Hola chicos y chicas :D –se aparece con una armadura de hockey- Ya pueden golpearme y desquitarse uvu

No, ya en serio, creo que ya no tengo ni cara para pedir disculpas así que omitiré cualquier comentario. Lamentablemente el fandom de CDM ya no está dentro de mis predilectos, de hecho me atrasé con el juego, ya no sé en qué va nada D: y no sé cómo pasé de ser una tipa que gastaba mucho dinero comprando mil repeticiones y que tenía el juego al día, a alguien que no ha entrado a CDM hace meses; vaya, no sé u-u Pero bueno, traté de exprimirme un poco para traerles el siguiente capítulo del fic.

Dos cosas… uno, probablemente esto no se alargue demasiado, yo veo como máximo unos 4 capítulos más (de Kentin y Alexy). Y lo otro, probablemente el siguiente capítulo sea parte del extra de Castiel y Nathaniel ¿por qué? Porque a pesar de que se supone que no había más continuación, muchas de ustedes me han pedido seguirlo y creo que tienen razón, hay que cerrar de mejor forma esa historia, la cual de probablemente para unos dos capítulos más.

En total al fanfic completo le estarían quedando unos 6 capítulos como máximo.

Bueno, nada más eso muchachos, gracias por esperar, gracias por leer, gracias por seguir leyendo y sin más preámbulo aquí va.

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¿Dónde estaba? ¿Qué era todo eso? Sus ojos apenas podían abrirse y con mucha dificultad lograban distinguir leves rayos de luz muy tenue que se colaban a través de las delgadas cortinas de la ventana de junto. Poco a poco su olfato y su audición despertaron también y sólo entonces comprendió que se encontraba en la enfermería. Se levantó sobre sus codos y logró distinguir junto a él un vaso de agua, vaya que tenía sed pero aún no podía moverse con naturalidad ¿qué fue lo que pasó? O-oh… oh ya lo recordó. Se llevó una mano a la cabeza dándose un fuerte palmazo entre medio de las cejas ¡pero qué idiota! ¿En serio Kentin? ¿Más perdedor o qué? ¡¿Quién se desmaya cuando alguien se le confiesa?! Sólo… tenía que ser el empollón que llevaba dentro; joder, Kentin, qué mala imagen había dejado. Aunque… la situación ameritaba cierto grado de descontrol ¿no? Al menos eso quería creer para darse ánimos. Había sido un chico quien se le confesó después de todo, aunque por alguna razón aquello parecía carecer de importancia, un chico, una chica… quien quiera que fuera habría producido el mismo efecto en él, tal vez la única diferencia era que en esta situación específica se trataba de Alexy, sí Alexy, no un chico, no un compañero de clases, no una persona cualquiera, sino Alexy.

¿Por qué Alexy? ¿Por qué le producía eso?

Cuando ya pudo erguirse mejor tomó el vaso de agua y lo bebió completo, casi al instante se puso de pie para salir del lugar, la enfermera no estaba así que solo tomó su camiseta que le habían quitado, la encajó y salió por la puerta.

Mala idea, adivinen quién estaba justo allí.

- ¡wah! –exclamó dando un pequeño salto ¡Kentin vamos, deja de avergonzarte a ti mismo!

Alexy también respingó levemente ante su reacción ¿y quién podría culparlo?

- Vaya, no pensé que sería tan horrible mi presencia –comentó haciéndose el ofendido y con un puchero de niño regañado que en ese momento no pudo parecerle nada más que adorable.

¿Qué extrañas cosas estaba comenzando a producirle este muchacho?

- N-no es eso, e-es sólo que… -comenzó a decir, tropezando las palabras y pasándose una mano por la nuca. Sin embargo el peliazul le interrumpió.

- Está bien, lo entiendo, tienes razón, ha sido mi culpa después de todo ¿qué podía esperar? Primero en el pasillo y luego durante el almuerzo.

- ¿cuánto tiempo estuve…?

- Oh no te preocupes, no más de 10 minutos.

Suspiró, al menos era un alivio, si seguía en ese estado probablemente hubieran llamado a sus padres y no sabía con qué cara le hablaría al macho de su padre para explicar la situación "Papá, la militar me fortaleció por fuera pero por dentro sigo siendo un pollo", qué horror.

- Y… entonces…

- bueno, quería esperar a que despertaras –le sonrió y se le acercó un par de pasos que a Kentin le parecieron kilómetros-. Bueno, Ken…tin, ya sabes todo sobre mí ¿no? Me descubriste y ahora yo te lo he confirmado ¿No tengo que seguir ocultándolo verdad? Eso es genial –rió un poco mientras cruzaba los brazos por detrás de su cabeza como haciendo un soporte-. Sólo me queda ahora pedirte una cita ¿aceptas? Digo… si estás en condiciones –y volvió a reír animadamente.

Al castaño casi se le desencaja la mandíbula ¡Ese chico terminaría por matarlo! Inclusive por un momento creyó que volvería a perder la consciencia ¡¿Cómo podía decir las cosas con tanta naturalidad?! Él aún no decía nada y ya sentía que su voz se había ido de viaje a las Islas Canarias ¿En serio había chicos de su edad con tanta experiencia? ¡Si él aún ni comenzaba! ¿Qué se suponía que hiciera ahora?

- Y-yo…

- ¡Ap ap ap! No tienes por qué responderme ahora, chico militar; estás demasiado frágil mentalmente y no quiero adjudicarme otro de tus desmayos –comentó tan tranquilo y seguro que Kentin sintió que se burlaba de él. Alexy se dio media vuelta para irse, y antes de comenzar a caminar le dedicó una sonrisa-, piénsalo y luego me dices.

No supo qué pasó ni cómo, pero toda esta situación parecía estar moldeando sus acciones ¿lo estaba retando? Era como si Alexy controlara sus pensamientos y sus razonamientos, cualquier cosa, lo que hacía o dejaba de hacer, lo que decía, cómo lo decía, cómo se movía, todo, todo en él parecía mover sus cables como si fuera una marioneta, y de forma tan sencilla que parecía que jugaba, todo era un juego de niños, todo era simple, todo era divertido ¿había que pensar? ¿Había que llenarse la cabeza?

Dio un par de pasos que no comprendió cómo fueron suficientes para alcanzarlo, le puso una mano sobre el hombro para detenerlo y entonces sus labios y garganta se movieron por si solos.

- Acepto. Salgamos.

La sonrisa ladina de Alexy en ese momento le hizo aterrizar. Ya había aceptado… fue… como una fuerza mística.

- Genial, yo invito –comentó de inmediato-; veámonos a las seis fuera de las tiendas, en la fuente de agua ¿Sí? –le guiñó un ojo y sus gestualidades fueron tan femeninas que Kentin dejó de pensar y asintió con la cabeza, casi al instante saboreó una vez más los labios de Alexy sobre los suyos pero esta vez le respondió, a penas y torpemente pero juraría que al menos estiró un poco sus labios para alcanzar los ajenos. Vaya ¿en serio alguien cómo él podía hacer eso?- Byebye~ -finalizó el peliazul perdiéndose por los pasillos.

Kentin sonrió torpemente y se despidió con la mano.

Ya nada importaba, ya de nada estaba seguro pero ¡hey! No era el momento para tratar de retomar el control de su cerebro, ni aunque lo intentara podría hacerlo pues eso estaba en manos del ojivioleta ahora.

Salió del colegio a su casa, le dejaron salir un poco antes por el desmayo que había sufrido, sin embargo pudo irse caminando solo. Llegó y sus padres no estaban lo cual le pareció perfecto, así no le preguntarían por qué parecía tan interesado en lucir bien ahora, él no tenía la respuesta exacta así que ni aunque quisiera tener un ataque de honestidad podría explicarlo. Le quedaba un tiempo para estar listo y sí… se vería con él, con Alexy, el muchacho que le había estado robando el pensamiento ¿Estaba mal? No lo sabía, pero al menos hoy y ahora, su cabeza no estaba capacitada para pensar en eso.

Era como un hechizo.

No, claro que no, él no era una persona nerviosa, mucho menos ansiosa, y estaba casi cincuenta por ciento seguro de que en el trayecto de la escuela a casa y luego de casa al centro había sido tiempo más que suficiente para asimilar las cosas y sí, se sentía completamente estable ahora… ¿verdad? Había llegado un poco antes… eran las cinco con trece minutos y la cita era a las seis… bien, tal vez sí estaba un poco ansioso, y eso no era todo es más, llevaba sentado en el balaustre de la fuente de agua aproximadamente unos diez minutos y la batería de su teléfono móvil estaba por traicionarlo, y es que había olvidado cargarlo un poco mientras estaba en casa, ahora había decidido mejor no escuchar música de su celular puesto que podría agotar la carga del aparatito y probablemente lo necesitaría por alguna emergencia ¿qué sucedería si Alexy lo llamaba? ¡Para cualquier cosa! Comentarle que venía atrasado, o pedirle que comprara algo, o si se perdía y luego no podían encontrarse… no, no, Alexy debía conocer muy bien ese lugar, después de todo era una fanático de la ropa y no por nada le había pedido que se encontraran allí, es más Kentin había traído bastante dinero de sus ahorros por si al peliazul se le antojaba comprar algo, es decir, era obvio que como su acompañante debía pagar por él ¿no? ¿o eso se hacía sólo con las chicas hace unos cien años atrás? Se pasó una mano por la cara pesadamente, y es que debía admitirlo, era un completo neófito.

Su batería estaba por morir, y si su móvil se apagaba ¿cómo se comunicarían por cualquier emergencia? Dios, debió pensarlo dos veces antes de pasar horas frente al espejo del baño, ya saben, peinándose un poco y afeitándose los finos vellos que vamos, a esa edad todo chico tenía; y no podía ser una afeitada cualquiera, su rostro debía estar suave en caso de…

A otra cosa.

Debía llamarlo, sí, llamarlo. Sólo para decirle que probablemente su móvil no estaría disponible, era necesario, tenía el número de Alexy después de todo… podía escribirle un texto ¡pero no, no! ¿Qué tal si no lo veía? Era mejor asegurarse. Rápidamente marcó… pero tal vez todo esto era sólo la excusa para calmarse un poco y oír su voz, porque apenas sonó el primer bip del otro lado de la línea, cortó, y ya sólo con ese simple hecho tenía el corazón acelerado a mil. ¿Por qué estaba tan nervioso? Era sólo una cita, tal vez hasta a Alexy ni siquiera le gustaba en serio y todo esto era sólo por diversión para él, tal vez no sucedería nada y sería igual a cuando sale con sus amigos, todo era posible ¿por qué se sentía como si le fueran a pedir matrimonio?

Es igual, se puso de pie y se encaminó hacia una tienda de comestibles, necesitaba algo para beber y así se calmaría. Pidió un néctar de botella y canceló, estaba guardando el recibo pero de repente tiró todo por el piso pues su móvil sonó sorpresivamente, alertándolo aún más con el efecto de vibración.

Recogió las cosas rápido y se fue al baño de hombres, sus pantalones se habían mojado un poco con la botella que dejó caer y por ahora era más importante contestar que ayudar a limpiar tamaño desastre. Una vez allí y sin meditar si quiera quien estaba del otro lado de la línea contestó a velocidad, y sí, era Alexy.

El peliazul aún estaba en su casa y justo en ese momento atosigaba a su hermano pidiéndole opiniones sobre qué camiseta usar, Armin estaba acostumbrado a sólo escoger una al azar y sugerírsela, aunque en la mayoría de los casos Alexy no le tomaba en consideración y luego terminaba poniéndose cualquier cosa. Mientras, él se dedicaba a las pantallas brillantes.

- ¡Armin, no me estás escuchando! Eres mal hermano –le reclamó haciendo un mohín.

El pelinegro se tomó la molestia de pausar su juego.

- ¡Lex sólo ponte lo que tienes puesto! Has probado ya cuatro diferentes atuendos, créeme que Ken no notará la diferencia.

- ¿Ah sí? Pues eso es… -entonces en ese preciso momento su teléfono sonó con aquella melodía Justin Timberlake y Madonna, fue tan corto que ni siquiera se podía distinguir la canción pero Alexy estaba demasiado familiarizado con la melodía. Tomó su móvil que estaba sobre la cama de Armin, a sus pies, y observó la procedencia de la llamada ¡Vaya! No dicen que hablando de Roma… Por un momento debió admitir que se desilusionó, es más, esa fue la razón por la cual devolvió el llamado de inmediato, tal vez el castaño se estaba arrepintiendo de todo esto y él debía afrontarlo lo antes posible.

Del otro lado de la línea contestaron.

- ¡Hey! Me llamaste ¿qué sucede? –para ese entonces ya se había decidido a dejarse la ropa que llevaba.

- U-uh… nada, yo… quería avisarte que mi móvil probablemente se quede sin batería por lo que… si quieres llamarme no podré contestar.

- Oh, ya veo ¿y por qué no lo conectas?

La pregunta prohibida.

- Porque… -Kentin nunca había sido bueno mintiendo, era imposible para él, menos sabiendo que hablaba con alguien tan astuto como Alexy, quien probablemente estando incluso al otro lado de la línea pudiera leerlo como a un libro abierto- p-porque n-no estoy en casa, he… llegado un poco antes –confesó agradeciendo que el calor en su cara no fuera visible para el contrario. Alexy rió suavemente- ¡Oye!

- Hahaha perdón, perdón ¿no te adelantaste un poco? Hmp… iré.

- ¿Qué?

- Que iré, voy de inmediato, estoy listo. Estaré allí en quince minutos ¿sí? Espérame.

- … bien.

- Bien, nos vemos –y cortó.

Armin exclamó ansioso.

- ¡woh, significa que ya te decidiste con tu ropa y podré jugar tranquilo!

- Ha-ha sí, hermano, quédate en tus asuntos, yo tengo algo importante que hacer… -comentó saliendo de la habitación- tal vez deberías salir más, hermanito –añadió finalmente entre bromas y preocupación, para luego salir y perderse fuera de la casa.

Armin sabía que su hermano lo decía en serio, siempre se preocupaba por su aislamiento.

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¡Hey! Aquí a los comentarios, primero que todo quiero comentar que a mí me tiene bastante aburrida la típica trama cliché del yaoi sobre "cómo me puede gustar otro hombre" así que decidí no darle mucha importancia y pensemos que los muchachos son bien abiertos de mente y Kentin no tiene complejo con eso. La verdad es que oírlo "pasándose película" (como dicen en mi país) por el hecho de que Alexy es varón me parecería bastante aburrido y tedioso x.x así que nos enfocaremos en simplemente que Kentin se aclare y salga de sus dudas sobre su autoconfianza en temas de amor, que deje de ser un novato al respeto y aprenda con Alexy 1313 si saben a lo que me refiero hahaha

Eso, y lo otro ¿de casualidad querrían que alguna otra pareja se añada? Pero sólo de forma superficial, no la tocaría demasiado pero no sé, si no quieren que Armin se quede solo, o la Sucrette, o Violeta, no sé. Escucho sugerencias, no podré dejar contentas a todas pero… estoy abierta a sugerencias.

Eso chiquillas, nos vemos, espero que muy pronto.