Título: Como un relojito

Palabras: 457

Summary: Así era como él funcionaba.

Notas: No sé, creo que me quedó algo raro xD. Mikkel es Dinamarca y Lukas es Noruega. Hay una insinuación curiosa por ahí, casi imperceptible. Eso ;)

Disclaimer: Ni Hetalia ni sus personajes me pertenecen, no hago esto con fines de lucro, etc., etc., etc. Ustedes saben cómo sigue.

Portada: 水 (Pixiv ID 929376)


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Lukas funcionaba como si se tratara de un relojito. Se levantaba a las 7 am, se duchaba en cinco minutos, se vestía en diez, desayunaba café y tostadas a las 7:20. Dedicaba tres minutos para lavar los trastos, uno para cepillarse los dientes y siete para arreglarse el cabello aún mojado. A las 7:40, ya estaba en el transporte, a menos que hubiera un retraso por parte de otros, otros que no funcionaban como si fueran relojitos. Su día entero, se dividía en el movimiento del minutero y del horario.

Lukas era un reloj muy bonito. A Mikkel le agrada ver la hora reflejada en sus azulosos orbes. Va a todas partes con él, le gusta presumir de su posesión ante los demás. Como un niño que luce sus juguetes nuevos o, precisamente, como alguien que se llena la boca con las cualidades de su costoso reloj suizo de oro blanco. Lo toca temeroso, como si temiera manchar el cristal de la esfera con sus sucias huellas digitales. Juega un poco con la correa antes de desabrocharla.

Lukas funciona como un relojito. Lukas parpadea al compás de los segundos, sin hablar ni quejarse de su situación. Cualquiera diría que está acostumbrado, que nació para medir el tiempo que va pasando. Lukas jamás ha desmentido esas creencias.

Lukas no siente, porque los relojes no tienen sentimientos. No llora, porque no es un relojito resistente al agua. No ríe, porque la agitación soltaría las tuercas y estropearía su mecanismo. No se enoja, porque conoce su lugar y porque no entiende para qué sirve eso.

Lukas hace tic tac al ritmo de sus leves latidos.

Mikkel es un buen dueño, le trata como si fuera una joya. Lukas es un buen reloj, nunca se ha retrasado ni una milésima. El uno está hecho para el otro, como el otro está hecho para el uno.

Mikkel no puede imaginar qué sería de él sin Lukas.

Lukas opina que Mikkel sería un desastre sin él.

Lukas funciona como un relojito. Y como todo buen relojito, sabe cuándo algo no va como debe. Sabe si sus engranajes están fallando, si las manecillas se mueven diferente, si la correa está muy floja. Lo sabe, pero no puede avisarle a su dueño de ninguno de esos problemas. El cristal de la esfera ahoga su tenue voz. Entonces, derrotado, decide esperar a ver qué pasa. Es la primera vez en que Lukas no sabe lo que sucederá al siguiente minuto. Es la primera vez en que Lukas tiene miedo.

Lukas ha dejado de sentir la piel cálida de Mikkel.

Lukas ahora siente frío, siente un algo aplastando con brutalidad su cuerpo.

Lukas murió, como mueren los relojitos que se caen en la mitad de la calle.


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Y esto, chicos, es el porqué deben irse a dormir con un papel en la mano. Nunca sabes cuándo te llega la inspiración, aunque sea para una cosa rara como esta ;)