Disclaimer/Declaimer: los Malfoy, los Weasley, los Potter y el mundo mágico no me pertenecen sino a JKR y quien haya comprado los derechos. La historia, sentimientos y cualquier cosa que no reconozcan, sí. La imagen tampoco me pertenece sino a la grandiosa Makanicuyo innegable talento se puede ver en DeviantART.


Esta historia es un regalito para mi compañera de aventuras: I´mAnatolia.

Mar, espero lo hayas pasado genial… ¡FELICIDADES!

Y un agradecimiento especial para Veela Black por ser mi beta en esta historia.

Sin más por el momento…

¡A leer y disfrútenlo!


«Complicidad»

Te encuentras ansioso, pues no sabes cómo reaccionará a lo que estás por decirle. Tu madre sabe el secreto que guarda tu corazón y, después de pensarlo mucho y muy seriamente, lo aprueba y te apoya, pero en el caso de tu padre, sus reacciones son siempre un albur*.

Tocas la puerta de su despacho que, a pesar de estar todo el tiempo cerrada, siempre ha estado abierta para ti. Recuerdas como, cuando eras niño, ese lugar solía ser la habitación, de toda la casa, en la que preferías jugar hasta quedarte dormido mientras él trabajaba arduamente. También recuerdas como, cuando estabas a punto de entrar a Hogwarts, dejó un momento todo lo que estaba haciendo para escucharte pacientemente expresarle tus temores y cuando terminaste te dijo algo que, durante tu estancia en ese sitio, llevaste en la mente: "Se fuerte, Scorpius, y siéntete orgulloso de ser quien eres. Muchos hablarán de ti haciendo referencia a tu apellido, pero tú estás por encima de todo lo que ellos digan, no por nada tu segundo nombre es Hyperion."

Estás nervioso, pues no sabes si ahora te recibirá con la misma paciencia y empatía con la que te ha escuchado hasta ahora. Lo que no sabes es que tu madre ya ha hablado con él acerca de tu situación, bueno, quizá lo intuyes. Sabes que entre tus padres no hay secretos y deseas que tu relación con ella sea así de transparente. Algo te hace volver a la realidad, es su voz diciéndote que pases.

Entras al despacho y lo ves ahí, detrás del escritorio, imponente como nunca lo habías notado. Él te observa con rostro inexpresivo y tú lo miras a los ojos fijamente, no quieres que vea tus miedos, aunque posiblemente ya lo haya hecho, porque te conoce.

Con todo el valor que puedes encontrar le dices que estás enamorado de ella, de la mujer de quien menos esperaría que lo hicieras y solo te pregunta si estás seguro de tu decisión. Le dices, lo más seguro que puedes hacerlo, que sí. Él simplemente te sonríe con esa complicidad que ha existido siempre entre ustedes. Su sonrisa se convierte de pronto en una mueca burlona cuando te desea suerte a la hora de hablar con tu futuro suegro. Maldices por lo bajo y te sientes como un idiota por haber pensado que tu padre no se burlaría de tu situación, aun así estás satisfecho que no haya decidido hechizarte o lo que es peor… desheredarte.

Años después, cuando él ya no está contigo y alguno de tus hijos llega con esos nervios con los que llegaste tú a su oficina, sabes que, como tú, él ya había anticipado que te enamorarías de esa mujer con la que no te convenía estar, pero sin la cual no podrías vivir.

«Fin»


N/A: (*) Albur: fig. Contingencia, azar a que se fía el resultado de una empresa.

Compañera de aventuras y lectoras en general: espero que hayan disfrutado de la lectura como yo disfruté creando esta historia. Si así lo hicieron las invito a que le dejen un review a esta locuaz autora… por cierto ¿de quién creen que esté enamorado Scorpius? ¡Hagan sus apuestas!

¡Gracias… totales!

Sam.