Hola a todos/as.
Bien, primero pedirles una enrome disculpa por dejar esta historia tan abandonada :/ lo siento mucho, pero me he enfrascado en retos, traducciones y mi trabajo. Sinceramente aún no deseaba dejar ir esta historia, es por esa razón que creo que la abandone hasta ahora. Es momento de dejarla ir aunque me de mucha penita.
Esta historia, este fic, es muy importante, al igual qeu mis otras historia, porque surgió de un día a otro con tan solo un capítulo y los siguientes eran parte de otra historia que tenia planeada, fue el primer fic larguísimo que escribí (no me gusta escribir cosas tan largas).
Anteriormente estaba publicada en potterfics, pero decidí re-editarla y la deje finalmente en fnet. En potterfics tarde 1 año mas o menos en terminar de publicarla y en fnet aprox 10 meses. Estoy en proceso de traslado así que... quiero dejar todas mis historias aquí.
Despedirme me da una enorme pena...
Odio las despedidas.
Se que odiaron algunas situaciones, amaron otras, odiaron personajes y amaron mas a unos que pudiesen haber sido malos en otros fics. Originalmente, lo confesare, la historia iría orientada de otra forma y con otro desenlace: Luna no moriría, Hermione se quedaría sola o con Rolf y asi. Si desean saber algo o tienen alguna duda solo preguntenmelo :D
Finalmente les agradezco la paciencia y los hermosos comentarios que me dejaron a lo largo de la historia. Sobre todo, y lo repito, les agradezco la paciencia y que aun estén ahí para leerme, espero.
Espero que podamos leernos en algún otro fic. Aunque ahora este solo con retos, prometo subir otra historia. Una que esta completamente terminada y se llama "Aunque no me creas" y otra que esta a medio terminar llamada "La señora Malfoy".
Fue un gusto escribir esta historia.
Que estén super bien.
Saludines.

P/d: Denme su opinión en general o por este capítulo.

Gracias.


Disclaimer; los personajes de esta historia pertenecen a J. K. Rowling, excepto los que han sido creados por mí.


Capítulo 35. Epilogo 2: Triunfo del amor

Días después.

Su mirada estaba fija en el piso. No era capaz de mirar el lugar donde la llevarían, no sentía vergüenza ni nada por el estilo; se sentía orgullosa de lo que había hecho, de lo había conseguido. Una sonrisa desequilibrada se asomó en sus labios dejando ver sus blancos dientes.

Los aurores la condujeron hacia una sala bastante grande y la dejaron ahí. Narcissa levantó la mirada hacia las personas que presenciarían su ejecución, casi rió al darse cuenta de que habían muy pocas personas; por supuesto que Weasley estaba, al igual que Pansy Parkinson y Potter, aún no podía creer que este estuviera vivo y que Víktor hubiese sido tan inepto cuando pretendió asesinarlo. Sintió mucho frío de pronto y el olor a putrefacción llegó a sus fosas nasales. Todos los miedos, culpas y tristezas le despejaron la mente a tal punto de ser plenamente consciente, en toda su locura, de que iba a quedar como un cascaron vacio. La culpa comenzó a carcomer su corazón, al igual que la pena ante todo lo que había perdido, todas las sensaciones producidas eran por estar ahí, eran involuntarias. Unas lágrimas se delinearon en sus mejillas y volvió a mirar a todas aquellas personas que presenciarían aquello.

Y de todos, solo uno llamó su atención. Era imposible que él estuviera ahí. Su cabello rubio, sus ojos grises, vestía una impecable túnica negra que le hacía sobresalir de los demás. Su esposo estaba presente en aquella sala. Él estaba muerto.

—Lo estoy —murmuró alguien en su oído—. Solo he venido a ver tu destrucción, amor.

Narcisa no fue capaz de mirarlo, pero si pudo ver los impecables zapatos negros.

El dementor descendió atraído por el miedo y Narcissa no quiso, ni pudo, evitar lo que vendría.

Finalmente su cuerpo quedo tendido en el suelo y sus ojos fijos en dirección a Lucius.

*O*O*O*O*O*O*

1 semana después.

El molesto ruido del agua cayendo y el viento en su cuerpo le hicieron abrir los ojos lentamente y con pesar. Se sentía tan mareado y confundido, también sentía una horrible puntada en el costado. Intentó moverse, pero algo sobre su torso se lo impidió. Pronto fue consciente de que no podía girar su cabeza ni mover sus pies.

— ¿Dónde estoy? —preguntó a la nada, forcejeando con las amarras.

El agua cayendo fue su única respuesta.

Se comenzó a desesperar e intentó en vano desatarse, las capas de nilón eran muy gruesas. Su mirada se desvió, como pudo, hacia las paredes; estas estaban cubiertas de plástico, y a un lado de donde estaba había una mesa llena de cosas.

—Has despertado —dijo alguien bajando por las escaleras—. Espero que el lugar te guste, ya que nos trae muchos recuerdos ¿No crees?

Víktor trató de dirigirle una mirada horrorizada. Esa voz la conocía a la perfección. Potter, era él, estaba vivo —Suéltame… Potter.

Harry acercó su rostro al de él. Determinación, odio y venganza chispeaban en los ojos verdes del moreno —No está en mis manos, Krum. ¿Sabes que en ocasiones, como ahora, lamento tanto no tener el mínimo de conocimiento sobre el cuerpo humano?

— ¿Qué quieres decir? —la voz sonó susurrante de miedo, lo que hizo sonreír a Harry.

—Quiero que conozcas a alguien.

Entonces el moreno se alejó, ahora que Víktor lo miraba mejor solo vestía ropa sencilla y nada especial. Unos nuevos pasos se escucharon.

—Tantos años, Krum.

Víktor se congeló e intento girar para verle, pero obviamente no pudo —Tú, no puede ser, deberías estar muerto.

Draco hizo una mueca y se acercó a él —Debería, claro que sí, pero, ya sabes, el hospital donde trabajo es el mejor y me salvaron. Además, Harry también debería estarlo, eres tan malo en eso. En cumplir.

—Suéltame… —dijo moviéndose nuevamente.

—Si sigues moviéndote, juro que te corto los nervios del cuello —la voz de Draco sonó tranquila, pero su tono frío y carente de emoción hicieron que Víktor se tensara.

—No puedes matarme te llevarían a Azkaban junto con tu mamita.

Draco y Harry se miraron y rieron —Por supuesto que puedo matarte. Olvidas que son médico y, además, medimago. Puedo matarte… ¿Sabes por qué? —no espero respuesta y continuó— el cuerpo humano puede resistir tanto como se quiera. Afortunadamente para ti tengo demasiadas pociones que me ayudan a revivirte.

—Eres un… —las palabras murieron en la boca cuando Draco le introdujo un paño en la boca.

Los ojos de Víktor pasaron del pánico a la desesperación. Su mirada se desvió hacia el atuendo del rubio: vestía una pechera negra de carnicero, sobre el cabello llevaba un gorro desechable y en las manos tenia puestos los típicos guantes quirúrgicos.

Draco le entregó un vial a Harry y él se quedó con otro. Con un cuchillo lo bastante filoso, Draco se posicionó a un lado de Víktor y lo apuñaló directamente en el corazón (*). Cinco segundos después Harry depositaba el líquido en Víktor. El moreno abrió los ojos al instante totalmente desorientado y siendo incapaz de comprender nada.

Unas horas después, Víktor era llevado a las celdas de Azkaban sin ningún rasguño.

*O*O*O*O*O*O*

2 semanas después.

—… finalmente, y como me ve, tengo casi ocho meses de embarazo. Mis padres están vivos y he ido a buscar a mi hija en aquel orfanato, como usted me ha dicho que hiciese.

El hombre miró a Hermione y luego comenzó a escribir en su libreta. La castaña desvió su mirada hacia la ventana; muchas personas paseaban bastante abrigadas con bufandas y gorros. Suspiró. Después de todo lo sufrido sus padres habían decidido, por ella, mandarla a un psicólogo que la ayudaría con los problemas y con el embarazo.

Incluso la semana anterior había ido junto con Pansy al orfanato a buscar a sus hijos. Sí, Narcissa Malfoy había llevado a Christian a ese lugar y lo había dejado allí. Y, por supuesto, Jean también estaba allí, era… es tan hermosa que Hermione aún no puede creer que estén juntas. La ha disfrutado tanto que cree que nunca se aburrirá de consentirla.

—Vaya… —murmuró el hombre rompiendo el silencio— jamás pensé que me contarías todo lo que te ha pasado.

—Usted pregunta y yo respondo. Quiero ser capaz de querer a… a… mi bebe —murmuró con cierto recelo.

— ¿Qué piensas hacer cuando nazca?

—Nada, es decir darlo en adopción. Es… fue el producto de una vio… —se calló.

— ¿Violación? —preguntó conociendo la respuesta—, no debes temerle a la palabra. Además, Hermione cuando mires a tu hijo se te olvidara todo. Tienes el apoyo de tus padres y de tus amigos, saldrás adelante.

—Eso espero. Quiero salir adelante.

El hombre miró la hora —Bueno eso es todo por hoy. No olvides que la próxima semana Jean tiene una cita y tú también.

—Claro, aquí estaremos.

Hermione se levantó, recogió su abrigo del perchero y, al igual que todas las demás personas, se colocó la bufanda y un gorro. A pesar de hacer frío habían muchas personas transitando y Hermione agradeció haber terminado ya esa dichosa sesión.

Las puertas de vidrio se abrieron ante ella y le permitieron salir.

— ¡Hermione! ¡Hija!

La castaña tenía que reconocer que después de enterarse que sus padres estaban vivos. Odio a Draco por ocultárselo, pero jamás esperó que ambos, Jean y Scott, se pusieran de parte del rubio defendiéndolo y, por supuesto, explicándole como sucedieron las cosas.

—Papá —ella caminó hacia él y le dio un beso en la mejilla—, ¿Qué haces aquí?

—Tu madre me ha pedido que viniera a recogerte, ya sabes como es.

Hermione sonrió. Sí, su madre ahora era más aprensiva —Bueno, vamos, así me cuentas como se ha portado Jean.

.

Cuando sus padres le dijeron que habían comprado otra casa en el mismo vecindario que su antigua casa Hermione decidió que debía vivir con ellos, no soportaría perderlos y necesitaba ayuda con su hija.

El viaje a la casa no duró demasiado, un par de minutos al menos. Cuando Hermione y su padre entraron a la casa les recibió el inconfundible olor a comida.

—Subiré a ver a Jean.

—Hermione, espera.

Ella solo miró a su madre y eso le bastó para saber… saber que él estaba ahí.

Sin decir ninguna palabra más Hermione subió, trabajosamente, hacia el segundo piso. La habitación de su hija estaba ubicada casi al frente de la suya.

La puerta estaba entreabierta y se escuchaban voces.

— ¿Te gusta tu nueva casa?

—Sip —contestó una voz infantil y Hermione pudo distinguir la figura de su hija moviéndose de allá para acá— ¿…vives con nosotras? —preguntó mirándolo.

Draco sonrió para su hija —Lo hablaré con tu madre.

La niña corrió a hacia él y lo abrazó. Draco, en un auto reflejo, le besó la frente —Te quiero.

—Yo también, princesa.

Hermione no se atrevía a interrumpir.

Ella y Draco ahora no eran nada. Solo les unía Jean.

Un leve golpe llamó la atención de la niña y Draco.

—Mami —chilló la pequeña corriendo hacia ella y abrazándola.

—Hola, preciosa —le dijo feliz acariciando el pelo castaño y dándole un beso en la mejilla. Luego miró a Draco—. Hola.

—Hola, Hermione. Creo que ya debo irme —miró a su hija y se agachó a su altura—. Nos vemos mañana, ¿Sí?

—Sí…

—Adiós, Hermione.

Draco salió de la habitación y Hermione sintió la ausencia en su pecho. Miró a Jean quien volvía a jugar y tomó una decisión.

— ¡Draco! —exclamó saliendo antes de que él bajara.

—Dime.

— ¿Podemos hablar?

Él asintió. Ambos entraron a la habitación de Hermione y cuando ella lo miró no supo que decir, o mejor dicho donde comenzar.

Entonces recordó las palabras de su psicólogo.

Lo necesitas, Hermione, no puedes negártelo. Lo amas y él a ti por darte este tiempo.

Pero si el bebe no es de él… yo estoy…

Segura de que es de tu ex esposo, ¿No es así? ella asintió—. Si él está dispuesto, juntos pueden salir adelante. Además puede que el bebe sea de tu ex novio, ¿No crees? Dale una oportunidad.

Cuando se enteró de que Víktor lo había apuñalado y de que estaba en riesgo su vida, Hermione creyó simplemente que moriría. Las horas de espera y de incertidumbre casi la consumieron al no saber de él, cuando el médico salió diciendo que estaba estable y fuera de peligro el alma le volvió al cuerpo.

Porque simplemente no consentía estar viva si él no lo estaba.

Lo amaba, lo ama, y ahora quiere remendar el error que cometió al alejarlo.

—Perdóname…

*O*O*O*O*O*O*

Años después…

Cuando la guerra finalizó creyó que su vida sería perfecta junto a Ginny. Entró a la academia de aurores, se graduó, realizó misiones, peleó y atrapó a los malos. La vida, su vida, era simplemente perfecta. ¿Perfecta? En ese momento se dio cuenta de que tal cosa no existía. Fue precisamente en una misión donde junto con Draco Malfoy les secuestraron, por al menos un día o dos.

En ese mismo momento su vida dio un giro que jamás creyó. Draco se fue porque le rescataron y pensó que él mismo correría esa suerte, pero le dejaron ahí. Fue relativamente consciente de que le movían de celda en celda, pero estuvo lo suficientemente consciente cuando le torturaban. Entonces llegó el momento que tanto había esperado; pudo escapar, pero las consecuencias de ese día aún son visibles.

Con dos cicatrices en su rostro Harry vive su vida, vive la vida que le quisieron arrebatar hace algunos años, vive como él lo desea, vive junto a su esposa y sus hijos.

Es feliz, lo es, a pesar de todo lo que pasó. Después de recordar todo, después de que acabara todo, decidió dejar el oficio de auror. Cuando se reencontró con Ginny, fue como… como volver a enamorarse, ella revivió todos los sentimientos que nunca se fueron de su corazón.

Recuerda que estuvieron días y días hablando de lo ocurrido, y para olvidar decidieron viajar. Después de ese viaje y con un pequeño en el vientre. Harry optó por hacer lo que siempre quiso en la vida: alejarse del ministerio y dedicarse 100% a estudiar una carrera social en el mundo muggle.

Harry y Ginny son felices a pesar de lo mucho que sufrieron, de lo mucho que estuvieron separados. Se aman y se apoyan en los momentos difíciles que tienen como pareja. Aman a su hijo James y en un futuro quieren tener más hijos.

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Pudo haber perdido su gran fortuna, su renombre o, quizás, por un tiempo, la comunicación con sus padres, pero eso no fue nada cuando la vida le arrebató al que fue el amor de su vida: Theodore Nott. Sin que él lo supiera quedó embarazada y tiempo después, con dificultad, tuvo al pequeño Christian Arthur Nott Parkinson. Quizás, hasta ahí, todo lo que había pasado fue doloroso, pero que le quitaran a su hijo apenas unas horas de nacido fue otro de los dolores más grandes que experimentó. Tiempo después hizo pagar a la mujer que se lo arrebató hundiéndola en Azkaban y consiguiendo que un dementor la besara.

Ron le confesó finalmente que se había alejado de ella porque creyó que era lo mejor debido a su falta de memoria. Tuvo el apoyo de sus padres cuando decidió casarse con él, alguien con quien jamás creyó estar. Un hombre que estuvo ahí cada vez que ella se lo pidió, lo ama, quizás no lo recordó en su momento, pero ahora lo ama con todo su corazón y alma. Juntos tuvieron una maravillosa hija más, Emily. Ron jamás hizo diferencias entre sus hijos y cuando el momento llegue ellos le explicaran a Christian porque su apellido es distinto.

Pansy sabe y es consciente de que ahora tiene todo para ser feliz, y lo es porque Ron siempre estará a su lado apoyándola y ella a él.

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Dicen que la tercera es la vencida y Rolf lo cree así. Primero quiso una oportunidad con Hermione, pero se dio cuenta de que no podía ir en contra del gran amor que sentía ella hacia Draco Malfoy. Luego vino Luna aquella chica que había hecho tanto daño y a pesar de eso, de una forma u otra, se había colado poco a poco en su corazón, pero el destino o la vida fueron crueles nuevamente y le arrebataron a la mujer que le daría un hijo. Ella protegió al bebe hasta el final y cuando dio a luz murió. Rolf junto a la pequeña Avril lucharon por salir adelante y por esa razón decidió llevársela a Italia, jamás pensó que una tercera persona aparecería allí.

Los juicios contra ella fueron aplacados por dos motivos: su embarazo y el testimonio de Draco al decir que ella había ayudado en el rescate de Hermione. Astoria pensó, en un principio, que había ayudado en el rescate de Hermione solo porque deseaba salvarse por su bebe, pero pronto se dio cuenta de que no era así. Simpatizaba con Hermione, al comprender lo duro que fue para ella tener lejos a su hija. En ese momento la rubia comprendió que ella tampoco podía vivir sin su pequeño. Aquel niño que había nacido solo de su amor porque Víktor no sentía nada por ella. Él lo había confesado en el único juicio que se llevó a cabo donde lo condenaron de por vida a Azkaban. Adrian tiene el cabello castaño claro y unos hermosos ojos azules, no pareciéndose en nada a Víktor y Astoria lo agradeció. Luego de su nacimiento y deseando olvidar se decidió a viajar.

Fue el destino quien le arrebato a una persona y fue este mismo quien le presentó a Astoria.

Su relación comenzó poquito a poco. Solo eran meros conocidos en un país donde se necesitaban. El amor surgió día a día, dándoles a entender que deben estar juntos. Ser una familia.

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Cinco años…

Cinco largos años en donde pasaron tantas cosas que tendría que hacer una lista para recordarlas todas.

Quizás la vida no fue justa ni muy buena con ella, quizás sufrió muchísimo más que otros, pero la fortaleza y el coraje por salir adelante son unas de las muchas características que posee Hermione.

Cuando besa los cabellos de su hija Jean dejándola completamente dormida le complace saber que ella está bien y que le han ayudado mucho las terapias con el psicólogo. Su Jean, quizás, es más frágil que sus hermanos, pero no por eso deja de ser una niña aguerrida y con carácter.

Cierra la puerta con cuidado y en el pasillo de la casa se encuentra con su esposo, desde hace cuatro años, que viene saliendo de la habitación de Andrew.

— ¿Vas tu con Scorp? —pregunta ella.

—Claro, amor —le da un beso en los labios y se va rumbo a la habitación de su pequeño.

Hermione entra a la habitación matrimonial y procede a cambiarse para poder dormir.

Cuando el camisón estuvo completamente en su lugar, unas manos rodearon su cintura.

—Eso se te ve muy bien —susurró la voz sensual de su marido—, pero preferiría verte sin el.

Ella sonrió — ¿En serio? —preguntó— ¿Aún te parezco sexy con esta enorme barriga?

Él rio, lo que produjo que una descarga de placer recorriera el cuerpo de Hermione —Sí, aún con esa enorme barriga. Tan solo tienes cuatro meses, no se te nota.

Ella se giró —He tenido dos hijos, Draco. Mi cuerpo no es el mismo y…

Draco la calló con un beso —Eres hermosa.

Ella frunció el seño.

—Bien, pero quiero que sepas que este es el último hijo que te daré.

—A sí —le dijo con diversión—, eso mismo dijiste con Scorp.

Hermione no supo que decir ante eso porque era cierto. Jean ya tenía ocho años, Andrew tenía nueve a él lo habían adoptado en aquel mismo orfanato donde estaba su hija y Scorpuis era el más pequeño con cinco años, tan parecido a su padre ojos grises y cabello rubio. Definitivamente era hijo de Draco. Y bueno ahora con el tercer embarazo, ambos lo estaban disfrutando mucho.

—Herms —le llamó atrayendo su atención— no lo decía en serio, además si solo quieres tener a este bebe y no más. Yo apoyaría tu decisión.

—Claro que la apoyarías —dijo Hermione pensado en las miles de formas en las que Draco había hablado con su madre para convencerla, con Ginny o con Pansy. Al final había decidido quedar embarazada—. Vamos a dormir.

Dormir. Si Draco tenía un concepto bastante particular sobre ese término que implementaría esa noche y las próximas.

Las heridas del cuerpo y del alma, cicatrizan con el tiempo y ambos han aprendido a contenerse en los momentos más difíciles de la relación y de cada uno.

Ambos saben que "los finales felices" o "los para siempre" no existen en la vida real. Tienen peleas, reconciliaciones, disputas o hasta simples roces, pero se aman.

Creer que sus caminos jamás serán separados es algo que ellos esperan y que la vida quizás les conceda por todo el sufrimiento que han padecido.

Hermione y Draco se aman y aman a sus hijos y al pequeño que viene en camino.

Porque el amor triunfa hasta en las peores circunstancias. Triunfa cuando tenemos dos caminos y elegimos el correcto.

Fin…

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(*) La situación descrita la base en una serie que amo, Dexter.