila que me diste y te asignará una habitación en el club. Hazme acordar para acompañarte a la recepción"

"Si es que no me olvido yo también" – Comentó al sentirse con ganas de salir corriendo de ahí. Había olvidado completamente que el día de ayer le dio una bolsa con sus preciadas raquetas y la ropa que usaría al llegar al local en cuestión, ya que se quedaría el fin de semana y querían evitar que estuviera cargando su mochila por todos lados cuando fueran para allá.

"Todo será perfecto, me dices donde te sientes mejor. Si es con la alocada familia de mi mamá o la conservadora familia de mi papá, pero creo que harás un esfuerzo con que sea de mi mamá ¿Verdad?"

"Quien no me mate primero" – Respondió al desviar la mirada de ella que en un salto se paro del sillón porque ya había terminado de ponerse sus zapatos altos. "¿Planeas ir así?" – Preguntó sin darse cuenta cuando la vio completamente cambiada.

"Es que este año nos tocó la temática de las flores… ¿Por qué? ¿Se ve mal?" – Respondió con otra pregunta al verse a ella misma. Era un vestido strapple ajustado en la parte delantera y del cual caía la tela perteneciente a la parte inferior que terminaba hasta sus muslos. Todo estaba estampado con varias flores azules en ciertas partes de la tela. Su cabello suelto y largo tenía más volumen por algunas ondas.

"Sólo espero que no corra viento…." – Dijo sonrojado al notar la falda corta que ayudaba a pasar desapercibida su baja espalda, pero tenía miedo que en algún momento mostrara algo no debido por os pliegues que formaba la tela.

"Jaja ay mi amor. Estaremos en un lugar cerrado, cuando salga para el campo tendré cuidado de no mostrar nada" – Le dijo divertida al acercarse hacía él y terminar acariciando su nuca suavemente. "Entonces… ¿Cómo me veo?"

"Estas…"

"Kaoru… no me digas que estoy saludable porque ya lo sé"

"Estas… hermosa" – Dijo en un voz seria al no saber en dónde meter su enrojecido rostro por el nuevo adjetivo que salía por su boca.

"Ya decía yo que me faltaba algo y ¡Gracias por el cumplido!"

Simplemente no lo soportó más y terminó por besarla con muchas ganas de mandar al diablo su bendito club campestre. Sentía sus labios moverse junto a los suyos y le daban la sensación de calidez que necesitaba. Después de minutos interminables de tenerla entre sus brazos se separaron, y automáticamente sus manos se dirigieron hacia el bolsillo de su pantalón donde tenía guardado el regalo de la peliazul, no tuvo que pensar mucho para elegirlo porque haría juego con la pulsera que ya tenía.

"Esto es para ti" – Dijo al momento de entregarle la pequeña caja que contenía el presente, que no tardó mucho en ser abierto.

"Oh ¡Qué lindo! Me parece o es parecido al dije que me regalaste la última vez" Dijo sonriente al momento de enseñarle la pulsera que tenía puesta y donde descansaba la estrella fugaz. En este caso, el collar terminaba en tres estrellas entrelazadas.

"Pienso lo mismo que aquella vez"

"Que adorable… ¿Me la pondrías?"

Asintiendo a la petición vio cómo la peliazul se daba vuelta mientras cogía su cabello a un lado para que le pusiera el collar de plata en su cremoso cuello que estaba completamente libre de algún otro accesorio. Con las manos temblorosas puso el bendito collar en su cuello y pedía al cielo que se concentrara en cerrar el pequeño gancho, porque estaba tardando mucho. Después de varios minutos le dijo que ya estaba listo.

"Perfecto. Ahora si podemos… espera… hay algo que está demás aquí"

"Si, que no estás viendo la hora" – Comentó sin saber a lo que se refería cuando volteó a verlo.

"No señor Kaoru. Estamos yendo a mi cumpleaños y necesito que estés relajado, así que quitaremos esto y abriremos un par de botones para que te veas como tal" – Dijo lentamente a la hora de alargar sus manos hacía el corbatín que tenía puesto y estaba escondido en el saco que llevaba puesto. Deshaciendo el nudo que apresaba su cuello, lo fue sacando poco a poco hasta terminar por abrir los dos botones de la camisa. "Así está mejor"

"¿Estás segura que no es una falta de respeto?"

"No. Así das un aire de seguridad y que no estás tenso, aunque estés a punto de lanzarte por la ventana" – Se rió delicadamente al separarse de él e ir por su cartera de mano antes que se les hiciera tarde. "Guarda esto, antes que lo ponga en otro sitio, no creo que lo quieras saca otra vez ¿Verdad?"

"Dámelo antes que lo pierdas" – Respondió nervioso al dirigir su mirada hacía sus atributos en cuestión que estaban a la vista por el vestido.

Apresurando las cosas, abrió la puerta de la casa para que pudieran salir inmediatamente. Y aprovechó para informase más de su alocada familia antes que se olvidara, pero al escuchar la cantidad de nombres y países, pensó que estaba en alguna clase de historia universal. Un poco más y le decía que el perro hablaba francés.

"Tu fan numero uno será mi abuela con la que viví en Estados Unidos y que regresó de su tour en crucero por todas las costas japonesas. Ama a los tenistas, sólo que tendrás que hablarle en inglés"

"No me digas que también es 'open mind'"

"Jaja ¡Sí! Pero la podrás tener de aliada, de seguro te contará una infinidad de historias. Vas a aprender un montón, créeme. Es un cúmulo de experiencias de toda una vida"

"Esperemos que tengas razón…"

Terminó de decir en un suspiro al escuchar aquella palabra en especial, justamente es lo que quería hacer, aprender todo lo que podía para realizar su sueño. Pero cómo no lo podría lograr sólo, se dejaría llevar por la buena fe que le tenía su novia y aceptar su ayuda, porque eran temas en los cuales él no tenía mucho conocimiento. Su determinación no conocía los límites, así que haría frente a cualquier situación que se le pusieran en su camino.

Escuchando que no lo dejaría sólo en su propia fiesta, le hizo recordar que no le daría el número de la habitación que le asignaron porque no quería generar tentaciones. Lo cual le pareció lo más conveniente, porque no quería tener justamente aquella información. Después de todo aún tenían un largo fin de semana por disfrutar y se había preparado mentalmente para ello.

Requería mucho esfuerzo aprender.

FIN


N/A: Me apena mucho decir que este fic llega a su fin. Fueron muchas noches y madrugadas para expresar todo lo que deseaba plasmar en esta historia y que no se me pasara ningún detalle, así que espero que hayan podido disfrutar leyendo al igual que yo. Sin embargo, todo continua y seguiré escribiendo de mis series favoritas porque esto todavía no se acaba jajaja.

El 'rated' de esta historia estaba anunciada en el summary, así que todos leemos bajo nuestro propio riesgo. De todas maneras hice lo posible por maquillarlo bien y no escribir palabras vulgares. Así que espero que les haya gustado. Cualquier comentario o sugerencia, usar el botón de review para saber su punto de vista y tomarlo en cuenta.

¡Muchas gracias por leer y los veo en la próxima historia!