14 de febrero, 3er año de instituto.

Lo sé, pero si doblar 500 servilletas no le demuestra a mi madre cuanto la aprecio, no sé qué lo hará.

.

No sentía sus dedos.

Esperaba poder volver a tener el sentido del tacto en alguno de sus dígitos luego de esto, pero sus esperanzas se extinguían un poco más con cada doblez que hacía. Y solo iba doblando ochenta y tres… le quedaba un largo tiempo sentado en la incómoda silla de metal de la cocina.

Itachi, te mataré.

Su hermano mayor se había escaqueado del trabajo con una excusa –a su consideración- estúpida. Me encantaría ayudarte, madre… pero debo recoger un trabajo que deje con Deidara y pues… él está de viaje en Kioto así que debo partir en este instante para allá. Cada vez que lo recordaba le entraba un coraje…

Su madre en serio estaba muy distraída con los preparativos para su fiesta de caridad si no había logrado ver la obvia excusa sacada de la manga de su estúpido hermano al saber que necesitaban su ayuda en la casa.

Su celular emitió dos leves pitidos anunciando la entrada de un nuevo mensaje. Sakura había contestado.

"O vamos… deberías dejar de quejarte, sobre todo cuando tienes tan buena compañía a tu lado xD"

Compañía…

–Oi teme! Deja de perder el tiempo con tu celular. ¡Aún nos falta mucho que hacer!

Debía conversar con Sakura para que le explicara su definición de "buena compañía"

–Estoy a tu lado, idiota. No tienes que gritar.

Naruto llevaba en su casa aproximadamente 20 minutos, y aunque le constara admitirlo… sin su ayuda no iría ni por la décima servilleta.

–No estoy gritando, solo levante un poco la voz para enfatizar mi punto!

Sus tímpanos…

–Define enfatizar.

–…Eh?

Sonrió de lado al ver la obvia confusión del rubio. Estaba estresado, y no había mejor relajante que meterse con el de ojos azules. Era tan divertido.

–Lo que escuchaste. Define enfatizar. Debes saber lo que significa si estas usándola en tu vocabulario.

–… pues… enfatizar es… enfatizar es…

–No uses palabras que no entiendes, es mucho para tí –Y mucho menos uses palabras que suele usar Sakura.

Naruto lo miro con odio por la obvia ofensa a su inteligencia. Naruto –y Sasuke lo sabía perfectamente- si conocía el significado… la única razón para no haber respondido era que el rubio no era bueno con las palabras… mucho menos cuando el morocho lo miraba insistentemente.

–Bastardo.

–Hum.

Continuaron con su trabajo, Sasuke un poco más relajado que antes.

El último año había sido difícil, para ambos. Pero poco a poco volvían a reconstruir su relación amistosa. Para Sasuke cada vez era más fácil molestar a Naruto y para este lo era responder sus provocaciones.

Pero aún les faltaba mucho.

Porque lo que había ocurrido hace exactamente 2 años y los consecuentes meses antes del regreso de Sasuke siempre estarían ahí. Tal vez habían acordado ponerlo entre paréntesis y seguir con sus vidas, pero no siempre es tan fácil hacerlo que decirlo.

En ese sentido, Hinata era más madura.

Y ellos seguían siendo unos niños jugando a cerrar los ojos ante lo que no quieren aceptar.

–…y que tal tu cita con Karin…?

Sasuke dejo de mover sus manos, sorprendido por la pregunta.

Aunque para dos mejores amigos seria de lo más normal hablar sobre sus citas… Karin había sido una especie de tabú no establecido entre ellos. Que justo en ese momento Naruto sacara el tema no era nada bueno.

–…La cancelé.

–Ah…

Un silencio incomodo se extendió entre ellos.

–…

–…

Sasuke fijo su mirada oscura en las servilletas entre sus manos. Siguió doblando tela, tratando de ignorar el ambiente tenso a su alrededor luego de las palabras del rubio. Había tratado de responder de la manera más normal que podía, pero estaba seguro que el otro había notado la corta vacilación antes de sus palabras.

No es que no quisiera responder… es que no sabía que responder.

No sabía que responder, sin que resultara en esa situación.

–…Ella debe estar que hecha fuego de la boca por eso.

Sasuke casi dejo caer la tela entre sus dedos de la sorpresa. Recompuso su expresión antes de mirar de frente a Naruto.

–…Eso es seguro.

–Aunque no es como si fuera la primera vez.

Naruto le sonrió y Sasuke supo que tal vez las cosa si podían regresar a cómo eran.

–Tampoco será la última.

Naruto le sonrió y fue como si los monótonos colores que habían pigmentado sus dos últimos años se borraran.

–Supongo que no, porque eres un bastardo de primera.

Naruto le sonrió y Sasuke no pudo evitar devolvérsela.

–Y eso es muy bonito de escuchar para una madre, Naruto-kun. Pero más bonito va a ser si mueven más sus manos y menos sus bocas. Esas servilletas no se harán solas.

Ambos se sobresaltaron ante las palabras que venían de atrás suyo.

Mikoto Uchiha les sonreía –de manera un poco escalofriante– desde el marco de la entrada a la habitación.

.

Hinata retiró el molde de chocolates del frigorífico y los dejó reposar en la encimera. Se había pasado gran parte de la tarde decorando chocolates y por fin esos eran los últimos que haría. Se dejó caer en una de las sillas de su cocina, cansada.

–¿Terminaste?

Ino le preguntó desde la otra punta de la habitación, posicionada frente al horno a la espera de que sus creaciones terminaran de hacerse.

–Solo un poco más. Pero ya falta poco.

–Quien tuviera tus habilidades para la repostería, Hina. Yo aquí estoy sufriendo para evitar q se quemen las galletas.

Hinata se rio ante el comentario de la rubia. Ino exageraba. Después de todo, ella conocía de primera mano lo buena que era la chica para estas labores. Ahí la menos aventajada era Sakura, quien incluso con una preparación tan fácil como lo eran las trufas había hecho un desastre del lugar –y su ropa, de paso–.

–Me rindo, esto no es lo mío.

Ino se acercó a la pelirosa, riendo sin reparos ante el aspecto de su postre.

–¡Has hecho un monstruo de masa de trufa, frentona! –su risa no se detenía– O dios… ni siquiera se ve comestible.

–¡Pues lo siento! –mencionó la de ojos verdes, enfurruñada.

–Hiciste tu mayor esfuerzo, Sakura-chan. Eso es lo que cuenta.

Hinata trato de consolar a la otra chica, pero sus palabras perdían poder con las risas de Ino impregnando todo el lugar.

–Creo que simplemente comprare algo en la tienda y lo forrare. De todos modos los chicos ni se darán cuenta.

Ino dejo de reír abruptamente y miro a Sakura como su hubiera dicho la peor blasfemia del mundo

–¡¿Estás loca?! ¡No puedes hacer eso!

–Es verdad, Sakura-chan. Romperás la tradición.

Sakura las miró incrédula.

–¿Que tradición? Es la primera vez que nos juntamos a hacer esto… pensándolo bien, si hubiéramos empezado años antes no daría tanta pena!

Hinata negó con la cabeza, mientras Ino se ponía una mano al pecho de forma teatral.

–No quieras echarnos la culpa por tu incapacidad para la cocina, frentona.

Sakura observó la masa frente a ella y sonrió derrotada.

–Está bien. Hare lo que dicen y lo entregaré. Pero si Sasuke-kun se intoxica le diré que fueron ustedes las culpables.

Sakura sabía que Sasuke no se atrevería a criticar algo hecho por ella. O por alguna de las otras dos. Esa era la posición que tenían ante el azabache. Ellas eran las más cercanas, las que tenían en privilegio de decir que eran las mejores amigas de Sasuke Uchiha y Naruto Namikaze. Hinata incluso tenía una mejor consideración. La ex-novia del capitán estrella del equipo de basquetbol del instituto. Aunque sonara pretencioso, esa era la realidad. Ellas resaltaban ahí donde fueran; y no solo por su cercanía a esos dos. Ellas se hacían notar por su propio nombre y presencia.

Y tal vez…tal vez se hacían notar demasiado.

–No es por cambiar de tema… pero ya sabes que harás Hinata? No creo que puedas dar más largas al asunto.

Hinata se estremeció notoriamente ante el comentario de la rubia. Dejo de envolver los chocolates y se giró para encarar a sus dos amigas.

–Y-yo… –dudó un momento sobre lo que diría- …yo se lo diré. –inspiró y espiro aire tratando de calmarse y reunir valor para lo que diría "Le dire a Sai-san… le diré que Gaara-kun y yo…"

.

Deidara odiaba que le molestaran mientras hacia su trabajo. Pero odiaba más cuando lo hacían por cuestiones estúpidas. Ah, pero que el que le incordiara el día Itachi era otro asunto.

–Lárgate.

Las amables palabras fueron dirigidas a la persona al otro lado de la puerta en cuanto esta se abrió y dejo ver quien era su visitante inesperado. Visitante que llegaba a insanas horas de la mañana – antes de mediodía – y en una fecha como esa.

–Solo será unas horas.

–Pensé que estarías muy ocupado con los preparativos de la fiesta como para venir a molestarme.

–Logré escaparme.

Deidara levanta una ceja, incrédulo, ante lo dicho por el azabache. Conocía a la matriarca Uchiha lo suficiente como para saber que a puertas de un evento tan importante no dejaría ir a su primogénito tan tranquilamente. Itachi no le estaba diciendo algo importante.

–¿Qué hiciste? –Pregunto con temor de su respuesta… –Espera, no. Me lo imagino.

Itachi mostro signos de haber intentado excusarse, pero fue detenido por el rubio.

–Volviste a usarme para escaparte.

Ante la muda respuesta del mayor, Deidara se masajeo la frente. No otra vez.

Conocía a la matriarca Uchiha lo suficiente como para saber que una vez que su evento acabara, buscaría tener una larga charla con él. Como detestaba que Itachi lo usara de escudo contra su madre. Porque no era la primera vez que lo hacía. Llevaba más de seis años en una extraña relación con el moreno, y en ese tiempo había tenido más charlas de las que desearía con la madre de este. Y cuando decía charlas, no era charlas como en "oh, que agradable conversación" sino del tipo CHARLAS como en "En cuanto termine esto asesinare a Itachi". De ese tipo.

–¿Me dejaras entrar?

Deidara realmente quiso decir que no. Decir "Jódete", cerrarle la puerta y olvidarse del asunto. Pero no pudo. Itachi tenía una forma de mirarle que algunas veces – casi siempre– le hacía rendirse ante él. Maldita sea. Con su derrota ya firmada, se apartó de la puerta, dándole vía libre para ingresar.

–Solo será por unas horas.

–Pues aprovechémoslas.

Si el moreno ya estaba ahí, bien podía sacar algún beneficio.

.

El silencio se había vuelto incomodo en el momento en que la llamada termino.

Sai estaba muy consiente que no tenía ningún derecho sobre la privacidad del menor. Nadie la tenía. Si Gaara consideraba que la conversación recién acabada merecía ser de su conocimiento, se lo diría sin ningún tipo de rodeo. El pelirrojo no era de sutilezas.

Regresó su concentración al nivel de Candy Crush que estaba jugando, de momento. La nueva soda saga era más difícil que la anterior. Estúpidos ositos que no aparecían. Cuando perdió su última vida, se decidió a levantar la vista y fijarla en frente suyo. Gaara llevaba desde la mañana en su apartamento. Había llegado sin avisar y había permanecido sentado en ese sofá con su rostro impasible hasta hace solo unos minutos.

Hasta esa llamada.

No sabía con quien había hablado, pero lo notó nervioso, incluso se arriesgaría a decir que un poco avergonzado o por lo menos incómodo. Aunque no logró deducir nada de sus respuestas, pues todas eran monosílabos.

Y ahora solo lo ignoraba.

–Vas a decir algo en un futuro cercano, cerecita.

La forma más fácil de obtener una respuesta de su pareja –así fuera un insulto– era llamarle por un apelativo cursi. Pero esta vez el otro solo se limitó a mirarle de mala manera, para casi instantáneamente cambiar su expresión a una de confusión, para luego voltearle la cara.

–No tienes que decirme con quien hablaste, sino quieres.

Luego de una larga pausa, por fin obtuvo algo.

–Lo sé.

– ¿Entonces?

–No quiero decírtelo…

–Entonces no-

–…pero debo hacerlo.

Sai le observo largamente, tratando de descifrar el enigma andante que era Gaara. No es como que si la actitud extraña de Gaara se limitara a ese día. Llevaba semanas así. Casi desde el año nuevo.

–No debes sentirte obligado a nada, Gaara. Yo nunca haría que hicieras algo contra tu voluntad y puedo ver claramente que aún no deseas hablar del tema.

–Aún no.

–Esperare que estés listo.

Acompañando sus palabras, se pasó al sillón del frente, sentándose al lado del menor y rodeando sus hombros con un brazo.

Lamento no poder hablar de esto junto a Gaara-kun, pero si espero a que se decida, simplemente se ira sin decírtelo. –Suspiró. Las palabras que Hinata-kun había dicho hace unas pocas horas se repetían una y otra vez en su cabeza– Nos aceptaron la beca al extranjero. Gaara-kun y yo nos iremos a estudiar a Estados Unidos esta primavera. Mis padres ya lo saben, así como sus hermanos. Pero él no te lo dirá, aún. Sabes que odia las despedidas.

–Esperaré.

Esperaré. Incluso cuando te vayas seguiré esperando.

.

Sasuke comenzaba a creer que cancelar su cita con Karin había sido mala idea.

–¿Y cómo has estado, Sasuke-kun?

Muy mala idea.

–Mira que no nos vemos hace casi un año.

Una horrible idea.

–No puedo dejar de pensar en nuestro último encuentro…

La peor idea.

–… y lo bien que lo pasamos.

Que alguien se apiade y por favor lo rescate de esa mujer. Recordaba perfectamente a la "dama" que tenía enfrente y la cual se le había acercado luego de rondarlo –cual depredador a su presa- durante la última media hora.

–Tayuya-san, que sorpresa verla aquí –Y vaya que había sido una sorpresa. Una desagradable sorpresa –. Creí que se encontraba en el extranjero.

La mujer le sonrió juguetonamente, inclinándose más de lo necesario –lo cual hacia resaltar de más su bajo escote– hacia él.

–Regrese hace unos días. No puedo estar mucho tiempo lejos de Japón. ¿Y has seguido practicando?

–Un poco.

–Seguro que no has perdido tu técnica. Tu habilidad con las manos me quitaba el… aliento.

En momentos como ese se preguntaba en que rayos pensaba cuando se metió con esa mujer. Si, ella era hermosa y tenía un cuerpo espectacular; y si, había algo de morbo en involucrarse con una mujer mayor y encima tu profesora. Pero dios, pudo haber escogido a alguien que no frecuentara los mismos círculos sociales que su madre.

–No es como si usted fuera muy difícil de impresionar, señora.

Una voz masculina se escuchó a su espalda. Una voz que Sasuke identifico de inmediato.

–¿Disculpa, jovencito? –Tayuya retrocedió un paso para observar mejor al recién llegado.

–Creo que me escucho perfectamente, señora.

Naruto no se amilanó ante la mirada furiosa de la mujer ante el apelativo. Él sabía que ella no debía pasar los treinta por lo que el apelativo de señora no era el adecuado. Y lo sabía porque estaba enterado de quien era esa mujer. Había escuchado hablar de ella por Mikoto-san, y no necesito de mucho para saber el tipo de relación que había tenido con el bastardo durante su estadía en Kyoto.

–¡¿Cómo te atreves?! ¡Que mocoso tan maleducado! Inmiscuyéndote en conversaciones ajenas e insultándome. –sus labios se doblaron en una mueca enojada, mientras repasaba con la mirada al impertinente que había osado hablarle de esa manera.

–Solo digo lo que sé –Naruto sonrió inocentemente– Por cierto, el señor de la esquina… –hizo un gesto con la cabeza señalando detrás de él–,creo que su prometido, la esta buscando.

Sasuke se frotó el puente de la nariz luego de que Tayuya-san se retirara.

Así que si se comprometió. Gracias a dios.

–Una más, teme.

Naruto no le dio tiempo para captar por completo a que se refería, pues le tomó del brazo y lo jaló a través del salón hacia el lugar donde se encontraban sus amigos. Un círculo apartado de los adultos. En su propia fiesta privada.

–¡Sasuke-kun!Hasta que te dignas a aparecer, nos tuviste esperando mucho, sabes? –Ino fue la primera en mostrar su descontento por su tardanza.

La verdad sea dicha, si Tayuya no lo hubiera interceptado habría llegado mucho antes.

–No fue su culpa, Ino. Una vieja lo "capturó" cuando venía para aquí –Naruto explicó el incidente sin darle mucha importancia.

Debido al comentario, la siguiente hora tuvo que soportar las constantes muecas de asco de las chicas al imaginarse a la "bruja que casi había secuestrado a su Sasuke-kun".

–Pu-pues ya queda poco para que termine… –Hinata alzó la voz para cortar la charla que estaban llevando– Creo que es momento. –sus ojos perla se posaron en sus dos amigas, insistentemente– Ino-chan, Sakura-chan.

Gaara las observaba intrigado, mientras que Naruto solo sonreí presintiendo lo que pasaría.

–Esto es para ustedes. Feliz catorce de febrero. –Sakura le sonrió mientras le tendía una pequeña bolsita de organza azul anudada con un listón blanco. Ino acaba de poner un caja forrada de naranja con una cinta azul en las manos de Naruto y Hinata abría un cajita verde para mostrarle al pelirrojo su contenido.

–¿Para seguir con la tradición? –Sasuke no pudo evitar preguntar.

–Una nueva tradición. Para prometer que siempre seremos amigos, sin importar lo que pase –Ino dijo alegremente, mientras le golpeaba el hombro juguetonamente con el puño. –Sin importar que en primavera nuestros caminos se separen, siempre seremos amigos!

Siempre.

–Es una promesa–Hinata asintió.

–Una promesa –repitió Gaara.

–No se permite romperla–Sakura acotó

–Esto es muy de chica –se quejó Naruto.

Ino y Sakura le dirigieron miradas furiosas al rubio por el comentario. No es de chicas! le reclamó la ojiverde, como si tu fueras el epitome de masculinidad con ese diario que tienes, Naruto, rebatió la rubia.

Sasuke se demoró en procesar las palabras de la ojiazul un momento.

¿Diario?

¿Naruto tenía un diario?

¿Desde cuando?

¿Porque él no sabia nada de eso?

¿Que escribía?

Y... ¿Por qué sentía la necesidad de saberlo?

.

Gaara observó su teléfono móvil, dudando entre enviar el mensaje o no. Llevaba media hora deliberando si era lo correcto o no.

"–Solo hazlo, Gaara-kun".

Realmente espero que cumplas tu promesa de esperarme, Sai. Realmente lo espero.

.

.

.


Aunque lo dudaran (incluso yo), estoy viva.

Dios~ No puedo creer que haya tardado tanto en actualizar... Y aun ni empiezo con las otras historias, pero debía subir esto. Llevaba escrito desde hace meses (por lo menos el 75%) pero nunca podía terminarlo. Disculpen si no es lo que esperaban. Mas de un año sin actualizar y salgo con esto? Pero a nada...

La tesis y las practicas del hospital me tienen estresada, pero en dos meses eso habrá terminado (por lo menos las practicas) así que tendré mas tiempo de escribir. Eso no quiere decir que actualizare en dos meses todavía. Solo que el próximo año me verán mas activa (con suerte)

Realmente me había puesto de meta terminarlo antes del SasuNaruSasu Day pero no se pudo, así es la vida.

Al fin terminó la saga de instituto, y solo nos quedan tres capítulos mas~ antes de terminarlo. Al inicio quería terminarlo aqui, pero al final alargue demasiado la trama y bueno... necesito más tiempo para resolver este problema de negación de nuestros chicos.

Espero leernos pronto.

Byeniiiii~~~