DISCLAIMER: Los personajes fueron creados por la maravillosa Stephenie Meyer, simplemente estoy juego con ellos. La historia es producto de mi imaginación. Prohíbo la reproducción parcial o total de mis historias sin mi consentimiento. Di NO al plagio.


.

CAPÍTULO I

.

Bella

Girando a mi costado, tanteé a mi lado y abrí los ojos al notar que estaba sola. Estaba empezando a sentirme dolida cuando observé una nota de mi novio avisándome que tuvo que una reunión de último minuto, pero realzó que había disfrutado de la noche anterior.

Cuando salí de la cama, un ligero dolor me recorrió e hizo soltar un jadeo. Mientras recordaba la razón mis mejillas también se calentaron. Llevaba años saliendo con Jacob, sintiéndome orgullosa de poder decir que nuestra relación era lo suficientemente solida que incluso vivíamos juntos, pero aun así no podía evitar reaccionar con vergüenza ante nuestra intimidad.

Después de tomar una ducha y desayunar al fin pude hacer un poco de limpieza. Era mi día libre y la casa no era un desastre, pero Jacob tampoco era muy ordenado. Estaba sentándome en la sala con mi libro favorito cuando mi celular sonó y en el identificador apareció el nombre de mi padre.

Él vivía en Forks, un pueblo en Washington y, como usualmente estaba ocupado con sus responsabilidades como jefe de policía, cada corta llamada era bien recibida.

—Hola, papá.

—Bells. ¿Cómo estás, cariño? —saludó con vacilación—. ¿Te encuentras bien?

Mientras él cruzaba palabras con la que imaginaba era Sue, su novia, su tono preocupado me alarmó. Mi padre no se había comportado así conmigo desde que me mudé con él durante mi adolescencia.

—Papá, te escucho preocupado. ¿Pasó algo? ¿Tú y Sue se encuentran bien?

Escuché lo que pareció ser una batalla de palabras, que hubiera sido divertido de no ser por mis pensamientos catastróficos, y luego un corto silencio.

—Hola, Bella —intervino Sue con cautela—. No sabemos cómo decirte esto, suponiendo que no lo sabes aún…

—¿Saber qué, Sue? Están preocupándome.

—Creo que deberías encender la televisión en el canal de espectáculos.

Personalmente no me gustaba ese tipo de contenido, pero obedecí distraídamente, enfocando mi mirada en la pantalla dónde había una fotografía de Jacob sosteniendo la mano de una morena preciosa y en la parte inferior la frase: "¿Será qué el amor anda sobre Nueva York? ¿Tal vez Cupido ha flechado al actor Jacob Black y la actriz Jessica Stanley?"

Me centré en lo que la presentadora decía e ignoré el nudo que empezaba a formarse cada cinco segundos cuando una nueva imagen aparecía. Me negaba a creer en algo que viniera de un programa de chismes por lo que apagué la televisión, tomé un respiro profundo y volví mi atención a la llamada con mi padre.

—No deben de creer todo lo que ven y escuchan de una figura pública como Jake en los medios. —Cerré los ojos para retener unas tontas lagrimas que se me estaban formado, recordándome que antes de creer lo que había visto debía pedirle explicaciones a Jacob. Él tenía que ser sincero conmigo—. Todo debe tener una explicación, apuesto a que solo se trata de una mala interpretación de lo que ocurrió realmente.

—Llámame cuando descubras lo que sucede, de lo contrario, no dudaré en viajar hacia allá para pedirle explicaciones al chico —pidió, bromeando parcialmente. No lo dudé, podía no ser un padre sobreprotector, pero sabía que podía serlo si quería.

—Todo tiene una explicación, no tienes que hacer planes para viajar a Nueva York. Te llamo después, papá.

Gruñó una aceptación y luego se despidió.

Una vez que dejé caer el celular de mi mano, me dije a mi misma que tenía que relajarme mientras recordaba cómo inició mi historia con Jacob tres años atrás.

Lo conocí en una cafetería durante mis primeras semanas en Nueva York. Aquel día, él estaba camino a una audición y yo a mi primer día de trabajo. Cruzamos unas palabras cordiales mientras esperábamos nuestros pedidos, nada sorprendente, según recuerdo, pero estaba sorprendida de que alguien tan guapo y amable me hablará, y estuve más asombrada cuando me pidió mi número antes de irse. Nunca pensé que me llamaría, pero lo hizo y ocho meses después nos mudamos juntos en su nuevo departamento.

Temí estar equivocándome, me pregunté si estábamos avanzando demasiado rápido, pero nunca me había sentido tan protegida por alguien más en bastante tiempo y quise demostrarme que podía volver a confiar en alguien. Incluso cuando Jacob dejo de ser un novato y obtuvo cada vez menos papeles secundarios y más papeles principales, volviéndose conocido y famoso, jamás sentí sus acciones como incorrectas.

Hasta ahora.

Suspiré volviendo al presente, enfocando mi atención a maravillosa vista de East Village y me limpié las lágrimas derramadas. Empezaba a sentir un poco de enojo por lo que la prensa suponía a pesar de saber que parte de la culpa de aquellos rumores era de Jacob y mía por decidir mantener nuestra relación en secreto.

Sinceramente, cuando la prensa empezó a hostigarlo me incomodó la idea de pasar por lo mismo y él temía que llegaran a dañarme de alguna manera. Nunca quise esconder nuestra relación, pero, por el otro, me gustaba mantener mi vida personal de manera privada. Cuando acepté mantener nuestra relación lejos del conocimiento público, no pensé que esa decisión nos traería a esta situación.

No pasó mucho tiempo cuando la puerta se abrió y Jacob entró. Al mirarme su sonrisa desapareció, volviéndose serio de repente.

—¿Qué sucede?

Me sentí herida cuando recordé las fotos en televisión. Me fue imposible no dejar mis emociones tomar el control de mí.

—¿Quién es Jessica Stanley? —pregunté en voz baja.

Cerró los ojos, como si estuviera cansado e hizo el intento de acercarse a mí, pero Instintivamente me alejé.

—Nena, no sé qué has visto, pero tengo una explicación para eso.

—¿Cuál?

—¿Recuerdas el contrato del que Sam y yo discutimos hace unas semanas? ¿Recuerdas que te dije que no tenía que ver con un papel sino con una propuesta de la nueva publicista que contrató?

Le miré con confusión.

—¿Estás diciéndome que tu publicista te hizo salir con Jessica Stanley y tomarle de la mano como dos enamorados?

Se encogió de hombros, levemente divertido, lo cual definitivamente no lo era.

—Jessica solo es mi colega. Te amo a ti, tienes que confiar en mi porque pasare mucho tiempo con ella.

—¿Colegas? ¿Esta es una estrategia de publicidad? ¿Trabajaras con ella en algún proyecto?

Se dirigió hacia el refrigerador por alguna bebida, como si nuestra conversación ya no fuera importante.

—No… no estoy entendiendo —balbuceé—. Tienes que explicarme qué está sucediendo porque no estas siendo claro, Jacob.

Me miró con impaciencia.

—Ella y yo vamos a fingir estar en una relación.

Jadeé sorprendida y sí, dolida también pero no podía comprender sus acciones y lo que decía. No tenía sentido para mí.

Me dirigí a nuestra habitación, siendo detenida cuando sus manos se aferraron a las mías. Con una fuerza desconocida me solté y retomé mi camino, me dirigí a nuestro armario y saqué mi maleta del closet para empezar a meter ropa en ella.

—¿Qué estás haciendo, Bella? No puedes irte.

Impidió que siguiera haciendo las maletas tomando mis manos de nuevo. Lo miré y, notándolo entre sorprendido y enojado, alejé mis manos de la suya.

—No entiendo porque me quieres aquí cuando prefieres que los demás te vean con otra y no conmigo.

—Te recuerdo que parte de esa decisión fue tuya. ¡Estuviste de acuerdo!

—¡Nunca imaginé que sucedería esto!

Cuando sentí que las lágrimas podrían aparecer en cualquier momento, volví a mi labor. Nunca había necesitado alejarme de él, pero Jacob tampoco había hecho algo que me lastimara tanto.

—Bella, cariño, tienes que comprender que esto es por mi carrera. Sam estuvo de acuerdo con la publicista, la representante y la publicista de Stanley.

—¿Y tú no?

—Sabes lo importante que es mi carrera para ambos.

Por supuesto. Carrera, estrellato y fama.

—¿Más importante que yo y lo nuestro?

—Creí que me entendías, Bella.

Se dio la vuelta y salió de la habitación. Lo miré irse con temor y lo seguí con rapidez.

—¡Lo hago! —grité—. Pero ni siquiera te tomaste el tiempo para discutirlo conmigo. ¿Sabes lo doloroso que fue enterarme de esto por un programa de televisión?

Se detuvo llevándose las manos a su cabello y negó.

—Tienes razón sobre eso, pero la razón por lo que lo nuestro funciona es porque no involucramos nuestras carreras en nuestra relación. ¿Cuándo te he dicho cómo hacer tu trabajo?

—No se trata de intervenir en tu trabajo sino de hablar sobre todo lo que podría afectar nuestra relación.

Me miró fijamente.

—Tienes que confiar en mí.

—No se trata de eso, simplemente no puedo aceptar esto. Necesito un momento para pensar si podré soportar verte hacer cosas con otra persona.

—¿Dónde demonios te iras? No tienes amigos, tu familia está lejos a menos que vuelvas a tu pueblo; solo me tienes a mí. —Mi respiración se detuvo cuando tomó mi rostro entre sus manos para que lo mirara a los ojos—. Es solo un contrato mutuo, tú sabes mejor sobre las estrategias… es un papel que interpretaré. Lo que verás solo será una escena. Lo nuestro, en cambio, es real.

Me mordí el labio, pensando en el hecho de que tenía razón y estaba sola. No podía volver con mi padre y aunque tenía a Ángela no éramos precisamente cercanas para quedarme con ella.

La verdad era que estaba tan concentrada en mi relación y superación profesional que, fuera de Jacob, no tenía a nadie.

Y, sí, al mismo tiempo tenía temor de perder a Jacob. Odiaba la sensación de estar sola, sin él, nadie me haría sentir amada y querida. Y, ¿quién se enamoraría de una mujer como yo?

—¿Lo prometes? ¿Me aseguras que no hay nada entre ustedes? —susurré con dificultad.

—Ven aquí. —Me atrajo a su pecho y me aferré a su abrazo—. Apenas la conozco, Bella. Es solo trabajo.

Sus ojos lucieron aliviados antes de besarme. Tomé su camisa con fuerza y le permití profundizar el beso para sentirlo más cerca.

Mientras él estuviera conmigo podría soportar aquel contrato. Podría ser una tonta por permitirlo, pero lo sería más por dejarlo. Jessica Stanley podría ser su novia para los demás, pero al final del día, yo era la real.

Edward

Toqué el timbre del departamento de mi hermano menor un par de veces, suponiendo que, a esa hora, Jasper estaría solo.

Necesitaba conversar con una persona imparcial y seria. Aunque empecé a dudar que fuese él cuando me abrió la puerta, semidesnudo y con una expresión de consternación.

—¿Es mal momento? Puedo volver después.

Hizo un ademán para que entrara, cerrando la puerta detrás de mí.

—Solo tuve una mala noche.

Elevé una ceja hacia él.

—¿Mala noche? ¿No fue tu aniversario con Alice? —comenté con una sonrisa burlona.

Me dio una mala mirada antes de señalarme la puerta con el dedo.

—¡Compórtate o te vas!

Lo ignoré y me senté en su sillón de cuero café. Secretamente era mi favorito y deseaba tener dinero suficiente para comprar uno igual.

—De cualquier manera, ¿qué te tiene así? No es porque seas mi hermano, pero no eres un hombre amargado e irritable.

—Alice se fue de la casa.

Dejé salir el aire en mis pulmones, sintiéndome confundido.

—¿Qué sucedió?

Llevó su mano a su cabello con frustración.

—Fue mi culpa… anoche le pedí matrimonio, pero no me respondió. Cuando desperté esta mañana ella no estaba, solo me dejó una nota diciendo que me daría una segunda oportunidad, que tenía que hacerlo mejor o de lo contrario no iba a volver. Va a quedarse con Rosalie y Emmett —explicó, luego soltó un gemido lastimero mientras dejaba caer su cabeza hacia atrás.

Rasqué el costado de mi cuello con más confusión.

—Entonces no te ha dejado, solo está enfadada.

—Conoces a Alice para saber que no se enfada por poco o nada. Esto es serio, Edward.

—Lo que no termino de entender es que reaccionará así con la idea del matrimonio. Ella definitivamente esperaba que se lo propusieras, incluso te lo ha dicho directamente, no la imagino negándose, a menos que… —Miré a mi hermano con una ceja alzada y él me regresó la mirada con culpabilidad—. Exactamente, ¿cómo se lo propusiste?

Mi hermano ocultó su rostro con sus manos por un segundo, su acción confirmo mi sospecha.

—Oh, sí que es serio, Jasper.

—¡Lo tenía todo planeado y perfeccionado! Cenamos, dimos un paseo y volvimos a casa. La llevé al jardín, nos serví una copa de champagne y antes de que me diera cuenta nos estábamos besando. Ella estaba tan sensual, preciosa y coqueta que mientras estábamos… tú sabes…

Levanté mi mano y le golpeé la cabeza.

—¡¿Estabas pensando, idiota?! —grité, aunque estaba divertido—. Nuestros padres estarían muy decepcionados de esto. No sé de esas cosas, pero ahora entiendo porque Alice te rechazó.

Reí por lo bajo, ganándome un gruñido y una mala mirada de su parte.

—Claramente no estaba pensando y no ayuda que te burles de mí —se quejó—. Realmente quería que aceptara.

Jasper era la clase de persona que no escondía lo que sentía, así que le creía. Me incliné hacia él y le di una palmadita amistosa.

—Puedes solucionarlo, Jasper. Te ayudaré en lo que pueda y estoy seguro de que Emmett ayudará también.

Cubrió su rostro otra vez.

—¡Emmett solo va a burlarse de mí!

Puse los ojos en blanco.

—A esta altura, Rosalie ya se lo habrá dicho.

Mi hermano jadeó y cerró los ojos con fuerza.

Sinceramente, nuestro primo Emmett era bastante alegre y poco serio a pesar de ser un brillante chef; y su novia, Rosalie, era seria, cuidadosa y tan protectora con las personas que quería que era mejor tenerle respeto.

—Ella no es tan mala, no creo que me detesté e impida que Em me ayude —dijo—. Espera… ¿a qué viniste?

—Quería hablar contigo sobre algo, pero puede esperar.

—¿Sobre tu novia? —preguntó. Asentí y puse los ojos en blanco cuando se sentó derecho—. ¿Qué ocurrió?

Suspiré con indignación, poniéndome serio.

—La señora Stanley le arregló una relación pública a Jessica con un actor, un tal Jacob Black.

—¿Jessica está de acuerdo?

—Ella dice que no significa nada. Bueno, no más que una estrategia para aumentar su popularidad. Lo que me molesta es que no haya tomado en cuenta nuestra relación antes de aceptarlo.

—Supongo que le dijiste eso.

—Sí, y me dijo que no puedo meterme en su carrera. ¡Eso no es lo que intento hacer, Jasper! ¡Solo quiero que me tomé en cuenta!

—Y, también supongo, eso no le importó.

—Así es, no romperá ese acuerdo por nuestra relación.

—¿Por qué no mejor da a conocer su relación? Eso también le conseguiría popularidad.

Resoplé.

—Según ella, no podemos dar a conocer nuestra relación porque podría ser una desventaja. De alguna manera puedo entender por qué y puedo esperar a que mi propia carrera despegué para hacerlo, pero eso no quiere decir que no me sienta menos en este momento.

—A veces siento que solo te está utilizando.

—Eso suena a algo que diría Alice —repliqué.

—Edward, nos preocupamos por ti.

Me sobé la frente para quitarme un poco de tensión.

—Sé que lo hacen —respondí con un suspiro.

—¿Entonces que vas a hacer?

Gruñí, empezando a sentirme descontento.

—Tendré que soportar verla con otro hombre por un buen tiempo.

Jasper me miró con precaución.

—No sé, hermano, si es muy difícil para ti tal vez deberías pensarlo mejor. Tal vez… darse un tiempo. Entiendo que su prioridad sea su carrera, pero no parece querer equilibrarlo con su relación.

—Es normal que se comporte así, le apasiona lo que hace.

—Edward, te a dejado de lado en esta decisión que involucra ambas áreas de su vida. Ni siquiera le importa tu carrera o como te esfuerzas para sostener la relación.

—Jasper, la quiero demasiado.

—Solo ten en cuenta de que ella no es la misma chica que conociste en preparatoria, hermano.

—Ninguno de nosotros lo es.

Mi hermano soltó un suspiro.

—Como tu hermano tengo que decir que no estoy de acuerdo con que encubran su relación, pero también sé que por algo decidieron hacerlo.

—No te preocupes por mí —pedí—. Y sobre este contrato… tengo que verlo como otro de sus actuaciones.

—¿Podrás hacerlo tan calmadamente?

—Lo descubriré esta noche, cuando cenemos con Jacob Black. —Me miró con disconformidad y decidí que no quería continuar con el tema si eso me llevaría a enojarme con mi hermano menor—. Mejor ve a darte una ducha mientras le llamó a Emmett.

«●»

Normalmente me hacía feliz pasar tiempo con Jessica, pero no esta vez. Continuaba cabreado y no estaba entusiasmado por tener que cenar con Jacob Black. Sabía que ellos tendrían que pasar tiempo juntos, ¿porque era necesario que él y yo lo hiciéramos también?

Como no podíamos correr el riesgo de que nos vieran juntos, Jessica se había dirigido primero al departamento de Black. Una vez que nos encontramos en el estacionamiento, mi malhumor aumento al verla entusiasmada.

No era la primera vez que ella había sido relacionada con otros hombres, porque lo había sido, pero si sería la primera vez que haría publica una relación con alguien.

Así como me estaba costando aceptarlo, tomando en cuenta que mi familia y amigos estaba en contra de que mi relación con Jessica fuera secreta, presentía que sería demasiado para ellos también. Solo podía esperar a que trataran de entender que ya había tomado mi decisión.

Jessica me miró con fastidio una vez que entramos al elevador, colocó su cartera bajo sus brazos y acomodó el cuello de mi camisa.

—Necesitas ropa nueva —señaló.

No dije nada. No es como si mi ropa fuera mi prioridad en ese momento.

El elevador se detuvo en el piso marcado y ambos nos dirigimos al departamento de la derecha. Cuando estuvimos frente a la puerta, Jessica se giró hacia mí y me besó rápidamente, pudo ser una acción rápida, pero probó que estaríamos bien.

—Relájate —me pidió, colgándose de mi brazo y tocando el timbre.

Había hecho una rápida investigación del hombre y lo pude reconocer cuando la puerta se abrió segundos después. Al recibirnos, le sonrió a Jessica y la abrazó sin interesarse en mí.

Él era tan alto como pensé y aun así le ganaba por una cabeza, su tez era morena y me sonrió presumidamente cuando al fin me notó. Jessica volvió a mis brazos y me sonrió con diversión, sabiendo que estaba celoso.

—Edward Cullen, mi novio —me presentó.

Fue mi turno de sonreír con presunción cuando se notó sorprendido ante la presentación. Sostuve la cintura de Jessica con seguridad y estreché su mano.

Nos dirigió a su sala y desapareció en el interior de la cocina. Aproveché su ausencia para admirar el interior del departamento que se veía muy masculino con colores oscuros y retratos suyos poco impresionantes. Casi todo lo contrario a la casa que compartía con Jessica desde seis meses atrás.

Me sorprendió que Black supiera cocinar cuando un delicioso olor dulce y apetecible llegó a mis fosas nasales. Segundos después Jacob salió de la cocina, pero no lo hizo solo, tenía un brazo alrededor de la cintura de una mujer de estatura promedio, de facciones suaves y una actitud nerviosa.

—Les presento a mi novia Isabella Swan.

La chica alejó su mirada de él y nos saludó educadamente. A pesar de mi sorpresa, tomé su mano y le brindé una sonrisa amistosa.

—No sabía que tenías novia, Jacob —Jessica comentó.

—Preferimos mantenerlo en privado.

De alguna manera, era casi tranquilizador que no fuera la única persona involucrada en esta situación y, especialmente, en una relación privada.


EDITANDO: Ya qué ha pasado tiempo desde que no actualizo esta historia, decidí borrarla para corregirla y seguidamente, volver a subirla. Después de ponerme al corriente empezaré con los capítulos nuevos.

Por favor, denme todo su apoyo :)

Si llegaste hasta aquí: Gracias por tomarte tu tiempo por leerme y tómate un minutito para comentar algo lindo. Los quiero, saludos.

Nos leemos.