Este capítulo esta re editado por el bien de sus ojos. El cambio fue hecho el día 11/02/14. Disfrute la lectura.


La mansión y él come almas.

Capítulo 1: Prologo

El tiempo ha pasado. Las hojas han caído, muertas y sin color, derramándose en el pavimento de aquel pueblo desolado y tranquilo; Demostrando el final de una etapa, y el comienzo de otra…

Un automóvil cruzo el pueblo, y se detuvo frente a una casa. Unos hombres bajaron de un auto, en su interior, trasladaban maletas de cuero. La habían alquilado anteriormente, con el objetivo de lograr descansar y prepararse para la boda de un viejo amigo.

Ese pueblo era especialmente elegido por novelistas que buscaban la inspiración, ya que ese lugar en particular era rico las historias tanto terroríficas como románticas.

Sin embargo, la casa carecía de Luz y agua. Pero no siempre fue así. No, claro que no. Esa casa en su momento se alzó llena de gloria y prosperidad en la época de los condes y los duques; ahora esa gloria se halla enterrada y sepultada como sus originarios dueños.

— ¿Esta es la casa? –Pregunto un hombre de piel pálida, con pelo negro su nombre es Turles, el hijo de un exitoso banquero— Que fea esta. Ni pasto en el jardín tiene ¿Qué no la cuidan?

— ¡Ay, no de nuevo! –Interrumpió gritando— ¡Siempre quejándote! ¿Por qué mejor no te callas y te pones a subirlas maletas? ¡Qué mucha ayuda nos hace falta! –Hizo saber un hombre con cabello más largo, su nombre es Raditz, hijo mayor del famoso actor Bardock – ¿Hermano? ¿Dónde estás, sigues en el auto?

Inmediatamente el hombre más pálido agarro las maletas, intentando sacarlas de la parte trasera del automóvil. Utilizando su fuerza que años en el gimnasio habían creado.

— ¿Qué paso, Raditz? –Pregunto el Hombre de pelo negro, Kakarroto o Goku. Hijo menor del antes mencionado Bardock.

— ¿y Vegeta? –Interrogo el hermano mayor — ¿Sabes dónde está? No lo he visto bajar.

—En el baño de la casa, supongo –Contesto el menor con desgano y desinterés–Tenía muchas ganas… de… ya sabes…De eso.

Un intercambio corto de miradas de los tres mencionados les hizo saber exactamente lo que se refería el menor.

— ¿Tanta agua tomo? –Pregunto Turles. Sacando una maleta de tamaño mediano, azul oscuro. Y parándose al lado de su primo, Raditz.

Un hombre significativamente más alto, salió del vehículo cerrando la puerta tras de sí. Evitando que la mascota de uno de los hombres saliera tras de el —Todo el viaje –Hizo saber Broly, hijo de Paragas, un novelista inglés– Cuando se pone nervioso toma mucha, mucha agua. Incluso uno se llega a preguntar dónde mete tanta agua.

Broly, el que manejaba y el único con licencia no suspendida, dio una rápida mirada a la casa. Era gigante, una mansión, desgraciadamente bastante estropeada. El patio daba una sensación tétrica y fúnebre, se sentía la añoranza que proporcionaba el cementerio que estaba ocupando una gran estancia del terreno de la casa; Tanto al frente como al rededor.

—Como sea, no tiene importancia –Dijo Broly. Se acercó y empujo a Raditz hacia el suelo. Ignorando el daño que este recibió, agarro de un tirón una maleta verde y una roja –Aquí tienes –Entrego la maleta escarlata a Raditz que estaba de pies sobándose la espalda.

—Sabes…–Dijo sacudiendo el polvo de su chamarra y pantalón –No era necesario empujarme, pudiste haber dicho algo como: "Oye, guapetón Raditz, muévete para que pueda sacar la maleta". ¡No empujarme salvajemente! ¡Bruto! –Arrebató la maleta y subieron los cuatro hacia las escaleras de la estrada de la casa.

La puerta, de madera gris, estaba abierta. Vegeta la había dejado sin traba por descuido cuando comenzó su carrera hacia el primer baño de la casa.

—Bueno… Turles entra –Dijo Kakarroto. Estaban ellos, dudando si entrar o no dentro de esa propiedad tan singular.

Impaciente, de un puñetazo, Broly lo mando dentro de la casa. Por desgracia, Kakarroto, pudo sentir el impacto de la alfombra en su rostro, puesto que había sido víctima del empujón de Broly. Los pelitos color zafiro se pegaron a sus prendas, estaban cubiertos por algo asqueroso y babeante.

—Bueno… No esta tan…Tan… tan… ¿mal? –Intento articular Turles apoyando su maleta a un costado, junto con la maleta color carbón, de Vegeta, y la bronce de Kakarroto.

— ¡Joder, y tú que te quejabas! ¿Qué nunca escuchaste el refrán que dice: "Nunca juzgues a un libro por su portada"? ¿Te suena a algo, bruto? —Recalco Raditz, a su primo. Ya que siempre era el primero en quejarse sobre algo o alguien.

Broly rodo sus ojos, cansado de las clásicas discusiones de los primos—Como sea, ¡Vegeta! –Llamo Broly — ¡Vegeta, ven! ¡Baja de una buena vez!

El antes nombrado bajo las escaleras, subiéndose el cierre del pantalón. Y con la cara relaja por la falta de precio de su vejiga.

—Qué lindo recibidor –Observo expectante Kakarroto. Mirando cada detalle, uno por uno.

Un recibidor marrón oscuro, las ventanas de un cristal rojizo, las cortinas del mismo color de la alfombra; los muebles más oscuros. Una chimenea de piedra y ladrillo hermosamente decorada, se posicionaba frente a los sillones. Y lo que más llamo la atención fue una foto de una antigua casa. Misteriosamente era el único decorado.

El joven quedó curioso al ver ese detalle sobra la piedra— ¿De qué es esa foto? –Pregunto Kakarroto. El se acercó y el tomo entre sus manos, con uno de sus dedos, quito el polvo de la superficie de cristal.

— ¿Qué es eso, Goku? –Se acercó su hermano, miro la fotografía tenue y tétrica. Se puso a su lado, casi chocando sus cabezas. Y achicando los ojos para poder ver mejor.

Broly y Vegeta solo los miraron de lejos. Broly quiso investigar la habitación a su derecha. Vegeta solo los quedo observando curioso desde su posición.

Miraron más de cerca la foto, era de la mansión. Muchos años atrás, tan antigua y vieja.

(Link en la parte de abajo. Foto creada por mí)

En medio del silencio— ¿Oye...? —Pregunto Turles asomando su cabeza entre los hombros de sus primos — ¿Y esos tres que son…?

Una corriente fría paso por sus cuellos, bajo por la columna y desapareció en la espalda baja. Un ligero aullido irrumpió el silencio. Haciendo que sus pieles se erizaran.

—Oigan… como que yo mejor duermo en el auto, ya saben… para no estorbar —Dijo con la voz resquebrajado por los nervios, Kakarroto.

— ¿Qué… que es eso? –Pregunto Raditz, dejo la foto en la chimenea, justo donde la había dejado. Su hermano menor se acercó mientras este no observaba y lo abrazo –Suéltame, cobarde. Hazte hombre, marica—

El silencio se rompió con un aullido más insistente.

—Esperen un momento… ¿Y mi perro? –Pregunto Vegeta, mirando a su alrededor buscándolo con la mirada — ¡Cabrones! ¡Lo dejaron en el auto! ¡Canallas!

—… Me olvide que estaba hay… —Se defensivo Turles.

Vegeta, ignorando el comentario, corrió hasta el auto donde, efectivamente, estaba su perro. Uno castaño claro. Grande, gigantesco. Abrió la puerta del acompañante y lo saco, junto con una botella de agua y una linterna negra.

—Vamos, amigo –Dijo Vegeta sacando a su compañero del cuello — ¿Quiénes te dejaron hay dentro? No te preocupes… Todo está bien.

Mientras en la cocina de la casa, Broly abrió la despensa en busca de algo que sacie su apetito, pero para su mala fortuna no encontró nada más que telarañas y unas que otra araña; y justo que ese día no se le antojaban.

— ¿No hay comida? –Pregunto. Acto seguido cierra la lacena con violencia. Descargando su enojo con el pobre observo inanimado. Pero una voz lo desconcentro.

— ¿Ustedes son los nuevo sueños de la casa? –Pregunto un sujeto alto y calvo.

— ¿Eh? –Pregunto Broly dándose la vuelta un poco sorprendido — ¿y tú quién eres? ¿Qué haces aquí? — este hombre estaba detrás de el con un traje impecable.

—Soy Nappa, el mayordomo. Heme aquí para servir, buen hombre–Contesto — ¿Ahora podría contestarme la pregunta que le he hecho anteriormente?

—…Espere… usted apareció detrás mío. ¡Quien sabe que intenciones tenga! –Grito indignado y algo sorprendido por la educación de ese hombre misterioso— ¿Espera que le diga así como así algo? ¡Que loco! ¡No hasta que me diga su nombre, depravado violador!

—Soy Nappa… Como ya le dije anteriormente –Dijo –Me encargo de mantener la casa limpia… y…

—Y sin comida –Interrumpió Broly –Mi nombre es Broly, soy el hijo de Paragas. Vine aquí con unos amigos.

—Excelente. Por favor, acompáñeme al recibidor para presentarme junto a los demás –Pidió el hombre mayor –Por favor.

Juntos caminaron hacia el recibidor. Estaban los hermanos sentados abrazados. Turles estaba pálido por la fotografía. Vegeta estaba junto con su perro sentado en el sillón al frente, a su lado se sentó Broly.

Dejando a Nappa un asiento al frente de ellos.

—Hola señores –Saludo el mayordomo— Mi nombre es Nappa. Soy el mayordomo de este hogar, espero que su estancia aquí, sea agradable.

—Claro…—contesto Raditz. Mientras su hermano se aferraba más a él.

Luego de unas charlas de presentación muy formales. A lo lejos una tormenta próxima se posiciono sobre el pueblo, los rayos y truenos se hicieron presentes. Los granizos caían, el cielo se abría en una boca cual caían gotas de agua violentas y salvajes.

—Raditz… quiero irme a casa –Dijo Goku metiendo su cabeza en el pecho de Raditz.

—Yo también –Dijo Raditz –Yo también… pero me temo que eso no va a ser posible, hermanito.

Ellos, tenían de entre 20 y 25 años. Jóvenes con ganas de comerse el mundo. Pero el mundo los comerá a ellos. Algo que jamás pudieron averiguar solos hasta ese fatídico día.

La mansión pronto se oscureció, Nappa prendió una pequeña vela —Bueno…— Dijo soplando el fosforo con el que prendió la vela— Sera mejor que los acompañe a sus habitaciones…

—Si… —asintieron todos al unísono.

Turles y Kakarroto fueron a la habitación "Sueño de Morfeo", decorada con paredes blancas, Y pequeños detalles dorados, dos camas impecables. Un candelabro de velas blanco. Prendido.

Raditz y Broly fueron a la habitación "Numero erróneo", Esta estaba decorada con adornos y alfombras color esmeralda. Dos camas grandes impecables. Como en la otra habitación, un candelabro blanco prendido.

Vegeta y su perro fue a una habitación especial. La única con un baño. Era zafiro y perlado. Este solo contaba con una pequeña vela al costado de la cama, sobre una mesita de roble.

—Espero que sus estancias sean cómodas –Dijo le mayordomo. Antes de irse les advirtió —Por nada del mundo salgan de sus habitación. Mantengan las puertas cerradas en todo momento, al igual que las ventanas.

— ¿Por qué? –Pregunto Vegeta arqueando una ceja.

—Créame, será mejor que no sepa. –

—Como diga –Contesto.

Cada uno en su habitación cerró las puestas con trabas, las ventanas igual. Por desgracia, ese fue el comienzo de sus peores pesadillas, el tormento comenzó para uno de ellos…

— ¿Vegeta?...Vegeta, serás el primero –Dijo una vos gruesa y fantasmal. Endemoniada.