Disclaimer: Karneval y sus personajes no me pertenece, pertenece a Touya Mikanagi.
Raiting: K
Pareja: Gareki/Nai
Summari: El primer día de secundaria de Nai fue el momento decisivo para el resto de su vida.
Yunmoon Projects
Presenta:
Mundo inalcanzable
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El primer día de secundaria de Nai fue el más sorprendente, novedoso, estresante, brillante, contundente, alegre, triste, serio, húmedo y solitario de toda su vida.
Como era el primer día de clases obviamente se levantó temprano, muy temprano, tan temprano que cuando Karoku, su hermano mayor, se levantó, Nai ya estaba calentando waffles, Karoku se recargó en el marco de la puerta mientras observaba a su hermano menor utilizar la tostadora para meter un waffle y luego dejarlo caer en un platito que estaba al lado.
"Hey, Nai, es bastante temprano".
Después de dejar el waffle en el platito Nai giró con una enorme sonrisas, esas que dejaban fascinado a Karoku, porque si había algo que amaba en el mundo eso era su hermano menor, Nai.
"¡No puede dormir mucho anoche! ¡Estoy muy emocionado!".
"Ya lo he notado". Karoku se sentó en la silla más cercana a la tostadora y tomó un waffle. "Aunque es probable que no te topes con tus antiguos amigos de la escuela elemental… Ya sabes, la mayoría continúa sus estudios en los siguientes niveles de Kafka, pero yo decidí cambiarte a Circus".
Nai se sentó con un plato con dos waffles dejando otros dos para Karoku. "Pero eso no me importa, estar en la secundaria significa que conoceré gente nueva… ¡Yo quiero conocer mucha gente!".
"Erishuka (yo la conocí como Eleska, pero al parecer mi primera traducción no era la correcta) se pondrá muy triste cuando sepa que no te inscribí con ella a Kafka".
Nai lo miró brevemente y luego se metió un pedazo de waffle, no es que Erishuka le agradará, así que no le molestaba del todo no verla y que ella se pusiera triste tampoco era un inconveniente, además, era evidente que para ella sólo existía Karoku y a Nai le incomodaba como era desplazado por esa chica, siempre queriendo quedarse sola con su hermano e importándole poco sus sentimientos.
"Conseguirá nuevos amigos". Soltó con ingenuidad, no quería amargarse la felicidad como Erishuka lo había hecho casi toda su estancia en la escuela elemental. "Yo quiero conocer gente nueva… ¡Mucha gente nueva! También quiero conocer muchos lugares, muchos paisajes, muchos animales también".
Y así Nai comenzó a enumerar con los dedos todo lo que deseaba hacer a partir de ese momento, Karoku le prestaba toda la atención que podía, porque esa etapa de ingenuidad, tranquilidad e inexperiencia pronto se iría y él deseaba disfrutarla tanto como pudiera. Aunque todo lo que viniera de Nai para él era bien recibido.
Ahora se preocupó un poco, en Kafka Karoku tenía la seguridad que nadie iba a importunar a Nai, pero en Circus sólo conocía a una persona, a Yogi y era un profesor nuevo de deportes, ¿realmente había tomado la elección correcta al dejarlo en Circus? Esperaba que sí, porque ahora ya no estaba en momento de cambiarlo, de todas formas confiaría en Nai, era un chico ingenuo, su ingenuidad le había ayudado mucho a lo largo de su vida, al menos con eso se había hecho amigo de ese chico de Kafka que lo había cuidado a sol y asombra, aunque nunca había entendido las intenciones de Uro, al menos había sabido cuidar de Nai y Erishuka.
Nai se levantó de repente. "¡Ya me tengo que ir!".
Karoku miró su reloj de muñeca. "Pero, Nai, aún es muy temprano".
"¡Pero ya quiero estar en Circus!". Nai tomó una mochila que se cruzó por el hombro y luego se encaminó a la salida, Karoku se levantó, entendiendo que no lo iba a detener. "¡Nos veremos en la tarde!". Y sin esperar respuesta Nai salió corriendo, Karoku soltó una risa.
"Buena suerte Nai, espero que conozcas muchos amigos nuevos".
Nai corría a toda la velocidad que podía, que realmente era bastante lento, se detuvo en una calle, miró en ambas direcciones y ahora comenzó a caminar más lento. Sin Erishuka y Uro ahora se sentía un poco más libres, Erishuka era un poco pesada y Uro daba miedo, así que Nai realmente no conoció a mucha gente en Kafka. Pero ahora que estaba en Circus conocería a nueva gente, tendría muchos amigos e intentaría obtener el premio mayor… ¡El mejor amigo del mundo! Karoku tenía un mejor amigo y ese era Yogi, quien había ido a casa debes en cuando y era muy agradable, él también quería un amigo así.
Cuando Karoku le dijo que cambiaría de instituto Nai no cabía en felicidad, quiero decir: ¡Iba a dejar esa vida llena de pesadez y miedo! ¡Dejaría a Erishuka y Uro! Esa fue la mejor noticia que Nai pudo recibir. Su sueño siempre había sido estar rodeado de mucha gente y que todos fueran agradables y que todos fueran amigables.
Sí, ese era un buen sueño.
Tan empecinado estaba en ese sueño que no notó cuando chocó de cara con alguien. Se sobó la cara cuando recibió el golpe y se alejó.
"L-lo siento…". Se disculpó, aún adolorido.
"No hay problema". Contestó una voz femenina, parecía un poco congestionada, Nai abrió los ojos. "¿Tú te encuentras bien?".
Nai la observo detalladamente, era una chica rubia, de largo cabello atado en dos colitas risadas, sus ojos violáceos eran profundos y serios, tenía una rostro lleno de facciones agradables y tranquilizadoras, supuso que así debería de verse una madre, pero la sonrisa cariñosa fue lo que terminó haciéndole sonreír a él, era una chica amable y él estaba feliz de haber chocado con ella, bueno, no por haberla lastimado, sino por poder conocer a alguien así.
"Me encuentro bien… Mi nombre es Nai, ¿Cuál es el tuyo?".
La rubia sonrió con ternura, como si hubiera visto algo bonito. "Mi nombre es Tsukumo. Mucho gusto Nai. ¿Es tu primer día en la secundaria?".
"¡Sí!".
"Ya veo… ¿Es en Circus?". Nai asintió con una sonrisa, Tsukumo sonrió mientras se hacía a un lado. "¿Vienes conmigo?".
"¡Sí, muchas gracias!".
Caminaron el resto del trayecto juntos, Tsukumo fue muy amable en hablarle un poco de la escuela, al parecer Circus era igual que Kafka, se comenzaba la educación desde el parvulario y se terminaba hasta que se iba a la universidad. Tsukumo había estado en Circus desde el parvulario y al parecer quería mucho a un profesor de Física llamado Hirato, realmente no lo entendió bien. También le dijo que Circus estaba dividido en cuatro ramas, los que querían especializarse en la rama de las artes, luego los de ramas matemáticas e ingenierías, seguía con las ciencias a la salud y finalmente las ciencias sociales. Era muy interesante ya que se dividía desde que se entraba al segundo año de secundaria, eso le puso nerviosos, él nunca había pensado que quería estudiar cuando creciera.
¿Karoku sabría algo de eso? Probablemente.
"Pero no te preocupes, si llegas a ese nivel y aún no has decidido te permiten entrar a una clase especial, en esta clase se te muestra un poco de todas las ramas, intentando que puedas identificar la rama que más se acople contigo: gustos, habilidades y necesidades".
"¿Tú estás en segundo año, Tsukumo?".
"No, yo estoy en tercero, yo me he especializado en la rama de matemáticas, quiero estudiar Física para luego especializarme en astronomía, yo quiero mirar el cielo en todo su esplendor".
Eso sonaba muy grande para él, pero compartió la emoción del sueño, porque supuso que cuando encontrara lo que quería hacer entonces tendría una sonrisa similar a la que Tsukumo tenía.
"Eso suena maravilloso".
Tsukumo lo miró, brillaba con la sonrisa que tenía en el rostro. "Gracias, Nai-chan. Bueno, hemos llegado".
El instituto desde afuera era impresionante, Nai miró hacia arriba y sonrió, eso se veía muy bien, todo el cambio se sentía realmente bien y…
"¡Nai-chan!". Sintió como era abrazado por alguien que le alzaba del suelo, sonrió porque conocía la voz. "¡Qué bueno que te veo! ¡Estás tan mano como siempre! Pero que tenemos aquí, Tsukumo-chan, que linda te ves hoy".
"Buenos días, Yogi-sensei". Saludo ella con cortesía, la sonrisa permanecía en su rostro. "Por lo que veo conoces a Nai-chan".
Yogi lo soltó y Nai se giró para poder verlo, Yogi siempre lucía igual, con la sonrisa amable, los ojos rebosando de emoción y el cabello rubio revuelto en una maraña de rulos dorados, como siempre desprendiendo diversión con todos sus movimientos, Nai realmente lo quería.
"Sí, sí. Soy amigo de su hermano mayor. ¿Qué te ha parecido Circus, Nai-chan? ¿Verdad que es mucho mejor que esa escuela de monstruos llamada Kafka?".
Nai soltó una risa mientras se alisaba la ropa.
"Es muy impresionante. Todo se ve muy… bien".
Y, ante los ojos de Nai, apareció algo… alguien.
No era brillante como Yogi, ni deslumbrante como Tsukumo.
Era atrayente, como Nai nunca se había sentido antes.
Sus ojos rojos siguieron al individuo hasta que este se detuvo, como si sintiera su mirada, giró la cabeza, llena de despeinados y descontrolados cabellos negros, y clavo sus ojos azul turquesa sobre los suyos. El impacto fue, casi, triste, bajo las pestañas largas y negras había un mar de soledad y melancolía que arrastro a Nai a perder la sonrisa con la que había empezado el día, los ojos rasgados parecían perderse en algo similar a la aceptación.
No, no caigas.
Su figura, aunque parecía seguro, gritaba desesperación en todo centímetro de su cuerpo, Nai dio un paso adelante, incluso no pudo escuchar las palabras que Yogi le dedico, ni prestó atención cuando Tsukumo colocó una mano sobre su hombro.
No, tiembles. No te hundas.
Y finalmente su sonrisa mostrando una careta inexpresiva, como si no sintiera, como si no supiera hacerlo o como si se hubiera cansado de sentir y hubiera decidido que no quería sentir más, que sentir era doloroso y entonces había abandonado todo.
No, no llores por dentro, porque entonces yo llorare por fuera, para ti.
Nai se estremeció en llanto mientras pequeños sollozos salían de su garganta, Yogi se alarmo, Tsukumo no sabía qué hacer, Nai no sabía porque estaba llorando, sólo supo que cuando ese chico dejó de mirarlo él corrió tan rápido como nunca lo había hecho hasta que alcanzó al sujeto.
No, no huyas.
"¡No te preocupes más!". Gritó Nai, una vez lo detuvo, el chico se giró, sorprendido. "¡Yo estoy aquí ahora!".
Y, ante la atenta mirada de todos, Nai se puso de puntitas y lo besó en los labios.
Te lo prometo, yo estaré aquí a partir de ahora.
Karoku besaba sus manos y su nariz siempre que estaba deprimido, le decía que los besos curaban el alma. Pero este chico no soltaba lágrimas ni gritos de desesperación, tal vez lo que necesitaba que le curaran primero era la boca, para que pudiera expresar su inconformidad. Para que dijera todo lo que no podía decir.
Contundente fue este momento, porque Nai no sabía lo que había hecho.
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Si, según yo esto es un one-shot, pero si me dicen que esto vale para más tal vez lo piense y le haga una continuación, ya saben, los comentarios hablan primero!
Muchos me pidieron otra historia de Karneval, las anteriores fueron centradas en el mundo de Karneval y este es un UA, espero que les haya gustado~
Shao~ shao~