There´s this thing (II)
Es casi un milagro cuando Gale no es llamado al podio. Katniss estaba aterrada con la posibilidad, y este lugar, nunca estuvo de su lado. Ella trató de prepararse para que el lago no fuera más que un sueño, aunque sólo sea porque prepararse para lo peor es inevitable.
Sube una chica, seguida por un chico, y son sólo dos desafortunados extraños. Katniss no se permite pensar en si sabe quiénes son, por si recuerda algo de ellos. Por si la certeza de que ellos van a morir, y ella no, le hiciera sentirse culpable.
Pero ella atrapa los ojos de Gale de alguna forma, y él le da esa sonrisa. A ella. Sólo a ella. No sabe bien dónde está Madge, pero no podría importar menos cuando se la devuelve, sintiéndose mejor por todo y por nada.
No puede llegar al lago lo bastante rápido. Han pasado cerca de tres horas desde el final de todas las tonterías del Capitolio, y no se sorprende al ver que Gale todavía no ha llegado. Es más difícil escapar de una familia con otros cuatro miembros. Y Hazelle es un halcón. Ella nunca lo dejaría andar por allí hoy. Todo lo que Katniss ha tenido que hacer ha sido abrazar a Prim y decirle que volvería más tarde. Su madre no fue muy enérgica con las advertencias, pero eso está bien para Katniss. Si lo hubiera sido, Katniss se estaría preguntando qué es lo que pasa con ella.
Se quita las botas y enrolla sus pantalones hasta la espinilla, introduciendo los pies en el agua. Está frío y refrescante al contacto con los dedos de los pies, oscuro como un portal hacia alguna parte, profundo, misterioso. Suspira, y se apoya sobre las manos, echando la cabeza hacia atrás, relajándose con los cálidos rayos de sol acariciando su cara.
Piensa que podría meterse al agua y nadar mientras lo espera. O podría esperarle y bañarse cuando él llegue, o…
Espera.
Abre los ojos, ahogada por una bocanada de nervios. Ni siquiera había pensado en tener que desnudarse para nadar. No es que ella deba estar nerviosa por eso. Ella nunca se ha puesto nerviosa antes, por no hablar de que ella nunca pensó conscientemente en ponerse nerviosa delante de Gale.
Resopla y se levanta, decidiendo que prefiere lidiar con los nervios ahora a más tardar, mientras tira de las prendas lo más rápido que puede, quedándose sólo en ropa interior antes de saltar al lago – antes de que pase más tiempo y Gale aparezca. Está más que agradecida cuando asciende a la superficie y ve que él no está allí, de pié, observándola y riéndose, tan de repente como suele hacerlo.
De hecho, no aparece en los siguientes cinco minutos. O los siguientes treinta. Ha pasado casi una hora antes de que el pensamiento de que tal vez, no va a ir, irrumpa en su cabeza, y la idea es tan absurda y… y…
Y en las últimas semanas, Gale no ha sido el mismo. El cambio es sin duda sutil, lo suficientemente sutil como para no preocuparse. Pero después de Madge, ya no hay nada seguro.
Eso es lo que ha estado haciendo, ¿verdad? Madge. Porque ella tampoco fue cosechada. Mejor plantar su semilla y empezar una familia con una chica antes de que alguno de ellos muera. O lo que sea. Ella nunca ha entendido su fascinación por tener una familia cuando todos ellos han nacido allí. En el peor distrito del mundo.
Sale del agua todavía más enfadada, con un aspecto intermedio entre una ciruela pasa y una persona de ochenta años, y le da igual que vaya a empapar la ropa cuando empieza a empujar una de sus piernas dentro de los pantalones.
"Catnip – ", escucha en algún lugar tras de ella. Está a punto de ignorarlo, pero lo dice de una forma tan desenfadada, casi feliz, que las entrañas empiezan a quemarla con la intensidad suficiente como para detenerse y dar media vuelta. Le mira tan duro que la sonrisa de Gale se evapora al instante.
"Hey, ¿qué - qué pasa?".
Katniss no está al borde de derramar lágrima alguna. En serio. El fuego en su estómago no ha estallado todavía en sus ojos, y ella no está increíblemente frustrada por nada y ella no…
Y ella puede negarse a sí misma lo que le venga en gana, maldita sea.
"Tú", le señala, levantando la mitad de sus pantalones con la otra mano. "Llegas tarde".
Aunque lo que quería decir es: ¿Has pasado un buen rato en la Escombrera?
O, ¿Estuvo bien el polvo con la hija del alcalde?
O, ¿Ella te dejó echar a perder sus perfectos rizos?
Pero todas esas cosas son demasiado desagradables, y ella no estaba pensando que él hubiera estado haciendo ninguna de ellas. Bueno, tal vez lo hacía, pero ellos dos nunca hablan de eso.
Nunca.
Gale da unos pasos hasta llegar a su lado, con el ceño fruncido. "Lo siento. Tenía que hacer algunas cosas antes de venir aquí".
Tampoco es que me importe.
"Es que… me llevaron más tiempo de lo esperado".
Está bien, tal vez en la escombrera tuviste más trabajo del habitual.
"No era mi intención hacerte esperar", continúa, acariciando con una mano su mejilla. Ella se estremece por el contacto, porque Gale nunca la toca de esa forma. Nunca.
"No sabía que ibas a enfadarte tanto".
"No estoy enfadada", dice ella, con la voz quebrada, e inconsciente de que está llorando hasta que la mano de Gale alcanza de nuevo su cara, persistente, y seca el rastro de una lágrima.
"Creo que lo estás, Catnip".
"No es por nada de eso", grita ella, alejándose de él. "No es por… no es por nada. No estoy enfadada".
Él la mira durante más tiempo del necesario, replicando su paso hacia atrás dando un paso hacia delante.
"Está bien", le dice. "No estás enfadada".
Ella le mira con furia antes de que una pequeña brisa la recorra la piel y en una fracción de segundo se dé cuenta de que está semi-desnuda.
¿Podría ser peor?
Y lo es, porque él la recorre con los ojos – muy muy brevemente – antes de decir: "Sé que ya has estado nadando, pero… ¿quieres nadar conmigo?".
Ella abre la boca, pero él no espera a su respuesta. Empieza a desnudarse a menos de tres pasos de distancia, y lo que sea que ella iba a decir se evapora súbitamente.
Él está tan injustamente definido para un chico que va a cumplir los dieciocho en pocos meses. La mayoría de los muchachos siguen siendo escuálidos o espigados, pero si Gale come decentemente, lo más probable es que tenga los hombros más anchos que jamás verá en su vida.
Él la mira mientras se está quitando los pantalones. "¿Entonces?".
"Entonces, ¿qué?", dice ella, y suena como un susurro. Se aclara la garganta. "¿Qué?".
"¿Nadar?".
Ella piensa en decirle que no, solo para ser rencorosa, pero –
Pero el la empuja dentro del agua, se ríe y luego se impulsa corriendo para saltar hacia el centro del lago.
Katniss sale a la superficie resoplando, no lo encuentra ni de cerca tan divertido como él, que asciende sonriendo, y después de contemplarla, empieza a reírse otra vez.
"Lo siento", dice, no sintiéndolo para nada. "Imposible evitarlo".
Trata de recordarse a sí misma por qué le cae bien.
Ella golpea el agua contra su cara, lo bastante rápido para pillarle con la boca abierta y hacer que se atragante. Gale repite la misma acción que ella, y antes de que pueda darse cuenta, le está agarrando por los hombros, tratando de empujarlo por debajo del nivel del agua.
Pero no hay manera. Él la sostiene como si no pesase nada, pero lo hace, y la piel de Gale se eriza bajo sus manos, y es muy cálida, y sus brazos son tan fuertes como parecen, y – esa es probablemente la peor idea que haya tenido jamás.
Está frente a ella, sin dejar de sonreír, como si fuera lo más divertido del mundo… obviamente sin reparar en todo ese contacto prohibido que está habiendo entre ellos.
"Eres demasiado flaca para intentar ahogarme".
"Creo que has olvidado quien te enseñó a nadar".
Él levanta una ceja divertido. "¿Eso crees?".
"Lo sé", dice ella, dando a sus hombros otro fuerte y enérgico empujón. Es capaz de hundirle varios centímetros, pero no los suficientes para conseguir que su cabeza termine por completo bajo el agua. Suspirando ante su mirada triunfal, ella suelta los brazos, y se deja caer al agua, y –
Y esa sí que es la peor idea que ha tenido nunca. No había tenido en cuenta lo cerca que estaban, su cuerpo deslizándose casi pegado al de él, con la única barrera de una fina capa de agua. Gale extiende las manos hacia fuera y la sujeta por la cintura, evitando que se hunda aún más profundo.
"Oh", ella murmura, su ira y su frustración desaparecen por completo con toda esa repentina fricción. La sonrisa juguetona de Gale también desaparece, y es sustituida por otro tipo de mirada.
Una nueva mirada. Al principio no logra saber si ella le había visto mirar así antes, pero su corazón lo sabe – es automático, como el sentido común. Hace que ardan sus mejillas, que queme su sangre.
También es automático cuando ella se sacude e intenta soltarse, porque obviamente Gale no está pensando con claridad; no cuando están tan cerca; y definitivamente no cuando él no permite que se aleje.
Al principio, ella piensa que va a besarla, y entra en pánico (aunque se sorprende al darse cuenta de que quizá, puede que tal vez, se esté preguntando cómo sería), pero él al final sólo coloca su frente contra la de ella, cerrando los ojos y conteniendo un suspiro, manteniendo sus cuerpos muy juntos.
"Me alegra que no fueras tú", dice, la voz choca temblorosa contra su cara.
Casi empieza a llorar de nuevo y no tiene ni idea de por qué.
Ella no es así. Nunca.
Por alguna razón no puede contestar, a pesar de que ella desearía hacerlo. Puede que él esté esperando a que hable, pero después de un minuto silencioso, se aleja lo suficiente para mirarla a los ojos, todavía con esa cosa rara en los suyos.
Es como si la picase la piel por su culpa. No le gusta como la hace sentir, porque en honor a la verdad, esos no son ellos. No realmente. Ella no quiere que lo sean.
Por lo menos, está bastante segura…
Ella se siente a sí misma alejarse de él, perdiendo su calor a favor del frío del agua. Aparta los ojos por un momento, y cuando nota que se mueve hacia ella, todo su ser plantea una misma pregunta, implora por hacerla – ya sea porque está desubicada ahora mismo, o porque realmente necesita saber cómo Madge consigue tener esos rizos.
"¿Por qué no me has contado lo de Madge?".
Él detiene sus movimientos. Tuerce el gesto en una mueca. "¿Madge?".
Katniss pone los ojos en blanco. "No te hagas el tonto".
"No lo hago", le dice. "¿De qué estás hablando?".
"¡Ya lo sabes!", ella contraataca, levantando la voz ligeramente. "¿La hija del alcalde? ¿A la que se supone que odias? ¿Esa Madge?".
Su mirada se convierte en fulminante y de pronto, ella no sabe si prefiere esa a la que le daba unos segundos atrás.
"¿Qué pasa con ella?". Él bracea más acercándose. "Habré hablado con ella tal vez dos veces".
"Pero yo te vi", dice, apuntándole con el dedo. "En el Quemador. Ella se reía y tú la sonreías y…".
Su mirada se vuelve perpleja antes de cambiar a violentamente curiosa.
"Así que eso es lo que estabas haciendo allí"
"Esa no es la cuestión", se apresura a decir. "Sé que algo está pasando entre vosotros dos. A ella le gustas"
No es que tenga un montón de evidencias para la última acusación, pero Madge se ruborizó al hablar de él, y Madge se ruboriza con la misma frecuencia que lo hace Katniss. O sea, nunca.
"¿Crees que le gusto?", pregunta Gale, arqueando las cejas y con los labios curvados en esa extraña sonrisa. Levanta una mano, como si fuera a contar, y una vez que sube el segundo dedo, asiente con la cabeza y dice: "Oh. Bien. Esa era la segunda vez que hablábamos. Apuesto a que ha perdido la cabeza conmigo".
Katniss salpica agua a su cara. "Lo digo en serio"
Él se encoge de hombros. "Yo también".
Ella le observa durante un rato, viéndole flotar sobre la espalda. El agua hace que brille.
"¿Qué tal te fue en la escombrera?".
El mueve la cabeza hacia ella, captando su mirada. Podría decirse que se está pensando la respuesta.
"¿Qué tal te fue en la panadería?".
Bueno, ella no se esperaba algo así.
Piensa en mentir por una fracción de segundo. Sin embargo, es sólo una fracción de segundo.
"Yo… no fui".
Él hace un ruido. "Apuesto a que ese chico, Mellark, estaba devastado".
Ella frunce los labios. "No has contestado a mi pregunta"
Él gira el cuerpo sobre su espalda, hace una voltereta y se hunde en el agua antes de volver hacia arriba, empujándose el pelo fuera de la cara.
"Bueno, Catnip. ¿Por qué no vienes conmigo, y así descubres de primera mano cómo es la escombrera?"
La piel la pica con furia ante el comentario. Pero se desorienta por su tono de voz, que se desprende un pelín áspero.
Las implicaciones se la pegan al cerebro como una lapa. Ella se sacude, pero su enojo asciende y gana.
"Sólo dímelo. ¿Te gusta Madge o no?".
"¿Te gusta Mellark?".
"¿Qué tiene eso que ver con nada?", le dice, con los brazos golpeando la superficie del agua.
"Probablemente lo mismo que Madge tiene que ver con nada", responde Gale de vuelta.
Katniss frunce el ceño en un desconcierto frustrado. Se queja en un gemido, y después se da por vencida.
"Apenas conozco a Peeta".
A ella no se le escapa la ligera sonrisa en sus labios. "Apenas conozco a Madge".
"¿Entonces por qué estabais… mirándoos el uno al otro?
Él la contempla con diversión. "¿Mirándonos el uno al otro?
¿Por qué se la ha ocurrido decir algo así?
"¿De esta forma?", dice él, acercándose a ella y poniendo una cara rara.
Ella le empuja. "Ya sabes lo que quiero decir".
"Oh", él enfatiza con gran exageración. "¿Así?".
Es más que probable que esté intentando que sonría, pero sólo la causa una insana desazón. Vuelve a empujarle.
"Deja de hacer eso".
"O tal vez así".
Ella casi no se fija en él, pero es inevitable hacerlo. La piel empieza a picarla de nuevo. Un profundo e ilocalizable picor. No está segura de que pretenda hacerla reír esta vez.
Se aleja de él, pero ya está en el límite del lago.
"Gale".
Al parecer, una vez que ella ha dejado de moverse, él no está seguro de qué hacer. Pero su mirada no cambia, y es bastante intimidante.
"Yo estaba…", exhala por la nariz y se desinfla un poco. "Estaba en el Quemador con Madge porque… mira…".
Gale se mueve a su alrededor lo justo para temer que él vaya a hacer algo. En cambio, tira de si mismo fuera del lago, acercándose a la ropa que se había quitado. Saca algo del bolsillo de su pantalón, pero Katniss no logra adivinar lo que es.
"Se supone que era… yo no sabía que tú habías…", suspira, antes de sentarse en el borde de la orilla y hacer un gesto para que ella se dé la vuelta. Ella desconfía, pero le obedece, porque él tiene apuros con las palabras, y Gale sólo tiene apuros con las palabras cuando es importante.
Gale se acerca más, dejando sus piernas caer en el agua. Entones ella ve algo colgando de una cadena mientras sus brazos la rodean, el frío del metal golpea su piel cuando lo abrocha por detrás de su cuello.
"No soy muy bueno eligiendo… yo no lo llamaría exactamente una joya. Pero se supone que es un colgante".
Katniss lo agarra, tirando de aquello lo suficiente como para poder observarlo. Parpadea al verlo, la aguja de detrás indica que también puede ser un prendedor, si ella quisiera. Pero es una hermosa insignia circular, amarilla casi de color oro, que encierra lo que parece un Sinsajo.
"¿Esto es de oro?".
Él se encoge de hombros. "Probablemente no. No sé cómo el Quemador podría tenerlo si lo fuera".
Katniss no está tan segura. Él puede estar fingiendo que no es gran cosa, pero si el gastó sus propias ganancias en ello cuando podría haberlas destinado a alimentos – el es tan estúpido.
"¿Cuánto te ha costado?. Esto es – yo no lo necesito. Tienes que comprar cosas para tu familia y sólo para tu familia, Gale, ya lo sabes. Cómo has podido – ".
"Cálmate, Catnip", dice él con voz irritada. He estado ahorrando. Además, hoy ha sido mi última cosecha. Ahora tendré todo el tiempo del mundo para ganar dinero de la minería".
Ella se gira completamente para mirarle, con el Sinsajo en la mano. "Tienes que venderlo de nuevo, Gale".
"¿Qué?", pregunta él, incrédulo y parpadeando. Ni por asomo pienso devolverlo. Es tu regalo de cumpleaños".
Ella parpadea también. "¿Mi regalo de cumpleaños?".
Gale esquiva sus ojos. "Sí. Ya sabes. Iba a dártelo la semana que viene, en tu cumpleaños real, pero cómo que me has obligado a – "
"Yo no te he obligado a nada".
Gale sacude la cabeza. "Madge me ayudó. Es por eso que he estado tratando de encontrar su lado bueno. Imaginé, ya que es tu única amiga, que ella podría saber lo que te gusta".
Ella frunce el ceño. Aunque puede que tenga que admitirse a sí misma que siente, de alguna forma extraña, mucho alivio. "Tú sabes lo que me gusta. Y no son las joyas".
Gale la mira, y ella puede ver la distensión muscular en su mandíbula. "Muy bien, si tanto deseas que lo devuelva, lo haré".
Entonces un pensamiento vuela a través de su mente, ese día, en la puerta de Madge, sus bolsillos tintineando con la recompensa por las fresas. Su mano agarra la insignia con fuerza . "No. Me gusta".
Él gruñe un suspiro. "Decídete, maldita sea, Katniss".
Ella no retrocede ante su tono. Por el contrario, hace que sonría. Mira el Sinsajo, la forma en que el metal refleja la luz de media tarde.
"No puedo creer que hayas ahorrado para comprarlo".
Él vuelve la vista hacia abajo, a la tierra, arrancando unas briznas de hierba. "No fue para tanto".
"No mientas, Sé que lo fue".
"No estuve ahorrando durante tanto tiempo. Además", le dice. "Ya tienes una Cosecha menos por la que pasar".
El pensamiento la serena un poco, aunque saber que Gale no tiene que pasar por eso nunca más es lo que hace que el estrés disminuya. Ella piensa que el peso del colgante ayuda.
"¿Es por eso que lo compraste?".
Gale se inclina hacia atrás, apoyándose sobre las palmas de sus manos. "Nosotros nunca nos regalamos nada por nuestros cumpleaños. Me refiero a cualquier cosa que no sea comida".
"¿Y qué?. Me gusta la comida".
"Algo que conservar después", le dice. "Algo concreto".
Hay algo que no está diciendo. Lo sabe. Está en la forma en que cierra la mandíbula, como si las palabras estuvieran empujando en la parte posterior de los dientes. Ella no está segura de si será capaz de conseguir que las diga, porque la asusta lo que podrían ser.
No es que… ella piense que va a decir algo respecto a ellos dos. Es sólo raro, y extrañamente halagador que haya comprado algo para ella. Es algo precioso. Algo mucho más allá de lo que valga.
"Gracias, Gale", es lo que decide decir.
Él la sonríe. "No me des las gracias"
"No", ella niega con la cabeza. "En serio. Durante mucho tiempo pensé que tú y Madge estabais…", la piel la hormiguea y la pica de nuevo, y es entonces cuando se da cuenta de que la sensación se debe al sonrojo. Se queda tan horrorizada hasta el punto de no poder hablar.
Gale levanta las cejas. "¿Qué Madge y yo estábamos qué? ¿Teniendo un lio?". Se ríe.
Ella se sonroja todavía más, hundiéndose en el agua.
"Mira quién habla", le dice después de un minuto de recuperación. "Pensaste que me gustaba Peeta, a pesar de que sabes que no me importa nada de eso".
Gale suspira, empujándose a sí mismo de nuevo dentro del lago. Duda antes de decir: "Creí que finalmente dejarías que ganase tu curiosidad, por una vez".
Ella hace una mueca. "No con… no con nadie".
Gale pone un gesto serio. "Este es nuestro mundo, de momento, y por un tiempo indefinido. ¿Me estás diciendo que ni siquiera vas a probar?".
"¿Probar el qué?", le cuestiona. "¿Dar besos? ¿Las otras cosas que haces en la escombrera?. No, gracias".
Él se inclina hacia delante, clavando los ojos en ella. "No puedes decirme que nunca has pensado en ello".
Ella se inclina hacia atrás. "¿Qué sentido tiene pensar en ello?".
"Porque se hace aburrido aquí, después de un tiempo. ¿No quieres averiguar cómo es todo antes de que Snow decida matarnos?".
Es el turno de Katniss para clavar la mirada en la suya. Por supuesto que ella lo ha pensado. ¿Quién no lo pensaría?. Tratar de encontrar todos los placeres de la vida cuando la posibilidad de vivir más allá de la adolescencia es mucho más escasa de lo que debería de ser. Así que, sí, ella lo ha pensado. Pensó en cosas peligrosas, e incluyó a Gale en algunas de ellas, pero sólo porque es su único amigo, y él es un chico… y entonces el interés de Gale comenzó a oscilar hacia alguien con quien ella no podía competir – bueno, ella podría admitir que tal vez le gustaría satisfacer curiosidades con él. Pero eso no significa que quiera empezar algo con él.
Resulta desalentadora la idea de no poder experimentar con cosas de ese tipo y seguir siendo sólo amigos.
"Tal vez un poco", se permite decir, deseando que su voz sonase más convincente.
Gale sonríe brevemente, lo suficiente para que ella vea asomarse los dientes por debajo del labio.
"No pensé que fueras a admitirlo"
Sí, yo tampoco – piensa ella.
"Me has puesto un poco difícil no hacerlo".
Con eso, él la sonríe de verdad.
"Ahora todo lo que tienes que hacer es venir a la escombrera conmigo", dice.
Ella cree que ha podido ser su cara lo que le ha empujado a decir después: "Sólo estoy bromeando", a pesar de que ella no tiene claro que esté bromeando. No con la nueva forma en que la mira.
Y en realidad está… totalmente de acuerdo.
"¿Sólo puede ser en la escombrera?"
Se dice que la culpa de haber dicho eso la tiene el colgante regalado. No es que ella vaya a retirarlo, tampoco. No después de ver su cara, con la mandíbula fláccida.
"¿Qué?".
Ella sonríe. "Sólo estoy bromeando".
Iba a pasar de largo a nado, cuando él la sujeta por el brazo.
"No te creo"
"Cree lo que quieras".
"¿Desde cuándo eres tan descarada?"
¡Es el colgante! – grita su mente.
O es la forma en que se siente su mano – grita su corazón.
Flota hacia él sin remedio, por lo fuerte que está agarrando su brazo.
"Siempre he sido así".
"No", dice él. "Has estado actuando de manera extraña últimamente. Y yo he sido tan estúpido como para no darme cuenta del por qué".
Ella pestañea, y su sonrisa empieza a desvanecerse. "¿Yo?. Tú eres quien ha estado actuando de forma extraña…".
"¿En serio?", replica él, y la retiene contra su pecho, con los dedos curvados alrededor de su muñeca como si fueran de acero. "¿Por qué sonreí una vez a Madge?".
Cuando él lo dice así, suena bastante ridículo.
"Pero…".
"Ahora sé por qué. Estabas celosa"
Se le eriza el pelo de la nuca, como le ocurre a Buttercup cuando está asustado. "¿Celosa? ¿Qué estás diciendo?"
"¿Tú no lo crees? Entonces demuéstralo", dice riendo. "Explica por qué has estado tan rara el mes pasado".
Su mente revolotea hasta el 23 de Junio, el día en que contempló, entre la más absoluta confusión y agonía, como Gale sonreía a Madge. Puede recordar lo que sentía, fue como si la pinchasen con una aguja, pero no eran celos. Ella se niega a pensar que pudieran ser celos, porque…
"Porque eres mío", murmura en voz baja, sus pensamientos salen a borbotones por la boca. Las cejas de Gale se arquean, antes de que él abra la boca para hablar.
Pero de repente, ella es incapaz de soportar todo ese contacto, y esas conversaciones acerca de los sentimientos de los que nunca hablan.
Se inclina hacia delante, y sus labios chocan, encajando perfectamente con los de Gale, y con sus dientes antes de que él reaccione y deslice la mano desde su muñeca a su cintura.
Ella se empuja hacia arriba, apoyada en la parte superior de sus hombros, acercándolo más y dándose más altura, aunque en el fondo de su mente, ella no esté completamente segura de qué es lo que está haciendo, o si está haciéndolo bien –
Pero Gale la sostiene, de todos modos, no actúa como si ella estuviera cometiendo algún error – no la corrige en absoluto – y ella está bastante orgullosa de sí misma. Después un poco más, cuando se da cuenta de que está a ras contra su pecho y de que él no tiene ninguna intención de dejar que se vaya.
Tal vez todas esas fantasías ayudaron – aunque no es que ella pensase tanto en esto como para ayudar. Pero siempre se preguntaba cómo se sentiría su pelo, entre sus manos.
La sensación provoca un sonido de Gale. "Catnip", toma aire. "Yo tenía razón".
La observación es suficiente para dejar de besarlo, pero se aleja sólo una pulgada. "Cállate".
El sonríe. "Sabes que es verdad".
"¿Importa?".
Hay un momento de silencio por su parte. "Sí".
Ella vuelve los ojos. "Disfrútalo. Es la única vez que vas a tener razón".
"Sentías curiosidad, también".
"¿Quieres que pare?".
"Tú no quieres parar", dice él con aire satisfecho. "Te gusta demasiado".
Ella levanta una ceja. "Si esto es por lo que todas las chicas parloteaban tanto, yo todavía no entiendo por qué – "
Él la interrumpe con otro beso, los dedos se clavan en su piel mojada. "Apenas hemos empezado", dice contra su boca.
Ella dice algo ininteligible. Entonces piensa en todas las cosas con las que ha fantaseado, y podría jurar que el agua de alrededor está comenzando a hacer burbujas.
Gale sonríe brevemente contra su cara, y la besa de nuevo, ladeando la cabeza y haciendo algo divertido con la lengua. La sensación da un vuelco a su estómago, se contrae.
Se empuja más allá de la repentina confusión, tratando de imitarle. Una de las manos de Gale comienza a perderse por debajo de su holgada ropa interior, aunque él no hace nada más. Ella se pregunta por un instante si quiere que haga más, que haga todas esas cosas que todavía ella no ha hecho.
Pero la idea la deja sin aliento (o tal vez son sólo sus besos). Él se libera un momento después, como si notase hacia donde van sus pensamientos, dándole esa mirada.
Y eso es todo lo que necesita para saber por qué esas chicas hablaban con tanto entusiasmo.
"Está bien", cede. "Me gusta".
Su petulancia escala cien peldaños. "Recuérdame que te regale cosas más a menudo".
Iba a darle un leve puñetazo en el pecho, pero él la detiene, su palma se envuelve alrededor de la muñeca. Le observa con furia, pero él sonríe, frenando su arrebato a base de besos en el cuello.
"Gale", se obliga a si misma a decir. "Esto no es… esto no va a hacer que cambie de opinión".
Él se detiene, aunque sólo brevemente.
"Lo sé. Pero eso no va a hacer que yo deje de intentarlo".
A Katniss se le crispan los dedos de los pies. Lo único que puede hacer es asentir, mientras los labios de Gale descienden desde su oreja a su hombro.
Y ella, distraídamente, piensa que tal vez Madge es una chica decente, después de todo.
Eso, y que es aún más feliz de que Gale no haya sido cosechado
Levanta la cabeza, y le besa con fiereza, mordiéndole el labio inferior. Él la sujeta con tanta fuerza que ambos casi se hunden por completo bajo el agua.
Katniss tiene la insaciable sensación de que van a estar haciendo esto mucho más a menudo.
Y está totalmente de acuerdo.
Y final de la segunda (más que rápido diría yo). Podéis ir a agradecérselo a la autora….
Muchos besos.