Castle entró rápidamente en casa. Traía las manos llenas de bolsas.
-¿Castle?.-Escuchó la voz de su esposa y sonrió a medias.
-Voy cariño.
La encontró en la cocina vestida aún con el pijama.
-¿Lo has traído?.
Él la miró divertido colocando las bolsas en la encimera.
-Nachos, gomitas, nubes, nutella, comida mexicana y gambas.-Le respondió mientras Kate revisaba las bolsas, emocionada.
Ella aplaudió contenta y él la miró con adoración.
-Bien, gracias, gracias.-Le dijo mientras sacaba la comida mexicana, cogiendo unas tortillas y rellenándolas con guacamole. Cuando se metió el primer bocado su cara hizo reír a Castle entre dientes.- Mmm. Oh dios, esto…mmm…esto esta genial.-Dijo ella aun emocionada.
-No sé si ofenderme o reírme. Esa cara nunca te la había visto mientras hacemos el amor.
-Bueno, no es lo mismo.-Le estiró un poco y Castle negó arrugando la cara.
-Es demasiado temprano para mí.
Eran las siete de la mañana y Kate lo había despertado con instrucciones de que tenía antojo de comida mexicana y gambas. Luego había añadido la nutella y las golosinas.
-Pues no tienes idea de lo que te estás perdiendo.-Le dijo ella comiendo con ganas.
-De hecho, si. Horas de sueño.- Respondió con un suspiro pero contento de verla tan feliz.
No pudo evitar mirar su tripa que apenas se notaba. El bebé a penas tenía nueve semanas y ese mismo día irían a su primera ecografía. No podía estar más feliz y emocionado.
-¿Quieres tocar?.-Ella lo miró divertido.
Aun ninguno de los dos podía creer que un pequeño humano estuviese creciendo allí dentro. Era algo bastante irreal. Luego de haberlo buscado durante meses, por fin había ocurrido. Y había sido completamente inesperado en su momento.
Castle se acercó levantando la camiseta de Kate y colocando su mano en el pequeño bulto que apenas se notaba.
Levantó la vista y la vio mirándole con media sonrisa.
-Aun no puedo creerlo.-Dijo emocionado.
-Ni yo, pero estuve leyendo que luego de la primera ecografía todo se hace mas real y…-Él la calló con un beso. Su boca sabía a guacamole y sus labios estaban igual de suaves que siempre.
-Voy a dormir un par de horas más, si me lo permitís.-Le dijo a Kate y luego a su minitripa.
Ella asintió.
-¿Dónde conseguiste gambas a las seis de la mañana, por cierto?.
-No quieres saberlo.-Le dijo besándola en la frente.
-¿Por qué?.
-Créeme, no quieres saberlo.-Le dijo caminando hacia la habitación.
-Espera…-Ella decidió seguirlo pero miró la comida que estaba sobre la mesa y dudó unos segundos, finalmente cogió varias cosas antes de ir con Castle a la habitación.
Kate sintió como le untaban el gel frio y siseo ante el contacto con su piel. La ecografista, una mujer menuda de cabello corto y de piel morena la miró divertida con las gafas cayendo en el puente de su nariz.
Colocó el transductor y comenzó a moverlo sobre su vientre, Kate sentía su corazón latir a mil por hora y miró a Castle que miraba la pantalla muy atento. Él le regresó la mirada y le sonrió.
-Ahí.-Dijo la mujer señalando la pantalla.-Eso que se ve allí es vuestro bebé.-Continuó con una sonrisa.-Y eso que escucháis es el latido de…oh.-Frunció el ceño.
Castle que no paraba de sonreír la miró con preocupación.
-¿Qué pasa? ¿Algo va mal?.-Sintió los dedos de Kate apretando los suyos y los acarició con el pulgar para tranquilizarla.
Sorpresivamente la mujer rió.
-No, no va nada mal. De hecho, por lo que puedo ver y escuchar, vais a tener dos niños perfectos.
-¡¿Dos?!.-Exclamó Kate.
-Dos.- Asintió la mujer sonriente.-Eso que escucháis son los latidos de sus corazones.
Rick y Kate se quedaron en silencio escuchando y se miraron sin poder evitar sonreír.
-Dos…-Murmuro Castle.
-Está claro que lo hicimos funcionar.-Comentó Kate mirándolo ceñuda.
-Por supuesto que sí, ya sabes quién aporto su semilla…
-Castle.-Kate lo regañó y él le sonrió besándola en la frente.
-Vamos a tener dos bebés Kate, dos.
-Y yo que aun no me creía que estuviera embarazada.
-Estas muy embarazada.- Interrumpió la mujer divertida.
Le explicó un poco con palabras más técnicas como se encontraban ambos bebés y les dijo que por ahora no debían preocuparse.
Cuando estuvieron de regreso al loft, apenas podían creerse la noticia. Kate bromeó acerca de la puntería de Castle y prepararon algo para comer, ya que no les apetecía salir a comer por ahí.
-¿Crees que deberíamos decírselo a todos ya?.-Preguntó Kate secando los platos que Castle estaba fregando.
-Mi madre va a flipar cuando se lo digamos y Alexis estará más que encantada.-Rió él.
-Si te digo la verdad esto me asusta mucho mas.-Él la miró enseguida.-Quiero decir, se que tu ya tienes experiencia...pero yo…ya sabes y dos…
-Kate…-Él rió divertido cogiendo la mano de ella.-Vas a estar genial. No te preocupes, yo te ayudaré.
Ella sonrió.
-¿Crees que serán niños o niñas?.
-Creo que serán niñas.-Dijo Castle muy seguro.
-¿Y por qué no niños?.
Él se encogió de hombros.
-No sé, pero cualquiera de las dos opciones me haría muy feliz.-Se secó las manos con un trapo de cocina.-¡Oh!, ¿y si esperamos a que nazcan para saber el sexo?.
-¿Crees que podamos aguantarnos?.-Le preguntó mordiéndose el dedo.
-Podemos intentarlo.-La tomó por la cintura robándole un beso.
-Supongo que será divertido y emocionante.
-Lo será.
-Apuesto a que no te guantas más de dos meses.
Él levantó ambas cejas.
-Reto aceptado, detective.-Sonrió y la besó en los labios.
Kate miraba fijamente la pizarra en donde la foto del sospechoso resaltaba entre todo lo que allí estaba escrito, pero realmente, no estaba pensando ni en el sospechoso ni en el caso.
Su médico ya se lo había advertido, pero ella nunca pensó que se sentiría de esta forma. Había escuchado alguno que otro mito, pero nunca se imaginó que fuese real.
¿Cómo era posible que se sintiera tan excitada sin ningún motivo?. Claro, supuestamente todo tenía que ver con las hormonas y con cómo se volvían locas luego del tercer mes, pero ella aun no podía creerlo.
Miró a su alrededor y vio a los chicos hablando con Castle sobre algo relacionado con el caso. Espo había hecho un comentario haciendo que Ryan lo mirase con los ojos entrecerrados y que Castle riera divertido. Y en ese momento deseó muchas cosas. Deseó las manos del escritor sobre su cuerpo, deseó su miembro llenándola y sus labios sobre su cuello. Justo como esa mañana, en la que ella se había levantado con la misma excitación. Claro que esa mañana ellos estaban en casa, en la cama, y todo había sido más fácil.
Además, había descubierto que el sexo mientras estaba embarazada era mucho mejor por alguna razón, los orgasmos eran doblemente increíbles y cada caricia y cada beso se sentía al máximo.
Se mordió el labio y miró fijamente a Castle sin disimulo. Él se dio cuenta de su mirada y se disculpó con los chicos acercándose a ella.
-¿Pasa algo?.-Pregunto mirándola fijamente.
Kate negó una vez.
-Nop.-Se mordió el labio.-Bueno si.-Le susurró.
Él la miró con preocupación.
-¿Te sientes mal?.-Le miró la tripa que aunque no pasaba de las 14 semanas, se veía bastante abultada al ser dos.
Aún recordaba la cara de todo el mundo al saber la noticia y como Castle había sonreído con orgullo, claro, porque él no era quien tenía que llevarlos dentro, había pensado ella con sorna.
-No, no es eso.-Él se acercó mas.
-¿Qué pasa?.
-Es…-Se mordió el labio otra vez y se puso un poco de puntillas para susurrarle al oído.-Estoy igual de cachonda que esta mañana.
Castle la miró enseguida y sus ojos brillaron llenos de diversión.
-¿Ahora…?.-Miró con nerviosismo hacia donde estaban los chicos ocupados, ajenos a lo que ellos estaban hablando.
-No puedo evitarlo.-Le susurró.-Siento…-Castle notó que su respiración estaba acelerada.-Lo necesito ahora, Rick.
Él la miró aun con sus ojos brillantes.
-No podemos irnos.
-¿Quién ha dicho algo de irnos?.-Ella lo miró de una forma que lo hizo estremecer.
Kate comenzó a alejarse y él se quedó allí mirándola confundido. Miró de nuevo hacia donde estaban los chicos, y los vio concentrados en papeles y cosas. Gates por su parte no estaba y todos a su alrededor parecían ajenos a lo que estaba pasando.
Kate miró hacia atrás para ver si él la seguía y entonces Castle lo entendió. Se puso en marcha y la siguió a lo largo de varios pasillos, hasta que ella entró en una habitación que él nunca había visto. Él, que le estaba pisando los talones se sorprendió cuando ella cerró la puerta y notó que aquella habitación estaba en penumbra.
-¿Kate?.-Había cierto olor a lavanda.
Y cuando ella encendió la bombilla él se dio cuenta de a qué se debía el olor.
Estaban en el pequeño cuarto en donde guardaban los utensilios de limpieza.
Ella simplemente lo tomó con fuerza de la camisa besándolo profundamente. Castle se sorprendió por la desesperación de sus manos y de sus labios.
-¿Estás segura de esto?.-Susurró él sintiendo los labios de ella en su cuello.
-Tienes diez minutos para hacerme sentir mejor.-Ella comenzó a quitarle los pantalones.-Y cuando digo hacerme sentir mejor, quiero decir…
-Sé exactamente lo que quieres decir.-Rió el quitándole los pantalones para embarazada.-Pero nunca habías…
-Nunca había estado tan excitada. Ahora cállate y fóllame.
Ella metió las manos dentro de los pantalones de su marido, acariciando su miembro que ya había comenzado a reaccionar y volvió a besarlo incitándolo con su lengua.
-Si señora.-Dijo él terminando de bajar los pantalones de ella, colocando sus dedos por encima de las bragas de Kate que estaban más que húmedas.-Creo que me acostumbraré a esto.-Dijo divertido recordando que ella había estado igual de exigente esa mañana.
Kate se giró colocando las manos contra la puerta y él acercó su cuerpo al de ella pegando su pecho con su espalda. Kate contuvo la respiración y él rozó la cadera con sus glúteos, metiendo las manos debajo de su camiseta, acariciando su vientre abultado y luego sus pechos por encima del sujetador.
Besó la parte de atrás de su cuello y ella empujó sus glúteos hacia atrás, haciéndolo gemir. No hacía falta que ella le incitara mas, su amigo en el sur había despertado ferozmente solamente con verla tan excitada.
-Rick, ahora, por favor.-Le susurró desesperada y él sonrió besando su oreja, lamiéndola, metiendo los dedos por la parte delantera de sus bragas.
-Sabes que odio hacerlo rápido.
-No tenemos opción.- Gimió ella cuando sus dedos comenzaron a jugar con su botón de placer.-Oh dios, Castle, hazlo por favor…-Le suplicó acercando de nuevo sus glúteos, rozando lascivamente su erección que estaba dura y preparada para ella.-Te necesito ahora.-Sus manos se estiraron hacia atrás tironeando del pelo de él que volvió a sonreír.
-¿Me necesitas, cariño?.-Él había comenzado a bajar sus bragas, sin dejar de acariciar su clítoris con vehemencia.
-Sí, si.-Sollozó ella al sentir la erección de él acariciando sus glúteos desnudos.-Joder, Rick…
-Shhh. No hables fuerte o nos escucharan.- Sonrió abriéndole las piernas y besándola luego en los labios.-Me encanta que me necesites.-Le susurró antes de penetrarla.
Kate ahogó un gemido y arqueó su espalda contra el pecho de él. Castle se abrió paso a través de su humedad brindándole una sensación tan deliciosa que su cuerpo se quedó inmóvil.
El comenzó a moverse con lenta decadencia, disfrutando de la sensación, mientras acariciaba su vientre y besaba su cuello y su mejilla. El cuello de Kate olía a cerezas como siempre y había descubierto que el deseo por su esposa no solo estaba intacto ahora que estaba embarazada, sino, que había aumentado. Él la deseaba como nunca había deseado a ninguna mujer, y ver como su cuerpo cambiaba mientras sus hijos crecían en su interior hacía que su amor y su admiración por ella creciera cada día.
Llevó de nuevo su mano hasta el clítoris de Kate y ella volvió a gemir bajito, el ahogó un poco sus propios gemidos y comenzó a moverse mas rápido.
-Te amo tanto, cariño.-Le susurró con pasión en el oído.
-Oh, Castle…-Sollozó ella estirando de nuevo las manos hacia atrás para acariciar su rostro.
Castle besó sus dedos y aceleró aun mas sus envites, haciéndola sollozar y gemir con desesperación. Sus dedos se movieron también con rapidez sobre su punto de placer y ella explotó sin poderlo evitar, quedándose rígida durante unos segundos, y luego convulsionando en sus brazos. Castle la sostuvo con fuerza cuando sus piernas desfallecieron y ella se apoyo en su pecho, mordiéndose el labio, sintiendo como su orgasmo se prolongaba con una agonía placentera, una agonía que colmaba todos sus músculos y todos sus nervios, y que la hacían sentirse como plena.
Él volvió a moverse luego de que ella se hubiera recuperado, buscando su propio clímax y Kate le ayudó, moviendo su cadera, apretando el miembro de su marido en su interior cada vez que la colmaba. Él la rodeó con fuerza y embistió una última vez antes de apretar los glúteos para correrse en su interior, con la fuerza de un orgasmo descomunal que también lo desbastó. Metió el rostro en el cuello de ella y apoyó una mano en la puerta para no perder el equilibrio.
Dejó otro beso en su cuello saliendo de su interior y ella se giró. Se miraron y sonrieron sin poder evitarlo. Ella colocó las bragas y sus pantalones de embarazada en su lugar y Castle hizo lo mismo con los suyos.
-Por suerte pronto tendrás que quedarte en casa.-Le dijo Castle.- Allí no tendremos que escondernos para hacer esto.
-Ha sido divertido. Además, te dije que quería trabajar hasta el último momento.
-Y me parece genial. Pero el médico dijo que en unas semanas tendrías que guardar mayor reposo porque son dos y…
-Y soy una anciana para tener bebés.-Dijo ella de malhumor haciéndolo reír.
-No eres anciana. Lo dice por precaución.
Ella le ayudó a colocarse el cinturón.
-¿Crees que se den cuenta de que no estamos?.-Preguntó con una mueca.
-Sí, pero no creo que se imaginen lo que acaba de pasar aquí.
-No, pero nosotros si.-Sonrió.
Kate miró el fondo del bote del helado dándose cuenta de que se lo había comido todo mientras miraba la 4 temporada de "Desperate Housewives". Tenía días en casa y ya no sabía qué hacer. Pronto se terminaría de ver toda la serie y volvería a aburrirse. Miró el reloj. Castle le había prometido que regresaría muy pronto, y sin embargo allí estaba ella, sola, aburrida y excitada otra vez. No podía ir a la comisaria, no le apetecía pasear sola y tampoco quería seguir viendo la serie.
Tomó el control remoto y apagó la televisión dejando el bote de helado a un lado, suspirando con frustración.
Castle se había ido a colaborar con los chicos en un caso y la había dejado a ella allí encerrada. No era justo. Pensó levantándose de la cama y pensando en que hacer para sentirse menos frustrada y excitada.
Miró la ropa de la colada y se dijo que esa era la solución.
Cogió la cesta que apenas pesaba un poco y caminó con un poco de dificultad hasta la habitación en donde estaban la lavadora y la secadora. La primera vez que había visto esta habitación había pensado en lo útil que era. Ella en su antigua casa debía bajar hasta la lavandería que todos compartían en el edificio, sin embargo Castle podía lavar en la comodidad de su casa. Y ahora que ella vivía con él, también podía hacerlo.
Metió la ropa rápidamente, colocando el detergente y encendió la maquina. Ella se quedó mirando como la maquina vibraba y se mordió el labio recordando esa vez en la que habían ido a correr al parque y ella le había dicho que harían el amor en donde él quisiera si lograba alcanzarla.
Se había sorprendido cuando él le había dicho donde quería hacerlo.
-Castle, ¿Qué estamos haciendo aquí?.-Había preguntado ella sorprendida al ver que estaban en el cuarto de lavandería.
-Tener sexo.
-¿Qué? ¿Este es el lugar que escoges?.
-Aja.-Ella lo miró sin comprender.
-No entiendo…-Él la atrajo hacia su cuerpo.
-No tienes que entender, solo deja que te haga el amor.
La besó y ella se dejó acariciar por sus labios y luego por su lengua. Metió los dedos en el pelo de él y gimió debajo de su boca. Su cuerpo terminó aprisionado entre la lavadora y el cuerpo de su, por ese entonces, novio, y notó como él estiraba la mano encendiendo la lavadora. Kate se sobresaltó cuando la sintió vibrar a su espalda y cuando le miró lo vio sonriendo maliciosamente.
-Creo que ahora lo entiendo.-Le dijo riendo divertida.
-Que chica más inteligente.-Él volvió a besarla y arremetió contra ella, frotando su cuerpo con ganas.-¿Te diste cuenta la forma en la que te miraban todos hoy?.
-¿Qué?.
-En el parque, mientras corrías…-Dejó sensuales besos en su cuello.
-No sé de que estás hablando.
-Todos los hombres del parque te comían con los ojos, Kate.-Él comenzó a bajar los pantalones que ella se había puesto luego de ducharse.
-¿Y eso te da celos?.
-¿Celos?.-Rió.-No, cariño, eso me excita.-Empujó su cadera y Kate sintió su dureza presionando su vientre.-Me excita porque eres mía y solo yo puedo hacer esto.- Apretó con ambas manos sus glúteos y juntó la frente con la de ella.-Y porque sé que solo me deseas a mi.-Susurró cerca de su boca incitándola y volvió a besarla.
Kate terminó de quitarse los pantalones y las bragas y Castle hizo lo mismo con sus pantalones de pijama, quitándose luego la camiseta. Ayudó a Kate a quitarse la camiseta y lamió sus pechos con grandes lametones haciéndola gemir muy bajito.
Se puso de rodillas frente a ella y lamió su clítoris, Kate metió las manos en su pelo y Castle cogió una de sus piernas colocándola sobre su hombro, para lamer con más profundidad.
Ella sintió que las piernas le fallaban y echó la cabeza hacia atrás, Castle la besó y la acaricio allí abajo durante el tiempo suficiente como para que el placer comenzara a hacerla enloquecer.
Él se puso de pie luego sonriéndole y besándola, aun con su propio sabor en su boca. La tomó por la cintura levantándola hasta quedar sentada sobre la lavadora. Las vibraciones la hicieron gemir de excitación, abriendo las piernas para recibir su impaciente erección.
Castle se acercó enseguida penetrándola. Ambos se quedaron quietos sintiendo como el movimiento del electrodoméstico los hacia reír a ambos, ella lo abrazó con ambas piernas, colocando un pie en su trasero para marcar el ritmo de sus embestidas.
Castle comenzó a moverse muy rápido y ella se aferró a su cuello cuando él juntó su frente con la de ella si dejar de penetrarla.
-¿Te gusta?.-Le susurró el tentándola con su boca.
-¡Ah!.-Gimió Kate.-¿Tu qué crees?.-Le respondió mordiendo luego su labio inferior.
-Creo que haces los sonidos más sexys que escuché en mi vida y creo que sabes a gloria, Katherine Beckett.-Pasó su lengua por el cuello de ella y Kate se abrazó a sus hombros echando la cabeza hacia atrás, sintiendo como los movimientos de la maquina y el miembro hinchado de Castle la hacían gritar ferozmente.
Kate se sobresaltó cuando unos brazos la abrazaron por la espalda y acariciaron su enorme tripa.
-Aquí estas.-La voz de su marido la saco de sus recuerdos.-¿Qué estás haciendo?.
Ella carraspeó.
-La colada.
-Te dije que no movieras ni un dedo.
-Castle, estoy embarazada, no enferma.
-Aun así…
Ella se dio cuenta de que ya no estaba excitada, ahora se sentía molesta con él por haberla dejado sola.
-¿Aun te parezco guapa?.-Se giró para mirarlo a los ojos.
-¿Qué?, claro que sí. Te lo digo siempre.
-No, me lo dices cuando tenemos sexo. Allí no cuenta.
Él rió.
-¿Por qué no?, en esos momentos es cuando más sincero soy.
-Entonces ahora cuando dices que si, ¿no estás siendo sincero?.
-Claro que sí.
-Parezco un refrigerador, dilo.
Él volvió a reír.
-Kate, estás preciosa. La forma de tu cuerpo ahora mismo me encanta, porque nuestros hijos están aquí.-Le acaricio la tripa y sonrió.-Me encantas y eso no va a cambiar.
Ella suspiró.
-Hoy no me siento sexy.-Le dijo saliendo de allí porque tenía calor.
-Pues lo eres.-Él la siguió.
-No debiste dejarme sola tanto tiempo. Estoy aburrida.-Le dijo con fastidio.
Él intento abrazarla pero ella lo aparto.
-Lo siento ¿vale?, los chicos me entretuvieron y…
-No, yo soy tu esposa, no ellos. Además, esto…-Se señaló la tripa.-…es tu culpa también así que no puedo ser yo sola la que me aburra aquí.
-¿Estás molesta?.-Ella le lanzó una mirada asesina.-Vale, vale.-Él levantó las manos. Ya se había acostumbrado un poco a sus cambios de humor.-¿Qué tal si salimos y comemos fuera?.
-No tengo hambre.
-¿Al cine?.
-Me he hartado de ver series y películas.
-¿Un paseo por Central Park?.
-No.
-¿Al museo?.
-No.
-¿Un masaje?.
Eso captó su atención.
-Vale, pero que sea en los pies.
-En los pies será.
Ella lo miró con una mueca.
-No debería perdonarte aun.
-Soy el único que te aguanta, cariño, no tienes alternativa.
-Te estás ganando un puñetazo en el ojo, Richard Castle.-Él carcajeó.
-Venga, ese masaje te espera.
Diez meses después.
Castle miró los ojos azules que lo miraban con curiosidad y sonrió. Hanna era una niña muy curiosa y tenía el carácter de su madre pues se enojaba con facilidad. La pelusilla castaña que cubría su cabeza se veía inmaculadamente peinada y la niña movía los bracitos intentando coger el juguete que Castle le mostraba.
-Ma…da..da…pa.
-¿Qué dices, cariño? ¿Qué quieres a papá?, lo sé, preciosa, lo sé y papá te quiere mucho también.
Ella se giró quedando bocabajo y estiró el bracito cogiendo el peluche, metiéndolo en su boca curiosamente.
-Castle, no dejes que chupe eso.-Kate, que traía al pequeño Graham en brazos miró la escena con preocupación.
-Está recién lavado.- Respondió el escritor quitándole importancia.-¿Se ha dormido?.-Ella asintió.
-Y en quince minutos llegarán todos. ¿Aun no has vestido a Hanna?.
-No quería levantarla.
-Pues yo la veo despierta ya.
-Creo que aprenderá a hablar rápido.-Reflexionó él.
-Castle, ¿me estas escuchando?.
-Sí, si. La vestiré enseguida, déjame mirarla un rato mas.
Kate puso los ojos en blanco y luego sonrió a medias.
Castle adoraba a los gemelos. Podía pasar horas mirándolos, jugando con ellos, hablándoles. Y eso hacía que a Kate se le cayera la baba. Además durante los primeros meses había sido él quien le había enseñado muchas cosas. Y ella había dorado que fuese él, su mejor amigo, su marido, el que le enseñara todas esas cosas.
Unos minutos después él mismo cambió a la pequeña Hanna mientras Kate colocaba a Graham sobre la cama. Le había dado el biberón y se había quedado completamente dormido sin poder evitarlo.
-¿Crees que así estoy bien?.-Preguntó mirándose en el espejo.
Tenía un pequeño vestido negro que se adhería a su ya recuperado cuerpo.
-Estás preciosa. ¿A que si? ¿A qué mamá esta preciosa?.-Le habló a la pequeña quien miró a su mamá con anhelo.-Creo que quiere un abrazo, Kate.
-¿Quieres un abrazo, hermosa?.-Se acercó y la cogió en brazos. La pequeña colocó sus manitas en su rostro y ella besó sus dedos sonriendo.
No sabía lo que era querer a alguien incondicionalmente, hasta que tuvo a sus dos hijos. Literalmente daría la vida por ellos.
-Castle ¿podrías mover a Graham un poco hacia el centro?, últimamente se mueve mucho cuando duerme.
-Hecho.-Le dijo colocando a su hijo en una mejor posición.
-Creo que ha salido a mi.-Dijo el escritor mirando a su hijo.-Sabe lo valiosas que son las horas de sueño.
Kate sonrió.
-¿No vas a cambiarte?.
-¿Es necesario?, solo serán nuestros amigos, tu padre, mi madre y Alexis con su nuevo novio. Creo que estoy más que bien.
Ella negó con la cabeza.
-Parece que hubieses estado un mes escribiendo sin salir de casa. Cámbiate esa camisa.
Él suspiró caminando hacia su closet.
-¿Esta?.-Kate asintió aprobándolo.
-Dile a papá que se ve mejor así.-Le habló con voz de niña a su hija.
Unos minutos después el Graham el dormilón había decidido que quería estar presente en la cena y se había despertado exigiendo ser cargado.
Castle lo tomó en brazos y ambos caminaron hacia el salón en donde estaban las dos mujeres de la casa en la cocina.
Kate revisaba que todo estuviera en orden.
El timbre sonó en ese momento y fue Castle quien abrió la puerta.
-¡Hey! Mirad quien está aquí.-Alexis fue la primera en llegar y estiró los brazos para coger a su hermano.
-Cuidado, está un poco cascarrabias porque acaba de levantarse.
El niño pareció no tener problemas en cambiar de brazos.
-Hola, señor Castle.-Lo saludó Tim, el novio de Alexis.
Era un chico bastante centrado que estudiaba leyes.
-Hola Tim, ponte cómodo.
Castle no tenía ninguna queja sobre el muchacho, bueno, sí, lo que más odiaba de él era que no podía quejarse de él y por lo tanto, debía aceptarlo sin más.
Alexis saludó luego a Kate y a Hanna y unos minutos después llegó el resto de la gente.
Todos se sentaron en el salón un rato, incluida Sarah, la hija de Ryan y Jenny, y hablaron de todo y de nada, como una gran familia.
-Quiero proponer un brindis.-Dijo Jim en voz alta. Todos lo miraron y cogieron sus vasos y sus copas.- Katie, se que tu madre estaría orgullosa al ver en lo que te has convertido. Una mujer y una madre esplendida. Mis nietos no podrían tener un mejor ejemplo a seguir.-Kate sonrió a medias sintiendo que se le aguaban un poco los ojos. Le hubiese encantado que su madre conociera a sus hijos y poder pedirle consejos.-Y Rick…tengo que confesar que antes tenía mis reservas hacia ti, pero me has demostrado ser un gran marido y padre. Así que gracias. Y esto va por vosotros.-Todos juntaron sus copas y vasos sonrientes.
-Gracias a vosotros por estar siempre a nuestro lado.-Dijo luego Castle.
-De eso nada, hermano.-Dijo Espo que estaba junto a Lanie.-Para eso son los amigos.
-Amigos no.-Dijo luego Kate.-Familia.
-Por la familia.-Esta vez fue Martha quien levantó su copa.-Y porque se multiplique.
Castle carraspeó y miró a Lanie y a Espo quienes negaron efusivamente.
Todos rieron y luego de que los pequeños se durmieran, pasaron al comedor, en donde compartieron exactamente como lo que eran, una gran y feliz familia, que estaban seguros permanecería unida para siempre.
-Tengo que confesar una cosa.-Comentó Castle cuando todos se fueron y ellos se quedaron solos en el salón.
Kate le miró curiosa.
-¿Qué cosa?.
-La primera vez que te vi, ese día en el que me arrestaste, tuve una visión.
-¿Una visión?.
Él asintió.
-Una visión que se ha hecho realidad. Porque en mi visión tú eras mi esposa y eras la madre de mis hijos.
Ella rió.
-Que mentiroso eres, Castle. En esa época en lo último que pensabas era en casarte.
-En esa época, en lo único que pensaba era en encontrar alguien que hiciera latir mi corazón rápido y que me enamorara con su inteligencia. ¿Y adivina qué?.-Le preguntó cogiéndola por la cintura.-Creo que la encontré.
La beso y sintió como Kate sonreía ampliamente bajo sus labios.
Fin.
Que decir? millones de gracias a todos los que leyeron esta histo, que fue además mi primera histo aquí en fanfiction y al escribirla nunca esperé que llegara a 25 capítulos. Mil gracias también a todos los que, con sus reviews y comentarios animan para que siga escribiendo, me alegro mucho de que otros disfruten las locuras que escribo jaja. Un agradecimiento especial a mi weirdo favorita, Sarux, a quien va dedicada una parte especial de este capitulo ;). Y bueno, nos seguimos leyendo!.
Peace.