Hola! Qué tal están?^^

Yo intentando sobrevivir al estudio XD Además hace muuuucho frío (quiero quedarme en casa hecha un ovillo con una manta y leer y ver series).

Me hubiera gustado escribir y subir este capítulo muchísimo antes, pero me ha sido completamente imposible. Además, no ayudaba el hecho de que cada vez que me ponía a escribirlo veía lo largo que me estaba saliendo. Creo que es el más largo que he escrito hasta la fecha! XD Podría haberlo dividido en dos y hasta entre tres capis, de haber querido. Pero dadas las circunstancias, prefería que fuera un único capi :P

Porque, además, se trata del último capítulo de este fic. Hemos llegado al final, después de tanto tiempo, no me lo creo! O.o jajajaja.

Qué penita me da cuando acabo un long-fic… Pero la verdad es que me siento muy satisfecha y orgullosa :)

Bueno, no me enrollo más (por ahora; nos vemos abajo XD). Siento mucha la tardanza, pero el hecho de que sea un capi muy largo y que se trate del final, con sus aclaraciones y resolución (más bien, las aclaraciones y la resolución de Maka^^), espero que haya merecido la pena!

Dentro capi!^^

**..**

"Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar"

Antonio Machado.

Sueño XXIV: El despertar de un sueño.

Tras lo acaecido en el gimnasio de mi antigua escuela de primaria, decidimos volver al Shibusen.

Para cuando conseguí enjugarme las lágrimas para poder ver algo que no fuera borroso, Ángela había desaparecido.

Miré a Medusa, la cual, tras unos instantes después, se desvaneció poco a poco, casi como si se tratara de un kishin, pero con una sonrisa apacible, para tan solo dejar tras de sí un alma, la más grande que había visto, y notaba la mía vibrar por sus ondas de poder.

"Así que esto es el alma de una bruja", pensé.

Me incorporé del suelo, y por primera vez en mucho rato, aunque ahora mismo mi percepción del tiempo está algo distorsionada, como la realidad de este mundo, fui consciente de lo que pasaba a mi alrededor.

Mis compañeros habían acabado con los kishines, y los pocos que habían quedado en pie, al igual que la bruja que los controlaba, se desvanecieron.

En la penumbra del gimnasio, debido a la rotura de muchas de las luces alógenas, producto de la batalla, estar rodeado de pequeñas almas relumbrantes daba a la estancia una apariencia ciertamente fantasmagórica, lo que solo acrecentaba mi ahora nueva sensación, como cuando todo esto empezó, de que este mundo no es real.

Black Star fue el primero en hablar.

-¿Qué ha pasado?

Buscaron respuestas por mi parte, pero no estaba segura de tenerlas.

No, en realidad sí que las tenía, pero era algo que ellos no podían entender.

"Porque no forman parte de mi realidad"

-…Por ahora-tomó la palabra Kid-Vayamos a ver a mi padre.

Se repartieron de manera equitativa las almas de kishines y, en lo que respecta al alma de Medusa, dado que ninguno de los Técnicos presentes había alcanzado todavía la cifra de noventa y nueve almas de kishines, no podíamos adquirirla, por lo que la pusimos a buen recaudo hasta llegar al Shibusen, suponiendo que Shinigami sabría qué hacer, cómo proceder.

En algún momento del camino de vuelta, noto la mano de Soul agarrando la mía. Esto hace que le mire. Se veía muy preocupado, pero yo, por alguna extraña razón, me sentía sumamente tranquila, como si, en el fondo, supiera que algo así iba a pasar.

Y aquello se asemejaba tanto a la conclusión de un acto, que no podía sino esperar que todo se desvaneciera.

Le regalé una sonrisa y un apretón de mano.

-¡Adelante, adelante!-exclamaba la voz de Shinigami cuando, a pesar de la tardía hora del día, más cercano a la noche que a la tarde, llegamos al Shibusen, aún abierto, y a su despacho aún ocupado; ¿acaso vivía ahí?

-¿Nos esperabas, padre?

-Pero, ¡por supuesto!-daba palmas, muy animado; parecía más animado que de costumbre, claro que siempre parece estar animado…-¿Qué tal ha ido?-la máscara sonreía, como si fuera una extensión de su propia cara.

-Pues…

Kid le hizo un pequeño informe sobre lo que había pasado, a grandes rasgos, y a juzgar por cómo se mostraba Shinigami, no parecía extrañarle en absoluto que hubiéramos dado con una de las brujas más peligrosas de Death City.

-Y aunque no sabemos muy bien por qué desapareció Medusa… Aquí está su alma.

Kid se la ofreció a su padre, y éste, sin moverse de su posición tras el escritorio, la guardó en algún lugar de su capa negra, como si fuera un pozo sin fondo o un bolsillo secreto. ¿Dónde guardarías habitualmente almas?

-Bien-Shinigami junto las palmas de las manos, con grandes guantes blancos-Creo que ya va siendo hora de que hablemos de todo.

Aquello nos sorprendió a todos en suma medida. Shinigami seguía sonriendo.

-¿A qué te refieres, padre?

-Sí, ya hemos llegado al punto que siempre hemos esperado…-siguió hablando el director, haciendo caso omiso a lo último dicho por su hijo-¿No te parece… Ángela?

En el momento en que su nombre fue pronunciado, Ángela se materializó en la sala. Apareció sentada, pequeña como era, sobre el gran escritorio de Shinigami y con una sonrisa instalada en el rostro. Ya no llevaba su disfraz de bruja.

-¿Qué significa todo esto?-exigió saber Soul.

-¿Qué hace aquí la pequeña bruja?-inquirió Black Star.

-Oh-Ángela se miró-Ahora no soy una bruja. ¡No tengo mi disfraz!-rio.

-No… No entiendo…-murmuré.

-En realidad, es bastante sencillo de entender, Maka-se dirigió a mí el director del Shibusen-Podríamos empezar por el hecho de que yo no soy el director del Shibusen, ni tampoco el padre de Kid.

-¿¡Qué!?-exclamamos todos.

-Vamos, vamos, tranquilos. Quiero decir que no soy el "verdadero" director… Como tampoco sois quienes creéis ser ninguno de vosotros, a excepción, claro está, de Maka.

Lo veía. Empezaba a verlo. Ese momento en que piensas, aquí hay algo que no cuadra, y la única conclusión a la que llegas es que debes de estar soñando.

Al principio era fácil de distinguir, luego, con el tiempo, simplemente quise dejar de verlo. Confundía la realidad con el sueño, sencillamente porque prefería que ambas cosas se intercambiaran, porque el sueño era preferible a la realidad en la que vivía.

Pero una vez más, ves que lo que hay aquí no es la realidad, y que no puedes vivir en un mundo que no existe, por mucho que lo prefieras.

Y el sueño se estaba empezando a desmoronar.

-¿A qué te refieres con eso?-pregunté yo esta vez.

-Como ya he dicho, es fácil de entender, porque a fin de cuentas, tú ya lo sabes, Maka-Shinigami hizo una pausa, que tacharía de dramática, dadas las circunstancias, y volvió a sonreír-Yo soy un producto formado íntegramente a partir de tu imaginación. Y, ciertamente, soy el único así en este mundo que has creado. ¿No lo ves?-me preguntó, al ver que seguía callada-En la realidad, soy la única persona a la que no conoces, por lo que todo lo que es mi persona aquí es algo que tú has imaginado.-rio-Por eso tengo el rostro cubierto, porque nunca me lo has visto. No sabes qué aspecto tengo.

Me sorprendió que me confirmara algo que llegué a pensar en un primer momento, la primera vez que desperté aquí… que soñé con este sitio.

-Espera, espera, espera. Yo no lo entiendo-intervino Black Star, que ponía cara de estar verdaderamente sufriendo por no entender nada; lo sé, porque es la cara que suele poner en los exámenes-¿Quieres decir que no existes?

-Soy alguien imaginado a partir de algo real. Maka, aquí presente, a modo de escapar de su propia realidad, ha creado en sus sueños un mundo al que poder evadirse. Un mundo que cree que es mejor que el suyo propio.

"Ah… Tiene toda la razón"

-Maka.

Soul vuelve a mirarme preocupado. Y veo la incomprensión en el resto de mis amigos, pero yo lo veo claro. Por una vez en mi vida, lo veo claro.

-¿No… No somos reales?-preguntó Tsubaki, casi con miedo.

-No-negó Shinigami-No sois más que una proyección de las verdaderas personas a las que representáis, a las que Maka conoce. Sois como ella piensa, recuerda o cree que sois. Pero tenéis fundamento, porque ella os conoce, en mayor o menor medida, a diferencia de mí. Ja, ja, ja. Quizá sería buena idea que llegues a conocer al padre de Kid algún día, Maka, así te harías una idea de cómo es realmente… Aunque no como director, claro, eso no sería buena señal en una alumna modelo como tú…-volvió a reír.

-Entonces…-empecé a decir.

-… ¿Quién soy?-completó por mí Shinigami, que realmente parecía tener las respuestas a todo-Digamos que, al haber nacido por completo de tu imaginación, soy tu subconsciente. Por eso sabía perfectamente todo lo que pasaba aquí.

-¿Y por qué no has dicho nada hasta hora?-le increpé; no es como si estuviera enfadada, pero ahora sentía que habían estado jugando conmigo, y simplemente era yo misma dando vueltas. Casi como si…

"Yo soy mi peor enemiga, ¿es eso?", incapaz de soportar todo lo malo que me ha pasado en la vida…

-Porque tenías que llegar a la conclusión de todo esto tú sola, Maka. De eso trataba todo esto-dijo, alzando las manos, como si quisiera abarcarlo todo.

-Que consiguieras superar tu trauma y todos tus males tu sola, Maki-habló Ángela, que hasta ese momento había permanecido callada, balanceando las piernas que colgaban del escritorio.-Lo entiendes, ¿verdad? El hecho de que yo tampoco soy tu hermana.

Siento una opresión en el pecho cuando lo dice.

Pero tiene razón. Mi hermana, con tan solo ocho años, no hablaba así. Era más infantil. Era risueña, pero se enfadaba con más facilidad. Despotricaba más.

-Tu propia mente ha enfocado todo para que siguieras adelante con tu vida, con muchos detalles, más o menos claros, sobre lo que debías afrontar o lo que querías cambiar-siguió hablando Ángela, de un modo que una niña de ocho años no haría-Por supuesto, lo primero tenía que ser borrar mi existencia. Si no existo en un primer momento, no puede haber dolor y todo lo que conllevaría mi pérdida. Papá y mamá están juntos, mi cuarto ni siquiera existe en la casa. La bici que vendiste porque no soportabas el hecho de no llevarme en ella a la obra de teatro, aquí sigue en el jardín de casa. Blair, la gata de peluche, aquí es el gato que nunca tuviste. Tienes más amigos, y una de las personas más importantes para ti está a tu lado, cuando hace tiempo crees que te dejó de lado-sonrió, mirando a Soul-Además, algunas cosas que pasaban en la realidad, terminaban teniendo repercusión aquí, ¿no es así? Como la cicatriz de Soul-éste se sorprendió ante lo dicho-O la aparición de Hero. También hay algunas más sutiles, como el hecho de que tu clase, en vez de ser 3º D sea 3º A, por la inicial de mi nombre. Y otras más metafóricas, como que tu Arma sea una guadaña, símbolo que se suele asociar con la muerte, por el hecho de que tú te seguías sintiendo culpable por mi muerte. O que incluso las cicatrices que el accidente dejó a Medusa se convirtieran aquí en armas que pudieran hacerte daño. Así como el hecho de que Medusa pusiera a tu mejor amiga en tu contra, solo por el hecho de que sea su madre-sonrió-Sin duda, la mente es algo prodigioso, ¿no crees, Maki?

"-Que consiguieras superar tu trauma y todos tus males tu sola, Maki."

-¿Por qué ahora, y no hace tres años, cuando ocurrió todo?-cuestioné.

-Porque no estabas preparada. No es algo que se supere tan fácilmente. Como el caso de tu madre-me tensé al recordar aquellos días de reproches y lágrimas, hasta que ella se fue de casa…-Además-continuó Shinigami-Aun cuando la resolución y los medios vienen por tu parte, también es imprescindible el apoyo de todos aquellos importantes a tu alrededor. Y ahora tienes a esas personas, ¿verdad?

Apreté los labios.

Es como si todo cobrara sentido ahora, y una especie de sensación de nostalgia me envolviera por completo.

Porque todo aquello no era nada más que una representación que, como habían dicho, venía de mi propia cabeza, y podía ver de una manera casi física lo infantil que he sido, lo cobarde que he sido. Esconderse o huir de los problemas no los soluciona. Has de enfrentarlos. Nada garantiza, ni mucho menos, que al hacerlo consigas el resultado que esperabas, o al menos no uno que suponga más dolor, pero así es como es vivir.

"Y yo he estado demasiado tiempo soñando, ¿verdad?"

-…Esto es el final, ¿no es así?-murmuré, agachando la mirada a mis botas.

-Así es-asintió Shinigami-Has hallado por fin tu respuesta, y cuando despiertes, este mundo se desmoronará, como cualquier sueño cuando uno abre los ojos. Puede que lo recuerdes, puede que no. Puede que vuelvas a soñar con ello o no. Pero es algo que siempre formará parte de ti, Maka.

Alcé la vista. Shinigami y Ángela me sonreían, y no puedo evitar hacerlo yo también.

-Gracias-digo, de corazón, y siento alivio recorrer mi cuerpo, satisfecha conmigo misma por ser capaz de madurar por fin de manera adecuada, no a trompicones como me supuso aquel golpe hace tres años, y porque sé que, si lo intento, soy capaz de hacerlo.

"Tengo cosas que resolver", y para eso, necesito despertar.

Giro sobre mis talones, y veo a mis amigos. Miro por unos instantes a Tsubaki y las hermanas Thompson. Quizá, si ponía de mi parte, podría llegar a ser su amiga de verdad, como lo son Kid y Black Star.

Mi mirada se detuvo en Soul, que se acercó a mí. Parecía destrozado, y no me gustaba verle así.

-Entonces… Tenías razón-dijo-Desde el principio, siempre tuviste razón. Todo esto no era nada más que un sueño. Pero se sentía tan real…

-Sí-admití-En vuestro caso sobre todo. Formáis parte de este sueño, sois reales aquí. Y yo no-negué con la cabeza.

Cogió mis manos entre las suyas.

-Te quería desde el fondo de mi corazón. Aun si, como me dijiste y me negué a aceptar, era algo predispuesto por ti.

-Soul…

Clavó su mirada en la mía.

-Si le quieres, al verdadero Soul, díselo.

Me sonrojé y bajé la mirada a nuestras manos.

-Lo haré. Aunque no creo que él sienta lo mismo que yo.

-Entonces es un estúpido por pensar así.

Aquello me hizo sonreír.

Sentía que todo a mi alrededor se desvanecía, y aun a pesar de que sabía que esto era el final, no podía evitar sentir aquel vacío en la boca de mi estómago. ¿Cuánto tiempo había pasado allí? ¿Cuántas noches?

-Os echaré de menos-dije entonces.

-No tienes por qué-contradijo Soul-Es decir, si todo lo que habéis dicho es cierto, estaremos en tu mundo. Nos verás a diario.

-Os echaré de menos a mí manera-rectifiqué.

Sonrió.

Él también empezó a difuminarse, y mi cuerpo empezaba a pesar. Notaba el sueño queriendo cerrarme los párpados. Pero, aún no… Aún no…

-Siempre puedes volver. Cuando nos necesites, ya sabes. Salir de aventuras y eso. Hacemos muy buen equipo, a fin de cuentas.

Mis ojos se cerraron mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro.

-Gracias…por todo-musité, antes de que todo se oscureciera.

*.*.*

Al abrir los ojos, me saluda el techo de mi habitación, levemente iluminado por la luz del amanecer.

Me quedo un momento quieta, tumbada, recapitulando un sueño que creo haber tenido… Y cuando lo recuerdo, me siento en la cama.

Me miro las manos, y en lo que quiero alcanzar con ellas.

Pienso en lo que tengo y quiero hacer.

Tengo que hablar con Medusa. Tengo que hablar con mamá. Tengo que…hablar con Soul.

-Makita. Makita, tu despertador…-escucho decir a Spirit, quien aparece en el quicio de la puerta de mi habitación.

Solo entonces me doy cuenta de que mi despertador suena incesantemente, indicando un nuevo día lectivo. Ensimismada como estaba, ni me había dado cuenta.

Alargo la mano con la intención de apagarlo, pero entonces Spirit me envuelve en un abrazo.

-Oh, Maka, cariño… ¿Estás bien?

Entonces soy consciente de que estoy llorando. Pero curiosamente, no me siento triste. Más bien…liberada.

Suelto una carcajada, como si estuviera loca, y le devuelvo el abrazo.

-Perfectamente, papá-le contesto-Creo que no me he sentido tan bien en mucho tiempo.

*.*.*

-Buenos días-saludo.

Por un momento, mis amigos se sorprenden de verme.

-Buenos días-Kid es el primero en hablar-Ya era hora de que volvieras.

-Tan amable como siempre, por lo que veo. Y ya dije que…no me encontraba muy bien estos últimos días.

-¿Y…a-ahora?-preguntó Chrona, claramente preocupada.

Sonreí.

-Perfectamente.

Kid y Chrona parecieron aliviados. Black Star, por el contrario, seguía mostrando un cierto mohín de preocupación y escepticismo mezclado con molestia.

-¿A qué viene esa cara?-le pellizqué la mejilla-Te dije que hoy vendría, ¿no?

Por un momento, pensé que iba a volver a insistir sobre si estaba bien, pero en su lugar dijo:

-Pareces distinta.

"Me siento distinta. En el buen sentido, por una vez"

Me encogí de hombros y le sonreí.

-Vamos. Ahora tenéis que ayudarme a ponerme al día con las clases, ¿eh?

-Entonces, no cuentes demasiado con Black Star-comentó Kid.

-Oye…-Black Star fue a replicar…-Tienes razón…-pero luego vio que no podía hacerlo.

Aquello me hizo reír.

Era bueno estar de vuelta.

Tras subir las empinadas y cada vez más interminables escaleras que conducían al Shibusen, y acceder a él, nos encontramos con Soul de camino a nuestra aula.

Cuando me vio, se detuvo.

En ese momento, Black Star no tardó en cambiar a modo de ataque, pero le di un apretón en el hombro y sacudí la cabeza.

-Creo que es ahora de aclaremos las cosas-le dije.

-¿Segura? La última vez no parecías muy dispuesta a hablar con Evans…

-He cambiado de opinión. Las cosas no pueden seguir así.

Me acerqué a Soul, y casi pareció desubicado por un momento al ver que no le ignoraba, y habló atropelladamente.

-Necesito hablar contigo-dijo lo que pensaba decirle.

-Mm… Lo sé. Yo también. Eh… ¿Qué te parece después de las clases?-luego caí en la cuenta de algo-Bueno, tengo algo que hacer justo después de clases, pero no creo que me lleve mucho, así que… ¿Qué te parece quedar en el Castillo Intrincado?

Por un momento, veo cómo sus ojos oscuros parecen brillar ante aquel nombre, ante aquel recuerdo de nuestra infancia, donde solíamos jugar, donde inventamos un mundo imaginario en el que vivir aventuras, el cual quedó perdido en el olvido cuando la realidad nos pegó tan fuerte.

-…De acuerdo-aceptó.

*.*.*

Obviando algún que otro comentario mordaz por parte de Stein, y que me costó seguir algunas cosas, las clases transcurrieron de forma tan normal que me parecía mentira.

Y la expectativa de poder hablar con alguien con el que había pasado meses siendo compañera de pupitre y que apenas me había dirigido la palabra, hacía que todo pareciera algo irreal. Y a pesar de los nervios y de todo lo que aquello pudiera conllevar, sabía que necesitaba hacerlo para quedar a gusto conmigo misma.

Deseaba que el tiempo pasara más rápido, y cuando por fin tocó la campana de fin de la jornada de hoy, me apresuré a recoger las cosas, intentando no mirar a Soul, y reunirme con Black, Kid y Chrona.

-Chrona-llamé la atención de mi amiga, mientras caminábamos, como el resto de alumnos, hacia las puertas principales del Shibusen para salir.

-¿S-sí?

-Eh… ¿Te importa que…?-no sabía cómo decirlo, porque descubrí que me daba algo de vergüenza-¿Tu madre viene a recogerte hoy también?-quise pegarme un cabezazo contra la pared. Era una pregunta estúpida; Medusa iba a recoger a Chrona todos los días a la salida del instituto, a no ser que pasara algo extraordinario.

-S-sí… ¿Po-por qué?

-Me…Me gustaría hablar con ella un momentito… Si puede ser, claro.

Aquello pareció emocionarla hasta límites insospechados.

-¡P-por su-supuesto!-me sonrió y me cogió de la mano, para guiarme hasta el aparcamiento más cercano al Shibusen.

-¿Maka?-Kid y Black Star se nos quedaron mirando.

-Eh… Hoy no vuelvo con vosotros-les informé-Tengo algo que hacer con Chrona-no era exactamente verdad, pero no quería entrar en detalles.

-Vale. Nos vemos mañana-Kid no le dio muchas vueltas, pero Black Star me miró suspicaz.

-Tengo que hablar con Medusa-le dije. Ahora que él sabía la historia, podía entender, al menos en parte, mi comportamiento hasta ahora para con la madre de Chrona.

-Suerte-me dijo entonces.

-Gracias.

Nos terminamos de despedir y seguí a Chrona, que seguía enganchada de mi mano.

-Chrona, tranquila. No voy a huir…Creo.

Me miró por un instante, y terminó por soltarme la mano.

-M-me…alegra que…que quieras…ha-hablar con ella por…por iniciativa p-propia…

-Ya… Creo que es hora de que dejemos los rencores atrás. Si te soy sincera, no sé muy bien qué decirle… Le he estado dando largas todos estos años… Y en al fondo me siento culpable por ello y…

Chrona me sonrió.

-C-creo que…que e-eso es lo q-que tienes q-que decirle.

Le devolví la sonrisa, tímidamente, y asentí.

No mucho después, vislumbramos a Medusa. Y cuando ella nos vislumbró, la sorpresa quedó patente en su rostro al verme acompañando a su hija.

-Chrona, nos dejarías…eh… ¿Hablar a solas? Pero no te vayas lejos, porfa-seguía dándome algo de miedo y vergüenza.

Chrona asintió con efusividad con la cabeza, y tras saludar a su madre, se alejó un poco de nosotras.

-Mm… Hola-saludé, por cortesía, y porque a pesar de tener claro que debía hablar con ella, no sabía cómo proceder al respecto.

-Hola, Maka-me respondió-Me alegra verte y…hablar contigo.

-Ajá…

Me removí inquieta en el sitio. No pude evitar echar un vistazo tras de mí, donde Chrona intentaba por todos los medios fingir que no le interesaba nuestra conversación, aun a pesar de que a aquella distancia poco o nada podía escuchar.

-Yo…solo quería…disculparme-terminé por decir, no sabiendo otro forma de abordarlo.

-¿Por qué?

Lo dijo con un tono suave, hasta dulce. La miré y solo vi consideración por su parte, haciendo que me sintiera todavía peor al respecto.

Con aquella pregunta parecía estar dándome un empujoncito que parecía que necesitaba.

-Durante todo este tiempo… Te he estado culpando de lo de…Ángela-aún me cuesta pronunciar su nombre tras tanto tiempo sin hacerlo, negándome a hacerlo.-Y…no es verdad. Sé que no fue culpa tuya ni nada y…eh… Fue…fue un accidente…-no estaba llorando, pero sollozaba las palabras y eso no ayudaba.

"Yo debería haberla llevado en mi bici. Antes de que lloviera. Antes de que pudiera pasar algo así"

-Lo…lo siento-me sorbí la nariz y me cuadré un poco-Por cómo me he estado comportando hasta ahora… Y…gracias-pude ver que aquella última palabra no se lo esperaba-Me dijeron que intentaste reanimarla. Así que, gracias. Nunca llegué a decírtelo.

Entonces da un paso hacia mí, el rostro contraído por la emoción, y me abraza.

Siento cómo el primer impulso de mi propio cuerpo es rechazar el contacto. Por un breve instante veo las cicatrices que le quedaron del accidente y se me revuelve el estómago.

-Gracias. Gracias, Maka-dijo, mientras apretaba más el abrazo.

-¿Por qué?-pregunté yo esta vez.

-Me sentía fatal por lo que pasó… Y nunca he podido hablar contigo de ello… No me dejabas. Tu madre también se negaba a hablar conmigo. Solo pude hablar con Spirit del tema, pero… Sentí que no era suficiente. Y temía que, siendo tú quien me pediste que llevara a Ángela en coche aquel día, pudieras sentirte culpable al respecto… Y no quería que eso pasara-se le escapó un pequeño suspiro-Debo admitir que casi prefería que me culparas a mí a que te culparas a ti misma.-sacudió la cabeza-No soportaría que eso pasara. Chrona lo ha pasado muy mal al verte sufrir, y el sufrimiento de mi hija es como el mío propio.

Me dejó sin palabras. Quizá deberíamos haber hablado antes.

Me soltó. Nos miramos a los ojos. Me sentía avergonzada por haberme comportado como una niñata malcriada. Aparté la vista.

Sentía que aún había más cosas que podíamos decir, aclarar, pero aquello me parecía tal avance tras los tres años que habían pasado, que me sentí satisfecha, por ahora.

-Lo siento-volví a decir-Fui…testaruda. Como mi madre.

"Mi madre…"

-No hay nada que perdonar. Es más, esperaba que tú me perdonaras a mí, pero no es algo que te vaya a pedir. No todavía-sonrió.-Aun así… Gracias. Porque a pesar de todo, sigues al lado de Chrona.-me cogió de ambas manos y las apretó con fuerza y me miró con un rostro compungido, uno que no espera ver un niño en un adulto-Maka, gracias por ser la mejor amiga de Chrona. Significa mucho para ella. Y para mí.

Me soltó las manos. Quise decirla algo, pero perdí la oportunidad.

Medusa alzó una mano y la voz.

-¡Chrona!-llamó a su hija.

Chrona se acercó a nosotras a paso apresurado. Nos miraba de hito en hito a ambas, claramente nerviosa. No pude sino sonreír ante aquello.

-¿T-todo…todo b-bien?

Asentí.

-Perfectamente.

Pude ver cómo el alivio cruzaba su rostro. Chrona siempre es un libro abierto. Era adorable.

Una vez más, sentí que debía dar un paso más. Y me obligué a hacerlo.

-Esto… Espero que, bueno… ¿Podamos vernos más de ahora en adelante?-dije, no muy segura; creo que sonó más a interrogante que a afirmación-Como… Como quedar en casa de Chrona para hacer deberes, o algo así… Como hacíamos antes.

"Antes de que yo me alejara"

Se le iluminó el rostro a ambas.

-¡Por supuesto!

Di un abrazo a Chrona y me despedí de ambas.

-¿Quieres que te lleve a casa?-me preguntó entonces Medusa.

Por un instante, me pregunté si era algo para ponerme a prueba, pero lo descarté enseguida. Debo dejar de pensar así.

-No, gracias. Tengo algo que hacer antes de ir a casa. ¡Nos vemos mañana en clase, Chrona!

*.*.*

Notaba el cuerpo sumamente tenso. Y no era por la conversación que había tenido con Medusa. En realidad, aquello me había dejado bastante aliviada.

No, era por el hecho de lo que venía ahora. Me iba a resultar más duro. Porque no era solo el hecho de que siempre he estado enamorada de él, sino porque nos alejamos hace mucho, y además ahora hay que añadir la muerte del bueno de Wes, a quien siempre había admirado.

"Puedo hacerlo. Puedo hacerlo. Nada de pensamientos negativos", tenía que empezar seriamente a cambiar mi forma de ver y afrontar las cosas.

Con paso apresurado, llegué al parque infantil al que no iba desde primaria.

Había unas cuantas personas, especialmente niños, correteando de aquí para allá, entre los distintos columpios.

En uno de los rincones del parque, se hallaba el Castillo Intrincado. Una simple estructura de metal de colores entrelazados formando una plataforma cuadrada con múltiples huecos entre los que meterse. A Soul y a mí nos encantaba jugar ahí de pequeños. Terminó por ser nuestra pequeña fortaleza.

Cuando me acerqué, vi que él ya estaba allí, sentado en lo alto, mirando más allá.

Dejé la mochila en el suelo, al lado de la suya, y escalé hasta llegar a lo alto, y me senté en una barra al lado de la suya.

-…Hola. Siento el retraso.

-…Hola-dijo, sin desviar la mirada del frente.

Esperé unos momentos, pero no dijo nada.

-Así que, mm… ¿Cómo lo hacemos?-terminé por decir.

Por fin me miró. Se le veía sumamente cansado. Me pregunté si mi cara también se mostraría así.

-Es decir… ¿Quién empieza a hablar?-aclaré.

Es cierto que fue él en un primer momento el que dijo que quería hablar conmigo, pero ahora yo también tengo la necesidad de hablar con él, y parecía realmente confundido ante el hecho de que no solo hubiera aceptado venir a escucharle.

Se encogió de hombros.

-Supongo que da igual.

Me mordí el carillo interno de la mejilla.

-¿Piedra, papel, tijera?

Aquello le hizo sonreír levemente. Sentí cómo mi corazón se agitaba ante tan nimio gesto, y me sentí sumamente estúpida.

Alzó el puño, y le imité.

-Piedra, papel, tijera-dijimos, agitando los puños.

Saqué papel. Y él tijera.

Suspiré.

-Había olvidado que siempre me ganabas en todo.

-Eso no es verdad-contradijo-Pero, bueno, sí, quizá en esto sí.

-Bien, pues… Te escucho.

-Antes de nada… Quería disculparme.

Le miré a la cara. Él ya había desviado su mirada de la mía.

-… ¿Por lo de Wes?

Asintió con la cabeza.

-Sí, por lo de Wes.

Miré mis piernas colgando y las balanceé, pensando en Ángela.

-…Debiste decírmelo. Antes.

-Lo sé-admitió, suspirando-Pero… Ocurrió no mucho después de…-me miró, como tanteando si esta vez podía decirlo, teniendo en cuenta que la última vez que hablamos, le prohibí hablar de ella-… De la muerte de Ángela, y… Aún no te habías recuperado de ello. Y, y no sabía si…-su voz se apagó, a pesar de que quería que continuara.

Era la primera vez que hablábamos. Que hablábamos de verdad desde hacía tres años, y sentí que realmente era el momento de decir las cosas, de sincerarse.

-¿Sabes? Tras un tiempo hospitalizado por el accidente, Wes me hizo prometerle que no iría a verle. Al principio no lo entendía, pero creo que ahora sí-notaba su mirada sobre mí esta vez-Con lo que me contaste… El hecho de que se suicidara…-me dolía hasta a mí decirlo en voz alta-Quizá no quiso que viera cómo se iba viniendo abajo. Es duro preocupar a las personas que te importan, o que te achaquen algo que en realidad no puedes evitar-me mordí el labio inferior, y me pregunté si era buena idea decirle lo siguiente, pero había decidido dejar todas las cartas sobre la mesa, así que lo hice-En realidad, tras la muerte de Ángela, entré en depresión un tiempo y…fui al psicólogo. Me ayudó bastante.

-Mis padres también quisieron que fuera a uno, por el hecho de que fui yo quien encontró a Wes, en ambas ocasiones, pero me negué. Aun hoy, no sé si fue buena idea o no.

-…Debió ser duro. Lo siento-dije yo esta vez.

-Cada uno tuvimos los nuestro, así que… Estamos a mano, ¿no crees?

Esbocé una pequeña sonrisa. Sentía que estaba viendo y redescubriendo a Soul por primera vez en mucho tiempo, y a pesar de ser temas de los que uno no quiere hablar, aquí estábamos, y ahora sé que me hubiera gustado hacerlo mucho antes.

-Sí, puede ser-eché un vistazo abajo, y comprobé que las mochilas seguían ahí.-No estuve en el funeral, también lo siento por eso.

-No tienes nada que disculpar. Creías que seguía vivo, a fin de cuentas. Y…de todas maneras, solo fuimos los familiares más cercanos. Ya te comenté…que se consideraba un agravio bastante grande la muerte de mi hermano. El suicidio no está bien visto, y menos en una familia como la nuestra.

Es cierto que los Evans estaban algo chapados a la antigua, y además contaban con un buen patrimonio. Supongo que consideraban una desgracia y una afrenta perder al heredero así.

-¿Cómo son las cosas en tu casa desde entonces?

-Mm… Sinceramente, no cambió mucho. Wes siempre fue el favorito, y yo quedaba en un segundo plano. Incluso tras su muerte, seguía estando en un segundo plano, a la sombra de un muerto.

-…Lo siento.

-Deja de decirlo.

-Bueno, en este tipo de conversaciones, uno se disculpa mucho, ¿no? No sé otro modo de mostrar empatía así.

-Gracias-terminó por decir-Pero no pasa nada. Solo se volvieron algo más estrictos conmigo, especialmente mi madre, porque debía superar cualquier tipo de expectativas. Todas las que tenían con Wes acabaron en mis hombros. Además, se volvieron más sobreprotectores y…es algo un tanto agobiante.

-Oh sí, tengo que darte la razón. Tras la muerte de Ángela, y tras muchas discusiones entre mis padres... Porque mi madre lo llevaba muy mal y la verdad es que…digamos que me echaba a mí la culpa en parte y…-sacudí la cabeza-El caso es que se divorciaron no mucho después, y desde entonces vivo sola con Spirit, y la verdad es que siempre está encima de mí… En parte, a veces lo agradezco, pero otras veces siento que me gustaría que me dejara un poco en paz.

-Ya. Bueno, además tu padre siempre ha sido un poco lapa, ¿no? Siempre ha sido súper cariñoso con vosotras. Yo lo veía raro. Mi padre siempre es muy amable y calmado, a diferencia de lo estricta que es mi madre, pero nunca he recibido…tanto afecto así.

-Cierto. Pero Wes siempre que podía iba a darte abrazos. Siempre que podías te negabas. Wes me lo contaba y me decía que esperaba que tu etapa de rebelde se terminara pronto para recuperar a su hermano pequeño.

Aquello, para mi sorpresa, hizo que se le escapara una pequeña carcajada.

-Oh dios, es verdad. Wes era un pesado muchas veces. Puede que se sintiera culpable por hacerme sentir la oveja negra de la familia, pero la verdad es que nunca se lo he achacado. Es decir, yo le adoraba, y él estaba claro que a mí también.

-… ¿Se lo llegaste a decir?

Se rascó la nuca, incómodo.

-No estoy seguro.

-No te preocupes. Por lo que Wes me contaba siempre de ti, cuando estabas refunfuñando por algún rincón, él sabía que en el fondo le querías mucho.

Me miró.

-¿Tú crees?

-Al ciento treinta por ciento.

-Eso en realidad no me da mucha seguridad-dijo, pero sus labios se curvaban hacia arriba-Y tú… ¿Cómo llevaste el divorcio de tus padres?

En ese momento, alcé la vista al frente, y vi los columpios vacíos, y ningún niño en el parque que pareciera tener interés en ellos.

De un salto, bajé al suelo. Vaya, la altura antes me parecía mucho más grande. Supongo que eso también significa crecer.

Me eché la mochila al hombro y miré hacia arriba.

Pude ver el espanto de Soul grabado en su rostro, y me sentí un poco malvada por hacerle creer que me iba. Quizá era una pequeña venganza por lo mal que me lo hizo pasar la última vez.

-Maka, espera-le oí decir a mi espalda.

Me acerqué a los columpios. Volví a dejar la mochila en el suelo, en un lateral, y me senté, mientras empezaba a columpiarme. La última vez que lo había hecho, mis pies no llegaban a tocar la arena. En realidad, en aquel reino de mi infancia, me sentía como un gigante.

Soul se apresuró a llegar a mi lado, y detuve mi balanceo. Me miraba con miedo, como si hubiera dicho algo que no debía, y la magia del momento de sinceridad y dolor que estábamos compartiendo hubiera llegado a su fin.

-Lo llevé bastante mal, la verdad-contesté.

Le vi contener un suspiro de alivio. Dejó la mochila en el suelo, y se sentó en el columpio contiguo.

-Más que por la separación en sí, por el hecho de que creía que era por mi culpa. Es que…mi madre no era capaz de mirarme a la cara. No sin ver a Ángela o achacarme que yo debería haber estado con ella en aquel momento…-hice una pausa-Pero, la verdad es que Spirit me ayudó mucho. Él también lo debía estar pasando fatal, había perdido a una hija y a su mujer, pero se desvivía por mí. Creo que nunca le estaré lo suficientemente agradecida por eso.

Me impulsé una vez más y me columpié durante unos instantes más, para decir algo que llevaba mucho tiempo consumiéndome.

Anclé los pies en la arena y me detuve. Le miré.

-¿Sabes qué? Nunca tuve intención de ir al baile de fin de primaria-dije, cambiando un poco el rumbo de la conversación-Bueno, no, no es del todo verdad. Yo…quería ir contigo. Pero no sé por qué, fui incapaz de decírtelo. Era una niña tonta, ¿vale? Y muy…rencorosa. Solo acepté ir porque quería que te arrepintieras de no ir al baile conmigo, y me sentí muy mal con Hero, porque era un encanto de chico, y demás, aunque tú nunca me lo pediste, y tampoco esperaba que lo hicieras, pero…

-Quise pedírtelo.

Aquello me sorprendió. Le miré de hito en hito. Esbozó una sonrisa triste.

-Oh, vaya mierda. Yo también fui estúpido. Creí que no querías ir, y me dio vergüenza pedírtelo después de que dijeras eso. Y sinceramente, no quería ir si no era contigo, pero aquella chica… Joder, ni recuerdo como se llama… En tal caso, ella no me dejó en paz durante una semana hasta que acepté y…

Rompí a reír.

-Oh, bien. Somos unos estúpidos de primera-sentencié-¿Por qué cosas de hace tiempo que ahora hasta parecen fáciles y estúpidas, en su día parecían todo un mundo?-sacudí la cabeza-Quizá si hubiéramos hablado…

-Fuimos estúpidos-convino.

-Somos estúpidos-añadí.

Ante el silencio, inspiré hondo para preguntar otra cosa que me atormentaba.

-Mm, Soul…-me miró-¿Por qué…? Cuando empezamos el instituto, y yendo al mismo instituto, ¿por qué…te alejaste de mí? Q-quiero decir…-la verdad es que no sabía qué quería decir. Podríamos haber llevado el dolor de la pérdida de cada uno, juntos, pero no lo hicimos. ¿Por qué las cosas tuvieron que complicarse así? No, más bien, ¿por qué nosotros complicamos las cosas así?-Esto…

Entonces me mostró una expresión de genuina confusión.

-¿A qué te refieres?

-Parecía que no querías saber nada de mí. Por una parte lo entiendo, tras todo lo que pasó, pero… No pudiendo volver a ser amigos tras todos los años que habíamos pasado juntos…

-Maka-me interrumpió-Eso no es verdad.

Esta vez fui yo la que se mostró confusa.

-Quise hablar contigo-explicó-Quise estar a tu lado. Quería apoyarte, y también llegar a contarte lo de Wes para que tú me apoyaras a mí, pero… Era como si no estuvieras. Fuiste tú la que me apartó de su lado. Y ante eso no había nada que yo pudiera hacer. Luego cada uno fue por su parte, creó otro círculo de amigos y…

"¿Yo fui la que me aparté de él?"

Entonces lo comprendí. Y Soul tenía razón, toda la razón.

En aquel entonces, estaba tan encerrada en mí misma, en mi propia burbuja de tristeza y autocompasión que no era capaz de ver nada más allá. Siempre fui yo y yo y nada más que yo. Fui tan estúpida. Soul intentó entrar, y no le dejé. Me hundí en mi dolor, y eso le alejó de mí.

Oh, ¿cuántas cosas fingí no ver durante estos tres años…?

Ahora que me doy cuenta y lo veo, en cierto sentido, más satisfecha me siento conmigo misma por intentar cambiar, avanzar y dejar atrás todo aquello. Porque hay más mundo más allá de mis problemas, esos problemas en los que no puedo hundirme, ya no.

-Lo siento-volví a decir-Yo… Yo no quise…-intenté buscar las palabras, pero no me salían-No era mi intención. Por aquel entonces, estaba muy mal y…

-Lo sé. Es decir, lo supuse. Nada podía hacer, así que me resigné. Y cuando parecías estar mejor, yo ya no formaba parte de tu vida, así que tampoco me pareció bien volver a abrir heridas que tanto te habían costado cerrar…

-Pero aun así no es justo. No fui justa contigo. Y no tenía ni idea de por lo que estabas pasando. Ni siquiera…-le miré el pecho, y pensé lo que había bajo su camiseta-Ni siquiera sabía lo de la cicatriz en tu pecho. ¿Cómo podía siquiera considerarme alguien en quien pudieras confiar?

-No pasa nada. Con el tiempo, lo he ido aceptando. Y, si te soy sincero, cuando te conté lo de Wes, aunque me arrepiento que fuera en aquel momento y de aquella manera, y ahora que por fin estamos hablando, me siento aliviado. Sumamente aliviado. Como si por fin me hubiera librado de todo el peso con el que cargaba-me miró fijamente a los ojos; las luces del atardecer jugaban con el color de sus rubíes-Así que, gracias, Maka.

-Yo también-me apresuré a decir-He…He estado luchando contra mí misma, para afrontar todos mis miedos y problemas, y sabía que necesitaba hablar contigo, es decir, quería hablar contigo. Y me alegro un montón de haberlo hecho, así, sin barreras ni nada. Se siente como si nunca nos hubiéramos alejado, ¿verdad?

Volvió a clavar su mirada en mí.

-Maka…-fue a decir algo, pero fue interrumpido.

-¿Vais a columpiaros?

Ambos dejamos de mirarnos y vimos frente a nosotros a dos niños. Una niña que parecía tener unos ocho años, e iba dada de la mano de un niño unos años más pequeño. Debían ser hermanos. Pensé en mí y en Ángela. Puede que Soul pensara en él y en Wes.

-No, perdonad. Podéis montaros.

Nos levantamos y les dejamos vía libre para que disfrutaran.

Cogimos las mochilas y nos alejamos un poco.

Quizá ahora que nos habían interrumpido se había roto un poco de la magia, a diferencia de antes, y ya no parecíamos capaces de decir nada. Quizá ya nos habíamos dicho todo, al menos lo importante.

-Buenooo… Ha estado bien-dije-Como ya he dicho, me alegra que por fin hayamos hablado. Y…no tiene que ser como antes pero, sí que me gustaría…-me sonrojé débilmente-Que volviéramos a ser amigos. O, al menos a no fingir que el otro no existe. Aún queda algo de curso, y seguimos siendo compañeros de pupitre, ¿no?

Esperaba que dijera que sí. Que mostrara una sonrisa y aceptara, tras todo lo que nos habíamos contado. Pero en su lugar, dijo:

-Entonces, ¿solo querías que habláramos para pasar página?

No sabía a qué se refería con eso exactamente. ¿A afrontar todo lo que había estado evitando para poder seguir adelante? Entonces…

-Sí-contesté.

Creí que era lo que él también quería. Creí que por eso había querido hablar conmigo. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué muestras esa cara de dolor? No lo entendía.

Una vez más, sentía cómo barreras invisibles se erigían entre nosotros, y ya no sabía cómo proceder.

-Mm… Se ha hecho tarde, así que…-inspiré hondo y me armé de valor-Nos vemos mañana en clase. Y… Y si te saludo, puedes devolverme el saludo, ¿vale?

No dijo nada.

-Hasta luego-volví a despedirme, me di la vuelta y me encaminé fuera del parque, pero entonces caí en la cuenta de que había algo que se me había olvidado decir, así que volví a dirigirme a él-Por cierto… Es verdad que adoraba a Wes. Fue como un hermano mayor para mí, pero… Nunca estuve enamorada de él. No sé por qué pensaste eso, pero… En realidad, siempre estuve enamorada de ti, Soul. Desde que íbamos a primaria. Y, eh, pues…-dios, que vergüenza, noto hasta las orejas calientes, debo estar como un tomate-Sí, eso. Pero, no te preocupes por ello. Y… Esto… Nos…nos vemos mañana.

Me giré rápidamente y apresuré el paso, porque salir corriendo quizá contradeciría el hecho de que dijera que no se preocupara por ello. Como si aún no siguiera enamorada de él.

Pero entonces me agarraron del brazo, me hicieron girar y estrellarme contra alguien, mientras unos brazos me envolvían en un fuerte abrazo, a pesar de la incomodidad de la mochila.

Y no podía creerlo. Porque era Soul. Porque era Soul, y me estaba abrazando.

-¿Lo dices en serio?-me dijo al oído-No… No puedo creerlo-aflojó el abrazo, me agarró de los hombros y me separó de él para poder mirarme a la cara-¡Soy yo el que siempre estuvo enamorado de ti, maldita sea! ¿Cómo puedes decirme esto ahora?

Una vez más, no podía creerlo. Aquello no podía estar pasando.

¿Acaso puedo ser feliz?

-Pero…-noté el temblor de sus manos-¿Ya no? Dices que estuviste enamorada de mí en primaria… ¿Hay…hay algo que pueda hacer para que vuelvas a estarlo? Es decir, dios, ¿qué me pasa?-se trababa al hablar, y estaba rojo hasta decir basta-Yo sigo enamorado de ti. Todo este tiempo. Pero ya ni siquiera éramos amigos, y me alejaste, ¿cómo se suponía que iba a poder decir algo?-hablaba atropelladamente, y notaba sus dedos clavarse en mis hombros-Además, siempre hablabas tan bien de Wes, y le mirabas tan embelesada cuando tocaba el violín… ¡Pensé que te gustaba él! Y, y…

No sabía si romper a reír. O a llorar. O ambas cosas a la vez.

Al final terminé por reír.

-Eres tan idiota-sonreí-Pero…me sigues gustando igual. A pesar de todo… Y, aun a pesar de que no soy la misma chica de la que te enamoraste hace años, ¿crees que…podría gustarte otra ve…?

Me interrumpió con un beso. Sentí sus labios humedecer los míos.

Estaba pasando. Soul me estaba besando. Y no era solo un sueño. Estaba pasando de verdad.

Sollocé contra su boca, y le devolví el beso.

Tras unos instantes, nos separamos. Nos perdimos en los ojos del otro.

Era todo casi demasiado bonito para ser verdad. Pero, una vez más, ¿podría ser feliz? ¿Me lo merezco? Quizá sea hora de empezar a reconstruir cosas, no solo a dejar atrás escombros…

Soul parecía que iba a decir algo, y cuando estuvo a punto de hacerlo, pareció que se lo pensó mejor, y dijo:

-¿Podrías hacerme un favor?-no esperaba que dijera algo así.

-Mm… Claro. ¿Qué pasa?-mostré espanto-Espera. Ahora no querrás que finja que nada de esto ha pasado, ¿verdad? Porque entonces serías un capullo integral, Soul.

Suspiró con una sonrisa de medio lado en los labios.

-Qué concepto tan bueno tienes de mí-bromeó-Quería…pedirte que si… No tiene que ser pronto, pero, sí algún día-le miré con interés-¿Me acompañarías a ir a ver a Wes?

Siento cómo el corazón se me oprime, y asiento con la cabeza.

-Sí, ya es hora de que pueda despedirme de él. Solo, con una condición-enarcó una ceja-De paso, también visitaremos a Ángela. N-nunca lo…lo he hecho.

Se inclinó sobre mí otra vez y me besó la frente.

-Claro que sí. Iremos a ver a nuestros hermanos, juntos.

*.*.*

Al llegar a casa tras demasiadas emociones en una tarde, y tras quitarme de encima a un pesado Spirit que se empeñaba en decir que me pasaba algo ("Tienes la cara roja. Tienes hasta mi sonrisa bobalicona, y has llegado más tarde de lo habitual. A mí no me engañas, Makita, ¿qué ha pasado?"), lo cual conseguí al decirle:

-Voy a llamar a mamá.

Alzó ambos pulgares en señal de aprobación y me dejó subir con el teléfono fijo a mi habitación.

Su número estaba guardado en la agenda, por lo que, con algo de reticencia, pulsé el botón de llamada y esperé a que lo cogiera con el corazón en un puño.

-¿Diga?

-¿M-mamá? Soy yo, Maka.

-Oh, hola, Maka. ¿Qué tal?

-Bien, eh… Te llamaba… Te llamaba porque… Me gustaría quedar contigo y…hablar-me mordí la lengua-En cuanto puedas. Si no estás muy liada. ¿Puedes?

No sé si la sorprendió mi proposición, o mi insistencia o ambas cosas, pero el caso es que tardó en responder.

-¿Mamá?

-Sí, sí, estoy aquí. Claro, Maka, ¿te parece bien mañana por la tarde cuando salgas del instituto?

-¡Sí! Es decir, sí-quizá había sonado demasiado entusiasmada-Solo… Quedemos las dos solas, ¿vale?-seguro que entendía que no quería que viniera con su novio.

-Claro, cariño. Nos vemos mañana.

-Hasta mañana.

Nada más colgar, busqué otro número guardado en la agenda, de tantas veces que llamaba, y esperé, mientras jugueteaba con una de mis coletas.

-Ya lo estoy cogiendo, ¿ves?-fue lo primero que escuché nada más me descolgaron al otro lado de la línea-¿Sí? ¿Quién es?

-¿Black? Soy yo, Maka.

-Oh, hola. Espera, que me subo a la habitación.

Esperé. Como tantas otras veces, escuchando a su padre de fondo, hasta que finalizaba con un portazo.

-¿Qué te cuentas?-preguntó Black Star-Habías… Habías quedado con Evans, ¿no?

Oh, cierto.

-Mm… Sí. La verdad es que hay un par de cosas que quería comentarte… ¿Te importa si mañana, para variar, no vas pillado de tiempo a clase, y podemos hablar un poco antes de entrar al Shibusen?

-… ¿No me lo puedes decir por teléfono?-vi la pausa, la vacilación.

-Pues… No me parece apropiado. ¿No te importa? Tan solo tienes que hacer caso al despertador a la primera.

-Oh, como si eso fuera tan fácil-reí-Esta bien. Es más, yo también tengo algo que decirte.

-¿Ah sí?

-Sip, así que, ¿hablamos mañana?

-Sí, mañana.

Colgué.

Quiero aclarar y hablar todo lo más rápidamente que pueda. Sino, tengo miedo de echarme atrás y volver a huir.

Así que, al igual que hoy, mañana también.

*.*.*

-Ey, Black Star, buenos días.

-Buenos díaaaaaaas…-bostezó, lo que me hizo soltar una risita.

-Vamos, no me hagas querer sentirme culpable por hacerte ir con tiempo de sobra a clase para no tener que correr para no llegar tarde.

-Sí, sí, sí. Lo que tú digas-se estiró y luego me miró-¿Y bien? ¿De qué se trata?

-Pues… He quedado con mi madre esta tarde-su rostro se puso serio-Todo está bien. O al menos eso espero. Es decir, he sido yo quien se lo ha pedido a ella…-inspiré hondo-Quiero tener con ella por fin una conversación condiciones. Hablar sobre nosotras, y Spirit, y… Ángela. Ah… Espero que sea buena idea.

Black Star me dio una palmadita en la espalda. Le miré. Sonrió.

-Seguro que sí, ya lo verás. Es más, seguro que tu madre, en el fondo, está deseando "hacer las paces" o lo que sea. Porque, no es como si estuvierais peleadas o algo, ¿no? Vamos, al menos por lo que me has contado…

-Tienes razón. Deséame suerte entonces.

-Mucha suerte.

Esbocé una sonrisa…

-Gracias.

…pero no tardó en irse. Al cambiar de calle, a los lejos, ya empezaba a vislumbrar la, cuanto menos, peculiar arquitectura del Shibusen.

-Black-le volví a llamar-Hay…hay otra cosa que debo decirte.

-Oh. Oh. Oh, vale, quieta ahí, para el carro-se detuvo.

-¿Qué? Aún no he dicho nada.

Me miró con suspicacia.

-¿Q-qué?

-Vas a rechazarme, ¿verdad?

-¡No! No, es decir, sí… Agh, ¡no quería decirlo así! ¡Insensible! Ay, por favor. Eres mi mejor amigo. ¿Sabes acaso la de vueltas que le he estado dando al asunto…? ¿Cómo decirlo y…?

-Bah, no pasa nada. Sabía que iba a acabar así.

-No, sí que pasa. Y el hecho de que digas eso solo me hace sentir peor.

Entonces sonrió, y me dio un golpecito en la frente con el dedo.

-Estoy bien, ¿de acuerdo? Sabes que no me gusta nada cuando la gente tiene que ir con tiento sobre qué palabras decirme, ¿no? Y más viniendo de ti, que conoces toda mi situación.

Me toqué la frente.

-Pero…

-Nada de peros.

Sabía que lo estaba haciendo así para que fuera más fácil para mí, y lo quise por ello, pero aun así no podía evitar sentirme mal al respecto.

-Solo una cosa-dijo-¿Qué hay de Evans?

Me sonrojé.

-P-pues…

-Oooohhhh. Ya veo-sonrió-Me alegro por ti. Quién iba a pensar que aquí la señorita Maka Albarn, devora libros y friki de primera, tendría algún tipo de éxito entre los chicos…

Le di un puñetazo amistoso en el costado.

-Idiota-no podía evitar sonreír-Gracias.

Seguimos caminando tranquilamente, y no fue hasta que llegamos a los pies de las escaleras del Shibusen, que recordé algo.

-Por cierto, dijiste que tú también tenías algo que decirme. ¿De qué se trata?-le miré con interés.

-Ah… Puede esperar a mañana. Tú hoy concéntrate en lo de tu madre.

Fruncí ligeramente el ceño, confusa.

-¿Seguro?-debía ser algo más o menos importante, si cree que me puede distraer de la charla con mi madre…-Pero, ¿todo bien? No es nada malo, ¿o sí?

Negó con la cabeza.

-Son buenas noticias.

*.*.*

Por otra parte, también había decidido contarle sobre Ángela a Kid, porque es uno de mis mejores amigos, y dadas las circunstancias, no me parecía bien dejarle ser el único que no supiera nada. Tomo nota. Y conociéndole, dudo que se ponga en rollo compasivo, lo cual se lo agradeceré infinitamente.

Daba vueltas por el lugar como si me hubiera poseído algo, y quizá fuera así. Estaba muy nerviosa. Quizá el hecho de que la última vez que la vi la grité en la cara y prácticamente salí huyendo. Ah… Como una cría.

No mucho después, vi llegar a Kami.

Me acerqué a ella.

-Hola, mamá-dije, algo dubitativa, preguntándome si debía pedir perdón por lo de la última vez.

Kami sonrió.

-Hola, Maka.

Quizá lo mejor sería dejarlo estar…

-…Siento lo de la última vez-dije.

Mi madre sacudió la cabeza, como restándole importancia.

-¿Quieres ir a algún sitio?-me preguntó en cambio.

-Mm… No lo había pensado.

Anduvimos un poco por una de las calles comerciales de Death City, hasta que mi madre se detuvo frente a un escaparate. Era una cafetería.

-¿Quieres tomar algo?

-Mm… No sé…

-Vamos, te invito a merendar.

No puse más pegas y la seguí dentro del local. Nos sentamos a una mesa, y mi madre pidió un café.

-¿Tú qué quieres, Maka?

-Nada, estoy bien, de verdad.

-¿Un chocolate caliente y un cruasán grande tostado?

-…Sí, por favor.

Fue charla banal hasta que nos trajeron nuestros pedidos, y mientras sentía el calor empapar las palmas de mis manos al agarrar la taza de chocolate caliente, me decidí a hablar de verdad.

-Mamá, lo siento mucho.

-Maka, cariño, ya he dicho que no pasa nada. Supongo que era de esperar, teniendo en cuenta que nunca te había hablado de él y…

-No, me refiero… No me refiero a eso. No… No hemos hablado, hablado de verdad, desde que te fuiste de casa.

Cuando mi madre vio el cariz serio de la conversación, sus labios pasaron a ser una fina línea, olvidando la leve sonrisa educada. Aun así, no parecía molesta, ni enfadada.

Di un sorbo a la taza. Ardía, maldije en mi fuero interno al sentir la lengua hervir y me la mordí.

-¿Fue…fue mi culpa?-terminé por preguntar-El que te fueras de casa.

Kami apoyó la taza en el platito de la mesa.

-No.

-Entonces, ¿me echabas en cara lo que pasó? Me… Aquella vez, me gritaste, y…

Empezaba a notar cómo me picaban los ojos, pujando por llorar; la voz, buscando quebrarse. Oh, genial. Y eso que ni siquiera hemos empezado.

-Es cierto. Soy yo la que debería pedir disculpas. Perdóname, Maka, no quise hacerte daño, ni con mis palabras ni con mis actos. Aunque, supongo que es lo que hice, ¿no es cierto?

-…Sí-dije, cabizbaja, degustando un trozo de bollo.

-Estaba muy dolida, Maka. Sabes lo mal que lo pasé…que lo pasamos. El bueno de tu padre era el único que mantenía la compostura en aquella casa, por nosotras dos.

-Es verdad…-Spirit es increíble, a su modo.

-Me sentía muy culpable. No te haces idea. Yo era la que le prometí llevarla al teatro, y la fallé-vi su taza temblar ligeramente, y vi que era su propio temblor-Más de una vez me he achacado el hecho de que parece que antepongo el trabajo a mi familia, pero luego, en realidad, no es que hiciera mucho por remediarlo. Me odiaba por eso, y más cuando falleció Ángela.

Era tan extraño. El escuchar el nombre de Ángela volver a salir de los labios de mamá después de tantos años… Y más extraño era ver lo mucho que me parecía a mi madre. No quería que cometiéramos los mismos errores.

-Lo siento-repitió-En parte, quise echarte a ti la culpa, porque no soportaba pensar que yo era la que en un primer momento podría haber hecho algo para evitarlo. Pero fallé Ángela. Y a ti también, Maka. Es algo que no me perdono ni siquiera ahora. Sois mis queridas hijas. ¿Qué se supone que podía hacer? Hui, y lo siento. Necesitabas a tu madre…y yo me fui. Me recordabas tanto a Ángela…

Apreté los ojos con fuerza para evitar ponerme a llorar en un sitio público.

-Te echaba de menos-susurré-Aún lo sigo haciendo.

Miré mi taza medio vacía, medio llena. Alcé la vista al frente, decidida, valiente. Tú puedes, Maka.

-Quiero recuperar a mi madre. Poder hablar, quedar… Sin restricciones de por medio. Sé que perdiste una hija, pero yo perdí una hermana y a mi madre, y quisiera recuperar a quien no ha muerto.

Pareció sorprendida, quizá por el ímpetu de mis palabras. Terminó por esbozar una sonrisa triste, esa a la que tan acostumbrada estoy a ver en las personas más cercanas a mí.

-Has crecido. Has crecido tanto, mi Maka…-parecía a punto de echarse a llorar, como yo, por lo que se tomó unos segundos para recomponerse-Me encantaría volver a formar parte de tu vida, si me lo permites. No puedo borrar todo lo que hice, pero me gustaría compensarte.

Sentí cómo el alivio me invadía por dentro. Me froté los ojos.

-Gracias-musité-Pero… No volverás con papá, ¿verdad?

Negó suavemente con la cabeza.

-Lo siento, mi niña. He cambiado, he rehecho mi vida. Sigo queriendo a tu padre, igual que a ti, pero no todo puede volver a ser como antes. Lo entiendes, ¿verdad?-hablaba como una madre apaciguando la rabieta de su hijo pequeño.

-…Sí. Entonces, ¿podemos vernos más? Hay muchas cosas que quiero contarte, enseñarte… Y… Algún día, quizás… Podrías presentarme a ese tal Justin…

Alargó la mano por encima de la mesa y la puso encima de la mía. Era cálida, conocida, añorada.

Me sonrió, con lágrimas en los ojos.

-Me encantaría.

*.*.*

Tras algo más de charla, intentando ponernos al día y quedando para otra ocasión, también contando con Spirit, y tras otro bollo más, me despedí de ella. Me sorprendió al darme un tremendo abrazo, pero se lo correspondí encantada. Olía y se sentía tal y como recordaba. Oh, cómo la había echado de menos…

Y, por fin, tras mucho tiempo, las cosas iban bien, y me sentía tan a gusto conmigo misma que me sentía flotar.

Al mirar la hora, vi que aún no era muy tarde. Tengo que contárselo a Black Star.

Bajé al trote la calle y me interné en su barrio hasta que puse los pies sobre el felpudo de su casa.

Llamé al timbre. Tras unos cuantos quejidos y golpes al otro lado, me abrió la puerta el padre de Black Star. Como siempre, me fulminó con la mirada, pero ni este hombre arisco iba a ser capaz de socavar mi buen humor.

-¿Está Black Star?

El hombre chascó la lengua, puede que tan molesto conmigo como por el hecho de haber tenido que tomarse la molestia de venir a abrirme la puerta.

-¡Es la chica de las coletas otra vez!-gritó hacia el interior de la casa.

Oh bien. Era bueno saber la estima en que me tenía el padre de mi mejor amigo. Aunque por alguna extraña razón, me parecía menos hosco que de costumbre, que ya es decir. ¿Habría pasado algo?

Poco después, Black Star apareció en el quicio de la puerta. Su padre se internó nuevamente en la casa.

-Ey, hola. No te esperaba. ¿No estabas con tu madre?

Sonreí ampliamente.

-Oh, eso es muy buena señal, ¿verdad?-preguntó, sonriendo también.

-Ya te digo.

-¡Genial!-exclamó, dándome un abrazo que duró apenas un segundo-Me alegro por ti.

-Gracias, gracias. Ha sido duro, aunque gracias a dios solo al principio. Creo que hemos progresado bastante-dije, satisfecha.

-Es genial, Maka, de verdad-repitió.

Sabía que su situación familiar dejaba mucho que desear, y en parte me sentía mal por venirle a hablar de estas cosas, pero él siempre me prestó un oído y un hombro, al igual que yo, así que no veía por qué no. Creo que hasta se molestaría si no lo hiciera.

-Vamos a quedar más, y esas cosas-seguí-Aunque la he dicho que ahora vamos a entrar en el fin de curso en nada, y están los exámenes finales, y… ¡Puf! Ja, ja, ja.

Pero entonces vi algo escondido tras su rostro cuando dije esto último.

-No te preocupes-me apresuré a decir-Te ayudaré a estudiar. Puedo dejarte mis notas, y haremos sesiones de estudio en casa de Kid, y…

-Maka-me interrumpió.

Le miré. Estaba serio, y triste. ¿Qué pasaba?

-En realidad, yo…

*.*.*

-¿Quieres dejar de llorar? Por dios, no lo hagas más difícil, ¿quieres? Vas a hacer llorar a Chrona. Y puede que a mí también.

Me sorbí la nariz.

-Cállate, Kid.

-Kid tiene razón, Maka-Black Star bostezó-Es demasiado pronto para eso.

Eran apenas las seis de la mañana de un sábado. Y estábamos los cuatro en la estación central de trenes de Death City.

-No es como si se fuera acabar el mundo, Maka.

-Sé que prometí no llorar, pero…-me enjugué las lágrimas-Es difícil, ¿vale? Soy muy emocional para estas cosas. Y dejad de mirarme, ¿queréis?

Black Star me dio un codazo amistoso. Hice un puchero.

-Solo estaré a unas cuantas horas de aquí en tren. Que yo sepa, no estoy en busca y captura, por lo que no creo que haga falta que huya del país-rio.

Black Star se iba. Se iba de Death City. Se mudaba a casa de sus tíos. Para siempre.

-En realidad, yo… En cuanto acabe el curso, voy a irme a vivir con mis tíos-me dijo, hace ya como un mes.

Me quedé petrificada.

Sus tíos. Esos que le llamaban al menos una vez cada semana. Los únicos parientes que se preocupaban por él. Sus tíos, que le habían ofrecido aquello muchas veces, y Black Star siempre se había negado, a pesar de que significaría huir por fin de su padre.

Sé que en parte lo había hecho por mí, y por Kid, y por Chrona. Se había quedado porque nosotros formábamos parte de su vida aquí.

Y por la tristeza y el dolor que vi en su expresión, supe que no había sido una decisión fácil, aun cuando debería haberlo sido. Por eso, le abracé fuertemente y sollocé un "Te echaré de menos".

Kid dirigió una mirada furibunda a Black.

-Ya sabes. Mantente en contacto. Tú vienes a vernos y nosotros vamos a verte. No te vas a librar de nosotros tan fácilmente, ¿estamos?

Era el modo de Kid de decir que le echaría de menos y que no quería que desapareciera de nuestras vidas. A fin de cuentas, parece una tontería, pero las relaciones cambian en cuanto no te ves todos los días durante varias horas, y además añades distancia de por medio. Por eso hay que poner esfuerzo por ambas partes, para que la relación continúe.

Al final, cuando yo por fin había dejado de llorar, Chrona terminó por romper a llorar, y se fue a refugiar en los brazos de Black Star.

-E-e-escri… Escríben-nos…

-Claro que sí-Black le devolvió el abrazo-Con las nuevas tecnologías, creo que no podría evitarlo aunque quisiera-se separó de ella y le revolvió el pelo mal cortado-Yo también os echaré de menos.

Black Star dirigió su mirada a Kid, y abrió los brazos de par en par.

-Ah, no-se negó en rotundo Kid-¿No esperarás que yo…?

Black Star le estrechó entre sus brazos. En un primer momento, Kid quiso soltarse, pero tras soltar un suspiro de derrota, le correspondió el abrazo.

-Te echaré de menos, idiota.

-Oh, sé que lo harás.

Kid le dio una colleja, haciendo que ambos se separaran. Black Star rio, y a pesar del sonrojo y el claro enfado porque odiaba que Black Star se burlara de él, Kid terminó por sonreír.

Entonces, Black Star me miró.

-Es su turno, señorita Albarn.

Torcí el gesto.

-No lo hagas sonar como si se tratara de una consulta médica.

Le di un abrazo, estrujándole fuerte, pensando en todo por lo que habíamos pasado, todo lo que habíamos compartido, y no podía hacer otra cosa que no fuera añorarle.

Nos separamos y nos miramos. Black Star era todo sonrisas, a pesar de que sabía que le dolía la despedida.

-Cuídate, ¿vale? Ya no me tendrás ahí siempre-susurré-Aunque siempre puedes llamarme o escribirme, que te contestaré. Y por mi parte, yo también haré lo mismo. Hasta que acabes harto de mí, te lo garantizo. Así que prepárate-vi que no paraba de mirarme fijamente-¿Qué?

-Nada-sacudió la cabeza-Va a ser horrible estar separado de ti.

-Soy bastante insufrible, así que creo que lo superarás-intenté bromear.

-Se intentará.

-Ey, tu tren va a salir dentro de poco-anunció Kid, mirando los paneles con los viajes y las horas.

-Bien-dijo Black Star, echando mano de su maleta con ruedas. Pero entonces se giró y me plantó un beso en la boca.

-¿P-pero qué…?-le miré roja como un tomate y a punto de pegarle un buen tortazo.

Chrona se sonrojó y desvió la mirada, incómoda. Kid frunció el ceño y se cruzó de brazos. Todos ya sabían que había empezado a salir con Soul Evans, pero…

-¿A qué ha venido eso, idiota?

-¿No te ha gustado? Mm… Es algo bastante cliché en este tipo de situaciones. ¿No te gustan los clichés? Pensé que te gustaría. Ya sabes, como te gustan tanto esas comedias románticas y tal…-me guiñó un ojo-¿No? Bueno, era una excusa. Solo quería besarte. Será la última vez, lo prometo. A no ser que el idiota de Evans la cague. Avísame si eso pasa.

Suspiré.

-Eres incorregible. Lo sabes, ¿verdad?

Sonrió ampliamente.

Le acompañamos al andén. Arrastrando la maleta tras de sí, se despidió de nosotros una última vez y se metió en el vagón.

Le seguimos a través de las ventanillas porque era todo un espectáculo, haciendo gestos exagerados e intentando colocar la maleta en su sitio.

-Parece que ni siquiera va a sobrevivir al viaje-comentó Kid.

-L-le irá b-bien, se…seguro-opinó Chrona.

Cuando miró por la ventanilla y nos vio, alzó ambas manos y las agitó. Al menos hasta que alguien le hizo hacerse a un lado para pasar, lo que nos hizo reír. Le devolvimos el saludo, de manera menos exagerada.

Las puertas se cerraron, y el tren no tardó en ponerse en marcha. Black Star encontró su sitio, y se perdió en la lejanía.

-Y…se fue-musité-Será un viaje largo.

-No tiene por qué. Son las seis de la mañana-contravino Kid-Te apuesto lo que quieras a que en cuanto se ha sentado en su asiento, y se ha apoyado en el respaldo, se ha quedado dormido como un cesto.

Eché un último vistazo a las vías, antes de dirigirnos a la salida.

Al pensarlo, no pude sino sonreír.

-Si es así, espero que tenga dulces sueños.

**..**

Espero que les haya gustado! Dejen sus comentarios para que sepa su opinión!

Y se acabó. Ays… Qué penita! Pero, como ya digo, estoy muy satisfecha. Quizá sea por el hecho de que me ha encantado escribir esta historia. La he escrito con mucho cariño y espero que les haya gustado tanto como a mí escribirla, a pesar de las irregularidades de las actualizaciones. Así que, muchísimas gracias por acompañarme a mí y a esta historia durante todo este tiempo. Mil gracias! T-T

Al final ha quedado todo en un capi largo porque quería la explicación de lo del sueño, así como la resolución de Maka de plantar cara al pasado para poder seguir adelante, junto. Pienso que es muy importante hablar las cosas, especialmente las importantes (aunque nunca es fácil; a mí misma me cuesta abrirme de vez en cuando XD). Saber cómo te sientes, y los demás al respecto. Y que es importante hacer el esfuerzo por mantener a tu lado a aquellos que te importan, y que tú les importas a ellos. Espero poder haber transmitido eso, así como la importancia de la familia, los amigos y el amor :P

Buenoooo, tengo alguna que otra idea para algún futuro fic de Soul Eater, pero debido a mi decreciente tiempo para escribir, creo que por el momento me voy a concentrar en seguir con mi long-fic de SnK "Cursed". Y también me gustaría escribir algún que otro oneshot más, especialmente de algunos fandoms en los que no he escrito nada todavía. Me gustaría escribir otro de Voltron (quizá esta vez sería Klance XD), o de Yuri on Ice (me encanta este anime!), o de The Last of Us (llevo con mono de escribir un oneshot de este videojuego desde que lo jugué, y de eso hace demasiado tiempo XD), y de Kingdom Hearts (adooooooro esta saga de videojuegos), pero tengo la sensación, que me saldría más un long-fic que un oneshot, porque da para mucho jajaja. Y más, supongo :) La dura vida del multi-fandom (demasiados fandoms que amar jajajaja).

En fin. Parece que siempre es un quiero pero no puedo XD Todo dependerá de mi tiempo y la inspiración :P

Una vez más, reitero, muchas gracias por leer y comentar esta historia durante tanto tiempo. Me ha hecho muy feliz! Espero que os haya gustado el final (hacédmelo saber en vuestros reviews :P).

Nos vemos!^^