Mi tardanza no tiene perdón, lo sé, me he pasado ... pero sinceramente no tenía sentimiento ni ganas para continuar este fic, y no quería hacer algo mal, por eso ahora me ha dado por volver, además, lo mío no es escribir, paso mucho más tiempo dibujando o jugando a juegos rpg, haciendo cosplays, saliendo, Etc... puesto que escribir es una diversión más para mí, nada serio, sin embargo quería disculparme porq sé que había varia gente esperando el capítulo y me ha sentado muy mal no poder sacarle ganas.

Aquí os dejo el capítulo! Mucho love for everyone.

Capítulo 10: Un toque dulce.

Todavía a estas alturas se cuestionaba como había acabado de esa manera. Sus pesados parpados tardaron varios segundos en abrirse, pues como si nunca hubiese visto la luz del día en mucho tiempo sus ojos cegaron un instante obligando a volver a cerrarlos.

-Hm...-ladeó su cuerpo hacia el lado izquierdo con dificultad ¡Cielos! se sentía muy pesado, después tan solo dejó soltar un gran bostezo y contempló la puerta cerrada.

Cuando vio aquella fría habitación vacía, sintió de pronto que había caído en un mundo solitario donde no se encontraba nadie más que él. La última vez que Nero se sintió tan solo fue a la temprana edad de ocho años cuando en una de sus aventuras solitarias se perdió en el frío bosque.

-¿Qué tan grande tiene que ser el abrazo para olvidar mi soledad?-pensó llevándose una mano a la frente ¿No estaba siendo muy dramático? Tan solo estaba en la casa de Dante, durmiendo en la habitación que le había ofrecido, no era como si lo hubiesen echado a la calle o algo así.

Al pensar aquellas últimas palabras sintió cierta tristeza.

Unos ligeros pasos y sus oídos se levantaron como las orejas peludas de un gato curioso. Apoyó varios codos sobre el mullido colchón y miró a la puerta, esperando.

El manillar se giró lentamente, tanto que Nero parecía estar desesperando, pues cuando finalmente hizo un ruido y la puerta se deslizó hacia el interior, contempló la figura de Dante cargando un pequeño balde de plata y unas cuantas toallas de cara recargadas en su brazo.

-¡Nero! -para su sorpresa fue, que al mayor casi se le cae el agua encima, más logró mantener la compostura y se acercó a toda prisa dejando el dichoso balde sobre la mesita de noche- Estás vivo, increíble -dijo cada palabra con tranquilidad, haciéndose mostrar un rostro de sorpresa.

-¡Claro que lo estoy, imbécil! -el pequeño golpeó su hombro y al haber gritado sintió un dolor agudo en su cabeza ¡Maldición! lo estaba matando- ¿Qué ha pasado?

-Te hiciste pupa y dormiste por tres días -contestó Dante llevándose los nudillos al mentón y mirando al techo como si fuese un gran pensador.

Oh, ahora lo recordaba. Se dejó escuchar por la historia que Dante le estaba contando, y todo aquello que pasó fue obra de Lady para salvar sus vidas. Sintió cierto nudo en su garganta ¿Como podía haber sido tan débil en una situación así? Estaba seguro que el hijo de Sparda le tomaría como un inepto de ahora en adelante, pero... Estaba vivo, y eso le alegró.

-No te imaginas la bronca que me ha echado Vergil -disimuló una cara de cachorrito pequeño mientras deslizó sus brazos hasta las manos frías del pequeño- Me alegro que estés bien, me he llevado un susto terrible -acarició su mano cariñosamente, haciéndola entrar en calor.

Nero sudó frío, parecía la típica escena de hospital donde la mujer había dado a luz y el marido estaba la mar de contento; solo que eran ambos hombres, demonios y eso no era un hospital, sino un cuchitril donde había que acostumbrarse a vivir.

El menor, algo inquieto desvió su mirada hacia otro lado, evitando que el peliblanco contemplase sus mejillas tintadas de un color carmín y un par de tomates restregados con furia por su rostro- Ya... Gracias -contestó de manera suave.

-¿Sabes? -esta vez habló Dante, llamando la atención del menor- La gente dice que uno entiende por completo el valor de alguien después de perderle. Pero creo que uno encuentra el verdadero valor, cuando uno vuelve a reunirse con quien se creía perdido.

-¡Joder Dante! No te pongas sentimental, no iba a morir por algo así, no soy humano -cruzó ambos brazos algo fastidiado y jodidamente avergonzado, aunque debía admitir que sintió una felicidad interna jamás vivida.

-Ya, pero ¿A que ha quedado bonito? Lo escuché en la televisión cuando Patty estaba tirada en el sofá como una gorda vaga... Ya sabes, esas películas dramáticas que miran las niñas de hoy-con total orgullo admitió todo aquello con una sonrisa pícara en su rostro.

-Tío... ¿Eres tonto? -Nero arrastró sus palabras como miles de cuchillos ¿Solo se estaba riendo de él?

-¿Por qué? -preguntó Dante ladeando la cabeza.

-No sé, se comenta -el muchacho puso los ojos en blanco y con un fuerte almohadazo destruyó al mayor en el suelo como si su cuerpo fuesen figuritas del tetris- Tengo hambre, tráeme algo.

-¿Acaso mi amor no te llena? -en una angustia exageradamente falsa, el hijo de Sparda llevó una mano a su pecho, tomándolo con dolor y estirando su ropa.

Nero tan solo elevó una ceja desinteresado y le señaló la puerta.

El mayor de los albinos hizo ademán de marcharse a por comida, entonces Nero pegó un fuerte brinco y buscó su móvil como loco. Para su suerte estaba justamente a su lado sobre la pequeña mesilla barnizada.

-Vamos...-marcó el número un par de veces, pues con la rapidez que lo había hecho logró confundirse en varias oportunidades.

Beep, beep...

-¿Nero? -con una voz un tanto intranquila y temblorosa, la chica de cabellos castaños gimoteó el nombre del jóven demonio. Una inmensa felicidad rodó a su alrededor- Sí, soy yo...Kyrie.

Unos pequeños jadeos acompañados por un llanto procesaron a través de la línea telefónica, por su parte el menor se sintió algo angustiado por haber hecho preocupar así a esa preciosa mujer. Mierda, encima no sabía que decirle para tranquilizarla ¿Entonces Dante ya había informado a Fortuna sobre su pequeño accidente?

Lograron hablar tan solo un rato, porque entonces la puerta fue golpeada levemente y abierta con la pierna.

-Hola, servicio de habitaciones -bromeó el mayor cargando una enorme bandeja llena de delicias, pues en ella se encontraba pastas con chocolate, un zumo de melocotón y un par de servilletas.

-Ya hablaremos Kyrie...Sí, cuidate -colgó dejando el móvil donde había yacido anteriormente todo el tiempo- ¿Bromeas? -Nero ensanchó una sonrisa infantil y se colocó de rodillas encima de la cama esperando a que el mayor se acercase- ¿Desde cuando cocinas o comes algo que no sea pizza?

-¿No recuerdas la cena que tuvimos con Lady? -con cierto retintín, Dante retomó la silla que había en una esquina de la habitación y se sentó frente a la cama y el menor- Abre la boquita.

Nero por pura inercia y sin pensar lo hizo ¡Tenía mucha hambre! ni siquiera le importaba que el mayor se estuviese riendo de él de esa manera, puesto que cuando un pequeño trozo de tarta de merengue se acercó a sus labios lo devoró de un solo bocado.

-¡Cielos, enano! pareces un león hambriento -rió Dante palmeando su pierna. La risa disminuyó tan solo al ver a Nero con un sonrojo en su rostro, seguramente todavía por la fiebre, unos pantalones blancos muy finos como pijama y una camisa transparente semi abierta ¿Lo estaba incitando? No había nada más que ver el merengue restante que había quedado en la comisura de sus labios- Hey tienes un poco de...Un poco...-acercó un dedo y retiró un poco de aquél dulce blanco y empalagoso, sin embargo todavía quedaba un poco.

En un impulso, Dante recostó una rodilla sobre la cama y lamió el extremo del labio de Nero, donde había sido afectado por el merengue. Iba a retirarse, debía hacerlo, pero cuando notó a Nero totalmente anonado y quieto no se guardó mucho más. Así es, el maldito salvaje demonio besó los labios del menor por encima, lentamente, volviendo a comenzar.

Nero por su parte no se movió ¿Qué debía hacer? - O...Oye -tartamudeó, más no pudo llegar a decir nada , puesto que había abierto su boca, Dante aprovechó para profundizar el beso y llevarlo a otro nivel- ¡Hmm! -un murmuro ahogado en la boca húmeda de ambos y el menor perdió la conciencia de lo que estaba haciendo. Recargó sus brazos alrededor del cuello del mayor, acercándolo a él.

Un ruido seco se oyó, cuando el plato de pastel cayó al suelo y se partió en trozos, desperdiciando aquel dulce que ahora luchaba en la boca de ambos.

En ese instante Nero jamás imaginó lo que estaba sucediendo, quizás si en sus sueños húmedos ¡Pero joder, acababa de ser besado por Dante y para colmo quería más! Justo cuando las cosas habían empezado a verse de otra forma, ambos se separaron asustados por el ruido, llevando su mirada hacia el suelo.

-Perdón, lo recogeré enseguida -mencionó Dante algo nervioso, salió por la puerta seguramente en busca de un trapo y una escoba, ni siquiera miró atrás.

Naturalmente, Nero tenía la cara aún más caliente de lo que la tenía antes por la fiebre, llevó una mano hasta sus labios y se dejó caer de espaldas a la cama.

-Me ha besado y me he dejado como un cordero indefenso ... Que putamente virgen soy.

Justo en ese momento se dio cuenta de que fuera estaba lloviendo.


Yey !

Nos vemos en la próxima! actualizaré cuanto antes posible! Muchas gracias por vuestro apoyo y Reviews : ))