Hola gente después de una larga ausencia aquí les traigo el primer capitulo de esta historia totalmente reeditado.

para la gente que me preguntaba si habia abandonado mis historias la respuesta es no. No las he abandonado solamente me he tomado un tiempo dado a la falta de inspiración y por que hasta ahora he recuperado el USB donde tenia la mitad de mis historias, pero bueno espero no tardarme tanto en actualizar aunque no puedo prometer mucho.

Les agradezco a todas aquellas personitas que me dejaron un review en el capitulo anterior sin mas que decir los dejo con el capitulo.

Disclaimer: Los personajes de Inuyasha: un cuento feudal de hadas no me pertenece son de su autora Rumiko Takahashi.


CAPITULO I

TRES AÑOS ATRAS…

La mañana llegaba otra vez en la ciudad de Tokio y los rayos del sol se colaba entre las ventanas del cuartó de una adolecente llamada Kagome Higurashi, ella vivía en un templo cuidado por su abuelo, también vivía con su madre y su hermano de diez años. Kagome era la típica adolecente que suena con su príncipe azul, a pesar de tener diecisiete años ella poseía un cierto aire un poco aniñado dando una clara invitación a poseer su inocencia, sus ojos color chocolate, ahora cerrados disfrutando el sueño del que no quería despertar, era una niña en cuerpo de mujer, ya que para su edad tenía el cuerpo más desarrollado para su edad, sus caderas eran anchas pero sin exagerar, una cintura de avispa, uno pechos redondeados y de generosa proporción, en fin un pecado del que más de uno quisiera probar.

De repente toda aquella calma y tranquilidad de sus sueños fue interrumpida cuando alguien entro abruptamente a su habitación

Hermana despierta se te hará tarde otra vez para ir al colegio―Sota al ver que su hermana no despertaba empezó a gritar. ― ¡Hermana despierta!―

Kagome solo se agita de su lugar despertándose abruptamente, con ganas de asesinar a su pequeño hermano.

— Sota ya basta ya me desperté además solo son las 7:30. — Tomando el reloj en sus manos. — ¡7:30 hay dios llegare tarde! —

Sota solo miraba divertido a su hermana, todas las mañanas eran lo mismo el pequeño todavía se preguntaba el porqué a su hermana le costaba levantarse; mientras Sonomi Higurashi solamente sonreía al ver que su hija bajaba corriendo las escaleras.

—Kagome Higurashi— le dijo en un tono maternal. —tome tu almuerzo querida o se te hará tarde. —

Mientras Kagome corría hacia la puerta con un trozo de pan tostado en la boca se despidió de su madre.

—Gracias mama y adiós, nos vemos más tarde ¡te quiero! —

Y así Kagome salió de su casa en dirección al instituto; corría lo más rápido que sus piernas le permitían ya que no podía llegar tarde a su primera hora. Quince minutos después Kagome ve la castaña cabellera de su mejor amiga de la infancia Sango Taijiya esperándola en la entrada del colegio.

¡Kagome creí que ya no llegabas! — Kagome tenía las manos en las rodillas jadeando para recuperar el aire

—Lo siento Sango no escuche el despertador— Sango solo mira a su amiga, ambas empiezan a caminar hacia el salón donde ambas tenían clases.

— ¡ay! Amiga todos los días es lo mismo, un día de estos el profesor Matsuda no te dejara entrar a clases. — termino con un suspiro. — hay que apurarnos o llegaremos tarde. —

Kagome solo asiente y camina al lado de su amiga; al llegar al salón se dan cuenta que el profesor aun no ha llegado, al entrar Kagome busca con la mirada a sus dos amigas Rin Kido y Ayame Hoshizora. Rin era la más pequeña de las cuatro aunque estaban en el mismo curso, Rin era bastante bajita de cabello tan obscuro como la noche sin luna y ojos de un color café claro que irradiaban inocencia y calidez; mientras que Ayame era pelirroja y de unos hermosos ojos verdes como una esmeralda heredado de su padre quien es un norteamericano que se enamoro de su madre japonesa.

Rin miro hacia la puerta encontrándose con sus dos amigas, se levanto de su asiento y camino hacia ellas.

—Kag, Sango ¿cómo están? — saludo Rin. — ¡Casi llegan tarde! Tuvieron suerte de que el profesor aviso que llegaría tarde. —

—Buenos días Rin. — ambas contestaron.

—Ya sabes que a Kagome se le pegan todos los días las sabanas. — Le dijo Sango a Rin mientras ambas reían y Kagome se sonrojaba. El trió de chicas empieza a caminar hacia sus respectivos lugares, Kagome y Sango se sentaron a la par mientras Rin detrás de Sango y Ayame quien ya se encontraba en su sitio delante de Kagome.

Ayame deja de escribir en su teléfono al ver a sus amigas tomar sus lugares y las saluda.

— ¿Por qué llegaron hasta ahora? Ya estaba a punto de mandarle un mensaje a Sango. — Sango le contesto.

—lo que pasa es Kag se volvió a quedar dormida —

Mientras Ayame le contesto.

—Eso no es ninguna novedad ¿verdad Rin? —

Rin solamente asintió con una sonrisa, las tres amigas ríen mientras Kagome se sonroja ante las palabras de sus amigas.

— ¡Bueno ya dejen de molestar! — Dijo Kagome haciendo un puchero. Después de unos minutos el maestro llego dando comienzo a la clase; Unos cuantos minutos después Rin empieza a mandar mensajes a sus amigas.

—chicas ¡tengo algo importante que contarles. — Kagome le contesto.

—Ya dinos que pasa Rin. —

Rin al ver que el profesor la miraba, guardo su teléfono no sin antes contestarles a sus amigas.

—Matsuda-sensei me descubrió, les digo en el descanso. —

—Está bien Rin. — respondieron sus amigas.

Las clases continuaron hasta que sonó el timbre del descanso, el grupo de amigas se dirigía hacia la cafetería. Después de comprar algunos panes rellenos y bebidas prosiguieron a sentarse. Kagome al recordar la conversación de la mañana le pregunto a su amiga.

— ¿cuál es la sorpresa que nos tienes Rin? — Sango y Ayame no pudieron evitar la curiosidad y emocionadas se lanzan hacia la pequeña.

—Bueno lo que pasa es que las quiero invitar a una fiesta el sábado—

— ¿y de quien es la fiesta Rin? — pregunto Ayame. — Te recuerdo que tus padres aun no te dejan hacer o asistir a una fiesta todavía. —

—Bueno Ayame es de mi hermano…—

Sango al escuchar eso interrumpe a Rin con un gesto de desagrado.

— ¿no me digas que es del pervertido mujeriego de Miroku?—

—Bueno si pero cálmate Sango, además la fiesta no es de él sino también de su mejor amigo, y me puso una condición para que me dejara ir con el.—

—¿y cuál es esa condición, Rin? — Pregunto Kagome.

—bueno…— Rin se sonroja. —Es que el me dijo que para que nosotras pudiéramos ir tenía que convencer a sango de que fuera con el—

Sango al escuchar la tontería que dijo Rin si levanta de su sitio enojada y sonrojada.

—¿Qué? ¡Yo no pienso ir con el pervertido de tu hermano, todavía recuerdo lo que me hizo cuando lo conocí! —

Kagome y Ayame la miraron confundidas al no saber de lo que habla le preguntaron.

— ¿qué fue lo que te hizo amiga? —

— ¿Si Sango porque nunca no lo contaste? —

Sango solamente suspiro y no le quedo más remedio que contarles a sus amigas el vergonzoso incidente con el hermano mayor de Rin.


Sango P.O.V

Fue un día en el que Rin y yo tuvimos que hacer un trabajo en equipo ya que Kagome y Ayame decidieron trabajar juntas; Cuando llegamos a casa de Rin su mamá nos recibió. Después de eso nos despedimos y fuimos su cuarto, unos minutos después tocaron la puerta y Rin abrió en eso me encuentro un joven de más o menos veinte años Rin me lo presentó dijo que era su hermano Miroku y me dijo:

Valla hermanita tu amiga es muy bonita. — Miroku me había tomado la mano y me dijo.

¿hermosa señorita le gustaría tener un hijo mío? —

Miroku a quien apenas acababa de conocer me tomo de la cintura y me abrazo, y sentí una mano que bajo directamente hacia mi trasero, yo me sonroje y lo aleje de mi gritándole.

¡pervertido— Lo siguiente que sentí fue mi mano en su mejilla, lo había abofeteado por confianzudo y pervertido.


Al terminar de contar la historia todas a excepción de Sango empezaron a reír haciendo enojar a Sango.

¡no es gracioso! Dejen de reírse—

Kagome dejo de reírse no sin antes limpiarse una pequeña lagrimilla que se le había escapado de tanta risa.

—calma Sango debes de admitir que fue demasiado gracioso ¿de verdad te pidió un hijo? —

Sango suspiro y le respondió a su amiga.

—si Kag, pase la peor vergüenza de mi corta vida—

—bueno cambiando de tema entonces ¿vamos a la fiesta de mi hermano? Y no acepto un no por respuesta— Pregunto Rin a lo que sus amigas respondieron con una sonrisa y al unisonó.

— ¡está bien! —

Sango un poco enfadado se dirigió hacia Rin para decirle.

—solo espero que el pervertido de tu hermano no se aproveche para toquetearnos Rin—

Antes de que Rin respondiera sonó la campana del fin del descanso, el grupo de amigas se levanto de sus lugares y al salir de la cafetería Kagome paró en seco mirando hacia un punto indefinido en el patio central. Rin al darse cuenta se acerca a su amiga y le pregunta.

— ¿Kag amiga, estas bien? — Kagome miro a su amiga y le dio una pequeña sonrisa para no preocuparla.

—Claro Rin no pasa nada—

Ayame al darse cuenta de lo pasaba se miro hacia donde su amiga miraba hace un momento, descubriendo la razón del despiste de su amiga, acercándose a ella le dio una mirada picara y le dijo.

— ¿no será que mirabas a hoyo? —

Kagome al sentirse descubierta por su amiga solo atina a sonrojarse y no tratar de tartamudear por el nerviosismo.

— ¡claro que no Ayame! Solamente recordé algo que tenía que hacer al llegar a casa. —

Sango se unió a la conversación y le dijo a su amiga en un tono de burla, ella mas que nadie sabia lo que su amiga sentía por Hoyou.

— ¡claro que si lo mirabas! — después se acerco a ella abrazándola y le dijo; — ¿Cuándo le dirás que lo amas Kag? —

Kagome solamente se sonrojo y le contesto en un susurro a su amiga.

—no lo sé Sango me da pena hablarle—

Aunque Kagome y Sango susurraban, Rin escucho un poco de la conversación y tomo a Kagome del brazo y con un tono serio le dijo.

—Pues tienes que apresurarte Kagome, porque me dijeron que Yuca anda atrás de el—

Kagome solamente escondió su mirada en su flequillo.

—Ya lo sé Rin ¿pero qué quieren que haga si me pongo nerviosa cuando quiero hablarle? —

Sango y Rin solamente suspiran por lo tímida que puede llegar a ser su amiga, el grupo sigue su rumbo hacia el salón de clases en silencio.


Mientras tanto en la universidad de Tokio un trió de jóvenes están sentados en la cafetería, uno de los jóvenes Kouga Ookami tiene cabello negro alzado en una coleta alta con unos ojos azul celeste, su piel con un bronceado mediterráneo y un cuerpo atlético, Miroku Houshi tiene el cabello negro como su amigo pero sus ojos son azul zafiro y un cuerpo que no tiene que envidiarle a su amigo, y por ultimo Inuyasha Taisho, un joven albino de pelo plateado, ojos dorados como el sol y un cuerpo atlético demostrando que no tiene nada que envidiarle a sus amigos.

—Miroku ¿ya tienes todo listo para la fiesta del sabado? —

—Claro Kouga ya solo falta saber si Sesshomaru le prestó la casa a Inuyasha—

Inuyasha solamente contesta de mala manera ya que no se sentía de muy buen humor solamente quería salir de ahí e irse a la cama a dormir.

—Claro que me la presto, solo me hizo prometer que el estaría allí para "asegurar" que no rompiéramos nada. —

Kouga e Inuyasha comienzan a hablar de la fiesta, siendo interrupidos por Miroku quien se había olvidado de un detalle importante.

—hablando de hermanos, mi hermanita me Rin me pidió ir a la fiesta y como la quiero mucho pues la deje que fuera—

Inuyasha al conocer a su amigo sabe que le pidió algo a la pequeña Rin,

—Ya como si no te conociera miroku ¿Qué le pediste libidinoso? —

Miroku lo mira indignado pero le contesta.

—hay inuyasha parece que me conoces bastante bien. — dice suspirando. — Solo le pedí que una de sus amigas fuera conmigo a la fiesta, lástima que no conocen a las amigas de mi hermana la verdad es que están muy bonitas. —

Inuyasha lo mira con una mueca burlona molestándolo por eso.

—vaya aparte de mujeriego y pervertido ahora sales pedófilo, aunque pensándolo bien tu vez hermosas a todas las mujeres—

Miroku solamente ve a su amigo con cara de lastima, sabiendo que Inuyasha lo molestara por un largo tiempo.

—Inuyasha amigo no me trates tan feo—

Kouga quien no había participado en la platica de los amigos le dice a Miroku con burla.

—Lo que pasa es que el perro rabioso todavía anda sentido por que Kikyou lo dejo por Naraku. —

Inuyasha se molesto ante el comentario de Kouga lo tomo de las solapas de su camiseta y con furia le dijo.

—¡cállate sarnoso tú no sabes nada! — lo soltó y se dio la media vuelta. — Ya me voy tengo clases—

Inuyasha solamente se va sin despedirse de Miroku saliendo de la cafetería hecho una furia, maldiciendo a su ex novia quien lo dejo por alguien supuestamente mejor que él.


Terminaron las clases en el insututo shikon y Kagome y sus amigas caminaban hacia la salida; Despues de unos minutos Sango se despide en las escaleras del temple Higurashi. Kagome sube las escaleras y al abrir la puerta avisando que llego y encontró a su madre en la cocina haciendo la cena.

—hola mamá. — Sonomi sonríe al ver a su hija tan animada.

—hola cariño ya casi esta la comida, ve a lavarte las manos— Kagome asiente y sube hacia su cuarto para ponerse algo cómodo antes de cenar.

Toda la familia estaba reunida cenando, Kagome recuerda la fiesta a la que Rin las habían invitado, así que tenía que preguntarle a su madre.

—Oye mamá ¿me puedes dejar ir el sábado a una fiesta? — Sonomi mira a su hija y deja los palillos en la mesa para responderle.

—claro pero ¿Quién va a ir? — Kagome un poco más animada le contesta a su madre.

—Sango, Ayame, Rin, de hecho la fiesta es en la casa de un amigo de su hermano y también me preguntaba si ¿me puedo quedar a dormir con Rin por favor? —

Sonomi duda un momento pero al final le responde a su hija.

— esta bien hija. — Kagome empieza a chillar emocionada, pero la voz seria de su madre la detuvo. — Te dejo ir con una condición el hermano de Rin te tiene que traer a la hora del almuerzo. —

Kagome solamente asiente y se levanta de la mesa para abrazar a su madre.

—Gracias mami por eso te quiero. —

Sonomi niega con una sonrisa, Kagome termina su cena un poco más rápido y se levanta de la mesa deja su plato el lavaplatos y se dirige a su cuarto para darle la noticia a su amiga. Esperando pacientemente a que llegue el sábado.

Continuara…