Esta historia comienza poco después de la gran batalla contra el señor tenebroso, la guerra ha finalizado, Voldemort y sus secuaces han sido derrotados, muchas vidas se han perdido en el camino, y el colegio Hogwarts, en ruinas, ha tenido que cerrar sus puertas, pero el destino hará que viejos conocidos se vuelvan a encontrar.
(16-07-2015 Estado actual del fic: En proceso de beteo.)
Disclaimer; la mayoría de los personajes pertenecen a J.K Rowling
Capítulo 1: ¿¡Cómo es posible!?
Era una oscura y lluviosa mañana de otoño, la temperatura era baja, aquel día había amanecido cubierto por un espeso manto de niebla que lo envolvía todo, hacía varias semanas que no paraba de llover, a veces con fuertes tormentas y a veces con suaves lloviznas, y aunque no había nevado aún, el clima resultaba mucho mas frío que el año anterior.
El paisaje gris de aquel bosque acentuaba todavía más la espectral imagen de la sombría mansión de los Malfoy, esta, fue construida por completo en piedra por uno de sus antepasados, Lord Hyperion Dayton Malfoy en honor a su esposa Elinor, duquesa de Arlington anteriormente conocida como Elinor Cosset deliuncourt, prima lejana de Fantin Deliuncourt, sobrina nieta del rey de Francia.
La enorme mansión databa de mediados del siglo XVII y a pesar de el paso de los años su magnifica aunque antigua arquitectura apenas había sufrido daños, por fuera sus herederos la habían conservado generación tras generación tal y como fue construida, mas sin embargo como es natural el interior fue adecuado a cada época y gusto de sus ocupantes, Malfoy Manor se situaba en el lejano distrito de Delfaster, conocido por sus densos bosques, y porque solo vivían familias de alto estatus, de hecho solo se podía acceder con un hechizo especial que deshacía la invisibilidad del lugar, y solo se podía salir con otro hechizo.
Tiempo atrás fue deslumbrante y lujosa, pero aquel hermoso palacete se convertiría poco a poco en un lúgubre lugar, todo parecía marchito, tanto el exterior como el interior, cosa que poco importaba a los Malfoy que la habían ido ocupando, pues poseían esa oscura esencia que tanto les hacia destacar.
En el interior de la mansión la chimenea estaba encendida, al estar construida en piedra, la temperatura en aquel ambiente era gélido, casi tanto como la naturaleza de sus habitantes, hubo un tiempo en el que la servidumbre como fue costumbre durante siglos, estaba formada por elfos domésticos, pero la ley había cambiado y se les había dado a todos la libertad, solo se permitía tener al servicio a humanos y aun así se les tendría que hacer contratos y pagarles un salario.
En la sala familiar se hallaban sentados Draco, su padre y su madre, la decoración era sobria pero bastante elegante, tenia pocos adornos, y bastantes fotografías y retratos familiares, los muebles aunque justos eran de gran valor, todo lo que había en esa sala costaba una fortuna.
El salón familiar se usaba como su propio nombre indicaba, para reunirse íntimamente en familia, tomar el té y recibir visitas de las personas mas allegadas, para comer utilizaban el comedor familiar, y para las fiestas y demás recepciones utilizaban el gran salón.
Para tratar temas de negocios y asuntos mas serios Lucius Malfoy utilizaba su despacho, y para estudiar y hacer las tareas del colegio Draco Malfoy usaba la biblioteca, absolutamente todas las estancias de la casa tenían chimenea, incluidos los baños.
La situación los estaba superando a todos, en especial al chico, no entendían como podían haber llegado a ese extremo, era la primera vez que Draco Malfoy veía como su padre no lograba expresarse bien ante su presencia, notaba que no era capaz de sostenerle la mirada.
Lucius estaba sentado junto a su esposa Narcissa, sujetando entre las suyas una de sus manos, estaban frente a él, tratando de hacerle entender lo importante y necesario de todo aquello:
—Escucha hijo, se que toda la vida hemos actuado de otra manera, te educamos para que fueras digno de llevar nuestro apellido, para que fueras digno sucesor de tu estirpe, todo lo que te enseñamos lo hicimos por tu bien, y el de nuestro entorno, pero ahora las cosas han cambiado mucho, ha comenzado una nueva era..., y tenemos que adaptarnos a ella, no se trata de lo que deseemos, si no de lo que debemos hacer, no es algo que podamos cambiar a nuestro antojo, nuestro poder de dominio se ha mermado mucho después de perder la batalla al lado del señor tenebroso, sabes todo lo que ha ocurrido, los que han vencido han impuesto nuevas leyes y ahora..., estamos sujetos a ellas.
Draco estaba mirando a su padre algo extrañado, no terminaba de entender lo que su padre intentaba decirle, sabia que le estaba costando hablar, y ese gesto de tomar la mano de su madre... tan poco habitual. Su padre se había quedado en silencio tratando de buscar las palabras adecuadas, pero se veía algo perdido, entonces su madre tomo la palabra,
—Hijo mío esto es muy difícil para todos, pero si hubieran mas opciones jamás te pediríamos esto, el ministerio nos ha amenazado a tu padre y a mi con encerrarnos en las mazmorras de Azkaban si no accedemos, seremos acusados y condenados por traición si no cumplimos la nueva ley de enlace de paz.
—¿Enlace de paz? —preguntó Draco con el ceño fruncido—, ¿en qué consiste esa ley madre?.
—Consiste en la unión matrimonial entre muggles y brujos para demostrar que no estamos en guerra, que no hay discriminación, es una forma que se nos impone para pedirles perdón a los muggles por los agravios causados.
Malfoy estaba estupefacto, ¿cómo se atrevía el ministerio a hacer semejante locura?, ¡Matrimonios con los muggles!, el chico pensaba abrumado, en que el ministerio iba a encarcelar a sus padres por haber estado al lado del señor tenebroso, estaba horrorizado.
—Madre, padre, no podemos permitir que nos traten así, no pueden encarcelaros, tenemos muchos contactos en el ministerio, hay que hacer algo.
—Hijo, ya hemos pensado en eso y en todas las posibilidades que hay —le dijo Lucius muy seriamente—, hemos hablado con nuestros abogados, y con el mismo ministro en persona, nos ha comunicado que no perderemos ni estatus ni fortuna si accedemos a cumplir dicha ley, pero si no lo hacemos..., nadie nos librara de Azkaban.
Muchas gracias a tod s por leer, si les gusta la historia intentaré colgar un capítulo por día, o un par por semana.
Saludos!