Los rayos de rol se filtraban por las cortinas de la habitación de Elsen. Era un lugar sin duda acogedor, sin ropa tirada por el suelo, los libros de las estanterías clasificados por orden alfabético y el escritorio completamente limpio. Elsen era algo maniático de la limpieza, y cualquier cosa que viera fuera de lugar se apresuraba a ponerla a puesto. Batter se despertó primero y miró la hora: las 8 y tres minutos de la mañana. Se pasó una mano por el pelo y vio que Elsen aún no se había levantado, cosa muy rara en él ya que siempre era el que madrugaba. Se levantó y se puso las zapatillas, dirigiéndose al comedor a ver si su otro compañero se había despertado.

Zacharie se había dormido en su cabaña del rincón del comedor, con la máscara puesta y el portátil encima del estómago. Batter se fijó en que ni siquiera se había cambiado de ropa, simplemente había tirado el jersey y los pantalones por el suelo. La visión le trajo recuerdos del verano pasado, cuando aún vivían juntos en aquel ático y la brisa marina entraba cada mañana para acariciarles el rostro y despertarlos con suavidad. Entonces Zacharie le pasaría una mano por los hombros, acercándolo a sí y le rozaría la mejilla y los párpados con los labios, dejándole algún que otro pico. Eran buenos tiempos, sin duda, pero aquello era una fase que ya habían terminado de superar, al menos por parte de Batter. Con sigilo y vigilando de no despertarlo, le quitó la máscara a Zacharie y la dejó a su lado, lo arropó con la manta del sofá y volvió a su habitación a por sus cosas de ducha.

Dejó que el agua caliente terminara de quitarle el sueño del rostro y lo relajara. Hoy sería el día en que le diría algo a Vader Eloha, o la Reina como la llamó Elsen, pero para hacerlo tenía que tener en cuenta su recorrido. "Veamos..." murmuró para sí "El recorrido va desde el centro comercial, pasando por el parque, la biblioteca y finalmente visita la fábrica de azúcar pasando por la estación de ferrocarril..." calculó mentalmente sobre qué hora estaría en cada lugar, contando que se la encontró en la biblioteca acerca de las seis de la tarde y que estaba por el parque alrededor de las cuatro.

Estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta de la presencia que acababa de entrar en el baño y, seguidamente, apartó la cortina de la ducha y se metió dentro. Batter se giró de un sobresalto para encontrar a su compañero sin máscara y completamente desnudo. Antes no le importaba que Zacharie se metiera en la ducha con él pero ahora hasta llegaba a ser incómodo.

- Zacharie, ya hemos hablado sobre eso.- dijo Batter, sin mirarlo a la cara.
- ¿Hablar el qué, amigo mío?
- Lo de ducharnos juntos. Pensé que ya estaba olvidado.
- Lo sé- dijo Zacharie metiéndose bajo el chorro de agua y después menear la cabeza para quitarse los mechones mojados de la cara- pero es una buena forma de ahorrar agua y que Elsen no tenga que pagar más facturas de la cuenta.
- Le dije que pagaría mis gastos. Ahora necesito espacio.
- Entonces para que no tengas que pagar tú más de la cuenta.

Batter cerró el grifo y se giró para mirarle. Zacharie no era tan alto ni atlético como él pero tenían mas o menos la misma edad. Debido a su pelo y tez oscuros tenía un aire a hispánico, aunque en realidad venía del sur de Francia. Tenía los rojos enrojecidos y una sonrisa bobalicona en la cara, lo cual hizo que Batter, por lástima, se rindiera y lo dejara ducharse con él de nuevo. Pensándolo bien, sería una buena forma de evitar que termine inundando el baño como hacía desde que lo dejaron. Elsen entró al baño a por ropa limpia y soltó un gritito al ver que estaban los otros dos en la ducha.

- Pero Batter... ¡si puedes usar el baño de mi dormitorio!- soltó, tapándose los ojos con las manos.
- Pensaba que sería una molestia o una invasión de privacidad- dijo Batter, apartándose de Zacharie. Elsen se atrevió a destaparse los ojos para recoger su ropa y cuando se disponía a salir, Zacharie salió de la ducha.
- ¿Dónde están las toallas, amigo mío?
- ¡En el armario de debajo del lavabo!- gritó Elsen, saliendo corriendo del baño y volviendo a dejarlos a solas. Batter aprovechó para salir también y vestirse.
- ¿Vas a hacer algo hoy?- le preguntó Zacharie mientras sacaba un par de toallas del armario de debajo del lavabo- Ayer por la noche me hicieron un pedido y tengo que ir a entregarlo, ¿te importa si te acompaño?

Batter asintió. El hecho de que Zacharie fuera con él podría ser el encubrimiento perfecto para acercarse a la Reina. Aprovecharía la mañana para llevar a Zacharie a donde fuera y comerían fuera. Al menos, Elsen estaría tranquilo por el resto de la mañana.

- Perfecto- dijo finalmente- necesito ir a mirar cuatro cosas al centro comercial, si te apetece podemos comer allí. Por la tarde iremos al parque, me apetece entrenar un poco.
- Me gusta el plan.- Zacharie sonrió y salió al comedor, inundado por un dulce olor a gofres. Elsen estaba sentado y movía una pierna de forma nerviosa mientras desayunaba y leía el periódico. Levantó la mirada cuando sus dos compañeros de piso aparecieron en el comedor y sonrió nerviosamente.

- Siento la intrusión antes... ¡de verdad lo siento!
- No fue nada, de verdad.- intentó calmarlo Batter.

- Por cierto... no quiero pensar mal pero... hhh...- Elsen no sabía como preguntarles acerca de la situación presenciada recientemente. Batter respondió por él.
- Zacharie y yo fuimos pareja durante dos años. Las cosas no parecían ir bien y quedamos como mejores amigos el verano pasado. Aún después de haber cortado, los costumbres son costumbres.

Elsen desvió la mirada. No sabía nada de aquello, aún cuando Batter le había estado contando todo sobre su vida. Recordó que en otoño le dijo que estaba pasando por un mal momento, pero aún así no dijo nada más para no preocuparle. El resto del desayuno transcurrió en silencio por parte de los tres hombres, solo con las noticias de la mañana de fondo. Elsen se levantó y fue a vestirse para trabajar y Batter y Zacharie fueron a por el coche.

Seguían en silencio durante el trayecto hacia el centro comercial hasta que a Zacharie le dio por poner la radio. A Batter le gustaba poner sus CD de Electro-swing en el coche cuando iba solo pero cuando iba acompañado, dejaba decidir al otro el tipo de música. Zacharie sintonizó una cadena de 24 horas de música, cuyas canciones eran repetitivas y cada día sonaban las mismas pero en diferente orden. Batter sabía que aún había cierta tensión desde que lo dejaron y quedaron como amigos, hasta había pensado en mudarse solo pero luego recordó que Zacharie no tenía a nadie más y decidió hacerle compañía. En la radio empezó a sonar una canción diferente y ambos la conocían muy bien. Aquella introducción electrónica pareció sacar a Zacharie de su su mundo, levantó la cabeza y miró a Batter.

It took a spark and my heart was energized
Electrocute like a hot live wire
I looked away cause her eyes will hypnotize
An attitude that can start a fire

Baby your love's a phenomena
Tower of love rising higher higher
Gotta g-get a thermometer
Running a fever like I'm on fire

No, no podía ser. La canción que Batter había tratado de olvidar durante mucho tiempo. Ya la tenía metida en un baúl con cerrojo y ahora este baúl se había abierto de nuevo, trayéndole recuerdos de hace dos años. Zacharie se puso a tararear en voz baja la canción y Batter intentó concentrarse en la carretera.

Baby it's a miracle
Something more than physical
Flow of attraction
Refraction tonight!

No había manera. Batter estaba luchando por estar atento al volante aunque su cabeza estuviera inundada por aquellas imágenes de hace dos años, después de haber pasado el día juntos en el parque de atracciones y regresar a casa ya de noche.

Running with the devil
Hot like heavy metal
Power me like a BATTERY!
I'm flying like an eagle
Sharper than a needle
Charge me up cause I need your love!

El estribillo de la canción lo sacó de sus casillas y dio un golpe de volante, saltándose un semáforo en rojo y cortándole el paso a otro coche. Batter era un conductor paciente, siempre respetando las normas de circulación y nunca aceleraba más de la cuenta, aunque en aquel momento, estaba yendo más rápido de lo normal. Zacharie paró de cantar y lo miró horrorizado.

- ¡Para, nos vas a matar!

Let's get Higher Higher
Your love's like a Battery
Let's get Higher Higher...

Batter apagó la radio bruscamente y dio un frenazo tan fuerte que ambos se levantaron del asiento. Zacharie se había agarrado a los lados de su asiento, como un gato, y el corazón le iba a mil. Batter habría jurado que se había vuelto sobrio de golpe.

- ¿¡Qué te crees que haces!?- Zacharie enmudeció de golpe y suspiró- pensé que tus dotes de conductor eran excelentes, amigo mío.
- No lo has oído, ¿verdad?- le preguntó Batter, el otro asintió-. Era nuestra canción.
- Una canción bonita, a mi parecer.
- No, no lo es. Había logrado olvidarla después de dejarlo y ahora vuelve a aparecer en mi vida justamente después de lo de la ducha de esta mañana.- Batter había logrado calmarse, pero aún le quedaba algo de tensión. Zacharie lo cogió por los hombros y lo miró fijamente desde detrás de la máscara. Batter bajó la mirada-. Lo siento.

Zacharie metió la mano en el bolsillo del pantalón y le ofreció un cigarrillo, pero no lo aceptó. Batter dejó a su compañero delante de la oficina de correos y se fue hacia el centro comercial. "Ya sabe dónde estoy" dijo para sí mismo. Aprovechó para hacer la compra de la semana y mirar cuatro cosas de ropa y unas deportivas nuevas. Estaba agobiado. Le agobiaba el lugar, le agobiaba la gente, le agobiaban los niños que corrían por los pasillos y lo empujaban. Las madres ni se dignaban a disculparse.

Se sentó en una terraza del centro y pidió una cerveza. No era una persona de beber alcohol pero esta vez lo necesitaba. Quería dejar de pensar en lo que ha sucedido y centrarse en encontrar a la Reina, aunque pensó que quizás era demasiado temprano. Miró el reloj de pulsera que llevaba: no eran ni las doce aún. Debió dejar a Zacharie en correos a algo así de las diez y aún no estaba allí, pero si estuviera en el centro, lo hubiese llamado. Era todo un caos en su cabeza y no quería pensar en ello. Se levantó, pagó la cerveza y se dirigió a los baños. Zacharie estaba mirando fijamente la puerta del baño de minusválidos con una calculadora en la mano. Estaba tan concentrado con sus números que no vio a Batter llegar, por lo que pegó un salto cuando este se acercó por detrás.

- ¡Amigo mío! Menudo susto me has dado.- le sonrió detrás de la máscara.
- ¿Dónde estabas? Hace dos horas que te dejé en correos.

- Lo sé, lo sé, pero me he visto metido en un buen lío y me estoy aprovechando.
- ¿Qué estás haciendo con una calculadora frente los baños?
- Verás, cuando salí de correos y llegué aquí tuve una urgencia. Los baños de arriba estaban en mantenimiento, así que tuve que bajar a estos. Me he encontrado con esto, escucha- acercó a Batter a la puerta para que escuchara una pareja dándose muestras de amor- y si calculamos que deben llevar aquí como media hora, que son 30 minutos... más el porcentaje de ganas que tengo que usar el baño...
- Zacharie- Batter lo miró escéptico- ¿no les irás a cobrar por...?
- Claro que sí, mi querido amigo. Esas cosas se hacen en casa.

Cuando la pareja salió, Batter se fue de allí, evitando así que le asociaran con el loco de la máscara. A medio camino, Zacharie se unió a él con un par de billetes en la mano.

- Habrán aprendido la lección- dijo este último, mirando triunfante a su compañero.
- Desde luego, eres un tipo raro.- afirmó Batter. De repente se detuvo y Zacharie chocó con él.

Vader Eloha estaba sentada en un banco del centro comercial, leyendo un libro y tomando un batido. Llevaba el pelo recogido en una trenza y vestía una blusa y una falda blancas que brillaban bajo la luz como si un ángel hubiera bajado del cielo. Batter se quedó mirándola un buen rato para después coger a Zacharie y alejarse de ella. Quería decirle algo, pero no sabía como y Zacharie sobraba. Quería estar a solas con ella. Se sentó en un banco algo más alejado y suspiró. Zacharie se dejó caer a su lado y lo miró mientras rebuscaba en su mochila.

- ¿Es la mujer de tus sueños, querido Batter?
- Sí- asintió Batter, aún embobado por su belleza; luego miró a su compañero- ¿buscas algo?

De la mochila saltó el gato de Zacharie y huyó como una bala. Batter fue tras él, seguido por el dueño que hacía un sobreesfuerzo para atraparlos. Batter se lanzó encima del gato y lo atrapó justo cuando se disponía a saltar, cayendo de bruces al suelo. Vader Eloha se levantó de golpe y se acercó a él.

- ¿Te has hecho daño?- dijo tendiéndole la mano al hombre para que se levantara. Batter dudó sobre si cogérsela o no, pero al final se decantó por el sí.
- Muchas gracias...- dijo Batter, girándose a Zacharie- la próxima vez haz el favor de dejar a tu maldito gato a la calle.
- Oh, ¿era vuestro, entonces?- preguntó la mujer, sonriendo.- tened más cuidado la próxima vez.- Y dicho esto, recogió su libro, tiró el vaso vacío en una papelera y se dispuso a marcharse. Batter la detuvo.
- ¡Espera!- dijo-. No me has dicho cómo te llamas.
- Vader Eloha- sonrió- ¿y tú?
- Batter.