Capítulo 22: Escógeme

La mirada de Sting y Natsu parecía arder, las chispas salían y ninguno pensaba retroceder, no esta vez. Sting no tenía dudas de el porque el Dragneel había viajado en tan poco tiempo hasta allí, sabía que había encontrado la resolución a su problema, pero el solo hecho de pensar que Lucy podría volver a sufrir, le destrozaba el corazón, no permitiría que eso suceda, más si él podía impedirlo. A su mente el recuerdo de la castaña chica que conoció llego como arte de magia y una punzada de traición infundada se atravesó en su corazón, pero con gran fuerza de voluntad la aparto de su mente. Ahora lo importante era Lucy y no dejaría que la dañaran.

Natsu por su lado apretaba contra si el cuerpo de su esposa, no la dejaría, no lo haría de nuevo, Lucy le pertenecía y venía a recuperarla como diera lugar no dejaría que el estúpido rubio oxigenado se la quitara. Sintió tenso el cuerpo de ella bajo sus brazos, sabía que esto la incomodaba mucho, pero no estaba dispuesto a dejarla. La amaba, no dejaría ir al amor de su vida.

-Suéltala, Dragneel-ordeno el rubio

-No quiero-la apretó más-He venido por mi esposa y no pienso dejarla.

Y al terminar esas palabras agarro el mentón de la rubia, plantandole otro ferviente beso que la tomo desprevenida, pero que correspondió con la misma o más deseo. "Por dios, besa muy bien este hombre" pensó la rubia tratando de alejar rápidamente aquel devastador pensamiento, no, no podía caer por él, no quería sufrir… pero ese beso… tan diferente a los que le había dado con anterioridad era tan magnifico, pero no, no podía dejar que sus verdaderos sentimientos salieran. Alejo como puedo a Natsu de su lado y aparto la mirada mientras retrocedía un paso, tocándose los labios.

-¿Q-que pretendes?-le pregunto aun un poco atontada por el beso.

La miro detenidamente recorriendo todo el escultural cuerpo de la rubia con su jade mirada y suspiro con pesadez, aun no era el momento de ser tan ardiente.

-creo que no lo tienes claro, Luce-negó ligeramente-vengo por ti, está claro, quiero tenerte a mi lado… te amo, Lucy Dragneel-

Los ojos de la ex Heartfilia se abrieron enormemente a lo igual que los del eucliffe, nunca habían pensado que él podría decir algo como eso tan… fácilmente. La oji chocolate frunció el ceño, no, no le iba a creer así de fácil, había pasado por tanto como para creerle con tanta facilidad.

-no te creo-le dijo con aire frio y cortante, sin mirarlo.

La boca del pelirrosa se abrió para decir algo, pero ninguna palabra pudo salir de allí ¿Cómo lo haría para que le creyera? No le mentía, la amaba y ama, siempre había sido ella desde hace tanto tiempo y quería que le creyera más que cualquier otra cosa en el mundo, pero no sabía como empezar.

-hare lo que sea para que me elijas, luce-hablo con una voz completamente seria

-¿y si no te elige?-dijo con voz burlona el eucliffe, esperando su respuesta.

-yo…-la mira y sonríe con un eje de tristeza-hare lo que pueda para que sea feliz-

Lucy lo miro con curiosidad ¿Qué haría Natsu si ella no lo elegía? Sabía lo persistente que era el chico y muy en el fondo deseaba que el insistiera. Eso era lo que quería, por más que intentara engañar a su corazón, sabía que muy en el fondo, esa llama estaba intentando volverse un gran incendio.

-Me rendiré –dejo salir con una voz suave y algo apagada por decir aquellas palabras-nunca hare nada que Luce odie-

-¿Lo harás Dragneel?-lo mira incrédulo Sting, no estaba seguro de que el de verdad hiciera eso, no lo crei.

-Por lucy lo que sea aunque me duela-respondió, sus palabras no parecían mentir, eran completamente sinceras.

Sting miro a lucy que observaba al Dragneel asombrada, sabía que ella estaba pensando y él también lo pensaba, las cosas que él había por ella, algún día debía pagárselo ¡ah! Pero no se la daría tan fácil, una idea cruzo por la mente del rubio haciéndolo sonreír, probaría al Dragneel… eso haría.

-Te reto Dragneel-sonrió el Euclifee

El chico lo miro y asintió, no dejaría las cosas así como así, además los retos eran más emocionante, por alguna razón, ver la cara del Sting llena de furia, le atraía, más de lo que pensaba. Una especie de aura negra se apodero del Dragneel y tomando su mano, acepto, aunque sin saber que el chico no pensaba de la misma forma que él.

-Bien.


Lucy fruncio el ceño golpeando el pie contra el suelo, molesta. Ambos chicos se encontraban a su lado en pleno parque de diversiones, pero más parecía una cita de ellos dos que con ella. Se le escapo un suave suspiro de decepción mirando de reojo a Natsu, si solo las cosas hubieran sido diferentes, en este momento estaría ella y el en una bella cita. Pero no, él era un idiota y ella por ese idiota estaba perdidamente enamorada al punto que le dolía mucho el corazón. Aun asi estaba aburrida, la llevaban a todos lados, pero siempre peleando, al final se había subido a algunas atracciones con desconocidos y a ellos les había tocado subirse juntos.

"¿Por qué me hace esto?"-pensó la chica, caminando tras ellos, mirando desorientada el lugar-"¿Y Yukino?"

Sting empujo a Natsu con el hombro sin ninguna delicadeza, cosa que al Dragneel claramente le fastidio, no podía sopórtalo, sentía una gran molestia contra ese chico, una molestia que no explicaba, era como ver a un gato peleando contra un perro. Miro hacia atrás un poco, notando la cara desanimada de la chica. Lo recordó, recordó porque estaba allí y una idea juguetona cruzo su mente.

-Hey, Sting ¿Qué es eso?-grito el dragneel señalando hacia un lado, con cara asombrada-

-¿Qué cosa?-se giró de inmediato el chico, mirando la dirección indicada, cayendo por completo.

Natsu sonrió, tomo la mano de Lucy y sin pensarlo dos veces corrió con ella, causando un gran desconcierto en la muchacha. Este era su momento de hablar en privado con ella, de decirle tantas dulces cosas que tenía pensado cuando había tomado la decisión de ir por ella.

-Corre, Lucy! Que luego no lo podremos quitar de encima-la miro y jalo más de ella para que apurara el paso.


Al estar ya alejados, soltó la mano de lucy dejando salir un gran suspiro, intentando recuperar el aliento. Habían corrido un montón para poder despistar al rubio y al fin estaban solos, no literalmente, pero los demás allí, no importaban.

-Eso fue peligroso-la miro jadeante, pero con una brillante sonrisa que hizo latir el corazón de la chica.

-Eres un idiota, no teníamos que dejar a Sting solo, es mi amigo, no es justo-murmuro entre dientes, desviando la mirada.

El chico bajo un poco la mirada, quitando la sonrisa por una más triste. Sabía que sería difícil, era su culpa que las cosas hubieran terminado así, pero aun así, no quería, había dicho que se rendiría si ella no lo escogía, pero no podía, no podía pensar en rendirse, le era absolutamente imposible. Negó levemente y tomo sus manos besándolas con suavidad.

-¿De verdad… tu no sientes nada por mí? Lucy, me costó mucho, pero te amo mucho-la miro con una ligera sonrisa- ahora puedo decírtelo.

Las mejillas de la rubia tomaron un leve color carmesí, apartando las manos rápidamente, se giró dándole la espalda, para tocarlas.

-Si…silencio! No puedo pensar en nada ahora-hablo con rapidez, sin poder evitar una ligera tartamudez en sus palabras- además… esta yukino.

El joven sonrió otra vez. Había olvidado por completo que no le había dicho sobre ese tema, era el momento, debía decirle todo ya.

-Yukino siempre será alguien especial para mí-dijo con sinceridad en sus palabras.

-Oh…-susurro la chica, sintiendo dolor en su corazón- entonces no me amas.

-déjame terminar-la corto rápido- siempre lo será, pero eres tú la mujer que siento mía, la que pone color en mi vida, eres la que me da sueños… sé que soy un idiota inmaduro, pero es que quiero amarte de tantas maneras que no sé cómo. Por eso quiero que me elijas.

Lucy lo miro sorprendida, eran palabras tan lindas las que le decía, que no sabía cómo ella podría corresponderlas, su mente estaba en blanco total.

-Sabes Lucy… a veces se hacen locuras de amor, quiero hacer una en este momento-le dijo con tranquilidad, mirando hacia otro lado, sacándola de sus pensamientos.

-¿Locuras de amor? ¿Qué pretendes hacer?-giro un poco la mirada, observándolo curioso.

-¿Qué harías si te canto aquí y ahora una canción de amor?-la miro algo divertido, notando como las mejillas de la chica se ponían muy rojas-

-Ni se te ocurra! Es una locura-le grito rápidamente, avergonzada de solo pensar en esa penosa situación.

Al ver su reacción, el dragneel no pudo evitar cometer un pequeño impulso de idiotez, ella era tan linda. Se acercó a ella cauteloso y sin más le robo un pequeño beso con una sonrisa juguetona como un gatito, lamiendo sus labios al terminar el beso. La miro a los ojos e inclinándose sobre su oído susurro unas suaves palabras, se giró yendo al escenario done se presentaba un show para los niños.

Lucy se quedó allí, quieta, estática por las palabras que el joven le había susurrado en el oído antes de alejarse. "no puede ser" pensó avergonzada, sintiendo como el corazón le latía más fuerte, mucho más al oír a un hombre reír mientras le entregaba el micrófono al pelirrosa.

-Esto es por ti-le guiño un ojo antes de ponerse a cantar, atrayendo a los curiosos.

Hoy es un buen día- Rio Roma.

A veces las cosas suceden

Tan rápido van, tan rápido vienen

Y casi no hay tiempo para lo que importa

En realidad

La chica, se tocó el pecho, tratando de tranquilizar su corazón con cada palabra que el chico decía, era tan bello, era como una confesión de amor cantada.

"Te robare el corazón" fueron las palabras que el muchacho le susurro antes de ir al escenario.

Regálame 5 minutos

Apaga el teléfono y ven un segundo

Que quiero que nos olvidemos del mundo

y su inmensidad

Natsu sonrió al ver que tenía la atención de la chica, la miro con cariño, con tanto amor en sus ojos que las mujeres que lo miraban, murmuraban por la suertuda que es poseedora de esa bella mirada.

Muchas veces he querido detenerme

para abrazarte, y poder respirar

Pero no encontraba la oportunidad

Esta vez por fin tú lo vas a escuchar

La miro con decisión, no la dejaría ir, no pensaba dejarla, ella era su sueño, su amada, el mundo que siempre había querido y no había sido capaz de ser sincero para decírselo, ella era su rubia, su amada rubia y él era su Salamander.

Hoy es un buen día para decirte que

es para mí un honor que me quieras también

Que me encanta cada espacio de tu piel

espero en verdad, me puedas entender

Sting, se apoyó contra la muralla oyendo al dragneel cantar, los había alcanzado al fin y de paso se encontró con alguien. Miro a la chica a su lado con una sonría. Sabía desde un principio que el perdería ese reto que no era tan reto, pero prefería eso a dejar las cosas como estaban. Miro a su amiga con cariño, la quería mucho, más que nada en su vida, pero sabía que ella era feliz con ese chico. "Espero que esta vez lo hagas bien"

Que hoy es un buen día para besarte

Hoy es un buen día para contarte

que en mi eres lo más importante

y cada vez te admiro más como mujer

Lucy recordó todas las veces que había soñado con oír esas dulces palabras, nunca hubiera imaginado que ahora las estaría oyendo, en una suave balada que la estaba cautivando, él era un chico ruido, tonto, mal hablado, torpe, tenía miles de defectos, pero también tenía muchas virtudes, esas virtudes que habían terminado por cautivar.

Te he dicho mil veces te amo

No es que haya mentido, no es que haya inventado

pero sin embargo esta vez te lo digo

y lo siento más real

Muchas veces he querido detenerme

para abrazarte, y poder respirar

Pero no encontraba la oportunidad

Esta vez por fin tú lo vas a escuchar

El joven cerro los ojos, podía imaginarse abrazándola, besando lugares que solo él podría besarla mientras le repetía una y otra vez que la amaba, que la amaba más que su vida. Lo intentaría, intentaría todo para hacerla la mujer más feliz del mundo, el seria su príncipe y ella sería su amada princesa.

Hoy es un buen día para decirte que

es para mí un honor que me quieras también

Que me encanta cada espacio de tu piel

una bendición contigo amanecer

Lo único que quiero es hacerte ver

Que me siento el hombre más afortunado

porque me has iluminado con tu amor, tu voz, tu piel

Lucy rio, por su mente pasaban tantas cosas, pero lo que no pasaba, por ningún momento por su mente, era el hecho de dejar de amarlo, no lo dejaría de amar, simplemente no podía, no podía olvidar ese sentimiento tan bello que él le causaba.

Hoy es un buen día para decirte que

es para mí un honor que me quieras también

Que me encanta cada espacio de tu piel

Espero en verdad, me puedas entender

Que hoy es un buen día para besarte

Hoy es un buen día para contarte

que en mi eres lo más importante

y cada vez te admiro más como mujer…

-Te amo con todo mi corazón, Lucy Heartfilia-la miro con una gran sonrisa.

La chica sonrió, ya había tomado su decisión. Era el momento de decirle ella también algunas cosas a ese chico que se había ganado los aplausos de todos los presentes.

CONTINUARA EN EL ULTIMO CAPITULO.


¿Qué es esto? Pues un capitulo nuevo XD lamentablemente el que sigue será el último, lo acorte un poco, aunque antes había dicho que eran 3 son 2, este y otro. Muchas gracias por sus comentarios, es por ustedes que quise terminar de escribir aunque sea este Fic. QWQ tengo muchos comentarios del capítulo anterior, así que no podre responderlos, son muchos.