Disclaimer: Todos los personajes de Shingeki no kyojin que aparecen en esta historia pertenecen a Hajime Isayama.


Acto de bondad

Ciertamente, Rivaille era frío y distante, pero Eren sabía que por dentro no era así, se esforzaba por hacerle ver a los otros que el Sargento no era de la manera en que lo veían, aunque era una tarea muy difícil convencer a los otros mientras Rivaille se comportaba contrariamente a lo que él decía.

- ¿Por qué te esfuerzas tanto en defenderlo, Eren? – Preguntó Armin intrigado por el afán de su amigo de justificar en todo momento al Sargento.

- P–Pues porque sé que no es así como ustedes dicen, él tiene sentimientos y se preocupa por sus soldados… -.

- Yo creo que lo estás inventado todo… - Dijo Mikasa, ya cansada de escuchar a Eren hablar de Rivaille todo el día – Quizá tanto golpe que te ha dado te ha dañado el cerebro –.

- … Claro que no… No me ha golpeado tanto… - Trató de defenderse Eren ante la mirada inquisitiva de sus compañeros mientras agachaba la cabeza apenado.

Decidió terminar la conversación ahí, sabía que cómo siempre, pensaban que estaba equivocado y loco por creer en la "bondad" de aquel hombre. Eligió terminar su cena e irse a dormir, pues al día siguiente tendría entrenamiento con Rivaille.

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Eren se levantó justo a la hora necesaria, a lo largo de los meses de entrenar con el Sargento aprendió, a punta de regaños y golpes, a no hacerlo esperar ni un segundo más de la hora acordada. Llegó al lugar del entrenamiento y se alegró al ver que su compañero de ese día aun no llegaba. Se distrajo al ver unas aves jugar cerca de un eucalipto frente a él, tantos pensamientos le llegaron, se perdió en ellos, imaginando cómo sería volar fuera de las murallas, lejos de los titanes y con la posibilidad de explorar todo lo que hasta ese momento le había sido negado. Se fue… Su mente divagó tanto que no se percató del momento en que Rivaille llegó y se paró a su lado.

Absorto en sus pensamientos siguió el vuelo de las aves, y se sobresaltó al girar sobre su propio eje y toparse de frente con los ojos grises de su superior.

- ¡Ah! – Gritó mientras caía de espalda contra el pasto en que estaba parado – Sa–Sargento… Lo siento, estaba distraído – Atinó a decir mientras se ponía de pie ante la mirada indiferente del otro.

- Mmm… Eso no es raro en ti, Eren, me sorprendería más que estuvieras atento – Dijo Rivaille de manera monótona, dio la espalda al joven y comenzó a caminar haciéndole una seña para que lo siguiera.

Se posicionaron en la parte más alejada del campo de entrenamiento, por alguna razón a Rivaille le gustaba llevar a Eren a donde casi nadie pudiera verlos, el joven nunca había comprendido por qué lo llevaba su superior ahí y las veces que lo había cuestionado sólo recibía un seco "Porque quiero".

- Bien, hoy vamos a empezar con un poco de pelea cuerpo a cuerpo, ¿entendido?- Dijo Rivaille quitándose la chaqueta.

- ¿Cuerpo a cuerpo? ¿Por qué? – Preguntó Eren, ciertamente había aprendido varios movimientos buenos gracias a Annie, pero desde que aquellos entrenamientos no había tenido la necesidad de hacerlo.

- Porque aunque controles tus poderes de titán es necesario que tengas buenas técnicas de ataque, además ayudarán a mejorar tu agilidad – Explicó Rivaille terminándose de colocar unos guantes negros y listo para asumir la posición de pelea.

Sin más remedio que acatar las instrucciones de su superior, Eren se colocó en la misma postura que aprendió de Annie y esperó a que el Sargento hiciera el primer movimiento.

Ninguno de los dos se decidía a atacar, se movían lentamente de un lado a otro sin quitar la mirada de su contrincante. Para Eren era difícil sostenerle la mirada a Rivaille, pues éste clavó completamente sus ojos en el joven y ni siquiera parpadeaba, pero Eren sabía que si desviaba la vista, el otro no dudaría ni un momento en atacarle.

Se decidió a moverse primero por la ansiedad que le provocaba la mirada del Sargento, se lanzó hacia él con un puño por delante, pero fue rápidamente esquivado y casi cae de cara al suelo, logró detenerse y balancearse para atacar de nuevo, pero en esta ocasión fue recibido por un fuerte rodillazo en el abdomen, calló de rodillas al suelo y antes de poder siquiera intentar tomar aire, recibió una patada en la cabeza que lo hizo rodar tres veces.

- Demonios… - Pensó Eren al ver unas gotas de sangre sobre sus manos.

- Demasiado lento – Dijo Rivaille acercándose y deteniéndose en seco al lado del joven al observar cómo éste se encogía al sentirlo cerca.

Con una mirada fulminante, Rivaille se inclinó ante Eren, lo tomó de la barbilla y le dijo:

- Si eso es todo lo que puedes hacer, esto nos llevará semanas… Creí haber escuchado que fuiste de los mejores de tu generación, pero no entiendo la razón de ello… -.

Soltó su cara y se puso de pie.

- ¡Levántate! Esto no ha terminado – Dijo en tono molesto y tomó de la mano a Eren hasta ponerlo nuevamente en pie.

Eren se incorporó con un poco de trabajo y miró al Sargento con cierta molestia.

- Sí, fui de los mejores de la generación – Respondió el joven limpiándose la sangre que aún salía de su boca – Se lo voy a demostrar -.

- Eso espero – Contestó Rivaille con un brillo en los ojos – Esto va a ser interesante, muéstrame lo que tienes… - Pensó mientras sonreía internamente.

En esta ocasión, fue el Sargento el primero en atacar, para su sorpresa fue recibido por el pie de Eren, el cual se enredó en su pierna y lo llevó al suelo, pero antes de caer por completo, tomó la muñeca del joven y lo llevó con él al piso.

Eren no pudo ni meter las manos, el jalón que le dio el otro lo llevó directo al piso, en una maniobra que no se esperaba, el Sargento cambió las posiciones y ahora era él quien estaba sobre el joven, se sentó sobre su abdomen y le sostuvo las muñecas para que no se moviera.

- Buen movimiento, soldado – Exclamó Rivaille acercándose a la cara de Eren – Lástima que no es suficiente, aún te falta mucho por aprender -.

La cercanía del rostro del Sargento puso ansioso al joven, no sabía que hacer al tenerlo tan cerca. Sin pensarlo, miró sus labios que se movían pero no podía escuchar nada de lo que decían, sólo pensaba en lo suaves que se veían y quiso besarlo, se imaginó tomándolo del cabello y acercándolo a su cara, pudo sentir esos labios y se derritió ahí mismo.

- ¡Eren! ¿Me estás escuchando? – Gritó Rivaille irritado al notar que el joven lo miraba fijamente y sin dar señales de vida.

La potencia de la voz hizo que el chico regresara de sus vacilaciones, se sonrojó al ver la cara de descontento de su superior, y al ver que justo donde éste se encontraba sentado,, comenzaba a asomarse una erección.

- ¿Pero qué carajos? ¿Por qué? ¿En qué momento pasó esto? – Eren permaneció estático, para su desgracia en cuanto miró su entrepierna, Rivaille hizo lo mismo, se vieron nuevamente a los ojos y notó un brillo diferente en el Sargento, algo que simplemente no pudo explicar - ¿Por qué me ve así? ¿Por qué no se quita de encima? – Siguió pensando mientras Rivaille se movía lentamente, creyó que por fin iba a levantarse.

- Vaya, vaya… - Dijo Rivaille mientras le rozaba levemente la entrepierna con su mano derecha – ¿Así que te gustan estas cosas? Debiste decírmelo antes… -.

Eren se sonrojó aún más, no podía creer que el Sargento lo estuviera tocando de esa manera, sus dedos sólo hacían que la erección se hiciera más grande. Trató de controlarse, pero las acciones y la mirada de su superior se lo impedían, sin quererlo soltó un ligero gemido e inmediatamente se tapó la boca con la mano que le había dejado libre.

- S-Sargento… Por favor… Ah… D-Déjeme… - Dijo entrecortadamente al mismo tiempo que sentía unas pequeñas lágrimas asomarse por las comisuras de sus ojos.

- ¡Tsk! Está bien, mocoso, te dejaré por ahora… Pero si vas a seguir así en los entrenamientos no pienses que te voy a perdonar tan fácil – Le respondió Rivaille retirando sus manos y quitándose de encima.

Eren dio un respiro de alivio al verse liberado. Extrañamente para él, Rivaille le extendió la mano para ayudarlo a levantarse, una vez que estuvo de pie, el Sargento se le acercó a escasos 10 centímetros de la cara y le dijo:

- El entrenamiento termina por hoy. Si le dices a alguien lo que pasó considérate muerto, ¿entendido? – Su amenaza la dijo frunciendo el ceño y clavando sus profundos ojos en Eren, quien sólo pudo asentir moviendo la cabeza.

- Cuando termines tu cena ve inmediatamente a tu habitación, te veré ahí – Continuó Rivaille mientas emprendía el camino de regreso.

- ¿En mi habitación? P–Pero, ¿por qué? – Cuestionó Eren bastante confundido y casi corriendo detrás del Sargento para alcanzarlo - ¿Qué tenemos que hacer en mi habitación, Sargento? -.

- Lo verás a su tiempo… Digamos que te quiero hacer un favor –.

- ¿Un favor? ¿Qué favor? ¿Quién le pidió un favor? – Se preguntaba Eren mientras caminaba detrás del Sargento. Aunque… Bueno, si le quería hacer un favor quizá tenía razón acerca de la bondad del Sargento, quizá todo lo hacía por su bien…

Rivaille lo sacó de sus cavilaciones poniendo su dedo índice sobre sus labios y diciendo:

- Tranquilo. No será nada del otro mundo, sólo quiero que me demuestres por qué eres de los mejores – Movió lentamente su dedo bordeando los labios de Eren, esbozó ligeramente una sonrisa y entró en el cuartel dejando a Eren totalmente sonrojado; también para él sería una larga espera hasta la noche.

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Bueno, esta es la primera parte de la historia, espero que les guste. En la siguiente entrega tendremos lo que que todos amamos de esta pareja: ¡Lemon!

Espero poder subir en uno o dos días. Les agradecería mucho sus reviews.

Gracias, saludos.