Mente en Juego

Los personajes de la serie y el manga pertenecen a Naoko Takeuchi. Yo escribo sobre ellos por simple entretención.

Se me ocurrió escribir esto mientras le leía un cuento a mi pequeña. Es gracioso como las nuevas ideas te llegan en los momentos que menos esperas

Espero sea de tu agrado ;D


...

A duras penas se mantenía en pie pero su convicción la impulsaba a quedarse ahí, frente a las Sailors Stars para protegerlas. Tenía magulladuras y heridas en todo su cuerpo sin mencionar que su traje de marinera con detalles naranja estaba casi desintegrado. La batalla había sido muy dura y estaban a punto de robarle su semilla estelar junto con sus compañeras, pero no se quitó. En vano la chica que compartía el cuerpo con Yaten le decía que era inútil, que se quitara, con verdadera preocupación. Casi pudo sentir que quería transmitirle algo con sus palabras sinceras pero la de los verdes ojos lo contenía. Sabía que la misión del peli plateado lo obligaba a seguir luchando por su meta aun que eso significara dejar de lado sus propias emociones, que se le daba bastante bien. En algún minuto ella también se vio enfrentada a esta dura prueba y lo entendía perfectamente pues cuando tuvo que tomar la decisión de dejar Inglaterra por buscar a la princesa de la luna, hubo de abandonar todo por seguir adelante, incluso con el dolor de su roto corazón, ahí pensó que lo del romanticismo no estaba destinado irónicamente a la reencarnación de la diosa del amor. Todos estos pensamientos se arremolinaban en su mente mientras veía su pecho brillar sin poder contener lo que de este se desprendía, que era su alma misma. Se desplomó en el suelo y su vista se comenzó a nublar mientras veía a la chica que ahora estaba junto a ella gesticular algunas frases que no pudo distinguir. Quería en este ultimo respiro gritarle que se había convertido en alguien importante para ella, muy importante y que no importa lo que pasara nunca lo olvidaría. Pero de que sirven las palabras para terminar algo que no construyo bases. Ganaran o perdieran ellos jamás estarían juntos, cumpliendo la profecía que le señaló Saijo Ace después de revelarle quien era realmente y lo que sintió por ella en los tiempos antiguos – Mina tú jamás serás capaz de amar y ser correspondida – se dijo a sí misma y abrió sus labios para decir una última frase antes de desaparecer

- Ustedes se han convertido en personas importantes para nosotras y vale la pena sacrificarse para salvarlas – Vio a Sailor Healer estremecer y de pronto todo se volvió oscuridad y una sensación de tranquilidad se apoderó de ella, confiaba en Sailor Moon y sabía que ella salvaría el día al final: como siempre.

El brillo del resplandeciente sol la deslumbró al despertar, se preguntó donde se encontraría ahora y algunos destellos de la batalla merodeaban por su mente ahora confusa. Se dispuso a levantarse de donde se encontraba recostada y sintió la presión en sus brazos, trató de mover las piernas y la misma contención la retuvo. Abrió más los ojos y examinó el cuarto donde se encontraba: tenía blancas paredes de un extremo a otro. No debía tener más de un par de metros cuadrados pues apenas cabía la cama sobre la cual estaba y un sofá, más no había ningún tipo de decoración y reconoció el aroma de una clínica. Advirtió que la presión en sus extremidades eran correas de cuero y subió la cabeza para descubrir que solo la cubría un camisón debajo de las mantas que abrigaban la mitad de su cuerpo. Se desesperó y comenzó a forcejear para liberarse pero no pudo, sentía su rubio cabello aprisionado en una cola de caballo y sus celestes ojos le ardían, trató de pedir ayuda pero no consiguió decir nada pues se sentía anestesiada y algo aturdida. De pronto entró una enfermera que, temerosa, abrió las cortinas de la ventana.

- ¿Cómo amaneció hoy señorita Aino? - le pregunto con fría amabilidad.

- ¿D-donde estoy? – pudo articular con dificultad. Algo hacía que su lengua se sintiera muy pesada.

- ¿No sabe dónde está? – incrédula la examinó, tomó su pulso y verificó su temperatura rápidamente.

- Eh ¿nooo? – Dijo alargando la palabra a modo que sonara algo obvio - ¿Podría explicarme qué hago aquí y atada? – trató de moverse pero pensó que razonar con la chica sería lo más correcto.

- ¡Oh, oh! ¡Llamaré al doctor Kou! ¡E-espere aquí! – exclamó emocionada y después de presionar el botón de pánico salió corriendo.

- ¡Claro, aquí estaré! – dijo con sarcasmo y frunció el ceño molesta. La primera persona que vio y la deja ahí tirada.

Unos minutos más tarde entró rápidamente el médico con agitación que la chica no supo si era de emoción o solo la respiración acelerada que le produjo la carrera a su cuarto y cuando lo vio de pie en su puerta sus ojos la examinaron detenidamente, se calmó un tanto y se acercó para hacer el mismo examen de rutina que minutos atrás le había practicado la enfermera. Mina estaba confundida y sólo lo miraba mientras lentamente él desataba una a una las correas que ataban sus manos.

- ¿Cómo te sientes Minako? – le pregunto el castaño de cabello largo atado en una coleta.

- Me siento bien, gracias… ¿Taiki? – pronuncio y al instante el chico pareció que iba a dar un salto de alegría pero lo contuvo.

- ¡Sabes quién soy! – exclamó ahogando un grito y rodeándola suavemente con sus brazos.

- No estoy muy segura ¿Qué hago aquí? – preguntó confundida ante el extraño gesto y se aparto asustada.

- ¿Qué es lo último que recuerdas? – la tomo por los hombros y la detuvo frente a su rostro. Sus ojos estaban inyectados de emoción sincera y de preocupación también.

- Estábamos en la batalla contra Galaxia y quedé inconsciente así que no se qué pasó después que perdí la… - se detuvo al ver la nueva expresión en el rostro de su interlocutor, sus ojos apagaron la emoción inicial y fue reemplazada por decepción.

- ¿Estás segura que eso es lo que recuerdas? – preguntó casi con voz quebrada.

- ¡Sí, sí estoy segura! Pero ahora creo que todo salió bien aunque no se qué hago aquí pero mírate, estás bien y los demás… ¿Dónde están los demás? Y ¿Por qué estás vestido así? – su efusiva reacción provocó que el chico envuelto en una bata blanca se levantara y se volteara mientras llevaba sus dedos a la frente tratando de comprender lo que le acababan de decir.

- ¿Recuerdas a Yaten? – preguntó de pronto.

- ¡Por supuesto que recuerdo a Yaten!... Y-y a ti, también a Seiya… - exclamó emocionada de ver que la conversación rendía frutos.

- ¿Y a Heal? – inquirió observando cuidadosamente la reacción de la chica.

- ¿Heal? – estaba confundida ahora, no conocía a esa persona. Acababa de despertar luego de una exhaustiva batalla que parecía haber salido bien y Taiki no le daba más detalles de lo que ocurría ni de porque estaba ahí, ya empezaba a preocuparse por las consecuencias que pudo haber tenido quedar inconsciente en medio de una pelea sin concluir. Miró al castaño que la observaba aún y no supo que responder – No conozco a nadie con ese nombre – concluyó la chica y él suspiró abatido.

- Está bien, acabas de despertar. Te daré tiempo y te dejaré salir si prometes estar tranquila – decía mientras anotaba apuntes en la libreta que había sacado de su bata.

- Taiki yo… - Pero la chica no alcanzó a pronunciar más palabras cuando vio a Serena entrar corriendo a su habitación, se quedó un segundo de pie en el marco de la puerta. Con los ojos llenos de lágrimas miró a Taiki y luego de un gesto de aprobación del chico se lanzó a los brazos de la ahora sonriente Mina. Lloraba a mares y decía constantemente que agradecía que ella haya vuelto.

- Serena ¿estás bien? ¿Qué ocurrió luego que me desmayé? – le preguntó cuando la vio mas compuesta.

- ¿Cuándo de qué…? – confusa la miró fijamente.

- Sí… luego que perdí el conocimiento. Sailor Galaxia robó nuestras semillas estelares y… - se detuvo al ver la cara de estupefacción de la otra rubia que lentamente se volteó hacia el chico que las observaba en silencio ¿porqué todos actuaban tan extraño? ¿es que nadie recordaba nada?

- ¿Qué ocurre Taiki? – preguntó con la voz en hilos. El chico la miró y no supo que contestar – Hablemos, ahora – sentenció seriamente y le dedicó una mirada tierna a la rubia antes de salir para nuevamente dejar solitaria a la antaño Sailor Venus que trataba de hilar los acontecimientos antiguos con los actuales y nada le parecía real.

De nuevo entró la enfermera, le dejó ropa a los pies de su cama junto con un bolso que contenía algunos útiles de aseo y un par de zapatos. Entre su confuso despertar había olvidado que estaba en camisón y se dispuso a cambiarse y arreglar su cabello, entró al baño y se miró en el espejo que le mostró una versión de ella que no concordaba con la última que había visto en sus ahora vagos recuerdos. Tenía magulladuras en el rostro y uno de sus ojos con una aureola oscura. Se quitó el camisón y tenía algunas vendas en los brazos, piernas y alrededor de la cabeza, ahora se miró con más detención y tenía un aspecto bastante deplorable, pero su rostro lucía un par de años más maduro y su cuerpo esbelto se notaba trabajado. Atribuyó los golpes a la anterior batalla y trató de arreglarse lo mejor que pudo ante los nacientes dolores que comenzaba a identificar después de empezar a despertar completamente. Se terminó de poner la ropa y los zapatos, y salió tímidamente de la habitación mirando a ver si encontraba a alguien conocido, se asomó y vio a la simpática enfermera anterior venir con una sonrisa hacia ella.

- Señorita Aino se ve hermosa aunque le falta recuperarse.

- Taiki dijo que podía salir – habló muy calladamente y la chica negó con la cabeza.

- Lo lamento pero aún no puede ir al patio hasta que le hagamos unas pruebas. Si quiere vamos a dar un paseo por el pasillo pero eso es todo – le dijo amablemente y a Mina no le pareció tan mala idea. Tal vez podría aclarar la mente o recordar con certeza lo que ocurría.

Caminaron lentamente mientras la enfermera que parecía muy entusiasta le hablaba sobre cuando había empezado a trabajar con el doctor Kou, que lo admiraba muchísimo, por lo que Mina asumió que tal vez le gustaba, y que estaba encantada de poder atender a una estrella como ella.

- Disculpa ¿Qué dijiste? – preguntó la rubia con curiosidad.

- ¡Oh! Lo siento mucho. No puedo decirle más, mejor volvamos a su habitación – y la dejó con una duda más grande en la cabeza. Acaso ¿dijo que era una estrella?

Cuando volvían pasaron por una oficina frente a la cual se detuvieron porque otra chica le habló a la enfermera, Mina observó que Serena estaba dentro y discutía acaloradamente con Taiki, quien a su vez trataba de calmarla y sostenía su celular en la mano.

- ¡Dijiste que la amnesia pasaría! – reclamaba angustiada.

- Sí pero también dije que era un proceso muy delicado y que no sabíamos cómo respondería cuando despertara – respondía tratando de aplacarla.

- ¡Ahora resulta que tiene recuerdos de quien sabe donde! – apoyaba sus manos en el escritorio.

- Es un procedimiento con la mente Serena, no es como tratar un resfriado.

-¡Lo sé! ¡Pero al fin tengo a mi hermana de vuelta y no sé quien soy para ella!

- Tranquila… lo resolveremos – la abrazó tiernamente cuando el celular de la rubia sonó y atendió rápidamente. Mina vio el gesto del castaño, parecía… triste.

- ¡Seiya! ¡Despertó, al fin despertó! ¡No ya no está agresiva! Sí, me reconoció… - no alcanzó a oír más porque sintió que alguien jalaba de su brazo.

- Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas señorita Aino – la reprendió levantando un dedo la animada enfermera, que viéndola con más detenimiento, tenía el cabello más largo, ondulado, la piel un poco más tostada, una actitud muy contraria a lo que recordaba pero antes no se había percatado que se parecía mucho a…

- ¿Amy? – dijo en un susurró que fue perfectamente audible para que la chica abriera mucho los ojos y no supiera qué mas hacer.

- Usted… ¿s-sabe mi nombre? – le dijo sorprendida y algo confusa – ¿P-pero cómo?

- ¡Amy! – La abrazó enérgicamente - ¡¿Cómo no voy a saber tú nombre?! Te conozco desde los 14 años. Íbamos en la misma preparatoria, tú eras la mejor del colegio y tú eres Mercu… – la rubia se comenzó a agitar y la chica la llevó de vuelta a su habitación. La recostó, le dio una píldora que Mina se tomó por inercia y se quedó junto a ella un momento.

- Escuche, señorita Aino. No sé qué recuerdos tendrá de mí, pero lo que puedo decirle es que usted y yo jamás habíamos hablado antes de hoy. Sí, estábamos juntas en la misma escuela pero pertenecíamos a grupos muy… diferentes – dijo esto último con incomodidad - pero de lo que estoy muy segura y puedo jurárselo es que yo nunca, nunca fui de las mejores alumnas de la escuela. De hecho soy muy distraída y me costaba ir al día en las materias escolares, el doctor Taiki siempre fue muy amable y me ayudaba así es que gracias a él hoy tengo una carrera. Por lo que le ruego que trate de ordenar bien sus pensamientos ya que usted está muy confundida. No querrá hacerle más daño a su pobre familia.

- ¿No puedes decirme nada más? Estoy muy complicada siento que conozco a todos pero no se quienes son… - ríos de lágrimas comenzaron a brotar de sus azulinos ojos y Amy puso una mano en su hombro para tratar de tranquilizarla. Pero negó con la cabeza dándole a entender que ella no sería de mucha ayuda ahora.

Desconocía cuando se quedó dormida pero ahora, al abrir nuevamente los ojos Amy ya no estaba y tenía un remolino en la cabeza. Lo primero que debía hacer era calmarse para pensar con más claridad. Luego debía apuntar en su agenda mental que ya no estaba en su mundo(o realidad) lo que podría significar que lo que había experimentado antes de perder el conocimiento pudo ser un truco o un estado de inconsciencia inducida por la batalla o alguna técnica de Sailor Galaxia, lo que explicaría ese loco sueño que estaba teniendo; al parecer conocía a Amy pero no eran amigas y ella se comportaba de una forma muy distinta a lo que era antes. Debía averiguar cómo salir de ahí para poder volver y derrotar a Galaxia que seguramente la tenía bajo algún tipo de técnica confusa para no poder regresar y ayudar a sus compañeras. Se decidió a averiguar todo lo que podía sobre ese extraño mundo donde estaba y a tratar de ver cómo salir pronto de ahí.

Se levantó desde donde permanecía recostada y escuchó unas voces que se acercaban y se detenían en su puerta. Un tanto desconcertada por el reciente despertar se dispuso a sentarse en la cama para recibir a las visitas. Se abrió lentamente la puerta y Mina quedó helada al ver quien acompañaba a Serena.

- Yaten…

Sus ojos se hicieron un par de cristales color esmeralda al oír pronunciar su nombre. Ella se mantuvo sorprendida e impasible pero le intrigaba lo que esperaba saber de ese chico ahora desconocido para ella. Sobre todo por la forma de mirarla que tenía, que era algo que no había experimentado en todo el tiempo que lo había conocido antes, la veía con ternura, algo de preocupación y con… cariño.

Su figura temblorosa trato de mantener la calma al verla pero no pudo más y corrió hasta su cama para abrazarla y aferrarla fuertemente a su cuerpo mientras hundía su rostro en las ropas de la chica que contemplaba con asombro cómo esa persona lloraba de alegría… por ella. Mina aún choqueada por la sorpresa no atinó a nada y sólo vio como aquel joven se deshacía en llanto ahí junto a ella y no queriendo soltarla hasta que por fin tuvo el valor para elevar su mirada y encontrarse con los celestes ojos de la rubia que lo tenía angustiado, la miró profundamente y trató de encontrar las mejores palabras para dirigirse a ella.

- Mina estás bien – dijo con dificultad mientras descifraba la mirada de la chica que no parecía verlo de la misma forma - ¿N-no sabes quién soy?

- Y-yo… eh… sé quién eres… p-pero no sé qué relación tengo contigo – dijo sinceramente y con tristeza. El chico se quedó ahí arrodillado en la cama rodeando lo que podía de su figura delgada pero con una expresión de profunda confusión. Él sabía en parte lo que ocurría, Taiki le había advertido que quizás esa Mina no era la misma que habían conocido y que habría que explicarle con calma lo que ocurría.

- Mina – habló Serena con aire fraternal – Soy tu hermana mayor y él es… tu novio.

- ¿Yaten? – Le clavó la vista en sus ojos verdes - ¡¿Es mi novio?! ¿Eres mi novio? Y tú ¿mi hermana? – se llevó las manos a la cabeza pues un punzante dolor le llegó de golpe y con el algunas imágenes confusas de recuerdos ahora perdidos. Apareció ella con Serena de niñas jugando, luego se vio de la mano junto a Yaten por la playa y después se vio vestida de Sailor Venus lanzando su cadena contra uno de los ya conocidos monstruos que alguna vez tuvo que enfrentar, junto a ella sus amigas scouts y de nuevo la imagen de Galaxia la que fuera la última antes de desvanecerse – ¡Ah! Mi cabeza.

- ¡Serena llama a Taiki! – ordenó Yaten y al instante la chica salió de la habitación hasta que volvió con el médico y este le inyecto algo que pronto calmó su dolor y la puso a dormir nuevamente.

Despertó asustada y se vio en su ya conocida habitación, miró hacia todos lados tratando de recobrar el sentido. Se sentó en la cama y llevó sus manos a su abdomen, le dolía un poco. Se miró nuevamente y vestía su conocido pijama de corazones. Se levantó con prisa para verse en el espejo y encontró nuevamente su figura adolescente y a Artemis dormido a los pies de su cama.


Bien ¿Que les pareció?
Espero me lo hagan saber.

Nos leemos

bye