Disclaimer: Naruto no me pertenece.

Línea temporal: Manga capítulo 527… creo.

Advertencias: Estupidez extrema.


EDO TENSEI

Capítulo Único

Bien, era hora de mover el culo en dirección al campo de batalla para detener a Obito y Madara. Y ayudar a Naruto, principalmente eso, en realidad. Sasuke no confiaba en que el jovencito rubio saliera ileso, sin traumas y victorioso del encuentro así que, como príncipe azul al rescate de damisela en apuros, él tendría que ir en su ayuda. Ya, después de que barrieran el patio con sus enemigos, podrían hablar los dos acerca de eso de regresar a la aldea que tanto pregonaba Naruto.

Sasuke ya se visualizaba de regreso en Konoha. Una casa cómoda y una familia feliz, no pedía mucho. Él quería restaurar su clan y toda la cosa, sin embargo, tendría que contratar un vientre de alquiler para ello… desde que los hombres no pueden embarazarse y parir para tener hijos. Uchiha pensó un segundo en Sakura. Tal vez ella donaría su óvulo y su matriz para la causa, claro, después de golpearlo un poco por proponerle semejante majadería, porque él no pensaba tener sexo con ella. Una fertilización in vitro le parecía la mejor solución.

¡Ah, los problemas que se ahorrarían si tan sólo Naruto tuviera la capacidad de concebir!

Y hablando de Naruto, había algo que Sasuke necesitaba hacer antes de que fuera demasiado tarde: pedirle la bendición a su suegro, que para eso lo había revivido. Sí. Para eso. Lo de escuchar la historia del Hashirama Senju había sido solamente una pantalla de humo para cubrir sus verdaderas intenciones. Él ya había sido evangelizado desde el momento en que Itachi murió.

Sintiendo una timidez fuera de lugar y que obviamente iba en contra de su personalidad y principios, Sasuke se acercó a Minato Namikaze, que se preparaba para ir a la guerra con una sonrisa alegre al poder ir en ayuda de su retoño. El antiguo vengador le pidió acompañarlo a un lugar más privado para soltarle la noticia bomba. Él quería una boda con todas las bendiciones que se pudieran obtener. Una pena que no habia manera de traer a Kushina Uzumaki de vuelta sin ser demasiado obvio.

—Quiero pedirle la mano de Naruto —dijo Sasuke sin anestesia, como era él. Ya sabía que su personalidad era un problema muchas veces, pero había vivido bien la mayor parte de su vida como para cambiarla de un momento a otro.

Minato Namikaze hizo una cara poco digna de un hokage. Por su mente cruzaron pensamientos como "¡¿qué demonios?!", "¿hay una cámara oculta por aquí?", "¿me está tomando el pelo?" y más cosas de ese tipo.

—¿Qué? —fue todo lo que pudo responder.

Uchiha no veía razón por la que debía repetir lo que dijo, pues, joder, el Cuarto Hokage había escuchado perfectamente lo que había dicho pero, si ponía esa actitud tan intransigente nunca obtendría la mano del rubio menor.

—Naruto y yo vamos a casarnos.

Yondaime seguía perdido.

—¿Es esto alguna especie de broma? —pero no, no lo era. La cara de Sasuke estaba todo lo seria que se podía estar—. ¿Qué... qué piensa Naruto sobre esto?

—Naruto estará de acuerdo —en cuanto se lo diga, pensó.

Namikaze se perdió en sus pensamientos una fracción de segundo, procesando la información que acababa de obtener. Naruto se casaría… con un hombre. Naruto estaba de acuerdo en casarse… con un hombre. Naruto era… un hombre.

¿Por qué la vida era tan cruel? ¿Era este su castigo por dejar huérfano a su hijo cuando éste apenas nacía? ¡Oh, karma maldito!

—Lo… lo que Naruto decida está bien para mí —dio una sonrisa temblorosa a Sasuke, tratando de sonar como un buen padre. Sin embargo, Minato se fue a deprimir lejos del grupo de hokages y demás fenómenos, porque eso de que estaba feliz era un obvio cuento.

¡Él quería nietos!

Sasuke, por su parte, se adelantaba a los acontecimientos y hacía un inventario mental de las cosas que utilizarían en la celebración.

Una boda no se planea sola ¿o sí?


Última edición 05/11/2013

PROHIBIDA la reproducción parcial o total de este escrito sin consentimiento del autor.