Los personajes pertenecen a JK. Yo juego con ellos.

Disfruten y los leo más abajo.


Capítulo: La llegada de Teddy Remus Lupin Tonks

El reloj marcaba las nueve de la noche y un silencio rotundo se sentía al interior de la Mansión Potter, específicamente en el salón de visitas. La gente reunida se encontraba viendo a un cuadro pegado a la pared, absortos a él. La particularidad de aquel objeto era que la gente se movía, pero no como los retratos de Hogwarts sino como si estuviera pasando una película en una televisión muggle, por lo que el silencio se debía a que escuchaban con atención lo que la gente decía: cada movimiento y cada reacción que tenían era importante para el pasado o para el futuro, dependiendo de en qué tiempo residían, lo cual era desconcertante.

¿Por qué era confuso?

Porque buscaban cambiar el pasado o, en su defecto, constituir un futuro mejor.

¿Cómo intervendrían en el tiempo?

Creando una línea paralela que les permitiera instaurar una vida nueva y enviando unos libros con las memorias de Harry Potter al pasado.

¿Qué les motivó para formar la idea?

Comenzó en el aniversario número veinte de la denominada "Batalla de Hogwarts". Ese día, tras la dolorosa elocución de Harry Potter, hubo un accidente de parte de una madre cuyo hijo había muerto durante el combate.

Harry Potter pudo advertir el sufrimiento, el trauma y la depresión profundamente marcado en las facciones de su rostro. Esa expresión era la que en los primeros años fue palpable en las cincuenta familias que perdieron a un ser querido durante el trascurso de la batalla, haciéndolo sentir miserable. Todo había sido a causa de él.

Harry deseó ser capaz de retroceder en el tiempo. Ginny, al ver la culpabilidad en la cara de su marido, le murmuró que podría haber una manera de cambiar la historia pero que sería complejo.

Desde ese momento, los cercanos a la familia "Potter Weasley" estuvieron trabajando arduamente en el plan. Sin embargo, tardaron tres años en concretar la idea por la serie de procedimientos que debían seguir para modificar la historia.

¿De qué manera lo harían?

Utilizando artilugios como fotografías, cartas, retratos y libros, especialmente uno que encontraron en el Departamento de los Misterios, concretamente en la sala llamada esencia del tiempo, que se titulaba: Viajes temporales: Pasado, presente, futuro y sus consecuencias. Además de un polvo que permitía los viajes en el tiempo. Este libro les dio los lineamientos necesarios para comenzar a idear el plan usando magia antiquísima y poderosa. Además de un polvo que permitía los viajes temporales.

¿Qué día se concretó la idea?

El 2 de mayo, veintitrés años después de la mítica Batalla, se reunieron en la casa de los Potter las personas implicadas para iniciar el plan. Ese día, cerca de las dos de la madrugada, Hermione Granger abrió un portal arremolinado por donde enviaron los libros con las memorias de Harry Potter y una carta al pasado, comenzando así la creación del universo paralelo.

Desde entonces habían estado escuchando atentamente las reacciones de la gente del pasado, conteniendo las emociones de tristeza y felicidad que inundaban su alma al ver a las personas que perecieron en la batalla, y esperanzados de que todo saliera bien. Hasta el momento parecía ser que sí y eso lo notaban por los portarretratos hechizados para la ocasión. Tenía y debía salir bien para asegurar un futuro mejor

...

Ahora veían cómo la gente en el pasado se comportaba ante el capítulo "El autobús Noctámbulo", que estaba resultando divertido y nostálgico a la vez. Y más temprano que tarde, la profesora Sprout dio por finalizado el apartado. Luego, ella le tendió el libro al director quien lo tomó en sus manos. Posteriormente, Dumbledore abrió su boca para pedir que alguien leyera cuando un ruido los sobresaltó: En el pasado algo se desquebrajaba y en el presente el ventanal se trizaba.

Todos contuvieron la respiración, pero al cabo de un segundo el sonido se acabó. En la Mansión Potter se miraron confundidos.

— ¿Qué fue eso? — preguntó Teddy aterrado.

Nadie le respondió, ya que estaban impactados ante lo ocurrido. Sin embargo, Harry Potter había llegado a la ventana y ahora miraba intensamente hacia el exterior con la varita alzada. Al cabo de unos quince segundos, frunció el ceño. No había visto nada sospechoso.

—No sé qué podría haber sido, pero mejor sigamos viendo lo que sucede en el pasado— sugirió, volviendo al sillón en donde se encontraba.

Al instante, regresaron a observar la pantalla: Albus Dumbledore hablaba y los alumnos se notaban despavoridos.

En ese momento uno de los portarretratos que estaba posado en un mueble se partió en dos, conmocionando a los presentes.

Pero no pudieron pensar en qué había provocado ese inexplicable hecho porque al segundo escucharon chillidos provenientes del cuadro por donde observaban al pasado: El techo azul del Gran Comedor se desquebrajada nuevamente y, peor aún, una explosión dejaba una abertura en el cielo y una luz blanca cegadora.

— ¿Qué…? — tartamudeó Ron atemorizado, incapaz de seguir una línea coherente de pensamiento.

Y no era el único que parecía no ser capaz de pensar correctamente. Los demás se encontraban igual de desconcertados y aterrados.

¿Qué estaba pasando?

No comprendían nada de lo que sucedía. De repente un haz de luz verde iluminó el exterior, sobresaltando a los adultos, adolescentes y niños.

— ¡No puede ser! — exclamó Hermione Weasley horrorizada, llamando la atención —.El libro, los viajes temporales y las consecuencias.

No faltó decir nada más. Todos entendieron lo que Hermione dijo: Alguien había intervenido en su plan.

Harry, Ron, Neville, George, Charlie, Bill, Percy, Rolf y Draco se dirigieron con rapidez al portal que yacía abierto por más de una semana. Luego, alzaron las varitas y murmuraron detentus Tempus para frenar el resquebrajamiento.

Al mismo tiempo, Arthur, Hagrid, Teddy y Kingsley fueron a la entrada de la casa para ver si había alguien escondido por ahí. Mientras que Ginny, Hermione, Luna, Hannah, Angelina, Fleur, Audrey, Victoire y Astoria miraban con atención al cuadro gigante. Molly y McGonagall mantenían a los adolescentes y niños a raya.

La tensión se sentía en el aire y nadie parecía encontrar la voz. Entonces:

— ¡Querido! — chilló Astoria Malfoy, alterando a quienes estaban invocando el hechizo —. A la casa de Slytherin le pasa algo. Dicen que le duele mucho y se retuercen en el suelo.

Draco se volvió rápidamente a su esposa, dejando de hacer el hechizo dirigido al portal. Después de diez segundos, observó la pantalla: Se veía a su yo pasado torciéndose en el piso, agarrarse la cabeza y tornándose azul.

La imagen lo conmocionó y, más aún, ver a sus antiguos compañeros en la misma situación de él. Se sacudió la cabeza, maldijo entre dientes y continúo lanzando el hechizo al portal con más concentración que antes. Los demás lo imitaron.

Los segundos pasaban, tanto en el pasado como en el presente. Los Slytherin seguían en la misma posición y los hombres hacían todo lo posible por detener lo que sucedía en el pasado. Ginny Potter aprovechó de tomar un papel y una pluma para escribir un mensaje esperanzador.

Estimado Hogwarts:

Les pedimos que tengan calma y que sigan leyendo como si nada hubiera pasado.

En ese instante, Harry y los demás detuvieron la abertura en el techo del colegio. Todos respiraron aliviados, aun cuando no supieran quién había provocado esto y por qué.

Ginny volvió a su redacción.

Nosotros hemos logrado frenar el resquebrajamiento del techo, pero no le podemos decir qué pasó por el momento, porque necesitamos saber qué fue lo que exactamente ha ocurrido.

De todas formas, trataremos de darles una respuesta a la brevedad.

Atentamente.

FPW, FWG Y RFW.

Luego de terminarla, dobló el papel y lo metió en un sobre; mientras que en el pasado Susan Bones preguntaba qué había acontecido.

Rápidamente, Ginny tomó un polvo blanco y lo esparció por el sobre. Luego, tiró la carta por el portal. Ésta giró unos segundos antes de disolverse por completo.

Nadie se movió después de esa acción. Sólo pudieron escuchar lo que decían: Severus pedía un receso de una hora, que ellos usarían para saber quién lo hizo.

— ¿Vieron algo en la entrada? — preguntó Harry.

—No.

La respuesta de Teddy dejó paralizados a todos. Harry alzó la ceja al tiempo que se acercaba a la ventana: aún se observaba el haz de luz.

—Salgamos — sugirió Ron —. Sólo así podremos averiguar algo.

Harry asintió y salió de la casa. Al instante, Ron, Neville, Charlie, Bill, George, Percy, Rolf, Draco y Teddy lo siguieron.

...

Transcurrida media hora, se habían separado en cinco grupos de a dos. Harry iba con Teddy. Ambos con la varita alzada y mirando a cada lado en busca de cualquier indicio que pudiera hacerles entender quién había detrás de lo acontecido y qué había hecho. Pero nada. No había nadie sospechoso. Solamente la luz verde les decía que alguien intervino en su propósito.

Harry forzó su mente a pensar. Sabía que se torció el plan que durante años trazaron para crear un futuro mejor porque el libro había advertido que si alguien ajeno a la idea hacia algo para detenerla, habrían señales: resquebrajamientos, ruidos salidos de la nada y un haz de luz verde.

También que habían cometido un error: Dejar que el tiempo siguiera avanzando en el presente.

La razón de esa decisión es que creían que no había ninguna fuerza oscura en esos momentos que los pudiera detener. Además la magia pura, como ellos la denominaban, les garantizaba que nadie pudiera percibir la enorme y potente energía que desprendía la Mansión Potter.

Y lo peor de todo: la magia negra era la única que podía luchar contra la línea paralela. Pero desestimaron esa advertencia por la paz que reinaba en el mundo mágico. Jamás pensaron que hubiera un enemigo utilizando la magia oscura y por eso dejaron de lado una precaución importante.

Harry frunció el ceño, caminando lentamente junto con Teddy que iba atento a todo.

Una hora más tarde, vieron unas chispas rojas en el cielo que provenían cerca de la casa.

Inmediatamente, Harry y Teddy corrieron a ella, respirando dificultosamente. Los dos se habían separado cerca de diez cuadras de la Mansión. Ambos rechinaron los dientes al tiempo que andaban más rápido.

Cuando llegaron, todos estaban afuera, viendo aterrorizados y conmocionados a una persona con capucha parada en mitad de un árbol.

¿Qué hacía ese mortífago allí?

No pudieron pensar. Ni siquiera pudieron ver de quién se trataba porque el mortífago se reía siniestramente, erizando la piel de los presentes.

—Harry Potter —rió complacido—. Llegó la persona más importante del grupo.

Harry gruñó y Ginny le tomó la mano para que no hiciera una estupidez. Los demás rechinaron los dientes y lo desafiaron con la mirada. El mortífago hizo caso omiso a las reacciones y siguió hablando.

—Debieron ver el espectáculo que hicieron: Todos aterrados, intentando descifrar quién había sido el causante de lo ocurrido —sonrió burlescamente —. Francamente, me decepcionó que nadie se haya dado cuenta antes de lo que pasaba. Pero claro actué sigilosamente, no pudieron advertirlo.

—¿Qué hiciste? —siseó Harry.

—¿Qué hice? —repitió, fingiendo estar aturdido. Los presentes protestaron y el mortífago rodó los ojos —. Todavía no, sólo diré que ocupé magia oscura antiquísima para lograrlo.

Se hizo un silencio tenso que confirmaba que la magia oscura estaba de por medio. Eso los estremeció, dejándolos sin poder reaccionar.

— ¡Qué magnífica expresión de terror puro! — exclamó radiante —, ¿dónde hay una cámara fotográfica para inmortalizar el momento?

— ¡Idiota! — gritó Ron, incapaz de quedarse callado. Hermione le tomó los hombros para tranquilizarlo.

—Un idiota que frustró sus planes —esbozó una sonrisa —, ¿qué dirías, Weasley, si te dijera que el día del aniversario número veinte de la "Batalla de Hogwarts" estuve presente merodeando entre las sombras y que, por casualidad, escuché el plan que formaban?, ¿qué dirías si supieras que desde ese entonces he estado practicando con la magia oscura para detener el plan?

Los invadió el horror, ¿cómo nadie lo había advertido?, ¿cómo fueron tan imbéciles?, ¿qué les pasó? En esa época se encontraban tan concentrados en formar y concretar el plan para crear un futuro mejor, que ninguno le prestó atención a lo que sucedía en el exterior. Gruñeron y maldijeron su estupidez, pero sin atacar. Estaban preocupados.

— ¿Quién eres?

La pregunta realizada por Teddy sacó a todos de su expresión de espanto. El mortífago lo miró intensamente.

—Mi nombre lo conocen. De hecho fuimos compañeros en el colegio, Potter— Harry tembló. Y a su lado, los demás reaccionaron de la misma manera —. No diré si soy de su generación o de otra, pero sí que fui a la casa de Slytherin y que busco venganza por lo ocurrido en la "Batalla".

Draco reaccionó antes que nadie, aun cuando no tuviera idea de con quién estaba conversando, ya que la voz no la reconocía. Podía ser de cualquiera:

—Eres un imbécil por buscar venganza. Sabes todo lo que hizo Voldemort, todas las atrocidades que cometió y pretendes…

—¡Cállate! —ordenó el mortífago —. Eres un traidor de nuestros ideales, Draco Malfoy. Tú y todos los Slytherin que se cambiaron de bando lo son.

—¿Un traidor? — repitió Draco aturdido. Al cabo de dos segundos, rechino los dientes —. No es así. Sólo comprendí con el paso de los años lo mal que estuvimos por seguir…

—¡Patrañas! —gritó ofuscado —. No son más que argumentos estúpidos e incoherentes de un traidor — el mortífago suspiró —. Pero ya comprenderás lo equivocado que estás. Yo te lo haré saber cuando la distorsión entre tiempos concluya.

Draco y Harry lo miraron sin entender.

— ¡Qué lindas expresiones! —aplaudió riendo. Los presentes volvieron a sisear, pero sin atacar todavía porque se encontraban curiosos y espantados. Pasados unos quince segundos de silencio mortal, dejó de reír —. Les diré qué hice: simplemente invoqué un maleficio que abrió un portal del tiempo, algo parecido al suyo. La diferencia entre el vuestro y el mío es que yo pude observar lo que sucedía en el pasado. Es decir, no había un remolino que tapara la visión, más bien veía con claridad lo que ocurría y….sorpresa… el portal también apareció en esa época.

Las mujeres se llevaron las manos a la boca, atemorizadas. Los hombres ahogaron un grito. El mortífago seguía riendo.

— ¿Qué insinúas? — interrogó Kingsley cuando encontró la voz.

—Que hubo un silencio cuando me vieron —continúo diciendo tranquilamente—. El Señor de las Tinieblas estaba en una reunión con una parte de sus seguidores. Y no ocultó el asombro por ver ese portal y a mí—aunque nadie dijo algo, todos pensaron que esto se estaba convirtiendo en una pesadilla. Nunca imaginaron a Lord Voldemort de por medio—.Se me quedaron observando por largos minutos antes de reaccionar. Claro que tuve que traspasar el portal para explicar el extraño suceso que veían. Con sumo…

—Eso es imposible —le objetó Hermione —. El libro nos advertía que si un intruso intervenía en nuestro plan, habrían señales.

—Pero no decía nada de la magia oscura —levantó la ceja exasperado al tiempo que otro estremecimiento recorría la piel de las personas —. No es la misma que la magia blanca, opera de distinta manera —dijo como si fuera lo obvio —. No entraré en detalles acerca de eso, no deben saberlo. Sólo les permitiré saber ciertas cosas.

Dicho eso, el mortífago retorció sus manos y saltó del árbol. Los adultos alzaron sus varitas mientras que los adolescentes protegían a los niños. Nuevamente, el mortífago rió, disfrutando el espectáculo.

—Como iba diciendo —siguió expresando deambulando de un lado a otro —, con sumo cuidado les expliqué lo que pasaba: De adónde venía, qué hacía, quién era. Confieso que me asombró que me creyeran, pero pasados unos minutos comprendí que era a causa del Señor de las Tinieblas, él es experto en legeremancia; por lo que continué declarando. Les ilustré del patético plan que tenía Harry Potter del futuro para salvar vidas, enfatizando en que el innombrable había fallecido en manos de Potter y él no era uno de los escogidos para ser salvado —al decir eso, él tembló. Nadie supo la razón—. Después les dije cómo había intervenido en el plan utilizando las enseñanzas del Señor Tenebroso —abruptamente paró y volvió a retorcer sus dedos, como si con ese gesto gritara a voces que había algo más—. El Señor de las Tinieblas dijo que debía demostrarle con hechos concretos lo que pasaba—se encogió de hombros, estremeciéndose. Ahora estaba confirmado, algo más pasó —. De modo que volví a mi tiempo, provocando que se comenzara a desquebrajar el techo y que al fin la distorsión en el tiempo empezara, pero lento. Al principio duro unos segundos y paró, luego siguió su curso.

De repente su voz adquirió un tono silbante, lleno de odio y de rencor, haciendo chillar a los héroes del mundo mágico. La voz no era la misma que hace unos segundos, aquella cargada de mofa y de venganza. Ésta era peor que la del mismísimo Voldemort.

—Él está viendo esta escena en el pasado. Él ahora es consciente de lo que esta pasando tanto en Hogwarts como aquí. Lo ha estado observando todo desde que salí por el portal.

— ¡No!, ¡Es imposible! — murmuró Neville impávido.

—Es así —sentenció con los ojos brillando oscuramente—. El Señor espera ansiosamente el momento para intervenir y atacar. Todo dependerá de lo que pase ahora.

— ¿Cómo lo sabes? — tartamudeó Harry, sintiendo un ligero ardor en la cicatriz.

—Él me comunica todo por telepatía, una consecuencia de usar magia negra en cosas temporales — rodó los ojos, despreocupado —. Sucederá muy pronto, Harry Potter. Más pronto de lo que imaginas. Tú no podrás hacer nada y sólo podrás ver impávido cómo ellos, tus valiosos amigos, compañeros y familiares, sucumben ante la nueva oscuridad que se avecina. Una más poderosa y cruel que antaño, mucho más que aquella que mató a tus padres; porque el plan que armaste con tus amiguitos no servirá para nada cuando el mío se comience a gestar y adivina Potter, ya está sucediendo. En este preciso instante lo está haciendo, ya que la distorsión se completó con éxito. Lord Voldemort ya puede ver con toda claridad lo que ocurre en el pasado.

Dicho esto, alzó la varita y murmuró algo ininteligible. Al instante apareció una proyección en la pared de la Mansión Potter. Lo malo: era idéntica al cuadro gigante de la Mansión Potter.

Y ahora veían con horror lo que acontecía en el pasado: Los Slytherin tenían las pupilas rojas y, al aparecer, Harry Potter era el único que lo presenciaba.

—Las pupilas rojas indican que el Señor de las Tinieblas ha entrado en sus mentes para que ellos le proporcionen todo lo ocurrido desde el primer libro en diferentes ángulos. Los controla a su antojo.

—No, no, no —tartamudeó Molly, haciendo eco de la negación de todos. Los Slytherin estaban bajo la maldición Imperius.

—Lo había intentando cuando los Slytherin comenzaron a retorcerse, pero la distorsión todavía no se completaba, por lo que mi señor los dejó en paz. Sin embargo, no imaginó que quedaran azules por la asfixia que les embargó. Él se preocupó al instante, no obstante, ustedes detuvieron el resquebrajamiento y ellos se salvaron. La desviación siguió su curso aun cuando el techo ya no se resquebrajara.

Sonrió abiertamente, mientras que los héroes y sus hijos intentaban salir de su aturdimiento. Quien sea que fuera aquel mortífago, había sido inteligente.

De pronto Harry, sin el leve ardor en la frente, comprendió algo que lo aterró:

—Hablas mucho de la distorsión y puedo intuir que se debe a que pasado y futuro se encontraron, ¿o no?

—Exacto, Potter — lo felicitó, ironizando con él. Harry siseó enojado —. Mira atentamente a esa pantalla lo que ocurrirá. Contempla el poder del Señor Oscuro. Admirar lo cerca que esta una nueva batalla.

Los ojos de todos se posaron en el proyector: Veían a Sirius gruñir porque Arthur en el libro decía: "Molly: dicen que Sirius Black está loco, y quizá lo esté…". Luego escucharon lo que Arthur seguía diciendo:", pero fue lo bastante inteligente para escapar de Azkaban, y se supone que eso es imposible."

Entonces ocurrió algo impensado: Los Slytherin hablaron con una voz siniestra muy parecida a la del mortífago.

Y se volverá cada más fácil escaparse de Azkaban—dijeron los Slytherin al unísono—. En pocos días más se escaparan muchos reos de la prisión, una fuga masiva que marcará un antes y un después. Hogwarts se convertirá en una casería y nadie podrá impedir lo que vendrá: Todos los traidores de sangre, todos los nobles, todos cuántos se releven contra nosotros, simplemente, morirán.

Observaron a los niños chillar en el pasado. El descontrol era terrorífico.

—Ese es el Señor Oscuro hablando a través de ellos. Sus pupilas rojas le trasmiten lo que sucede. Él puede atacar en cualquier momento — rió maliciosamente.

Aunque todos escucharon, no pudieron apartar sus ojos del monitor: Draco y Pansy del pasado se retorcían en el suelo, mientras que Harry Potter de ese tiempo pedía que los dejarán en paz.

¿Esto era la distorsión?, ¿Voldemort atacaría en cualquier momento?, ¿su plan se iría por la borda?

Dejaron sus pensamientos de lado, sus temores quedaron en el olvido, su conmoción estaba pasando: Ellos debían detener lo que ocurría.

Por lo tanto los hombres volvieron a murmurar el hechizo Detentus Tempus, esta vez dirigido a la pantalla y no al portal.

El mortífago dejó de sonreír al instante. No podía permitir eso, se darían cuenta de la mentirilla que había dicho mientras se mofaba de ellos por ser tan tontos.

Pero antes de que pudiera hacer algo, los Slytherin volvían en sí y el techo dejaba de ceder. Gruñó enfadado.

—No debieron hacer eso —dijo cabreado con la misma voz del principio.

—Pasó simplemente — sonrió Ginny satisfecha.

Mientras el mortífago veía a la pantalla, estupefacto. Luna Scamander escribía otro mensaje y lo enviaba al pasado.

Los segundos parecían pasar con lentitud para el mortífago. Él no daba crédito a lo que presenciaba en el pasado. ¿Voldemort ya no controlaba a los Slytherin?

—Parece que hemos detenido tu plan —rió Ron.

La conmoción se le pasó al mortífago cuando oyó a Ron Weasley. No podía permitir que vieran la desesperación que sentía.

—No lo creas. Mi plan no ha fracasado, el Señor de las Tinieblas está trabajando en ello y vencerá, aunque la magia blanca poderosa lo está impidiendo. La magia oscura antiquísima hace presión explotando y provocando los agujeros en el techo. Luchan la una a la otra y una tendrá que ceder —habló rápido y sin ser consciente de lo que decía.

— ¡Aja! — exclamó Harry calmado y con su mente funcionando rápidamente —. De modo que Voldemort nunca ha esperado el momento oportuno—el mortífago trago saliva —, ¿no es así? Él hubiera atacado de inmediato, aprovechando la ignorancia en que se encuentran los alumnos en cuanto al combate se refiere. Lo intentó hacer, pero la lucha entre las magias lo impidió. El techo no cedió a la magia oscura y no pudo atacar, por eso está controlando a la casa de Slytherin.

—Especulaciones — lo corrigió, aunque mitad de lo que decía Potter era cierto —. Nada es así. Él esta trazando su plan mezclándolo con el mío — Harry lo miró. Esto se contradecía a lo que declaró minutos atrás, que su plan se comenzaba a gestar —. El Señor Oscuro ha visto la oportunidad que le diste para evitar su propia caída. Tu plan fracasará y él se alzará en gloria y majestad, ¡Están advertidos!

Dicho eso, se envolvió en una luz negra al tiempo que la pantalla gigante proyectada en la pared desaparecía. Cuando la luz negra se disolvió, el mortífago ya no estaba. Además, el haz de luz verde se había esfumado.

Nadie se movió ni dijo nada. Se encontraban impactados por lo ocurrido, preguntándose dónde estaba ahora ese mortífago. Todo lo dicho por él los preocupó: Pasado y futuro estaban unidos de forma siniestra. Voldemort podría hacer cualquier cosa en el pasado con los Slytherin bajo su control, aunque parecía que no era así.

El haz de luz desapareció. Los ruidos también. El mortífago fue inteligente y había vuelto el plan en su contra, convirtiéndolo en tan o más temible que Voldemort.

—Entremos — susurró Harry, sacando a todos del transe —. Tenemos mucho que debatir.

Acto seguido, entraron a la Mansión y se dirigieron al salón de visitas. Ahora el cuadro gigante les mostraba que Albus pedía a alguien leer, que resultaba ser Remus Lupin. Teddy miró nostálgicamente.

—Esto es preocupante — declaró Neville, sacando sus ojos de la pantalla.

—Debemos hacer algo —opinó Angelina Weasley, retorciendo sus manos.

—El problema es el qué —habló Hermione —. Recordemos las consecuencias de esto antes de decidir cualquier cosa.

—Con o sin ser conscientes de las consecuencias, ya se alteró todo. Pasado y presente están unidos —la contradijo Audrey Weasley.

—Y lo peor es que estuvimos tan seguros que nada pasaría que no tomamos la precaución más importante, o la dejamos de lado aun cuando estuviera explícita en el libro —añadió Hannah Longbottom.

La tensión se instaló en la Mansión. Era espeluznante el panorama cuando habían dejado de lado esa precaución.

— ¡Cómo fuimos tan ilusos! —exclamó Fleur Weasley en un intento de sacar la tensión del aire —. Debimos darnos cuenta. Pudimos haber detenido todo esto.

—Ya no sirven de nada ese tipo de arrepentimientos —le restó importancia Charlie.

La afirmación de Charlie desató la furia de Bill.

—¡Eres un imbécil, Charlie!, ¡Mi esposa estaba intentando de alivianar la tensión!

—No soy un estúpido — Charlie estaba parado frente a Bill, lanzándole chispas por los ojos—. Solo quería dejar en claro que el pasado ya fue. La declaración de tu esposa no aporta nada.

Bill apretó los puños antes de abalanzarse contra de su hermano. George y Percy intervinieron, interponiéndose entre los dos. Ellos agarraron a sus hermanos antes de que una pelea se desatara. Pero tanto Bill como Charlie hacían esfuerzos para soltarse del agarre de George y Percy respectivamente. Estaban perdiendo los estribos, de modo que Harry y Ron se apresuraron a murmurarles a Bill y Charlie que no tenía sentido pelearse por algo así. Ellos parecían no entender, seguían forcejeando y gritándose el uno al otro: Bill que Charlie nunca más tratara a su esposa así y Charlie que no le dijera estúpido.

Los demás, especialmente Fleur que se debatía con inmiscuirse o no la pelea, observaban aterrados la escena.

—No sacan nada con pelear — dijo Molly apenada. Esto bastó para que el forcejeo parara —. Debemos decidir cómo seguir de ahora en adelante.

Molly puso la cabeza en el pecho de Arthur. Ese gesto pareció recomponer la compostura de los hombres y hacerlos volver a sus puestos.

Fleur se apresuró a tomarle la mano a su esposo.

— ¿Qué hacemos? — preguntó Astoria.

Todos se quedaron callados, reflexionando la pregunta. Pasados unos minutos, no se le ocurría nada. ¿Cómo lo harían?

—No lo sé — aclaró Luna confundida.

—Pero debemos hacer algo, lo que sea — gruñó Neville —. El mortífago estaba seguro de sus palabras y…

—No tan seguro, Neville — lo contradijo Harry —, en la última parte no.

—Eso todos lo pudimos notar, Harry — George rodó los ojos —. Pero el hecho es que Voldemort esta intentando ingresar al colegio, aprovechándose de nuestro plan.

Harry hizo una mueca. Esa era la parte que menos le gustaba.

—Entonces…—dijo Draco, intentando que alguien dijera algo.

Nadie contestó. Ni siquiera McGonagall, Hagrid y Kingsley. Los tres lucían atónitos.

Harry forzó su mente, mientras los minutos trascurrían. Sabía que había algo contradictorio en aquel mortífago, sus últimas palabras lo delataban. De pronto, supo qué debían hacer aunque eso fuera terrible.

—Uno de nosotros debe ir al pasado —declaró Harry.

Los ojos de todos se ampliaron, aterrados por el hecho.

—Harry, amor —murmuró Ginny, meneando la cabeza —. ¿Estás seguro?

—Es la única manera — Harry suspiró. Todos prestaban atención—, aunque eso signifique dar un paso que nos podría perjudicar —a los presentes se les erizó la piel —.Sabíamos por el libro que con lo que hicimos habría consecuencias en nuestro futuro.

Harry dejó de hablar y tomó el portarretrato que se trizó cuando comenzó el resquebrajamiento. Lo empezó a mirar, conteniendo la emoción de angustia que lo embargaba.

El portarretrato contenía una foto de Sirius Black: Una en blanco y negro pero que, poco a poco y con el correr de la lectura, había adquirido algo de color. Ese insignificante detalle era el más importante dado a que la tonalidad le devolvería la vida a Sirius en aquel universo alterno que habían creado.

Sin embargo ahora el portarretrato estaba partido en dos y el color se iba desvaneciendo lentamente. Eso significaba cuán terrible era el panorama para ellos y cuánto la magia oscura de antaño había afectado su plan.

Harry suspiró y lo dejó en el mueble. Luego fijó su mirada en los demás portarretratos, todos se trizaron, pero mantenían todavía el poco color que habían adquirido. Sacudió la cabeza y volvió su vista a los demás, nadie se había atrevido a hablar.

—Modificaciones — continúo hablando — que serían grandes, pero gratificantes. Pensamos en salvar vidas y restaurar a las familias destrozadas por la guerra, incluyendo la nuestra. No imaginamos jamás que alguien pudiera intervenir, por eso decidimos enviar un objeto al pasado, o más específicamente, por esa razón es que concluimos que la gente se debía concientizar y preparar para la batalla. La mejor manera era enviando un libro y no que alguien viajara en el tiempo y explicará lo que pasaría en breve — todos sabían que Harry había omitido algo, pero nadie lo expresó porque causaba miedo —.Ahora ese plan se ve amenazado por aquel mortífago y Voldemort. La gente no está preparada y todavía no esta del todo conciente de lo que significa la lectura de los libros. Alguien debe ir, explicar lo que sucede – una carta no lo hará- y prepararlos para la batalla. Además, ese alguien debe estar atento por si Voldemort decide atacar: estando aquí, no podremos inmiscuirnos. Pero por sobre todo, enseñarle a detener el resquebrajamiento.

—¿Por qué deben aprender el hechizo si desde aquí lo podemos hacer? — preguntó Angelina confundida.

Harry contestó inmediatamente.

—Porque nosotros debemos estar atentos a las consecuencias de nuestra época, buenas y malas. Además de buscar al mortífago, nadie sabe dónde está. Necesitamos saber quién es y hacer otras cosas. Tendremos trabajo y quizás no estemos tan atentos como quisiéramos a lo que sucede en el pasado.

Todos asintieron conformes.

—Quien vaya al pasado debe estar en contacto con nosotros a través de los retratos colgados en la habitación que pusimos para cuando las personas reunidas en el Gran Comedor quisieran tener una conversación privada —añadió Hermione —. Debe estar al tanto de lo que ocurre aquí, pero también tiene que informarnos a nosotros qué pasa, como no estaremos tan atentos…

Harry asintió de acuerdo con ella. Entonces:

— ¿Quién irá? — le preguntó Ginny a Harry, sabiendo a quién estaba barajando su marido.

Pero antes de que Harry le contestará, otras voces se pronunciaron:

—Iremos — contestaron James, Albus, Lily, Rose, Hugo y Scorpius de inmediato.

—Nosotros también — añadieron Dominique, Louis, Molly, Lucy, Fred, Roxanne, Frank, Alice, Lorcan y Lysander.

—Dije una persona. Y de ningún modo ustedes viajarán en el tiempo — sentenció Harry.

—Pero papá — protestó Lily —, queremos ayudar.

James, Albus, Rose, Hugo y Scorpius asintieron. Sus demás primos alternaban la mirada de Lily a su padre, aterrados. Sus progenitores los veían con simpatía.

—Lily Luna Potter Weasley, he dicho que no.

Lily se estremeció. Cuando su padre utilizaba su nombre completo era porque estaba enojado. Y así lo comprendieron sus hermanos y sus primos, nadie se atrevió a contradecirlo.

Harry miró a sus hijos y sobrinos suspirando. Él sabía que ellos ayudaron mucho mientras preparaban el plan y que habían estado escuchando atentamente las reacciones, pero también comprendía que sus hijos se atemorizaron por lo ocurrido. Ellos jamás presenciaron la oscuridad como hoy y, luego de recuperarse, decidieron ayudar tal cual él lo hizo cuando joven. Sin embargo, ninguno podía ir.

—Princesa — le dijo Harry con suavidad. Lily lo miró con cara de gatito tierno—, quiero que me entiendas. Ustedes no pueden ir por las consecuencias que acarearía esto. Necesitamos gente experimentada, que sepa decir las cosas en el momento adecuado — dicho esto, se volvió a los adultos —. Todos los que están presentes en el Gran Comedor quedan automáticamente fuera, no hace falta decir la razón. De modo que nos quedan tres personas, pero estoy pensando en alguien que merece más que ninguno ir por lo que significara esta experiencia. Además solo él posee una cualidad que no afectaría tanto en las consecuencias.

No hizo falta que se preguntaran quién sería porque el único que calzaba en la descripción era Teddy Lupin.

Ted miró a su padrino nostálgico. Sabía que lo había escogido porque le estaba dando la oportunidad de conocer en persona a sus padres, cosa que agradecida. También que Harry confiaba ciegamente en él, ya que desempeñaría una buena misión.

Pero también comprendía el dolor que le estaba causando a su padrino darle esta oportunidad: una por la culpabilidad que sentía por la muerte de Remus y Tonks y dos porque Harry hubiera deseado que alguien le concediera lo mismo a él.

Teddy Lupin suspiró al tiempo que sentía la mano de Victoire entrelazando la suya, dándole ánimos. Ese gesto devolvió a Teddy a la realidad.

—Lo haré — asintió firmemente.

—Y ya sabes cómo irás, ¿cierto, ahijado?

—Me llamaré Tomás López— dijo pensando con rapidez. Aún sentía la calidez de la mano de su prometida — Un chico alto de piel morena, cabello negro y ojos cafés oscuros; es decir, un extranjero de origen latino que asistió a Hogwarts y que actualmente es auror. Además de ser uno de los que participó en el plan de enviar los libros.

Harry asintió conforme, mientras que Teddy se concentraba al máximo por adoptar la forma que quería. Al cabo de unos segundos, el joven que describió estaba ante sus ojos.

La gente apenas tuvo tiempo para reaccionar porque Hermione apuntaba con la varita a Teddy. Ella murmuró ininteligiblemente un hechizo.

Teddy parpadeó repetidamente antes de estremecerse y volver en sí.

—El hechizo te dejará de forma indefinida de esa apariencia, a menos que alguien lo revierta. Pero no ocurrirá hasta que se terminen de leer todos los libros.

Nuevamente Teddy asintió, pero sin que nadie se fijará miró de reojo al espejo: No se reconocía. Rápidamente, alejó la imagen de su cabeza y prestó atención a lo que se decía:

—Lo que tienes que hacer es lo siguiente — dijo Harry —: Explicar lo que pasó sin dar muchos detalles, prepa…

—Pero — le interrumpió Teddy —. Ni tú ni Dumbledore ni ningún adulto se quedará satisfecho con ese tipo de explicación. Además, piense que tanto el director como Severus me descubrirán al instante.

—Lo sé, estoy consciente de todo lo que dices. Sin embargo, tú tienes que saber cómo proceder. Por lo de Dumbledore, no te preocupes, no dirá nada sobre tu identidad pero querrá saber más detalles que se los darás en privado, él podría ser de mucha ayuda para ti. Con respecto a Severus tendrás que luchar contra la legeremancia utilizando la oclumancia. Sé que puedes hacerlo.

—Lo intentaré — dijo nervioso, apretando con fuera la mano de Victoire. Ella le sonreía, dándole confianza.

Los demás escuchaban absortos la conversación.

—Como te decía — continúo Harry —, preparar a la gente para la batalla, estar atento a los Slytherin y enseñarle el hechizo para detener los resquebrajamientos. Serás la voz de todos.

Teddy volvió a asentir al tiempo que suspiraba. Luego, y soltando la mano de su prometida, caminó al portal con su corazón bombeando rápidamente.

—Hermano — lo detuvo James. Ted lo miró —, por favor hazle saber a la cara de sapo que tú si puedes autorizar a todos a hechizarla.

James sonrió con malicia. Sus hermanos y primos asintieron efusivamente. Y Teddy no pudo más que devolverle la misma sonrisa.

¡La cara de sapo tendría de su propia medicina!

—No te excedas, Ted Remus Lupin Tonks —le advirtió Ginny.

Teddy medio sonrió antes de volver su cara al portal y tomar el polvo blanco.

—Espera — lo detuvo Albus —. Ponte una capucha negra y una máscara, simulando un mortífago.

Los adultos lo miraron horrorizados y a Teddy se le cayó el polvo al suelo.

—¿Qué insinúas, hijo?

—Papá, haz dicho que la gente no está preparada para una batalla y no es consciente de lo que significan realmente los libros—Harry miró a su hijo intensamente —. Voldemort puede atacar en cualquier momento y ellos deberán combatir. Estamos de acuerdo que no podrán y será un buen argumento para que sepan lo que se avecina y que estén predispuestos a que los preparen para la batalla, ¿no?

Ginny le sonrió orgullosa a su hijo, aun cuando la idea era terrorífica. Los demás parecían estar conscientes de lo dicho por Albus, pero sentían la piel erizada.

—Será lo mejor — concordó Harry —. Hermione, hazlo.

Hermione asintió e invocó una capucha y una máscara.

Cuando aparecieron, Teddy se puso la capucha encima y la máscara. Todos contuvieron la respiración al verlo vestido de mortífago, pero no dijeron nada.

Teddy suspiró y tomó otra vez un poco de polvo.

—¡Oye! — exclamó Draco Malfoy, deteniéndolo. Teddy se volvió a él —. No dejes que nada le pase a mi casa, ni mucho menos que me sigan golpeando. Soy el único hijo de mis padres, no quiero quedar con cicatrices y que ellos sufran por una tontera. Ya tienen suficiente con lo que les pasa ahora.

Teddy lo miró apenado, pero luego se recompuso. Después de todo a los Señores Malfoy le esperaba un destino distinto al de esta realidad si esto salía bien.

Tenía que salir bien, por más que ahora se viera todo nubloso.

—Haré lo que me pidas — le aseguró antes de echarse el polvo encima.

En ese instante Victoire le puso una mano en el hombro, entorpeciéndolo. Teddy la miró y, antes de que alguien él dijera algo, su prometida lo besó.

El beso fue tierno y urgente a la vez, pero apasionado. Ella le trasmitía toda su comprensión y ánimos.

El beso se prolongo un par de segundos, que parecían ser largos, sin que nadie los interrumpiera. Luego, sin previo aviso, Victoire cortó el beso y le murmuró: Amor, cuídate y no hagas nada imprudente.

Teddy la abrazó fuertemente y le susurró al oído: Te lo juro, amor. Dicho eso, la soltó, besó su frente y puso un pie en el portal arremolinado.

Victoire lo vio entrar a él con una mano puesta en el corazón. Los demás contemplaron atentos cómo Teddy entraba totalmente en el portal.

...

Teddy giró por unos segundos antes de sentir su cuerpo tornarse tan ligero como una pluma. Luego, diluirse.

Tres minutos, angustiosos e incómodos, tuvieron que pasar para que tocara el suelo. Se encontraba en un túnel largo, o al menos esa sensación le dio. En un principio comenzó a caminar por él con lentitud, pero de pronto escuchó voces provenientes del Gran Comedor: Leían el último párrafo.

Apresuró el paso, mientras pensaba en lo que pasaría cuando lo vieran aparecer: De seguro los adultos alzarían la varita y las irían bajando conforme se explicara. Primero sería Dumbledore y el último, a regañadientes y desconfiado, su padrino.

Siguió caminando al tiempo que escuchaba la última línea del capítulo. Prácticamente corrió. Su corazón parecía salirse de su pecho.

Luego escuchó a su padre anunciar que finalizaba el apartado. Ahogo un grito de emoción. Pronto lo vería por primera vez en su vida.

De repente, vio una luz blanca cegadora al final del túnel. Pudo sentir el asombro del comedor y decidió caminar más rápido para llegar pronto. Ansiaba ver a sus padres.

Tras quince segundos, al fin llegó al final y salió del túnel que se extinguió. Lo que siguió lo dejó conmocionado, sin reaccionar. Nadie podía hablar, entonces:

—¡Mortífago! — gritó Harry.

Y el caos comenzó: Los alumnos de Gryffindor, Ravenclaw y Hufflepuff se agazaparon a la pared. Los profesores los socorrieron. Los adultos imitaron a Harry y alzaron la varita. El ejército de Dumbledore cubrió al círculo de magos que tenían alzada la varita.

Aunque Teddy estaba intranquilo, pudo notar que los Slytherin tenían los ojos rojos. Con un ligero estremecimiento, se adelantó:

— ¡Bajen sus varitas, por favor! — rogó Teddy —. No soy mortífago.

Dicho esto, se desprendió de la túnica, dejando ver sus ropas sencillas: Éstas consistían en una camisa y un jeans. Luego, se subió parte de la camisa. En ese instante, Dumbledore bajó su varita.

Teddy medio sonrió: había dado en el clavo. Al momento siguiente, dejaba ver su brazo izquierdo sin la marca tenebrosa.

Tras ese descubrimiento vio a sus tíos Bill y Charlie, a sus abuelos Molly y Arthur, a los profesores Flitwick y Minerva y, por sobretodo, a su madre bajar sus varitas, seguidos de algunos miembros del ejército de Dumbledore.

Respiró más aliviado, no obstante, ni su padre ni su padrino, mucho menos Sirius, Kingsley, Moody y Snape, bajaban la guardia. Seguían apuntando con sus varitas y mirándolo con desconfianza.

Teddy suspiró y, lentamente, se quitó la máscara, dejando ver su rostro y disipando las dudas de su padre, Sirius, Kingsley, Moody y Snape.

Pero su padrino seguía apuntándolo. Y él siempre supo que sería el último en bajar la guardia.

— ¿Cómo se que esto no es una broma? — le preguntó Harry.

—Porque soy uno de los que les envió la carta y los libros. Vengo del futuro a explicarles lo que está sucediendo.

Tras la declaración, hubo gritos ahogados. Nadie parecía entender lo que el "supuesto mortífago" decía.

Los segundos parecieron avanzar rápido, mientras todos intentaban procesar la información. Sin embargo, Harry Potter aún seguía mirando con suspicacia y con la varita apuntando directo a Teddy.

—Si me dieras el beneficio de la duda, señor Harry Potter, y bajas la varita podría continuar explicando — rogó el mortífago.

Harry seguía desconfiado, pero Teddy podía apreciar la duda que le había generado sus palabras. Al cabo de unos trece segundos tensos, Harry al fin bajó su varita.

—Di primero tu nombre — ordenó Harry desconfiado.

—Me llamo Tomás López. Soy de origen latinoamericano. Asistí a Hogwarts y estuve en la casa de Hufflepuff —explicó, mirando de reojo pero orgulloso a su madre. La casa nombrada se quedó pasmada —. Actualmente soy auror y colaboré con lo que está sucediendo aquí.

Hubo unos cinco minutos de silencio mientras todos pensaban lo dicho ¿Podría ser verdad lo que el joven decía?, ¿Era uno de los que había enviado los libros, ¿Era quién decía ser? A juzgar por la expresión tranquila de su rostro, podían afirmar que era así.

Teddy, en esos minutos, aprovechó de mirar calmadamente al Gran Comedor. La mirada se poso en sus padres: Su mamá era más hermosa de lo que él imaginó. En las viejas fotografías y a través de la pantalla no se pedía notar. Verla en directo lo impactó, las facciones de Dora eran muy parecidas a las suyas. Su papá tenía aquella expresión demacrada, pero parecía ser feliz. Se apreciaba la seriedad cuando había un problema, lo mismo que él hacía en circunstancias extremas. Además, su contextura era parecida a la de él.

Teddy era la mezcla perfecta de ellos. Cada uno aportó lo suyo en su concepción. Se sintió increíblemente en paz.

Continúo con sus familiares: Había una espeluznante pero divertida apreciación, eran muy parecidos a ellos mismos o a sus hijos del futuro. Tenían las mismas expresiones y facciones de ellos, cosa que le causo cierta risa.

Siguió con los profesores: Lo miraban escépticamente y curiosos, a excepción de Dumbledore que estaba intrigado. Teddy sabía que él tenía claro que no era quién dijo ser. Luego se fijó en Severus, mirándolo con fastidio. No sabía si había entrado o no en la mente de él, pero continúo utilizando la oclumancia contra de Snape.

Después de eso, suspiró y decidió acabar con el aturdimiento del comedor.

—¿Vamos a seguir todos callados? , ¿No quieren saber qué pasó desde el resquebrajamiento del techo? — preguntó alzando la ceja —. Sí es así, me devuelvo a mi tiempo ahora mismo.

Esto hizo reaccionar al comedor.

—Explica — pidió Sirius antes que nadie.

Teddy entrecerró brevemente los ojos antes de hablar:

—Alguien ajeno a los creadores de nuestro plan descubrió lo que pretendíamos hacer, de modo que hizo algo que desestabilizo la línea paralela que habíamos formado cuando llegó el libro a sus manos.

La gente lo miró confundida y aterrada.

—¿Qué quieres decir con eso? — tartamudeó Kingsley.

—Se ha producido una distorsión entre pasado y futuro, que podría traer graves consecuencias para ambos tiempos— Tomás ignoró a Kingsley. No entraría en detalles de qué hizo —.Lo peor es que ya se están notando, tanto en su tiempo como en el mío. Todo lo oscuro que ha ocurrido en las últimas horas confirma que pasado, presente y futuro se ha unido en uno solo. La magia pura y la magia negra luchan entre sí.

Hubo estremecimientos en los presentes. ¿qué decía?

—Con eso, ¿qué quieres decir? — pidió el director.

—Que gracias a esa distorsión, el mal se acerca. Y tienen que prepararse para cuando ocurra lo inevitable: Una batalla.

Nadie sabía que decir y Teddy no daría detalles. Los minutos pasaban y el silencio hacía eco en la habitación.

—¿A qué te refieres exactamente?, ¿qué hizo esa persona?, ¿por qué hablas de una batalla? —preguntó Harry.

—Será mejor que me sigas, Harry Potter. Te contaré todo en privado, no quiero dar detalles que los traumatizarían —Teddy indicó a los alumnos —. También quiero que Albus Dumbledore, Minerva McGonagall, Kingsley, Moody, Arthur, Molly, Sirius, Severus, Remus, Tonks, Charlie, Bill, Fred, George, Percy, Ron, Hermione, Luna, Ginny y Neville vengan con nosotros.

Los aludidos se miraron largamente antes de asentir y seguir al joven y a Harry. Los demás entrecerraron los ojos, ya que siempre le ocultaban información.

Una vez que hubieran llegado a la habitación del fondo y entraran en ella, todos se volvieron al joven moreno aguardando impacientes que le diera detalles.

—Seré sincero desde el principio — comenzó diciendo —. No estaría aquí si no nos hubieran tomado por sorpresa y haber sido tan crédulos.

— ¿Qué quieres decir? —Harry lo miró confundido, aunque asustado. Todos parecían estar de acuerdo con Harry.

—Estábamos tan concentrados y seguros de lo que hacíamos que nadie notó que esa persona merodeaba entre las sombras, intentando arruinar nuestro plan. Fuimos estúpidos al creer que la paz en la que reinaba nuestro tiempo era tan segura, que nadie utilizaba la magia oscura por miedo. Por eso que, aunque siempre fuimos concientes de las consecuencias – tanto buenas como malas para nosotros -, no tomamos las precauciones necesarias.

— ¿Las precauciones? —repitió Ron aturdido.

—Vamos, Ron —dijo Hermione, mirando enojada al joven Tomás —. Todos sabemos que jugar con el tiempo es complejo y nadie se mete con él, a menos que sufran las consecuencias.

—Todos los que estudian el tema saben que deben tomar precauciones, que al parecer el grupo que ideó esto pasó por alto —añadió Remus, meneando la cabeza.

Albus sólo suspiró decepcionado. Teddy miró al director, recordando las palabras de su padrino: le tendría que explicar en privado algunas cosas, que por prudencia no diría ahora. Además sabía que todos pensaban en el viaje temporal que era "público", no aquel privado utilizado por ellos y poco conocido. Suspiró, antes de continuar.

—De todas formas, nos tomó por sorpresa aquel mortífago.

—¿Cuál de todos? —quiso saber Sirius, gruñendo.

—No creo que lo conozcas. Esa persona se hace mortífago cuando Lord Voldemort comienza a conseguir más seguidores para acabar con Harry Potter. Y eso no pasará hasta dentro de un poco menos de un mes de su tiempo.

La gente reunida en aquella sala ahogó un grito. Y Teddy prefirió no decir que ni siquiera en el futuro sabían quién era, solo había sacado la conclusión porque ese mortífago dijo que estudió junto a Harry.

—De todos modos — siguió Teddy —, esa persona realizó un viaje temporal y le advirtió a Lord Voldemort de nuestro plan y cuál era el destino de él.

—¿Qué? — tartamudearon todos al preguntar.

—Ahora Lord Voldemort controla a los Slytherin por medio de la maldición Imperius y las pupilas rojas que ponen a veces ellos, nos dicen que Lord Voldemort se está enterando de todo lo que sucede en este comedor con la lectura de los libros, con la esperanza de encontrar el momento adecuado para atacar. Esa es la distorsión.

—¡No!

El grito proveniente de Harry erizó la piel de los presentes. Acto seguido Harry se abalanzaba a la pared, dispuesto a golpearla. Pero fue detenido por Sirius y Remus. A Teddy se le estrujó el corazón.

—No sacas nada, ahijado. Ya está hecho

—Además, debemos preocuparnos por Voldemort —añadió Remus.

Harry miró a su padrino y Remus intensamente antes asentir algo más calmado. Los demás seguían aturdidos y conmocionados por lo que escuchaban.

—El resquebrajamiento se debe a que ese mortífago intervino en el plan y a que Lord Voldemort también lo hizo. Las explosiones y los agujeros, a que la magia oscura intenta entrar acá y la magia blanca hace presión, evitando que el techo no ceda ante aquella magia.

A todos se les aceleró el corazón, comprendiendo la grave situación a la que se refería. Se sentían aterrados.

— ¿Cómo hicieron para detener el resquebrajamiento? — quiso saber Ron aun conmocionado.

—Con un hechizo que nadie conoce y que requiere de mucha práctica. Todos ustedes lo deberán aprender y por eso están incluidos en esta conversación.

—¿Por qué? —preguntaron Ginny, Luna y Neville.

Las personas asintieron de acuerdo a ellos. Y Teddy suspiró pesadamente.

—Digamos que no siempre desde el futuro podrán detenerlo, de modo que es necesario enseñárselos— La gente asintió —. Además, debemos preparar a los alumnos mayores para la batalla, es inevitable —añadió al ver las caras de horror en los adultos y los seis alumnos.

La sala se sumió en un silencio tenso e incómodo. Nadie sabía muy bien qué decir y Teddy decidió ponerle fin.

—Eso es todo por el momento. Ya veremos cuándo comenzaré a enseñarles el hechizo, pero debe ser casi de inmediato.

La gente volvió a asentir.

—Entonces, ¿le decimos a los alumnos que se deben preparar, Tomás? —interrogó Severus.

—En cuanto salgamos —le respondió Teddy sonriendo. Snape no lo descubrió en la mentira de quién era —. Lo hará Harry.

Harry asintió, sabiendo cómo hacerlo.

Luego de eso, las personas comprendieron que la conversación había concluido. Con pasos lentos, comenzaron a ir a la puerta.

—Profesor Dumbledore —dijo Teddy. El aludido se volvió a él junto al resto —.Necesito tener unas palabras con usted.

El director lo miró intensamente antes de asentir. Los demás dudaron en irse, pero la mirada penetrante de Albus los hizo entender que era necesario que todos se fueran.

Cuando todos se hubieron ido, Dumbledore se dirigió a Teddy.

—Supongo que tu nombre no es el que dices.

—Así es.

—¿Quiénes son tus padres?

—Remus Lupin y Tonks.

Albus sonrió ampliamente, con los ojos brillando. Teddy no pudo evitar sentirse orgulloso de sus padres.

—Me llamo Teddy (Edward) Remus Lupin Tonks.

Dumbledore asintió antes de continuar.

—No te pediré detalles de tus padres en el futuro porque supongo que tienes otras cosas que decirme.

Teddy asintió y se dispuso a explicar, con la confianza de que Dumbledore pudiera ayudar al futuro.


Aclaración:

El nombre del título del libro del tiempo que encontraron en el Departamento de Misterios lo inventé yo, pero saqué cierta información del diccionarioorg.

El hechizo (el de detener el resquebrajamiento) lo inventé yo.

La idea de crear la línea paralela o todo lo que hay por detrás, lo tomé de la escena entre el DR Brown y Marty Mcflay de la película volver al futuro, en donde el Dr le explicaba en la pizarra la cosa del tiempo. Desde esa explicación, comencé a imaginar todo lo que hay por detrás (que es harto, más de lo que escribí aquí).


Hola a todos (si queda alguien por ahí)

¡Al fin volví! Sé que ha pasado mucho, pero hoy no me disculparé, ya que era necesario. Estaba concentrada en mi carrera...y...

SOY PROFESIONAL...SOY PROFESORA DE ESPAÑOL...(Barra para mí)

Desde el 13 de mayo, es decir, desde la semana pasada...¡Estoy mega feliz! ¡Me fue muy bien! ¡Un 6,5 en la tesis y en la defensa oral! (nota de mi país. En otros países creo que es un 95 de 100)

En fin...

Sé que este capítulo lo esperaban con ansias...Sé que quedaron más dudas que respuestas, me guarde mucho para mí, cosas que se sabrán en el tiempo. Lo esencial era saber qué pasó en el futuro y cómo fue elegido Teddy. Pero...

¿Les sorprendió?, ¿Se los esperaban?, ¿Fue bueno?, ¿Fue malo?, ¿aburrido?, ¿tomates?

Digan lo que sea, quiero saber qué piensan. Yo sé que quedé conforme porque esto lo estoy pensando desde el capítulo 7 del primer libro. Han pasado años y estaba ansiosa por escribir...

La conversación de Teddy y Albus Dumbledore no la pondré, eso sería revelar prácticamente o casi todo lo que hicieron, cómo y qué precaución importante dejaron de lado por ser confiados...

Última cosa y lo único que sabrán: El mortífago está bajo el Imperius...Cuando adoptó la voz siniestra y llena de odio, Voldemort habló junto con él...soy malvada...pero fue muy astuto al intervenir en el plan, ¿no?

Los dejo a sus pensamientos.

Eso sería. Espero que les gustara y nos leemos en los comentarios, si es que hay.