6. La cena.

Emocionada desde el baño de prefectos, Hermione se dirigió hacia la planta correspondiente que cuidaría, en la que estaría con Draco. Él le tenía preparada una sorpresa, y eso ponía la ansiedad de Hermione más grandes.
Al llegar, ya nadie estaba habitando las mazmorras, sólo Draco. El corrió hacia ella y la abrazó. Tomó su mano y la guió hacia su sorpresa. Cuando se detuvo, entonces lo vio; él le había preparado una ligera cena, para estar juntos, celebrando.
-Oh cielos, ¡Draco! No te hubieras molestado, enserio...-trato de decir algo, pero él la cayó con un tierno beso. Mientras estos movían sus labios, se acercaban a donde estaba la pequeña cena. Poco a poco, sin parar el beso, se fueron sentando. Cada vez estaban más cerca; Draco la tomaba por la cintura aferrándola a él, como si alguien pudiese robársela. Ella lo tomó casi de igual manera. Hermione se sentía victoriosa, tranquila, amada. Draco la hacía sentir millones de cosas, él con tan sólo una mirada, podía hacerla hasta pedazos si él quisiera; él era muy controlador, pero ambos sentían lo mismo, así que no habría de que preocuparse.
Draco se dejaba llevar por el momento, sentir los labios húmedos de la chica contra los suyos, era lo mejor de todo. Poder pasar sus manos por su delicada cintura, hacerle caricias, disfrutar de cada uno de los momentos a su lado.
-Bueno, creo que deberíamos parar un poco ¿no crees? La comida no se desaparecerá sola. -dijo el chico, soltándola. Ella rió y ambos empezaron a cenar.
-Draco-lo miró a los ojos-¿cómo es que antes me odiabas y ahora...?
-Algo cambio en mi este verano. De pronto empezaste a interesarme, muchísimo, y aquel día, en el bosque prohibido, te veías hermosa a la luz de la luna, y no me pude resistir. Simplemente, ocurrió.-Clavó sus brillantes ojos grises azulados en los de ella, mirando a través de la chica, descifrando lo que ella sentía en ese momento.
-Te entiendo. A mi me pasa igual.
Terminaron la cena y Draco desapareció todo con un hechizo, entonces volvió a ella. Colocó delicadamente sus manos en sus hombros, la acercó a él, dejándola a pocos centímetros de sus labios. Bajó sus manos suavemente hasta sus muñecas; empezó a caminar hacia atrás con ella y la recargó en la pared, poniendo cada una de sus manos al lado de cada hombro. El chico cada vez se sentía más atraído por Hermione; contempló cuidadosamente sin escapar ningún detalle, el rostro tan fino y hermoso que él ya conocía. La besó. Ella correspondió. Movían suavemente sus labios, apenas rozándose; sus bocas húmedas, se calentaban una a la otra; besos pausados y largos abundaban en ese momentos, haciendo la noche duradera. Cada vez que se besaban, algo en ellos cambiaba, se sentía mejor que nunca. Él soltó una de sus muñecas para colocar su mano en la cintura, separando a la chica de la pared y pegándola a su cuerpo lo más posible. La otra mano la colocó en uno de sus cachetes, sujetando su cabeza, profundizando el beso. A Hermione le empezaban a temblar las piernas, entonces la se agachó y tomó sus piernas por la parte de atrás de la rodilla, la cargó hacia él y poco a poco fue caminando, a un lugar más privado para seguir con eso que tanto deseaban. Ella colgó sus manos en el cuello del chico, atacó a su boca con unas pequeñas y juguetonas mordidas, explorando lugares ya antes conocidos. Abrían más y más sus bocas, entonces sus lenguas se cruzaron, una a la otra se buscaban más que nunca. Draco empezaba a seguirle con las mordidas. Ladeaban sus cabezas para darse más accesibilidad; se besaban con ganas, con desesperación, como si fuese a ser el último de todos.
Llegaron al baño de prefectos, Draco acomodó a Hermione en una banca y se inclinó hacia ella.
-¿Alguna vez te he dicho que estas muy guapa?
-No...
-Pues estás guapísima y hermosa...- de nuevo la besó. Fue un beso corto, pero él empezó a bajar a su cuello, dándole bellas caricias con sus labios. Hermione movía su cabeza hacia atrás. No podía negarlo, cada beso era distinto, en algo muy mínimo, pero al fin y al cabo, mejor. Sentía millones de mariposas en su estómago, escalofríos alrededor del cuello, le temblaban las piernas, se quedaba muda. Entonces él siguió bajando, desabrochó la corbata de Gryffindor, y abrió unos pocos botones de su blusa. La abrió un poco más, dándole más acceso a besar sus hombros, bajar por su escote. Hermione hizo lo mismo, desabrochó la corbata de Slytherin, desabrochó la camisa, y le besó. Pero ella estaba decidida a volver a sus labios, entonces cada beso era más suave, lento, cada segundo era eterno para ellos. Empezaba a sentir escalofríos. Algo había cambiado en ese instante, algo era muy distinto.
-¿Qué pasa Hermione? ¿Hay algo que deba saber?
-No...bueno sí...es que...tengo miedo Draco
-¿Miedo? ¿De qué podría tener miedo alguien como tú y además teniendo a un chico que la protege?
-Tú lo sabes ¿no? Que Voldemort ha regresado, y pues tu eres sangre limpia y yo no...eso te convierte en un traidor de sangre y...no quiero que algo nos pase, a cualquiera de los dos- le dio un fuerte abrazo a Draco.
-Yo tampoco quiero eso Hermione, pero ahora con mucha más razón tenemos que unirnos, ser fuertes y disfrutar cada momento juntos...-algunas lágrimas cayeron por el rostro de la chica. Draco la abrazó y la besó- no te preocupes, te prometo que a ti nada te pasará mientras estés a mi lado.
Se abrazaron, por algunos minutos. Su amor era muy fuerte ahora al igual que su miedo. ¿Cómo un sangre limpia con una sangre sucia? Se preguntaba a menudo Hermione, no dejaban de surgir las dudas en su cabeza, que cada vez le provocaban más y más miedo. Ella se separó desesperadamente de él y lo besó. Lo hizo como si dijera "esta será la última vez", como aquellos besos de despedida, largos y hermosos, pero a la vez dolorosos. Él correspondía al beso de Hermione, y la entendía, pero no podía sentir lo mismo que ella, no de la misma manera. Entonces el la obligó a calmarse tomando las riendas del beso. Pausado, lento, largo, sus labios suavemente moviéndose, y luego la llevó de nuevo a aquellos, incontrolables y salvajes, apasionados con coraje, con actitud. Él puso una mano en la cabeza de Hermione empujándola hacia él. Abrieron más su bocas y de nuevo las lenguas entraron en acción. Regresaron con los labios mucho más intenso que antes y de pronto...
-¡Desmaius!- Ron había entrado en el baño,de prefectos, al parecer debía llevar todo el tiempo espiándolos. Había hecho el hechizo aturdidor a Draco, quien ahora yacía en el suelo inconsciente.
-¡Que te pasa Ron! ¡¿Por qué lo hiciste?!- Hermione estaba llorando.
-Él no te merece. Además tu eres una sangre sucia, de seguro sólo eres una diversión para él. ¿Acaso creíste que en verdad te quería? ¿Creíste que estaría dispuesto a ser un traidor para su sangre, la familia Malfoy?- ella empezaba a llorar con más ganas -¡Me sorprendes Hermione! Siendo tan inteligente y no te pudiste dar cuenta de que lo que este te dice, es mentira- tomo a la chica y la obligó a levantarse -ahora vámonos, el turno de vigilancia se acabó.
Ella no podía decir nada, se quedó sin habla, ya no sabía a quien creerle, si a sus sentimientos, o a su amigo y a su razonamiento. Estaba muy dolida, en verdad ella lo amaba y sufría cada vez que pensaba en aquello. Por ahora no quería saber nada de él, alejarse un poco para pensar las cosas sería el mejor remedio. Lo que tuviese que llegar, llegaría y ya habría tiempo de ponerle cara.

Tras un para de horas, Draco despertó. Estaba en el suelo acostado, no comprendía muchas cosas en ese instante; para empezar, ¿dónde estaba Hermione? ¿Habría escapado de él? ¿Se arrepintió de quererlo? Esas y muchas más preguntas le daban vueltas en la cabeza. Pocos momentos antes, en lo que él recordaba, estaba besándola, haciéndole caricias, disfrutando de lo que ahora sabían que era amor, y ahora, nada. ¿Qué la había hecho cambiar de opinión? Draco estaba devastado, llorando desesperadamente de su enorme sufrimiento. Sin rumbo alguno, salió del baño de prefectos, caminó y caminó, pareciera que se había pasado de copas de whisky de fuego. Cuando menos se dio cuenta, ya estaba adentro del bosque prohibido, sin saber a donde ir, por donde salir. Entonces buscó el lugar más seguro bajo un árbol, se sentó, cerró los ojos húmedos de tanto llorar y durmió.

¡Hola! Muchas gracias a todos por seguir leyendo la fanfic, quiero decirles que es la primera que escribo y no se qué les parezca, por favor, cualquier cosa que quieran comentar, ¡se los agradeceré muchísimo! La hago para ustedes, así que si no les gusta algo díganme, o sugiéranme que puede pasar después, cómo puedo mejorarla, etc. En verdad, en verdad, quiero que me ayuden con eso ¡por favor! ¡Enserio estaré muy agradecida!