Caminos Cruzados.

Capitulo 1

pov Aveline:

Pasan los años y el negocio prospera, pero el Supervisor sigue sin aparecer. Finalmente, el soplo de un informante pone en marcha un gran viaje. Gran viaje... me encontraba en una ciudad blanca, al menos donde yo estaba. La nieve cubría todo el bosque como un manto gigante y el frio calaba hasta los huesos, pero la causa era mayor que el frio o la nieve. Debía encontrar a un lealista y por mucho que me pesara, necesitaba ayuda para hacerlo.

No soy una mujer a la que le guste depender de lo demás para conseguir sus propósitos, prefiero hacerlo por mí misma, para eso me entrenaron, pero a veces todos necesitamos un poco de ayuda.

Caminaba por los bosques de Nueva York en busca de esa ''ayuda'' que encontré fácilmente. Allí lo vi. Agachado junto a un árbol, observando lo que parecía un tipo restos.

-¿Connor?- vi como giraba su cabeza hacia mí al escuchar su nombre.- Soy Aveline de Grandpré... tu ''hermana'' de Nueva Orleans.

-Si, Aquiles me dijo que vendrías.- se levantó al tiempo que me respondía. Me fije en su aspecto. Tenía un aire misterioso con esa túnica blanca que apenas me permitía verle los ojos. Era alto, mucho más alto que yo. Tenía unos anchos hombros y fuertes brazos. Iba armado exactamente igual que yo. En sus armas me fijé especialmente en una especie de hacha que la hoja tenía la forma del emblema de los Asesinos. Era realmente hermosa.

-Busco a un lealista, el oficial Davidson del regimiento etíope de Lord Dunmore.-le contesté. No estoy segura de si fue mi impresión o no, pero creo que él también estaba observándome como yo lo había hecho anteriormente.

-Ese regimiento ha pasado por aquí. Mira la destrucción que ha dejado.- me dijo señalando el bosque de nuestro alrededor. Era algo poco agradable de ver, y él parecía algo apenado por ello.- Su rastro lleva por aquí. Lo seguiremos con cuidado.- señaló-.

Fuimos caminando a paso ligero por el camino que me indicó. Ambos íbamos en silencio y eso me incomodaba, así que decidí iniciar una conversación.

-Connor.

-¿Si?

-Supongo que Aquiles te habrá contado los porque de mi compromiso son la Hermandad y mi misión.

-Sí, ¿por qué lo preguntas?-cuestionó mientras caminábamos.

-Bueno, tú sabes de mi vida, así que me gustaría saber también de la tuya. ¿Cuál es tu misión?

Empezó a explicarme su causa. Me habló sobre un tal Charles Lee y que él era su principal objetivo, como el mío era el Supervisor. También me contó que su padre era Templario y británico. Su madre era nativa americana y fue asesinada a manos de los Templarios, junto a otros muchos de su aldea. En ese momento comprendí por completo su propósito.

-Siento lo de tu madre.- le dije sacando mi lado amable.

-Gracias.- me contestó secamente mirando hacia el suelo.

Seguimos nuestro camino hasta que vi algo por el rabillo del ojo. Sabía que era una persona.

-¡Por allí, entre los árboles!-exclamé de forma casi instintiva.

-¡Una trampa! Sigue al centinela. Yo me ocupo de estos hombres.

Eche a correr mientras Connor luchaba contra un grupo de guardias. Me encontré persiguiendo a un hombre que huía cobardemente. Tras varios minutos corriendo, lo tuve lo suficiente cerca como para atraparlo y eso hice. Lo lancé al suelo y lo amenacé apretando mi hoja oculta contra su garganta.

-¡Suéltame!-exclamó.

-Única oportunidad de vivir: ¿Dónde está Davidson?

-¿Quién?-me estaba haciendo perder la paciencia que me quedaba. Mi hoja cada vez estaba más hundida en su cuello.

-¡Vamos! Es la hora.-respondí enfadada.

-En el fuerte.-dijo finalmente.

-Ha sido fácil. ¿Y vosotros os hacéis llamar lealistas?-dije con cierto tono arrogante.

-Es más fácil ser leal en el fuerte que afuera con un cuchillo en el cuello.- me dijo mientras se levantaba sobándose el cuello con una mano.

-Corre a tu casa ahora y que no te vuelva a ver… o ya no podrás huir.

-Si señora.- dijo echando a correr. Cobarde…

Poco después Connor y yo nos encontrábamos escalando lo inescalablé y cruzando zonas del bosque pocas personas se atreverían a atravesar. Por ahora todo iba bien, hasta que me encontré con Davidson. Estaba en un cabaña en el fuerte.

-¿Cómo? ¿George? ¿Eres tú?- George era uno de los esclavos que me acompañó durante un tiempo por los pantanos. No podía creer que ahora se encontrase en este lugar.

-Oficial Davidson. Ahora haz el favor de guardarme el respeto que te dicta mi mando.-contestó con tono de superioridad.

-¿Luchas por los británicos? ¿Y trabajas para mi enemigo que te esclavizaría? El rango se te ha subido a la cabeza.

-Los lealistas han garantizado mi libertad. Luchare por ella y la ganaré para mí mismo.-aun que fuese mi amigo, caza vez tenía más ganas de darle un buena paliza.- ¿A quién sirves tu? ¿De verdad piensas que eres libre? La caridad ha de empezar por uno mismo Señorita Aveline.

No pensaba permitir que se saliera con la suya. Salió corriendo y aun que tuve que enfrentarme a varios de sus hombres logré alcanzarle. Iba subido a una carreta con barios barriles de pólvora. Desde lo alto conseguí disparar a uno de ellos y hizo explotar todo el carro.

Cuando llegue al lugar vi a George arrastrándose por el suelo muy mal herido. Sabía que le quedaba poco.

-Esperaba no tener que llegar a esto. Con la muerte te llega la libertad eterna.-suspiré al tiempo que le sujetaba la mano.

-¡No te burles de mi! Yo elegí mi destino. Eso es la libertad. Quizá algún dia también la conozcas.-me dijo de forma entrecortada.

-Yo… ¿Quién es el Supervisor?

-La respuesta ha estado delante de ti todo el tiempo. Solo abre los ojos.-dijo soltando su último aliento de vida. Le junte las manos y lo deje allí. A partir de ese momento, él ya era realmente libre.

Más tarde…

-¿Encontraste lo que buscabas?-me preguntó Connor.

-Oui (si), y mucho más que no buscaba. Connor, ¿siempre estás tan… seguro de los métodos y decisiones de la Hermandad?

-Yo… confío en mis manos.-respondió

-Por supuesto.-le dije soltando una pequeña risa.

-Que tengas buen viaje.- me dijo. Me sorprendió la forma en la que me dijo esas cuatro simples palabras, fue de una forma tan… dulce.

-Es la llegada lo que me preocupa.

Ahora le toco el momento de reír a él.-Entonces vas por el buen camino.

-Adieu, Connor.-me disponía a irme cuando algo se me vino a la cabeza. -Connor, ¿te puedo proponer algo?

-Mmm, claro.

-Antes cuando me has contado tu historia y tu misión me ha interesado mucho. El tema de Charles Lee me tiene un tanto intrigada. Y bueno… en cierto modo también es mi enemigo.

-¿A dónde quieres llegar?-me preguntó algo extrañado.

-Si no te importa, me gustaría ayudarte con todo esto. Cuando yo terminé claro. Aunque creo que me queda muy poco. No sé, puede que no te venga mal algo de ayuda. Además, así los Templarios de esta zona se verán más amenazados. Será más fácil acabar con ellos.- estaba segura de que me diría que no. Por eso su respuesta se tomo desprevenida.

-De acuerdo.

-¿Quoi?(¿qué?)

-He dicho que de acuerdo. Me vendrá bien. Así aceleraremos las cosas.- dijo mientras se cruzaba de brazos.

-Vale.-sonreí.

-¿Cuándo podría volver?

-Digamos que… en una semana, más o menos. ¿Te parece bien?

-Me parece bien.-no sé porque, pero me entraron unas ganas enormes de quitarle la capucha. Tenía curiosidad por ver cómo era su rostro al descubierto.

-Pues hasta dentro de una semana, entonces.- aun que la capucha me impedía ver parte de su cara, tengo la impresión de que en ese momento me sonrió.

-Hasta pronto.-se despidió.

Ambos emprendimos caminos distintos, pero sabiendo que dentro de poco nuestros caminos se volvería a cruzar. Lo que ninguno de los dos sabia es que ese camino iba a ser más complicado de seguir de lo que pensábamos.

Continuara…

Holaaa! Bueno este es el primer capitulo de mi primera historia de este juego y espero que no sea la última. Espero que os vaya gustando la historia, y aunque el capitulo no haya salido muy largo, prometo hacer los demás un poco más largo. Dejadme mucho Reviews porque leerlos, creedme, me anima mucho ha seguir escribiendo.

Hasta la próxima. ¡Besos!