Aquella tarde en el metro - Uhuru-Chan

Advertencias: Shonen ai, AU

Disclaimer: Hetalia y sus personajes pertenecen a Himaruya Hidekaz.

Todas querían el maldito final feliz xD Pero que quede en sus mentes que el final verdadero es el que ya leyeron, esto es un final alternativo que no me gusta (Es que me pongo ultra marica con los finales felices), pero que espero que a ustedes si les guste

Había olvidado decirles que cuando se me vino esta idea recordé la canción de James Blunt- You are beautiful, habla de eso, me mata la frase del final "But is time to face the truth, i will never be with you" akjfhskfhkdfs Feelings joder. Amo esa canción.

Respondo el guest:

Mizuki: Arthur se bajó porque ahí vivía xD Pero si, pudo quedarse a charlar con Alfredito u_u

Aww don't cry baby, sé que soy una maldita zorra, pero así pasa en la vida real :C Jajajja Como Francis el drama King. Gracias por los cumplidos, pues sí, Alfred es capaz en su universo de eso y más, pero en la vida real la gente no puede buscar a alguien que ni si quiera sabe cómo se llama en una capital, otro golpe de la realidad, por eso soy una zorra bastarda c: xD (¿O la realidad es una zorra bastarda?) jajaja me montas un dramón y al final me dices que estuvo lindo D; En fin, lee ahorita y si no te gusta me denuncias el perfil (?)

Debería poner mi vocabulario de pirata como advertencia xD

¤º~º~º~º~º Fin del viaje º~º~º~º~º¤

…y elevó su mirada, él le estaba mirando otra vez, sonrió sintiendo un agradable cosquilleo en el cuerpo, iba a hablarle, a preguntarle su nombre, pero el hombre se levantó excesivamente rápido para su gusto, las puertas se abrieron y el mayor se bajó hacia el andén casi corriendo, Alfred corrió tras él, no le importó empujar gente al bajar, no iba a dejarlo escapar, tenía una corazonada, necesitaba saber de él.

-¡Espera!

Arthur corría, no podía creer que el americano le estuviese siguiendo, prefería caerse y romperse el cuello antes que hablar con alguien que lo había pillado espiándolo. Subió las escaleras lo más rápido que pudo, pero sintió un fuerte jalón en su brazo, se resbaló, se dobló el tobillo, dejó caer su bolso y finalmente cayó en los brazos del muchacho que le seguía.

-¡Mierda!, ¡Me duele!-Gritó Arthur sentándose en el escalón con cuidado después de zafarse del agarre del menor.

-¡Lo siento!, ¡Es que no te detenías!-Alfred se agachó a la altura del mayor y observó el tobillo hinchado que acariciaba-Oh…

-Mi…bolso-Lo miró a los ojos y frunció el ceño, sonrojándose-Cógelo.

Alfred bajó las escaleras obediente para tomar el bolso que había rodado hasta abajo y volvió al lado de su dueño, se lo entregó con una sonrisa de disculpas, no era su intención jalarlo tan fuerte, pero a veces no podía controlar sus emociones.

-Si quieres te llevo al hospital-Ofreció acariciando suavemente la zona dañada, su madre había quedado en segundo plano.

-Sé llegar solo, maldito yankee-Respondió poniéndose de pie apoyándose en la baranda.

-Vamos, no te enojes conmigo dude, fue un accidente-Alfred hizo un puchero por la actitud del mayor, se sentía repentinamente como un infante siendo reprendido después de cometer una travesura.

El británico ignoró al muchacho e intentó subir las escaleras, sabía que se haría más daño, pero le daba igual, solo quería huir de ese cosquilleo infernal y tomar aire fresco para que se fuese el odioso color de sus mejillas.

-Te harás daño.

-Ya me hiciste daño.

-Terco.

-Mocoso imbécil.

Alfred sonrió, definitivamente creía que era adorable que lo insultara mientras traía el rostro rojo. Subió siguiendo a Arthur y posó sus manos en los hombros ajenos, acerco su boca a la oreja del mayor y suspiró sabiendo que le molestaría.

-Agarra tu bolso.

-¿Q…qué?-Preguntó extrañado, volteando apenas, sintiendo su rostro arder más que antes si es que era posible.

Alfred no le dio tiempo de voltear por completo, se agachó un poco y lo tomó en brazos al estilo matrimonial, llamando la atención de los transeúntes y ganándose un par de risas burlonas. Arthur dio un grito y afirmó su ya golpeada computadora dentro del bolso.

-¡¿Qué estás haciendo?!, ¡Bájame ahora mismo, idiota!-Protestó intentando zafarse en vano, el americano tenía mucha fuerza.

-Te llevaré al hospital, por cierto, me llamo Alfred Jones-Contestó subiendo los escalones restantes con una gran sonrisa surcando su joven rostro-¿Y tú te llamas…

-Arthur Kirkland-Susurró tratando de esconder su rostro en el espacio entre el cuello y el hombro del menor, estaban haciendo el ridículo en medio de la multitud-Vamos rápido, ¿Si?, estoy cansado.

-A sus órdenes, alteza.

Salieron del lugar y los golpeó el aire frío de la calle. Alfred hizo que un taxi se detuviese y bajó al británico con cuidado, aunque el último se subió sin ninguna delicadeza al auto, esperando desaparecer al fin de la mirada de los curiosos, el americano le siguió con tranquilidad y cerró la puerta.

-Buenas tardes, ¿A dónde?-Preguntó el conductor.

-Eh…No lo sé-Contestó Alfred confundido, aún no podía moverse bien él solo en Londres, miró al británico que le devolvía la vista con una expresión de disgusto.

-¿Y te ofreciste a llevarme al hospital?

No alcanzó a responderle, su celular estaba sonando nuevamente, tragó con dificultad y contestó a su madre, le preguntó por el retraso y él se disculpó diciéndole que enviaría a Matthew para que la fuese a buscar, aunque ella al final se enojó y le cortó la llamada diciéndole que llegaría por si sola al departamento.

Arthur le dio las instrucciones al chofer, mirando de reojo al menor que parecía estar afligido mientras hablaba por celular.

-Era mi madre-Explicó guardando el aparato.

-¿Ibas a verla a ella?

-Sí, pero da igual, cuando llegue a casa le aclaro lo que pasó.

Arthur se acurrucó en sí mismo, se sentía extraño ahí sentado con un tipo que acababa de conocer de casualidad, no sabía cómo actuar, además él muchacho le prestaba demasiada atención y se sentía observado. Alfred se le acercó demasiado de un momento a otro mientras él estaba absorto en sus pensamientos, el británico giró su rostro hacia él con un gesto cansado.

-¿Puedo besarte?

Arthur abrió sus ojos desmesuradamente, el muchacho se acercaba cada vez más, y él…él no hacía nada para alejarlo, simplemente se quedó esperándolo.

-Me…siento enamorado-Susurró sobre los labios del mayor.

-No digas est…-Alfred cerró la distancia haciéndolo callar con un suave beso que Arthur no tardó en corresponder.

-¿En serio no crees en el amor a primera vista después de lo de hoy?-Murmuró antes de volver a atacar la boca británica mansamente.

El chofer del taxi tosió incómodo con la escena que se desarrollaba en su vehículo y que podía ver claramente a través del espejo retrovisor, ambos se separaron abruptamente y él les indicó que ya habían llegado al hospital. Alfred sacó nervioso su billetera del bolsillo trasero de sus jeans y pagó el viaje.

Los dos descendieron del auto. Alfred hizo amago de cargar al mayor nuevamente, pero él se negó fervientemente, podía caminar aunque le doliera, prefería arruinarse el pie y ser un cojo con dignidad.

El doctor le dijo que tenía un esguince y que debía tomarse una semana para descansar, el británico lo lamentó, no tenía nada que hacer en su casa, vivía solo y por el contrario, Alfred parecía estar muy feliz al oír los reclamos del mayor, si vivía solo y debía hacer reposo era la situación perfecta para acompañarlo a su hogar y cuidarlo haciéndose responsable del accidentado.

Hicieron el mismo trayecto recorrido anteriormente, esta vez en dirección al departamento de Arthur, no sin antes tener otra discusión donde el británico expuso su inconformidad ante la insistencia del menor por irrumpir en la privacidad de su hogar. Cuando ya estaban a punto de llegar, el británico se quedó mirando al menor fijamente, pensando en su apariencia. Alfred sonrió nervioso mirándolo de reojo.

-¿Qué pasa?-Preguntó incómodo después de unos minutos.

-¿Qué edad tienes mocoso?-Interrogó en respuesta, entrecerrando sus ojos.

-Eh…tengo diecinueve años-Contestó bajando la voz, había notado en el metro que Arthur era mayor que él.

-Joder…-Murmuró el británico pasando una de sus manos entre sus pálidos cabellos en un claro gesto de angustia.

-No soy un m…

-Si lo eres, tengo veintiséis-Le interrumpió, sintiéndose súbitamente viejo.

-Hahahahaha, ¡Eres joven!, no seas exagerado-Le confortó sobando su espalda cálidamente-Además luces de maravillas, solo hace falta que alguien borre esas ojeras-Añadió tironeando el rostro contrario.

-¡Suéltame!-Arthur le jaló el cabello desde la nuca, haciéndole retroceder, pero el otro seguía riendo de esa forma estruendosa y fastidiosa.

El auto se detuvo y nuevamente el chofer se les quedó mirando extrañado. Kirkland golpeó al menor en la cabeza y le quitó la billetera para pagarle al pobre hombre que ya había tenido suficiente de esos dos por un día.

-¡Que departamentos más viejos!-Exclamó Alfred después de echar una mirada en el edificio donde vivía el mayor. Arthur le miró con ansias asesinas que el menor ignoró.

El americano caminó en dirección a la antigua edificación, pero el británico seguía sin moverse de su lugar, Alfred volteó curioso, esperando a Arthur. Había dejado de llover hacía unos minutos.

-Vamos dude, te vas a congelar si te quedas ahí parado-Dijo sonriendo, como si le estuviese invitando a su propio hogar.

-Deberías…irte.

Alfred borró su sonrisa despacio, y se acercó a él con lentitud, mirándole a los ojos.

-Cuando te vi bajar del metro pensé que jamás te volvería a ver y me sentí vacío, a pesar de que no te conocía, por eso te seguí tan desesperado y cuando te detuve y me miraste sentí un alivio inmenso y pude respirar, ni si quiera supe cuando había dejado de hacerlo, se sintió tan bien saber que podría volver a verte.

Arthur jadeó conmocionado por el tinte serio de las palabras que acababa de oír, se quedó callado, sintiendo ese molesto cosquilleo en su cuerpo, ese que le hizo sentir vivo desde que se habían visto en el metro, vivo como no se sentía desde hacía años. Sonrió divertido, quizás Alfred tenía razón cuando le dijo que aún era joven, a pesar de que había vivido tanto ya en aquellos veintiséis años.

Kirkland rompió la distancia esta vez, de una forma algo desesperada, chocó sus labios apasionadamente y se aferró a la chaqueta deportiva del más alto, no queriendo dejarlo ir.

Alfred sonrió en medio del beso y lo acercó más, acariciando su espalda baja y cintura. Separaron sus bocas paulatinamente, sin querer hacerlo realmente.

-¿Vas a borrar las negras ojeras de mi rostro?-Bisbiseó sonriente el mayor sobre los labios contrarios.

-Eso y más, incluso haré que tu cabello brille-Respondió divertido el menor antes de volver a besarlo.

Arthur le tomó de la mano y lo llevó hasta la entrada del lugar, olvidándose del dolor de su tobillo, no podía sentir dolor si estaba con él, y Alfred le siguió como el bobo enamorado que era, iluminando la noche con su deslumbrante sonrisa.

Fin.

º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^ºº^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^º^

Oh dios, esto es culpa de Bosé y las canciones cursis de la radio, o sea "Amante bandido" con su frase de "Seré tu héroe de amor" ¡ES TAN ALFRED MALDITA SEA!, me pongo tonta y escribo fluff puro, por eso prefiero el drama, esto me quita rudeza.

Espero les haya gustado, en serio a mí no me gustó e_e (Oh god why?)

Me he sentido bien recibida aquí, ya siento como si fuese mi nuevo hogar (?), ¡Gracias!, espero tener alguna otra idea pronto para publicarla por aquí :3 (Y si es drama se quedará como drama è_é) ¡L s quiero!

Au revoir.