My dreamed prince

Desde niña siempre soñé con que, un día, un gallardo caballero llegaría a mi encuentro en Invernalia, lo miraría, y desde aquel preciso instante, ambos quedaríamos unidos por una conexión, irrevocable. El pediría mi mano y mi padre me entregaría, con gusto, a aquel hombre, por el que mi corazón saltaría de gozo.

Siempre lo espere. Toda mi vida me prepare para ese momento, aquél en el cual me convertiría en, esposa de un gran señor y gobernaría su castillo, mis hijos serian señores y caballeros haciéndome sentir orgullosa.

Pues eso se esperaba de mí, desde siempre me educaron para eso porque yo soy una dama y ese es mi destino.

Pero muy a mi pesar, tuve que aceptar que los sueños, son solo eso al fin. Nada más que deseos inalcanzables, que son añorados por el corazón humano y nadie está libre de ellos, como no lo está tampoco, de la pena que esta añoranza puede causar, de la cual yo tampoco me libre.

Puedo decir, que hubo un tiempo, no hace mucho, en el que fui la dama más feliz, que hubiera pisado la tierra, uno en el cual yo estaba prometida a un gran señor y gobernaría un castillo, siendo mis hijos, príncipes, señores y caballeros haciéndome sentir orgullosa de ser su señora madre.

Pero ahora mis sueños se han perdido, siendo imposibles de alcanzar, cual bruma en la distancia.

Dado que ahora ni soy más, que la esposa del consejero de la moneda un enano.

-Os equivocáis mi señora-le dijo entonces el hombre frente a ella-tu eres mi señora y yo soy un señor.

-¿Cómo podéis decir eso?, yo soy una dama, eso sí, pero tú eres un enano.- para luego alejarse por el pasillo a lo que él le dijo a medida que la veía alejarse:

-Que ciega estáis, pues yo aunque enano, soy un señor, un gran señor, y se lo demostrare, lady Sansa. Pues esta es mi deuda para contigo y un Lannister, siempre paga sus deudas.