Nota: es una traducción al español del Fic "KNOTS" (Nudos) del autor Little leaf of the Redwoods, quien amablemente me ha concedido el permiso para hacerlo. Este es seguramente el Fic de los hermanos Hansen que más me ha gustado. Aclaro que para traducir la historia, no utilizo ninguna herramienta de traducción. No soy dueña del relato, ni busco ganancia económica.

….

CAPITULO 27: "UN GOLPE DE SUERTE"

Una hora después de quedarse dormido, Norman despertó con un dolor insoportable. Dio un par de vueltas en la cama y se frotó el estómago creyendo que las molestias se debían a la cantidad de abdominales que hizo mientras estaba en el sótano.

Trató de ignorar el dolor, intentando dormirse al menos un par de horas más...pero nunca lo logró. Debatiéndose entre la conciencia y un inquieto y doloroso sueño, reconoció que el dolor en su vientre era mayor que antes.

Haciendo esfuerzos para no despertar a su hermanito, Norman se deslizó en silencio de la cama y salió de la habitación de Edgar. Una vez en el pasillo y con el cuerpo encorvado por el dolor, intentó caminar un poco.

"Tal vez sólo necesito caminar y relajarme"… Después de ir y venir dos veces por todo el pasillo, casi se derrumbó el suelo.

Su respiración se aceleró y de inmediato caminó al baño y encendió la luz, dejando la puerta entreabierta. Luego se arrodilló delante de la taza del baño y vomitó todo el contenido de su estómago.

Se tocó la frente y estaba realmente caliente. Trató de quitarse la camiseta, pero el solo hecho de levantar sus brazos le produjo un gemir agonizante. El dolor de la parte inferior derecha de su abdomen era punzante e intenso.

Evidentemente algo estaba mal, muy mal. Este dolor no tenía comparación. Claro que él ha tenido experiencia con la gripe y tirones musculares en el pasado, pero nunca sintió algo tan agudo en un lugar específico del vientre. Trató de frotar su estómago, pero hizo una mueca, la zona estaba inflamada, incluso al tacto.

Quiso ponerse de pie, pero de inmediato fue golpeado con otra oleada de náuseas y vomitó de nuevo, esta vez por todo el piso del baño.

"Oh Dios, estoy demasiado enfermo para limpiar esto…seguro que Sig va a matarme por el desorden. Mejor me levanto antes de Edgar vea esto"

Intentando alcanzar un balde junto a la bañera, Norman perdió el conocimiento y se desmayó golpeándose la cabeza en el inodoro.

Mientras tanto, Edgar se encontraba sumido en un profundo sueño…soñaba con su madre. Ella estaba con su hermoso cabello rubio flotando alrededor de sus hombros…era tan real que casi podía oler su perfume.

La dama se sentó en el borde de su cama, le acarició la mejilla y le susurró algo en voz baja pero Edgar no pudo escucharle. Ella era persistente y repetía el mensaje una y otra vez, como si fuera algo realmente urgente.

Edgar deseaba saber lo que su madre intentaba decirle, pero al mismo tiempo se distraía viéndola a su lado, muy cerquita. Se sentía totalmente en paz.

"¡Mami, te extraño tanto!. ¿Por qué te fuiste? ¡Te amo! ¡Quédate conmigo!

El niño le suplicaba intentando tocarla, pero su madre no paraba de hablar, tratando desesperadamente de decirle algo. Era tan extraño, como si él estuviera demasiado lejos para escuchar el mensaje.

"Pero…si mamá está a mi lado, entonces ¿Por qué no puedo oírla?

La mano de la mujer continuaba frotando su mejilla y le acariciaba la cara como si todavía fuera un niño pequeñito. El contacto era completamente tangible y Edgar se acercó deseando agarrar esa cálida mano.

"Sólo quiero tocarte por última vez"

Pero en lugar de tocar a su madre, Edgar frotó su propia cara y se despertó abriendo los ojos con sorpresa. Le tomó unos minutos darse cuenta de que fue sólo un sueño y su corazón se desilusionó.

"¡Vuelve mami! ¡Sé que estas aquí, esto no era un simple un sueño! ¿Por qué te has ido?

Edgar todavía podía sentir el toque contra su piel, como si alguien dejase su calidez detrás, e incluso el aire de la habitación tenía el olor de un perfume familiar.

"Ella estuvo aquí. Lo sé. Ella vino a vernos"

Queriendo compartir este "encuentro" con su hermano, Edgar se dio la vuelta pero encontró la cama vacía. Norman se había ido.

"Uhmm que raro, tal vez se fue a su habitación"

Creyendo sinceramente que la noticia de la visita de su madre, no podía esperar hasta mañana, Edgar decidió despertar a toda la casa y compartir lo que había pasado.

Sin duda tendría que enfrentarse a la ira de sus dos hermanos mayores por despertarlos a media noche…pero se arriesgaría porque estaba completamente seguro de que eso no fue un sueño y aunque sus Norman y Sig lo regañaran y no le creyeran, él igual se sentía feliz. Al final no importaría si él era el único convencido, su madre vino a visitarlos y ninguna palmadita en la cabeza o taza de agua fría, le haría pensar lo contrario.

Brincando emocionado de su cama, Edgar se dirigió hacia el pasillo. Casi llegaba a la habitación de Sig, cuando notó que alguien dejó la luz del baño encendida y la puerta abierta.

Con cautela, Edgar abrió suavemente la puerta para apagar la luz. La visión del cuerpo de su hermano tirado en el piso del baño, convirtió el recuerdo del maravilloso sueño de Edgar en una pesadilla viviente.

….

-"¡SIG!"…Edgar gritó, agitando frenéticamente a su hermano mayor que yacía cómodamente dormido…"¡Despierta! ¡SIG!"

El mayor estaba medio dormitado y trataba de empujar a su hermanito lejos de él… "Vuelve a la cama, Edgar"…respondió con voz soñolienta.

Edgar se acercó y encendió la luz en el cuarto. Sig gimió y trató de esconderse debajo de las mantas, pero el niño estaba decidido a despertarlo.

- "¡SIG! ¡Mierda! ¡Levántate de una maldita vez!"…Edgar gritó, arrancando las sábanas de la cama de su hermano mayor.

Sig estaba a punto de regañarlo por el lenguaje tan grosero, pero el hecho de que Edgar fuera tan irrespetuoso le hizo abrir los ojos y al notar el pánico y el horror en la cara de su hermanito, Sig estaba completamente despierto en cuestión de segundos:

-"¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?"…Preguntó rápidamente, sentándose contra su cabecera.

-"¡Es Norman! ¡Está enfermo!"… Edgar respondió, saltando de la cama y jalando al mayor de la mano.

Edgar intentó con todas su fuerzas de tirar a Sig de la cama, pero aterrizó sentado en el suelo.

Sig sonrío y se pasó la mano por la cabeza: "Vamos muchacho. Un tipo tan fuerte como Norman, puede manejar un poco de tos y lloriquear sin que nadie haga escándalo"…dijo cerrando los ojos de nuevo.

Edgar se levantó y sacudió su cabeza con violencia: "No, Sig. No es así. Está tirado en el piso del baño y él no se despierta. Creo que tuvo un derrame cerebral, o un ataque al corazón"…Edgar estaba al borde de la histeria y Sig no sabía si debía reír o llorar.

-"¡Oh, Edgar!"… Sig le acarició suavemente, tomándolo de la mano…"¿Tuviste una pesadilla relacionada con la muerte de mamá?"

"Soñé con mamá…pero creo que era una señal"…

Edgar tiró de la mano de Sig nuevamente: "¡No Sig! POR FAVOR Levántate!¡Hay sangre en el piso del baño y Norman no se levanta!"

Eso alarmó a Sig y corrió por el pasillo. El mayor podía ver los pies de Norman en el borde de los azulejos del baño. El corazón de Sig dio un vuelco y casi entró en pánico. Norman yacía en el piso tal y como dijo Edgar, su cuerpo tendido sobre su costado y un charco de vómito y sangre rodeando su cabeza.

Un pensamiento fugaz pasó por la mente de Sig y se enojó: "Si volviste a beber Norman, que el cielo te ayude porque no te daré a elegir. Yo mismo te daré un buen escarmiento"

Edgar, que venía corriendo detrás, casi se estrelló contra su hermano mayor.

Inclinándose al piso, Sig no dejaba de escuchar las preguntas de su hermanito:

-"¿Es un accidente cerebro-vascular? ¿Acaso Norman se golpeó con algo?" …Edgar se frotaba furiosamente su mejilla y temblaba parado en la puerta.

Sig tuvo que ignorar las preguntas desesperadas porque honestamente ni el mismo sabía lo que estaba pasando. "Por favor, que sólo este ebrio"

-"¿Norman? ¡Despierta maldita sea!"…dijo Sig cuando se arrodilló sacudiendo el cuerpo de su hermano…pero no hubo respuesta y tampoco olor a whisky. Una gran roncha era visible sobre el ojo derecho de Norman y un pequeño hilo de sangre salía lentamente de la herida.

Tocando la cabeza de Norman suavemente, Sig tuvo que retirar la mano rápidamente como si se hubiera quemado. La piel de Norman estaba caliente.

-"¡Oh mi Dios!"…Sig susurró, aceptando la evidencia que esto no era una simple borrachera. Intentó rodar a Norman sobre su espalda suavemente, pero se el pobre soltó un fuerte quejido.

Por lo menos, Sig agradeció que su hermano no estuviera totalmente inconsciente: "¡Hey!¿Hermano?" le dijo inclinándose para hablarle en el oído: "¿Qué pasó?"

Al regresar de su desmayo, Norman sintió de nuevo el piquetazo intenso en su estómago y apretó los puños. "¿Sig?" gritó por el dolor.

-"Sí, hermanito, soy yo"…Sig respondió reconociendo la voz cargada de dolor: "Dime ¿Qué pasa?"

-"Es…Mi estómago"… Norman tosió y gimió de dolor, tratando de apuntar a la herida.

-"¿Aquí?" Sig preguntó mientras se tocaba el lado derecho del vientre.

Norman retrocedió y gritó en agonía al sentir la mano de su hermano mayor rozar su piel.

-"¡No lo toques!"…Edgar gritó desde atrás, estaba de pie en el pasillo y arañaba su cara de tal forma que se hizo una pequeña herida en la mejilla derecha. "Por favor, que ya no se lastime. Nunca lo he oído gritar así. ¿Qué le pasa? ¿Está agonizando? ¿Así es como murió mamá?"

Cerrando los ojos por un segundo, Sig comenzó a rezar pidiendo que todo esto fuera un mal sueño y despertara tranquilo en su cama…

"Me voy a levantar, haré el desayuno como todos los días y luego nos vamos de compras. Voy a recomendarle un desodorante a mi hermanito para que no se gaste la lata de aerosol de un tirón. Vamos a visitar la tumba de mamá y luego vamos a reparar algunas cosas de la casa. Podemos planear un viaje al lago y hablar de todos los buenos momentos que pasamos allí.

Esto…esto no está pasando. Soy demasiado joven para manejarlo. Tengo un hermano posiblemente muriendo en el piso del baño y otro hermano a punto de perder la cabeza en el pasillo. Pero si esto no es un sueño…¿Qué hago? Pues primero resuelve el problema más fácil Signur!

Sig se dio la vuelta y miró a Edgar sentado en el suelo del pasillo con la espalda apoyada en la barandilla. El niño se balanceaba atrás hacia adelante y tenía un rasguño profundo en la mejilla sangrando. Sus ojos estaban cerrados con fuerza tratando de bloquear la vista de Norman.

-"Es un derrame cerebral"… "Norman se está muriendo"…Edgar se repetía en voz lejana.

Dando dos pasos fuera del cuarto de baño, Sig levantó a su hermanito en pie.

-"EDGAR!" El mayor dijo dando a su hermano una fuerte sacudida. Pero el niño se negó a abrir los ojos. Sig lo sacudió de nuevo: "Abre los ojos y mírame."

Las rodillas de Edgar empezaron a temblar a dar y las manos de su hermano mayor eran el único que lo sostenía en pie.

Este chico está a punto de colapsar…"EDGAR, despierta que yo te necesito"… Sig suplicó desesperadamente…."Te necesito porque no puedo hacer esto solo y tengo miedo. Por favor, compañero. Quédate conmigo... "Te necesito".

"Te necesito"…Nadie me había dicho esas palabras antes… "Sig me necesita, Mi familia me necesita y no los voy a defraudar"… Edgar abrió los ojos de presto, mirando con claridad el rostro de su hermano mayor.

Sig suspiró con alivio…."¿Estás conmigo chico?"…preguntó en voz baja mostrando una pequeña sonrisa.

-"Sí. ¿Vamos al hospital?"… Edgar Preguntó asintiendo con la cabeza.

-"Parece que si... y necesito tu ayuda. ¿Puedes hacer eso?"…Sig habló rápidamente.

Edgar asintió, tratando de mirar el cuerpo tirado en el cuarto de baño.

-"No, sólo mírame a mi Edgar. Sólo a mí"… Sig dijo bloqueando la puerta del sanitario con su propio cuerpo… "No mires la sangre en el suelo. No mires a nuestro hermano. Sólo mírame a mí hombrecito"

Edgar reorientó sus ojos y se concentró en los ojos azules que le miraban fijamente: "Sí, señor."

Sig sonrió: "Ok, Ahora, escúchame con atención. ¿Estás atento?"

-"Sí, señor."

-"Corre a la habitación de Norman. Busca su billetera, probablemente está en su tocador o en el bolsillo trasero de sus jeans. Cuando la encuentres, la traes y bajas las escaleras. Agarras las llaves del gancho, abres la puerta del garaje y arrancas mi coche" Sig explicó firmemente en un tono suave. "Mierda, ¿Edgar sabe cómo encender mi coche?...

-…¿Sabes cómo encender un coche?"…le preguntó rápidamente.

Edgar asintió con un aire de suficiencia perfeccionado por los adolescentes, poniendo una cara de: ¿Me lo preguntas en serio?

Sig sonrió de nuevo dándose cuenta de que era una pregunta bastante tonta. "Ok, luego regresas aquí para que me ayudes a bajar a Norman por los escalones. ¿Está todo claro?"

-"Sí, señor"… Edgar respondió muy seguro, pero antes de marcharse preguntó: "Yo voy a ir contigo al hospital, ¿verdad?"

Sig no estaba en condiciones de discutir. Necesitaba la ayuda de Edgar y la necesitaba rápido. Pero sinceramente no tenía intenciones de llevar a su hermanito a un hospital a éstas horas.

-"Haz lo que te pedí Edgar ¡Rápido!"

Edgar se fue corriendo a la habitación de Norman y Sig volvió al cuarto de baño….¿Cómo diablos voy a hacer esto?

Norman seguía siendo desmayado y Sig se cuestionó si debería llamar a una ambulancia… "No, la ambulancia se tardaría demasiado, yo puedo conducir más rápido"

Corriendo de vuelta a su habitación, Sig se cambió de ropa, agarró su billetera de la cómoda y la empujó en el bolsillo trasero de su jean. Regresó al sanitario y trató de levantar a su hermano.

El movimiento hizo que Norman despertara y gritara de dolor. Sig lo apoyó contra la pared, tratando de sostenerlo, pero Norman no colabora, él quería tumbarse en el suelo y descansar. Fue una batalla de voluntades entre los dos hermanos mayores…como las que siempre han tenido.

-"Norman, necesito que me ayudes. Sé que te duele, pero tenemos que llevarte al hospital"… Sig dijo en voz baja tratando que su hermano colaborara un poco.

Por desgracia para Sig, eso era lo que menos debió decir.

-"¿Al hospital? ¡Joder! ¡NO!"…Norman gritó abriendo los ojos. Haciendo una mueca de dolor, trató de discutir: "De ninguna manera, yo no voy al hospital Sig"…dijo moviéndose para soltarse del agarre de su hermano mayor, pero el dolor era demasiado y cayó rendido en los brazos de Sig.

Norman no estaba dispuesto a perder esta batalla, así que intentó una táctica diferente, algo inusual para él… se puso a llorar: "Por favor...no me lleves, no me lleves al hospital"

-"¿Y entonces qué debo hacer mi querido hermanito?"…el mayorpreguntó casi riéndose de lo ridículo de la situación…"¿Quieres que te deje morir en el piso del baño?"… Sig podía sentir la fiebre a través de su húmeda camiseta de Norman y bajó la mirada hacia el charco de sangre.

Norman se apoyó contra su hermano mayor y gimió. "Me pondrán...en una de las habitación pequeña y fea"…Norman apenas y podía hablar, tenía problemas para respirar. El dolor en el lado derecho se sentía como si lo apuñalaran… "Creo que me voy a desmayar de nuevo. Es mejor así. No más dolor"

Sig apoyó a su hermano bajo su brazo: "Las cosas que se te ocurren en estos momentos Norman..." susurró para sí mismo y luego añadió en voz alta: "No voy a dejar que te pongan en una habitación pequeña y fea, lo prometo"… dijo en tono tranquilizador… "Ahora, por favor, trata de caminar"

Norman aún no estaba muy convencido, pero comenzó a caminar pensando que en tirarse a dormir sobre la alfombra, al menos sería un lugar más cálido que la losa del sanitario, así que poco a poco cumplió con la petición de su hermano mayor…. "La alfombra del pasillo es mucho más suave que el azulejo, sip, yo me voy a dormir a la alfombra, no al hospital"

Sig estaba feliz al notar que Norman caminaba.

Mientras salían del cuarto de baño, Sig escuchó el motor de su coche. Al llegar al pasillo, Norman trató de acostarse en la alfombra pero Sig lo sostenía mientras se deslizaban por la pared..

Norman se quejó: "Deja que me quedé aquí Sig, sólo por un minuto."

Sig tenía que pensar rápido: "Norman, el niño va a regresar aquí en cualquier momento. No podemos dejar que te vea tirado en el piso. Tienes que caminar"

-"Maldita sea, Sig, ¿Por qué lo despertaste? Te voy a patear el cu…" Norman jadeó y se apoyó contra su hermano haciendo una mueca de dolor.

-"Oh no, no estás en condiciones de hacer amenazas, hermanito"…Sig bromeó tratando de mantener a Norman despierto y concentrado en otra cosa que no sea su dolor o el próximo viaje al hospital…"Edgar volverá pronto, así que haz lo que te digo Norman. Prometiste que me obedecerías este verano, hazlo por amor a Edgar. Ahora, obedece y deja de faltarme el respeto."Enójate Norman, vamos. ¡Quizá si te enojas camines más rápido!.

Cuando Edgar doblaba la esquina de la escalera, Norman susurró al oído de Sig: "Te odio"…Por supuesto él no quería decir eso, ¡pero es que Sig no le dejaba dormir! Además, no podía faltarle el respeto delante de Edgar…"Predica con el ejemplo. Maldita sea, odio esa promesa. Por eso no puedo beber ni divertirme y ahora tengo que soportar esta mierda de dolor sin quejarme".

Sig sonrió: "Oh yo sé que no me odias hermanito, es más, soy el mejor hermano mayor que tienes, ¿recuerdas? Y me lo vas agradecer después…"

Norman disparó a Sig su mejor mirada de disgusto: "Eso nunca"…

Sig se dio cuenta del hilo de sangre que descendía por la mejilla de Norman…. "La misma sangre"

Edgar llegó corriendo por las escaleras, subiendo dos a la vez. Al ver a sus dos hermanos mayores en el pasillo, Edgar se inclinó a la par de Norman y con todo su esfuerzo, trató de levantarlo del otro lado.

Norman casi se echó a reír, pero el dolor era demasiado. Permitió que su hermanito menor lo "ayudara" aunque en realidad apoyaba todo su peso en el hombro de Sig. Luego rodeó a Edgar con un brazo y le susurró: "¿Dónde has estado compañero? ¿Acabas de llegar a casa después de una cita caliente? ¿No me digas que Sig te prestó su coche?"… El humor se perdió a causa del intenso dolor evidente en la voz de Norman.

Edgar miró a Sig, quien rodó los ojos y entre los tres consiguieron que Norman bajara los escalones.

Cuando estaban el último escalón, Norman se dio cuenta de que se dirigían al garaje: "Hey, en serio, estoy bien. Deja que me acueste en el sofá un rato"…"Por favor, no me lleven al hospital. Voy a estar atrapado allí y no me van a dejar salir"… "No voy a ir al hospital!"

Sig miró atentamente a su hermano menor. El dolor y la fiebre comenzaron a enrojecerle los ojos, mientras que su cara estaba blanca, como un fantasma… ¡No voy a perderte, ni ahora ni nunca!

Haciendo caso omiso de las súplicas, Sig continuó jalando a Norman hasta la cocina y luego través de la puerta del garaje. Edgar había obedecido al pie de la letra. El coche estaba encendido con ambas puertas, la del conductor y la del pasajero, abiertas. La billetera de Norman estaba en el salpicadero del coche y la puerta del garaje estaba abierta también.

-"Buen trabajo, hermanito"… Sig elogió mientras colocaba suavemente a Norman en el lado del pasajero del vehículo.

El hecho de que Norman no hiciera ningún comentario sarcástico sobre el auto de Sig, fue signo de que estaba por desmallarse de nuevo.

Antes de cerrar la puerta del lado del pasajero, Sig miró a Edgar: "Ahora, cierra el garaje y asegúrate que todas las puertas de la casa estén cerradas. Vete a la cama, intenta dormir un poco y yo te llamaré cuando...

Edgar dejó a su hermano con la palabra en la boca, se metió al coche y se sentó en el asiento trasero colocándose el cinturón de seguridad, sin mirar la cara de Sig.

El mayor apoyó su frente en el vidrio: "EDGAR, yo no tengo tiempo para discutir contigo. No vienes con nosotros y punto. Tengo que conducir rápido y yo no te quiero en el coche cuando estoy rebasando el límite de velocidad. Así que, por favor, BAJA-DEL-COCHE-AHORA!"

Edgar dedicó a su hermano una mirada de enojo y luego miró hacia otro lado, cruzando los brazos sobre el pecho. Él no se inmutó con los gritos, sus músculos estaban tiesos y tampoco quiso salir del vehículo.

Norman se quejó desde el asiento delantero: "¡Joder! ¡Yo tengo que obedecerte, pero a Edgar lo dejas hacer lo que le plazca!. ¡Eso no es justo!"…hizo una mueca dolorosa, dejando escapar un grito.

Sig suspiró y se rindió. Edgar nunca se bajaría y si no se apuraba, Norman iba a morir en el coche que tanto odiaba y su fantasma perseguiría al mayor de los Hansen eternamente y para siempre.

Corriendo hacia el lado del conductor, Sig saltó y sacó el Trans-Am del garaje.

Una vez que el coche estaba fuera de su hogar, Sig se detuvo, salió y cerró la puerta del garaje. Le hubiera gustado decirle a Edgar que lo hiciera… pero el chico era muy listo para ese truco. Sig habría arrancado y lo había dejado tirado en medio del garaje.

Sig planeaba romper el límite de velocidad y tampoco respetaría los semáforos. Pero lo último que necesitaba era que su hermano menor fuera testigo de todo eso. Ahora, Sig lleva a bordo al bebé de mamá y tendría que manejar con precaución… así que las violaciones de tránsito, estaban fuera del plan.

Bueno…tal vez pueda rebasar un poco el exceso de velocidad….Con eso en mente, Sig subió al coche y se fue rumbo al hospital.

.

El trayecto hasta el hospital pareció una eternidad, pese a que en realidad, sólo fueron 15 minutos. Sig aceleró el coche, tratando de mantenerse al ras del límite permitido. Tuvo cuidado en las señales de "stop" y también respetó los semáforos. La lluvia había cesado y las calles empezaban a secarse.

Norman gemía en silencio la mayor parte del tiempo, agarrando la manija de la puerta del coche con fuerza, con los ojos cerrados.

Sig estiró la consola central y agarró la mano izquierda de Norman: "Quédate conmigo, hermano"… susurró por encima del rugido del motor V-8. La mano de Norman estaba fría y esa sensación envió un escalofrío directo a la espalda de Sig.

Norman apretó la mano de Sig débilmente y continuó aferrándose a él, todo el viaje. Edgar vio este intercambio desde el asiento trasero y de repente sintió mucho miedo de nuevo. Nunca había visto a sus dos hermanos mayores mostrando ese tipo de afecto y ahí se dio cuenta que la situación de Norman era crítica.

Llegaron al Hospital General de Seattle en un tiempo récord. Sig se detuvo en la parte delantera de la sala de emergencias. Aparcó el coche y corrió con Edgar justo detrás de él. Ambos hermanos fueron al otro lado del coche y trataron suavemente de bajar a Norman del asiento delantero.

Edgar se acercó a Norman y agarró también la billetera.

Al ver la luz de neón rojo que decía "Emergencia"…Norman sabía que ahora no tenía más remedio que salir del coche y dejar que sus hermanos lo arrastraran a ese feo lugar. La sala de urgencias estaba llena de gente, era un sábado por la noche y varios policías y conductores ebrios cubrían las sillas en la enorme sala.

Sig tuvo miedo de que tuviera que pelearse con los médicos para que atendieran a su hermano, pero Norman se desplomó frente a las puertas corredizas del hospital y de repente, enfermeros y enfermeras estaban rodeando al joven para sentarlo en una silla de ruedas.

Edgar y Sig se quedaron en pie en la puerta, observando como se llevaban a su hermano lejos, y la silueta se perdía entre tantas personas vestidas blanco.

Una enfermera mayor y de buen corazón, vio a los dos adolescentes en la puerta, con la mirada perdida, confundidos y asustados. Ella se acercó a los hermanos con papeles en la mano y los hizo pasar a una habitación más pequeña en la zona principal.

-"Hola amores"…la enfermera dijo, indicándoles que se sentaran en el pequeño sofá: "Mi nombre es Marissa. ¿Quién es el enfermo?"

-"Es..mi…mi hermano, señora"… Sig respondió internamente agradecido de escuchar la voz de un adulto. La enfermera lucía arrugas amables y profundas en su rostro, pero tenía un brillo en sus ojos color avellana.

La enfermera sonrió: "¿Cuál es el nombre de su hermano, cariño?"

-"Norman"…Sig dijo en voz baja: "Norman Scott Hansen"…Mi hermanito.

Edgar entregó la billetera de Norman a Sig. Sig la miró durante un minuto, luego abrió la cartera y sacó la licencia de conducir. Entregó la ID de la enfermera, quien la tomó y empezó a tomar notas en su expediente.

Fue difícil para Sig no darse cuenta de las cuatro fotografías dentro de la cartera: una foto de Amanda, una de Sig vistiendo la toga y el birrete de graduación, una imagen de Norman, Sig y Edgar en el torneo de motocross (Edgar sostenía el trofeo del primer lugar con orgullo y sus hermanos mayores sonreían detrás de él) y una de su madre durante la Navidad pasada, justo antes de morir… No hay fotos de papá… Sig no sabía por qué la ausencia de su padre en las fotografía le afectó tanto, pero lo cierto es que casi llora por eso.

La enfermera comenzó a completar el papeleo, manteniendo contacto visual con Sig todo el tiempo, mientras daba a Edgar una dulce sonrisa con el rabillo de su ojo. El niño vestía su pijama y parecía que acababa de sobrevivir a un huracán.

-"Entonces… ¿Norman tiene diecisiete años?"… ella preguntó con suavidad, mirando la licencia.

-"Sí señora"… respondió Sig…"Él sólo tiene diecisiete años. Es sólo un niño…igual que yo"

-"¿Y tus padres saben que está aquí?"… La dama indagaba tomando notas en su porta papeles.

Edgar se movió incómodo en el sofá, como si quisiera acostarse en el suelo.

Sig palideció ante la pregunta. Tragando saliva ruidosamente, respondió: "Nuestro padre está en un viaje de pesca fuera de la costa de Alaska. No hay manera de que pueda comunicarme con él."

Una vez más, la enfermera le sonrió comprensivamente. Había visto muchos hijos de pescadores en los últimos años que no podían contactar a sus padres cuando más los necesitaban: "¿Y tu mamá está en camino al hospital, supongo?"…preguntó casi asegurándolo. Pero sólo le basó analizar la triste mirada en ambos conjuntos de ojos azules y verdes para arrepentirse de sus suposiciones.

Sig respondió en voz baja: "Nuestra madre murió hace seis meses. Ella tuvo un derrame cerebral. No sé si eso es lo que necesita saber…pero ..." Sig era incapaz de terminar la frase. "Tal vez Edgar tenía razón. Tal vez Norman está teniendo algún tipo de accidente cerebro-vascular"

-"¿Cuántos años tienes, Sr. Hansen?" la enfermera preguntó a Sig interrumpiendo sus palabras.

¿Sr. Hansen?¿Ese soy yo? "Tengo dieciocho".

-"Por lo tanto, usted es el tutor legal de Norman ¿Puedes firmar la autorización para recibir el tratamiento médico que él requiera?"…la enfermera comentó más como una declaración que como una pregunta.

Sig se encogió de hombros. Nunca había pensado en eso antes. El peso de la responsabilidad le pesaba en los hombros y rogó para que no tuviera que tomar ninguna decisión.

-"Supongo que sí"…respondió pasándose la mano por el pelo rubio.

La enfermera colocó las notas sobre los demás papeles, formando una pequeña torre. Sig se tomó un minuto para mirar a su hermanito. Edgar aún se veía tan asustado como un ciervo encandilado por los faros de un auto, además tenía un pequeño pero profundo arañazo en su mejilla derecha.

-"¿Sabes lo que le pasó a tu hermano?"…Marissa le preguntó amablemente, ganando de nuevo la atención del hermano mayor.

Sig se tomó un tiempo y respondió todo lo que recordaba: "Él estaba bien. Durante todo el día, no hubo quejas. Nosotros...bueno, mi hermano menor aquí... despertó y lo encontró tirado en el piso del baño. Se quejó de tener mucho dolor, dijo que le dolía aquí (Sig señaló la parte derecha inferior de su abdomen). Luego vomitó sangre y se desmayó. Además creo que tiene fiebre".

-"Ok, amor"…dijo la enfermera, poniéndose de pie con rapidez: "Espera aquí. Ya regreso."

-"¿Hay un sanitario que podríamos usar?" Sig preguntó antes de que ella se marchara rápidamente.

-"Claro, cariño"… ella respondió…"Abajo el final del pasillo. Luego regresa aquí por favor"…La enfermera parecía tener prisa de repente, salió casi corriendo de la habitación y dejó a ambos hermanos atrás.

Sig percibió el pánico de la enfermera, aunque ella tratara de ocultarlo. " ¡Santo cielo! ¡Estoy entrando en pánico también!"

Sin decir palabra, Sig agarró a Edgar de la mano y lo sacó de la habitación. Bajó por el pasillo y lo llevó al sanitario principal de la sala de emergencias.

Hizo una pequeña pausa, no más de un minuto, para salpicar agua en su cara. Sig miró su reflejo en el espejo….¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Qué demonios ha pasado?...cogió una toalla de papel y lo mojó con el agua del fregadero.

Se dio la vuelta hacia Edgar, puso suavemente su mano bajo la barbilla del niño y limpió la sangre de su rostro: "Te lastimaste la cara Ed. Permíteme quitarte la sangre."

Edgar se estremeció ligeramente, manteniendo contacto visual con su hermano.

-"Lo sé. Lo siento, es que pica un poco"

Sig susurró, limpiando suavemente la mejilla de su hermano y manteniendo la mirada fija en los ojos verdes asustados.

Era la primera vez que Edgar siquiera se dio cuenta de que se había herido a propósito. Echó un vistazo en el espejo mientras Sig acariciaba su rostro, se sorprendió por la herida y se preguntó cómo había llegado hasta allí…."Creo que estaba muy enojado"…Pero en realidad no le dolió y la sangre era poca.

Sin embargo, Edgar percibió el cuidado excesivo de su hermano mayor. Era como si Sig necesitara sentirse útil, como si tuviera algo de control sobre la situación. "Ok, no voy a dármelas de hombrecito. Puedes cuidar de mí porque realmente estoy asustado en estos momentos"

-"Tengo miedo, Sig,"…Edgar susurró la verdad con sus ojos verdes abiertos por el miedo. La idea de perder a otro miembro de la familia fue abrumadora y los ojos de Edgar se llenaron de lágrimas.

Tirando la toalla ensangrentada en la basura, Sig apretó a su hermano en un abrazo: "Yo también hermanito. Yo también."…Susurró al oído de Edgar, acariciando la cabeza suave en su pecho, frenando sus propias lágrimas… "Hemos perdido tanto. Por favor, Dios, por favor, que mi hermano esté bien. Dios te salve María, llena eres de gracia"...

Edgar escuchó el rápido latido del corazón de Sig durante mucho tiempo. Por último, le preguntó en voz baja: "¿Estás enojado conmigo por venir al hospital?"… "Tal vez soy sólo una carga para él en estos momentos. Debería haberme quedado en casa"

-"No, me alegro de que estés aquí. Yo no creo que pueda hacer esto solo"…Sig confesó en voz baja, envolviendo sus brazos alrededor de su hermano… "Es algo injusto decirle esto a un chico de 13 años pero es la verdad, yo necesito a Edgar a mi lado".

Edgar envolvió con sus brazos la cintura de Sig e intentó pensar de que estaban juntos y que Norman estaba en buenas manos.

Después de unos minutos, Sig apretó a Edgar y luego se retiró. Secó una lágrima de la mejilla de su hermanito teniendo cuidado con la herida y luego revolvió el cabello de Edgar: "Vamos, vamos, es hora de volver"…dijo en voz baja, dando a su hermano una media sonrisa

Cuando regresaron a la sala de espera privada, Marissa ya estaba ahí. Ella revisaba unos papeles y se miró a ambos hermanos tomar su lugar en el sofá.

-"El médico llegará en unos minutos, Sr. Hansen. Él le va a explicar todo. ¿Norman Tiene seguro médico?" Preguntó la enfermera.

Sig suspiró lentamente, "No, señora. ¿Eso es...un problema?"

-"No, no te preocupes por eso ahora. Vamos a tomar cuidar de su hermano de cualquier manera" respondió con una sonrisa.

"Alguien tiene que preocuparse por eso. Papá va tener un ataque por la factura del hospital, pero no me importa. Norman tiene que ser atendido por un buen médico. Yo me encargo de enfrentar las consecuencias más tarde. Voy a dejar mi coche en garantía por un préstamo si es necesario. La vida de Norman es más importante para mí que cualquier otra cosa en este momento"… "Mi hermanito…está bien"… Sig Preguntó sin intentar ocultar la preocupación en su voz.

-"El médico te lo explicará todo en unos minuto"…respondió ella sin levantar la vista de sus papeles…"¿Tiene Norman algún historial médico que debamos conocer?"

-"No, señora"…dijo Sig, plenamente consciente de que la enfermera esquivó la pregunta anterior, luego añadió: "Él tuvo sarampión cuando era pequeño."

-"Él está en muy buena forma, trabaja fuera todo el tiempo"…Edgar respondió tratando de añadir algo positivo a la conversación.

Marissa se rió entre dientes: "Esa información es buena, nos va a ayudar mucho."

Justo en ese momento, un joven y apuesto médico entró en la habitación y echó un vistazo a Sig y Edgar. Era tan joven que Sig se preguntó si se conocían de la escuela.

Presentándose como el Dr. Hubert, el médico ofreció un fuerte apretón de manos Sig. Luego, se volvió y ofreció un apretón de manos a Edgar también.

El niño, estaba un poco sorprendido por el saludo, pero sacudió la mano del doctor de todos modos.

El doctor Hubert se arrodilló delante de Sig y comenzó a explicarle la situación: "Sr. Hansen, tu hermano está experimentando una apendicitis aguda. Eso significa que el apéndice está inflamado e infectado y cerca de estallar. Fue un golpe de suerte que lo encontraste y lo trajiste al hospital justo a tiempo. ¿Sabes lo que es un apéndice?"

Sig asintió con la cabeza, su último año de la clase de Ciencias Anatomía y Fisiología finalmente daba sus frutos. Edgar sin embargo, negó con la cabeza.

Dr. Hubert explicó rápidamente a Edgar: "El apéndice es una parte del estómago que no es necesaria. Por alguna razón, no sabemos por qué, a veces se infecta y se llena de pus. Parece ocurrir más en hombres jóvenes, pero realmente le puede pasar a cualquiera. Es extremadamente dolorosa y potencialmente mortal. Ahora mismo, Norman está inconsciente y no sabe lo que está pasando. Usted tiene que tomar una decisión".

Edgar dejó escapar un pequeño grito de asombro, cubriéndose la boca con la mano. Sig miró fijamente al médico.

-"Tenemos que hacer una cirugía de emergencia para extirpar el apéndice"…el Dr. Hubert explicó, mirando directamente a Sig.

La gravedad de la situación golpeó Sig con fuerza. "Está pidiendo mi permiso para operarlo. Se supone que yo soy el adulto responsable aquí, quieren que yo decida"…¿Mi hermano estará bien?"… preguntó en voz baja y con sus manos temblando.

-"Sr. Hansen, siempre hay riesgos involucrados con cualquier cirugía, pero Norman es joven y saludable y debe tener una recuperación completa. Si no operamos y el apéndice se revienta, su hermano morirá, eso es seguro"… el Dr. Hubert dijo esperando la respuesta de Sig.

Sig inclinó la cabeza y se quedó inmóvil. Era como si el tiempo se hubiera detenido. Pero sólo tengo dieciocho años! ¿Cómo pueden pedirme que tome una decisión como esta? La vida de mi hermano…de mi mejor amigo está en juego"

Edgar se acercó y apretó la mano de Sig. Esta era su manera de dar su bendición. Ese sutil "toque" era todo Sig necesitaba para seguir adelante.

Con la aceptación reflejada en sus ojos azules, Sig levantó la mirada y asintió con la cabeza al doctor, dando su permiso: "Haga lo que tenga que hacer"...