Otro regalo ^^ esta vez para Maye Malfter.

Promt: una mañana cualquiera, John sale por las compras, y cuando regresa hay una cesta en su puerta. Dentro hay un pequeño bebé y una nota: "Cuídenlo bien"

Disclaimer: Todo este mundo no me pertenece, es de Sir Arthur Conan Doyle y la BBC

Capítulo 1: sorpresa en el portal

Leche, misteriosamente en el 221b de Baker Street la leche no duraba para nada, pensaba John regresando de la tienda cargado de bolsas, porque, una vez que compraba la leche, recordaba todos los comestibles que hacían falta en el piso.

Pero jamás se quejaría de ello, no ahora que él, había regresado, volver a su rutina con el detective le había salvado la vida, nuevamente.

Aun le costaba confiar de nuevo en Sherlock, había días que lo veía desaparecer por la puerta y no podía evitar pensar que no lo vería de nuevo, que huiría tras algún asesino superdesarrollado, mentalmente hablando, le tomaría mucho tiempo sanar las heridas de su alma.

Detuvo sus pasos al llegar a la puerta, lo que había confundido con un paquete dada la distancia, era una cesta, digna de escena de telenovela, llena de mantas, y en medio de ellas, una nota y un…

-¿bebé? Oh dios mío.-exclamó levantando la cesta con sumo cuidado, para no despertar a su ocupante y maniobrando con esta y las bolsas entró al piso.

-Sherlock un día de estos deberías ayudarme con las bolsas.-se quejó mientras las dejaba en la cocina y limpiaba un poco la mesa para ubicar la cesta.

-¿qué es eso?-preguntó el más joven levantándose de su mueble y acercándose con cautela.

-una cesta.-respondió John.-con un…bebé.-Sherlock alzó una ceja y se acercó curioso, tomó la nota y la estudió.

-papel fino, barato, con olor a moho, guardado seguramente en un lugar húmedo y frío, tinta barata, se ha corrido con la lluvia, definitivamente abandonado por falta de recursos económicos "Cuídenlo bien".-concluyó mirando al bebé que John tenía ahora en brazos.-no te encariñes, no se quedará.-bufó.

-el piso es tan mío como tuyo, se quedará el tiempo que lo necesite.-dijo John firme.

-como quieras, pero te encargaras de todo.-dijo Sherlock como si de una mascota se tratase.

-no esperaba menos.-contestó John sintiéndose algo ¿decepcionado? Volteó a ver al pequeño bebé que se había despertado, de unos tres meses de edad, rubio, con unos ojos como los de Sherlock, de muchas tonalidades, unos ojos que ahora le miraban, curiosos.-oh dios mío.-volvió a exclamar, si esto era una broma, era una de mal gusto, el bebé parecía la mezcla de ellos dos.-¿Sherlock? Llevaré al niño a la clínica, necesita que le revisen.

Sherlock no contestó y siguió ocupado en su blog.

Escuchó a John salir y no le dio importancia, a veces el doctor era algo, sentimental.

Con el no iban esas demostraciones.

Dando un suspiro se levantó y caminó hasta la cesta, la situación le causaba cierta curiosidad.

Un estudio detallado de la cesta y las mantas no le arrojó alguna otra pista acerca del origen del bebé, molesto volvió a sentarse frente a su portátil, John se encariñaría con esa pequeña fabrica de babas y demás fluidos, lo veía venir, de un brinco se lanzó al sofá, ubicó sus manos bajo su barbilla y se encerró en su palacio, catalogando cada seña del bebé, así ubicaría a sus padres lo más pronto posible.

Porque sabía que John jamás lo dejaría en un orfanato.

Unas horas después John subía las escaleras, por el ruido, llevaba encima muchas cosas, Sherlock torció el gesto molesto pero no bajó a ayudar.

-lo quiero fuera.-murmuró.

-se queda.-dijo John como toda respuesta.

-entonces me voy yo.-se levantó como un huracán del sofá, cogió su abrigo y casi tumba a John al salir.

Caminó sin rumbo hasta llegar al parque, ubicó un banco y se sentó.

Le molestaba ese bebe, y no sabía porque, ¿eran celos de verlo en brazos de John? ¿Temor por que este alejara al doctor de su lado? Imposible, el no tenía esos sentimientos, reconocía a John como su amigo, pero nada más.

Solo, se sentía solo, como ese bebé abandonado, eso era lo que le molestaba.

Las similitudes.

Y las diferencias.

Durante su infancia entera se sintió abandonado, solo, triste y rechazado.

Durante su vida adulta fue mas de lo mismo, hasta que John le acepto como era, sin interés alguno, solo aprecio, cariño, sinceridad, venían del doctor.

Pero John nunca lo tomaría en brazos como a ese enano. Incluso parecía quererlo más, a pesar de que era menos autosuficiente que el mismo Sherlock.

John sería más vulnerable con ese bebe cerca, se dijo, ¿cómo le ayudaría en los casos ahora?

Sherlock esperaba que su dramática partida hubiera echo pensar al doctor, miró el amanecer, una franja azul claro contrastaba con el negro de la noche, había estado fuera, sentado en el parque durante horas, reconoció al sentirse entumecido, se levantó y caminó de regreso al piso.

Pero John ni lo miró al entrar, ocupado con la cosa, dándole de comer.

Haciéndole caras.

Sherlock dio media vuelta para salir de nuevo.

John tenía que notar su ausencia.

En la puerta se encontró con Mycroft.

-¿qué haces aquí?

-que mal genio.-contestó su hermano pasando sin esperar invitación.-vine porque John me pidió un favor.

Sherlock siguió al mayor hasta la cocina, le vio sacar una carpeta amarilla y dejarla frente a John.

-los papeles que pediste, aceleré todo el proceso, pero vendrán a revisar el piso en unas diez semanas, ya sabes, simple burocracia.

-¿papeles?-preguntó Sherlock molesto por verse desplazado de la conversación.

-adopción.-explicó Mycroft.

-ADOPCIÓN.-estalló Sherlock fulminando con la mirada a John.

-John quiere quedarse con el niño Sherlock, será un buen padre, y te vendrá bien tener algo por lo cual hacerte responsable.-alegó Mycroft con aires de suficiencia.

-soy responsable.-espetó el menor.-no tengo que tener encima a un montón de babas para demostrarlo.-además es mi piso, ¡debiste consultarme!-gritó a John.

-es mío también, y si te alegra, no constas en los papeles, yo soy el único padre de la criatura, no voy a dejarlo en manos del Estado.-se defendió John.

-como quieras, es evidente que no te importa mi opinión.-bramó el detective.

-anoche te fuiste, no sabia donde estabas, no pude preguntarte.

-ahora te preocupo ¿no?

-ejem, yo me voy, debo evitar una crisis en el medio oriente.-Mycroft salió dando vueltas a su paraguas.

-es solo un bebe Sherlock, se que tienes el corazón bien oculto, pero algún sentimiento te debe provocar.-John cargó al niño y lo mostró al detective.-cárgalo.

-no.-Sherlock volvió a salir.-y el único sentimiento que me produce es repulsión.-gritó desde el pie de la escalera, ganándose una mirada dolida de John.

-no te preocupes Hamish Scott, se que te lo ganarás.-se consoló a si mismo abrazando al bebe.

N/A: será un fic de cinco a tres capítulos , los necesita, por ahora este es solo el comienzo, espero que te agrade Maye