N/A: ¡Hola! ^^

Antes que nada, gracias por pasearte por mi Fic, espero que resulte de tu agrado y decidas quedarte para los siguientes capítulos. ¡Nada me haría más feliz!

Esta es la traducción del Fic de Nanimoon 'Sneaking Into Your Dreams'.

Desde que leí Juego de Tronos. Estoy absolutamente traumada con la pareja Jon/Arya, así que cuando encontré esta historia quedé completamente prendada, a tal grado que decidí pedir permiso para traducirlo, y ¡ta chán!

Advertencia: Como dije antes, soy la traumada del Jon/Arya, así que si encuentras las relaciones incestuosas ofensivas, o simplemente no te gustan... Me pone triste decirlo, pero esta no es la historia para ti.

Disclaimer: Ni Nanimoon ni yo poseemos nada que tenga que ver con la fabulosa 'Canción de Hielo y Fuego' de George R.R. Martin. Somos un par de fanáticas que comparten el amor por Jon y Arya. He dicho.

¡Disfrúten!


No era ningún secreto, -al menos en la Casa Stark-, que Arya siempre se levantaba por la noche para escabullirse a la cama de Jon.

Al principio, cuando apenas aprendió a caminar, ella vagaba sin rumbo alguno, hasta que terminaba por ser una bebé perdida que lloraba y no permitía que nadie la regresara a su cuna, al menos, nadie que no fuera Ned, Robb, o Jon.

Pronto los Starks se dieron cuenta de que la persona más efectiva para calmar a la lobezna de Invernalia era Jon, y él no tardó en darse cuenta de que la mejor manera de hacerlo, era dejar que ella durmiera a su lado.

Lady Catelyn detestaba la idea de dejar que su preciosa niña durmiera en la misma cama que el bastardo de su Señor Esposo, pero tras diez noches de llano incesante, hasta ella se rindió. Arya simplemente tenía una extraña conexión con el chico.

Lord Eddard nunca dijo nada al respecto, inclusive, algunas veces se sorprendería a sí mismo sonriendo ante la imagen de Jon cargándola.

El Maestre Luwin decía que era algo sumamente curioso, y la Vieja Tata se limitaba a observarlos con sabiduría.

Así que, conforme crecieron, todo el mundo comenzó a pretender que no les resultaba extraño que la hija menor de Lord Eddard Stark casi nunca se encontrara en su habitación.

La verdad sea dicha, a Jon nunca le molestó compartir su cama. Él amaba a Arya. Cuando ella era una bebita, solía dormir encaramada en su pecho, haciéndolo sentir sumamente orgulloso de sí mismo; y ahora disfrutaba sentirla entre sus brazos, y la forma en que su cuerpo se siente tibio contra el suyo en las noches frías.

Inclusive diría que era muy felíz de ese modo, y que no se quejaba en lo absoulto. Bueno, excepto por ese pequeño hecho... Era bastante tonto... Pero... Arya tenía una especie de... Hábito, al dormir.

Ella trepaba a la cama de Jon, escurriéndose bajo sus pieles de dormir y se acurrucaría a su lado. Con la naturalidad de quien ha hecho lo mismo por mucho tiempo, pronto tendría la cabeza recostada en el hueco de su hombro, y su pierna se enredaría en la de él. Sus dedos acabarían dentro de su ropa y juguetearían en su pecho, haciendo trazos perezosos hasta tocar la fina línea de vello en su abdomen, hasta casi llegar a la cintura de sus pantalones de dormir.

El 'problema', es que eso era algo nuevo. Cuando era pequeña, sus deditos simplemente se acomodarían en su pecho, y ella dormiría tranquilamente el resto de la noche. Ahora insistía en hacer esos cosquilleantes patrones por su piel. Eso hacía que Jon se incomodara, pero nunca lo suficiente como para rogarle que durmiera en su propia habitación.

Entonces, con tal de hacer que su hermanita fuera feliz -y él también, aunque no lo admitiría ni bajo tortura-, Jon Nieve desarrolló el hábito de levantarse muy, muy temprano. Ese era uno de sus secretos, y nunca confesaría la razón para madrugar. Ni siquiera a Arya; aunque a veces pensaba que muchísimo menos se lo diría a Arya.

La principal razón por la que Jon se levantaba antes que todos, es porque se trataba de adaptar. Al principio, cuando Arya comenzó a hacer su... Cosa esa... Él nunca podría tener una buena noche de sueño, pues siempre sentía extraños estremecimientos en su estómago que transformaban el dormir en una labor titánica. Ya había superado eso.

Ahora tenía nuevos problemas. Esta vez, siempre despertaba en la más incómoda de las situaciones... Duro...

Al principio, le rogó a los dioses que lo libraran de la completamente indeseada reacción de su cuerpo cuando Arya decidiera dormir con él, pero no sirvió de nada. Los dioses eran más bien espíritus sordos y sin alma que nunca le harían caso.

Su cuerpo, por otra parte, parecía estar decidido a actuar aún más embarazosamente cuando su hermanita lo abrazaba de esa forma. Ahí fué cuando lo decidió. A partir de ese momento se levantaría de madrugada, luchando contra sus deseos de quedarse en la cama; desenredaría a Arya de él -si es que se encontraba ahí-, esquivaría a Robb y se dirigiría directamente a los baños para darsela ducha más fría que pudiera tomar sin resfriarse.

Una vez se dió cuenta de que la helada agua de Invernalia no era suficiente para liberarlo de semejante problema.

Eso fué exactamente lo que hizo esa mañana. Se levantara realizar su ritual diario de la ducha, ganándose un suave suspiro de Arya -a quien no le gustaba en lo absoulto dejar que Jon la abandonara en la cama-, y una mirada somnolienta de Robb. Después de eso casi corrió a los baños para deshacerse de su ofensiva situación.

¿Era sólo su imaginación, o esto cada vez era más difícil?

'Probablemente sólo sea cosa de hoy...' Reflexionó mientras sentía como el sueño aún nublaba su mente.

Era una mañana muy fría, y el cuerpo de Arya contra el suyo se sentía tan calientito... Y sus pechos estaban suaves...

Wow. ¿Que carajos había sido eso? Táchenlo. Jon Nieve no acababa de pensar en los pechos de su hermanita, ¡por el amor de los dioses!

Esa fue una mala jugada de su mente adormilada. Sí, eso había sido. Uno tan sólo tenía que ver a Theon recién levantado para comprobar como el sueño puede generar tan irrazonables pensamientos.

'Sueño.' Decidió mientras colocaba su rostro bajo el chorro de agua helada.


Arya despertó unos diez minutos después.

¿Por qué la cama está fría? Automáticamente, sus pensamientos se dirigieron a Jon. ¿Donde está Jon? ¿Acaso se había equivocado de cama? Claramente recordaba haberse colado en su habitación la noche anterior. Hacía frío entonces... ¿Había soñado todo eso?

Se desperezó mientras hundía el rostro en las pieles. Inhaló profundamente, disfrutando el aturdimiento que nublaba su mente cada vez que captaba el aroma de Jon. ¡Olía tan bien!

Bueno, el olor probaba que ella había dormido en la cama correcta, después de todo. De acuerdo... No era la correcta cama correcta, si tomamos en cuenta que ella debería dormir al lado de Sansa y Jeyne, pero, al diablo con ellas. La cama de Jon era la mejor cama para dormir.

Su hermano siempre estaba calientito, y esa era la principal razón por la que adoraba pasar la noche con él. Eso la redirigió a su pensamiento anterior. '¿Donde está Jon?'.

Observó el cuarto. Aún estaba oscuro afuera, y los primeros rayos del sol apenas se dejaban ver en el horizonte. De eso estaba segura.

Encontró a Robb durmiendo al otro lado de la habitación. Si Robb seguía ahí... ¿¡Donde en los Siete Infiernos estaba Jon!? Ahora estaba irritada. Trató de ponerse en pie para buscarlo y arrastrar su loco trasero de vuelta a la cama.

Toda esa determinación flaqueó justo en el momento en que sacó las piernas de las pieles. ¡Hacía mucho frío!

'Volverá... ¿No es así?' Rogó en su interior.

Trató de volver a dormir, pero fué inútil; ahora estaba más que despierta. Simplemente no quería levantarse aún. Poco a poco sus pensamientos se fueron aclarando, siempre volviendo a uno sólo: ¿Por qué Jon está haciendo eso?

Con 'eso', la Stark se refería a la disposición de su hermano a despertar tan temprano. Él siempre había sido un dormilón incanzable, como ella... Enconces, ¿por qué insistía en madrugar? Nadie quiere hacerlo, ¿o sí?

Arya volvióna abrazar su almohada, sintiendo el aroma inundar sus sentidos mientras dejaba escapar un quejido de frustración. ¡Le gustaba despertar con él, maldita sea! No hay mejor sensación que la que le dejaba su mano cuando acaricia su cabeza...

Prefería su antigua rutina. Cuando Robb despertaba y los ignoraba, simplemente. Permitiéndole quedarse un ratito más en el calor de Jon. La loba se estaba devanando los sesos tratando de encontrar la razón por la que su hermano de la nada hallaría el amor por madrugar.

Desafortunadamente, no pudo encontrar ninguna.

Últimamente se encontraba actuando extraño... Quizás algo le preocupara. Eso seguramente explicaría por qué ya no hacía esos extremadamente adorables patrones de círculo que trazaba en su espalda cuando no podía dormir,

¿Pero qué le preocupaba?

Cayendo en la cuenta de que a este paso no encontraría la respuesta jamás, Arya juntó el coraje necesario para arrastrarse fuera de la cama. Una vez de pie, caminó directamente hacia Robb con un malvado plan en mente. Sabía que Nymeria y Fantasma estaban de su lado, pero le dirigió una mirada casi amenazadora a Viento Gris mientras llegaba a donde su hermano mayor dormía.

Se acercó a su oído lentamente y...

-¡ROBB, TE MEASTE EN LA CAMA! -Gritó con todas sus fuerzas.

Robb saltó casi medio metro en el aire. -¿¡Hice qué!? -Murmuró mientras sus adormiladas manos trataba de palpar toda la superficie del colchón.

Arya estaba riendo tan fuertemente que pronto sintió que se asfixiaba. Para ese entonces, Robb ya estaba bastante despierto.

-No deberías hacer eso. ¡Casi me matas del susto! -Reclamó.

-No sabía que aún temías mojar la cama como el bebé Rickon... - Lo provocó, sin dejar de reír ni un instante.

El Stark mayor puso los ojos en blanco mientras salía de la habitación con las pieles aún sobre los hombros.

Eventualmente, Arya fue capaz de dejar de reír. Si bien su mañana no había comenzado linda -cuando despertó sola, de nuevo-, asustar a Robb había logrado que su día pareciera un poquito más brillante,

Fue a la cocina y tomó una rebanada de pan caliente. Pronto decidió que iría a averiguar si Bran estaba entrenando con Ser Rodrik el día de hoy. Quizás podría colarse... Amaba las prácticas de arquería.

Antes de que pudiera encontrar a su hermano, o llegar al patio de entrenamiento, la voz de Sansa se hizo presente. Dijo algo sobre la Septa Mordane y las labores de costura que Arya ni siquiera se molestó en escuchar. Estaba demasiado concentrada en salir y encontrar un arco para practicar.

Todos sus planes se frustraron cuando la mismísima Septa apareció para arrastrarla al cuarto de costura. ¡Por los Siete, ella odiaba la costura!


¡Wii! -Dando vueltas alrededor de su cuarto con los brazos al aire-.

¿Les gustó? ¿Siii?

El Fic original aún no está completo, creo que al momento van unos seis capítulos, los cuales estoy dividiendo, ¡están kilométricos! Así que esta historia se actualizará poco a poco...

Una vez más, yo soy sólo la traductora.

¿Reviews? ¡Por favor!

Muchas gracias por leer.