~ L' amore e la mafia ~

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Capitulo 2

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Cambiando l' amore

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-¿Estos son todos los documentos por revisar? – preguntó mientras escribía su firma en el último de los papeles.

-Si, Kyo-san – contestó un hombre alto con un extraño peinado.

-Bien – dijo mientras se paraba y caminaba hacia la puerta.

-Una cosa más, Kyo-san – llamó la atención de su Jefe – Kurogane-sama desea su regreso inmediato a Japón.

-¿Lo desea? – inquirió sarcástico.

-Se enteró de su trabajo para supervisar el matrimonio de Tsunayoshi-sama.

Hibari permaneció escuchando, sabía que Kusakabe aun tenía más por decir.

-Kurogane-sama ha estado intrigando con el resto del clan diciendo que se han precipitado al ponerte como el cabeza del clan – el hombre hablaba tranquilo, pero se le notaba un poco tenso, después de todo Kurogane estaba yendo en contra de Hibari y eso, por muy tío que fuera, no pasaría por alto.

-Tonterías, me hice el líder porque no había nadie mejor para el puesto y el clan lo decidió – le restó importancia y siguió con su camino – nadie puede desafiar al clan y menos a mi – dijo por ultimo mientras abría la puerta.

El mayor solo se quedó viendo mientras su Jefe se iba. Él, mejor que nadie, sabía que Hibari Kyoya no era nadie para jugar aun cuando se tratara de su propia familia y, aunque no dudaba de la fuerza y las capacidades del joven, también sabía que en una confrontación con el clan no saldría bien parado.

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Tsuna y Lambo platicaban divertidos en su mesa a la espera del pelinegro mientras los meseros retiraban sus platos vacíos.

-Hibari no puede dejar de trabajar ni para desayunar – se quejó Lambo.

-Es el líder de su clan, es normal que tenga tanto trabajo – dijo a su vez el castaño.

-Pero siempre está al pendiente de ti.

-Pareciera que quisieras su atención, Lambo. ¿Acaso perdiste el interés por mi Pappa? – dijo divertido.

-¿¡Que!? ¡No! – refuto de inmediato – lo que quiero decir es que no deja de ser un carnívoro – hizo comillas con sus dedos a la última palabra.

Tsuna solo rió divertido.

-Si dejara de serlo me convertiría en un Herbívoro inútil como tu – la grave voz los sobresaltó.

-¡Hibari! – gritó asustado el menor.

-¿Ya terminaste tu trabajo? – inquirió el castaño ignorando a Lambo.

-Si – el mayor dirigió toda su atención a Tsuna - ¿Ustedes ya terminaron?

-Falta el postre, el mesero dijo que podíamos tomarlo en el jardín así que te estábamos esperando para ir – explicó sonriente.

-Entonces vamos – indicó y de inmediato los menores se pararon.

Hibari y Tsuna platicaban durante el corto recorrido mientras Lambo iba detrás de ellos, no quería regresar la atención del mayor a él.

-Auch – se quejó Lambo al chocar con la espalda del castaño.

-¿Tsuna? – llamó Hibari al ver al menor detenerse de golpe.

-Mi sueño – musitó el castaño con la mirada fija en un punto del jardín.

-¿Sueño? – el pelinegro mayor siguió la dirección de la mirada y se encontró con la presencia de un hombre.

Se trataba de un joven hombre de cabello de un extraño tono índigo atado en una coleta baja, bien vestido y con un par de lentes de sol puestos, que estaba sentado cómodamente.

El desconocido pareció notar su presencia pues volteó en su dirección quitándose sus lentes, el impacto fu inmediato. Los ojos del hombre eran heterocromaticos, azul y rojo.

-Es él – susurró Tsuna al ver esos ojos - ¡es él! – exclamó y dio un paso presuroso dispuesto a ir donde el desconocido.

-¡Tsuna! – Hibari lo detuvo del brazo.

-¡Sueltame! – lo vio con el cejo fruncido - ¡tengo que hablarle! – sin duda era el hombre que apareció en su sueño, no tenía ninguna duda, esos ojos…

-¿Porque tendrías que hacerlo? No lo conoces – trató de hacerlo entrar en razón.

-Pero – empezó a rebatir y giró el rostro para ver al hombre que para su decepción había desaparecido.

Lambo, que se había mantenido en silencio veía a ambos chicos aburrido.

-Ese hombre, ¿no será uno de los que Reborn escogió? – soltó de repente.

Eso pareció traer de vuelta a Tsuna y Hibari.

-Eso no importa, yo… tengo que encontrarlo de nuevo – el castaño así lo sentía, desde su sueño no podía olvidarse de ese par de misteriosos ojos y ahora que ya sabía que tenían dueño no descansaría hasta conocerlo y encontrar la razón de su melancolía.

Hibari, por su parte, no pudo más que fruncir el ceño. El juego estaba comenzando demasiado rápido y aquel desconocido parecía haber llamado la atención de Tsuna de una forma que no lograba comprender.

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-No entiendo el interés de Tsuna en ese sujeto – comentó Lambo.

Había pasado un día desde el extraño incidente y Tsuna no parecía querer pasar por alto lo ocurrido, aun tenían la duda de si se trataba de uno de los hombres escogidos por Reborn, pero el interés del castaño iba más allá de eso. Algo que sin duda tenía irritado al pelinegro frente a él.

-¿Qué es eso? – preguntó viendo los papeles que Hibari leía con parsimonia.

-La investigación sobre ese hombre – dijo poniendo los papeles en la mesita de centro.

Lambo tomó los papeles y los revisó.

-Rokudo Mukuro – leyó el nombre que rezaba en letras grandes a un lado de la fotografía de aquel sujeto - ¿No es nombre del actual líder de la familia Estraeno? – preguntó un tanto sobresaltado.

-Sí, es el hijo mayor del anterior Líder.

-¿La Estraeno no era una Familia que tenía tratos con la mafia? – eso era algo de lo que tenía conocimiento.

-Así era, hasta que él tomo el control – su voz era completamente fría.

-Uh – soltó sin saber que decir, sabía algunas cosas, si, pero no estaba del todo involucrado y ni quería estarlo.

Pero la forma en que Hibari hablaba sin duda alguna quería decir que sospechaba del tal Rokudo Mukuro.

-¿Reborn realmente lo escogió? – soltó al aire, no encontraba razón para que ese sujeto fuera siquiera considerado.

-De cualquier forma, Tsuna fue completamente cautivado por él – dijo mientras ojeaba la investigación.

Y eso era lo que más preocupaba al mayor.

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Siempre había pensado en el mundo exterior, aquel que estaba más allá de su amada isla, como el fondo del océano. La gente era como un cardumen de peces, moviéndose con rapidez pero apáticamente hacia otros. Pero siempre había algo que los hacía detenerse y mirar atrás.

Como ahora.

Con largo y brillante cabello índigo, pasos seguros, una expresión indescifrable y ojos como joyas completamente diferentes.

Él era el hombre de sus sueños.

Lo vio tranquilamente, sentado en las escaleras de su casa esperando a que parara frente a él.

-Hola – saludó con una radiante sonrisa una vez el mayor se detuvo.

El peli índigo se le quedó viendo sin aparente interés.

-¿Nos hemos visto antes? – preguntó componiendo una extraña sonrisa.

-Sí, hace unas noches – contestó sin dejar su semblante feliz.

-Debes confundirte de persona – dijo pasando por su lado.

-Eres Rokudo Mukuro ¿no es así? – se paró de un salto y le dio alcance.

-Eso no quiere decir nada.

-Tal vez no, pero eres el hombre que apareció en mis sueños, de eso no hay duda.

-Oya, eres un joven bastante directo – sonrío mientras se inclinaba hacia el rostro del castaño.

-Es porque eres tu – no se inmutó por el acercamiento y en cambio lo vio directamente a los ojos – ojos heterocromaticos, iguales a los de mi sueño, no hay duda.

El mayor solo mantenía la mirada, de alguna manera se sentía atrapado por esos bellos y brillantes ojos caramelo.

-¿Y quién eres tú, pequeño acosador? – preguntó tratando de salir de esa extraña atmosfera.

-Soy Tsuna, Tsunayoshi – respondió con calma.

-Tsunayoshi… ¿Sawada Tsunayoshi? - ¿El hijo de Reborn?-.

-Un placer conocerte por fin, Mukuro – dijo dándole su mejor sonrisa.

-Oya, oya, el placer es todo mío – correspondió sonriendo y con un extraño brillo en los ojos – Kufufufuf~u-.


N/A: Bueno, por fin tienen el tercer capitulo~

Gracias a las personitas que me dejaron reviews, realmente gracias!

Y como saben, estamos en una ¡actualizacion combo! Así que disfruten~

¡Feliz Navidad - atrasada - y que tengan un buen fin de año e inicio de otro!

Ya nos estaremos leyendo~