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Por cierto, ya voy a la mitad del de Jason Todd :D

Clark y Bruce sonrieron complacidos consigo mismos. Tendrían a Jo por más tiempo, le demostrarían que había peores padres que ellos dos, quizás hasta la vieran entrar en crisis… ¡¿Qué podría ser mejor?!

Volvieron a la mesa un tanto más contentos de lo que la Superniñera esperaba. No obstante, nadie les preguntó nada hasta casi quince minutos después.

-Asumo que el Señor Queen ha decidido unírseles en esta "aventura"-

-Mejor que eso, Alfred- respondió Bruce.

Alfred arqueó una ceja.

-No sé qué quiera decir Señor Wayne, pero dudo que "mejor" sea el término correcto- replicó Alfred, cortando su filete sin despegar la vista del hombre que crió.

-Lo es, Alfred, lo es- repuso Bruce, incapaz de ocultar una sonrisa que para Conner resultaba algo siniestra.

-¿Le importaría explicarnos usted, Señor Kent?- inquirió el británico, bebiendo un sorbo de té. Tenía la sospecha de que Bruce y él tenían diferentes definiciones de lo que "mejor" quería decir.

-Será un honor, Alfred- contestó el Hombre de Acero, sin molestarse en ocultar su felicidad- Oliver no sólo aceptó, sino que traerá a sus 3 hijos-

Y Alfred escupió su té.

¡¿Los 3?!... ¿Juntos?... ¡Eso era de salvajes!

-¿Cómo dice..- comenzó Alfred, sólo para ser interrumpido por el timbre.

Fue cuando Bruce y Clark saltaron emocionados de sus asientos como si fuesen dos niños emocionados en navidad.

-¡Deben ser ellos!- exclamó el Príncipe de Gotham antes de salir corriendo rumbo a la puerta.

-Prepárese, señorita- le advirtió Dick, sonriendo de oreja a oreja.

-¿Yo?- cuestionó la invitada, aun algo confundida con las reacciones de los adultos.

-Ahora sí va a saber el significado de "Disfuncional"- señaló Conner, permitiéndose también una leve sonrisa victoriosa.

-No les haga caso- intervino el reportero, dándole un zape a su hijo

-¡Au!- se quejó Conner, sobándose la cabeza mientras le fruncía el ceño a su padre.

- Son un par de exagerados- afirmó Clark, nada dispuesto a que esos niños la espantasen.

Mientras tanto, Bruce abría la puerta con una sonrisa nada característica de su persona.

-Oliver, que alegría que pudieran venir- los recibió demasiado alegre.

-Gracias por invitarnos, Bruce- contestó el estresado millonario de Star City.

Desde su casa que los muchachos no dejaban de discutir. Había pasado por Connor utilizando un zeta tube, después los 3 habían llegado a Gotham en su jet, enseguida habían abordado uno de los autos que había en la sucursal de Industrias Queen ahí en Gotham y finalmente había conducido hasta la Mansión Wayne. Ninguno de sus hijos había dejado ni de pelear ni discutir durante todo el trayecto…

-Hubiera aceptado antes- agregó Oliver- pero ALGUIEN no me dijo- se excusó, jalando la oreja de su hijo mayor en modo de reclamo.

-¡Au! ¡Ollie, suéltame, esto es maltrato!- se quejó Roy, más ansioso por volver a la discusión que por el dolor.

Oliver rodó los ojos y lo soltó sin mucha delicadeza que digamos.

-No importa, mi amigo, lo bueno es que ya están aquí-repuso Bruce Wayne mucho más entusiasta que de costumbre… hasta parecía Barry.

-¿Te sientes bien?- inquirió Oliver, arqueando la ceja.

-Muy bien, ¿y tú?-

-No tanto, me duele la cabeza- comentó.

-Pasemos al comedor y enseguida te consigo una pastilla- se ofreció en Encapuchado, mucho más cortés que de costumbre pero Ollie estaba ya tan tenso que decidió no hacerle caso y en vez de eso seguirlo hasta el comedor.

Dick no pudo evitar soltar una de sus espeluznantes risotadas al ver entrar a los Arrow. Oliver traía una cara de estrés que no podía con ella mientras que Artemis, Connor y Roy no dejaban de discutir.

Bruce desapareció caminando rumbo a la cocina, murmurando alegremente algo acerca de conseguirle a Oliver una pastilla para el dolor de cabeza.

Alfred se aclaró la garganta como para recordarle a Clark que les presentara a la Señorita Jo, seña que Superman entendió perfectamente. Apenas había abierto la boca para hablar cuando un grito lo interrumpió, provocando que la refinada mujer brincara del susto.

-¡SILENCIO, USTEDES TRES! ¡ME TIENEN HARTO, NO LO DIRÉ DE NUEVO!- ladró Oliver a sus hijos, quienes no se habían callado, sino que al contrario, parecían a punto de convertir la discusión en un pelea física.

Por un glorioso segundo, los muchachos en cuestión se le quedaron viendo sin decir nada pues se habían encontrado desprevenidos, pero el gusto no le duró al Arquero de la Liga y de pronto Roy le frunció el ceño.

-Oye, no le grites a mis hermanos- se indignó, cruzándose de brazos con bravuconería.

Oliver apenas y se lo podía creer, eso sí que era descaro puro. ¡Justo estaba peleando con ellos hace como tres segundos!

-¿Prefieres que te grite sólo a ti?- le medio amenazó, medio advirtió- Porque mira que ya estoy algo desesperado y el cinto no tarda en hacer su aparición-

-Adelante- le retó su hijo mayor, desafiándolo con la mirada.

Fue entonces cuando Connor, su hijo de 11 años y el menor, se cruzó de brazos también, poniendo una mirada amenazante.

-Si le pegas a Roy, tendrás que pegarnos a todos- declaró, pero después de meditarlo por un instante, agregó- …excepto a Artemis, que es una dama-

Ay, no. Connor ya estaba aprendiendo a ser tan contestón como Artemis y Roy.

-Obviamente no le pegaría a Artemis, ¡Es una señorita! - le aclaró Oliver no muy contento- Y tú, jovencito…-

-¡Y si le gritas a Roy o a Connor, tendrás que gritarnos a todos!- le avisó Artemis, luciendo aún más amenazante que sus hermanos.

-¡Pues créeme que eso no me molestaría en nada, princesa!- señaló Oliver, cansado ya de tanto complot.

Clark estaba casi aplaudiendo de pura alegría. A lado de los Arrow, Kara, Conner y él formaban una familia ejemplar.

Jo, por su parte, estaba casi hiperventilando. Se quedó así hasta que al fin Bruce entró al comedor llevando una pastilla en una mano y un vaso de agua en la otra.

-¡OH, DIOS MIO! ¡PERO QUE HORRIBLE INTENTO DE INTERACCIÓN FAMILIAR!- fue el horrorizado alarido que soltó la mujer, cubriéndose después la boca con una mano en un gesto de espanto puro.

-Lo sé- exclamó Bruce entre dientes y en una voz tan baja que solamente lo escucharon los Kent.

Alfred comenzó a abanicarle con la servilleta para que no se desmayase.

Con el grito, los Arrow al fin repararon en la presencia de la invitada de honor y todos ellos le dirigían una mirada de profundamente extrañada.

-¿Y ella quién es?- finalmente se atrevió a preguntar Oliver, enarcando una ceja y sin despegar los ojos de la desconocida.